Psicología
Desarrollo en la adolescencia
Índice:
Introducción: En este trabajo hablo del desarrollo de una persona cuando es adolescente. Lo he escogido porque es la etapa más reciente en mi vida. Es un trabajo en el que hablo de las etapas por las que pasa un adolescente, los cambios que da, el desarrollo de la manera de percibir lo que lo rodea, la personalidad...
¿ Qué es la adolescencia? ------------------------------------------------------------------------pag_3
El desarrollo cognitivo y el aprendizaje en la adolescencia -------------------------------- pag_6
Desarrollo de la personalidad -------------------------------------------------------------------pag_8
Relaciones sociales en la adolescencia --------------------------------------------------------pag_12
Conclusión: después de haber leído el contenido del trabajo llegamos a la conclusión de que la adolescencia es una etapa difícil por la que tienen que pasar todas las personas. El adolescente se enfrenta a muchos cambios, desde el desarrollo de su cuerpo, hasta el cambio que da el entorno que le rodea, pasando por la forma de pensar que le ayuda a pasar esta etapa facilitándole o dificultándole el proceso de cambio.
Bibliografía:
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Desarrollo en la infancia y la adolescencia, de E.Berk
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Desarrollo psicológico y evolutivo de la educación. J. Palacios, M. Carretero y J.A. León Cascón
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¿Qué es la adolescencia?
Es la etapa que se extiende desde los 12-13 años hasta aproximadamente el final de la segunda década de la vida. Etapa de transición en la que no se es niño, pero en la que aun no se tiene el estatus de adulto. Erikson la denomino como el compás de espera que la sociedad da a sus miembros jóvenes, mientras se preparan para ejercer los roles adultos.
La adolescencia que hoy en día conocemos, no ha existido desde siempre, o no ha existido del modo en que nosotros la conocemos. Los antiguos pensadores, habían identificado unos años de vida de las personas que se caracterizaban porque los que eran niños empezaban a disciplinarse, a desobedecer a los padres, a tener deseos sexuales... las personas a las que se referían constituían una minoría de la población, entre 13 y 20 años.
Durante siglos los niños empezaban a trabajar entre los 7 años y los comienzos de la pubertad; pocos estudiaban y mucho menos lo hacían por encima de los 10-12 años (estos no estaban ocupados por edades diferenciadas, ni permanecían mucho en el sistema educativo). No existía una cultura adolescente, ni la adolescencia era percibida por un estadio particular del desarrollo.
En Occidente la Revolución Industrial cambia muchas cosas. La industrialización dio importancia a la capacitación, formación y estudio. Hijos de clases medias y altas tendían a permanecer en los estudios. Al final se les unieron los hijos de obreros, cuando se introdujo la escolaridad obligatoria, que se ha alargado a los 26 años. Muchos de ellos proseguían sus estudios después de la escolaridad obligatoria. Esto quiere decir que la incorporación de los adolescentes al estatus adulto se ha retrasado notablemente.
Es debido hacer una distinción entre dos términos: pubertad y adolescencia. Pubertad: conjunto de cambios físicos que a lo largo de la segunda década de la vida transforman el cuerpo infantil en cuerpo adulto con capacidad para la reproducción; es un fenómeno universal para todos los miembros de nuestra especie. Adolescencia: periodo psicosociológico que se prolonga varios años, se caracteriza por la transición de la infancia a la adultez; no es universal, por lo tanto no adopta en todas las culturas el patrón que adopta en la nuestra.
Durante la pubertad se producen una serie de cambios físicos, hablemos de ellos y de sus consecuencias psicológicas. Los cuerpos de niños y niñas son prácticamente iguales salvo los caracteres sexuales primarios. Al final de los cambios los cuerpos femeninos y masculinos se tendrán unas diferencias notables. El proceso de transformación física es puesto en marcha por una serie de mecanismos hormonales, muy distintos en chicos que en chicas.
