Deporte, Educación Física, Juegos y Animación


Deporte en Asturias


  • INTRODUCCIÓN

  • A modo de introducción se analizarán varios puntos de vista sobre el juego y el deporte y la influencia de ambos en nuestra región, Asturias. Se comenzará respondiendo estas preguntas:

    • ¿Por qué practica el ser humano el deporte?

    • ¿En qué consisten los deportes y los juegos?

    • ¿Qué tipos de deportes se practican en Asturias y en qué consisten?

  • Definición de deporte:

  • (Cor.: De deportarse, divertirse, recrearse. En la 2ª acep. el término deporte fue resucitado para traducir el ingl. sport, que procede del fr. ant. deport.) m. Recreación, pasatiempo, placer, diversión o ejercicio físico. 2. Ejercicio físico practicado individualmente o por equipos con el fin de superar una marca establecida o de vencer a un adversario en competición pública, siempre con sujeción a ciertas reglas.

    Las manifestaciones del deporte son múltiples, ya que éste puede practicarse al aire libre o en recintos cerrados, en tierra, en el mar o, desde comienzos del siglo actual, en el aire, y se realiza individualmente o por equipos, en competencia con otras personas o entidades o para un goce puramente personal. A la idea habitual del deporte como ejercicio físico para la conservación o mejora de la salud e higiene -sin otros fines específicos-, el profesionalismo ha introducido la noción del agonismo o combate, que en determinados casos puede salirse de las reglas morales del deporte (doping, simulación, etc.).

    La creciente popularidad del deporte en su forma espectacular no sólo originó el desarrollo del profesionalismo, sino que ha obligado a una reglamentación y organización de las competiciones realizada por expertos en cada una de las especialidades. La organización deportiva nace en el individuo que se alista, para practicar el deporte, en un club o sociedad polideportiva o únicamente dedicado a determinada especialidad; este club se integra en una federación de clubs a nivel provincial o regional, y ésta a su vez en una de tipo nacional. Si la federación nacional pertenece a un deporte incluido en el programa de los Juegos Olímpicos, tiene su representación en el Comité Olímpico de su país, que es por lo general el máximo organismo del deporte. En algunos países esta supremacía recae en un Comité o Delegación que reúne las federaciones de todos los deportes, olímpicos o no, como, p. ej., el Comité National des Sports (CNS) en Francia, la Delegación Nacional de Educación Física y Deportes en España, o la Amateur Athletic Union (AAU) en EE.UU. Estos organismos rigen el deporte en sus diversas manifestaciones: organización de competiciones, construcción de instalaciones, distribución de las subvenciones estatales, etc. Su presidente es designado por el Gobierno -excepto en EE.UU., donde la AAU es un organismo autónomo y subsiste gracias a sus propios ingresos, donaciones particulares, etc- y rinde cuentas de su actuación al mismo. En algunos países el Comité Olímpico asume esta función rectora -como en Italia- y su presidente es designado por el Consejo Nacional del Estado, aunque todos los demás miembros directivos son elegidos en votación por los presidentes de las federaciones.

    Obligatoriamente cada Comité Olímpico Nacional está afiliado al Comité Olímpico Internacional (COI), considerado máximo organismo mundial en orden a legislación y organización del deporte. Al COI pertenece la organización de los Juegos Olímpicos, y sus miembros eligen las ciudades en que se desarrollará tal manifestación; dado que este organismo se fundó en 1894 bajo el impulso y la iniciativa del barón de Coubertin, su composición podía considerarse netamente tradicional y pretendía quedar al margen de problemas de tipo político o religioso. Los miembros del COI se eligen con carácter vitalicio y a la muerte -o retirada voluntaria, en algunos casos- de uno de ellos los otros miembros eligen por votación a su sucesor entre los que se presentan a la elección. En general puede encontrarse todavía en el COI un fuerte predominio de aristócratas, militares de alta graduación, etc., pero esta tendencia va reduciéndose cada vez más y su lugar lo ocupan técnicos o directivos altamente preparados de las federaciones que a lo largo del tiempo han ido integrándose en el Comité Olímpico. De esta forma el COI pierde su aspecto apolítico y su absoluta autonomía, por cuanto los nuevos miembros dependen directa o indirectamente de las autoridades políticas de sus respectivos países. Esta pérdida de autonomía puede considerarse compensada por la mayor preparación y capacidad de renovación de los nuevos miembros.

    Orígenes.

    Puede afirmarse actualmente que los orígenes del deporte son de una incalculable antigüedad, ya que recientes exploraciones han demostrado que desde los tiempos más remotos existía una "conciencia" agonística o recreativa que se expresaba en forma deportiva. Algunas especialidades, por otra parte, tenían una utilidad práctica y el hombre, en los momentos de descanso, se entretenía en practicarlas para su propio gusto: la relación entre trabajo y deporte es muy estrecha, y hoy todavía puede verse, p. ej., en los concursos de aizkolaris o cortadores de troncos, actividad profesional durante la semana que se convertía en deporte los domingos. El lanzamiento de jabalina, practicado ya por los griegos, no es más que una derivación de la utilización de este artefacto para cazar animales o, durante la guerra, como arma arrojadiza. El boxeo, como deporte, se practicaba en la región de la actual Bagdad en el año -2500; los pugilistas se cubrían las manos con unos guantes o "cestas" de plomo y cuero. Por aquella misma época, según revelan las excavaciones, en Escandinavia ya se conocían los esquíes y la forma de utilizarlos para la caza.

    La organización del deporte, entendido en una forma plenamente reglamentada, nació en Grecia, concretamente en los juegos Olímpicos, de los que se conoce su celebración en -776, aunque acaso su antigüedad sea mucho mayor, pues en la Ilíada se describen unos "juegos" en honor de Patroclo que comprendían lucha, boxeo, carreras a pie, lanzamiento del disco, tiro con arco, etc. Estas especialidades han permanecido a lo largo de los siglos a pesar de la "decadencia" de la Edad Media, a la que seguiría la restauración del deporte en Gran Bretaña durante el s. XVIII, que puede considerarse el punto de arranque para el desarrollo de los ejercicios fisicos hasta llegar al esplendor -no exento de peligros- de que gozan en la actualidad.

  • Definición de juego:

  • Psicol.

    El juego ha dejado de ser considerado una simple variante del ocio desde que se conoce su dependencia, en el niño y en el adulto, de una necesidad tan auténtica como las fisiológicas y las sociales.

    Se considera que la característica esencial del juego infantil no radica en el material utilizado, ni en la actividad objetivamente desarrollada, ni en la naturaleza de los resultados obtenidos, sino en el modo subjetivo con que el niño procede durante él. Esta conducta se caracteriza por la vivencia de un singular y específico placer o goce, y desde el punto de vista objetivo se define por la que ha sido denominada “formación funcional”, es decir, por un uso tal de las funciones que sólo en él se manifiesta el resultado inherente de su formación, lo que equivale a que el tesultado final, sea cual fuere, no es la fuente del goce, sino precisamente su terminación.

    El “retozo”, primera forma de juego, consiste en la puesta en funcionamiento de los dispositivos motores que se poseen, y constituye el 100 % de la actividad lúdica del primer año de vida. En el segundo año aparece el juego “ficticio”, basado en la imitación de personas u objetos animados, y casi inmediatamente lo hacen los “receptivos” en que se asume el papel de espectador (de láminas, dibujos, etc.). Hacia los 4 años estos dos tipos ocupan el 72 % de la actividad lúdica. Al tercer año se presenta el juego “constructivo” en el que destaca un propósito creador que constituirá el puente entre juego y trabajo. Seguirán careciendo, no obstante, aún las formas más evolucionadas de juego constructivo, del elemento que conforma las diferencias radicales entre las esferas lúdica y laboral: la expectativa de remuneración. Al imponer el adulto al niño reglas y normas de conducta, éste pierde su libertad y espontaneidad, y adquiere clara noción de su dependencia del mundo que lo rodea. Es así como se establece la antítesis entre placer subjetivo y realidad objetiva, antítesis que, sin ser definitiva, orientará pronto la doble vertiente del juego y el trabajo. Sobre este punto decisivo han construido sus utópicas teorías sociales autores como el británico Morris, aduciendo la creación artística como ejemplo de imbricación de ambas esferas al constituirse un trabajo remunerado en fuente de placer.

    La función educativa del juego es cada día más utilizada en pedagogía, y su intervención en el desarrollo del espíritu de observación, e incluso de la socialización, se ha mostrado decisiva. Es también importante su aplicación en psiquiatría infantil como medio de diagnóstico y terapéutico: el niño que no sabe expresar sus conflictos por la palabra puede revelarlos claramente en sus actividades lúdicas, suministrando un material idóneo para su elaboración por el psicoterapeuta.

    Sociol.

    El primer autor que se interesó teóricamente por el juego fue Schiller en sus Briefe über die ästhetische Erziehung des Menschen (Cartas sobre la educación estética del hombre), 1795, donde considera que “el hombre sólo juega en cuanto es plenamente tal, y sólo es hombre completo cuando juega”, desarrollando una teoría artística y sociológica sobre dicha actividad. Spencer concluyó que el juego es una dramatización de la actividad del adulto, y Wundt supuso que "no hay forma de juego que no encuentre su modelo en alguna ocupación seria que le precede". Con esto se iniciaba un nuevo período de investigación cuya base sería la de encontrar las supervivencias históricas en los juegos de actividades anteriores, religiosas o de otro tipo. Por su parte, Karl Gross interpretó el juego como libertad absoluta y gratuidad constante, tanto en los animales como en los hombres; pero lo concibió como "alegre entrenamiento" de los cachorros y niños para su vida de adultos. La interpretación de Gross es, por tanto, contraria a la de Wundt, pues si éste creía que en la prehistoria del juego había una actividad previa de otro orden, Gross, en cambio, cree que el juego está en la base de la cultura. Cuarenta años después, J. Huizinga, en Homo ludens (1938), insistía en las tesis de Gross para demostrar la importancia del papel del juego en el desarrollo mismo de la civilización. Sin embargo, como en los casos de Schiller, Spencer, Wundt y Gross, Huizinga no se interesa por los juegos en sí sino por la fecundidad del espíritu del juego en el ámbito de la cultura. Huizinga, como hizo también por el mismo tiempo el psicólogo Jean Piaget, insiste en valorar las reglas del juego, aunque mantiene el carácter de carencia de utilidad del mismo. Piaget subraya asimismo la importancia de dichas reglas sobre la formación moral del niño. Pero con ello uno y otro autores dejan al margen los juegos de azar, y éstos tampoco aparecen en la obra posterior de Jean Chateau. Este último clasifica los juegos y estudia la época en que cada uno surge, así como el aporte positivo de cada juego; divide los juegos entre los que tienen reglas y los que no las tienen, señalando que los juegos imaginativos desembocan en el arte, y que los constructivos conducen al trabajo, y que los de competición prefiguran el deporte. Añade a éstos los de fingimiento o improvisación, en los que se juega a ser un personaje, que implican la presencia del grupo. Además de estas interpretaciones psicológicas, artísticas y pedagógicas del juego, están las médicas y matemáticas. Corresponde a la medicina, p. ej., estudiar el vértigo en ciertos juegos (columpios, tiovivo, etc.).

  • “Corre por tu vida”:

  • La mejor forma de hacer revivir las fuerzas físicas es por medio del deporte compensatorio. Nadie considera que pasear sea un deporte, pero es interesante constatar cómo se activa el cuerpo con un paseo de una hora.

