Historia


Cultura clásica


BLOQUE 2: UNIDAD DIDÁCTICA 3

-----PERVIVENCIA EN EL MUNDO ACTUAL DE ASPECTOS DE LA VIDA PUBLICA Y PRIVADA DE GRECIA Y ROMA. LAS CREENCIAS COLECTIVAS: RELIGIÓN Y MITOLOGÍA. PRINCIPALES MITOS GRIEGOS Y ROMANOS. SIGNIFICADO Y PERVIVENCIA EN ÉPOCAS POSTERIORES. EL CALENDARIO ROMANO.

1-OBJETIVOS DIDÁCTICOS.

- Conocer las diferentes manifestaciones religiosas de la Antigüedad, relacionándolas con las nuestras actuales.

- Identificar la religión actual como un desarrollo de la grecorromana es sus aspectos rituales.

- Reconocer los mitos grecorromanos e identificarlos en las artes y literatura actuales.

- Comprender y respetar las diferentes manifestaciones religiosas como un derecho inalienable de la persona.

- Conocer el cómputo latino del tiempo, relacionándolo con el actual, viendo sus semejanzas y diferencias.

2-CONTENIDOS.

A)CONCEPTOS.

- La religión en Grecia.

- La religión en Roma.

- La mitología.

- Pervivencia de la mitología en la literatura y en las artes en general.

- El calendario romano.

B)PROCEDIMIENTOS.

- Análisis de términos y expresiones lingüísticas relacionadas con la mitología clásica.

- Identificación en prensa y textos literarios de términos y expresiones derivados de la mitología grecorromana.


- Contraste entre los cultos estatales griegos y romanos y las grandes religiones actuales, con especial mención de la mayoritaria entre nosotros.

- Realización de cuadros genealógicos de las divinidades grecolatinas.

- Estudio comparativo de elementos comunes y diferenciales entre la religión clásica y las grandes religiones actuales.

- Identificación del calendario actual en el romano.

- Utilización de diccionarios mitológicos.

- Utilización de la biblioteca e investigación en diferentes libros de texto.

- Realización de grupos y puesta en común.

C)ACTITUDES.

- Interés y respeto por la religión como manifestación propia de cada individuo ("Educación para la paz").

- Interés por la mitología como fuente de interpretación de los problemas existenciales del ser humano.

- Gusto por la lectura de textos sobre temas mitológicos.

- Curiosidad por comprender las relaciones existentes entre las divinidades grecolatinas y el pensamiento ético y religioso del se humano.

- Valoración de la mitología como fuente de creatividad para el arte.

- Interés por conocer la tradición clásica, su evolución y su aplicación en obras artísticas actuales.

- Curiosidad por leer y buscar temas míticos en las obras artísticas actuales.

- Gusto por visitar museos y otros lugares donde se hallen restos de representaciones de temas mitológicos.

- Gusto por conocer el origen de nuestro calendario.

- Gusto por la búsqueda de datos en bibliotecas.

- Respeto por las ideas particulares en los trabajos en grupo.


3-DISTRIBUCIÓN TEMPORAL.

-7 horas: -3 hora: explicación.

-3 horas: ejercicios.

-1 hora: conclusiones y evaluación.

Las horas de explicación y de ejercicios no serán seguidas, sino que se irán intercalando.

4-MATERIALES.

1-Transparencias de mapas y de aspectos del tema.

2-Transparencias de esquemas de seguimiento de la unidad.

3-Vídeos: - Los dioses olímpicos.

- Iniciación a la Grecia clásica.

4-Diapositivas sobre el tema.

5-Textos clásicos ya incluidos en la unidad didáctica.

TRANSPARENCIAS

1-Santuarios griegos.

2-Plano de Delfos.

3-Plano de Olimpia.

4-Plano de Eleusis.

5-La muerte en Grecia.

6-Fachada del Partenón.

7-Planta de un templo griego y reconstrucción templo romano.

8-Genealogía de los dioses.

9-Los dioses y sus atributos I.

10-Los dioses y sus atributos II.

11-Los dioses y sus atributos III.

12-Sobre dioses y diosas.


13-La distribución de las horas en Roma.

14-La distribución de los días en los meses regulares.

15-La distribución de los días en los meses especiales.

5-METODOLOGÍA.

A partir de una evaluación inicial, conoceremos los conocimientos que sobre este tema tienen los alumnos. Tras ella se hará la explicación del profesor, que dará lugar a las actividades ya en grupos ya en individual, formando una clase activa.

El último día se dedicará a debates y puesta en común del tema tratado.

6-EVALUACIÓN.

A)Alumnado.

Se evaluarán los conocimientos adquiridos en esta unidad didáctica, por medio del diario de clase, cuadernos de trabajo, diálogo y puestas en común, participación en clase, actitud positiva y encuesta de conocimiento.

Se realizará una evaluación inicial y otra posterior al tema en el último día con los parámetros comentados.

B)Profesor.

Se evaluará la pertinencia de la unidad didáctica y su método de exposición, por medio de encuestas y charlas activas con el alumnado el último día especificado para la unidad didáctica.


BLOQUE 2: UNIDAD DIDÁCTICA 3

-----PERVIVENCIA EN EL MUNDO ACTUAL DE ASPECTOS DE LA VIDA PUBLICA Y PRIVADA DE GRECIA Y ROMA. LAS CREENCIAS COLECTIVAS: RELIGIÓN Y MITOLOGÍA. PRINCIPALES MITOS GRIEGOS Y ROMANOS. SIGNIFICADO Y PERVIVENCIA EN ÉPOCAS POSTERIORES. EL CALENDARIO ROMANO.

1-LA RELIGIÓN EN GRECIA

La civilización griega creó un sistema mitológico que ha ejercido una gran influencia en el arte y la cultura occidentales.

Este sistema fue el resultado de un largo proceso de fusión de cultos de diferentes pueblos.

La religión griega, de índole politeísta, pronto se caracterizó por su antropomorfismo.

A)Historia.

En el período micénico es cuando se comienzan a construir los templos para el culto, un culto que es público y está dirigido por el basileus. Los cadáveres son incinerados. Derivados de este culto, se inician los diversos juegos: los olímpicos, en Olimpia, en honor de Zeus; los píticos, en Delfos, en honor de Apolo; los ístmicos, en Corinto, en honor de Posidón; los nemeos, en Nemea, en honor de Zeus.

Dos hábitos culturales distintos configuran las ideas religiosas de los griegos:

- La cultura mediterránea arcaica (agrícola): diosa de la fecundidad y diosa madre (cercanas a la tierra y al mundo subterráneo; dios de la primavera, que muere y resucita todos los años).

- La cultura predoria, en donde se rinde culto, además de a Zeus, dios de la luz y de los fenómenos atmosféricos, protector del derecho y procreador de otras deidades, a Hestia, diosa del hogar.

Al principio, se entremezclan las formas religiosas de la cultura mediterránea arcaica con la de los pueblos inmigrados.

Son dioses pertenecientes a esta época Zeus, Hera. Posidón, Atenea, Hermes y Artemisa; posteriormente se incorpora Apolo, una deidad extranjera. La religión aristocrática (dioses del Olimpo), difundida por Homero, constituye una ulterior elaboración de la primitiva religión, que reflejaba en cierto modo la sociedad jerárquicamente estructurada de las fortalezas micénicas:

- Zeus, dios del cielo.

- Hera, hermana y esposa de Zeus, diosa del fuego doméstico y del matrimonio.


- Deméter, diosa de la agricultura.

- Poseidón, dios del mar.

- Hefestos, dios de la fragua y el fuego.

- Ares, dios de la guerra.

- Apolo, dios de la luz, la música, el conocimiento.

- Ártemis, hermana de Apolo, diosa de la caza, el pudor y la inocencia.

- Hermes, dios de los ladrones, comerciantes, la suerte y la riqueza.

- Atenea, diosa del trabajo manual, la sabiduría, las artes y las ciencias.

Paralelamente a esta religión aristocrática y sus formas se desarrolla la religión popular: deidades locales, en forma de antiguos fetiches, personifican fuerzas naturales, cuerpos celestes (sol, luna) o ciertas ideas abstractas (discordia, esperanza). No se conocían dogmas, magia, sacerdotes ni supersticiones.

Con los órficos y pitagóricos también aparecen nuevas creencias en torno a la existencia de recompensas o castigos en una vida futura. Los cultos de los misterios de Eleusis aseguran a los iniciados una vida después de la muerte.

En el s.VII se introduce, desde Tracia, el culto orgiástico a Dionisos, que, al ser admitido en el santuario de Apolo en Delfos, pasa a formar parte del Olimpo. En el s.IV, se presta ya también culto a Asclepio, dios del arte de curar.

Posteriormente, la época helenística se caracteriza por el sincretismo religioso y coincide con la disolución de la comunidad política y religiosa de la polis. Comienzan a manifestarse dudas sobre la existencia de los dioses olímpicos y de las múltiples deidades locales; pero no llega, sin embargo, a difundirse el ateísmo.

Junto a los viejos cultos de Deméter, Dionisos... surgen ahora los nuevos de Baal, Isis y Cibeles, justificando la adopción de estas deidades ajenas como reaparición de antiguas y olvidadas divinidades propias. Incluso llega a crearse un culto artificial a Serapis (fusión de Osiris y Apis egipcios), dios de la salud y los oráculos.

