Filosofía y Ciencia
Descartes
Descartes
I. Términos y expresiones.
Términos:
Razón: Descartes define, lo que él llama razón o buen sentido como “la facultad de distinguir lo verdadero de lo falso”, que, a su juicio, es igual en todos los hombres. Por lo tanto no existen para él, en este sentido, diferencias individuales: todos poseemos la misma capacidad de razonamiento.
Por otra parte, Descartes destaca la razón como “la única cosa que nos hace hombres y nos distingue de los animales”. La nitidez y distinción de ciertas ideas es una muestra o consecuencia del buen uso de la razón. Mediante ésta, Descartes cree haber llegado a formar un método único que tiene como finalidad aumentar gradualmente el conocimiento hasta los límites de lo posible.
Descartes rechaza tal principio de incomunicabilidad de los géneros, por considerar que el saber humano no se diversifica por la distinción de objetos formales, pues siendo la razón una, el saber del hombre es uno sin admitir límites interiores.
La razón se considera “el juez supremo” a quien corresponde determinar lo verdadero y conveniente en el conocimiento, en la vida política y en la moral. Matemáticas y Geometría ejemplifican ahora el ideal del nuevo saber a fomentar.
Descartes, como racionalista, opina que el hombre, utilizando adecuadamente su razón, puede llegar a la verdad en todos los campos del saber.
Idea: En general representa cualquier intelectual u objeto del pensamiento. En sentido más preciso significa la especie única que se localiza en multiplicidad de objetos: por ejemplo, la idea de casa en todas las casas, la idea de coche en todos los coches
En Descartes, las ideas son una representación o fotografía que contemplamos, no una lente a través de la cual percibimos las cosas.
La actividad del pensamiento consiste en pensar (manejar, relacionar, procesar) ideas.
Las ideas pueden ser consideradas bajo dos aspectos:
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En cuanto actos mentales (= modos de pensamiento), todas tienen la misma realidad.
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En cuanto poseen un contenido objetivo, son muy distintas entre sí: más importantes las que representan sustancias que las que representan accidentes o modos.
Es en el "Cogito ergo Sum" donde encuentra Descartes la idea clara y distinta que ha de servir de base para construir toda su filosofía es una primera verdad que iba a servir para deducir todas la demás verdades cartesianas.
Para Descartes es una Idea Clara y Distinta, aquella idea que se me impone como evidencia inmediata, se impone sin necesidad de raciocinio.
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Una idea es clara, cuando nuestro entendimiento pueda entenderla sin ninguna dificultad.
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Una idea es distinta, cuando aparece al margen, es simple y elemental, no compuesta.
Para Descartes existen tres clases de Ideas (Según su Origen):
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Ideas adventicias: Aquellas que parecen provenir del mundo exterior, de nuestra experiencia externa.
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Ideas Facticias: Son ideas elaboradas gracias a las facultades de la imaginación y la voluntad.
Ninguno de estos tipos de ideas nos sirve como punto de partida, para la demostración de algo existente fuera de la mente.
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Las ideas Innatas, son las que no permiten esta demostración. Así el entendimiento posee estas ideas por naturaleza. Todas las ideas innatas son claras y distintas, el "Cogito ergo Sum”" es una idea innata. La existencia de las ideas innatas es la base fundamental del racionalismo.
Una de las afirmacones fundamentales respecto al pensamiento es que las ideas y principios son innatos al entendimiento. Éste los posee en sí al margen de toda experiencia sensible. A esto se llama innatismo: hay ideas innatas, connaturales al entendimiento, que no son generalizaciones a partir de la experiencia sensible.
Ota división de las ideas presente en Descartes (Según su complejidad), son la de Ideas Simples e Ideas Complejas:
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Las Ideas Simples las captamos por intuición, son las más fáciles de captar y sin posibilidad de error, sin necesidad de demostración, inmediatamente. Es el que nos muestra las verdades de la matemática, aritmética y geometría.
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La Ideas Complejas, sin embargo, las conocemos por demostración, lo que supone posibilidad de dar pasos en falso si no utilizamos el método adecuado. Por tanto, tenemos ya el criterio de certeza: será verdadero todo lo que perciba con igual claridad y distinción. Esto valdrá como regla general.
Sustancia: En sentido general es lo que define necesariamente a cada ser en su individualidad, por ejemplo: “ese árbol”, “esta casa”.
En Descartes, la noción de sustancia incluía:
la autonomía e independencia de la sustancia expresada en su definición -no necesita de otra cosa para existir-.
la percepción clara y distinta de la autonomía de la sustancia y de su independencia respecto de cualquier otra sustancia.