    Si tomamos como base un ritmo de 5,5 Km por hora, el paseante -en terreno llano- consume durante su paseo unas 350 calorías. Mientras que ante la mesa de trabajo o el aparato de televisión bastan 7 litros de aire por minuto, al andar esta cantidad casi se multiplica por cuatro: concretamente son 26 litros. Si los multiplicamos por los sesenta minutos del paseo de una hora, en ese período se respiran 1 140 litros más de aire; dado que la proporción de oxígeno es del 20% esto representa un incremento de 228 litros de oxígeno. Para transportar el oxígeno adicional, el corazón del paseante tiene que bombear 900 litros en una hora, es decir, 630 litros más que el de un hombre que permanece sentado en el cine durante un período de tiempo igual. Los músculos del caminante utilizan la mayor parte del oxígeno adicional respirado y transportado por el sistema vascular. Además, el incremento de oxígeno es beneficioso para todos los órganos del cuerpo.

    El jogging apareció en Estados Unidos hace más de una década; como prevención del infarto de miocardio, se convirtió en el deporte nacional, de la misma forma que surgió en España el popular «¡contamos contigo!». «¡Corre por tu vida!» (Run for your life!) era el lema contra la excesiva comodidad en el país más rico del mundo. Por jogging se entiende un paso de carrera ligera que se alterna con tramos, a ser posible largos, de paso normal. Como en todo entrenamiento, la regularidad es importante; si la actividad deportiva es sólo eventual, sucede con frecuencia que la persona se desploma, pues el cuerpo no puede afrontar sobrecargas inhabituales. De esta forma, entre los «corredores populares» se dan numerosos casos de infarto de miocardio entre persoñas de edad avanzada, que creen ser capaces de mayores prestaciones de las que su organismo puede dar.

    Los médicos advierten con conocimiento de causa: la muerte llega durante el fin de semana, cuando las personas que casi no realizan ningún esfuerzo se dedican a los más inconcebibles desatinos deportivos.

    El deporte practicado en los momentos de ocio, incluso para aquellas personas entrenadas, no deja de revestir ciertos peligros, si saliendo de la oficina -con los disgustos del día en el corazón- se apresuran entre el tráfico congestionado por llegar al gimnasio o al campo de juego. Si el deporte no hace más que intensificar la tensión del ser humano, deja de ser saludable. El mejor deporte sería aquel que se ejercitara compensatoriamente sin tener que realizar desplazamientos innecesarios y cuando se tiene tiempo para ello.

    Sería aconsejable que las personas con una ocupación sedentaria utilizaran con más frecuencia las escaleras que el ascensor, que al salir del trabajo caminasen hasta su casa en vez de viajar en cualquier tipo de vehículo, que interrumpiesen los largos períodos de estar sentados con un par de flexiones de rodillas. Las medidas de este tipo sirven para pensar un poco en el propio cuerpo durante el día y no sólo en los negocios o en la contabilidad. Por suerte, las compensaciones físicas de este tipo son fomentadas por algunas instituciones privadas. Un grupo asegurador de Zurich hizo instalar en las áreas de descanso de las autopistas unas barras, en las que los automovilistas no tienen por qué realizar piruetas o flexiones, pero sí, como mínimo, pueden colgarse y balancearse. Con ello la musculatura de los hombros y los brazos se relaja, lo cual es un buen remedio contra la carga unilateral que supone la conducción.

    Los ejercicios más sencillos adecuados para la oficina son los isométricos. «Isométrico» significa «igualmente largo» y quiere decir que los músculos al realizar un esfuerzo no se alargan y se contraen de forma complementaria, como lo hacen en cualquiera de nuestros movimientos habituales. Aquel que realiza ejercicios «isométricos» intenta objetivos como sevantar la silla sobre la que está sentado; o apoya las manos sobre la frente e intenta empujar la cabeza hacia atrás al mismo tiempo que ésta opone resistencia.

    También se puede empujar una pared con ambas manos, como si se intentara derrumbarla, se pueden cerrar los puños o hacer girar los ojos o la cabeza; es decir, utilizar músculos que durante el largo período de tiempo que se está sentado estaban es reposo. Estos ejercicios favorecen la capacidad de tensión: los músculos están más irrigados y por tanto reciben mayor aporte de oxígeno e incluso aumentan de tamaño si se ejercitan regularmente.

    El ideal deportivo

    El ideal humanístico mens sana in corpore sano a menudo se traduce libremente por algo así como «un espíritu sano sólo puede habitar en un cuerpo sano». Con este significado la frase del gran satírico romano Juvenal (Decimus lunius luvenalis, 60-140) carece de sentido. Conocemos muchos genios físicamente enfermos: Kant, Schiller, Nietzsche, Beethoven, Mozart, Dostoievski, Proust, entre otros. Por otro lado, también es del dominio público cuán a menudo los enfermos mentales están físicamente sanos y fuertes. Pero ¿qué es lo que realmente escribió Juvenal en su Sátira X, 356? Orandum est, ut sit mens sana in corpore sano, que significa que se debería rezar para que un espíritu

    sano habitara en un cuerpo sano.

    Es decir, ninguna referencia a una interrelación funcional entre salud mental y física, nada de renovación del espíritu a través del cuerpo. La divisa mens sana en su sentido popular es una forma típica de cita arrancada de su contexto. En ese sentido fue tomada por militaristas amantes de la cultura física y más tarde por los nazis, que daban más valor a que los soldados fueran útiles que no a que fueran sanos de espíritu y a ser posible reflexivos. De todas formas, un espíritu sano en un cuerpo sano es y será siempre el más deseable de los objetivos.

    1.4. Deportes en Asturias:

    Existe una serie de deportes o juegos deportivos que se practicaron o se practican aún en la provincia y que pueden calificarse de tradicionales. Los bolos*, de los que había dos modalidades, bolos sueltos y bolos en ringlera, era el deporte más extendido. En la primera variante, los bolos, de una altura de treinta a cuarenta centímetros y con una base de tres a cinco, se colocaban en orden escaqueado, de cinco a quince, según los casos, y sin ninguna sujeción. A cinco o seis metros de distancia, se les arrojaba una bola grande, de unos veinte a veinticinco centímetros de diámetro, que muchas veces tenía un agujero para manejarla mejor; la jugada no exigía grandes fuerzas, pero sí habilidad. Esta modalidad era también muy practicada por mujeres y no necesitaba cancha especial, jugándose sobre un terreno liso, generalmente en las afueras de las aldeas. En la segunda variante, los bolos eran colocados en línea frontal al jugador, a unos cinco centímetros del nivel de la cancha por donde corrían las bolas y sujetos al suelo por una leve masa de arcilla. La cancha era curvada y de madera bien ensamblada, de un ancho de metro a metro y medio y de un largo de diez a quince. Los bolos eran palos de tojo de poco más de un centímetro de diámetro y de unos treinta de altura. La bola maciza y de madera muy dura, de unos quince centímetros de diámetro. El jugador la sujetaba fuertemente, acompañándola a la palma de la mano, y, tomando impulso, la arrojaba con gran violencia sobre la cancha de madera, que frecuentemente era lubrificada con agua. El choque de la bola en la parte inferior de los bolos hacía saltar a éstos por los aires, rompiendo a veces algunos de ellos. Detrás de la ringlera, a unos tres metros, había una valla de tres a cuatro metros de altura. El éxito del juego consistía en hacer saltar sobre ella el mayor número posible de bolos. Esta segunda modalidad, aparte de destreza, exigía una gran fuerza fisica y se jugaba preferentemente en el occidente, donde hubo boleras famosas como la llamada de «La Capitana», en Luarca.

    La barra fue otro deporte muy popular que se practicó hasta fines del pasado siglo. Consistía en lanzar una barra de hierro, de un peso que oscilaba entre los cinco y los quince kilos, a la mayor distancia posible. En algunos pueblos se llamaba salto de la barra a un ejercicio consistente en saltar sobre una barra, con los pies juntos o con impulso, la cual se iba subiendo. El juego del pato tenía diversas modalidades. Una de ellas se realizaba colgando al ave por las patas. A una altura de tres y medio a cuatro metros; los mozos, tomando carrera, intentaban llegar al pato para cogerlo por el cuello y arrancarle la cabeza. También colocado en la misma posición, se corría a caballo con un sable u hoz muy afilados para cortarle el cuello de un tajo; esta modalidad solía tener lugar en los días de carnaval. Otra forma era la de soltar patos en la mar o en el río, siendo perseguidos por nadadores hasta su captura.

    Juegos muy populares fueron los de la pelota, las carreras, la lucha, la cucaña*, las regatas y la llave*.

    Las peleas de gallos estuvieron extendidas en Asturias, principalmente en las zonas del centro y costeras; se celebraban en pequeños circos habilitados a tal fin. Fue famosa la gallera que existía en Oviedo, en el Campo de los Patos, y que subsistió hasta la Guerra Civil. Muchas veces se dotaba a los gallos de espolones artificiales llamados navajas.

    La caza como modalidad deportiva cuenta con gran número de aficionados en la provincia.

    El salto de la zanja, generalmente rellena de agua, consistía en saltar, con o sin impulso, aquélla. A veces, como broma de mal gusto, se echaban materias fecales y porquería en el agua para hacer más penoso el fracaso de los que caían en ella. Había saltarinas muy hábiles que saltaban de espalda.

    Un juego deportivo muy practicado en las fiestas y ferias del occidente era el culucambeixos, consistente en dar saltos mortales y luego, haciéndose un ovillo, echarse a rodar por un declive.

    El juego de los anillos consistía en arrojar unas roscas de madera sobre un palo hincado a una distancia variable, a fin de introducir las mismas en el palo. En algunas romerías este juego era organizado por las mozas, que obsequiaban a los vencedores con rosquillas y avellanas.

    • La importancia concedida al deporte como componente necesario del equilibrado desarrollo físico se ha visto acrecentada en los últimos tiempos. Nuevas modalidades deportivas, intensa política de instalaciones adecuadas y campañas publicitarias estatales, estimulan al hombre medio a practicar masivamente el deporte, actividad tradicionalmente sajona que había sido relegada a un segundo término por el mundo latino. Actualmente el deporte bien pudiera considerarse, no en su aspecto espectacular y competitivo, sino en el de complementaridad de un desarrollo intelectual pleno, como un índice de progreso social.

    Las distintas modalidades deportivas pueden ser clasiflicadas como individuales y de equipo. En el primer caso (boxeo, halterofilia, etc.) los contendientes en competición desarrollan sus propias y únicas fuerzas, mientras que en el segundo caso es más importante la conjunción del grupo que las posibilidades de cada individuo (fútbol, baloncesto, etc.). Una y otra especialidad aparecen controladas estatalmente por medio de las Federaciones Nacionales en las que debe encuadrarse todo practicante. Estas Federaciones, vinculadas en el orden supranacional a organismos superiores (Comité Olímpico Internacional), se desmembran interiormente en Federaciones Provinciales, sobre las que recae la tarea de organización, coordinación y fiscalización deportiva de cada provincia. En Asturias, y aparte de las prácticas deportivas de carácter regional, como son los bolos, la llave, etc., se practican la casi totalidad de las modalidades deportivas de categoría general, agrupadas en torno a las respectivas federaciones. Cuenta Asturias con las de automovilismo, ajedrez, montañismo*, atletismo (que engloba diversas modalidades), vela*, piragüismo y motonáutica, baloncesto (en el que se encuadran las actividades infantiles de minibasket), balonvolea o voleibol, billar, boxeo, caza, natación, fútbol, tenis, esquí*, ciclismo, pelota, halterofilia, equitación, remo*, bolos*, pesca*, tiro (en sus diversas modalidades), balonmano, hockey, golf, gimnasia deportiva, aeromodelismo, motorismo, rugby, judo, lucha, arco y tenis de mesa, entre otras.