B)Creencias y manifestaciones religiosas.

Los griegos tenían innumerables dioses, porque carecían de una religión oficial que identificara a unos como verdaderos y a otros como falsos. De modo que respetaban a los dioses de los extranjeros, que merecían para ellos la misma consideración que los propios, y estaban abiertos, en principio, a cualquier creencia o práctica religiosa.


A lo largo de los siglos Grecia había ido asumiendo divinidades de diversas procedencias, que protegías distintos aspectos de la vida y tenían una personalidad bastante semejante a la de los seres humanos; su inmortalidad era la característica que realmente los diferenciaba de los hombres, de los mortales.

Entre los griegos se había desarrollado una rica actividad filosófica que había sometido a la religión a sus críticas, tratando de alcanzar una concepción más elevada de lo divino; una relación con la divinidad que no impusiera limitaciones al pensamiento y contribuyera, desde luego, a hacer al hombre mejor en todos los sentidos.

Los dioses demasiado humanizados y sujetos a las pasiones de los hombres no eran tomados en serio por los filósofos; pero tampoco se consideraba a éstos como ateos. El hombre griego era profundamente religioso, y la religión estaba integrada en las manifestaciones públicas del estado, las celebraciones familiares o profesionales e impregnaba la realidad de su vida cotidiana.

Cada ciudad tenía sus divinidades tutelares, como Atenea en el caso de Atenas, de las que se esperaba protección. Los labradores, navegantes, caminantes o todo aquél que se sentía amenazado por un peligro recurría a la plegaria, al rito o a la ofrenda con objeto de granjearse el auxilio divino.

Los dioses representaban el orden, el equilibrio del mundo, y, aunque se contaba con los caprichos de la fortuna, también se tenía una idea de la justicia divina, que debía dar a cada uno lo suyo. (Existen los dioses! suele exclamar algún personaje de la comedia griega cuando ve que las cosas han sido puestas en su sitio por una mano invisible.

C)La piedad individual.

Para complacer y gozar de la protección de los dioses, los antiguos les ofrecían sacrificios de animales y productos del campo.

La atención debida individualmente a los dioses incluía tres tipos de actos:

- La plegaria: solía ir acompañada de una ofrenda ante el altar; si se trataba de leche o vino, se derramaba (libación), y se depositaba, si era una torta o algún otro producto sólido. También se podía solicitar un favor divino prometiendo un pago a su cumplimiento, una figurilla representando a la divinidad o al oferente, o bien una estela conmemorativa, todo lo cual se dejaba en el santuario. La idea era que los dioses debían recibir algo a cambio de lo que ellos hacían por los humanos.


- El sacrificio: animales domésticos, siempre elegidos sin mancha o defecto y bien engalanados, eran degollados sobre los altares de los dioses y diosas, que tenían cada uno establecida su víctima por el ritual. También las hecatombes (sacrificios de cien bueyes) constituían una prestación importante. En los medios acomodados el sacrifico se convertía más en una celebración social que en una ofrenda a los dioses, ya que los asistentes comían la carne del animal, consagrando a los dioses los despojos; sólo ocasionalmente se quemaba la totalidad de la víctima, recibiendo el nombre de holocausto. Los griegos, como los romanos, acostumbraban a examinar las vísceras de los animales sacrificados, para, a partir de su aspecto, hacer predicciones sobre el futuro. El sacrificio era un acto litúrgico que debía ser presidido por un sacerdote, el cual tenía una función temporal y podía estar casado.

- La purificación: solía ser una ceremonia realizada con agua, que eliminaba la mancha producida por el contacto con las cosas consideradas como impuras. Debía hacerse siempre después de un nacimiento o de una muerte, purificándose tanto la casa como las personas. También se cumplía el ritual cuando se iba a entrar en contacto con algo de carácter sagrado.

D)Las grandes celebraciones públicas.

Las fiestas oficiales, que implicaban a toda la comunidad, eran las ceremonias religiosas más importantes. Desde época remota incluían juegos y competiciones atléticas, a la par que concursos que podríamos llamar literarios, puesto que consistían en la ejecución de obras originales recitadas con acompañamiento instrumental o representadas en forma teatral.

Las fiestas griegas estaban imbuidas siempre de matices religiosos. La fiesta, además de potenciar la fe en los dioses, trata de alimentar el patriotismo de los ciudadanos.

El calendario de fiestas, especialmente ateniense, sería:

- Enero (Gamelion): las Gamelias, dedicadas a conmemorar la unión de Zeus y Hera; las Leneas, en honor de Dionisos, con representaciones dramáticas y líricas.

- Febrero (Antesterion): las Antesterias, con un concurso de bebida, procesión de Dionisos y fiesta de la olla en la que se recuerda a los difuntos; las Cloias en honor de Deméter; las Diasias en honor de Zeus.

- Marzo (Elafebolion): las Procaristerias, con sacrificios a Atenea; las Grandes Dionisiacas, con representaciones teatrales.

- Abril (Muniquion): las Muniquias, en honor de Artemis, con procesión y ofrenda de dulces.


- Mayo (Targelion): las Targelias, en honor de Apolo, con purificación de la ciudad y ofrenda de un puré de cereales al dios; las Plinterias, en donde se bañaba en el mar la estatua de la diosa Atenea y se le ofrecían dulces e higos secos.

- Junio (Skiroforion): las Esciroforias, con sacrificios a Deméter, Core, Atenea y Poseidón; las Dipolias o Bufonias, con sacrifico de un buey a Zeus; las Arreforias, en honor de Atenea.

- Julio (Hecatombeon): las Cronias, en honor de Crono; las Sinecias, para conmemorar el sinecismo de Atenas; las Panateneas, con concursos gimnásticos y carreras de antorchas y con procesión.

- Agosto (Metageitnion): las Metageitnias, poco conocidas.

- Septiembre (Boedromion): las Eleusinias, fiestas de los Grandes Misterios; las Boedromias, dedicadas a Apolo, con procesión y sacrificio para pedir ayuda en las batallas.

- Octubre (Pianopsion): las Pianopsias, fiestas de la siembre en honor a Apolo, con procesión; Oscoforias, en honor de Dionisos, con procesión de ramas de vid; Tesmoforias, en honor de Deméter, diosa de la fecundidad de la tierra y de las mujeres, celebrada sólo por mujeres casadas; Apaturias, fiesta de las fratrías, con sacrificios y banquetes; Claqueas, fiesta de los artesanos en honor de Atenea y Hefesto.

- Noviembre (Maimacterion): Maimacterias, poco conocida.

- Diciembre (Poseideon): Haloas, con sacrificios a Deméter, Core y Poseidón, participando sólo las mujeres, incluidas las prostitutas, en torno a un falo como símbolo de la protección a la germinación del grano; Dionisias Rurales, con procesión con un falo y representaciones dramáticas.

E)Los cultos mistéricos.

Eran un conjunto de prácticas religiosas cuyo sentido más profundo se nos escapa, porque los griegos tenían prohibido revelarlo bajo pena de muerte. De ahí su nombre de misterios, siendo los más famosos los de Eleusis. Sólo aquellos pocos que realizaban todas las ceremonias y adquirían la condición de iniciados podían acceder a lo más importante, y sólo ellos supieron lo que oían, veían y sentían; así como el carácter de la transformación espiritual que decían haber conseguido.

El santuario de Eleusis, situado a pocos kilómetros de Atenas y consagrado a la diosa Deméter, tenía un origen antiquísimo y fue haciéndose cada vez más grande y lujoso. Contaba con una pieza reservada, el adytón, donde sólo podía entrar el hierofante, supremo sacerdote y celebrante de los misterios, porque allí se guardaban los objetos sagrados, que no sabemos en realidad lo que eran.


El culto de Deméter comenzó siendo un culto agrario, ilustrado por el mito que tiene como protagonista a esta diosa madre, a su hija Perséfone y a Hades, mito de las estaciones o del ciclo vegetal de nacimiento, muerte y resurrección. Sin embargo, este culto agrario alcanzó un desarrollo peculiar con el que logró dar una respuesta a las ansias de inmortalidad, siempre presentes en el hombre y poco satisfechas por la religión griega en general.

Además de este culto mistérico, cabría citar:

- El culto orgiástico a Dionisos, que consistía en danzas frenéticas en los bosques, donde se comía carne cruda de animales, acto que simbolizaba la comunión con el dios, ya que el animal comido era considerado como su encarnación.

- El orfismo, que era una corriente religiosa que afirmaba que el alma del hombre era inmortal y que había que mantenerla en estado de pureza para poder unirse con la divinidad. Para el orfismo, el cuerpo era un estorbo.

F)La adivinación, la magia y los oráculos.

Los griegos creían que los acontecimientos futuros podían se conocidos con antelación, y procuraban hacerlo en la idea de que así actuarían correctamente. Consideraban que los dioses les sugerían por procedimientos varios la conducta que debían seguir. Correspondía a los hombres el recabar esa información y el tratar de interpretarla, pero ello no estaba al alcance de todos, sólo de los adivinos: unos individuos dotados de unos poderes extraordinarios que les permitían servir de intermediarios entre los hombres y los dioses y les facultaban para interpretar sus designios a través de la observación de cosas materiales o de animales.