En los chicos, la primera manifestación de los cambios es el comienzo del crecimiento de los testículos, seguido por el surgimiento del vello púbico, crecimiento del pene y cambio en la voz. El vello comienza a salir en las axilas, y la piel existente entre el labio superior y la base de la nariz. Mas adelante se producen espermatozoides y se dan las primeras emisiones de semen, las cuales pueden ser inducidas o espontáneas. A continuación el vello púbico se pigmenta y el crecimiento alcanza su máxima velocidad. Continua con el crecimiento del pene y testículos, aumentando luego la emisión de espermatozoides. Por ultimo crece el vello en las axilas, crece la barba y la voz cambia. A partir de ahí el crecimiento se desacelera.
En las chicas, el cambio empieza con el redondeamiento de la cadera y el primer abultamiento del pecho, junto con el surgimiento del vello pubico no pigmentado. Útero, vagina, labios y clítoris aumentan mas adelante su tamaño. Vello pubico crece mas deprisa y pigmentado, se desarrolla el pecho, con pigmentación en las areolas y pezones. Seguidamente comienza a pigmentarse el vello axilar. La velocidad de crecimiento alcanza su cota más alta; se da la primera menstruación. Termina de crecer el vello pubico, el pecho adquiere su conformación adulta y el vello axilar completa su crecimiento. Velocidad del crecimiento se desacelera.
Estos procesos se producen de manera lenta, algunas manifestaciones más evidentes que ve el observador externo, son la parte inicial de un proceso iniciado bastante tiempo antes. Las edades en las que ocurren son: en los chicos de 12-13 años hasta 16-18 y en las chicas de 10-11 hasta 14-16. estas son las edades promedio, pero ay una gran variedad. A pesar de la heterogeneidad interindividual en los momentos en que los cambios ocurren, se da una gran semejanza en la secuencia con la que ocurren.
Las causas por las que la maduración ocurre mas temprano o más tarde son diversas. Están implicados aspectos genéticos y ambientales, entre ellos la alimentación es muy importante. Pero ¿qué impacto psicológico puede ocasionar el madurar precoz o tardíamente?
Durante la adolescencia se presta mucha atención al cuerpo, sus características, desarrollo y semejanzas y diferencias respecto al cuerpo de los demás. Eso ocurre en nuestra cultura en la que existen unos estereotipos de belleza respecto a los cuales se valorará el adolescente. Cuanto más se parezca su cuerpo al estereotipo se sentirá mas conforme con su propio cuerpo.
Los efectos de la maduración precoz o tardía tienden a ser diferentes tanto en las chicas como en los chicos; en los chicos, la maduración precoz es casi siempre bien recibida por aquellos a quien afecta. En cambio el que madura mas tarde, se siente más inseguro. Para unos y otros se dan efectos en el área de la socialización que pueden ser importantes: El de maduración precoz, puede verse presionado a comportarse de acuerdo con criterios que se relacionan con su madurez física que con su madurez psicológica, lo que puede significar tensión para el chico y sentimientos de incompetencia. Al que madura lentamente le ocurre lo contrario: se espera un comportamiento más infantil de aquel que realmente es capaz de producir. En las chicas la maduración temprana no es bienvenida por quien la padece, que puede incluso tratar de ocultar sus signos externos más visibles, porque tiene miedo a llamar excesivamente la atención, a crecer demasiado o a engordar mas de la cuenta. Estas chicas pueden verse presionadas por chicos mayores que ellas para establecer un tipo de relaciones para las que aún no están capacitadas. La que madura tardíamente puede que tenga menos problemas respecto a ese tema, estas chicas maduran a la misma edad que los chicos que lo hacen de forma precoz.
Respecto a esto podríamos hacer un apartado que dijera: “adolescencia: ¿tormenta o drama?”. La adolescencia es una época de turbulencias, de cambios dramáticos, de tensiones y sufrimientos psicológicos abundantes.
Hay adolescentes para los que esta época de la vida es especialmente tormentosa y otros para los que es más fácil, aún no estando exenta de problemas. Se puede afirmar que el adolescente turbulento, atormentado y problemático existe, pero que no es el tipo de adolescente predominante. Las dificultades existen como uno de los elementos integrantes del cuadro de la adolescencia, pero su importancia no debe quizá a ser ni enfatizada, ni infraestimada. La adolescencia plantea problemas específicos, de manera sucesiva, lo que permite al adolescente (en la mayor parte de los casos) irlos abordando de forma secuencial.