    Paralelamente al incremento de la práctica deportiva, se experimenta la promoción de instalaciones adecuadas, la construcción de complejos deportivos y la habilitación de monitores encargados de la enseñanza. A propuesta de la Sociedad Deportiva «Astur-Leonesa de Pajares» y bajo su impulso, se intenta crear una instalación deportiva en el Puerto de Pajares, en los terrenos de Braflillín. Se trata de una estación de invierno que contará con telesilla, albergue, servicio de socorro urbanización y preparación para otros deportes, con una inversión cuyo presupuesto es de 31.000.000 de pesetas. Por su parte, la sociedad Torrecerredo, de Gijón, ha construido un refugio en el puerto de San Isidro, con el fin de promocionar la urbanización de la zona. Ambas realizaciones mejorarán las condiciones para practicar el deporte del esquí y del montañismo, de tanto arraigo en nuestra accidentada geografía provincial. (datos de la época).

    Asimismo, los organismos administrativos locales y provinciales han efectuado inversiones considerables en el terreno deportivo, tales como la del Pabellón de Deportes de Gijón o el Palacio de los Deportes de Oviedo. Y junto a las iniciativas públicas cabe resaltar el extraordinario complejo deportivo, en vías de realización, promovido en Las Mestas (Gijón) por el Grupo de Cultura Covadonga y que bajo el nombre de «Grupo 2000» dispondrá de las instalaciones necesarias para la práctica de todo tipo de deportes: piscina, gimnasio, pabellón polideportivo (cubierto), piscina infantil, piscina olímpica, piscina de saltos, frontón, pistas de tenis, embarcadero en el río, boleras asturianas y demás instalaciones necesarias para atletismo, rugby, hockey, etc.

    *(Temas que se desarrollarán en profundidad en los siguientes apartados):

    1.5. Los deportes que se van a desarrollar son los siguientes:

    • Alpinismo y montañismo.

    • Bolos; de sus cuatro modalidades (bolo palma, bolo celta, cuatreada y rodao batiente), se tratarán sólo las de bolo palma y cuatreada, por ser las más practicadas.

    • Esquí; analizando los distintos puntos del viaje que nuestro instituto I.E.S. Isla de Deva llevará a cabo este invierno a la estación invernal de Valgrande-Pajares (Semana blanca).

    • Pesca.

    • Remo.

    • Vela.

    • Juegos; la cucaña y la llave.

  • ALPINISMO Y MONTAÑISMO:

  • Alpinismo:

  • Definición

    Deporte que consiste en ascender a las cumbres de las montañas. La acción de escalar montañas no es más que la manifestación exterior del alpinismo. La motivación, el deseo de acción y el amor a la montaña que lleva consigo tienen raices mucho más profundas, que hacen del alpinismo un movimiento del corazón tanto como de los músculos, un juego y un deporte, una evasión, a veces una pasión, casi siempre una mística.

    La exploración ha sido y sigue siendo el origen de esta amplia corriente que impulsa a los hombres a alcanzar la cumbre de las montañas. Tras el descubrimiento de los continentes y la conquista de los océanos y los desiertos, el hombre, ávido de descubrir y conocer nuestro planeta, se encaminó a los polos y al rnismo tiempo hacia las cumbres.

    Tuvo que adaptarse a un terreno nuevo para él. A lo largo de sus éxitos y de sus numerosos fracasos, forjó una técnica especial que debia permitirle vencer diversas dificultades, al principio poco conocidas, luego cada vez más precisas y más duras, a medida que aumentaban sus ambiciones.

    La técnica

    La montaña.

    Por compleja que parezca una montaña, los elementos pueden reducirse para el alpinista a tres: roca, hielo y nieve.

    Cualquiera que sea la naturaleza de la roca el alpinista distingue en ella dos clases bien definidas: la roca buena y la roca mala. La roca buena es la maciza, compacta, tanto si tiene origen cristalino, como el granito y el gneiss, como si es de origen sedimentario, como la roca caliza o el gres. La roca mala es la que se disgrega, y en ella los pitones no agarran.

    La nieve puede acumularse, y por efectos de la presión, del hielo y del deshielo, producir aglomeraciones de hielo que se llaman glaciares y que descienden más o menos hacia los valles. En la fisonomía habitual de la alta montaña, la distribución de la nieve, de los hielos y de las rocas está condicionada por la altura, la exposición, la latitud.

    La nieve es blanda cuando es nieve en polvo o cuando ha sido reblandecida por el sol; es dura bajo la influencia del hielo o del viento; puede formar una costra bien sea bajo la acción del sol, bien sea bajo la acción del viento.

    El hielo del glaciar es en general relativamente blando, mientras que el hielo de un corredor es mucho más compacto, más vidrioso. Se dice que una roca está helada cuando está recubierta de una película de hielo que proviene de la solidificación de agua que corre por ella. Es uno de los terrenos más frecuentes y a la vez delicados entre los que aparecen en la alta montaña.

    La cumbre de una montaña domina varias vertientes. Las vertientes abruptas son las caras; cuando son muy escarpadas, se les llama paredes. La intersección de dos vertientes toma el nombre de arista; ésta puede ser rocosa, de nieve, de hielo, o mixta. Cuando una vertiente es mucho más empinada que la otra, el viento forma sobre la arista que las separa una cornisa de nieve que forma un saliente sobre el vacío. Algunas aristas pueden ser rectilíneas y de pendiente uniforme, pero lo más frecuente es que estén erizadas de pequeñas cumbres intermedias que forman los obstáculos naturales de la arista. Una arista abrupta, poco marcada, generalmente rocosa y que se hunde en el glaciar de base se llapa un espolón. Cuando el espolón es muy empinado y se prolonga hasta la base de la montaña se denomina pilar.

    Los valles glaciares y los glaciares permiten en general adentrarse bastante en el interior de los macizos montañosos, bien sea porque se sigue la superficie del glaciar cuando no está agrietado, bien sea porque se sigue el camino de las morrenas, o bien porque se progrese a través de las cuencas superiores.

    Cuando el glaciar llega a las aristas e incluso a las caras mismas de la montaña, se endereza considerablemente en cuesta más o menos empinada, helada o de nieve, y va a perderse en las vertientes en corredores más o menos ramificados. El glaciar está casi siempre separado del corredor por una hendidura importante, que es una de las defensas de la montaña.

    La roca presenta a los ojos del escalador dificultades bien definidas: el alpinista se enfrenta a un muro, cuando la roca erige ante él una cara empinada hasta la vertical, con más o menos lugares donde aferrarse; terrazas, balcones, plataformas, más o menos anchas y más o menos inclinadas, separan en general las paredes entre sí.

    Es raro que la cara de una montaña rocosa sea absolutamente compacta; en general está estriada verticalmente en chimeneas más o menos profundas y más o menos anchas. Las chimeneas que tienen más de un metro se llaman corredores; las chimeneas propiamente dichas permiten al escalador penetrar en el interior mismo de la montaña; las hendiduras más estrechas, desde algunos milimetros hasta 10 a 20 cm, tienen el nombre de fisuras; finalmente se llama diedro al ángulo formado por dos caras planas de la roca, puede ser más o menos abierto; la roca y el hielo forman un desplome cuando la inclinación se endereza más allá de la vertical (un desplome muy marcado constituye un techo).

    La técnica individual.

    La escalada de la roca es en general fácil cuando la pendiente es débil y la roca presenta la estructura de los peldaños de una escalera. En los muros más abruptos, se sube como por una escalera, haciendo una presa para cada miembro y desplazando un solo miembro a la vez; la dificultad de paso está determinada por la pendiente de la roca, su variedad, disposición y grosor, y por el alejamiento y la calidad de las presas; hay muros verticales fáciles, hay losas lisas de menor pendiente que resultan infranqueables.

    En las chimeneas, el alpinista progresa por oposición; ejerce esfuerzos laterales y opuestos, que provocan en cada una de las paredes de la chimenea una adherencia forzada. Cuando la chimenea tiene la anchura precisa, el método más corriente es el del deshollinador. Consiste en apoyar la espalda y las manos en una pared y los pies en la otra; en teoría se pueden subir de esta manera chimeneas verticales cuyas paredes sean rigurosamente lisas.

    Las fisuras, cuando son escarpadas, siempre oponen serias dificultades y agotan rápidamente al escalador.

    En el hielo, se utilizan botas claveteadas con suelas de caucho estriado, pero no se pueden escalar pendientes superiores a l0º o 15º sin peligro de resbalar; sobrepasada esta inclinación, hay que tallar escalones en el hielo con ayuda del piolet. El piolet es una azada pequeña y ligera, que sirve de bastón durante la marcha; en un extremo está formado por un acerado pico que abre brecha en el hielo. El tallar escalones es un ejercicio penoso, que requiere mucho entrenamiento; algunos corredores han exigido tallar centenares de escalones; esto explica que los grandes guías de la época heroica, leñadores o campesinos de profesión, fueron maestros en escalar sobre hielo. En nuestros días, el empleo de crampones hace más fácil la técnica de escalar el hielo. Suelas de acero, fijas en el calzado y provistas habitualmente de diez puntas de 3 a 4 cm de longitud, permiten una mejor adherencia en las pendientes de hielo, hasta el punto que es innecesario tallar escalones hasta los 40º más o menos. Mas allá de esa inclinación, escalar sólo a base de afianzarse en el hielo con los crampones, aunque todavía es posible, requiere un entrenamiento y una flexibilidad de los tobillos y un empleo preciso del piolet que no puede adquirirse más que con mucha práctica. A partir de 50º o 55º las pendientes de hielo son muy difíciles y sólo pueden ser escaladas por especialistas.

    En la nieve dura, el alpinista procede como sobre el hielo; y encuentra, claro está, una mayor facilidad para asirse a la roca y tallar los escalones. Las nieves profundas, que constituyen el elemento inestable y peligroso, no son técnicamente difíciles, pero precisan gran experiencia y una exacta apreciación de las condiciones. Son particularmente agotadoras cuando la nieve llega más allá de la pantorrilla, son particularmente peligrosas en toda pendiente que supere los 30º o cuando recubren una capa de hielo vivo.

    El descenso no plantea problemas particulares en nieve, hielo y roca fácil: se desciende cara al valle. En las rocas más difíciles, el alpinista da la espalda al valle, de manera que pueda hacer presa con los cuatro miembros, como en el ascenso; pero a partir de una cierta difícultad, es más rápido y seguro bajar a lo largo de la cuerda puesta doble, por el procedimiento especial del rappel. Este procedimiento permite franquear en el descenso cualquier desnivel, de roca o hielo, incluso en desplome.

    La cordada.

    El alpinismo en solitario existe, pero presenta tales peligros que, desde hace mucho tiempo, los alpinistas prefieren asociarse en una cordada, que constituye el elemento de ascenso habitual.

    La cuerda que se emplea es de 10 a 12 mm de diámetro, de cáñamo, de seda o de nylon. La resistencia a la tracción de las cuerdas modernas sobrepasa a menudo los 2 000 Kg.

    Los alpinistas se unen a la cuerda por medio de bucles y nudos especiales, muy fáciles de hacer y deshacer, a distancias variables de uno a otro de 10 a 25 ó 30 m, según la longitud de las travesias de la escalada proyectada. La cordada normal es la cordada de tres. El mejor alpinista va en cabeza (es el primero de cuerda), que es el encargado de abrir vía y colmar los seguros necesarios que el segundo recuperará en su ascensión. En las escaladas fáciles, la cordada puede estar formada por un gran numero de alpinistas e incluso puede reducirse la distancia entre ellos. En las escaladas de gran dificultad, en las que la velocidad es un elemento esencial del éxito, se prefiere la cordada de dos, más manejable, más ligera, más rápida y fácilmente reversible.

    La cuerda es el elemento principal de seguridad. El jefe de cordada, cuando ha franqueado un paso dificil y ha llegado a un punto de relevo, asegura a sus compañeros tensando la cuerda, para evitar cualquier resbalón. Esta maniobra se puede hacer alrededor de una protuberancia rocosa adecuada, o con los aparatos preparados para esta roca.

