Filosofía
Filosofía Clásica
26-02-02
Comentario de Texto: Plutarco
Parece ser que, en un pricipio, los dioses romanos no eran concebidos con forma antromomórfica y, además, no se representaban plàsticamente; parece que era una prohibición.
Plutarco era griego, pero pasó la mayor parte de su vida enseñando filosofía en Roma. Su obra más famosa es ésta (2º texto dossier), y se llama así porque establecía paralelismos entre figuras griegas y romanas. En este caso, lo hace entre Numa y Licurgo; aquí explica cómo Numa fue el que prohibió la representación plástica de los dioses. Dice que el dios, según Pitágoras, no era capaz de experimentar ningún sentimiento y que era invisible. Afirma que esta prohibición duró 170 años. Estos dogmas no se sabe bien si son de él mismo o de Pitágoras, ya que de éste se sabe muy poco y que Plutarco usaba ideas de varios pensadores como Platón.
Cronológicamente, es imposible que Pitágoras influenciara a Numa, porque aquél era del siglo VI a.C., y éste era del siglo VIII a.C. Plutarco habla por testimonio indirecto de Barrón. Barrón escribió más de 600 libros que se estudiaron hasta la antigüedad; lo conocemos por tradición indirecta, ya que todas sus obras se perdieron y sólo nos quedan las citas que otros autores hacen de él. San Agustín, por ejemplo, dice que Barrón afirma que los romanos adoraron a los dioses durante 170 años sin representarlos gráficamente y que, si hubiera perdurado esta forma, el culto hubiera sido más puro (castus o castitas, como lo llama Barrón).
Otros autores también usan las citas a Barrón y se daban cuenta de la diferente naturaleza de sus dioses en los inicios. Estos 170 años nos llevan al primer rey etrusco, lo cual nos hace deducir que la representación plástica de los dioses fue introducida por los etruscos. La religión romana más antigua que conocemos, ya está influenciada por ideales etrusco- griegos; lo que sabemos nos viene dado por las noticias y los textos de autores como Plutarco.
Se suele decir que el antropomorfismo divino queda consolidado en Roma por influencia etrusco-helénica durante la época de la República; pero en realidad, se produce por la celebración de un rito griego: el Lectisternium (lectus-cama; sterno-estirarse). Se ofrecía un banquete en el que los dioses estaban representados por estatuas que estaban estiradas por parejas. Se trataba de hacer súplicas a los dioses (suplicationes). El primero que se celebró en Roma, fue para suplicar a los dioses que erradicaran una epidemia; la súplica era realizada por los interpretadores de los libros helénicos.
Parece que el rito ya está asentado en el año 217 a.C. más tarde, se hace otro Lectisternio con motivo de la derrota romana ante Aníbal, y se hace en honor a los doce dioses mayores. A diferencia de la primera celebración, aquí ya son conscientes de la jerarquia de los dioses y de las relaciones entre ellos; por lo tanto, los distribuyen en parejas correctamente. Esto se produce claramente por influencia griega, y es aquí cuando se produce el giro decisivo de la historia religiosa romana.
En la cultura romana no existía ninguna cosmogonía ni ninguna teogonía; tal vez porque no tuvieron poetas como Esíodo que dieron forma y vida a los dioses griegos, y eso explicaría la absorción de su cultura.
1.2. EL FUNCIONALISMO DE LOS DIOSES ROMANOS:
La creencia básica es que todos los procesos de la vida están vigilados por una divinidad. Pero además de esto, cada uno de los dioses se encargaba de esferas muy particulares de esta actividad (especificación práctica de la función de los dioses). La divinidad se definía muchas veces por su oficio o función, es decir, se les invocaba por sus respectivas funciones. Esta concepción de los dioses, hace que la estructura de la religión romana sea muy complicada, porque plantea una infinidad de divinidades. Incluso las divinidades pequeñas como los Lares, que se usaban en el culto familiar, enseguida se convierten en objeto de culto público, por ser Roma también el hogar de todos.
*DIOSES DE CULTO PRIVADO:
*Lares: Existían como forma de protección del hogar, eran dioses domésticos de hombres libres y de esclavos. Su imagen estaba pintada en la pared, o en forma de estatuillas guardadas en una hornadilla llamada larario. Se les honraba en todos los acontecimientos familiares.
También existían los Lares como protectores del campo romano, a los que se le siguió invocando durante varios siglos. Otro tipo de Lares son los Compitales (compita-cruce), que designaban las encrucijadas que limitaban las propiedades. En esos límites, los Lares tenían una capilla, y se les honraba en el mes de enero, poniendo hombrecillos y bolas de lana, tantos como hombres libres y esclavos hubiera en la finca, para alejar a los malos espíritus. En su capilla tenían los ganchos en los que se colgaban las herramientas de trabajo.
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Otros Lares parecidos eran los Lares praestites. Un praestes es el que está en frente; es un guardián, un protector. Estos Lares vigilaban las murrallas de la ciudad, y estaban situados en parejas, representados con una lanza y una piel de animal en el brazo y llevaban un perro. Augusto dividió las ciudades en barrios, y en cada barrio levantó unas capillas para estos Lares; junto a ellos puso al genius augustus. Éstos son los primeros balbuceos de la divinización de los emperadores que, en este caso, se erigía como espíritu protector. Habían muchos Lares más como los permarini (protectores de los viajes por mar) o los Lares viales (para los viajes), etc.
