Filosofía y Ciencia


Cuerpo y alma como conceptos filosóficos


Introducción

Equilibrio entre cuerpo y alma, un dilema difícil de resolver, ha sido tocado y analizado numerosas veces a través de la historia de la humanidad. Hace varios siglos, filósofos como Platón, Aristóteles, Nietzsche y Descartes, entre muchos otros, abordaron este tema, todos con opiniones diversas al respecto. Es decir, no hay una verdad única, pero en lo que sí coinciden es en la complejidad del asunto.

En una sociedad en que se da excesivo énfasis a la productividad, en un ritmo vertiginoso y de cambio constante, las personas no tienen tiempo para crecer espiritualmente ni para cultivar su alma. Esta tendencia ha generado una crisis de valores en la sociedad. Hoy en día hay un exagerado interés por los resultados a corto plazo, rápidos, fáciles y, por lo tanto, superficiales. Esto lleva a un consumismo desmesurado, donde lo que importa es lo material, de manera de llenar el vacío espiritual, producido por la falta de tiempo para dedicarse a uno mismo y a crecer como persona.

Se tiende a confundir la realización integral con el logro material. Esto se acrecienta aún más ahora, debido a la creciente participación de la mujer en el mercado laboral, lo que le da menos tiempo para encargarse de la formación valórica de sus hijos. Dada la imposibilidad de ambos padres de dedicar el tiempo necesario para esta formación, es cada vez más frecuente el traspaso de esta responsabilidad a los colegios, los que pueden ayudar enormemente en el proceso, pero nunca podrán reemplazar a los padres en su rol fundamental en la familia.

Otro aspecto relevante a recalcar es la desmedida preocupación por verse bien, dejando absolutamente de lado el alma. Es bueno hacer ejercicios, llevar una dieta sana y preocuparse del estado físico, pero de igual forma, se debe dar énfasis al estado mental, de manera de llevar una vida equilibrada. Éste, al igual que muchos otros factores que requieren de estabilidad, serán tratados a través del trabajo.

Anexos

Base Bibliográfica

El Hedonismo:

Se podría decir que con esta corriente filosófica comienza la cuestión “Cuerpo y Alma”. Es importante conocer una postura que discrepa de varias teorías posteriores.

Los placeres físicos:

El hedonismo radical sostiene los placeres físicos sin restricción. El hedonismo moderno sostiene las actitudes físicas moderadas de modo que el placer aumente. En ambos la principal motivación es el placer.

La fe católica esta opuesta al hedonismo porque “mina los valores espirituales de caridad, fe, justicia, auto sacrificio y las virtudes morales necesarias para el crecimiento de la persona en relación con Dios y el prójimo. "

El hedonismo se conoce a una determinada corriente de pensamiento que identificaba el bien con el placer, con un estado de suprema felicidad.

Las primeras formas de hedonismo sostienen que el bien era el placer y que el dolor era el mal. Dentro del primero se encontraba “el placer material” (el placer de los sentidos) que se creía indispensable para alcanzar “el placer espiritual”. Esta doctrina recibió una fuerte crítica, clasificándola de egoísta e incoherente. Egoísta porque, en reiteradas oportunidades, para encontrar el placer individual era indispensable el provocar en el otro cierto dolo; incoherente, porque en muchas ocasiones el placer puede producir dolores subsiguientes. Como respuesta los hedonistas levantaron los estandartes de la teoría de los “placeres moderados”.

Bentham realiza una clasificación de las distintas categorías de placeres. John S. Mill realiza cierta apología del altruismo hedonista al creer que amar al prójimo como a una mismo, es producto de una moral hedonista abierta. Finalmente, Spencer asocia la idea de que la base científica del hedonismo es la teoría evolucionista.

Platón:

Este antiguo filósofo griego estableció muchas perspectivas novedosas respecto al Cuerpo y al Alma. Para poder entrar a ver lo que Platón comenta, es importante entender la teoría de las Ideas.

La teoría de las Ideas:

El pensamiento de Platón fue engendrado en respuesta al problema del cambio en la naturaleza. Este problema es evidente, consiste en el cambio reiterado que ocurre en la naturaleza. Nada sensible permanece, sino que todo cambia, ¡Hasta el pequeño átomo sufre alteraciones en su composición!

En respuesta a este problema, Platón declara que todo cambio que ocurre en alguna cosa, es una alteración de una faceta de algo que permanece, “Es indudable -dice Platón - que las cosas poseen por ellas mismas cierto ser permanente, que no es relativo a nosotros ni depende de nosotros.” Este ser permanente no puede ser percibido con los sentidos, es aquello que se mantiene siempre igual, es lo que hace que un objeto siga siendo lo que siempre ha sido. En otras palabras es la esencia.

Mientras las cosas muestran múltiples apariencias durante su transcurso en esta realidad, la idea se mantiene una e impartible. Las ideas siempre perduran inalterables con relación a las cosas, siempre en cambio y mutación.

Estos entes ideales son claramente superiores a las cosas, y pertenecen a un mundo también ideal y diferente al nuestro. En este mundo completamente separado, las ideas permanecen eternas e invariables.

Aquí, en este mundo, las ideas conviven en armonía, debido a que están en el estado más pleno y perfectos que pueden existir.

También es importante señalar que Platón le da mucha importancia al alma y hace referencia al cuerpo de manera peyorativa. Debido a estas creencias, no sigue desarrollando teorías respecto al cuerpo, pero sí analiza al alma y su composición.