    El jefe de cordada, cuando se enfrenta con una dificultad que presenta para él un riesgo de caida, se hace asegurar de la misma manera por su segundo; la seguridad es menor y la eficacia más problemática, pero no son pocos los alpinistas que han sido salvados de esta manera, tras caidas de varios metros.

    En las pendientes muy pronunciadas, particularmente largas y dificiles, o bien si los puntos de apoyo son demasiado exiguos, la seguridad es mayor si se emplea un "pitón". Se trata de un clavo de acero, que se clava en una fisura con un martillo y al que se fija la cuerda con un mosquetón.

    Los métodos de progresión descritos son los procedimientos elementales de escalada y las maniobras que efectúa normalmente una cordada, tanto en el ascenso como en el descenso. La cuerda, y sobre todo la doble cuerda, permite el empleo de procedimientos artificiales que dan la solución a dificultades insuperables por medios corrientes. El principio es sencillo: hundiendo en la roca clavijas lo bastante próximas entre sí, a las que se asegura y de las que se cuelga por medio de pequeñas escaleras llamadas estribos, el alpinista consigue ascender por muros totalmente lisos, incluso en desplome, siempre y cuando tengan suficientes fisuras. Las clavijas que se emplean tienen formas y dimensiones muy variadas. Desde hace algunos años, se pueden colocar pequeños pitones en losas monolíticas, en las que el alpinista honda un agujero cilíndrico con un burilador manual o mecánico.

    La ascensión.

    En principio, cuando el alpinista sigue a un buen guía, no se plantea ningún problema particular. En caso contrario, la ascensión debe siempre ir precedida por una minuciosa preparación con ayuda de mapas, documentos, itinerarios e informaciones de todas clases; el horario proyectado, el material necesario, el equipo, la alimentación deben ser objeto de un minucioso estudio.

    Cuando existe el propósito de ascender una cumbre de más de 3 000 m, prácticamente es obligado utilizar los refugios, situados a algunas horas de marcha de los valles, a menudo en el corazón mismo de las montañas. La partida del refugio se hace habitualmente de madrugada, a veces de noche, sobre todo si se quiere llevar a cabo una escalada sobre nieve. La parte de la ascensión que separa el refugio de las primeras dificultades se denomina marcha de aproximación; de ordinario se hace en un glaciar, pocas veces en un sendero. Más arriba, el alpinista se enfrentará, cara a cara, con las dificultades de la montaña.

    Los itinerarios pueden reducirse a tres tipos principales: las vías de arista, sean rocosas, nevadas o mixtas, que a menudo son las más bellas por las bellas vistas que deparan; las vías de corredor, que son a menudo directas, pero expuestas a caidas de piedras; las vías de cara, complejas, que recorren, segun los casos, corredores, espolones, aristas secundarias.

    La vía más fácil que ha sido trazada en una montaña se llama la vía normal; una vía más dificil, pero recorrida más a menudo porque es más segura o más bella, es una vía clásica. Cuando se ha efectuado una ascensión por un itinerario y la via de descenso sigue por otro, se dice entonces que se ha efectuado una travesía.

    Las dificultades y los peligros.

    Entre las ascensiones fáciles y las escaladas excepcionales se sitúa toda una gama de grados de dificultad, en función de los problemas técnicos de los recorridos, de su continuidad, de la longitud de la ascensión, del riesgo y de la comodidad de los relevos. A pesar de que estas circunstancias sean dificiles de valorar, los alpinistas han clasificado las diversas escaladas en nueve categorias, que son: fácil, poco dificil, bastante dificil, dificil, muy dificil, extremadamente dificil. Una clasificación que ha suscitado gran número de discusiones.

    La dificultad de los tramos de escalada sobre roca, donde no interviene más que una apreciación intrinseca del tramo en sí mismo, es más fácil de determinar: existen seis grados, para los que han sido dados ejemplos catalogados. Cada grado comprende además limites inferiores y superiores que se registran con letras y signos matemáticos.

    La escalada artificial también tiene su propia clasificación en cuatro grados: A1, A2, A3 y A4, según la diricultad en clavar, la calidad de la roca, la abundancia, o al contrario, la rareza de las fisuras, la inclinación negativa de los desplomes, etc.

    Las difícultades que se encuentran en la montaña no representan un peligro para el alpinista que sabe apreciarlas y que posee los medios técnicos que le permiten superarlos.

    Pero la montaña presenta numerosos peligros, algunos de los cuales son objetivos (es decir, creados por la misma naturaleza) y otros subjetivos (debidos al alpinista en sí mismo).

    Entre los peligros objetivos se debe hacer una mención particular de:

    • los desprendimientos de piedras; tanto si éstas se desprenden por el paso de los mismos alpinistas, los lugares donde existe un mayor riesgo de que los desprendimientos de piedras se produzcan son evidentemente los corredores;

    • los desprendimientos de bloques de hielo son debidos al movimiento de los glaciares y pueden producirse a cualquier hora de dia o de la noche;

    • las grietas; representan grandes peligros cuando están recubiertas de puentes de nieve demasiado frágiles;

    • las cornisas de nieve; pueden hundirse bajo el peso de alpinista;

    • las avalanchas; pueden desencadenarse incluso en verano durante los dias de mal tiempo y también en los dias siguientes;

    • el viento, el frio, la nieve, la niebla, las tormentas, los rayos, el granizo.

    Entre los peligros subjetivos, hay que señalar la falta de entrenamiento, la incapacidad fisica o moral del alpinista, que puede poner en peligro a toda una cordada, pero sobre todo la falta de experiencia y la falta de conocimientos técnicos, que, unidos a la temeridad de los principiantes, son causas directas de las tres cuartas partes de los accidentes acaecidos en la montaña; lo que se llama imprudencia es una combinación de audacia inconsciente y de ignorancia.

    Tener experiencia en montañismo, es conocer los peligros de la montaña y los medios que hay que emplear para evitarlos, es tener una apreciación justa de lo que se puede hacer en las condiciones del momento y un exacto conocimiento de sí mismo. Así nace la noción de riesgo. El alpinismo es un deporte peligroso. No se eliminará jamás el conjunto de los peligros de la montaña, y el riesgo será tanto mayor cuanto más desproporcionada sea la empresa en relación a los medios de los que se dispone.

    2.2. Montañismo:

    Guillermo Schulz aseveveraba que las montañas asturianas «son tantas y tan diversas, que verdaderamente enmarañan las nueve décimas de su superficie»; montañas todas a las que habría de consagrar veinticinco años. Y de Asturias y sus montañas levantaría su gran Mapa topográfico, y escribiría su Descripción Geológica, por lo que puede considerársele como un adelantado de nuestro montañismo. Mas como precursor ilustre puede también ser citado Jovellanos, viajero impenitente por los puertos de la cordillera Cantábrica. Después ya se presentan los que son realmente montañeros puros, como el francés conde de SaintSaud, que atraído por la magnitud de los Picos de Europa, los recorre y estudia entre los años 1881 y 1924, escribiendo su Monographie des Picos de Europa; Pedro Pidal y Bernaldo de Quirós, marqués de Villaviciosa, que el 5 de agosto de 1904 logra realizar la primera escalada del Naranjo de Bulnes; Gregorio Pérez, que acompañó al anterior en la conquista del Urriello; Celso Gómez Argüelles, destacado montañero durante casi sesenta años; Víctor Martínez, infatigable escalador del Naranjo de Bulnes; Julián Delgado Úbeda, que fue presidente de la Federación Nacional y logró numerosas realizaciones para nuestra región. En los anales luctuosos de nuestro montañismo se registra como primer accidente mortal el de Luis Martínez, de los Exploradores de Oviedo, quien el 1 de setiembre de 1928 cayó despeñado de la pared sur del Naranjo.

    Aun cuando desde 1925, o quizás con anterioridad, ya hubo grupos montañeros asturianos, con sus excursiones y salidas colectivas, sin embargo no es hasta el año 1932 cuando aparecen oficialmente constituidas y reconocidas la «Peña Ubiña Sociedad Española de Alpinismo», que agrupaba a los montañeros ovetenses, y «La Estrella Blanca S.E.A.», que lo hacía con los gijoneses. Ambas sociedades (la segunda cambió después su nombre por el de «Peña Castil») contribuyeron al desarrollo del montañismo asturiano.

    Después de la Guerra Civil se reanuda la actividad de los montañeros y surgen numerosas agrupaciones.

    Las Sociedades Montañeras Asturianas.

    En Gijón existen las siguientes sociedades: Agrupación Montañera Astur Torrecerredo (que es la decana de Asturias), Esqui Club Alpino, Club Les Madreñes, Grupo de Ensidesa-Gijón y las secciones del grupo Cultura Covadonga, Centro Asturiano de la Habana y Unión Deportivo Gijón Industrial; además de los grupos juveniles del CODEMA, Club Vanguardia y C. A. L. U. L. (Club de Aire Libre de la Universidad Laboral), tutelados por clubs federados. Las sociedades montañeras de Oviedo son: El Grupo Vetusta, el Grupo Auseva, el Curuxu, CAJASTUR (de la Caja de Ahorros de Asturias), El Civilu, el del Instituto Nacional «Ramón Pérez de Ayala», Grupo MIES (Montaña, Ilusión, Esfuerzo, Sacrificio), Grupo Monsacro, Club UJE-Asturias, Grupo de Empresas Rivayagüe, Peña Torre de trubia, Grupo San Ignacio, Grupo Torreblanca, G. U. M. (Grupo Universitario de Montaña); y las secciones del Centro Asturiano, Club Cultural de Oviedo, Club Atlético Universitario, Peñavera, la del Instituto Nacional de Previsión y ANDECHA (Asociación de Funcionarios de la Seguridad Social). En Avilés hay: El grupo de la Asociación Atlética Avilesina, grupo Ensidesa-Avilés, y grupo Gorfoli. En Mieres se cuenta con: el grupo del Centro Cultural y Deportivo Mierense, el de Hunosa Club Alpino, grupo Ensidesa-Mieres y la sección del Club Amigos de Mieres, además del grupo San Bernardo de Turón. En Langreo están las siguientes sociedades montañeras: Grupo Maciédome, grupo El Jultayu, grupo Ensidesa -La Felguera y, Ciaño Club Alpino.

    En otras localidades asturianas existen los siguientes clubs de montaña: Grupo Celulosas Asturianas de Navia; Sección del Centro de Iniciativas y Turismo de Llanes: Club Cultural y Recreativo de Tudela Veguín; grupo La Forcada de Arriondas; Sección de la Fundación Pública Cultural y Deportiva de Piedras Blancas; Club Alpino de Lugones; grupo El Mazu de Posada de Llanera; grupo Moscón de Grado; Club Social Nestlé de Villaviciosa; grupo Peña Mayor de Nava; grupo Peña Mea de Pola de Laviana; grupo Peña Santa de Cangas de Onis; grupo Picu Fariu de Pola de Siero; Club Los Robles de Pruvia; grupo San Claudio; grupo Virgen de Otero de Pola de Laviana; el grupo Vízcares de Infiesto; grupo el Texu de Blimea y grupo Ultra de Moreda. En este medio centenar largo de sociedades de montaña, predominan, afortunadamente, los nombres de nuestras cumbres, exceptuando los dependientes de entidades públicas o privadas.