El vuelo de los pájaros y sus gritos eran una forma de adivinación, conocida como ornitomancia; así, el que el águila, ave de Zeus, apareciera por la izquierda o por la derecha constituía respectivamente una mala o buena señal. Asimismo, el ruido de las encinas sacudidas por el viento en el santuario oracular del mismo dios en Dodena servía también para predecir el futuro.

Para predecir el futuro también estaba la hieroscopia, que era el examen que hacían los sacerdotes de las vísceras de los animales sacrificados. Los lóbulos del hígado y el aspecto de la vesícula biliar implicaban también un lenguaje adivinatorio.

La magia era en la Grecia clásica una actividad poco común; tenía sus raíces en el Oriente y sólo alcanzó un gran desarrollo en el ámbito griego durante la etapa helenística.

Las prácticas mágicas tenían dos finalidades básicas:

- Recuperar o atraer a la persona amada. Para ello se utilizaban filtros hechos con hierbas u otros componentes, conjuros y ruedas de pájaros.


- Destruir a quien se tenía por enemigo, real o potencial, para lo que se hacían tablillas sonde se inscribía la maldición que se quería atraer sobre el adversario, solicitando su cumplimiento a Hécate, a Hermes o a Perséfone, las divinidades infernales. También está documentada la práctica de modelar figurillas de cera y hacerlas derretir por la acción del fuego, formulando al mismo tiempo el deseo de que fuera destruido como ellas aquél que incumpliera un juramento.

Pero la forma más solemne de adivinación, la que tuvo más trascendencia, incluso en el terreno político, era la practicada en el santuario oracular de Delfos, donde profetizaba el dios Apolo. Había allí una sacerdotisa que entraba en un estado de alienación, durante el cual se suponía que pronunciaba palabras transmitidas por el dios. Un sacerdote, llamado prophétes, recogía las preguntas de los consultantes y se las hacía llegar a la Pitia, confeccionando luego una respuesta a partir de las palabras incoherentes e ininteligibles pronunciadas por ésta. El mensaje que recibía el consultante solía ser ambiguo, de modo que, si las cosas no salían como esperaba, se atribuía a un error de interpretación.

Acudían al oráculo délfico particulares, magistrados en representación de sus ciudades e incluso reyes extranjeros. En ocasiones, las respuestas tuvieron gran trascendencia política, porque los griegos respetaban puntualmente lo dicho por la sacerdotisa.

G)La muerte y los ritos funerarios.

Entre los griegos, como entre todos los antiguos, la muerte tenía una gran importancia en el contexto del grupo familiar. Era un deber ineludible enterrar a los muertos, ya que las almas de los que no recibían sepultura ni rito funerario alguno estaban condenados a vagar eternamente y a perseguir a sus parientes por su descuido en el cumplimiento de lo establecido. Sin embargo, esta norma no se respetaba con los ladrones de templos, suicidas ni delincuentes ajusticiados.

Para los atenienses de época clásica era muy importante el ser inhumados en su tierra natal, hasta el punto que el negar la sepultura en territorio ático era uno de los castigos más graves que podía imponer el Estado. Por ello, existía un gran interés por recuperar los cadáveres muertos en guerras lejanas. Por otra parte, los ritos debían ser ejecutados por personas adecuadas, los parientes, especialmente los hijos, que estaban obligados a asumir, por un imperativo legal, los costes de los funerales.

Las mujeres de la familia debían preparar el cuerpo, bañarlo, ungirlo en aceite y engalanarlo con coronas, cintas y joyas. La próthesis o exposición tenía ligar al día siguiente a la muerte en la casa del fallecido. La finalidad de esta exposición era la de dar fe de su muerte y la de dar posibilidad a los ritos y al lamento funerario. Las mujeres se mesaban los cabellos y se golpeaban la cabeza y el pecho.


Al tercer día, antes de la salida del sol, el muerto era conducido a la sepultura en una procesión que la ley obligaba a realizar sin grandes ostentaciones, a través de calles secundarias. El cortejo funerario era encabezado por los hombres, seguidos de las mujeres. Este llegaba hasta la tumba, donde era depositado el cuerpo sin apenas ceremonia, porque las leyes prohibían expresamente los sacrificios en las sepulturas; se purificaba la tierra y se hacían libaciones. Luego, los dolientes, regresaban a la casa del muerto, en luto durante un tiempo, marcando la puerta con una vasija como aviso de la contaminación religiosa producida por la muerte.

La purificación de todo lo que había estado en contacto con el muerto era muy importante. Tenía lugar en la tumba y, desde luego, en la misma casa, preferentemente con agua del mar.

El lugar de enterramiento era marcado con un elemento que sobresalía de la tierra, no sólo para identificarlo como tal y evitar su violación, sino también para recordar el nombre del difunto. Además de esto, se solían colocar epitafios, pequeños poemas, que solían reclamar la atención del viandante para darle a conocer la personalidad del difunto, la forma de su muerte y la huella que había dejado entre los vivos.

H)Los templos griegos.

Primitivamente, los griegos consideraban como divinidades los fenómenos naturales que no podían comprender, como el relámpago, o algunas nociones abstractas, como el destino. Más tarde, imaginaron a estos dioses con forma humana. Tales divinidades antropomórficas, aunque eran inmortales, tenían cualidades y debilidades propias del hombre: comían y bebían, se peleaban y amaban. Por consiguiente, sus necesidades eran las mismas que las de los mortales, y los fieles eran los encargados de ofrecer a la divinidad aquello que ellos mismos necesitaban: una casa, unos criados, alimentos y riquezas. El templo, pues, era la morada del dios y los sacerdotes y las sacerdotisas eran sus servidores.

Los primeros templos se construyeron siguiendo el modelo de la sala principal de los palacios, que dio origen a la cámara sagrada, presidida por la estatua de la divinidad.

Los templos no estaban diseñados para que en ellos entrasen los devotos, ya que las ceremonias y los sacrificios se hacían al aire libre en torno a un altar que había delante del templo, enfrente de la puerta del edificio, y de cara a la estatua del dios.

Con el tiempo, delante de la cámara sagrada, naos, se construyó un vestíbulo, prónaos, y en la parte posterior del templo otra sala, opistódomo, generalmente separado de la naos por una pared, en donde se guardaban las ofrendas hechas por los fieles.

Los griegos hacían los templos para ser vistos desde el exterior. Cuando formaban parte de un recinto o de un santuario, los situaban en la zona más elevada, aislados de las otras construcciones.


Al principio sólo se hacían de piedra los cimientos del templo, el resto era de madera y de ladrillo. A partir del s.VII a.C., comenzaron a construirse totalmente de piedra. Los templos eran policromados, es decir, estaban pintados con colores variados.

Los templos estaban clasificados según el número y la colocación de sus columnas. Podían ser:

- Períptero, con una fila de columnas alrededor.

- Díptero, con doble hilera de columnas.

- Pseudodíptero, con una hilera alrededor y otra más en dos lados.

- Tolo, de planta circular, generalmente con una fila de columnas alrededor.

2-LA RELIGIÓN EN ROMA.

La religión romana se define en virtud de tres aspectos fundamentales: es politeísta, comunitaria y ritualista. La religión consiste en el conjunto de relaciones que los ciudadanos mantienen o deben mantener con los dioses. Tales relaciones son las que los romanos llaman cultu deorum. En la medida que las relaciones funcionan, se mantiene la pax deorum.

La religión romana se caracterizó por la mezcla de toda clase de tradiciones religiosas, tanto autóctonas como extranjeras. En un principio, los romanos divinizaron todas las fuerzas de la naturaleza y los actos más trascendentales de la vida de los hombres.

La religión tradicional romana tenía como caracteres principales, que era:

- Práctica, ya que es fundamentalmente práctica de ritos, en la que el hombre piadoso (pius) conoce y cumple el ritual con la mayor exactitud, no suponiendo una disposición interior del individuo hacia la divinidad. La finalidad es conseguir la paz con los dioses y hacerles propicios.

- Legalista, ya que el culto se concibe como un derecho de los dioses y las relaciones con ellos son una especie de contrato. A cambio de oraciones y ofrendas se busca su protección, expresando lo que el individuo se compromete a cambio de conseguir lo deseado.

Se daban dos tipos de culto:

- El familiar.

- El público.

A)Culto familiar.


Al principio los patricios y también después los plebeyos practicaron un culto familiar. El pater familias actuaba como sacerdote, es decir, representante de las personas constituidas bajo su autoridad ante las fuerzas espirituales que le rodeaban. Estos espíritus eran los numina, innumerables, dentro de los cuales los más importantes eran:

- El culto al primer antepasado, fundador de la gens. Solía ser un personaje mítico, a veces una divinidad.

- El culto a los Lares (protectores del hogar familiar), que estaban representados por medio de estatuillas en el atrio de la casa en una hornacina o en un altar, lararium, y a quienes se les hacían ofrendas en todas las comidas diarias, dejándoles algo de la mesa o ofrendándoles perfumes o guirnaldas de flores; Penates (protectores de la "despensa", donde se conservaban las provisiones de la familia);y Manes, almas de los antepasados muertos. El culto que se rendía a los manes venía dado por el miedo de los romanos a los muertos, ya que creían que tenían capacidad de causar daño a los vivos, por lo que era necesario aplacarlos: se solían ofrecer a éstos flores y alimentos el día del aniversario de su nacimiento, no de su muerte, y en el mes de Febrero se celebraban las fiestas públicas en honor de los muertos. Pero no todos los espíritus de los muertos eran propicios por el mero hecho de acordarse de ellos. Los lemures representaban funciones opuestas a las de los manes. Eran espectros malévolos que podían dañar y atormentar a los vivos, por lo que, para alejarlos de casa, el padre, a media noche de los días 9, 11 y 13 de mayo, echaba puñados de habas negras hacia atrás para alimentarlos y apaciguarlos. Significado parecido tenían las larvas o espíritus de criminales o desaparecidos en muerte trágica

- El culto a Jano, que era el espíritu de la puerta. Se le representaba con dos caras, por la característica de dos hojas de las casas romanas. Posteriormente, el Estado asumió su culto.