Es decir, sustancia es aquello que existe por sí mismo y es conocido por sí mismo. Esta definición implica que entre el orden del conocimiento y el orden de la realidad existe una correspondencia perfecta: lo que existe por sí mismo es conocido por sí mismo, y lo que es conocido por sí mismo existe por sí mismo.
Descartes comparte la misma definición de sustancia de otros racionalistas: la sustancia es aquello que existe por sí mismo y no necesita de otra realidad para existir.
Para Descartes Sustancia pensante es una sustancia que tiene su razón de ser en sí misma, no en nada exterior a ella; semejanza con la aristotélica en propiedades esenciales y accidentales; = mente, inteligencia, alma, razón, etc. Su actividad consiste en pensar, dudar, entender, afirmar, negar, querer o no querer, imaginar, sentir, etc.
En la estructura de la realidad podemos ver como Descartes nos diferencia claramente tres tipos de sustancia:
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Sustancia pensante (Res Cogitam) Yo: Todas las características que podamos atribuir al yo (cuerpo, alma, ...) sólo nos queda, después de la duda, el pensamiento: el yo es res cogitam, sustancia pensante.
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Sustancia infinita (Res Infinita) Dios: La "Res infinita" se refiere a un ser infinito, Dios, que tratara de demostrar su existencia.
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Sustancia extensa (Res Extensa): Cuerpo: El propio cuerpo de Descartes, como el de todos, forma parte de la res extensa.
Como dije anteriormente, sustancia es una cosa que existe de tal modo que no necesita de ninguna otra cosa para existir, pero tal definición sólo puede ser aplicada de modo absoluto a Dios. Así, solo la res infinita cumple estrictamente con ésta definición. Por otro lado la Res cogitans (almas) y la Res extensa (Cuerpos) Solo necesitan de una cosa para existir, Dios, la Res infinita.
Modos: Para Descartes modos son los atributos o cualidades de las sustancias. Aunque alguna vez distingue entre modos, atributos y cualidades.
Lo que percibimos no son sustancias como tales, sino atributos de sustancias, que como están arraigados en sustancias diferentes, nos ofrecen conocimiento de tales sustancias.
Los modos son modificaciones del atributo fundamental, pero de tal modo de que la sustancia individual sea un modo de este atributo. Por esta razón Descartes le llama modo de extensión y modos de pensamiento a las cosa extensas y pensantes.
Accidentes: Es lo que designa aquello que pertenece a una cosa, pero no de un modo necesario y constante. De hecho, si un accidente desaparece no queda afectada la identidad o modo de ser de aquello a lo que pertenece. En cierto sentido, accidente se opone a sustancia, término que designa aquello que una cosa es necesariamente. De ahí que se emplee el término `accidental' como contrario a `sustancial'. En filosofía pueden distinguirse dos usos fundamentales del concepto de accidente: el lógico y el ontológico.
Según Descartes son más importantes las ideas que representan sustancias que las que representan accidentes o modos.
Pensamiento: El pensamiento antropológico de Descartes es un dualismo (cuerpo-alma). Pero cuerpo y alma están integrados en el hombre, e interactuan, a pesar de ser distintos.
Con el nombre de pensamiento, comprende todo lo que esta en nosotros de tal modo, que somos inmediatamente consciente de ello. Así, son pensamientos todas la operaciones de la voluntad, del entendimiento, de la imaginación y de los sentidos.
Descartes se encuentra que el pensamiento es el único atributo que le pertenece y que no puede separarse de él. Luego razona: “pienso, luego existo”; por lo tanto si dejara de existir, dejaría de pensar; por lo tanto existo, y soy una cosa que piensa (se justifica como ente pensante).
Como dije antes, la actividad del pensamiento consiste en pensar (manejar, relacionar, procesar) ideas. El pensamiento piensa siempre ideas
Extensión: El atributo principal de la sustancia infinita, Dios, es la perfección; el de la sustancia creada espiritual, el alma, es el pensamiento; y el de la sustancia creada corpórea es la extensión. Estos atributos principales son inseparables de las sustancias de las que son atributos.
En finitiva podemos decir que la extensión es la esencia de la sustancia material.
Descartes dice que la existencia de extensión y movimiento son las únicas cosas que Dios(como Galileo), nada más.
Por otra parte Descartes afirma que pensamiento y extensión constituyen sustancias distintas, pero lo dice salvaguardando su último objetivo, el cual es salvar la autonomía del alma respecto de la materia.