    En el año 1978 se crea la Escuela Asturiana de Montaña (E. A. M.) en sustitución de la desaparecida E. N. A. M. (Escuela Nacional de Alta Montaña) a nivel regional. En la E. A. M. se imparten cursos de perfeccionamiento en roca o hielo, así como de iniciación a la escalada, montañismo, técnicas mixta e invernal, alta montaña y roca. Esta escuela tiene su sede en Oviedo y depende de la Federación Asturiana de Montañismo. En 1974 se crea el Grupo de Veteranos Montañeros Asturianos (G. V. M. A.) dependiente también de la F. A. M., entre cuyas actividades cabe señalar las marchas de veteranos celebradas todos los años desde su creacion, especialmente la séptima Marcha y Asamblea Nacional de Veteranos que tuvo por escenario Covadonga y montañas circundantes (Cruz de Priena, monte Auseva y Orandi) en el año 1980, donde se reunieron veteranos montañeros venidos de toda España. También construyó el G, V, M. A., el mirador y monumento al Naranjo de Bulnes en el pueblo calbraliego de Camarmeña, habiéndose inaugurado esta importante obra en recuerdo del Picu Urriellu, en el año 1976; dedicándose también, posteriormente, una fuente en el mismo recinto del mirador en honor de los montañeros madrileños de la Real Sociedad Española de Alpinismo Pefialara y una placa en agradecimiento al «alma» del G. V. M. A., José Ramón Lueje, el cual escribió para el Grupo de Veteranos Montañeros Asturianos tres interesantes libros publicados por el G. V. M. A. titulados: El Monumento de Camarmeña (Mirando al Naranjo), El Naranjo de Pidal y El Cainejo (en el aniversario adamantino -1904-1979- de la primera escalada al Picu Urriellu) y Cumbres de Reconquista (de los Picos de Europa). Por otra parte, el montañismo asturiano vio desaparecer el Grupo de Alta Montaña Español (G. A. M. E.). Y creció, desgraciadamente, el número de accidentes mortales en las cumbres, principalmente en actividades de escalada realizadas en los Picos de Europa y Macizo de Ubiña, destacando los ocurridos en el Naranjo de Bulnes y en el Peña Vieja, ambos en el macizo central de los Picos de Europa. Por el contrario se realizaron hazañas montañeras, escalándose la cara oeste del Naranjo de Bulnes, en invierno; y abriéndose varias vías en diversos picos. En cuanto a los refugios de montaña destaca la reconstrucción del refugio «Lueje» en el Jou de Los Cabrones, macizo central de Picos de Europa, y el acondicionamiento, en el mismo macizo, de la cabaña-refugio de «La Terenosa», cerca del pueblo de Bulnes. Entre las expediciones a cumbres del extranjero, cada vez más numerosas, de los montañeros asturianos, merecen la pena ser destacadas las realizadas por la sección de Alta Montaña del Esquí Club Alpino de Gijón.

    En los últimos diez años, las novedades más sobresalientes en el montañismo asturiano ha sido el incremento de practicantes en este deporte como en el resto de los denominados «de aire libre» (actividades en plena Naturaleza y sin afán de competición con los demás)

  • BOLOS:

  • El juego de los bolos consiste en lanzar las bolas desde el tiro al castro donde se encuentran colocados los bolos. Podrá jugar un solo jugador contra otro, llamándose a esta partida, mano a mano.

    Podrán jugar dos o más jugadores, sin exceder de cinco, agrupados en un equipo, contra otro número igual de jugadores agrupados en otro equipo.

    En el juego llamado mano a mano cada jugador tirará seis bolas. Por parejas y por tríos, tres bolas cada jugador y en equipo de quintetos, dos bolas cada uno.

    En uno u otro caso, se deberá jugar un solo juego para cada mano, es decir, uno para el pulgar y otro para la mano, hasta completar el total de juegos a que está establecida la partida.

    El jugador al tirar la bola, deberá dar el mayor efecto de rotación posible en dirección al lado del lugar donde está colocado el biche, con el fin de que al caer la bola tome la trayectoria hacia la zona de cuatreada.

    Deporte en Asturias
    Al comienzo de cada partida, para determinar qué jugador o jugadores tirarán en primer lugar, el juez armador lanzará una moneda al aire y el jugador que elija y acierte, tirará de mano y el contrario tirará de postre.

    El jugador o jugadores, que tiren de postre, tendrán derecho a elegir el lado para el cual se deberá tirar el primer juego, es decir, colocarán el biche en el lado que más les agrade, ya sea para la mano o para el pulgar.

    El jugador o jugadores que hayan tirado de postre en el primer juego, tirarán en primer lugar en el siguiente y así sucesivamente, hasta llegar al descanso o mitad de partida, en donde se invertirá el orden de tirada.

    La Bolera

    Se denomina BOLERA, el campo dejuego donde se practica eljuego de los bolos. La modalidad más vinculada en Asturias, es la modalidad de cuatreada.

    Una BOLERA consta de tres partes definidas: TIRO, ZONA INTERMEDIA y CASTRO.

    El Tiro

    Es la zona desde donde el jugador lanza la bola y está situado a una distancia de 20 m. como mínimo y 20,50 m. como máximo del bolo central.

    El Castro

    Es la zona o terreno de juego propiamente dicho de la bolera en donde están colocados los bolos y donde necesariamente han de tomar tierra las bolas.

    Zona Intermedia

    Es la parte que dista desde el tiro hasta el castro y debe de ser una zona llana y sin ningún obstáculo.

  • Bolo palma:

  • Esta modalidad se practica exclusivamente en España, en la provincia de Santander y en buena parte de la de Asturias.

    Campo de juego

    El juego de bolos se desarrolla en la bolera, que es un terreno horizontal, con superficie limpia de obstáculos, compuesta por lo común por tierra vegetal bien apisonada, y que preferible, aunque no obligatoriamente, tiene forma rectangular y dispone de unas vallas laterales, que suelen ser maderos de altura algo superior al diámetro de las bolas a fin de que éstas no rebasen el campo. Su longitud varía entre 29 y 34 m, con una anchura de 8 m.

    Se da el nombre de bandas a los límites del campo. La banda tope de tiro es el límite anterior, desde donde debe lanzar la bola el jugador. Banda tope de birle es el límite de fondo. Los límites laterales son la banda lateral izquierda, o de la mano, y la banda lateral derecha o del pulgar.

    A unos 10 o 12 metros de la banda tope de birle está situada la caja, que es un cuadrado en el que hay clavadas nueve estacas, sin que sobresalgan del suelo, sobre las cuales deberán plantarse los bolos. Las estacas, dispuestas en tres filas paralelas, equidistan unas de otras 0,65 m y componen un cuadro de 1,35 m de lado.

    La caja, junto con el campo de tiro y el campo de birle, constituyen el área de juego. El campo de tiro es el espacio comprendido entre la banda de tope de tiro y una línea imaginaria que pasa por la fila central de estacas llamada raya al medio; tiene una longitud de 20 m hasta la caja. Longitudinalmente lo atraviesa una línea central, también imaginaria, denominada línea de tiro, en la que hay unas marcas o tiros, hechas de cemento e incrustadas sobre la superficie, que sirven para indicar dónde debe colocarse el pie para tirar. Estas marcas suelen estar a 12, 15 y 17 m de la caja. Por lo que respecta al campo de birle, es la parte comprendida entre la banda de tope de birle, o limite posterior, y la raya al medio. Este espacio, obligatoriamente rectangular, mide de 10,65 a 12,65 m de longitud por 8 m de anchura. En él, la valla debe ser de madera lisa, para no desviar el rebote natural de la bola.

    En el campo de birle es donde el jugador debe dibujar las rayas, la más baja de las cuales coincide con la del medio y la más alta con una paralela a la misma en el campo de birle y a una distanclía de ella de 3,65 m.

    La raya separa la zona válida de tiro, que es la comprendida entre aquélla y la banda tope de birle, y la zona nula, que es el resto de la bolera. Cada raya es una línea continua que va de una banda lateral a la otra de la bolera. Sólo hay dos rayas con nombre específico: la del medio, que separa el campo de birle del de tiro, divide la caja en dos partes iguales y es la única que considera válido todo el campo de birle; y la raya de visera o zigzag, que parte de la banda lateral, sigue la raya al medio hasta 50 cm de la caja y retrocede en ángulo hasta encontrar en la banda lateral otra línea recta y paralela a la primera, distante de ella 2,17 m. Hay dos rayas de visera: la de la rnano (izquierda) y la del pulgar (derecha). Las demás rayas tienen la forma que desee el jugador, ajustadas a unas reglas.

    Elementos del juego

    El juego consta de nueve bolos y un emboque. Los bolos, dispuestos en filas de tres, distinguen la fila del medio, que es prolongación de la línea de tiro, la de la izquierda y la de la derecha. El primer y segundo bolos de la fila del medio se llaman, respectivamente, primer bolo y bolo del medio.

    Los bolos son de madera de abedul o de avellano, tienen forma cilíndrica y miden 45 cm de altura, con una parte central o panza más abultada y cabeza redonda. La base, de 5 cm de diámetro, lleva ajustado un anillo de hierro. El emboque es un bolo pequeño, de forma casi cónica, que mide 28,5 cm, con una base de 5 cm de diámetro.

    Los bolos se colocan o plantan sobre las estacas. El emboque, por contra, no tiene posición fija. El jugador que hace la raya debe colocarlo sobre ésta, en el área comprendida entre la caja o la prolongación de la misma hacia las bandas y éstas, y nunca a una distancia inferior de la caja o los laterales a la longitud del mismo.

    La bola con que deben derribarse los bolos es de madera de encina y tiene forma esférica, aunque puede ser achatada por los extremos. Su diámetro es de 12 a 15 cm.

    Cómo se juega

    El objetivo del juego es derribar el mayor número de bolos y conseguir emboques. Consta de dos fases: tirar y birlar. Estas dos fases constituyen una tirada. Cada equipo, que puede estar formado desde uno hasta cuatro jugadores, según la modalidad, tirará tantas veces corno sean necesarias para hacer un chico. Se lIama chico al conjunto de cinco bolos derribados por cada bola que juegue el equipo. Y un juego completo consta de dos chicos, que si son ganados por el rnismo equipo dan a éste la partida.

    Tirar es lanzar la bola por el aire, desde la línea de tiro, de forma que llegue a la caja o a un lugar cercano. Birlar es lanzar por segunda vez una bola pasa o válida desde el lugar donde se detuvo la primera vez que se tiró. Bola pasa es aquella que, pasando por la caja, llega a la zona de birle y se detiene en ella. La que no cumple tal requisito es una bola queda, y con ella no se puede birlar. Se llama trabajar una bola a lanzarla con efecto, que puede ser hacia la izquierda o la derecha.

    Hacer emboque es la jugada máxima del bolo palma. Consiste en conseguir que la bola lanzada desde el tiro, después de derribar forzosamente el primer bolo, desvíe su trayectoria y derribe también el emboque, o pase entre éste y la banda lateral más próxima a la zona válida de birle sin haber sido bola pasa.

    Será emboque limpio cuando se logre con una bola que derribe el primer bolo y se desvíe hasta conseguir el emboque. Sucio, si el emboque se efectúa con la ayuda de algún otro bolo que no sea de la raya.

    Puntuación

    Cada bolo derribado vale una unidad. El del medio vale dos unidades. Hacer emboque en la modalidad de juego concurso equivale a diez unidades, más los bolos derribados. En el juego libre, valdrá tantas unidades como fije el jugador encargado de plantarlo, más los bolos derribados, con un mínimo de diez y un máximo de las que supone terminar un chico.

    Se denomina bolo derribado a todo el que cae o es desplazado de su estaca correspondiente. Igual sucede con el emboque.

    Formas de juego

    El libre propiamente dicho, lo juegan, equipos de uno a cuatro jugadores, con 3 o 4 bolas cada uno, hasta 2 jugadores, y con dos bolas en caso de más jugadores. Cada equipo realizará tantas tiradas como sean necesarias para hacer un chico.

    Antes de comenzar la partida se realizará el sorteo: el equipo primero abre el juego; el equipo "postre" es el que marca la raya colocando el emboque y fijando su valor. En las sucesivas tiradas se alternará la salida.

    En el juego libre de competición, que se juega con 4, 3 o 2 bolas según que el número de jugadores sea de 1, 2 o más, el chico viene determinado por 40 bolos derribados o su equivalente en emboques, y se juega en todos los casos a tres chicos.