División tripartita del alma:

Platón separa el alma en tres partes:

-el alma racional, la cual es el trozo más puro y grandioso de las tres, justamente es ésta la cual nos da la capacidad de razonar, pensar en lo abstracto y hasta nos deja filosofar (Esta última actividad, según Platón, nos permite alcanzar el mundo de las Ideas. Esta división del alma es la mas ligada al Mundo de las Ideas y es de carácter divino.

-el alma irascible, la cual es fuente de pasiones nobles, causas bélicas y patriotismo. Está ubicada en el tórax y es indisoluble con el cuerpo. (Por ende, mortal)

-el alma apetitiva es principio de pasiones innobles e instintos. Se encuentra situada en el abdomen y evidentemente es mortal.

Inmortalidad del Alma:

La eternidad del alma es una de las doctrinas principales de Platón. Podríamos decir que fue una teoría bastante rupturita para la época. Lamentablemente, este filósofo nunca logró probar esta teoría, pero si dio un giro radical a las creencias coetáneas. Comenta E. Rhode: “Al profano se le antojaba una ocurrencia paradójica, eso de que el alma del hombre sea eterna e inmortal. Platón contribuyó a que las cosas cambiasen en ese terreno.”

De lo poco que hay sobre el cuerpo humano escrito por Platón podemos recoger lo siguiente: El cuerpo es un estorbo para el alma. Es una especie de cárcel la cual no permite la contemplación del Mundo de las Ideas. Por esto último, lo mejor que puede hacer el ser humano es morir, y la filosofía no es sino una preparación para la muerte.

Aristóteles:

Aristóteles, a diferencia de su maestro Platón, le da suma importancia al cuerpo sin disminuir los atributos dados por Platón al alma. Para entender la relación que establece entre cuerpo y alma, se debe comprender la siguiente teoría:

La substancia:

La substancia es él “ser”, el “ente” dicho más específica y correctamente. Por eso Aristóteles escribe:

“En verdad, el eterno objeto de todas las investigaciones presentes y pretéritas, la cuestión siempre planteada; ¿qué es él “ser?”, Se reduce a esta otra: ¿qué es la substancia? Sobre la substancia, unos filósofos afirmaron que era única, y otros que eran múltiples (y esta multiplicidad era, para unos, limitada en número, y, para otros, infinita. Para nosotros también el objeto fundamental, primero y, por así decir, único de nuestro estudio será él “ser” tomado en este sentido: la substancia” (Met. , VII, 1, 1028 b 3)

Aristóteles llama substancia a los individuos concretos como Sócrates o este caballo. Pero a la vez afirma que también hay substancias secundarias, las cuales llama “substancias segundas”. Éstas son, en el sentido estricto de la palabra, el género y la especie. Éstas también son consideradas substancias porque en estas están contenidas las substancias tomadas en el primer sentido. Sócrates es humano (especie) y es hombre (género. Estas substancias no existen separadas, pero si subsisten dentro de las substancias primeras.

La materia y la forma:

La sustancia primera, es decir, el individuo concreto, es un compuesto de materia y forma. La forma es la esencia de la materia, o sea determina su carácter y rasgos distintivos, mientras la materia es la sustancia en la cual está “tallada” la forma. Una ejemplo adecuado para describir esta relación sería el de una estatua de bronce. La estatua representa a un hombre, y es titulada “David”. Sin el bronce ya no hay “David”, sino simplemente una imagen abstracta en la mente del escultor, y sin la figura del hombre tampoco hay “David” sino un bloque de bronce, que ya pasó a ser otra sustancia con materia y forma. La relación entre la forma (hombre) y la materia (bronce) es fundamental, justamente porque separadas ya no existe esa obra especifica “David”.

El Alma:

Observa Aristóteles que, mayoritariamente, las actividades consideradas propias del alma, no pueden ser llevadas a cabo sin el cuerpo. Por ello, no es probable que el alma sea algo completamente separado al cuerpo. Así pues, el cuerpo y el alma constituyen una única sustancia, y la relación entre ellas dos es igual a la de la materia y forma. El alma es la forma del cuerpo al igual que el cuerpo la materia del alma. La separación de estas dos fuerzas sería la destrucción del ser al cual formaban. Un alma sin cuerpo no es nada, y un cuerpo sin alma deja de ser un animal o un organismo.

Aristóteles no divide el alma como Platón, sino que le da funciones diferentes:

  • Función nutritiva, el alma vegetal sólo contiene ésta.

  • Función sensitiva, el alma animal posee ésta y la primera. De ésta derivan la función motriz y la apetitiva.

  • Función pensante, el alma humana tiene las tres.

  • Esto, obviamente, implica una especie de visión jerárquica de los organismos y de sus almas correspondientes.

    El Conocimiento:

    Tomando una postura bastante rupturita, Aristóteles le da a los sentidos atributos importantes. Adoptando una postura esencialmente empirista, nombra al cuerpo medio del cual aprendemos o proveedor de todo conocimiento. Es más, dice que todo el saber parte en los sentidos y se continúa en el pensamiento.

    Ética:

    Cuando Aristóteles habla sobre ética se refiere a una ética de la felicidad. Pero no hay que olvidar que el camino por excelencia para alcanzar la felicidad, son las virtudes.