Expresiones:
Luz Natural: Como podemos ver através del titutulo de una de sus obras “La búsqueda de la verdad por la luz natural” Descartes se fía plenamente de lo que el llamada de Luz Natural al decir “no podría poner en duda nada de lo que la luz natural me hace ver como verdadero” esto porque como, el muy bien dice, no tiene otra faculdad para distinguir lo verdadero de lo falso.
La Luz Natural es lo que nos hace saber con seguridad que ideas son las verdaderas y cuales son falsas, eso si pueden ser copias defectuosas pero como el dice “en ningún caso pueden contener nada mayor o más perfecto que éstas”
Genio Maligno: Descartes introduce un motivo de duda en el cual cabe pensar en la hipótesis de Dios haya puesto en mi mente unas ideas con la intención de engañarme. Pero existiría una posible objeción a esta hipótesis: podría repugnar a la voluntad divina el querer engañarme. Para evitar equívocos con la fe, Descartes sustituye la denominación de Dios engañador por Genio maligno, un ser todopoderoso que tiene la voluntad de engañarme en todo lo que pienso. Con esta hipótesis ahora parece que no puedo tener nada por cierto sin correr el riesgo de ser engañado; incluso con las verdades matemáticas puede ocurrir que “haya querido que me engañe cuantas veces sumo dos más tres, o cuando enumero los lados de un cuadrado”.
Idea Clara y Distinta: Para Descartes es una Idea Clara y Distinta, aquella idea que se me impone como evidencia inmediata, se impone sin necesidad de raciocinio.
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Una idea es clara, cuando nuestro entendimiento pueda entenderla sin ninguna dificultad.
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Una idea es distinta, cuando aparece al margen, es simple y elemental, no compuesta.
*Nota: Para más información ver el término de Idea.
Ideas Innatas: Son las ideas que: pertenecen propiamente a la mente humana. Son aquellas ideas que nos permiten demonstrar algo existente fuera de la mente, por lo tanto, todas las ideas innatas son claras y distintas. El entendimiento posee estas ideas por naturaleza. Podemos decir tambien que el Racionalismo se basa en la existencia de ideas innatas.
Así por ejemplo Descartes nos habla de Dios como idea innata, necesariamente existente, que fundamenta la existencia del mundo exterior. La idea de infinito, innata, = idea de Dios, que no puede ser adventicia porque no tenemos experiencia directa de Dios, y tampoco facticia.
Realidad Objetiva: Descartes nos dice que toda idea se origina en una causa real, extramental y de ahí deduce que si la idea como realidad objetiva exige una causa real adecuada, la idea de un ser Infinito debe tener una causa infinita, luego el ser Infinito existe (Dios existe).
Atributos del alma: Descartes duda de si el cuerpo existe, pero no duda de la existencia del alma porque encuentra que el pensamiento es el único atributo que le pertenece y que no puede separarse de él. Luego razona: “pienso, luego existo”; por lo tanto si dejara de existir, dejaría de pensar; por lo tanto existo, y soy una cosa que piensa (se justifica como ente pensante). Sin embargo admite que aquellas cosas que percibimos por los sentidos parecen ser más verdaderas que aquello que tenemos en nosotros mismos, aunque sea paradójico.
Los atributos del alma que menciona Descartes son Nutrirme,Andar, Sentir y por último Pensar.
Sustancia Pensante: Todas las características que podamos atribuir al yo (cuerpo, alma, ...) sólo nos queda, después de la duda, el pensamiento: el yo es res cogitam, sustancia pensante.
“...hallo que el pensamiento es un atributo que me pertenece, siendo el único que no puede separarse de mí. Yo soy, yo existo; eso es cierto, pero ¿cuánto tiempo? Todo el tiempo que estoy pensando: pues quizá ocurriese que, si yo cesara de pensar, cesaría al mismo tiempo de existir. No admito ahora nada que no sea necesariamente verdadero: así, pues, hablando con precisión, no soy más que una cosa que piensa.”
La Sustancia pensante, tiene su razón de ser en sí misma, no en nada exterior a ella; semejanza con la aristotélica en propiedades esenciales y accidentales; = mente, inteligencia, alma, razón, etc. Su actividad consiste en pensar, dudar, entender, afirmar, negar, querer o no querer, imaginar, sentir, etc.