Se realiza una cómoda transición de la adolescencia a la edad adulta. La incorporación de los adolescentes al estatus adulto se retrasa cada vez mas, cada vez con mas frecuencia nos encontramos con personas que son física y psicológicamente adultas, pero siguen siendo socialmente no adultas.
Hay que resaltar el análisis conflictivo de la adolescencia. Puede ocurrir que el adolescente que se enfrenta a los conflictos lo haga en un contexto familiar y extrafamiliar en que los conflictos ajenos al adolescente son frecuentes. En medio de estos problemas y conflictos, la mayoría de los adolescentes realizan una buena transición de un estadio evolutivo al otro con tensiones y conflictos a los que hacen frente y que la mayoría resolverán de manera satisfactoria.
Hay teorías psicológicas que se refieren a la adolescencia y que nos interesan en la discusión de hasta que punto lo que ocurre en ella es una ruptura o una continuidad con el pasado. Teorías que hablan de la discontinuidad y de la discontinuidad.
Las que resaltan la discontinuidad son aquellas que defienden la existencia de estadios (palabra que significa cambio cualitativo o transformación) de desarrollo. Con Piaget, la adolescencia marca el acceso al pensamiento formal, una nueva forma o estilo de pensamiento que se caracteriza por hacer extensiva al dominio de las ideas, principios y proposiciones abstractas la lógica que el niño ya había desarrollado para dar razón de los hechos y acontecimientos concretos y observables. Se defiende una reestructuración de las capacidades cognitivas del adolescente que una vez producidas, supone un salto cualitativo.
Las que hablan de la continuidad en el desarrollo. Se resalta el papel de los aprendizajes que la persona hace en el contexto social y se preguntan por el grado en que los aprendizajes infantiles preparan al individuo para los ajustes a los que se vera obligado en la adolescencia. Los niños que hayan hecho el aprendizaje de la independencia, autonomía y la iniciativa, de la expresión de sus deseos y necesidades, estarán mas preparados para responder a las demandas de esas conductas que se les van a ir planteando de manera creciente durante la adolescencia. El argumento central de lo que nos encontramos es el producto de toda la historia evolutiva previa, y que no se dan rupturas con el pasado ni transformaciones cualitativas.
Así llegamos a ver que la discontinuidad es predominante para unos y la continuidad lo es para otros.
Se puede cambiar las denominaciones continuidad y discontinuidad por la de transformación, para referirse a lo que ocurre en esta etapa de la vida humana. Este concepto permite mantener la idea de una continuidad con el pasado y de un cambio. Lo que le ocurre al adolescente no difiere de lo que ocurre en otras etapas de transición en la vida humana. La adolescencia es una de las transiciones que se realizan con menor soporte social, o con mayores contradicciones sociales proyectándose sobre el individuo en transición. A pesar de eso, la adolescencia es una transición de gran importancia en la vida de las personas, en la que habrá elementos que del pasado que se mantengan y elementos nuevos que aparecerán o se habrán de construir.
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El desarrollo cognitivo y el aprendizaje en la adolescencia.
La adolescencia abre la puerta a un nuevo mundo que conlleva importantes y profundos cambios no sólo en la propia imagen del individuo y en la manera de interactuar con sus iguales y el resto de las personas, sino que se extiende a nuevas formas de pensamiento. Los adolescentes alcanzan un nuevo y superior nivel de pensamiento que va a permitirles concebir los fenómenos de manera distinta a como lo habían hecho hasta entonces. Este pensamiento, caracterizado por una mayor autonomía y rigor en su razonamiento, se ha denominado pensamiento formal. Hablemos de la concepción piagetiana de las operaciones formales. Inhelder y Piaget presentaron un trabajo en el que exponían las características del nuevo estadio de las operaciones formales, que emerge de 11-12 años y se consolida hacia los 14-15 años. Su importancia reside en el hecho de ser el estadio final de la secuencia del desarrollo cognitivo y en ofrecer un marco coherente para comprender la naturaleza de dicha maduración cognitiva.