- El culto a Vesta, numen que habitaba el fuego, que era la dispensadora de calor, la que preparaba los alimentos. También este culto fue asumido por la religión estatal.

- El culto al genius: cada hombre tenía su propio genius; de éste dependía la personalidad del individuo y su propio destino. Para la familia tenía particular interés el genius del pater familias: era necesario conseguir su favor, pues de él dependía la existencia y prosperidad familiar. Cuando el pater familias moría, el heredero inhalaba su último suspiro, rito que significaba la supervivencia de la familia.

Además de estos numina, en el plano agrícola, había otros relacionados con determinados lugares; otros se distinguían por las funciones que realizaban, como:

- Robigus: tenía poder sobre el tizón que amenaza el trigo.

- Nodotus: poder de aumentar el grano.

- Volutina: rodea el grano con su cáscara protectora.


- Rodarator, asociado a la segunda arada.

- Insitor, numen de la siembra.

- Obarator, el de la arada que cubre la simiente.

- Subruncinator, el de la escarcha.

- Mesor, el de la siega.

- Convector, el de la recogida del grano.

- Conditor, el de su almacenamiento.

Muchas de estas fuerzas o númenes pasaron a ser considerados dioses, como Saturno, Marte, Vulcano, Vesta...

B)Culto público.

Cuando surgió el Estado, cambiaron aspectos externos de la religión, pero no su finalidad. La religión familiar procuraba la salud de la familia; la religión agrícola, la prosperidad de los campos y grano; la religión estatal, la prosperidad del Estado, salus rei publicae. Así, surgirá un sacerdocio que cumplirá las funciones del pater familias en la religión familiar.

Veámoslo en los siguientes apartados:

1-Nuevas divinidades.

Al principio, Roma contaba con una triada de dioses, la triada capitolina, que comprendía a Júpiter, Marte y Quirino. Tras la influencia etrusca, ésta variaría a Júpiter, Juno y Minerva.

El que la religión romana se transformase tanto por factores internos, provocados por las tensiones sociales, como por influencias externas, se debía a que la religión romana tenía un politeísmo abierto.

Las transformaciones más serias tuvieron lugar a partir de circunstancias particularmente peligrosas para la misma supervivencia de la ciudad.

Así, el culto a Apolo se introdujo a partir de una grave epidemia. En el s.IV, se introdujo el culto a Juno, por influencia etrusca y debido a una guerra con los etruscos. A finales del s.III se introdujo el culto a Cibeles, la Magna Mater, divinidad oriental, a causa de la angustia de los romanos por los primeros resultados de la 2ð Guerra Púnica. Poco antes, había sido introducido el culto a Venus, por la 1ð Guerra Púnica.


Pero de todas las influencias, la mayor fue la griega la que marcó la religión romana, sobre todo, con la introducción de sus dioses mitológicos y su identificación con los romanos.

2-Festividades religiosas.

Aunque el calendario romano presenta unos ciclos festivos de carácter biológico unos, sociales otros, su reparto es muy desigual, ya que hay meses cargados de fiestas, como marzo, y otros prácticamente vacíos.

Se dan tres ciclos: ciclo guerrero, ciclo agrícola-ganadero y ciclo fin de año. Para el primero son los meses de marzo, comienzo de la época guerrera, y octubre, fin de ésta, los meses más llenos de festividades.

El ciclo agrícola-ganadero comienza en el mes de abril, sigue en el mes de mayo, agosto y diciembre.

En el ciclo fin de año, la idea que subyace es la de liquidación del pasado y la purificación de cara al comienzo de un nuevo período. El ciclo se repite en dos meses, diciembre y febrero.

Las festividades religiosas más importantes a lo largo del año en Roma fueron:

- Enero (ianuarius): Carmentalia (11-15), contra los maleficios, en honor de Carmenta, diosa que fijaba el destino de los niños.

- Febrero (februarius): Lupercalia (15), en donde se purificaba el territorio y era una fiesta de la fecundidad; los sacerdotes, lupercales, disfrazados con pieles de lobo, flagelaban a los transeúntes, sobre todo a las mujeres, con tiras de piel de cabrito, creyéndose que con los golpes se hacían más fecundas. Las Feralia (13-21), que eran los días de los muertos. Las Terminalia (23), que eran unos ritos agrarios.

- Marzo (martius): Matronalia (1) o fiesta de las madres; Equirria (15), fiesta ecuestre en honor del dios Marte; Liberalia (17), fiestas de primavera en honor de Baco, posteriormente identificado con Dionisos; Quinquatrus (19), rito de guerra para purificar el ejército.

- Abril (aprilis): Fordicidia (15), que consistía en el sacrificio de una vaca en el Capitolio por cada una de las treinta curias; Cerialia (19), donde Ceres aparece como protectora de los cereales; Palilia (21), aniversario de la fundación de Roma; Vinalia (23), relacionados con el vino; Robigalia (25), fiesta solar con ritos agrarios.

- Mayo (maius): Floralia (3); Lemuria (9-14), ritos contra los maleficios.


- Julio (Iulius): Lucaria (19-21), fiesta agraria; Neptunalia (23), fiesta también agraria.

- Agosto (Augustus): Volcanalia (23), fiesta en donde se echaban peces vivos a las llamas para conjurar los incendios de las granjas.

- Octubre (october): Meditrinalia (11), fiesta agraria; October Equus (15), fiesta que ponía fin a la campaña militar: Armilustrium (19) o purificación de las armas.

- Diciembre (december): Salurnalia (27), fiesta del solsticio de invierno para ayudar al sol a remontar el cielo.

3-El rito.

Ya los romanos distinguían entre la liturgia nacional, sacra romana, y el rito griego, graecus ritus. En el rito griego, el oficiante actuaba con la cabeza descubierta, coronada de laurel, y las plegarias no invocaban a otras divinidades distintas de las que estuvieran siendo objeto de culto; en el rito romano, el oficiante actuaba con la cabeza cubierta y las plegarias se hacían como invocación general a las restantes divinidades.

Las celebraciones litúrgicas en Roma podían ser de carácter regular o excepcional, que siempre tenían un carácter expiatorio.

Las festividades regulares pertenecían a dos categorías: las que caían en días fijos y las que tenían fechas móviles.

El culto consistía en plegarias acompañadas de un sacrificio. Sin plegarias, el sacrificio era considerado como inútil. Estos dos elementos constituían la base de la liturgia romana.

La oración se hacía con la cabeza cubierta y vuelto el rostro hacia el este, al mismo tiempo que se estaba tocando el altar o la estatua de la divinidad. El sacerdote leía las fórmulas de las oraciones y el fiel repetía éstas cuidadosamente. La oración se terminaba mediante la adoratio, que consistía en enviar un beso con la mano izquierda, oscula facere, o mediante la supplicatio, que consistía en una prosternación.

Los sacrificios podían ser cruentos e incruentos. Estos últimos consistían en ofrendas como libaciones de vino, tortas sacrificales... Los cruentos, por su parte, implicaban la muerte de animales. La elección de la víctima estaba incluso sometida a prescripciones legales. Según la divinidad de que se tratara había que elegir animales adultos, hostias maiores, de leche, lactantes, machos, mares, o hembras, feminas.


Estos animales, antes de ser definitivamente elegidos, debían ser examinados para asegurarse de su buen estado de salud, su hermosa apariencia y de ciertos detalles accidentales que debieran tener según las prescripciones.

La víctima elegida era coronada con bandas, infulae, y tira de lienzo, vittae, y era llevada al altar. Se la consagraba mediante la inmolatio, rito que consistía en derramar sobre la cabeza de la víctima harina sagrada, mola salsa, y vino; además, el sacrificador pasaba la hoja del cuchillo a lo largo de todo el espinazo del animal, desde la cabeza a la cola. La muerte del animal era llevada a cabo por los ayudantes del sacerdote, ministri.

A continuación, se examinaban los órganos internos, exta, para determinar si la divinidad aceptaba o no el sacrificio. Los órganos internos (vesícula biliar, hígado, corazón y pulmones) y la sangre se reservaban para los dioses, mientras que la carne, viscera, se destinaba a los humanos para el banquete. Esto era porque se creía que a los dioses les interesaba más la vida del animal, y ésta residía en los exta.

Al principio, el examen de los exta era un proceso sencillo: si aparecían en buenas condiciones, se suponía que la divinidad aceptaba el sacrificio. Entonces, el oficiante los cocía en un caldero o asaba para ofrecerlos a la divinidad. En ocasiones, antes de ser cocinados se les añadía harina sagrada y otras pequeñas partes del animal.