    La felicidad:

    Aristóteles parte planteándose una pregunta formulada en la Academia de Platón, puesto que la moral es el arte de vivir correctamente, ¿qué es lo bueno para el hombre?. Todos concuerdan que es la felicidad, pero las confusiones no comienzan ahí, se crean en él ¿cómo podemos ser felices? Muchos piensan que esto se logra a través de una vida contemplativa, como la del filósofo o mediante una vida activa políticamente, tal vez una vida placentera, hedonista, trae la alegría. Aristóteles aquí discrepa de todos, declara que el bien no es una sola realidad, sino que hay numerosos tipos de bienes. Además, este bien no puede ser descubierto de una manera completamente teórico y científico, sino que ya al sentirlo no es necesario pregunrartse el porqué y el cómo, sino sentirlo y vivirlo (empirismo moral).

    La opinión de Aristóteles es que la felicidad no depende de ningún bien exterior, es más, se edifica en sí misma. La felicidad consiste en el ejercicio ideal de la actividad propia del humano. Esa actividad es, sin duda, la actividad del alma, y para que sea perfecta debe ir acompañada por todas las virtudes. En síntesis:

    “La felicidad es, según nuestra manera de pensar, la actividad del alma dirigida por la virtud. (…) Son las acciones conformes a la virtud las que son agradables a las personas virtuosas, y sólo ellas lo son por sí mismas. La vida de las gentes virtuosas no necesita el placer como un accesorio: el placer lo hallan en sí mismas, ya que (…) las acciones virtuosas son agradables por sí mismas. (…) Sin embargo, es evidente que la felicidad no puede prescindir de los bienes exteriores. (…) ¿Hay pues, alguna razón que nos impida denominar feliz al hombre que obra según una virtud perfecta y que está suficientemente provisto de bienes externos? (Ética a Niicómaco. , I, 8 y 10, pássim).

    Al fin del libro Ética a Nicómaco, este filósofo afirma que la actividad más adecuada para el hombre y la que le produce mayor alegría es la contemplación teórica, la sabiduría. De esta manera, el empirismo moral lleva a Aristóteles a una postura ecléctica: la felicidad consiste en equilibrar inteligentemente la virtud, la contemplación y los bienes exteriores.

    Epicureísmo:

    La teoría epicúrea del placer:

    Epicuro de Samos es aclamado como filósofo campeón del hedonismo. Epicuro defiende por una vida de continuo placer como clave para la felicidad. Él estableció que a partir de un determinado nivel máximo, no es posible que el placer tenga un incremento de intensidad, pero sí que el placer varíe continuamente. Él nombró a esta experiencia punta como ataraxia.

    Epicuro clasificó a los placeres como placeres en movimiento que a su vez nos mueven hacia otro tipo de placer: el estado de ataraxia, que es placentero por sí mismo.

    Para Epicuro la presencia del placer es sinónimo de ausencia de dolor o cualquier tipo de aflicción.

    La clase de los deseos “naturales y necesarios” es la de aquellas ansias que necesariamente conducen a mayores penas si no son satisfechas de manera fácil. Éstas incluyen necesidades físicas básicas.

    La clase de deseos “naturales e innecesarios” son aquellas ansias que no necesariamente conducen a mayor sufrimiento si no son satisfechos, aunque su satisfacción pudiera obtenerse fácilmente. Estos son aquellos de naturaleza recreativa.

    La clase de deseos “innaturales e innecesarios” son aquellas ansias que no necesariamente conducen a un mayor sufrimiento si no son satisfechas. Esto incluye bienes materiales o la carga permanente como la fama. Para estos últimos el consejo de Epicuro es evitarlos por completo.

    “... la satisfacción humana es hallada por la búsqueda y posesión del placer material y físico.”

    (Epicuro,1991:89)

    Renato Descartes:

    Podríamos hablar de un cierto platonismo en el pensamiento de Descartes. Esta perspectiva le da pocos atributos a los sentidos, debido a que los sentidos son medios inseguros para obtener conocimiento. Esto significa que cualquier información adquirida mediante el cuerpo, no proporciona un saber en el cual basarse.

    En un momento de su vida, Descartes para de fiarse en los sentidos y se centra mayoritariamente en la razón. Ocupa un método escéptico y llega a una verdad. Esta verdad es: “Pienso luego existo”. Es decir, lo único imposible de dudar es que dudo. Por lo tanto mientras yo dude o piensa simultáneamente estaré existiendo.

    Federico Nietzsche:

    Hasta ahora Nietzsche ha sido el filósofo más rupturita de toda la historia. Tomo ideas típicas de la sociedad griega y las impuso entre 1870-1900. Fue un escritor muy polémico, criticaba a la Iglesia, negaba casi toda la moral hasta entonces definida y además escribía de manera muy ambigua, esto causo muchas disputas entre escritores con diferentes interpretaciones. Una de estas interpretaciones fue la de su hermana, quien motivo a Hitler en su lucha contra los judíos.

    Dionisio:

    Nietzsche ocupa a Dionisio, el Dios griego, como profeta en su pensamiento.

    Según Nietzsche, la tragedia griega comenzó gracias a la mezcla de dos elementos contrapuestos del espíritu griego: lo dionisiaco y lo apolíneo. Dionisio era el dios del vino, de la embriaguez y la vegetación. Los tributos a Dionisio consistían en orgías, estas orgías permitían la unión con el dios. Apolo era el dios del sol, la luz y la claridad. Era el dios de la razón. De esta manera Nietzsche establece la siguiente contraposición entre los dos:

    Dionisio

    Apolo

    Noche, oscuridad

    Voluntad irracional

    Cosa-en-si

    El Uno primordial, impersonal

    Embriaguez

    Dolor cósmico

    Día, luminosidad

    Razón

    Apariencia-fenómeno

    Principio de la individuación

    Ensueño

    Alegría solar

    En la tragedia

    Música, danza Palabra.