*Penates: Su nombre está relacionado con penus (provisiones, despensa), y a la vez con penetro (el interior). Por lo tanto, los Penates serán los protectores de la casa, que era donde estaba la despensa. Velaban por el bienestar de la família. Se decía que un buen romano, el pater familias, antes de las comidas debía echar semillas encima de ellos y decir: “deos propitios” (“los dioses son propicios”). Los Penates de Roma era los que trajo Eneas de Troya, y estaban guardados en la ciudad que fundó: Lavinio. Otras fuentes como Barrón decían que estaban en el Palatino. Los Penates eran representados con la forma de dos jóvenes sosteniendo una lanza.
*Manes: Parece que este nombre está realcionado con la raíz arcaica m (algo bueno en un buen momento); también se relaciona con el adjetivo manus (bueno). Seguramente, lo que Manes significaba era “los buenos”. Esto es curioso, ya que eran dioses inferiores. Seguramente, ese nombre era un eufemismo para congraciarse con unas deidades, dándoles un nombre bondadoso.
Es difícil acertar en su naturaleza, pero parece que representaban a los espíritus de los antepasados de una família. La fiesta de los Manes era la Parentalia, en donde se hacían ofrendas con alimentos y flores. Las almas nefastas eran los Larvae (larvas) y los Lemures. Los primeros representaban las almas de los delincuentes y maleantes que atormentaban a los vivos. Los Lemures eran conjurados en unas fiestas celebradas en Mayo, llamadas Lemuria. Eran unos ritos, al parecer, mágicos para protegerse de grandes males. Ovidio intentó explicarlo (aunque él no
lo entendía muy bien, porque parece ser que era un rito muy arcaico) y luego, lo intentaba relacionar con un mito.
Ovidio dice que en los Lemuria, un hombre se levantaba en medio de la noche sin ninguna atadura (no se podían llevar atado ningún tipo de cordón), y salía con el dedo pulgar entre los otros dedos de la mano, para alejar a los malos espíritus; luego, iba tirando habas negras por el camino (se consideraba que las habas contenían almas humanas) y diciendo nueve veces una invocación a los muertos. Ovidio lo relaciona con el mito de la muerte de Remo a manos de Rómulo; dice que no fue Rómulo, sinó un tal Céler quien mató a Remo, y que para honrar a su hermano, Rómulo quiso fundar este ritual, que en un principio se llamó Remuria.
*DIOSES DE CULTO PÚBLICO:
Según Barrón, los dioses más importantes son los dei selecti (dioses elegidos). Todos estos estos dioses tienen claramente establecidas sus funciones, y muchos, las llevaban intrínsecas en sus nombres.
*Jano:
Ianus significa paraje o porche: y como nombre común significa “puerta de entrada”. Parece la deificación de un concepto, que fue personificándose hasta convertirse en el nombre de un dios. Se le atribuían todos los comienzos (el de la mañana, el del año, el primer día de mes, etc.). Se hacía una procesión en el primer día del año, en el que también se hacía la ceremonia de sustitución de los cónsules; Jano pues, se identifica con el mes de enero.
A Jano se le rendían todos los cambios que se iban a hacer y era el guardían de las puertas de las casas. Estaba representado por dos caras (Ianus anqueps), por el concepto del paso de una cosa a otra, y también porque conocía el pasado y el futuro. En su honor, tenía el Forum Templum, que era característico por sus puertas; permanecía abierto en tiempos de guerra, y cerrado en tiempos de paz.
Tito Livio sitúa esta costumbre en tiempos de Numa y la sigue hasta el siglo IV a.C. Esas puertas estuvieron muy pocas veces cerradas, habían muchas guerras. Como dios de estas puertas se le invocaba de muchas formas: Ianus clusius (Jano cerrado) o Ianus patulcius (Jano abierto). No hay representación idéntica en los dioses griegos, pero se le identificará con el Caos, por su relación con los comienzos, según Ovidio. Es un dios arcaico con un carácter funcional y simbólico, ajeno a toda historia o leyenda.
*Júpiter:
Es un dios supremo y común a todos los pueblos latinos. Tenía diversas invocaciones: Iuppiter latiaris (Júpiter del Lacio), Iuppiter elicius (Júpiter para atraer a la lluvia o al rayo), Iuppiter fulgurator (Júpiter para atraer al rayo), Iuppiter tonans (Júpiter para atraer al trueno), Iuppiter lucetus (Júpiter de la luz), etc. Era el dios del cielo y de los fenómenos atmosféricos, pero también es el que avala los pactos y tratados, sobretodo de guerra. En esta faceta se le denomina de varias formas: Dius fidius (dios fiel) porque garantiza la lealtad entre los pactos; o Iuppiter lapis (Júpiter piedra), ya que durante los pactos o tratados bélicos se sostenía una piedra de sílex que cuando se rozaba con otra, saltaban chispas, y eso llevaba a relacionarlo con Júpiter. Se dañaba con esta piedra a un animal; por eso se le llamaba al hecho de hacer un pacto ferire foedus (herir un pacto). Fue asimilado por Zeus.
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*Saturno:
Es un dios itálico antiguo porque es al único que se le rinde culto en varios pueblos etruscos. Antes de su asimilación griega, se supone que era protector del campo y se le quiso relacionar más tarde, por etimología popular falsa, con sata (sembrador). Se le tenía conservado en el herario público, donde la base de su escultura estaba rodeada por una cinta.