Sustancia Extensa: Para Descartes son, por así decir, los objetos fisicos. La demostración de la existencia de la res extensa la realiza Descartes en la 6ª meditación metafísica. Su demostración es más difícil porque la información de éstas nos proviene de los sentidos y ya vimos como Descartes destaca en éstos su facultad de engañar.
II. La relación con el tema “Método y realidad en la filosofía Racionalista”.
Em primer lugar debemos decir que el punto de partida en el método de Descartes es la duda. Descartes quiere llegar a una certeza segura pero para llegar a ésta, tiene que dudar. La duda de Descartes es universal, no es una duda escéptica pues de ésta solo puede surgir otra nueva duda y con la duda cartesiana (Descartes) pretende alcanzar la verdad de la que no pueda tener la posibilidad de dudar. Descartes no es por lo tanto escéptico, utiliza la duda como un instrumento para alcanzar la verdad, intentando revisar los pilares de la filosofía.
La denominada “Duda Metódica” consiste en prescindir de todo aquello de lo que se pueda dudar, es decir, prescindir de todo aquello que no sea claro y distinto.
Para Descartes solamente podremos llegar a la verdad cuando se llegue a una realidad de la que no podamos dudar, algo de lo que tengamos absoluta certeza.
El método de Descarte consta de cuatro partes:
Evidencia: Admitir únicamente aquello que se presenta a nuestra mente con claridad y distinción.
Análisis: Tan solo podemos tener evidencia de Ideas simples en el análisis. (división) hay que dividir las ideas complejas, en simples.
Síntesis: Recomponemos el concepto dividido anteriormente, por medio de la síntesis. Formaremos una cadena de intuiciones parciales, cuyo resultado es una institución más general y ausente de errores.
Enumeración: Revisar todo el proceso, para estar seguros de no omitir nada
Descartes comienza dudando de los sentidos, por un hecho patente: éstos me engañan alguna vez, luego he de pensar que pueden engañarme siempre.
Cuando sueño siento la existencia de las cosas igual que en la vigilia y, sin embargo, no existen. La dificultad para distinguir el sueño de la vigilia presta la posibilidad de dudar también de la existencia de las cosas. Sin embargo es cierto que, aún fuera del estado de vigilia, hay verdades que prevalecen, las matemáticas: “Pues, duerma yo o esté despierto, dos más tres serán siempre cinco, y el cuadrado no tendrá más que cuatro lados”.
Descartes introduce un nuevo motivo de duda: la hipótesis de que puede que Dios haya puesto en mi mente estas ideas con la intención de engañarme. Pero existiría una posible objeción a esta hipótesis: podría repugnar a la voluntad divina el querer engañarme. Para evitar equívocos con la fe, Descartes sustituye la denominación de Dios engañador por Genio maligno, un ser todopoderoso que tiene la voluntad de engañarme en todo lo que pienso. Con esta hipótesis ahora parece que no puedo tener nada por cierto sin correr el riesgo de ser engañado; incluso con las verdades matemáticas puede ocurrir que “haya querido que me engañe cuantas veces sumo dos más tres, o cuando enumero los lados de un cuadrado”.
Con todo este proceso de duda , desarrollado en la 1ª Meditación Metafísica, Descartes persigue, como hemos dicho, llegar a una verdad absoluta, eliminando los prejuicios (algo parecido a la ironía socrática).
Llegado a este punto, en la 2ª Meditación Metafísica, Descartes aplica la duda a la propia duda. Y es entonces cuando encuentra un elemento que prevalece a la duda. Si dudo que dudo es indudable que sigo dudando. El hecho de dudar, aunque me esté engañando, siempre puedo tener la certeza de que estoy dudando. Y dudar o engañarse implica necesariamente que estoy pensando; y si estoy pensando es indudable que estoy existiendo. Por tanto estamos ante la primera verdad indubitable, la de mi propia existencia como verdad pensante, a partir de la cual va a construir todo el conocimiento: Pienso, luego existo (Cogito, ergo sum)
Ya en su tiempo Descartes recibió la objeción de que el cogito era la conclusión de un silogismo, a los que precisamente Descartes quiere evitar en su intento de ruptura con la filosofía medieval, cuya premisa mayor (sobreentendida) sería “todo lo que piensa existe”, la premisa menor “yo pienso”, y la conclusión “yo existo”. Pero Descartes no aceptó este planteamiento, ya que, según él, “cuando alguien dice pienso, luego existo, no infiere su existencia del pensamiento como si fuese la conclusión de un silogismo, sino como algo notorio por sí mismo, contemplado por simple inspección de espíritu. Ello es evidente, pues, si la dedujese mediante un silogismo, tendría que haber establecido antes esta premisa mayor: todo lo que piensa es o existe. Y, muy al contrario, a esto último llega por sentir él mismo en su interior que es imposible que piense si no existe.” Conviene resaltar como aquí Descartes señala que la idea de existencia es verdadera porque se le manifiesta al espíritu “como algo notorio por sí mismo”. Este va a ser, como veremos a continuación, el criterio de verdad defendido por Descartes.