    Coro (pueblo) personajes (aristócratas)

    Según Nietzsche, “la tradición antigua nos dice resueltamente que la tragedia griega surgió del coro trágico, y que su origen era únicamente coro y nada mas que coro”. Sin embargo, sin lo apolíneo no habría tragedia, por ende: “Hemos de concebir la tragedia griega como un coro dionisiaco que una y otra vez se descarga en un mundo apolíneo de imágenes”. De acuerdo con este filósofo, Dionisio es el héroe de la tragedia, aunque “oculto tras la mascara de las figuras de la escena”. Cuando Euripides quita el coro en la tragedia, desaparecen Dionisio y Apolo. El único dios que queda es Sócrates. Nietzsche dice que Sócrates es el adversario de Dionisio, es el gran corruptor. Con él triunfa el hombre teórico sobre el hombre trágico y con él, el saber se transforma en el bien supremo, y el error el mal máximo.

    Zaratustra:

    Nietzsche utiliza a Zaratustra como personaje principal, justamente por su mensaje. Este filósofo utiliza el mensaje dejado por Zaratustra de manera inversa, es decir, le da un rol opuesto al que tuvo en realidad. El siguiente texto resume el rol de Zaratustra:

    Zaratustra fue un personaje que vivió desde 700 hasta el 630 o 600. Tuvo su primera revelación religiosa a los 30 años. La parte principal de la teoría de Zaratustra consiste en un monoteísmo (el dios Ahura Mazda), que contiene un dualismo: la disputa entre los dos Manyu, o espíritus, el del bien (Spenta) y el del mal (Ahra).

    Aunque Nietzsche cambia de protagonista en sus obras, sigue creyendo y predicando sobre el hombre trágico. El personaje descrito en el texto es considerado el creador de los valores morales, el bien y el mal, justamente por eso lo elige Nietzsche, para invertir su significancia histórica, para ocuparlo como quien supera los códigos morales, como quien esta mas allá del bien y el mal. Zaratustra no es sino un Dionisio transfigurado.

    “No se me ha preguntado, pero se debería haberme preguntado que significaba, cabalmente en mi boca, en boca del primer inmoralista, el nombre Zaratustra; pues lo que constituye la inmensa singularidad de este persa en la historia es justo lo contrario de esto. Zaratustra fue el primero en advertir que la autentica rueda que hace moverse a las cosas es la lucha entre el bien y el mal -la transición de lo moral a lo metafísico, como fuerza, causa, fin en sí es obra suya. Mas esa pregunta sería ya, en el fondo, la respuesta. Zaratustra creó ese error, él más fatal de todos, la moral: en consecuencia, también él tiene que ser el primero en reconocerlo. (…) ¿Se me entiende?…la auto superación de moral por veracidad, la auto superación del moralista en su antítesis —en mi--- es lo que significa en mi boca el nombre Zaratustra”

    Al igual que Dionisio, el enemigo de Zaratustra es Sócrates. Pero la critica no va dirigida a otro siglo sino a un sujeto de suma importancia perteneciente a tiempos contemporáneos: Jesús, Nietzsche ataca a la sociedad cristiana. Como ha dicho Nietzsche: “Dionisio contra el Crucificado”.

    El Mensaje de Zaratustra:

    La muerte de Dios:

    Es importante mencionar el anunciamiento de la muerte de Dios, “Dios ha muerto” dice Nietzsche. Esto significa que hay que vivir teniendo claro la falta de un dios. La causa de esto es el fin de los un valor o verdad moral. Todo es mas subjetivo ahora, ya que no hay un código severo por el cual regirse. La muerte de Dios, no es una tragedia, sino la liberación.

    La voluntad de poder:

    El Nietzsche siempre enfermo (tuvo sifilis), nos confiesa que trato de curarse a sí mismo y que “así descubrí de nuevo la vida (…) y convertí mi voluntad de salud, de vida, en mi filosofía”. () Todo en este mundo son en fin para él, voluntad de poder. Pero ¿qué quiere decir con esta dicción? No hay una definición clara de este termino, pero podemos deducir por lo que escribe Nietzsche que es una especie de auto-superación. Una voluntad de ser más, vivir más, evolucionar; podríamos también llamarlo voluntad de crear. El siguiente texto es de los que explica mejor lo que es esta voluntad de poder:

    “ (…) En todos los lugares donde encontré seres vivos, encontré voluntad de poder; e incluso en la voluntad del que sirve encontré voluntad de ser señor. (…)

    Y este misterio me ha confiado la vida misma. Mira, dijo, yo soy lo que tiene que superarse siempre a sí mismo.

    En verdad, vosotros llamáis a esto voluntad de engendrar o instinto de finalidad, de algo mas alto, más lejano, mas vario: pero todo esto es una única cosa y un único misterio (…)

    En verdad, yo os digo: ¡Una bien y un mal que fuesen imperecederos no existen! Por sí mismo deben una y otra vez superarse a sí mismos. (…)

    Y quien tiene que ser un creador en el bien y en el mal: en verdad ése tiene que ser antes un aniquilador y quebrantar valores.

    Por eso el mal sumo forma parte de la bondad suma: mas ésta es la bondad creadora. (…)

    ¡Hay muchas cosas que construir todavía!