Es asimilado con Cronos y, por tanto, pasa a ser el padre de Júpiter. Esto nos interesa porque, según la leyenda griega, Zeus derrotó a su padre Cronos y le expulsó del Olimpo. Éste, fue a refugiarse a la Península itálica, concretamente en el Capitolio, donde es acogido por un dios más antiguo. Se decía que durante el reinado de Cronos en el Lacio, fue la época dorada porque los dioses convivían con los humanos; ésto representó un tópico literario y filosófico. Se dice que el propio nombre del Lacio viene de laceo (esconderse), haciendo referencia a que Saturno se escondió allí.
Las fiestas consagradas a él eran los Saturnalia, que se celebraban a finales de año y que se corresponden a la Navidad actual. En un principio, estas fiestas sólo duraban un día (17 de diciembre), pero fueron alargándose hasta el día 23 de diciembre. Además de hacer el sacrificio correspondiente, estas fiestas representaban días de alegría: se paralizaba toda actividad política, se trasponían las clases sociales (los esclavos eran servidos por los amos, podían insultarles sin temor a represalias), se hacían obsequios, se daba el indulto a algún prisionero, se aplazaban las ejecuciones, etc. Ya en esta época, habían detractores de esta fiesta, como Séneca, que proponía realizarla de una forma más comedida y religiosa.
*Genius:
Es una divinidad puramente romana. Deriva de la palabra gigno (engendrar). Intentando saber lo que era el Genius, se hicieron varias teorías, actualmente desechadas. Una de ellas habla del Genius como la capacidad de engendrar, pero en los textos en que Plauto habla sobre el Genius, no se dice nada sobre este poder que, de otro lado, en él sería de esperar que mencionara una cosa así. Se cree pues, que significa “lo engendrado”; así, se piensa que protegía la personalidad de cada individuo. En la mayoría de los textos se ve una concepción del Genius como algo más ético y más racional que los relatos de los dioses griegos. También tenían Genius los lugares (casas, bosques, ciudades, termas, etc.) e incluso tenían el dios del pueblo romano: Genius populi romani.
*Juno:
Es la diosa principal de los romanos, venerada desde la antigüedad por varios pueblos itálicos. Su nombre se ha relacionado con iuvenis (jóvenes); entonces se entendería como la fuerza vital de la juventud. En la práctica, pero, la vemos realizando dos tipos de cosas: como diosa de las mujeres (partos, matrimonio, concepción, etc.) y como diosa de la guerra.
Sus invocaciones eran: Iuno lucina (para los partos), Iuno conservatrix (para los recién nacidos), Iuno fluorum (para regular la menstruación), Iuga Iugalis (para el matrimonio). Si se entendía al Genius como protector de los varones, Juno era entendida como lo propio de las mujeres.
En su faceta como diosa de la guerra, que provenía de antiguos cultos, se le era invocada como Iuno sospita o Iuno sospes (estar a salvo) y Iuno moneta (la que advierte). En el siglo II a.C. se erigió en Roma un templo en honor a ella. La invocación de Iuno moneta se ha querido relacionar con la palabra moneta (moneda), ya que da la casualidad que en esa época se fabricaban monedas en un taller cercano a su templo; actualmente, esta afirmación no está del todo clara.
También se le llama Iuno regina (Juno reina), que no es más que la invocación a una antigua diosa etrusca: Iuna, que fue evocada a Roma mediante el rito de la “evocatio”. Fue asimilada a Hera y, por consiguiente, emparentada con Júpiter y puesta en la Tríada del Capitolio.
*Mercurio:
Su nombre se relaciona con el término merx (mercader); es muy romano el tomar nombres de dioses a partir de la vida cuotidiana. Cuando se construye su templo (415 a.C.), hay un período de crisis económica a causa de las grandes guerras que perturbaban las relaciones comerciales; este hecho fue lo que hizo que se iniciara el culto a este dios. Se le invoca como: Lucri conservator (el que conserva las ganancias), Negotiator (el negociador), Nundinator (mercader). Se celebraban sus fiestas en el mes de Mayo, en donde los mercaderes mojaban una hoja de laurel y rociaban con él sus mercancías y a sí mismos, diciendo al mismo tiempo unas plegarias. Se corresponde con Hermes, el dios griego mensajero de los dioses.
*Apolo:
Es un dios griego que no tiene equivalente en el panteón romano y fue uno de los primeros en introducirse, con motivo de una peste. Era un dios existente ya desde el primer Lectisternio; era invocado como médico: Apollo paean (dios curador). No es hasta la época de Augusto en que el culto a Apolo goza de su mayor esplendor, ya que se le empieza a relacionar con la oracularidad, algo a lo que los romanos habían sido muy reacios hasta entonces. Se le construye un templo en el Palatino y se le ubica allí junto con los libros sibilinos (libros para la adivinación), que hasta entonces habían estado en el Capitolio.
*Marte:
Es también una antigua divinidad itálica, y se encuentra en la Tríada capitolina. Tiene su sacerdote propio (flamen) y es invocado en las oraciones más antiguas que se conservan. Su nombre arcaico era Mavors. Su nombre no proviene de una etimología indoeuropea; Barrón lo relaciona con mas (varón, viril), otros lo identifican con la raíz mar (brillar); sería entonces, una divinidad celeste. Era venerado por todos los pueblos de la Italia central y fue asimilado por el dios griego Ares.