Es en la 2ª parte del discurso del método donde Descartes establece su criterio de certeza.
Una vez establecida una verdad indubitable, a partir de la cual va a construir todo el conocimiento, Descartes realiza una profunda meditación analítica del cógito: por él la duda desemboca en la evidencia de la realidad del pensamiento. El contenido inmediato del cógito es la realidad existencial del sujeto pensante: la duda puede afectar a todos los contenidos del pensamiento, pero no puede afectar al yo donde estos contenidos están. Intuimos la existencia de un yo cuya esencia es ser pensamiento. En esto precisamente consiste intuir, en percibir conexiones necesarias, evidentes. Para poder intuir conexiones necesarias entre ideas, es preciso que éstas sean simples, pues sólo la relación entre ideas simples puede ser también simple. Y sólo de lo simple hay verdadera intuición. El resto del conocimiento es deducción.
Por tanto, se tiene certeza de toda verdad que se obtenga por medio de una intuición clara y, además, distinta.
Precisemos las nociones de claro y distinto para Descartes:
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Una idea clara es aquella que se presenta de forma manifiesta a un espíritu atento.
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Una idea distinta es aquella tan precisa y diferente a todas la demás que sólo comprende lo que manifiestamente aparece al que la considera como es debido.
Nos encontramos con que Descartes realiza la siguiente división de las ideas:
- Según su complejidad:
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Simples: claras y distintas
-
Compuestas: deducción a partir de varias ideas simples.
- Según su origen:
-
Adventicias: provienen del exterior
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Facticias: provienen como resultado de otras ideas
-
Innatas: pertenecen propiamente a la mente humana.
Para Descartes las ideas constituyen los elementos básicos del conocimiento: no conocemos sino ideas. Y al considerarlas como dotadas de realidad, puede plantearse la cuestión de la causa de tal realidad, planteamiento que permitirá, como veremos, resolver la cuestión de la existencia de Dios.
Las reglas del método de crecimiento de la razón las compendia Descartes en sus famosos cuatro preceptos del correcto pensar, expuestos en el Discurso del Método. El primero expresa la necesidad de precaución, de decir, partir de intuiciones claras y distintas para efectuar las posteriores deducciones, para garantizar así la fiabilidad del conocimiento. El segundo y el cuarto representan lo más genuino del método matemático, pues indican la necesidad de proceder por análisis y síntesis; para tener garantía de la verdad de nuestras síntesis, hemos de asegurarnos que la unión de una naturaleza simple con otra sea necesaria. El tercer precepto es una apelación a la necesidad de proceder ordenadamente, un orden desde lo simple a lo compuesto.
Estructura de la realidad. Teoría de las 3 sustancias.
Descartes comparte la misma definición de sustancia de otros racionalistas: la sustancia es aquello que existe por sí mismo y no necesita de otra realidad para existir.
Para él existen 3 tipos de sustancias:
Sustancia pensante (Res Cogitam): Yo
Sustancia infinita (Res Infinita): Dios
Sustancia extensa (Res Extensa): Cuerpo
1.- Sustancia Pensante
El mecanismo de demostración de la sustancia pensante lo hemos visto ya con el análisis del cogito. Todas las características que podamos atribuir al yo (cuerpo, alma, ...) sólo nos queda, después de la duda, el pensamiento: el yo es res cogitam, sustancia pensante.
“...hallo que el pensamiento es un atributo que me pertenece, siendo el único que no puede separarse de mí. Yo soy, yo existo; eso es cierto, pero ¿cuánto tiempo? Todo el tiempo que estoy pensando: pues quizá ocurriese que, si yo cesara de pensar, cesaría al mismo tiempo de existir. No admito ahora nada que no sea necesariamente verdadero: así, pues, hablando con precisión, no soy más que una cosa que piensa.”
2.- Sustancia Infinita
La demostración de la existencia de Dios la realiza Descartes en su 3ª Meditación Metafísica. Descartes recurre a Dios como garantía de verdad, puesto que hasta ahora su filosofía se había quedado circunscrita a la idea del cogito, sin posibilidad de avance.