    Así habló Zaratustra.” ()

    Quien actúe de este modo irá continuamente a más, no se conformará con ninguna meta ya lograda, se superará continuamente a sí mismo. Este es el ideal que propone Nietzsche: este hombre es el Superhombre: un ser que ha desplegado al máximo su personalidad, sus tendencias, sus proyectos. Este ente no depende de nadie, ya no hay valores que lo sometan, es mas los crea el mismo.

    Nietzsche compara la situación de la humanidad respecto de los valores a un camello, un león y un niño. Antes, cuando los hombres se encontraban sometidos a la verdad y al bien objetivos, eran como camellos, como animales de carga que se conforman con poco; luego, al conocer la noticia de la muerte de Dios, el hombre se transforma en un león, en un ser fiero y valiente que se enfrenta a sus enemigos, que lucha por ser libre; pero sólo el superhombre será como un niño: no tendrá que luchar contra nadie sino que creará sus propios valores con la inocencia de un niño que juega: sin tener que dar cuenta a nadie, sin responsabilidad alguna, sin preocuparse del resultado de sus acciones, porque una vez desaparecido Dios, no hay que dar razón de la propia conducta ante nadie.

    Una característica esencial de la voluntad de poder es su finitud: si los valores los creamos nosotros mismos, no existen ya valores eternos y absolutos; todos serán temporales, finitos y relativos. Pero esto no es una desgracia o un mal. Además si hubiera valores absolutos se nos impondrían por sí mismo, habría que aceptarlos como son, no dependerían de nosotros, no serían creación nuestra. La finitud es, pues, una propiedad inseparable del superhombre porque de otro modo volvería a surgir en el horizonte la idea de Dios, la idea de lo trascendente. La finitud es condición del ateísmo, de la libertad absoluta del hombre.

    Otra característica de la voluntad de poder es la temporalidad: ningún valor es definitivo, eterno, pues eso impediría también la libertad, la creación de los valores por parte del superhombre. Si el hombre es temporal los valores también deben serlo porque de lo contrario estarían por encima de él.

    La vida del superhombre sería una continua superación de sí mismo, una tendencia sin límite y sin fin hacia la propia perfección, hacia la autorrealización, hacia el pleno autodominio.

    La teoría del eterno retorno:

    ¿Hacia dónde va la voluntad según la teoría de Nietzsche? Es claro que, por una parte, la voluntad de poder no tiene objeto, es decir, no quiere nada concreto, ninguna realidad, y por otro que, en el fondo, lo único que pretende es afirmarse a sí misma, girar sobre sí en un torbellino continuo. ¿Es posible mantener esta actitud y que, a la vez, la voluntad se encuentre satisfecha?

    Nietzsche se dio cuenta pronto que la voluntad de poder, por ser finita y limitada, no puede satisfacerse nunca. De entrada todas sus decisiones pasadas la condicionan: el futuro depende de la libertad, pero el pasado es un pesado fardo que siempre llevamos a cuestas y que, queramos o no, limita y determinada nuestras decisiones futuras. Podemos querer hacía el futuro pero somos impotentes ante el pasado. Esto quiere decir que la voluntad de poder, que se había liberado de toda atadura, no ha conseguido ser plenamente libre, que está limitada. En estas circunstancias lo que Nietzsche se propone, la autosuficiencia absoluta, la auto constitución, no es posible.

    Por eso Nietzsche desarrolló la teoría del eterno retorno de lo mismo. Según él concebimos el tiempo como lineal, como una línea continua en la que el presente separa el pasado del futuro. Pero esta concepción no es adecuada. Si todo es temporal, si no existe lo eterno ni lo absoluto, el tiempo debe ser pensado de otra manera: si el tiempo no acaba nunca eso quiere decir que el pasado ha sido infinito, y que el futuro será también un tiempo infinito; ahora bien, en un tiempo infinito ha sucedido todo lo posible, todo lo que puede suceder, pues de lo contrario no sería infinito; y en un futuro infinito sucederá igualmente todo lo posible. Es decir, todo ha ocurrido ya y, a la vez, todo está por ocurrir. En cuanto que todo es pasado, la voluntad no puede nada porque no tiene poder sobre el pasado, pero en cuanto que todo ha de suceder, todo está en nuestras manos, todo depende de la voluntad de poder.

    Ante esta paradoja, ¿qué actitud debe tomar la voluntad? La paradoja se acentúa si se tiene en cuenta que, en cierto modo, el pasado depende de nosotros porque volverá repetirse y que el futuro escapa a la voluntad porque está determinado por lo ocurrido en el pasado. El tiempo, pues, no es lineal sino circular: todo lo ocurrido volverá a ocurrir infinitas veces porque el pasado y el futuro se identifican. Desde cierto punto de vista esta concepción del tiempo puede hundirnos en la más profunda depresión porque estamos totalmente determinados, pero en otro sentido sucede lo contrario: el eterno retorno significa el más pleno sí a la vida, la fórmula suprema de y de alegría. Pero Nietzsche considera que sólo la segunda postura es la válida. Aunque debamos asumir la fatalidad y el destino, el eterno retorno de lo mismo es la teoría que impide definitivamente que Dios pueda aparecer en el horizonte de la vida.

    Con esta doctrina lo temporal se hace eterno, lo finito infinito, lo relativo absoluto. El eterno retorno impide de raíz que pueda aparecer algo eterno que no sea la misma vida temporal algo absoluto que no sea la posición relativa de la voluntad en cada instante, y algo infinito distinto de la infinitud de la propia voluntad de poder. Por tanto la plena liberación del hombre -liberación de la verdad y del bien- exige el amor fati, la renuncia a todos los ideales, el nihilismo más absoluto.