En algunos libros se supone que Marte no era, en el principio, un dios guerrero, sinó agrario. Se basan estas teorías en las plegarias antiguas en las que se le invoca. Además, a él se le dedica el mes de Marzo, que es cuando empieza la primavera. Hemos de tener en cuenta también, que es en el mes de Marzo cuando se inician muchas de las guerras. Lo que sorprende en estas plegarias agrarias, es que al dios al que más se le invoca es a Marte. Esto se puede ver en una oración escrita en un latín pretendidamente arcaico, realizada por la cofradía agraria más importante: el Carmen Arvale (pág.9 dossier). Se dice que la invocación que se hace de Marte es como de dios fiero, que debe proteger a las gentes de los desastres que les puedan sobrevenir. Sin embargo, Catón, en otra oración arcaica del Dea de cultura, se observa que no se invoca a Marte en este sentido tan claro; aquí la interpretación es confusa.
Por lo tanto, no se sabe bien el carácter primitivo del dios ni tampoco el origen de su nombre. En los textos se le invoca como Mars gradivus, que no se sabe bien lo que quiere decir; se ha relacionado con grandire (que hace crecer), y haría alusión a su faceta agraria, pero también con gradior (que marcha), en el sentido del desfile de las tropas y, por tanto, en relación con su lado guerrero.
Poco a poco, del Marte agrario ya no queda nada. Se le levanta un templo fuera de los límites de la ciudad, porque donde estaban los demás templos el ejército no podía pasar. Más tarde, Augusto construye un templo al Marte vengador en medio de la ciudad como símbolo de la justicia por el asesinato de Julio César.
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*Vulcano:
El origen de su nombre parece etrusco por palabras como: velja, volca o voljenna. Era el dios del fuego; para los romanos, era el protector de los efectos incendiarios de los rayos, el dios del fuego destructor. Se diferencia de Vesta porque ella era protectora del fuego del hogar, con el que se cocinaba. En un principio, su templo se construyó fuera del recinto primero de los templos de Roma. Más tarde, se identifica a Vulcano con Efesto y, en consecuencia, recoge toda la tradición literaria de éste.
Plutarco recoge tres posibles respuestas a la cuestión de por qué el templo de Vulcano estaba fuera de la ciudad; la tercera es una respuesta muy rara que intenta justificar tal situación, y además añade, que sería un sacrilegio poner el templo de Vulcano en la ciudad. Estas respuestas las rescoge de la primera tradición de Efesto.
A Vulcano también se le atribuía el poder de dar calor fecundante, que permitía que las semillas germinaran.
*Neptuno:
Debía ser un dios con muy poca importancia, pero enseguida fue venerado por su asimilación con Poseidón. Neptuno proviene de la palabra neptunus (algo relacionado con la humedad); también se ha relacionado con las raíces arcaicas apm nápt ved o apm napa° arest (descendiente de las aguas). La palabra apm está en genitivo plural y significa “agua”. Aunque resulta absurdo aludir a esta comparación para decir que Neptuno tiene el significado de humedad. Lo que sí es correcto es acudir a la raíz nept o nepit que significa “descendiente”.
A la divinidad etrusca Neguns, se le honraba con fiestas, con el fin de erradicar la sequía; y por eso se convierte en el dios del mar, protector de los navegantes y, por supuesto, recoge toda la tradición literaria de Poseidón.
*Minerva:
Su nombre proviene de la raíz indoeuropea men-, que indica todas las actividades de inteligencia. Es diosa de los oficios, protectora de los artesanos. No se sabe con certeza cuál es su origen; aunque parece ser que había una diosa paralela en nombre y en funciones, llamada Menrva (es un latinismo). Fue asociada con Atenea, y aparece en la Tríada Capitolina junto a Júpiter y a Juno. Sus fiestas se celebraban en marzo, en donde participaban artesanos y escolares.
*Diana:
Su nombre proviene de la misma raíz que el de Júpiter, deiw-, que significa o indica luz. El nombre Diana es un derivado de divius dius; literalmente, Diana significaría “diosa luminosa”. En la cultura etrusca se llama Tiv; es una diosa de la luz nocturna, a diferencia de Júpiter, que es el dios de la luz diürna. Se relaciona a Diana con la luna.
Es una diosa que, junto a Juno, patrocina los nacimientos o partos, ya que siempre se ha relacionado en todas las culturas el término “dar a luz” con el de la procreación. Muy pronto, se la identificó con Artemis. La fiesta en la que se le honraba se celebraba el 13 de agosto, la ibus (fiesta) era celebrada en dos lugares: en el templo del Lavetino que había en Roma, donde participaban los esclavos que no eran romanos, aunque eran latinos; i en Aricia, una aldea cercana a Roma, en la región de Savinia. En este lugar se hacía una procesión de mujeres que iban desde Roma hasta Aricia con unas antorchas para que la diosa las ayudara en el parto.
El hecho de que se celebrara en otro lugar es por su origen sabino-etrusco; es la primera divinidad no romana, ja que se introdujo en Roma hacia el siglo V a.C. La mayoría de los esclavos eran latinos o sabinos, pero no eran romanos. Sabina fue la primera población que conquistaron los romanos. El culto o ritual de Diana se hacía en el bosque de Aricia (se supone que era un bosque sagrado); y allí se le invocaba como Diana nemorensis (nemus - bosque); el culto es extraño, ya que se extendió hasta la época imperial.