Descartes utiliza dos pruebas para demostrar la existencia de Dios:
- Prueba de la casualidad aplicada a la idea de Dios o infinito. Todos tenemos en nuestra mente la idea de infinito, o Dios, que para él es innata. Esta idea no la puede haber generado el propio hombre puesto que es un ser finito, imperfecto. Por tanto, debe existir una causa que sea proporcional a la naturaleza de la idea: Dios.
A continuación, Descartes se anticipa a posibles objeciones hacia este argumento y les pasa revista ofreciendo su refutación.
La primera objeción vendría a sostener que la idea de infinito se podría formar a partir de la negación de la de finito. Pero para Descartes esto no es válido, puesto que la idea de infinito es mucho más perfecta que la idea de finito, al ser clara, distinta e innata.
Una segunda objeción podría ser que la idea de Dios podría ser materialmente falsa, entendiendo por materialmente falsas a aquellas ideas que representan como siendo, algo que no es realmente. Descartes rechaza esta objeción aduciendo que la idea de Dios es clara y distinta, y por tanto, verdadera.
La tercera objeción considerada por Descartes sostiene que la idea de infinito se podría formar partiendo de una progresión infinita de la idea de finito. La respuesta de Descartes es clara: la idea que formaríamos de ese modo sería la de un infinito en potencia, pues cualquiera que fuese el grado de conocimiento que consideráramos siempre se podría pensar un grado más alto; pero la idea de Dios designa un infinito en acto, sin que pueda añadirse nada a su perfección.
En cuarto lugar, Descartes se plantea, como posible objeción, la posibilidad de que mi propia existencia, que es evidente por el cogito, no implique otra existencia divina, como parece exigir la idea de infinito. Habrá, entonces, que preguntarse ¿de donde proviene mi existencia?. Sin recurrir a la divinidad caben 3 posibilidades: 1) de mí mismo; 2) de mis padres, 3) de otra cosas menos perfectas que la divinidad. De mí mismo no podría ser pues, entonces me habría otorgado todas las perfecciones que conozco, es decir, sería Dios. De mis padres tampoco podría ser, porque en tal caso habría que preguntarse de nuevo de donde toman estos la idea de infinito, si a su vez de sus padres, y así infinitamente, lo que para Descartes no es lícito (“..no puede procederse al infinito, pues no se trata tanto de la causa que en otro tiempo me produjo, como de la que en el presente me conserva”). Desechados el yo y los padres como posible causa de mi idea de infinito y de mi yo mismo, queda por analizar si podría ser una concurrencia de causas, de manera que cada una de las perfecciones que se atribuyen a Dios fuese representada en mí por una causa distinta, y de la confluencia de todas esas causas distintas yo formaría la idea de Dios. Descartes declara imposible esta opción porque lo principal que concibo en Dios es su unidad y su simplicidad, noción que no puedo formar a partir de la pluralidad.
- Argumento ontológico. Realizada ya anteriormente por S. Anselmo, es retomada por Descartes en su 5ª Meditación Metafísica. La idea de Dios es la de un ser perfecto, es decir, de un ser mayor del cual no puede ser concebido otro. La existencia es una cualidad de la perfección; por tanto, si Dios es perfecto tiene que existir.
Recordemos que Descartes decía que las verdades matemáticas eran siempre ciertas independientemente de que estemos en estado onírico o no, al menos de que existiera un Genio Maligno que las hubiese puesto en nuestra mente con la intención de confundirnos. Logrado demostrar la existencia de un Dios Omnipotente, queda eliminada la hipótesis del Genio Maligno, por contradictoria con la existencia un Dios Omnipotente. Del mismo modo, tal Dios no podría engañar al hombre, puesto que el engaño, el error, son un defecto, un no-ser, que no pueden ser el resultado de la acción de un ser Omnipotente.
Por tanto, si Dios va a ser garantía de verdad, toda idea matemática, clara, simple, innata o evidente es verdadera.
3. Sustancia extensa.
La demostración de la existencia de la res extensa la realiza Descartes en la 6ª meditación metafísica. Su demostración es más difícil porque la información de éstas nos proviene de los sentidos y ya vimos como Descartes destaca en éstos su facultad de engañar.
Partimos de que ya se ha demostrado la existencia de Dios y que cualquier idea clara y distinta es verdadera.
Descartes realiza los siguientes pasos para llegar a la demostración de la sustancia extensa:
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Bastaría concebir clara y distintamente una cosa sin otra para estar seguros de que la una es diferente a la otra.