    Hay que tener en cuenta que si todo es relativo no hay razones para decidirse por una cosa más que por otra; si el tiempo se repite continuamente, nunca hay prisa nunca hay una razón para hacer las cosas ahora mejor que más tarde; dicho de otro modo, la voluntad pierde todos los "motivos" para decidir, entre otras cosas porque nunca quiere ni debe someterse a ningún objeto o a ninguna razón. Por eso la conclusión que obtuvo Nietzsche, plenamente consecuente con su pensamiento, es que la esencia de la voluntad de poder es la indiferencia absoluta y su objeto supremo, el valor supremo, amar la nada para siempre. El nihilismo es, no la consecuencia, sino la meta a la que tiende la voluntad de poder: no aceptar ningún valor, no querer nada, no alterarse por ningún motivo, sino encerrarse en sí misma, pues sólo así estará libre de todo deseo, sólo así será verdadera voluntad libre. Así es la vida y así hay que aceptarla; otra actitud sería abdicar, someter la voluntad, renunciar a su poder.

    Si la filosofía ha sido un error, si la búsqueda de sentido carece de sentido, no cabe más que encerrarse en la subjetividad y aceptar la desesperación como una liberación.

    Critica a la Cultura Occidental:

    La influencia del platonismo, fundamentalmente su aportación principal, la idea de “lo en sí”, es decir, la idea, la forma, el bien en sí, la justicia en sí, etc., concebido como algo inmutable, tiene una tremenda influencia en toda la filosofía occidental posterior. Nietzsche realizará una crítica feroz a esta tradición occidental y lo hará en tres direcciones:

    Crítica a la moral tradicional:

    La moral platónico-cristiana, moral que está representada por los ideales de moderación, ascetismo y renuncia, es una moral antinatural, una moral que ha sido establecida por los débiles para, de ese modo, poner freno a los instintos vitales de los fuertes. Esta moral tiene su base filológica en un resentimiento hacia todo lo que tiene que ver con la vida.

    Crítica a la metafísica:

    El fundamento de la metafísica platónico-cristiana está en poner la auténtica realidad de las cosas en “otro mundo”. De este modo, se establece una dualidad entre el ser real y el ser aparente, entre este mundo y el otro mundo con el consecuente detrimento y desprestigio para “este mundo” al que se considera una mera e imperfecta copia. Sin embargo, este mundo es precisamente el de aquí, el de la vida.

    La separación de los dos mundos que hacía Platón implicaba igualmente una distinción entre dos tipos de conocimiento. Por un lado, la razón que es la que capta la auténtica realidad y por el otro lado los sentidos que eran relegados a captar únicamente las apariencias. Nietzsche considera que la razón última de esa división puede explicarse del modo siguiente: El hombre, ante la imposibilidad de comprender el caos que supone un mundo en continuo cambio, se inventa un más allá, una realidad fuera de lo natural. De este modo, se presupone una especie de orden sobrenatural que solamente puede ser captado por una razón lógica y nunca por medio de los sentidos.

    La consecuencia más trágica de este desdoblamiento, de esta escisión, es que el hombre queda empequeñecido y sometido a toda una serie de realidades superiores a él, como pueden ser las Ideas o el propio Dios.

    La crítica a las ciencias positivas:

    El método científico que se impone en la época de Nietzsche es el que podemos denominar positivismo mecanicista y cuyo principal objetivo consiste en alcanzar una mate matización de la realidad. Sin embargo, una mate matización radical de la realidad no es otra cosa que un intento de reducir lo que no son más que meras cualidades diferenciadores y múltiples, cambios continuos y caos, a cantidad y número, entidades que pretenden ser igualadoras por definición.

    Nos encontramos ante una situación muy similar a la que se daba en el caso de la metafísica: Ante el enorme problema y dificultad que supone la compresión de una realidad caótica y cambiante, se echa mano de unos modelos matemáticos que pretenden ser igualadores. Sin embargo, las leyes que con este método se extraen son más formales que reales en tanto que más que constitutivas de la realidad, son supuestas por el sujeto que las establece.

    Este cientificismo tan de moda en esa época, no tiene, por otro lado, nada que decir ni que aclarar acerca de cuestiones tan vitales, tan importantes para la vida humana como son las pasiones, la voluntad, el placer, etc. No tienen nada que decirnos sobre la vida.

    La ciencia es acusada también por Nietzsche de estar al servicio de los intereses y fines del estado (“El más frío y cruel de todos los monstruos”).