Pero pronto, el examen de las entrañas se contamina de las doctrinas etruscas del arte adivinatorio. Así, los arúspices hacían sus predicciones basándose en que las entrañas y sobre todo el hígado eran reflejo del futuro del consultante.

Para conseguir el favor de los dioses, a veces se realizaba también un votum, que era una promesa hecha a éstos a cambio de conseguir su propósito.

4-La muerte y los ritos funerarios.

El entierro de un romano de elevada condición económica y social se caracterizaba por la solemnidad del ritual. Delante de la comitiva fúnebre, pompa, iban los esclavos tocando flautas, trompas y trompetas, los portadores de antorchas, las plañideras profesionales, los bailarines y los mimos.

Sobre la tumba, colocada en una de las vías que conducían a la ciudad, se incineraba el cadáver. Sobre la pira se colocaba al muerto dentro de su ataúd y los familiares y amigos ponían en él los objetos que habían sido del agrado del difunto; le abrían y cerraban los ojos por última vez, le daban un beso de despedida y un pariente o amigo encendía la pira, adornada con flores y recipientes de perfume.


En los cementerios de las grandes ciudades, solía haber un horno crematorio que facilitaba las tareas de la incineración. Cuando las llamas se extinguían, las brasas eran apagadas con vino, y los huesos que quedaban se recogían, se untaban con ungüentos perfumados y eran depositados, juntamente con las cenizas, en una urna funeraria.

También se daba, además de la incineración, la inhumación, pero ésta se reservaba generalmente a la gente pobre y los esclavos. De todas formas, a partir del s.II d.C., se generalizó la inhumación para todos.

Las tumbas más lujosas eran sepulcros ornamentales o mausoleos en forma de templo, de torre o casa. Las tumbas más modestas eran las fosas comunes, las individuales y los columbarios. Encima de las fosas individuales se ponían diversos tipos de monumentos funerarios como:

- Una estela o piedra con el nombre del difunto.

- Un pedestal con dedicatoria.

- Un ara o altar, en cuyo interior se guarda la urna funeraria.

- Una cupa de piedra en forma de baúl.

Los columbarios eran criptas excavadas en la piedra viva o construidas de obra, en cuyo interior había nichos u hornacinas parecidos a los nidos de un palomar. Ahí se colocaban las urnas cinerarias.

Cuando se generalizó la inhumación, se extendió la costumbre de enterrar a los muertos en cajas de madera o de piedra, de las que derivaron los sarcófagos esculpidos.

En las inscripciones sepulcrales, los romanos solían poner una invocación a los dioses Manes, con la abreviatura D.M.S. (DIS MANIBUS SACRUM). No suele figurar el día de la muerte, pero sí el de la edad del finado. También aparece generalmente una expresión afectuosa como queridísimo, benemérito.

El hecho de que incluso las personas más humildes deseasen poseer una sepultura y unas exequias dignas provocó la aparición de asociaciones que tenían como fin primordial recoger un fondo común a base de pequeñas cuotas mensuales para sufragar los gastos del entierro y de los funerales de cada asociado.

5-Los sacerdotes.

De preparar las fiestas y ceremonias religiosas se encargaban los sacerdotes, organizados en colegios independientes unos de otros, ya que lo complicado y diverso del ritual, por existir tantos dioses, suponía cierta especialización.

Los sacerdotes no formaban una clase aparte dentro de la población. Eran elegidos entre los ciudadanos, políticos o militares generalmente. El sacerdocio se convertía así en un cargo público íntimamente relacionado con la política.


Los sacerdotes estaban organizados en colegios, excepto los Flamines. De todos ellos, sólo las vestales hacían voto de castidad. Los más importantes fueron:

- Flamines, que eran 15, dividiéndose en mayores y menores. Cada uno estaba consagrado a un dios (Flamen Dialis a Júpiter...).

- Pontífices, que ostentaron gran poder. Eran los encargados de cuidar y conservar el puente sagrado. Además de ello, velaban por la pureza del culto, fijaban las fiestas al confeccionar el calendario y anotaban los acontecimientos más importantes de cada año. El más importante era el Pontifex Maximus, que era en sí el jefe de la religión nacional.

- Vestales, las cuales eran elegidas por el pontifex maximus. Estaban encargadas del culto a la diosa Vesta y por ello de la conservación de su fuego sagrado. Eran patricias y no podían tener defectos físicos; debían hacer voto de castidad y estar dedicadas al culto de la diosa durante 30 años: los diez primeros para instruirse, los diez siguientes para ejercer como tales y los diez últimos para enseñar a las nuevas vestales.

- Salios, que eran doce y estaban encargados del culto al dios Marte.

- Feciales: eran 20. Intervenían en las declaraciones de guerra, en los pactos..., es decir, se dedicaban a las relaciones internacionales.

- Lupercales: eran 12 y pertenecían siempre a unas determinadas familias patricias.

- Arvales, que eran 12 y estaban encargados del culto a Ceres.

- Los interpretes de los libros sibilinos, que fueron primitivamente dos, aumentando hasta diez. Interpretaban estos libros con fines adivinatorios.

- Arúspices, que analizaban las entrañas de las víctimas ofrecidas en sacrificio, haciendo las oportunas predicciones.

- Augures, que predecían el porvenir, interpretando la voluntad de los dioses mediante los signos celestes, el vuelo de las aves... Su presencia era imprescindible para la inauguratio de cualquier espacio público. Su poder era grande, ya que ellos daban legitimidad a la interpretación de la voluntad divina.

6-La adivinación del futuro.


Los vaticinios y la adivinación eran parte importante de la vida y la religión de los romanos. Por ello, antes de tomar cualquier decisión o emprender cualquier empresa importante se consultaba al augur, que indicaba si sería propicia o no la acción a realizar, según la voluntad de la divinidad a la que hubiese consultado.

Los augures interpretaban la voluntad de los dioses a través de distintos tipos de señales: el vuelo de las aves era satisfactorio si procedía de la parte de la parte izquierda del augur y si no se quebraba antes de perderse de vista, y nefasto si procedía de la parte contraria o cambiaba de dirección durante la observación del vuelo. También presagiaban cosas funestas si las aves volaban a poca altura, al contrario que si volaban a mucha altura.

Otra observación era la forma de comer de los pollos sagrados que los augures cuidaban en una jaula. Mostraban mal augurio si se mostraban inapetentes o al comer dejaban caer restos.

Además, se interpretaban los sueños, las respuestas de los oráculos y preveían la ira de los dioses, aconsejando cómo protegerse de ella.

Los decemviros interpretaban los libros sibilinos. Eran tres libros de profecías que, según contaban, había vendido la Sibila de Cumas al rey Tarquinio el Soberbio y que éste depositó en el templo de Júpiter. A ellos se acudía sólo en circunstancias extraordinarias para interpretar los prodigios de carácter adverso, como las epidemias, terremotos, desastres en la guerra...,y aplicar las prescripciones que allí se daban.

Religión, superstición y magia no tienen una delimitación concreta en el mundo romano. Las prácticas mágicas importadas de Oriente tuvieron fácil aceptación.

7-El culto al emperador.

En Oriente, a partir de Alejandro Magno, se introdujo en el mundo griego el culto a los déspotas. En Roma, fue Augusto quien comenzó a fomentar la veneración del emperador y no rechazó el título de divus que le tributaban los poetas. Difundió las leyendas que le entroncaban con Venus.

En Roma no autorizó su veneración directa, aunque sí la de su genius, como padre supremo. Fuera de Roma, se le erigieron templos y se le tributaba un culto directo.

8-Nuevas creencias: otros cultos orientales.

Los romanos, a finales de la República, se sintieron atraídos por otros cultos, debido al carácter formalista de la religión romana que no terminaba por satisfacerles. Por el contrario, el misticismo oriental presentaba unos dioses más cercanos, que ofrecían una esperanza de salvación individual más allá de la muerte, sin tener en cuenta la categoría social.

Entre estas nuevas creencias se pueden destacar:


1-La astrología: creencia que asegura que la posición de los astros afecta de lleno la vida de los humanos. Los astrólogos también se llamaban matemáticos porque para conocer los secretos del horóscopo tenían que hacer cálculos muy complicados.

2-La filosofía, que sustituía a la religión, sobre todo entre las clases acomodadas y cultas de la sociedad romana. Como la religión no ofrecía normas de conducta o morales, la filosofía fue un refugio para muchos intelectuales. Las corrientes más importantes fueron el estoicismo y el epicureísmo.

El estoicismo fue la más popular, sobre todo entre los que participaban en la vida pública. Los estoicos creían que el universo estaba regido por leyes fijas e inmutables que controlaban la vida de los hombres. No era preciso preocuparse por el futuro, porque éste era inexorable. Cada persona debía aceptar su sitio en la vida y tenía que considerar a los demás como hermanos, porque las leyes físicas son iguales para todos.

El epicureísmo estuvo menos extendida. Sus ideas básicas eran que el mundo estaba hecho de átomos regidos por leyes inmutables, y que el supremo fin del hombre era el placer y la felicidad, que se conseguían practicando la amistad y evitando todo lo que se opone a ella como el temor a los dioses, al destino y a la muerte.