    En el juego de concurso los equipos son de uno o dos jugadores, cada uno de los cuales lanza tres bolas por tirada. Cada equipo realiza un total de 8 tiradas, las cuatro primeras desde la marca de tiro de 15 m, y las cuatro segundas desde la marca de tiro de

    17 m. Al final se valorarán el total de

    bolos derribados en las ocho tiradas, contabilizándose solamente los emboques limpios. En estas competiciones de concurso existe el fleje, o línea señalada con una cinta blanca o una chapa metálica, perpendicular a la línea de tiro y situada a 1,50 m de la caja. Todas las bolas que den en el fleje o queden más cortas, se considerarán quedas.

    3.2. Cuatreada:

    Esta modalidad, la más extendida en la región, tuvo su primera Federación Regional en el año 1931, siendo su primer presidente Emilio Zapico. Por entonces se celebraban en Asturias competiciones de Quintetos. Con la Guerra Civil desapareció, y hasta el año 1962 este deporte no contó con su propia Federación. Durante este tiempo las peñas bolísticas se regían por sí solas, participando en las competiciones y concursos patrocinados por casas comerciales o por Educación y Descanso, etc. Este organismo impulsó, desde 1940, los campeonatos provinciales de Parejas de Empresas y de Quintetos. En 1962 se formó la Regional Asturiana, encuadrada en la Federación Española de Bolos (y dentro del Consejo Superior de Deportes), organismo que rige en la actualidad este deporte. Todos los años, en los diferentes pueblos de la provincia, y generalmente durante las fiestas patronales, se solían organizar concursos y competiciones. El de más renombre, durante mucho tiempo, fue el de San Mateo, en Oviedo, que se jugaba en el Campo de San Francisco. El jugador que más años figuró como vencedor, y uno de los más destacados de su tiempo, fue Poloncio I, miembro de la Bolera «El Marotu», de Olloniego. Poloncio I estableció todo un record de bolos, habiendo hecho una tirada de ciento doce bolos con siete bolas. Otro destacado de este sistema de concursos fue Cajetilla, quizá el mejor jugador de todos los tiempos, failecido en 1949. Sin embargo, el más regular y el más veces Campeón de Asturias, sería el gijonés Manolo Magdalena, ya fallecido.

    REGLANENTO DE CUATREADA (RESUMEN)

    Colocación de los bolos

    «Artículo 15.

    Los bolos se colocarán sobre los tacos, en tres filas de tres bolos cada una. El taco situado al lado de la fila izquierda vista desde el terreno de tiro en el cual se coloca el biche se llamará mano y el situado al lado de la fila derecha, visto desde el mismo lugar, se llamará pulgar.

    La fila de bolos exteriores opuesta al lado donde está colocado el biche se denominará GRANDE.

    La fila de bolos exteriores contigua al biche se denominará PEQUEÑA.

    La fila de bolos interior, o sea, la central, se denominará MEDIO. Estas denominaciones se aplican lo mismo si el biche está colocado a la mano que si al pulgar.»

    Bolas paradas, pasadas o corridas y cuatreadas

    «Artículo 16.

    a) Se considerará parada una bola cuando no haya rebasado totalmente el arco que delimita el castro. Siendo asimismo parada toda bola que no llege a tocar el fleje. Toda bola que de rebote del bolo llege a tocar el fleje aunque no le rebase, se considerará pasada, asimismo la que rebase el cerco del castro.

    b) Se considerará que una bola es cuatreada aquella que (en virtud del efecto imprimido por el jugador o por el tomado al contacto con los bolos) después de derribar uno o más bolos derribe el biche o cruce por la zona de cuatreada.

    c) Se considerará que una bola entró en zona de cuatreada cuando haya rebasado el alambre que la delimita o, cuando menos, más de la mitad de la bola haya efectuado el rebase y si la bola en vez de ir a ras de tierra va por el aire, impulsada por el efecto del golpe contra el bolo, deberá tocar en zona de cuatreada sin tocar alambre.

    d) Se considerará, asimismo, cuatreada aquella bola que haya rebasado la línea horizontal que forman los tres bolos postenores vistos desde el terreno de tiro y entre en la zona de cuatreada por el aire, impulsada por el efecto del golpe al chocar con un bolo, es decir, que entre en la zona de cuatreada por detrás del bolo que está contiguo al biche sin tocar el alambre.

    e) Se considerará cuatreada la bola que lanzada desde el tiro efectúe su primera posada en cualquiera de los bolos, excepto en el llamado cinca y a continuación penetre en la zona de cuatreada, como queda expuesto en los apartados anteriores.

    f) Las cuatreadas pueden denominarse pasadas o paradas, según que la bola rebase o no el límite del castro en la forma que queda en los apartados a) y b).

    g) Para que una bola alcance el grado de cuatreada habrá de tomar contacto con el terreno de dicha zona, no considerándose tierra al bolo derribado, por lo que si la bola no toca tierra, es decir, rodando por encima del bolo derribado, no será cuatreada.

    h) No se considerará cuatreada la bola que por exceso del impulso con que viene lanzada, después de su primera posada y al contacto con los bolos, salte y no toque tierra en la zona de cuatreada.

    i) Tampoco se considerará cuatreada la bola que penetre en la zona de cuatreada por delante, es decir, por fuera del bolo primero, llamado cinca si ha tomado contacto con la tierra después de tocar el bolo y antes de tocar en la zona de cuatreada.

    j) No se considerará cuatreada si la bola marca la posada o pasa a ras del suelo por delante de la cinca, o por detrás del bolo contiguo al biche aunque entre en zona de cuatreada, para que ésta sea válida.»

    Valoración de las jugadas.

    «Artículo 17.

    a) Toda bola que pase por dentro de la caja, aunque no derribe ningún bolo, valdrá tres si es pasada, es decir, si rebasase la linea del castro, y tres bolos más, o sea, seis, si es parada.

    b) Si la bola derriba un bolo su valor aumenta uno, es decir, valdrá cuatro, y si derriba más de uno se contará un bolo por cada uno de los bolos que derribase a partir del primero, es decir, si derribase dos bolos, se contarán cinco bolos, si derribase tres, seis y así sucesivamente.

    c) Toda bola que pase por dentro de la caja derribando solamente el biche tendrá valor de cuatro bolos. Será bola cero la que aún haciendo su primera posada dentro del castro y sin entrar en la caja derribe el biche y éste al bolo.

    d) Si el primer bolo derribado fuese el del centro llamado medio, su valor aumentará dos, o sea vale cinco, si además de él cayeran otros bolos su valor será de uno más por cada bolo derribado.»

    Condiciones de la cuatreada. 10-5-7 Denominación de la cuatreada y su valor

    «Artículo 18.

    Se denomina GRANDE, MEDIO o PEQUEÑA, la bola en las siguientes condiciones:

    a) Se llama GRANDE, cuando la bola derribe uno o más bolos de la fila exterior opuesta al lado de donde se encuentre en la zona de cuatreada; el valor de ésta se le aumentan 10 bolos (valor de la condición), o sea, si la bola derriba un bolo, y cruzando la zona de cuatreada pasa el cerco del castro, su valor es de cuatro más diez, total catorce bolos.

    b) Se denomina un MEDIO cuando la bola derriba uno o más bolos de la fila del centro y dicha bola pasa a zona de cuatreada. Si la bola tira un solo bolo y cruzando la zona de cuatreada pasa el cerco del castro al valor de la bola se le aumentarán cinco bolos (valor de esta condición), o sea, vale cuatro más cinco, total nueve bolos.

    c) Se llama una PEQUEÑA cuando la bola derribe el segundo o tercer bolo de esta fila, la que está junto al biche y penetre dicha bola en zona de cuatreada. Si la bola pasando por la zona de cuatreada rebasa el centro del castro al valor de la bola se le aumentan siete bolos (valor de la condición), cuatro más siete once bolos. Si la bola derribase antes el primer bolo llamado cinca aunque tirara más bolos se considerará cero.

    d) Cada bolo derribado más, se le aumentará uno, y si la bola para dentro del cerco del castro se le aumentará tres bolos. El biche derribado también se cuenta.»

    «Artículo 19.

    Si una bola al cuatrear derribase el biche, o éste cayese empujado por otro bolo, se le aumentará de valor un bolo. Esto dará más interés a las cuatreadas, particularmente a la PEQUEÑA, pues al necesitar conseguir con una bola doce bolos bastará sacar una pequeña con el biche, por tanto a toda cuatreada que derribe el biche se le aumentará un bolo. Asimismo si la bola no es cuatreada y derribase algún bolo y el biche, éste siempre tendrá valor.»

    Bolas sin valor

    «Artículo 20.

    a) Se le contará cero a toda bola que no efectúe su posada dentro de los límites que determina el castro. La posada ha de ser efectuada precisamente sobre el terreno, sin rozar el borde del límite del castro, por lo tanto, la bola que caiga sobre él, se considerará cero. La bola que pegue en el fleje tampoco tendrá valor.

    b) También se considerará cero toda bola que aún efectuando su posada dentro del castro no pasa por dentro de la caja de los bolos o penetre en ella. Se considerará dentro de la caja cuando haya rebasado la línea formada por los tres bolos de la primera fila horizontal o de las filas laterales exteriores. Esta línea se sacará de centro a centro de los tacos.

    c) Igualmente se le contará cero aquella que aún habiendo entrado dentro de la caja derribe inicialmente el primer bolo de la fila llamada PEQUEÑA, o sea, de la fila contigua al biche cuyo bolo es llamado cinca, aún cuando además de él derribe otros.»

    Reglas diversas

    «Articulo 21.

    a) Si la bola evitase la caída de algún bolo a la del biche, estos se considerarán derribados si al separar por el juez de bolera la bola, estos pierden su equilibrio y caen.

    b) Se considerará bolo derribado aquel que aunque conserve la posición vertical, salga fuera del taco, dejando el taco libre, por efecto del choque con la bola u otro bolo.

    c) Si al ser lanzada una bola ésta se partiera, bien al tomar tierra o al chocar con los bolos, se repetirá la jugada con una bola nueva, no teniendo valor los bolos derribados con la bola averiada.

    d) Si algún bolo por efecto del golpe recibido por la bola saliera completamente fuera del taco aunque conserve su posición vertical, será considerado como si hubiése, sido derribado.

    e) Ningún jugador podrá ser obstaculizado de hecho ni de palabra, ya sea con gestos, gritos, cruzando por delante de los bolos, etc., mientras permanezca en el terreno de tiro.

    f) Si por cualquier circunstancia un jugador en el momento de lanzar la bola, se sintiera obstaculizado por objeto o persona extraña a la partida, tendrá derecho a repetir la jugada siempre que lo reclame así antes de la bola tocar tierra o sea, antes de efectuar la posada y el juez de bolera estime exista causa justificada para ello.»

    Jugadores infantiles y juveniles

    La Peña Deportiva Magdalena apoyará incondicionalmente a los jugadores infantiles y juveniles puesto que son la base y porvenir de nuestro deporte.

    Lo que deberá saber todo jugador juvenil e infantil:

    • «Para practicar este bello, sano y espectacular deporte de los bolos, en modalidad cuatreada y perfeccionarse en el mismo, se necesita mucha afición y entrenamiento y deberán prestar atención a las siguientes indicaciones:

    Primera: Al comienzo de la práctica de este deporte procurará lanzar la bola desde una distancia más bien corta y a medida que el jugador se vaya adiestrando y perfeccionando en el juego, podrá ir aumentando poco a poco la distancia de tiro. De esta forma, las energías se emplearán en conseguir darle el efecto necesario y precisión a la bola, base esencial para conseguir el mayor número de cuatreadas.