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Yo sé que mi esencia es ser una sustancia pensante
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Pero yo tengo una idea clara y distinta de mí mismo como una sustancia pensante que no incluye la extensión; y por otra parte tengo una idea distinta del cuerpo, ya que éste es sólo una cosa extensa y no pensante. Por tanto, mi alma (espíritu) es distinta a mi cuerpo y puede existir si él.
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Sin embargo, encuentro en mí mismo ciertas facultades como las de sentir e imaginar sin las cuales puedo concebirme clara y distintamente pero ellas no pueden concebirse sin mí.
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Pero estas facultades (sentir, imaginar, ...) que no tienen su origen o causa en mí deben estar en una sustancia corpórea o extensa y no en una sustancia pensante, ya que cuando imagino algo me refiero al cuerpo y considero éste por sí mismo o bien a una idea que he percibido por los sentidos, pero yo solamente soy una sustancia que piensa: el origen de esta facultad no puede estar en mí.
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Su causa de origen ha de estar en una existencia distinta de mí mismo porque las ideas que produce la imaginación, la sensación se me presenta en ocasiones sin que intervenga mi voluntad. Por lo tanto, esta sustancia será o un cuerpo o Dios.
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Pero como ya hemos demostrado que Dios no puede engañar y Dios ha puesto en mi mente como idea clara y distinta que la causa de las ideas que provienen de la imaginación y la sensación son enviadas por las cosas corpóreas, queda demostrado que existen cuerpos extensos o corpóreos.
III. Comentar los siguientes textos de Descartes.
a) Consideraré ahora con mayor circunspección si no podré hallar en mí otros conocimientos de los que aún no me haya apercibido. Sé con certeza que soy una cosa que piensa; pero ¿no sé también lo que se requiere para estar cierto de algo? En ese mi primer conocimiento, no hay nada más que una percepción clara y distinta de lo que conozco, la cual no bastaría a asegurarme de su verdad si fuese posible que una cosa concebida tan clara y distintamente resultase falsa. Y por ello me parece poder establecer desde ahora, como regla general, que son verdaderas todas las cosas que concebimos muy clara y distintamente.
Si nos fijamos en el texto, rapidamente nos damos cuenta que lo que Descartes está haciendo ahí es establecer un criterio de verdad (criterio de certeza) en cual nos dice que debemos dudar de toda idea que no se perciba clara y distintamente. “…poder establecer (…) que son verdaderas todas las cosas que concebimos muy clara y distintamente”
He aqui que Descartes menciona el término de “claro y distinto” que ha de servir de base para construir toda su filosofía es una primera verdad que iba a servir para deducir todas la demás verdades cartesianas.
Debemos recodar los conceptos de claro y distino en Descartes.Una idea es clara cuando nuestro entendimiento pueda entenderla sin ninguna dificultad. Así mismo, una idea es distinta cuando aparece al margen, es simple y elemental, no compuesta.
Descartes nos dice en este texto que “Sé con certeza que soy una cosa que piensa”, y con esto se refiere ha que solo existe una cosa de la cual no podemos dudar, es decir, que es clara y distinta, y esta es que mientras el está dudando, está existiendo y por lo tanto, pensando. A parir de aquí nos permite formular la primera proposición sobre la cual se fundamenta el sistema metafísico de Descartes que es el famoso “Pienso, lugo existo”.
b) Por tanto, sólo en los juicios debo tener mucho cuidado de no errar. Ahora bien, el principal y más frecuente error que puede encontrarse en ellos consiste en juzgar que las ideas que están en mí son semejantes o conformes a cosas que están fuera de mí, pues si considerase las ideas sólo como ciertos modos de mi pensamiento, sin pretender referirlas a alguna cosa exterior, apenas podrían darme ocasión de errar.
Descartes nos afirma aquí que “el principal y más frecuente error que puede encontrarse en ellos consiste en juzgar que las ideas que están en mí son semejantes o conformes a cosas que están fuera de mí”.