3-Las religiones orientales, que se introdujeron en Roma gracias a la facilidad de comunicaciones entre las distintas provincias del Imperio. Por otra parte, Roma permitía todo tipo de creencias siempre que no se opusieran al emperador y al Estado romano. Todas estas corrientes religiosas se fundamentan en los conceptos de la muerte y de la resurrección de un renacer de la vida y de la filiación divina de la humanidad, de la iluminación mística y la redención, de la divinización y de la inmortalidad. También prometían el contacto con la divinidad y la esperanza de una vida sobrenatural feliz.

Las más importantes fueron:

- El culto de Isis, procedente de Egipto. Tenía como base el mito de Osiris, que simbolizaba poéticamente las condiciones especiales que tiene la vegetación en Egipto. Dice el mito:


Geb y Nat tuvieron dos hijos, Osiris y Set, y dos hijas, Isis y Neftis. Isis era la esposa de Osiris, mientras que Neftis atendía a Set. Osiris gobernaba en mundo bondadosamente, pero Set, envidioso, lo asesinó, encerrándolo en un sarcófago y lanzándolo al río Nilo. Isis, abatida, no descansó hasta encontrar a su esposo muerto. Con Neftis pronunció una lamentación mágica, que consiguió darle una nueva vida al cuerpo mutilado de Osiris. Isis, entretanto, concibió a Horus del difunto Osiris. Set consiguió apoderarse de nuevo de Osiris, descuartizándolo en 14 trozos, que Isis enterró conforme iba encontrándolos. Ya crecido Horus, se celebró un juicio entre los dioses y Set fue condenado, Horus declarado heredero de Osiris y Osiris fue nombrado señor del mundo inferior y juez supremo de los muertos.

Este mito implicaba la esperanza en la resurrección y en una vida esperanzadora más allá de la tumba.

En los misterios de Isis había tres grados. El grado primero aparece insinuado en las Metamorfosis de Apuleyo: parece ser que consistía en la anticipación del viaje al transmundo sugerida por medios sugestivo-hipnóticos. De las otras dos no se sabe nada.

El senado tomó enérgicas medidas para que el culto no entrara en Roma, pero a partir de Calígula el culto a Isis comenzó a florecer por todo el Imperio.

- El culto de Cibeles y Atis, procedente de Asia Menor. Fue introducido en Roma el año 204 a.C. por disposición oficial del senado, previa consulta de los libros sibilinos, durante la grave crisis de la 2ð Guerra Púnica. El mito era:

Una roca, llamada Agdo, adoptó la forma de la Gran Madre. Dormida, Zeus quiso hacerle el amor, pero la diosa se resistió y, en la lucha, el semen de Zeus cayó sobre la roca, en donde germinó y creó a un monstruo bisexual. Los dioses trataron de domesticarlo. Baco mezcló vino con el agua de la fuente, en donde éste solía beber y lo emborrachó. En profundo sueño por el vino, Baco le ató sus partes viriles a un árbol; al despertar, el monstruo se arrancó éstas, de cuya sangre brotó un granado o almendro, que fructificó. Nana comió de sus frutos, quedando embarazada. Cuidada por Cibeles, dio a luz a un niño, Atis, que fue expuesto por su abuelo y criado por una cabra. De Atis, ya mayor y pastor, se enamoró Cibeles y le hizo su amante, obligándole a no tener relaciones con nadie más, pero Atis la desobedeció. Cibeles, airada, lo volvió loco y provocó su muerte, convirtiéndolo en un pino; arrepentida, pidió a Zeus que lo reviviera. Unos dicen que no revivió por completo, otros que dormía durante el invierno y se despertaba en verano.

El mito está relacionado con el ciclo de la Naturaleza.

- El culto de Mitra, procedente de Persia. Se conoce la doctrina de este culto, en el que no se admitían a las mujeres. Se celebraban procesiones, en las que participaba un toro para ser sacrificado y devorado en un banquete sagrado. La carne y sangre del toro eran tomadas como semilla de eternidad.

El mito dice:


Después de la creación del mundo, Saturno entrega el poder a Ahura Mazda, Zeus, dios de la luz, de la vida y el bien. Este tiene un constante combate con el poder de las tinieblas, que representa el mal y la muerte. Mitra es el fiel auxiliar de Zeus. Su hazaña más famosa fue el sacrificio del toro: caza un toro, lo sacrifica y en un banquete sagrado comen su carne y beben su sangre. Al final de su vida terrena, Mitra asciende al cielo junto con el Sol en una carroza.

- El cristianismo, que entró poco después de su nacimiento en contacto con el mundo romano, probablemente a través de las comunidades judías establecidas en Roma. El cristianismo habría sido autorizado si no hubieran rehusado dar culto a los otros dioses. La hostilidad hacia los cristianos fue más política que religiosa. Al principio, fue muy impopular, hasta el punto de acusarles Nerón del incendio de Roma. Fue perseguido con mayor o menor saña hasta la proclamación del edicto de Milán, promulgado por Constantino en el año 313. A partir de ese momento hubo libertad de culto y el cristianismo gozó de libertad. Ya en el año 380, con Teodosio, el cristianismo es proclamado como religión oficial del estado.

El cristianismo aportaba importantes novedades:

- El concepto de sobrenaturalidad.

- La espiritualidad cristiana quitaba protagonismo a las leyes.

- Tenía un carácter universal.

- Tenía una fundamentación histórica, no mítica.

- Importancia del individuo frente a la colectividad.

- El concepto de inmortalidad.

- El monoteísmo.

De todas formas, también el cristianismo bebió del mundo romano en, por ejemplo:

- El obispo de Roma adoptó el título de Pontifex Maximus.

- Adoptó muchas palabras de la religión romana: religio, sacrificium, pietas, sanctus, sacramentum...

- Asumió algunas festividades romanas: las Lupercalia influyeron en las fiestas de la Purificación de la Virgen.

- El culto a los muertos adoptó rasgos romanos, como el empleo de las flores.


- La estructura de las plegarias.

9-Los templos romanos.

Los primitivos romanos veneraban a divinidades incorpóreas que eran acción o voluntad puras, los númenes, que, careciendo de apariencia física, no eran representados en imágenes. Las plegarias se hacían en recintos sagrados, que no necesariamente eran templos, sino lugares consagrados a los dioses.

Pero a medida que la religión romana recibió influencias de las civilizaciones etruscas y griega, los primitivos númenes tomaron forma humana y se identificaron con los dioses de origen griego. A raíz de esta fusión, los dioses romanos, como los griegos, necesitaron una casa: se construyeron templos. También el templo romano es una síntesis del etrusco y el griego.

El templo etrusco era edificado sobre un base elevada, o podio, con una escalera de acceso frontal que conducía a un vestíbulo, generalmente con columnas, desde el que se entraba a la cella, que ocupaba toda la anchura y toda la longitud del podio, a excepción del espacio ocupado por el vestíbulo. Las paredes eran de ladrillo y el resto de madera y cerámica.

Los romanos adoptaron de los etruscos el podio y la escalera de acceso frontal. Por eso, la fachada es la parte más cuidada de un templo romano.

Por influencia griega, los romanos añadieron una segunda fila de columnas al vestíbulo del templo etrusco, consiguiendo que el templo tuviera más profundidad.

En otros casos levantaron una fila de columnas alrededor del templo. Como la cella ocupaba todo el ancho del podio, simularon las columnas laterales con pilastras semicirculares, adosadas a los muros de los costados y de la parte posterior de la cella, tal como se ve en el templo de la Fortuna Viril de Roma.

Finalmente, otro tipo de templo, a pesar de que conserva el podio y la escalera frontal, presenta el peristilo de los templos griegos.

Los romanos emplearon la piedra en la construcción de los templos, pero también utilizaron el ladrillo, que generalmente era revestido con placas de mármol. El uso del ladrillo hizo posible la aparición de elementos arquitectónicos curvados, que estaban ausentes en la arquitectura griega, basándose en líneas rectas. Usando el arco y la bóveda, los romanos construyeron otro tipo de templo, cuyo modelo es el Panteón de Roma.

3-MITOLOGÍA.


El término mito (del griego ððððð) significa palabra, fábula o narración. Hoy en día entendemos por mito un relato fantástico, fabuloso y ejemplar con intervención de personajes extraordinarios (dioses, héroes, gigantes...) que sucede en un pasado prestigioso y lejano y que pertenece a la memoria colectiva de una comunidad.

El mito es una explicación fantástica, pero envuelve un fondo real las más de las veces, lo que acarrea en sí un principio de ciencia.

Los mitos griegos han llegado a nosotros conformados en los textos, desde Homero y Hesíodo hasta el final de la heleneidad.

Esta presencia escrita favorece desde muy pronto el enfrentamiento entre mito-ciencia, que sirve de importante impulso para el desarrollo del pensamiento griego.

Los mitos griegos son numerosos y variados. Su conjunto forma la mitología, que conocemos por los textos literarios y por las imágenes plásticas.

En la sociedad arcaica de Grecia son los poetas quienes se ocupan de la difusión de los mitos. Los sacerdotes conocen las historias sagradas, pero se ocupan fundamentalmente de los ritos y ceremonias de un dios determinado o de un santuario o de un culto local. Existen, sin duda, variaciones de los relatos míticos, pero los poetas, desde Homero y Hesíodo, han dado en sus obras un carácter universal a la mitología griega.