    Segunda: Para poder triunfar en esta modalidad de cuatreada necesitarán la orientación de un monitor o experto en este deporte, debiendo seguir sus indicaciones y consejos, y también observar con atención cuando presencien partidas de bolos en que participen destacados ases así como la forma que tienen de coger y lanzar la bola estos jugadores, para poder darle el mayor efecto posible, precisión y vistosidad.»

    MUY IMPORTANTE

    «La bolera deberá llevar un marcador colocado en sitio visible, y a una altura mínima de 2,20 m., con los números de suficiente tamaño, para que puedan ser distinguidos por el jugador desde el tiro y por el público en general.»

    La Peña Deportiva Magdalena y FUNDADOR DOMECQ desean que este reglamento sirva para acercar mas al aficionado a este deporte, no sólo a disfrutar de las partidas sino también que sirva para aprender a saber el valor de las jugadas y para que se decidan a practicarlo.

    Posibilidades de una bola

    I

    1 . Bola nula, por no haber tocado tierra en el castro.

    2. Bola nula, por haber derribado inicialmente la cinca (primer bolo de la fila llamada pequeña, es decir de la contigua al biche).

    3. Bola pasada sin derribar bolos (valor de la jugada: 3).

    II

    4. Bola pasada con derribo de un bolo (que no sea la cinca o el del centro; valor de la jugada: 4).

    5. Bola pasada con derribo del bolo del centro (valor de la jugada: 5).

    6. Derribo del biche, entrando por la caja de los bolos (valor de la jugada: 4).

    Nota: Por cada bolo derribado, se suma un tanto más.

    III

    7. Bola parada, sin derribo de bolos (valor de la jugada: 3 por entrar en la caja de los bolos y 3, por parada; Total: 6).

    8. Bola parada con derribo de un bolo, excepto la cinca y el del centro (valor de la jugada: 3 por entrar en la caja de los bolos, 1 por derribo y 3, por parada; Total: 7).

    9. Bola parada con derribo del bolo del centro (valor de la jugada: 3 por entrar en la caja de los bolos, 2 por derribo del bolo del centro y 3, por parada; Total: 8).

    Nota: Por cada bolo derribado, se suma un tanto más.

    IV

    10. Bola cuatreada derribando el bolo de la grande (valor de la jugada: 3 por entrar, 1 por derribo y 10 por cuatreada por la grande; Total: 14).

    Nota: Por cada bolo derribado, se suma un tanto más, y si es parada, se suman también 3 más.

    V

    11. Bola cuatreada por el medio derribando el primero o el tercero de la fila del centro (valor de la jugada: 3 por entrar, 1 por derribo y 5 por cuatreada; Total: 9).

    12. Bola cuatreada por el bolo del centro (valor de la jugada: 3 por entrar, 2 por derribo y 5 por cuatreada; Total: 10).

    Nota: Por cada bolo derribado un tanto más y si es parada, 3 más.

    VI

    13. Bola cuatreada por la pequeña derribando el segundo o tercer bolo de la fila contigua al biche (valor de la jugada: 3 por entrar en la caja de los bolos, 1 por derribo y 7 por cuatreada; Total: 11).

    Nota: Por cada bolo derribado se suma un tanto más, y si es parada 3 más.

  • ESQUÍ:

  • Asturias, en su variada y bella geografía, tiene una amplia zona, con una longitud aproximada de 150 km., que reúne condiciones aptas para la práctica del deporte del esquí. Esta zona, en la vertiente que une nuestra provincia con la de León, viene configurada desde el puerto del Pontón, en la zona oriental, al de Leitariegos, en la occidental. La franja tiene una anchura aproximada de 10 a 15 km. y altitudes entre los 1.300 y los 2.000 m., lo que permite asegurar la temporada de esquí de cinco a seis meses al año. La práctica de este deporte, que en la actualidad alcanza un auge extraordinario, se inició en nuestra provincia pasado el año 1920, y fueron pioneros de esta actividad deportiva, estudiantes de Oviedo y Gijón, principalmente Los nombres de Gómez, Felgueroso, Velasco, Durán, Uría y Buylla, entre otros, formaron la avanzada de este deporte. Los primeros esquiadores que se deslizaron por las pistas de Pajares, frecuentemente hacían la travesía en esquí, desde Busdongo -a donde se trasladaban en ferrocarril- a Puente de los Fierros, ya que la carretera estaba cerrada durante meses al escaso tráfico existente.

    En el año 1924, se inaugura el hotel Valgrande, en el puerto de Pajares, por iniciativa particular de José María Suárez, quien con su esfuerzo personal haría posible la realidad deportivo-turística de aquel paraje, como consta en el sencillo pedestal que en su recuerdo se erigió en el mes de febrero de 1963 en la explanada inmediata al parador de turismo, en el alto de Pajares. A partir del año 1927, contando con dicho hotel, se inician las primeras excursiones domingueras y nace la primera sociedad deportiva de esquí, el Club Alpino Peñaubiña, que se funda en 1930. Al año siguiente se organizan las primeras competiciones.

    De Madrid vienen a Pajares miembros de la Sociedad Española de A!pinismo Peñalara, esquiadores ya calificados, como los Cuñat, Millán, Pereda... que con los «peñaubiños» participan en las primeras pruebas serias. Con este motivo son invitados los hermanos Suárez, campeones regionales, a participar en los Campeonatos de España que tienen como escenario el puerto de Navacerrada. La primera participación asturiana en los Campeonatos Nacionales, tiene inesperados éxitos. Jesús Suárez Valgrande se proclama subcampeón de España de «fondo», y su hermano Ricardo es tercero en «slalom», Estos triunfos repercuten beneficiosamente en el ámbito regional y a partir de entonces se celebran los Campeonatos Sociales y Regionales. En el año 1936, Jesús Suárez gana el Campeonato de España de Fondo (18 km.), con claro y neto dominio, como lo prueba el hecho de que llegó a la meta con una ventaja de 11 minutos sobre el inmediato seguidor. Este triunfo le permite formar en el equipo representativo de España en los Juegos Olímpicos de Invierno de Garmisch Paterkichen. Es la primera vez que España participa en la Olimpiada Blanca y el equipo español, junto con nuestro paisano, lo integran Tomás Velasco, Enrique Millán y Oriol Caral. Jesús Suárez Valgrande habría de conseguir después, y repetidas veces, el Campeonato de España de Fondo y participaría representando a España en competiciones internacionales de Francia, Italia, Suiza y Alemania, hasta su retirada en el año 1945. A partir de estas fechas, Pajares comienza a promocionarse, y es también Jesús Suárez Valgrande, como presidente de la Federación Astur-Leonesa de Esquí, elemento clave de esta promoción, que tiende a dotar a Pajares de instalaciones mecánicas, imprescindibles en toda estación invernal. En el año 1953, el 14 de enero, se inaugura el Telesquí de la Cerra, que promueve la Sociedad del mismo nombre, compuesta por unos doscientos aficionados que aportan cuotas patrimoniales a fondo perdido. A partir de 1960 surgen nuevos valores en el esquí asturiano, logrando el Campeonato de España de Fondo en sucesivas ediciones Jesús Pérez, Ángel González de Lena, Isaac García, Ramón Pérez, Gregorio González de Lena y Alfonso González de Lena. La Federación Astur-Leonesa mantiene durante varios años el Campeonato de Fondo de Esquí Individual y de Relevos 3 x 10. Gregorio Fernández García, Lucino Rodríguez y Belarmino Rodríguez fueron en el año 1971 los campeones de España en la especialidad, habiendo participado todos ellos en competiciones internacionales de Alemania, Suiza, Francia e Italia. En la modalidad alpina, tuvo una destacada actividad en los años 1960-1964, Manuel García Morán, siendo el segundo esquiador asturiano olímpico, al intervenir, representando a España, en la Olimpiada de Squawally (Estados Unidos) en 1964, y participa asimismo en numerosas confrontaciones internacionales.

    En 1963 se inaugura el Telesquí de la Picarota, que representa un gran avance en la estación invernal, puesto que el perfil de las distintas bajadas exige técnica y constituye una verdadera escuela para los numerosos esquiadores de la región. En 1967, la afluencia de aficionados a la estación invernal de Pajares aumentó de forma considerable y las «colas» en los pequeños telesquíes eran numerosisímas. Esto obliga a un planteamiento para promover el lanzamiento de Pajares, como estación invernal, a escala nacional. Después de contactos y gestiones con las autoridades de León y Asturias, cuyas provincias dan el máximo contingente de aficionados, se crea en julio de 1967, en la Diputación Provincial de Oviedo, la Sociedad Deportiva Astur-Leonesa de Pajares que absorbe a las de La Cerra y La Picarota. Por unanimidad y aclamación se nombra presidente a Jesús Suárez Valgrande, por considerarse que es el indiscutible promotor de la que es ya importante y magnífica estación invernal. La sociedad la constituyen 1.000 personas que aportan, 2.000 pesetas cada una, como cuota de número y fundacional. La sociedad cuenta desde su creación con el apoyo y colaboración de las Diputaciones de Oviedo y León y de la Delegación Nacional de Educación Física y Deportes.

    El año 1970 es decisivo para la promoción de Pajares. Se adquiere por la Sociedad Deportiva la propiedad del puerto del Brañillín, al que se da entrada por, una carretera de 3 km. con magnífico perfil y aglomerado asfáltico. Se inaugura el telesilia a Cueto Negro de 1.700 m. de longitud, que partiendo de la alta Vega de Valgrande (Braflillín), a 1.400 m. de altitud, asciende por el tubo de Peligrao hasta la misma cumbre a 1.870 m. Este telesilla abre las nuevas pistas del Valle del Sol, y Fuente de la Reina, dando a la vez acceso a los valles de Jestreo, Vildeo. Tiracornales y Chomba de Coleo. Se inauguran igualmente los telesquíes de Valle del Sol, Fuente de la Reina y Hoya del Brañillíri, empezando a construirse las cafeterías de Cueto Negro y Brañillín, en el arranque y terminal del telesilla.

    En esta primera fase el Pajares cuenta con instalaciones mecánicas para 3.000 esquíadores/hora, pero dado el éxito alcanzado y solicitud de aficionados, se proyecta una segunda y tercera fase que alcancen los 6.000 y hasta los 10.000 esquiadores/hora, en los próximos cinco años. Hay numerosas solicitudes para albergues y bungalows que integrarán el pueblo alpino de Valgrande. La actual infraestructura de Pajares, con extraordinarias pistas, carretera general, con garantía de limpieza, ferrocarril, luz eléctrica, agua abundante, teléfono hasta las mismas cumbres de las pistas, parador de turismo y distancia de 58 km, de las capitales de León y Oviedo, colocan a Pajares en situación privilegiada para el más rotundo éxito de deportes de montaña, esquí, caza y pesca.

    Por otra parte, nuestra Cordillera, como dejamos señalado inicialinente, tiene otros hermosos puertos para la práctica de deportes de invierno y por ello se está realizando la promoción, igualmente, por aficionados, Ayuntamientos y Diputaciones de los puertos de San Isidro, Tarna y Leítariegos, a los que no tardarán en unirse los de Somiedo, Ventana, Vegarada y Retuerto.

    4.1. Semana blanca del I.E.S. Isla de Deva en la estación invernal Valgrande-Pajares:

    • Organización: Gobierno del Principado de Asturias, Consejería de Educación y Cultura, y Dirección General de Deportes.

    • Coordinación: En nuestro Instituto por el Departamento de Actividades Complementarias y Extraescolares, y por el Departamento de Educación física.

    • Objetivo: Fomentar el deporte blanco entre los escolares del Principado de Asturias y acercarlo a todos nuestros jóvenes independientemente de su ubicación geográfica.

    • Fecha y duración: Del domingo12.ene.02 al viernes 17.ene.02.

    Servicios de los que consta la Semana blanca:

    • Quince horas de clase de esquí distribuidas en tres clases diarias.