Había siempre un sacerdote especializado en el culto a Diana en ese bosque, se llamaba Rex nemorensis (el rey del bosque). Este sacerdote era sustituido cada año mediante un combate entre él y el pretendido sucesor; quien ganaba adquiría el puesto y el otro quedaba muerto, este es un ejemplo del talante práctico de los romanos. Es un rito único, su singularidad en el culto asombra, ya que no se encuentra ningún paralelismo con otras culturas.
A diana se le construye el Templo Venedictino, que es el primer templo que, de alguna forma, simula la unión de los diferentes pueblos latinos con la intención de instaurar un culto federal; era una estrategia más de los romanos para adquirir poder.
*Venus:
Su nombre proviene de la raíz wen-, que significa gracia, encanto, seducción, etc. En el idioma sánscrito se le llama vanati o vanoti (deseo). En latín encontramos el adjetivo venustus y el sustantivo venustas (gracioso, encantador, encanto,etc.); vemos pues, que se trata de la divinización de un concepto. Se sabe también que se unieron los significados del verbo veneror (venerar) y del sustantivo venia (gracia, favor); así Plauto dice en algunos pasajes de sus obras que venerar es “tratar de ejercer una seducción sobre la divinidad para obtener de ella lo que se quiere”. Venus pues, es la diosa del poder de seducción para conseguir algo, pero todavía no se le relaciona con el amor, se la relacionaba con la idea de hacer favores.
Así por ejemplo, el primer templo que se le hizo fue en honor a la Venus obsequens, por haber ayudado en la guerra; por lo tanto, no tiene nada que ver con el amor o el sexo. A partir del siglo II a.C. se le asocia con la Afrodita griega; una vez hecho esto se la invocará como Venus genetrix (madre, engendradora), como madre de Eneas y antepasada de Julio César y de los descendientes de éste.
*Vesta:
Se le relaciona con el hogar, y luego con la Vestia griega. Es pues, la diosa del hogar, de la luz y del fuego que da calor. Según la leyenda de Rómulo y Remo transmitida por Tito Livio, es una diosa de gran importancia. En las casas había de haber un fuego sagrado que no debía apagarse nunca, como símbolo de eternidad y supervivencia del hogar. Al igual que en las casas, en el templo de Vesta también era necesario el fuego encendido.
Se le invocó como Vesta publica populi romani durante mucho tiempo. La Vestia griega era una de las diosas con poca leyenda, y por eso, una vez fue asociada a Vesta, se le mantiene la misma abstracción; a diferencia de otras diosas que eran asociadas a diosas griegas con muchas leyendas.
*Ceres:
Su nombre viene de la raíz arcaica ker, que en latín deriva a los verbos creo (hacer crecer) y cresco (engendrar, producir); vemos pues, que como en otras ocasiones, se trata de la divinización de un concepto. Con el tiempo se le fue especializando como una divinidad agraria y, en concreto, como protectora de los cereales.
Se le identificó con la diosa Démeter, de la cual tomó todo el rito. La lengua de culto a esta diosa era el griego, incluso los sacerdotes asignados para ella, eran griegos. Las fiestas en las que se honraba a Ceres se llamaban Ceralias, que consistía en agradecer a la diosa por la agricultura y por las buenas cosechas, por el “regreso” de su hija Perséfone a la tierra. Ovidio cuenta en su Fastos la leyenda de Démeter y Perséfone.
*Liber:
Era una antigua divinidad latina de la fecundación, a la que enseguida se relacionó con el Baco griego. La pareja formada por Liber y Libera (paralelo femenino de Liber) unidos al dios Icedes, formaban la Tríada ventina, que se formó durante los primeros años de la República. Se fundó para rogar por los buenos tiempos agrícolas ante el miedo a las malas cosechas. Se la puede considerar una tríada popular a semejanza de la Tríada capitolina. En su templo se almacenaba el trigo para repartirlo en época de escasez; era un templo considerado de la plebe.
Estos tres dioses eran de carácter agrario. Se establecían dos ciclos condicionados por el tiempo y por las estaciones: el ciclo agrario y el ciclo guerrero. El ciclo agrario se abría en el mes de marzo o abril, y se clausuraba durante los meses de septiembre u octubre.
Muchas veces habían confusiones de invocaciones entre dos divinidades parecidas; por ejemplo, entre Diana y Juno. Cátulo en uno de sus poemas dedicado a Diana, demuestra la precaución que se había de tener frente a los dioses, y por eso, le dice que no sabe bien cómo llamarla. Luego la llama Iuno lucina. Es más importante, por tanto, la función que el nombre de la diosa. Es más, si también se había de invocar a Diana como tal, se hacía de igual modo por precaución.
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*Quirino:
Quirites era el nombre que se les daba a los ciudadanos romanos en su calidad de no soldados en tiempos de paz. Al nombre quirites, pues, se le contrapone el nombre milites (ejército, soldados). Se había establecido una raíz común para quirites, curia y quirinus; era la raíz co- virio (colectividad). En la antigüedad se quiso relacionar quirinus con la palabra curis (lanza en idioma sabino).
Quirino vela pues, por los ciudadanos como ganaderos. Tiene en la religión umbra su equivalente Vofonio. Era honrado en el antiguo monte del Quirinal mediante unas fiestas llamadas Quirina, pero que no sabe nada acerca de ellas. Si aludimos a los testimonios antiguos de Quirino, encontraremos cosas confusas; por ejemplo, en algunos textos se le considera como un dios simétrico a Marte, incluso se le menciona como “Marte pacífico”. En el libro 1º y 4º de Livio se habla de una série de escudos para Mars gradivus y para Mars quirino.