    Deporte y Higiene

    Pasó la época en que un cuerpo grueso era atractivo, hoy para tener un figura flexible, mejor salud y conservarse la línea según los cánones de la moda, se imponen ejercicios y dietas. A cualquier costo, ya sea extenuantes máquinas para hacer ejercicios, hábitos alimentarios, cuchillos de cirujanos y fajas para sudar, se quiere recibir el milenio con el cuerpo ideal. Estar en forma, conservar la línea delgada y tener una apariencia saludable forman parte de la mentalidad de los noventa. No es simplemente moda, es todo un cambio de vida y de actitud hacia el cuerpo. En pasadas décadas, la gente se preocupaba menos o poco de su figura y consumía comidas sazonadas y poco nutritivas que llevaron al cáncer del colon e infartos. Desde los 80 comenzaron las campañas contra hábitos nocivos y el hacer conocer que el deporte y la comida sana puede prevenir el estrés y el deterioro físico y mental. Poco a poco el anhelo de la vitalidad se generalizó. Gimnasios abrieron sus puertas a amas de casa y empleados. Luego llegaron los aeróbics, que mediante giros y saltos había uno de verse y estar bien después de los 40. Las clases de ejercicios aeróbicos, o sea, la gimnasia ejecutada con ritmos modernos, se empezaron a ofrecer en muchas academias a las que acudieron entusiastas amas de casa, empleadas y estudiantes. A esto siguieron las cintas de video en las que se enseñaban ejercicios aeróbicos para perder los kilos sobrantes y mantener la línea. Diversos artículos apropiados para ejercitar en casa fueron puestos a la venta. Hoy por hoy tenemos dos tipos de tendencias o corrientes en la sociedad en lo que se refiere al cuidado de nuestro cuerpo. Una de ellas, la naturista, predica el hacer ejercicio para mantenernos sanos y prevenir enfermedades a futuro con una alimentación acorde con las necesidades de nuestro organismo y no en el exceso de ella. Y la otra corriente exagera el culto de la belleza física donde lo único que importa es ser delgado, alto, joven y con una buena musculatura.

    “Cuerpo sano, mente sana“. Como dice el dicho teniendo un cuerpo sano se puede obtener una mente sana y para el deporte un complemento importante es la higiene. La higiene es otro aspecto importante pues trata de preservar y mantener la salud mediante normas preventivas para evitar o limitar la aparición o difusión de infecciones. Muchas facetas de la higiene individual se relacionan con la salud mental y sexual, con el ejercicio físico, el descanso y el sueño, e incluso con el ocio y el tiempo libre. Un aspecto importante es la higiene alimentaria, basada en una nutrición racional y equilibrada, que contenga todos los principios fundamentales que requiere el organismo para su correcto funcionamiento, que evite el exceso de grasas y proteínas animales, así como de azúcares y la ingestión abusiva de estimulantes, que vigile el nivel de vitaminas y de minerales en la dieta de manera que no se produzcan carencias. Otra faceta es el lavado periódico del cuerpo, de las manos antes de comer o tras tocar objetos o realizar manipulaciones en las que exista riesgo de contaminación por microorganismos o por diferentes productos nocivos, y de la boca después de cada comida constituyen el principio básico en el que debe basarse toda higiene personal.


    Crítica a la sociedad contemporánea

    El análisis está dividido en tres partes: 1. La sociedad consumista, 2. La sociedad hedonista, 3. La sociedad lúdico - deportiva.

  • La Sociedad Consumista

  • El ser humano es, por naturaleza, un ente consumidor; pero mientras en otras épocas consumía de acuerdo con sus necesidades, hoy en día gasta más de lo requerido. Gran parte de la población gasta por el mero placer de gastar. Ésta es la llamada sociedad consumista, la que compra sin necesidad de hacerlo y consume tan sólo para renovar sus pertenencias, aunque todavía se pueda hacer uso de ellas. También se entiende por consumismo el apego y preocupación por el dinero, y el consumo de bienes exteriores en medidas muy superiores a las demandadas por la correcta satisfacción de nuestras necesidades.

    Creemos que el consumismo surge de la inseguridad y falta de valores de la sociedad. La moda, por ejemplo, es simplemente un valor pasajero al cual afirmarse. Durante un determinado lapso de tiempo, todos creen, se aferran y esperan lo mismo, pero cuando este período acaba, todas las ideologías que creyeron tan fervorosa y ciegamente, caducan. Esto es bastante lamentable porque, en fin, nunca llegan a una verdad ni a una identidad propia, sino que terminan sin ningún sustento.

    Consideramos que, al fin y al cabo, este consumo desenfrenado nos llevará a la autodestrucción. Cada vez más recursos naturales son desperdiciados tan solo para saciar esta enfermedad, por lo que, probablemente, en algún tiempo más, éstos se acaben y con ellos también nosotros. Si el gasto va incrementando al mismo ritmo que el crecimiento demográfico, pronto no habrá recursos capaces de mantenernos.

    A pesar de lo negativo que puede resultar el consumismo, nuestra economía depende de éste. Si los gastos se redujeran a la mitad, muchas empresas quebrarían y se produciría una crisis económica, por lo que la publicidad, en algunos casos, es de suma importancia.

  • La Sociedad Hedonista

  • La sociedad contemporánea, al contrario de sociedades anteriores, es sumamente apegada a los placeres sexuales. Todos éstos comienzan a una edad temprana, mediante películas, imágenes, revistas y juegos. Debido a esto, el contacto sexual comienza mucho antes de alcanzar la madurez biológica necesaria. Estas interacciones sexuales son abarcadas frecuentemente y con poca responsabilidad. Tal vez el anhelo por los placeres sexuales se transforme en aberraciones, debido al mal uso de imágenes pornográficas, las cuales llegan a contener homosexualidad, violencia y orgías, lo que deforma absolutamente la imagen de las relaciones sexuales.

    El uso de los cuerpos como medio de excitación para el espectador es usual. Imágenes de cuerpos bellos son usadas frecuentemente, en la televisión y revistas. Esto promociona muy eficazmente productos, pero el problema con estos medios de propaganda es que transforman a la gente en objetos y fomenta el estereotipo de la belleza. Muchos son afectados por no asemejarse al prototipo ideal, y hacen lo imposible por igualarse. Este arquetipo de la estética causa serios problemas y trastornos psicológicos en la persona común, y puede gatillar enfermedades como la anorexia o la bulimia.