    • Alquiler de material: botas, bastones, esquíes.

    • Alojamiento y pensión completa en las instalaciones de titularidad del Principado de Asturias (albergue Toribión de Llanos y Cafetería telesilla), con inicio el domingo por la tarde y finalización el viernes por la tarde. Los albergues están dotados de salones para el estudio y juegos.

    • Forfait ilimitado para el uso de los remontes mecánicos en funcionamiento.

    • Competición fin de cursillos y entrega de diplomas.

    • Seguro de responsabilidad civil y de accidentes para todos los cursillistas.

  • PESCA:

  • Dada la longitud de sus costas y la abundancia de ríos trucheros y salmoneros, la pesca es una actividad económico-deportiva que, en Asturias, tiene tradicionalmente gran importancia, y ya aparece documentada desde tiempos muy antiguos. Sin embargo, desde el punto devista económico no está, actualmente, a la altura de otras actividades industriales. No ocurre lo mismo en el aspecto deportivo, que adquirió enorme desarrollo en los últimos años.

    Pesca marítima.

    La costa asturiana se extiende, de 0. a E., desde la ría del Eo hasta Bustio, en la del Deva. Se cuentan en ella 18 puertos pesqueros. Las 19 Cofradías Sindicales de Pescadores residen en Llanes, Ribadesella, Lastres, Tazones, Gijón, Candás, Luanco, Bafiugues, Avilés, San Juan de la Arena, Cudillero, Oviñana, Luarca, Ortiguera, Puerto de Vega, Viavélez, Tapia de Casariego, Figueras y Abres, esta última fuera de la costa. Hay 17 Lonjas de Pescado, situadas en los pueblos nombrados, excepto en Abres y Bañugues. En el folleto Panorama Económico de Asturias, editado por el Banco de Bilbao (Bilbao 1972), se afirma que «los 334 km. de costa y los 18 puertos pesqueros de Asturias no guardan la relación debida con la importancia del sector pesquero provincial». Los artefactos empleados para la pesca se dividen en tres grandes grupos: artes, que son las redes de todas clases; aparejos, con anzuelos e instrumentos, todos los demás aparatos que sirven para pescar sin red ni anzuelo. Las redes son de seis clases: 1ª, artes fijos, que comprenden las almadrabas del atún, almadrabillas para varios peces, cercotes y corrales; 2ª, artes de fondo, como son los trasmallos, corbineras merluceras, rascos, volantes, cazolinas y otras redes de langosta y boga; 3ª, artes de arrastre de altura, como son los bous y las parejas; 4ª, artes de arrastre de costas, que alcanzan varias clases, como el bou, la jabega, el bolinche, la rapeta, el chinchorro, la patexeira, la encesa, etc.; 5ª, artes de cerco y rodeo, como el traiñón, la tarrafa, el cerco de jareta y la niampara; y 6ª, los sardinales y todos los demás artes de deriva, corno golondrinas y bogueras. Los aparejos son de tres clases: 1ª, los palangres y aparejos de altura, como los de cadena, los de merluza y lija, los de mero, congrio, cazón, besugo, raya, rayón y otros, 2ª, los de costa, como los curricanes del bonito y atún, palangres y aparejos de panchos y fanecas, de cabras, caballas, jureles, jibias, brecas, mojarras, calamares y otros: 3ª, los de puertos y rías, que son aparejos sencillos de mano, que se emplean desde embarcacion, con liña (cuerda o sedal del que penden otros más pequeños y finos, a los que se amarra el anzuelo). Además de estos aparejos, se usaron desde antiguo la línea o sedal de fondo, la red comunión, los rascos, sedeña y xibionera, el trasmallo y otros. A fines del siglo pasado empezaron a usarse el boliche, copo y otros; uno de los primeros innovadores fue Valentín Sendín, que en Candás y Gijón usó los nuevos aparejos, lo que dio lugar a protestas y motines de los pescadores, repetidos cuando se introdujeron los vapores de pesca en sustitución de las embarcaciones a vela y remo.

    Pesca fluvial.

    En las aguas de dominio privado, sólo puede pescar el dueño, o quien tenga licencia suya. En las de dominio público, por ser aguas de aprovechamiento común, pueden pescar todos, y los dueños de fincas ribereñas están obligados a permitir el ejercicio de la pesca en una zona de tres metros a todo individuo provisto de la correspondiente licencia, requisito obligatorio para poder practicar la misma. La pesca con caña está permitida en todo tiempo, a condición de que en el de veda sólo pueda destinarse el pescado al consumo del propio pescador, sin que pueda venderse. Las otras clases de pesca están prohibidas durante determinadas épocas del año, según las especies. Se prohibe utilizar redes y otros artefatos que no se adapten a determinadas dimensiones, también según las especies. Se señalan corno procedimientos prohibidos: 1º, los explosivos; 2º, las sustancias nocivas para los peces; 3º, los tiros con armas de fuego; 4º, la pesca a mano; 5º, obstaculizar el paso de los peces; 6º, espantar la pesca; 7º, desviar los cauces del agua; 8º, disminuir o agotar el caudal para capturar la pesca. Es obligatorio devolver al agua los peces que no alcancen determinadas dimensiones, según las especies.

  • REMO:

  • En España, el deporte federado del remo incluye, además de las embarcaciones olímpicas, las yolas -modalidades todas ellas de banco móvil- y las de banco fijo (traineras, trainerillas y bateles). Estas últimas han sido las más practicadas en Asturias, pese a que en los años anteriores a la Guerra Civil hubo cierta actividad, centrada en Gijón, con embarcaciones olímpicas, mientras que en los pueblos del litoral venían disputándose regatas de botes o lanchas, que normalmente no rebasaban el ámbito local. En los años 40, la Federación Española reglamenta las competiciones de banco fijo, y en 1945 se organiza ya en Avilés una regata de traíneras de carácter nacional. Hacia 1949 surgen los tres clubs que habrían de ser los más destacados del remo asturiano (Club de Mar de Castropol, Remeros del Nalón y Club de Mar de Avilés), los cuales compiten con los de Vegadeo, Navia, Figueras, Abres y El Espín, en los campeonatos regionales de bateles, cuyas regatas -sobre todo las disputadas en la ría del Eo- obtienen en los primeros años 50 un público numeroso y apasionado. En esta época, las tripulaciones asturianas llegan a demostrar en competiciones nacionales cierta superioridad -a veces aplastante, como en la regata de Falanges del Mar de 1952, en La Coruña- que culmina en 1955 con la victoria de Remeros del Nalón en la Copa del GeneraIísimo de traineras. Tras unos años de atonía se incorporan a la práctica del remo clubs de Luanco, Candás, Villaviciosa y Ribadesella; y otra época brillante comienza en 1961 con el «doble» asturiano en el campeonato nacional de bateles, y que se prolonga cuatro años, durante los cuales el Club del Mar de Castropol domina indiscutiblemente en dicha especialidad del remo español. En 1964 se celebra en Avilés el campeonato nacional de yolas, y los remeros locales, junto con los de Soto del Barco y Navia, se inician en esta modalidad, en la que obtendrían discretos resultados. A partir de 1966 el remo asturiano decae de nuevo, pese a que es entonces cuando se produce el interesante intento -único quizá en la historia del deporte provincial- del Club de Mar de Castropol de competir con garantías de éxito en uno de los mayores espectáculos deportivos del país: las regatas de traineras de Santander, Bilbao y San Sebastián.

    La experiencia culminó en la temporada de 1968 con los magníficos codo a codo que la tripulación castropolense mantuvo con las de Pedreña, Fuenterrabía, Lasarte y Astillero. Los resultados no tan brillantes de los años siguientes demostraron que la empresa exigía un censo de remeros -y demográfico, en último término- del que Castropol carecía.

    En 1972, el subtítulo nacional alcanzado por el Club Náutico de Luanco parece augurar el resurgir del deporte del remo en Asturias.

  • VELA:

  • Prácticamente la navegación a vela sólo existe hoy en su faceta deportiva. En este aspecto, en España está regida y dirigida por la Federación Española de Vela, quedando Asturias comprendida en la demarcación de la Federación Regional Norte, que tiene su domicilio en Santander. En nuestra provincia, la navegación deportiva a vela tuvo sus comienzos en Gijón (1912), cuando el Real Club Astur de Regatas organizó las primeras pruebas bajo la presidencia y con la participación del rey Alfonso XIII. Desde aquellas fechas el Real Club Astur de Regatas fue el principal impulsor y mantenedor de esta actividad deportiva, aunque también se celebraron regatas en distintos puertos del litoral, organizadas por los Clubs de Villaviciosa, Avilés, Náutico de Salinas, Náutico de Ensidesa y Náutico de Luarca. Los barcos de los primeros tiempos fueron balandros de la clase «Doce metros Internacional» y «Sonderklase», pero al ir modernizándose las flotas, fueron evolucionando los tipos de barcos. En la actualidad los dominantes son los balandros de la clase Snipe, para dos tripulantes, y los de iniciación tipo «Optimist» y «Vaurieu». La actividad de estos últimos está siendo promocionada por el Club Albatros del Puntal (Villaviciosa) y por el Club Náutico de Ensidesa, con base en Luanco. Las pruebas más importantes son las organizadas por el Real Club Astur de Regatas de Gijón, que en el ámbito de la vela española tienen relieve internacional. En el año 1966 se corrió en Gijón el Campeonato de España de la Clase Snipe; en 1973 se celebró igualmente el Campeonato Ibérico que enfrentó a las mejores flotas de España y Portugal, y desde el año 1961 vienen disputándose todos los veranos la Copa de S. A. R. el príncipe Don Juan Carlos y el Gran Premio Gijón, con la participación de tripulaciones de Inglaterra, Francia, Portugal, Alemania, Suecia, Noruega, Finlandia, y las mejores «cañas» españolas. Estas pruebas obtuvieron en el año 1973 el distintivo de las «Tres estrellas» con las que internacionalmente se señala a la regata más importante de una nación. A lo largo de los sesenta años de actividad náutica, en embarcaciones a vela, han sido muchísimos los patrones que tuvieron una actuación sobresaliente, pero cabe destacar, por sus méritos, a Constantino Sanjulián Bahones y a Carlos del Castillo Bertrand, a bordo de sus balandros «Ixuxú» y «Antela».

  • JUEGOS:

  • Cucaña:

  • Palo en que se hacían ejercicios y equilibrios durante las fiestas populares. Había cucañas terrestres y marítimas. Las primeras consistían en un gran palo o poste de más de 7 u 8 m. de altura, hincado verticalmente en una plaza o campo, que previamente había sido bien alisado y encerado y en cuya punta, pendientes de un aro, se ponían jamones u otros obsequios. La cucaña marítima consistía también en un palo de las mismas características que se dejaba salir de una embarcación a modo de botalón o botavara. En ambos casos, los que aspiraban al premio, que era el objeto colocado en la punta, tenían que alcanzarlo, trepando en el terrestre o andando, en dificil equilibrio, sobre el marítimo. Los resbalones o zambullidas producían el regocijo de los asistentes al festejo, muy frecuente en Asturias, sobre todo en los puertos de mar.

    • Tu yes como la cucaña que ofrez y que resbala. Alusión al que promete y no cumple.

  • Llave:

  • Juego de adultos que consta de un hierro -el clavu- que tiene tres aletes; el jugador lanza desde 14 m. como máximo y 13 como mínimo seis fichas de hierro redondas y aplanadas.

    GRACIAS, Y ESPERO QUE MI ESFUERZO OS HAYA AYUDADO A SER + VAGOS. xD

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    Deporte en Asturias

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    TÍTULOS NACIONALES ABSOLUTOS DE REMO CONSEGUIDOS POR TRIPULACIONES ASTURIANAS (Modalidades de bando fijo)

    3

    4

    5

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