Dionisio de Alicarnaso escribió La antigua história de Roma; en el libro 2º dice lo siguiente: “A Eníalo (sobrenombre de Marte que significa “el belicoso”) lo llaman los romanos Quirino, unos dicen que forma con Marte un solo dios, y otros dicen que es otro tipo de divinidad guerrera.” Son constantes las alusiones a que Quirino es un dios paralelo a Marte, y de alguna forma, también contrapuesto a él.
Se le ha querido explicar como un dios sabino de la guerra que fue asimilado por los romanos. También se dice que Quirino, al venir de quirites, es el nombre que recibe Marte cuando está tranquilo; por eso está su templo dentro de la ciudad, a diferencia de Marte. Se cree que Quirino fue el dios con el que se divinizó a Rómulo, una creencia que se había extendido ya en época de Augusto. Rómulo fue el creador de las curias, la organización social de los romanos, función que cumple el dios Quirino como protector de estas personas.
En conclusión, podemos decir que es muy difícil constatar las funciones primeras de estas deidades antes de la influencia griega. Las invocaciones especifican las funciones del dios que se querían atraer. Entre este amplio abanico de deidades, Varrón añadió otras nuevas y las llamó dii certi (dioses limitados, de competencia muy determinada).
! Dioses limitados o “dii certi”:
Son divinidades que no tienen más personalidad que su nombre, el cual ya indica su función. Nunca tuvieron templos ni sacerdotes, no eran más que meras invocaciones y se incluían en lo que se llamaban indigistamenta (indigito-dirigir una súplica). Entonces pues, son una colección de letanías con las que se invocan a estas divinidades. Esto es una prueba más del funcionalismo de la religión romana. Són dioses epítetos; se les llamaba para cuando alguien se moría, para los campos, para las casas, etc.
El testimonio más claro es un texto de San Agustín, La ciudad de Dios, dónde él dice que está recogiendo la información de las Antiquetates de Varrón, y enumera algunas de estas divinidades: Cloacina (la que purifica; era también una invocación de Venus-Venus cloacina), Volupia (el deleite), Lubentina (libido sexual), Vaticano (el que hace que los recién nacidos hagan sus primeros sonidos con la boca), Cunina (cuida de las cunas de los niños), Rurina (encargada de la rura de los campos de trabajo), Lugatino (dios de las cimas de las montañas y de la consumación del matrimonio- yugo), etc. Se ve pues, que sus nombres se relacionan estrechamente con sus funciones. Eran invocaciones muy técnicas y precisas; por ejemplo, en todo el proceso de sembrado y cosecha del grano, se invocaba a uno de estos dioses para cada paso de la elaboración (sembrado, maduración, recolección, etc.).
Cuando se tenía que proteger una casa, se invocaba a Jano, pero luego se hacían una série de letanías en las que aparecían nombres como Fórculo (para las puertas), Cardea (para los quicios) o Limentino (para los umbrales), que servían para reforzar la protección de los lugares específicos.
Tolerancia:
Estos dioses no tenían ritos; su existencia se debía a la creencia de que cuantos más dioses hubiera, mejor; y a que si invocaban, por ejemplo, a Jano (dios de las puertas) y a Fórculo (también para las puertas), se aseguraban que la protección fuera efectiva. Esto es lo que se llama tolerancia.
Varrón estableció dos clases de dii certi: los dioses que se ocupaban de cada una de las partes de la vida de una persona, y los que se ocupaban de cada uno de los detalles de la vida cuotidiana. Queda claro, pues, que los romanos concebían a los dioses de una forma nocional, y esto hace que los dioses se multipliquen tanto. Los romanos lo hacían para protegerse, para cubrirlo todo con la presencia de un dios. La cultura romana estaba abierta al culto de nuevos dioses en situaciones determinadas, como fue el caso de la instauración del culto a Mercurio. La acogida a dioses extranjeros era pacífica; es más, el culto del dios se seguía manteniendo en la ciudad originaria.
La primera de las divinidades de Asia menor que se introdujo en Roma fue Cibeles o Magna mater, como la llamaban. Fue acogida por motivos políticos; estaban en gran crisis, puesto que se encontraban en plena 2ª Guerra Púnica. Roma se había de aliar con el el rey de Pérgamo para derrotar a Aníbal. La absorción del culto a Cibeles le servía a Roma para acercarse a sus aliados y para presentarse como heredera de Asia Menor. Cuando la diosa llegó a Roma, se celebró un Lectisternio y se rindieron unas fiestas en honor de ella, llamadas juegos megalísios.
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1.3. RITOS ROMANOS:
EVOCATIO:
La Evocatio no tenía un carácter pacífico: la hacía el general del ejército romano antes de atacar una ciudad. Se invocaba a la divinidad de esa y se le invitaba a abandonarla y a instalarse en Roma. Al parecer, este rito tiene cierta analogía con unos rituales de los Ititas, que eran propensos a aceptar dioses de pueblos enemigos.