- Contenido de los mitos:

Los mitos explican cómo se formó el mundo y cómo se instauró el orden cósmico, que sustituyó al caos. Revelan que bajo las apariencias existen los dioses que dominan el mundo. Unos dioses de figura semejante a la humana y de tremendo poder, apasionados y eternos. Y que antaño existieron los héroes, mortales como los hombres, pero de superior grandeza, que lucharon contra los monstruos y guerrearon entre sí, y con sus hazañas y peripecias fundaron la leyenda heroica, memorable y ejemplar.

También en el mundo heroico intervienen los dioses, pero los héroes están sujetos a la muerte, como los humanos. Sólo algunos héroes han conseguido, por sus méritos, traspasar la frontera de lo divino.

Los dioses principales son los que configuran la familia olímpica, instituida bajo el dominio patriarcal de Zeus.

- Mitología y religión:

La relación entre mitología y religión es difícil de establecer, pero podríamos decir que los mitos proporcionan la faceta narrativa de la religión, mientras que la religión es un hecho más amplio que la narrativa mitológica y abarca también los cultos y ritos, relacionados con los mitos casi siempre, y la vinculación personal de los creyentes y practicantes de sus ceremonias.


- Los dioses olímpicos o mayores:

Son doce los dioses principales a los que los griegos rendían culto, los olímpicos, que suelen reunirse en asamblea o en alegres banquetes presididos por el soberano celeste, el padre de los dioses y los hombres, que se divierte con el rayo, Zeus.

Los dioses olímpicos son Zeus, Hera, Poseidón, Deméter, Afrodita, Atenea, Ares, Hefesto, Apolo, Ártemis, Hermes y Dioniso.

Hades y Hestia, hermanos de Zeus, no se consideraban olímpicos.

- Los dioses menores:

Cabe señalar cuatro grupos de diosas:

- Las musas, que eran 9 divinidades femeninas a las que se les atribuía la protección de la poesía y de las artes.

- Las Horas, que presidían las estaciones del año y velaban por las cosechas y frutos de cada estación.

- Las Parcas, que presidían el destino de los humanos. Los griegos las conocían como Moiras y creían que las había de dos clases: particulares, que regulaban el destino de cada persona, y generales, que regulaban la suerte de todo el mundo.

- Las Gracias, diosas de la gracia y de la belleza y eran tres.

Los griegos veneraban también a otras criaturas divinas de escasa entidad, como las nereidas, cincuenta hijas de Nereo; las ninfas, protectoras de fuentes, arbustos, rocas...; las sirenas, musas del más allá, y los faunos, que forma n alegres coros y decoran algunos parajes con su presencia.

La mitología puebla la naturaleza, animándola con un tropel de insinuaciones divinas, infiltrando daimones o numina en los escenarios más diversos.

- Los héroes:

También aquí podemos distinguir entre grandes héroes y figuras heroicas menores.

Los grandes héroes suelen ser hijos de un dios y una mortal o viceversa, como Heracles, Perseo, Aquiles, Eneas...


Muchos son los héroes y las sagas heroicas que se cuentan en las epopeyas y tragedias, y que se relataban y celebraban por toda Grecia. No todos los héroes cuentan con una ascendencia divina inmediata, como Ulises o Edipo.

Los héroes también son variados. Hay héroes civilizadores como Jasón. Otros son héroes guerreros como Aquiles o Agamenón. Y otros son los uno y lo otro como Ulises.

Los que distingue a los héroes es su valor sobrehumano, su arrojo, su anhelo de gloria. Muchos de ellos llegaban a recibir culto, como Teseo en Atenas. Los héroes han intentado hazañas imposibles como Orfeo, en su bajada a los Infiernos...

1-Cosmogonía.

En el principio, existía el Caos. Después surgieron los reinos de la oscuridad: el Tártaro, sombrío cimiento del mundo, el Erebo, oscuro infierno, y la Noche. Como primer elemento visible, surgió la Tierra y, como principio vital en la organización y multiplicación de los seres, Eros.

Hijos de la noche son toda una serie de abstracciones de signo negativo, entre las que está la Muerte, el Sueño y la Discordia. De la Tierra nacieron el Mar, las Montañas y el Cielo.

La Noche engendró de Erebo a Eter, el más puro brillo, y a Hémera, la luz del día, con lo que la luz se separa de la oscuridad.

La Tierra engendró del Tártaro al monstruoso Tifón. De éste nacerían otros seres monstruosos como Cerbero, guardián del imperio de los muertos. Del Mar engendró a Nereo, padre de las Nereidas, las olas, bellísimas todas, entre las que destaca Anfitrite, esposa de Neptuno y Tetis, que con Peleo, tendría a Aquiles.

De sus amores con el Cielo, la Tierra concibió a los Centímanos, a los tres Cíclopes y a los Titanes.

Pero la Tierra no lograba dar a luz a ninguno de ellos, pues el Cielo, temeroso de ellos, los iba ocultando en su interior. Saturno, el más joven de sus hijos, se atrevió a enfrentarse con su padre y con una hoz le cortó los genitales. Así, éste se erigía como libertador y vengador de sus hermanos en supremo rector del universo.

De las gotas de sangre de los genitales la Tieera concibió otros seres como las vengativas Furias y los Gigantes.

La última descendiente del Cielo fue Venus, que surgió del semen que los genitales del dios depositaron en la espuma del mar. Surgía la diosa de la belleza y de la pasión amorosa.


Con Venus se cierra el proceso cósmico y comienza la fase antropomórfica de la divinidad.

2-Teogonía.

Los Titanes serían la primera generación de dioses. Estos eran Océano, el gigantesco Ceo, Crío, Hiperión, Iápeto, Tea, Ops (Cibeles), Temis (la ley eterna), Mnemósine (la memoria), Febe (la brillante), Tetis (la fecundidad marina) y Saturno, el más joven. A estos su padre, el Cielo o Urano, los llamaba Titanes (vengados), porque, como castigo a su acción, éstos serían igualmente desposeídos de su poder por la siguiente generación.

Titanes y Titánides se unieron entre ellos y tuvieron incontable descendencia divina.

Océano y Tetis engendraron los Ríos y las Lagunas y Fuentes. Hiperión y Tea engendraron el Sol, La luna y la Aurora. Crío y Euribia, hija de la Tierra y el Mar, tienen su descendencia en los vientos y los Astros. Ceo y Febe tuvieron tres hijas, entre ellas Leto. Iápeto y Clímene, una de las Oceánides, tuvieron hijos varones, entre ellos Prometeo, gran benefactor de los hombres, ya que por ellos se atrevió a engañar dos veces a Júpiter...

Saturno y Ops engendraron a los Olímpicos: Vesta, Ceres, Juno, Orco, Neptuno y Júpiter. Saturno iba devorándolos uno a uno conforme nacían para evitar que uno de ellos lo destronara, pero Cibeles esconde a Júpiter en cuanto nace y, ya mayor y tras unas revoluciones, se destronaría a Saturno, repartiéndose los vencedores el poder: Júpiter se quedó con el cielo; Neptuno, con el mar, y Orco, con el mundo subterráneo.

Los dioses de arriba, del mundo visible, tomaron posesión de su sede en el Olimpo, por lo que se les conoce como los Olímpicos.

Posteriormente, llegó la segunda generación de dioses Olímpicos, que es fruto de las uniones de Júpiter con las hijas inmortales de Titanes y con descendencia remota de ellos.

Con Metis tuvo a Minerva; con Temis tuvo a las Horas y a las Parcas. De Juno, tercera y definitiva esposa, tuvo a Juventud, Ilitía, Marte y Vulcano. Con Eurínome tuvo a las Gracias; con Ceres a Prosérpina; con Mnemósine, a las Musas; con Díone, según otras versiones, a Venus; con Leto, a Apolo y Diana.

De la unión con mortales tuvo abundante descendencia, como Perseo de Dánae, Hércules de Alcmena, Ariadna de Europa, Baco de Sémele, los Dióscuros y Helena de Leda, Mercurio de Maya...


4-SIGNIFICADO Y PERVIVENCIA DE LA MITOLOGÍA.

(Ver ejercicios finales sobre esta cuestión)

A)La tradición clásica en las artes plásticas.

La recurrencia a los modelos de la Antigüedad ha estado siempre presente en el desarrollo de la actividad artística de Occidente, si bien ha seguido procesos diferentes, ya sea entendido como unas categorías que determinan un sistema y un código que imitar (Renacimiento y Neoclasicismo), o bien como una referencia o substrato cultural (Edad Media). La historia del arte occidental no es otra cosa que una permanencia más o menos alterada de los modelos clásicos, una recuperación de los mismos o una vulneración licenciosa o intencionada de ellos.

En la Edad Media, no hay un corte o una sustitución del acervo cultural clásico, sino una evolución y una transformación que da lugar a formas artísticas distintas y dispares.

Los artistas del Renacimiento posteriormente recuperarán el modelo original, pero más con una idea de superación, más que de imitación. La referencia a la Antigüedad aparece como un motivo constante, una forma de dar autoridad: mediante la evocación y prestigio de la Antigüedad, se consigue una imagen de prestigio y poder.

Con frecuencia la mitología cumplió estas mismas funciones. Generalmente los temas mitológicos se veían, eso sí, mediante alegorías y difíciles comparaciones, acercadas al presente del Renacimiento.

Esta visión sesgada de los mitos y leyendas de la Antigüedad no fue exclusiva del Renacimiento. La hallamos frecuentemente en la historia y para finalidades múltiples y complejas.