Se utilizó el método clínico. Consistía en presentar a sujetos de edades comprendidas entre los 5-16 años, unas tareas relacionadas con la física y química. Se pedía al sujeto que explicase los factores que intervienen e influyen en los problemas. El sujeto verbalizaba sus explicaciones y acciones que eran observadas y registradas por el experimentador. El objetivo era determinar si el niño y adolescente poseían una determinada habilidad o estrategia cognitiva.
Consideran que el estadio de las operaciones formales podía resumirse en una serie de características que se han denominado características estructurales y funcionales. Las primeras se refieren a las estructuras lógicas utilizadas por Piaget en su intento de formalizar el comportamiento de los sujetos ante las tareas que se les presentaron. Las segundas se refieren a rasgos generales que presentan formas, enfoques o estrategias para resolver problemas.
Piaget mantenía otras posiciones respecto a como se desarrollaba el pensamiento formal, dijo que es un pensamiento universal, uniforme, homogéneo, atiende a la estructura de las relaciones entre los objetos antes que a su contenido, el pensamiento que posen los adolescentes es similar a en todos sus rasgos al pensamiento adulto.
La comprensión de nociones sociales en la adolescencia es complicada. Buena parte de los alumnos de nuestros centros escolares no comprenden adecuadamente los contenidos básicos que se imparten en la actualidad. Se hacen dos precisiones: la primera esta relacionada con las condiciones socioeconómicas y culturales en las que se desenvuelve el alumno, esto influye decisivamente en la comprensión de los contenidos escolares, en el sentido de que los alumnos procedentes de medios socioculturales más desfavorecidos muestran unos resultados más pobres en las diferentes pruebas. Los alumnos medios más elevados tienen una comprensión de los conceptos sociales q sigue indicando una clara deficiencia en este sentido, aunque sea claramente mejor que en resto de los alumnos.
En definitiva, a respuesta que se ofrece era que los alumnos no entendían los contenidos escolares porque su desarrollo cognitivo no se lo permitía. Esta interpretación venia avalada por las investigaciones que mostraban deficiencias importantes en la adquisición y utilización del pensamiento formal en la adolescencia. Las operaciones formales son un conjunto de estrategias que permiten al alumno manejar conceptos abstractos y resolver problemas complejos, se trata de un pensamiento que no es totalmente formal.
Uno de los factores que inciden en la resolución inadecuada de problemas es el que hace referencia a las ideas previas que poseen los alumnos cuando las relacionan con el contenido de dichos problemas. Estas contradicciones suelen ser muy frecuentes.
El desarrollo no puede concebirse al margen del aprendizaje, es decir, si la adquisición del pensamiento abstracto o formal en la adolescencia depende en buena parte de la experiencia del sujeto, resulta obvio pensar que al menos una buena parte de esa experiencia se adquiere, o se debería de adquirir en la escuela.
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El desarrollo de la personalidad en la adolescencia.
El desarrollo del ser humano es siempre unitario; es un desarrollo integrado. La diferencia de ámbitos, posee un interés analítico y sirve a fines de clarificación de los procesos. Pero estos procesos se encuentran imbricados unos con otros y solo son separables en el análisis de nuestros conceptos.
Hay una pregunta a la que responder: ¿qué se entiende por personalidad? Se entiende un conjunto de sistemas comportamentales, estrechamente relacionados entre si, y que principalmente se definen por el hecho de que individuos distintos reaccionan y se comportan de manera diferente; la realidad de la unidad del sujeto de conducta en sus distintas actividades psicológicas y de comportamiento; el hecho de que este sujeto es verdaderamente agente, activo y reactivo frente a la estimulación externa.
También usamos el concepto de personalidad para referirnos a ciertas clases de conductas relativas sea al autoconocimiento, sea al reconocimiento interpersonal en la presentación de la propia identidad en las relaciones sociales.
Los contenidos de la personalidad están en proceso y consisten en procesos. No podemos propiamente hablar de personalidad sin incluir la perspectiva temporal y evolutiva.