    Lo peor es que la gente comienza a brindarle toda su atención y cuidado al cuerpo, dejando de lado el alma, lo que produce un pensamiento bastante superficial y una sociedad centrada en lo banal y lo efímero.

  • La Sociedad Lúdico - Deportiva

  • Obviamente, los seres humanos pueden gastar su tiempo de ocio en actividades culturales, pero no es negativo ocuparlo en actividades lúdicas y deportivas. El deporte en nuestra sociedad tiene un rol fundamental, tanto en los espectadores como en los propios deportistas. Cada persona tiene habilidades y condiciones para diversas actividades físicas y podríamos decir que vivimos rodeados por estadios, casinos y recintos deportivos.

    El problema surge cuando el apoyo hacia cierto deportista o equipo se transforma en un fanatismo excesivo. Mucha gente pasa gran parte de su tiempo pendiente de las actividades deportivas y, en algunos casos, llega un punto en que no pueden prescindir de éstas. Los medios audiovisuales dan, también, gran protagonismo al deporte, debido a que es del interés de todos y les brinda excelentes dividendos.

    Frecuentemente, demostraciones violentas se llevan a cabo en los estadios. Las razones de estos estallidos son: la pérdida de una competencia y la rivalidad entre los seguidores de diferentes bandos. Lamentablemente, este fanatismo no sólo se presenta en los deportes, sino que también en los juegos de azar. Los ludópatas son gente obsesionada con apostar, quienes se sienten incapaces de prescindir de esta actividad.

    Nosotros creemos que no hay problema con ser seguidor de un equipo o con ir al casino, pero sin ser llevado al extremo. El deporte, con ello refiriéndose a algún deportista o equipo en especial, es respetado y admirado por muchos, lo que es absolutamente comprensible, pero al igual que en todo, se debe intentar mantener un equilibrio, sumando el deporte a muchas otras actividades, de manera de tener amplios y diversos conocimientos sobre una variedad de temas y no exclusivamente sobre el deporte.

    Conclusión

    En esta conclusión esta presente nuestra opinion. Durante el trabajo, aprendimos bastante sobre el tema escogido, y podemos ahora discutir y defender nuestra tesis. Porfavor lee con atención el siguiente fragmento de nuestro trabajo, porque es de suma importancia.

    La sobre valorización del cuerpo como fuente de placer está presente en la sociedad contemporánea. Hay solo que prender la televisión o abrir una revista para darse cuenta de ello. Creemos que el ser humano tiende a elegir los extremos, o somos todos santos seguidores enseñados a descalificar cualquier placer terrenal o somos extremadamente liberales, sin moral, buscando sólo nuevas formas para complacernos. Estos extremos valorizan solo al cuerpo o totalmente al alma. ¿Es uno más importante que otro? “No, cuerpo y alma no son separables. No puede existir [alma] sin un cuerpo, pero no es cuerpo: no es cuerpo, sino algo del cuerpo.”(Aristóteles, 1991:74) Ambos extremos buscan la felicidad y a esto podemos decir que una vida feliz está compuesta por los dos, la salud del cuerpo y la serenidad del alma.

    La perdida gradual del sentido de la trascendencia a través de los años he tenido un efecto sobre la importancia cada vez menor del alma. Creemos que el alma es primordial, aquello por lo que vivimos, esencia y forma. El alma está presente en todo el cuerpo y no es ella la que siente o piensa, sino todo el hombre gracias a ella. El alma también tiene placeres como la amistad y recuerdos placenteros los cuales se dicen ser superiores a los del cuerpo ya que abarcan pasado, presente y futuro no solo presente como los placeres del cuerpo. Por otro lado hay actividades que el alma no puede realizar sin el cuerpo. Un alma sin cuerpo no sería nada.

    Con el cuerpo también vienen placeres. No sería correcto decir que todo placer es malo. “Todo placer en si es bueno, pero no todo placer ha de ser aceptado.”(Epicuro, 1991:87) De la prudencia nacen las virtudes para poder vivir placenteramente. Se pueden tener placeres siempre y cuando sean prudentes. Se puede tener una casa linda, cómoda, de tamaño ideal, muebles cómodos, comida y ropa suficiente. Se puede ejercitar para ser saludable y sentirse bien. Hasta se pueden tener placeres sexuales. Pero cuando se consume en exceso y no de acuerdo a las necesidades por el solo propósito de complacerse, es cuando pasa a ser innecesario. En cuanto a placeres sexuales, creemos que son aceptables siempre y cuando se tome con madurez y responsabilidad y no por el mero hecho de satisfacerse.

    El cuerpo tambien proporciona conocimiento, mediante los sentidos averiguamos cosas y nos podemos transmitir información util para el alma. La mayoria de las ciencias son el estudio de algo fisico, y justamente se desarollan mediante los sentidos. El cuerpo en fin ayuda y fomenta el cultivo del alma.

    Índice

    Introducción

    Base Bibliográfica

    Crítica a la Sociedad Contemporánea

    Arte y Estética

    Deporte y Higiene

    Conclusión

    Bibliografía

    Anexos

    Bibliografía

    Tejedor Campomanes, César.1991.Historia de la Filosofía en su marco cultural.España:EDICIONES SM.

    Abad Pascual, Juan J.1995. La Vida Moral y la Reflexión Etica.España: McGraw-Hill/InterAmerica de España, S.A.

    El Rincón del Vago: www.rincondelvago.com

    Cuerpo y Alma




    Descargar
    Enviado por:Gonzalo Enei
    Idioma: castellano
    País: España

    Te va a interesar