La palabra evocatio viene del verbo evoco (convocar, hacer venir). En Roma, las Evocatios más importantes son la de Iuno regina en el valle de los etruscos, y la de todos los dioses de Cartago. La Evocatio conllevaba una plegaria y la invitación anteriormente citada. El texto mejor conservado que habla sobre este tema es uno de Macrobio, que reúne dos Evocatios en su obra Los Saturnalias (pág. 2 dossier), en la que se ve claramente las intenciones de este rito. Se supone que la Evocatio que se hizo sobre los dioses púnicos de Cartago era para atraer a la diosa Tanit, que fue asimilada con Juno. Según Livio, en el año 396, el dictador Marco Furio Camilo hizo una Evocatio en la ciudad etrusca de Belles para atraer a Uni (Juno). La Evocatio era un rito muy extraño, ningún otro pueblo lo practicaba.
Las divinidades asimiladas no eran desconocidas, las trataban de una forma familiar. Se aconsejaba mantener en secreto el nombre auténtico de la divinidad tutelar de la ciudad, y mucho más el nombre arcaico de la ciudad. Este secreto se supone que lo guardaban los Pontífices. Esto era una costumbre muy común entre todos los pueblos para intentar evitar este rito; con esto se puede apreciar la creencia que tenían en el poder mágico de los nombres.
Lo que nos dicen los textos sobre el verdadero nombre de Roma y el de su divinidad tutelar es muy poco. Únicamente Clinio el Viejo, en su obra La historia natural habla un poco sobre este tema. En el libro 65 de esta obra, Clinio habla sobre un tal Valerio Sorano, que hizo público el nombre verdadero de Roma y fue castigado. Al parecer, este hombre era partidario de Marco, y fue asesinado en Sicília por Pompeyo; así que parece más bien un asesinato por ser partidario de otro bando político que no un castigo. También habla de la diosa Angerona que tenía la boca tapada, aunque no dice nada sobre si esta diosa era la tutelar de Roma.
Todo esto añade grandes dosis de utilitarismo en la religión romana. Su tolerancia en aceptar dioses se producía por dos vías: el ritual bélico (Evocatio) o la asimilación pacífica para paliar un problema en concreto. No cambiaban los ritos de estas divinidades, ya que eran muy escrupulosos; los romanos querían tener pax deorum (paco - estar de acuerdo), hacer un acuerdo con los dioses para que todos los asuntos les fueran favorables, lo que se llamaba las commoditates (no creían en poder ser mejores moralmente, y mucho menos, que un dios se lo pudiera proporcionar); de esta forma, controlaban las intenciones de los dioses. Cicerón, en su Natura deorum deja claro qué es competencia de los dioses y qué no lo es. Habla de la commoditas (ventajas, cosas útiles y ventajosas) que se les pide a los dioses. Manifiesta que los romanos no daban gracias a los dioses por ser sabios, ni le rendían a Hércules la décima parte de un botín para agradecerle que les hubiera hecho buenas personas (a Hércules se le acostumbraba a rendir la décima parte de un botín de guerra); dice que la inteligencia se obtiene de uno mismo. Sin embargo, afirma que se construían altares en honor a las virtudes humanas, incluso algunas tenían ritos; también tenian una altar las commoditates.
Esto se relaciona con la tendencia romana a divinizar conceptos, y se cree que su origen está en la divinización de Ceres. Por ejemplo, los templos construidos eran: la Concordia, el Valor, la Confianza, etc.; todas estas cualidades, según los romanos, llevaban al hombre a la divinización y hacían que se reconocieran sus méritos. Victoria, por ejemplo, tenía varios templos en Roma y era representada de diferentes maneras. En el Senado había un altar dedicado a ella en el que los senadores le ofrecían vino e incienso. Cuando se instauró el cristianismo, se produjo una gran debate sobre la presencia de Victoria en el Senado que acabó con la retirada del altar.
Si tenemos en cuenta el carácter jurídico de los romanos, eso hacía que vieran la religión como un tratado en el que se está hablando de intereses recíprocos; era un tema que trataban con mucha cautela, como cualquier otro tema jurídico. Esta relación recíproca con los dioses, los romanos la llamaban facio at facias (hago para que me hagas); los tratados consistían en practicar ritos y cultos a los dioses y éstos, a cambio, les proporcionaban éxitos. Los romanos querían saber el talante de los dioses, cuál era su predisposición ante un hecho; de ahí la importancia de la adivinación, ya que los signos que enviaban los dioses no eran claros y precisaban de interpretación. Por eso se necesitaban los sacerdocios, que eran muy importantes y de un carácter muy serio.
ACTOS DE CULTO Y SACERDOCIOS:
Presentación:
Valerio Máximo trata sobre la religión en el primer capítulo de su obra Hechos y dichos memorables. En la primera parte de este capítulo habla de los sacerdotes más importantes de Roma: pontífices, augures y vates (traducido como adivinos). En la segunda parte, menciona los actos de culto: voto, acción de gracias (gratulatio), impraetitum (traducido como ofrenda, aunque significa “búsqueda de un buen presagio”), la oración (precationes) y el sacrificio. Habla sobre los pilares en los que se asienta la religión romana, que se basa en la religión antigua según afirma él mismo, y que es un legado transmitido por los antepasados que se remonta a la época de los reyes, y más en concreto, a Numa. La sistematización de la religión, pues, se concreta en Rómulo, y muy especialmente en Numa Pompilio.