La personalidad en un proceso evolutivo. En el momento de nacer, o antes, somos personas en el sentido jurídico del termino: sujetos de derechos y deberes. Pero el niño recién nacido no ha desarrollado una personalidad. Esta se constituye evolutivamente. La adolescencia presenta un momento importante en la formación de la personalidad y de los diferentes sistemas que la integran.
Desde el punto de vista psicológico la adolescencia puede ser descrita como un periodo de transición de la infancia a la adultez. Puede ser caracterizada como un periodo preparatorio para la edad adulta. Es un momento de iniciación. Seguramente no es un periodo preparatorio, es un momento de recapitulación de la pasada infancia, de toda la experiencia acumulada y ahora puesta en orden. La adolescencia constituye un periodo y un proceso: a) activa desconstrucción de un pasado personal de un pasado personal; b) de proyecto y de construcción del futuro a partir de un enorme potencial y acervo de posibilidades activas que el adolescente posee y tiene conciencia de poseer. En este proceso determinados temas vitales pasan a hacerse preponderantes en las relaciones del adolescente con su miedo y en su propia vivencia fenomenológica.
Existe una cierta imagen tópica de la adolescencia como edad turbulenta, de ebullición y estallido de fuerzas, surgidas de repente. El adolescente aparece como un ser patéticamente susceptible y vulnerable, dominado por muy fuertes sentimientos, dentro de los cuales no se gobierna bien y no acierta a orientarse. Esta es una idea romántica en la edad adolescente.
Las características de la edad adolescente se hallan determinadas por la cultura. La adolescencia es una determinación social: una invención propia de las modernas sociedades industriales. En toda sociedad, hay adolescencia; hay un periodo mas o menos largo de desarrollo psicosocial de la persona, en torno a la pubertad.
La pubertad es el hecho fisiológico, transcultural. La adolescencia es el proceso y periodo psicosocial que se corresponde con ella y la acompaña. Este proceso no se desarrolla de igual modo en todas las sociedades. Ni siquiera la duración de la edad adolescente es la misma en distintas culturas o épocas históricas.
Algunas culturas marcan ritualmente la pubertad mediante ceremonias de pasaje y de iniciación, y alrededor de las cuales se constituye la adolescencia. Suele ser muy breve en la mayor parte de las sociedades. Se subraya que es un momento iniciativo: se abandona el estado de una minoría de edad, y se pasa a un estado de plena responsabilidad en la sociedad de los adultos. Son ritos que contribuyen a aliviar los conflictos psicosociales que podrían dañar a los adolescentes en este difícil paso.
La cultura occidental, la nuestra, no conoce ritos de transición a la vida adulta. Quizá es atribuible a esta falta de rito de transición la larga duración de la época adolescente en nuestra sociedad.
En nuestra cultura la adolescencia se extiende a lo largo de un periodo en que el individuo, aunque biológicamente ya maduro para la actividad sexual plena y para el trabajo, es considerado socialmente inmaduro. La relimitación sociocultural es imprecisa. Mientras la pubertad puede ser fechada en una cronología inequívoca, la adolescencia carece de limites cronológicos claros. La duración puede ser tan larga como un decenio.
En el pasado el adolescente aunque biológicamente maduro para la vida sexual, era juzgado socialmente inmaduro para su ejercicio. En la actualidad mientras persiste la reticencia social ante la sexualidad juvenil, el adolescente, es el potencial trabajador, que todavía es un desempleado, que continua en situación de estudiante, y que con ello trata de capacitarse para futuras responsabilidades, o esta a la espera de conseguir su primer empleo.
El tema vital de la personalidad del adolescente es el desarrollo del yo y de la identidad personal. Su desarrollo se vincula con la propia historia del adolescente. Es en la adolescencia cuando comenzamos a tejer nuestro propio relato personal y ese relato constituye el discurso fundamentador de nuestra personal identidad.
Erikson ha analizado el desarrollo de la personalidad, en particular la personalidad sana, como génesis de la identidad, a través de etapas, que conducen a una diferenciación, individualización y plenitud de la persona. Según Erikson, el desarrollo humano obedece a un principio genético activo y dinámico.