En el s.XVIII se produjo un intento de volver a los principios ortodoxos del clasicismo. Es evidente que en el Barroco se había producido un distanciamiento de la norma clásica, lo que provocó el Neoclasicismo.

En el s.XIX se produce un proceso de fragmentación estilística por el auge de los nacionalismos.

Posteriormente en el s.XX, la utilización de los modelos clásicos por el academicismo determinó que se convirtieran automáticamente en punto de mira de los renovadores y primeras vanguardias. Picaso empezó con aires críticos hacia el clasicismo, pero terminó, tras acabar su etapa cubista, por imbuirse en el lenguaje clásico.

Se tomó el clasicismo no como una norma, sino como una posibilidad, una referencia, un estímulo, un lenguaje, que por supuesto no ha dicho su última palabra.


B)La tradición clásica en la literatura.

Este tema podría convertirse en inacabable: toda la historia literaria occidental ha bebido de las fuentes clásicas.

Si el lenguaje ya es deudor de la tradición grecolatina, el peso de ésta en el lenguaje artístico propio de la creación literaria es todavía mucho mayor. Pero hay otros aspectos en donde se deja sentir la influencia grecolatina: las frases hechas de trasfondo clásico, como el telón de Aquiles, la tela de Penélope, el hilo de Ariadna, la linterna de Diógenes, la espada de Damocles, los trabajos de Hércules, la manzana de la discordia, la caja de Pandora, la panacea, la cruz gamada, el nudo gordiano, un laberinto, complejo de Edipo, complejo de Electra, pasar por las horcas caudinas, cruzar el Rubicón, renacer de sus cenizas como el ave Fénix, tirios y troyanos, pasar una odisea, allí se armó la de Troya, narcisismo...

Si de los giros pasamos a las grandes estructuras en que se encuadran los géneros literarios, es decir, los géneros, la tradición clásica es todavía más evidente. La tripartición aristotélica en lírica, épica y drama sigue utilizándose en lo fundamental.

Pero los tres grandes géneros no agotan el repertorio de los géneros y subgéneros literarios cuyo origen se remonta a la Antigüedad clásica. El epigrama, la elegía, la oda, la sátira, la fábula, el diálogo, la novela, la historia, la oratoria... todos ellos se han cultivado en las literaturas europeas a imitación e impulso de sus modelos grecorromanos.

De la Antigüedad se han recibido también motivos, temas y argumentos. Algunos motivos existentes en la literatura europea serían:

- La invocación a la naturaleza.

- El gran teatro del mundo.

- El locus amoenus.

- Brevitas.

-...

En la literatura europea abundan los temas de ascendencia clásica, que pueden encuadrarse en tres grandes grupos:

- La pasión amorosa: la traición amorosa, la relación amorosa secreta, la mujer rechazada, adulterio, cortesana desinteresada, viejo enamorado...


- Las relaciones familiares y sociales: conflicto entre padre e hijo, enemistad entre hermanos...; el doble o personas parecidas, el misántropo, la isla utópica, el mendigo...

- Las creencias religiosas: los presagios, visiones y sueños premonitorios; el descenso a los infiernos...

Pero donde mejor se evidencia el poso de la Antigüedad es en los argumentos de las obras, bien ateniéndose a reelaboraciones del viejo patrimonio clásico bien modificándolos de acuerdo con la mentalidad de los tiempos o los gustos personales de cada autor. Un estudio realizado nos indica que predominan los argumentos mitológicos sobre los históricos, y que de estos hay predilección por la historia de Roma sobre la de Grecia.

Referente a argumentos mitológicos están, por ejemplo, los relacionados con el ciclo troyano (Aquiles, Andrómaca...) y con el ciclo tebano (Edipo, Antígona, Orestes...); la saga de los Átridas (Atreo, Tiestes, Agamenón, Casandra...). Los mitos predilectos de la literatura española son los de contenido amoroso, como Pandora y Prometeo, Amor y Psique, Ariadna y Teseo, Dafnis y Cloe, Dido y Eneas, Hero y Leandro, Orfeo y Eurídice, Píramo y Tisbe...

En el tratamiento de las figuras históricas observamos el fenómeno de la eliminación de figuras controvertidas como Catilina, el conspirador, Espartaco, el enemigo del orden establecido, etc. A otros grandes de la historia se les trivializa como Alejandro Magno, etc.

5-EL CALENDARIO ROMANO.

La religión romana cumple un papel primordial en lo tocante a la organización del tiempo. Tan es así que no resulta exagerado afirmar que el calendario romano se estructura, en su casi totalidad, según criterios y pautas de orden puramente religioso.

Uno de los rasgos más importantes, antes de la reforma de J.César, es su sabor arcaizante: abundan en él fiestas, ritos y dioses que pertenecen a un pasado muy remoto, a menudo ya carentes de sentido para los romanos del s.I d.C.

Según la tradición, el primer calendario de Roma ha sido traído por Rómulo. Lo más relevante fue hacer el cómputo del tiempo a partir de la luna. Esta organización encuentra graves dificultades a la hora de adaptarse al ciclo solar.

Consta este primer calendario de diez meses: es el año vivo indoeuropeo que abarca desde marzo a diciembre, motivado por las actividades del campo, la agricultura y la ganadería, pero también por el ejercicio de las armas, la época de campaña.

El calendario de Rómulo contaba así en total con 304 días.


Posteriormente, se hizo una reestructuración del calendario, atribuido a Numa. Este calendario, aun siendo lunar, se intenta adecuar al ciclo solar. A tal efecto se intercalan dos meses: Enero y Febrero. Esto daba un total de 355 días, con lo que cada dos años se incluía un mes intercalar de 20 días para amoldarlo al ciclo solar.

En la Roma bajo los reyes, los días se dividían en doce horas de día y doce horas de noche. Pero no horas de 60 minutos, sino entendidas en partes, ya que en verano los días son más largos y las noches más breves al contrario que en invierno.

Esto ya varió en la República.

1-Los años.

Los años eran designados:

-A partir de la fundación de Roma (año 750, 753, 754 a.C.).

-A partir de la expulsión de los reyes (509 a.C.).

- Nombrando los cónsules designados para ese año.

2-Los meses y los días.

Roma se preocupó largo tiempo por equilibrar su calendario. La duración del año romano se puede dividir en las siguientes etapas:

a)Antes de César, en donde el año, que data de Numa, constaba de 355 días o 12 meses lunares. El gran pontífice añadía, cada dos años, un mes intercalado, mensis intercalaris, en el que él fijaba la duración (alrededor de veinte días) para equilibrar el retraso sobre el año solar.

A finales de la República es evidente que el calendario estaba totalmente descabalado. Cuando César el desfase entre el calendario lunar y el solar estaba desfasado en casi tres meses.

b)Con César, el cual en el año 46 a.C., siendo Pontifex Maximus, instituyó un año de 365 días, con un día suplementario cada cuatro años, intercalado entre el día 24 y 25 de febrero. Este es el sistema que nos ha llegado a nosotros modificado ligeramente en el s.XVI.

En cuanto a los meses, nos encontramos con:

- Ianuarius: 31 días, en honor de Jano.

- Februarius: 28-29 días, mes de las purificaciones.

- Martius: 31 días, en honor de Marte, ya que era cuando comenzaba el año militar (la primavera).


- Aprilis: 30 días, con un nombre muy discutido.

- Maius: 31 días, mes consagrado a la diosa Maya, diosa del crecimiento.

- Iunius: 30 días, en honor a Juno, mes de las bodas.

- Quintilis: 31 días, posteriormente llamado Iulius en honor a Julio César.

- Sextilis: 31 días, posteriormente llamado Augustus en honor de Augusto en el año 8 a.C.

- September: 30 días, manteniendo el número originario del mes.

- October: 31 días.

- November: 30 días.

- December: 31 días.

Este orden sólo fue válido a partir del año 153 a.C.; hasta entonces el año comenzaba en Marzo, de donde los meses con nombre de numeral. Recordemos que Roma es un pueblo guerrero: su año comenzaba con la salida de las tropas de los campamentos tras la época invernal.

Los meses se dividían en tres partes desiguales y así:

- Kalendae, el primer día de cada mes.

- Nonas: el 5 de cada mes, excepto en marzo, mayo, julio y octubre que era el día 7.

- Idus: el 13 de cada mes, excepto en dichos meses que era el día 15.

Para indicar cualquier día que no coincidiera con una de estas tres fechas, se tomaba como referencia la siguiente fecha señalada, indicando los días que faltaban para que llegara ésta, contando para ello la fecha de inicio y la de referencia.

Si la fecha a mencionar era la del día anterior a una de éstas. se indicaba con pridie.

En cuanto al mes de febrero, cuando éste contaba con 29 días, si la fecha correspondía al día extra, se indicaba bis sextum, de donde nuestro bisiesto (seis días bis antes de las kalendas de marzo).


Los días se clasificaban fundamentalmente en fastos (235 días al año) y nefastos (109). En los primeros se permitía cualquier actividad humana, en tanto que los nefastos, consagrados a los dioses, tienen prohibida toda actividad que no sea religiosa. A esto habría que añadir los comitiales, aptos para los asuntos públicos, y los mixtos.

3ð E.S.O. Cultura Clásica

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Enviado por:David
Idioma: castellano
País: España

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