Sacerdos es un compuesto de sacer dh, que a su vez, viene de la raíz indoeuropea sak-(sagrado, santificado). -Dh proviene de la raíz -dhe, que da a lugar a verbos como facio (hacer). Sacerdos pues, significa “el que hace lo sagrado”. Según los testimonios con los que contamos,los colegios sacerdotales y sus funciones fueron concretados por Numa. Prueba de esto, es un texto de Tito Livio: Ab urbe condita, en el que explica todo esto.
Dice que los rituales sagrados eran competencia del rey, sobretodo el que correspondía al flamen de Júpiter. Nos habla de los sacerdocios, de los flamines, las vestales y del pontífice, y de cómo Numa los creó por la necesidad de tener delegados. No habla de los augures, aunque dice cómo Numa hizo una consulta de augurios. Este sacerdocio era muy anterior a Numa, ya que se dice que tanto Rómulo como Remo lo practicaron, y que la propia consagración de Numa como rey fue por previo rito de augurios.
La alusión que hace a Rómulo y a Remo es de dos prototipos: uno era el rey belicoso, y el otro, el pacífico y legislador. Esta confrontación entre ambos es muy clara en toda la obra de Tito Livio y también en la de otros autores. De este contraste se ha querido sacar demasiado jugo; según unos, esta oposición demuestra la dualidad de la soberanía indoeuropea, en contraste con el carácter de los dioses; en la religión romana no hay dualidad entre los dioses, pero sí en los héroes.
En el texto se habla de la creación de la orden de los sacerdotes flamines, que estaban consagrados a un solo dios; representaban la imagen del dios en la tierra, y eso era una cosa extraña dentro de la cultura romana. Se crearon tres flamines para tres dioses, hecho que sustenta en un 80% la creación de la Tríada Precapitolina. A estos sacerdotes se les viste con elegantes vestiduras, se les da una “silla curul” (silla propia de reyes y de las altas magistraturas que tenía las patas curvas).
Se habla también de las vestales, y afirma que este sacerdocio ya existía y que Numa solamente lo organizó. Hace alusión a los sarios, el sacerdocio guerrero; y por último, habla del pontífice. Este último sacerdocio fue el más importante, ya que organizaba a todos los demás sacerdocios. Cada una de las clases de sacerdocios tenía una especialización muy concreta en técnicas y saberes especiales; no se mezclaban con los actos ceremoniales de otra clase sacerdotal.
En Roma no habían castas sacerdotales, aunque sí habían impedimentos de tipo social para acceder a los sacerdocios: no se admitían en las escuelas a los que no fueran patricios. A partir del año 300 a.C. se proclamó la ley Ogulniar, que reconocía los derechos de los plebeyos para ejercer sacerdocios; así que se reservaron la mitad de los puestos en las escuelas para ellos. Cincuenta años después, se vetaba la entrada de plebeyos para los sacerdocios de flamines y de rex sacrorum, ya que los patricios poseían mucho poder.
El sacerdote familiar era el pater familias, que tenía que tener unas características y unas cualidades especiales. Un sacerdote público, además, tenía que haber hecho algún servicio público y militar; normalmente, los sacerdotes eran a su vez cónsules. El hecho de tener estas dos vertientes era considerado bueno para la ciudad. Casi todos los sacerdotes, pues, desempeñaban alguna magistratura; así que en conclusión, podemos decir que la institución política y la religiosa eran la misma cosa.
El Pontifex:
Según algunas fuentes, el Pontifex fue nombrado por Numa, que debía de ser el Pontifex Maximus, pero los testimonios son contradictorios. El colegio de pontífices agrupaba a un máximo de cuatro o cinco miembros en un principio, pero que en la República se extendió a quince. El colegio era presidido por el Pontifex Maximus.
Se ha dicho que la palabra pontifex viene de la expresión pons facere (el que hace puentes). La teoría más antigua que se ha mantenido decía que la forma de esta palabra era una reminiscencia de la antigua historia de Roma; la gente vivía en villas y para comunicarse entre sí, usaban puentes. Esta postura se remonta hasta Varrón, que insiste en entender “puente” como obra arquitectónica. Ahora se cree que no se ha de interpretar como “puente”, sinó que se ha de hacer en un sentido más arcaico: nos hemos de fijar en la raíz pent- (andar, pisar), y en el sánscrito pánthh (pasar, caminar). También se puede interpretar como pontos (vía marítima a modo de unión); significaría que los pontífices prepararían los caminos, aunque no sabemos cuáles. Se ha dicho que abrían los caminos y que propiciaban la expansión de un pueblo. También se ha querido entender con un sentido más espiritual: el pontífice sería aquél que guía hasta los dioses. En esta línea, se ha querido relacionar con la palabra pathikpt, qu era un epíteto a Agni (el que llevaba por el camino para hacer pfrendas a los dioses).
Los pontífices atendían el culto de todas las divinidades protectoras de Roma, como por ejemplo a Vesta y a los Penates públicos. Supervisaban todos los ritos que se hacían y también controlaban al resto de los sacerdocios. Asesoraban a los magistrados y a los senadores, y su principal tarea era la confección del calendario: establecer los días laborables, los festivos, los de comicios, etc. Esto era muy importante, ya que el calendario regulaba la vida; la creación de éste se remonta hasta la época de Rómulo y Remo.
MITOLOGÍA I RELIGIÓN ROMANA - T1 Asignatura Optativa
2º Cuadrimestre -
18
-Plutarco; Las cuestiones romanas.! libro muy recomendado
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Enviado por: | Mª Pilar |
Idioma: | castellano |
País: | España |