Nos cabe preguntar ¿cómo demostrar, a partir de la primera certeza, la existencia de una realidad exterior al pensamiento? Contamos con dos elementos: el pensamiento (= actividad) y las ideas (= objetos del pensamiento). Ej: “Yo pienso que el mundo existe”, el yo que piensa (existencia indudable); el mundo exterior al pensamiento (= realidad dudosa); las ideas de mundo y existencia que indudablemente poseo (si no, no podría pensar que el mundo existe). Conclusión: el pensamiento piensa siempre ideas (en Descartes, las ideas son una representación o fotografía que contemplamos, no una lente a través de la cual percibimos las cosas). Por tanto, ¿cómo garantizar que a la idea de mundo corresponde una realidad efectiva, el mundo tal como es, más allá de las descripciones que hacemos de él? Por dos motivos:
-
La actividad del pensamiento consiste en pensar (manejar, relacionar, procesar) ideas.
-
Las ideas pueden ser consideradas bajo dos aspectos: En cuanto actos mentales (= modos de pensamiento), todas tienen la misma realidad; en cuanto poseen un contenido objetivo, son muy distintas entre sí: más importantes las que representan sustancias que las que representan accidentes o modos
Ni las ideas Adventicias no las Facticias nos sirve como punto de partida, para la demostración de algo existente fuera de la mente, tenemos de recurir entonces a las ideas Innatas. Así el entendimiento posee estas ideas por naturaleza. Todas las ideas innatas son claras y distintas, el "Cogito, ergo Sum" es una idea innata.
Las ideas y principios son innatos al entendimiento: éste los posee en sí al margen de toda experiencia sensible. A esto se llama innatismo: hay ideas innatas, connaturales al entendimiento, que no son generalizaciones a partir de la experiencia sensible.
IV. Dudas
*Anteriormente dije, porque lo leí, que Dios no podía ser una idea facticia, pero la verdad es que no entiendo porque no, como podemos estar tan seguros de que Dios no es, según la definición de idea facticia, una faculdad de la imaginación?
A ver, una vez más despues de haber rebuscado en toda la información pienso haber encontardo una respuesta coerente. Esta es que Dios no puede ser una faculdad de la imaginación del hombre visto que, siendo Dios, perfecto e infinito, nunca podría haber sido creado por un ser imperfecto y finito como es el hombre. Es esto? Supongo que si, pero de todos modos, aquí queda la duda.
*Descartes hace todo su razonamiento sobre la sustancia basándose en sí mismo (Res Cogitans). Sería posible que otras personas, es decir, otros yo, pudiensen deducir que ellos son Res Cogitans, y las demás cosas res Extensa?
*Cuando Descartes habla en su primera meditación, que debe despejar todas las ideas que había aperndido antes, y empezar su razonamiento de cero. Entonces como es posible que cuando él empieze a razonar sobre la idea de Dios, ya tenga una idea formada, si antes había desechado todas las ideas que tenía?
*Cuando habla en despejar idas aprendidas anteriormente, se refiere a todo tipo de ideas, o sólamente a las ideas adventicias y facticias, y las innatas?
*Descartes menciona por ahí “… Si fuese posible que una cosa concebida clara y distintamente resultase falsa” Puede o no, que una cosa concebida clara y distintamnte sea falsa?
V. Reflexion valorativa de mi trabajo
Una vez hecho este trabajo, me voy dando cuenta de como las ideas se van apróximando a las ideas que tenemos hoy en día. Como se pudo ver en el apartado anteiror, de esta vez me surgieron bastantes dudas, no se si eso es una buena o mala señal, aunque yo veo el aparecemiento de dudas como algo positivo.
Una vez más, mi insistencia por tener muchas fuentes de información ha sido bien sucedida, mejor que en el anterior. A su vez, debo decir que no me ha gustado nada este trabajo, no por el tema en si, sino por la cantidad de cosas que sé que no deben de estar bien, y seguramente por cosas que me faltan por asimilar. No sé si serán muchas o pocas las cosas que no tengo claras, por eso espero que seas tu la que me lo digas…
Por otro lado, siento que en los textos, sobre todo en el segundo, que no le “saqué el juguo”, creo que perdí la oportunidad de contar algunas cosas sobre Descartes ahí, y esto solo viene a provar dos cosas. Una, lo que decía antes, que me faltancosas por matizar, dos; que estoy aprendiendo a autoevaluarme y a notar cuando me faltan cosas, cuando lo podría haber hecho mejor y esas cosas… Al menos sé cuando hago bien las cosas. Atención! No estoy diciendo que el trabajo esté mal, ni mucho menos. Me parece que está bueno, no muy bueno, pero bueno si m eparece que esté, apesar de los posibles erores que eventualmente haya cometido…
Trabajo realizado por: José Lorenzo Escudero
Curso: Cou A
Fecha: 6 de Febrero del 2000
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Enviado por: | Xuxé |
Idioma: | castellano |
País: | España |