La adolescencia es 1 momento clave y critico en la formación de la identidad. Hay etapas que contribuyen a la diferenciación de la personalidad y a la génesis de la identidad. Es en la adolescencia cuando el individuo alcanza ese punto de sazón que permite vivir en sociedad y relacionarse con los demás como persona psicosocialmente sana o madura. Etapas por las que atraviesa la identidad personal:
1_ El periodo de lactancia y el reconocimiento mutuo. El lactante se define como “yo soy lo que espero tener y dar”
2_ La primera infancia y el deseo de ser uno mismo: “yo soy aquello que puedo querer libremente”
3_ La infancia y la anticipación de roles: “yo soy aquello que puedo imaginar que seré”
4_ La adolescencia y la identificación con la tarea: “yo soy lo que puedo aprender para hacer una tarea”
5_ La adolescencia y la cristalización de la identidad: define quien es él mismo, a través de sus actividades, aficiones, aspiraciones y sus amores, proyectando sobre el otro la propia imagen de si mismo.
6_ La vida adulta, mas allá de la identidad.
7_ En un primer momento adulto, es la adquisición de la intimidad, de una relación privilegiada intima, compartida con otra persona, frente al aislamiento, al distanciamiento y a la soledad. Superación del “yo soy” en un “nosotros somos”
8_ La “generatividad” o creatividad, característica de quien es capaz de ampliar su propio yo, como resultado de su acción.
9_ La integridad, aceptación del carácter único y exclusivo del ciclo vital, limitación de las experiencias y de las opciones, unido a una acrecedentada seguridad en si mismo. “Yo soy aquello que sobrevive de mi”
En este desarrollo de la identidad, la capa adolescente representa un momento de encrucijada en la que se consolida la identidad, se recogen las lineas de diferenciación personal propias de las etapas infantiles y se prepara la madurez de la vida adulta. No es un momento fácil, y no siempre en el se alcanza una identidad lograda, que se compone de varios elementos: definición y autodefinición de la persona ante otras personas, ante el mundo social y ante los valores; diferenciación personal inconfundible y autenticidad del individuo.
La adolescencia es un momento evolutivo de búsqueda y consecución de la identidad del individuo. Esta resulta de la sedimentación de todas las pasadas identificaciones que con otras personas vivió el adolescente en su vida infantil. En la identidad personal estas identificaciones quedan integradas y trascendidas hacia un proyecto de vida.
La adolescencia es una etapa psicosocial. Su logro evolutivo individual depende de circunstancias sociales e históricas, que pueden facilitar o dificultar el adherirse a un determinado estilo de vida e identidad personal.
No siempre consigue el adolescente una identidad lograda. La crisis adolescente se resuelve en el fracaso o en el malogro. Hay varias formas de fracaso, desde una verdadera confusión de la propia identidad, hasta una mera difusión de la misma, difusión manifestada en vivencias o sentimientos contradictorios. Erikson sostiene que cada etapa de formación de la identidad se corresponde con una determinada institución social, que en el caso de la edad adolescente es la ideología.
Se han señalado distintos tipos o regímenes de la identidad: a) realización lograda de la propia identidad, personas que tras un periodo de crisis se hallan encaminados a proyectos vitales bien definidos; b) la hipoteca, individuos que han adoptado unas ideologías y proyectos vitales adoptados por decisión paterna; c) la moratoria o aplazamiento, personas bloqueadas en crisis de identidad; d) difusión de la personalidad, en adolescentes indecisos sin llegar a situarse en una dirección ideológica y vocacional.
Por otro lado esta el concepto que el adolescente tiene de si mismo. Este concepto constituye uno de los elementos integrantes de la identidad personal; es un conjunto de conceptos, de representaciones, de juicios descriptivos y valorativos acerca del propio sujeto. Se refiere a uno mismo bajo distintos aspectos: el propio cuerpo, el propio comportamiento, la propia situación y relaciones sociales.
El auto concepto es autoconocimiento: implica un conjunto bastante amplio de representaciones y de procesos cognitivos autoreferidos. Las leyes de los procesos por los cuales nos autoconocemos son las mismas que las que rigen los procesos por los que conocemos la realidad externa; son las mismas leyes que rigen nuestro conocimiento social e interpersonal.
Los problemas psicológicos y de personalidad en la adolescencia están estrechamente ligados a los temas vitales propios de la etapa. La intensidad del ritmo de cambio en los años adolescentes, la enorme discrepancia entre los comportamientos esperados de un niño y de un adulto, la dificultad en pasar de unos a otros, la imposibilidad de atender a demandas a menudo irreconciliables entre si, así como de ajustar las propias aspiraciones a los marcos normativos de la sociedad: todo ello hace que no siempre resulten claros los comportamientos del adolescente en su momento transicional.
El comportamiento sexual representa un ámbito donde suele llegar a manifestarse con la mayor claridad el carácter problemático de la adolescencia como edad transicional. Con la pubertad ha comenzado la capacidad sexual propia del organismo humano maduro. El adolescente en eso, en realidad biológica, es ya un adulto. En todos los tiempos y en todas las sociedades, la adolescencia parece haber sido una etapa de particular actividad sexual.
No solo las relaciones prematrimoniales en la juventud tardía, también las relaciones sexuales adolescentes se han incrementado entre compañeros. A diferencia del pasado, tienden a desaparecer ahora las diferencias entre sexos y entre clases sociales respecto a estas relaciones prematrimoniales.
En los adolescentes la actividad heterosexual más caracterizada es la de la caricia intima sin llegar al coito. La caricia intima a su vez tiene lugar en la marca del comportamiento interpersonal de cita, y de salida con una pareja del otro sexo, inicialmente con motivo y en el marco de otra actividad social (fiestas, espectáculos...), marco dentro del cual se llegan a nacer y a desarrollarse distintos sentimientos y comportamientos: desde la mera simpatía y amistad ocasional cargada de atracción erótica reciproca, hasta el enamoramiento propiamente dicho.
Las relaciones heterosexuales no completas de los adolescentes no suelen ser consideradas problemáticas. Pero de los adolescentes se espera que no tengan hijos, además todavía se condena severamente la homosexualidad.
Los comportamientos de transición a la vida adulta, y no solo los comportamientos sexuales, presentan aspectos problemáticos para la propia identidad del adolescente.
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Relaciones sociales en la adolescencia
En la adolescencia, los espacios donde son posibles los intercambios o interacciones sociales se expanden de manera extraordinaria, mientras por otra parte se debilita mucho la referencia con la familia. La emancipación respecto a esta, en el curso del proceso de adquisición de autonomía personal y como elemento constituyente de este proceso es el rasgo más destacado de la nueva situación social del adolescente.
Paralelamente con la emancipación de la familia, el adolescente establece lazos más estrechos con el grupo de los compañeros. Primero es la pandilla de un solo sexo, luego comienzan a relacionarse y a fusionarse pandillas de distintos sexos para formar pandillas mixtas. La fase final de los grupos adolescentes, es cuando nacen y se consolidan relaciones amorosas de pareja, que finalmente se desligaran del grupo, contribuyendo a su progresiva disolución.
Hay distintos tipos o prototipos de personalidad con los valores en la adolescencia: a)el pragmático, guiado por una orientación esencialmente practica, eventualmente tecnocrática e instrumental, orientado a la productividad, responsabilidad, motivación de logro, amistad, familia, y que constituiría a la mayoría de los jóvenes; b) el vanguardista típico de personas animadoras e impulsoras de in cambio social o cultura; c) el marginal, con el que se caracteriza a los individuos que, por voluntad propia o por marginación social impuesta, quedan fuera de las actitudes y valores dominantes y fuera de la corriente social.
Unido al proceso de interiorización de los valores esta el desarrollo de la conciencia y del razonamiento moral. El desarrollo moral comprende tres tipos de contenidos: los de la naturaleza comportamental o practica, los de naturaleza cognitiva, y los de actitudes y valores.
En el estudio y teoría del desarrollo del juicio y del razonamiento moral destacan los análisis y modelos de dos autores: Piajet, interesado en el desarrollo del juicio moral en la infancia; y Kohlberg, centrado en este desarrollo a lo largo de la adolescencia y de la edad adulta.
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