Historia
Crisis Española de los años 30
TEMA 16:LA CRISIS DE LOS AÑOS 30 (I). LA SEGUNDA REPÚBLICA.
1.De la monarquía a la República.
Alfonso XIII, tras la caida del dictador Miguel Primo De Rivera, encomendó al gobierno del general Dámaso Berenguer la tarea de de reconstruir la antigua normalidad constitucional, reabrir las Cortes, volver a poner en marcha los partidos políticos y los sindicatos. Esa vuelta a la normalidad fue muy lenta, y por ello el gobierno de Berenguer recibió el nombre de “dictablanda”.
Era una tarea muy difícil porque la monarquía se había comprometido mucho con la Dictadura y la mayor parte de los españoles le habían retirado su confianza. Los antiguos partidos monárquicos dinásticos no tenían ninguna base popular y los intelectuales y las clases medias se inclinaban abiertamente hacia la República.
En el mes de agosto de 1930, representantes de partidos republicanos, socialistas, nacionalistas gallegos y catalanes, y otros se reunieron en San Sebastián, llegaron a pactar una política antimonárquica y eligieron un Comité Revolucionario para llevarlo a cabo, incluso con una actuación militar.
La revuelta militar, mal preparada, que iniciaron los capitanes Fermín Galán y Ángel García Hernández en Jaca, no encontró eco en otros cuarteles y fracasó. Sin embargo, el fusilamiento fulminante de estos militares desacreditó a la monarquía. Se convocaron elecciones municipales en abril de 1931. El Gobierno pensaba que una victoria de los monárquicos facilitaría el posterior triunfo en las elecciones para el Congreso que se proponían para el 7 de mayo.
1.2 Las elecciones del 12 de abril.
Aunque sólo se trataba de unas elecciones municipales, los partidos de la oposición los representaron como un plesbicito entre la monarquía y la república. Si las ganaban significaría que el pueblo español prefería la república a la monarquía.
La campaña electoral fue muy intensa. Los monárquicos confiaban ganar en los pueblos gracias al caciquismo; pero sabían que este sistema no funcionaría en las ciudades. A partir del día 13, a primeras horas de la mañana, empezaron a conocerse algunos resultados electorales. Los partidarios de la república ganaban en 45 de las 50 principales ciudades.
1.3La proclamación de la República.
En un clima de euforia y sin violencia, muchos ayuntamientos, al conocer el resultado del escrutinio, proclamaron la República.
El monarca, durante algunas horas dudó; pero ante el desánimo d ela mayoría de sus ministros acabó abandonando Madrid hacia Cartagena; desde allí un buque lo llevó al exilio hacia Francia.
EL nuevo Gobierno Provisional estaba presidido por un antiguo monárquico, de mentalidad conservadora y católica, Niceto Alcalá Zamora.
El primer problema de la República surgió en Barcelona. Allí Lluis Companys había proclamado la República. Pero, horas más tarde, el líder carismático de ERC, Francesc Macià proclamaba en la plaza de San Jaime, la “República catalana dentro de la federación Ibérica”. En una clara interpretación federalista, establecía a Cataluña como un Estado dentro del Estado español.
Después d euna larga discusión con tres ministros enviados desde Madrid llegó al acuerdo de formar un Gobierno provisional, llamado Generalitat a la vieja institución de la Corona de Aragón. El Gobierno central se comprometía a la elaboración y aceptación de un estatuto de Autonomía.
2. Los partidos y sus personalidades.
2.1 Las elecciones para las Cortes Constituyentes.
EL 28 de junio de 1931 se celebraron unas elecciones, con sufragio universal masculino, para elegir unas Cortes Constituyentes que elaboraron una Constitución republicana capaz de estructurar un nuevo Estado.
Votó un 70,4 % del censo. Fueron las primeras elecciones en las que se superó el caciquismo; se ha dicho que fueron las primeras elecciones “limpias” que se realizaron en España.
Dos cosas cabe destacar de los resultados: la multiplicidad de los partidos políticos y el triunfo de las izquierdas.
La multiplicidad de los partidos. Desaparecería definitivamente el viejo bipartidismo dinástico del sistema de la Restauración. Los dos partidos dinásticos consiguieron pocos diputados. En su lugar, más de 20 partidos se distribuirían los escaños de los diputados. Esto representaba una amortización del poder. Doce partidos tenían menos de cinco diputados y sólo 5 superaban los 30 diputados.
Los políticos considerados de izquierda sumaban la mayoría de los diputados de las Cortes/Parlamentos.
2.2 Los conceptos de izquierdas, derecha y centro.
¿Qué significaba ser de izquierdas? En primer lugar, preferir la república como sistema político, una república federal; ser partidario de realizar cambios socio-económicos. Rechazar la influencia que viejas instituciones que tenían sobre el Estado. Confiaban en el criterio de los intelectuales progresistas y en la educación laica y racionalista para llevar a cabo estos cambios.
¿Y ser de derechas? En principio, ser partidario de mantener las estructuras económicas-sociales y no efectuar demasiados cambios: se apoyaban en las viejas instituciones para mantener el orden y los valores constitucionales. Mayoritariamente eran centralistas/españolistas y no estaban dispuestos a aceptar las autonomías.
Las derechas eran preferiblemente monárquicas, aunque los partidos que representaban esta tendencia parecían aceptar la República.
El centro, en general, estaba constituido por gente moderada, predispuesta a hacer pocos cambios; en un caso de situación social conflictiva, se inclinaba rápidamente hacia las derechas. Cuando la sociedad española se radicalizó hacia la derecha o hacia la izquierda, el centro casi desapareció.
2.3 Los partidos de derechas.
En las elecciones celebradas en junio de 1931, los partidos de derechas no consiguieron buenos resultados, porque hacía muy poco tiempo que había caído la monarquía y no se habían organizado dentro del régimen republicano. Dos años más tarde, en 1933, ya lo estaban y ganaron las elecciones. Dentro de estos partidos se podían distinguir 3 grupos:
. -Los fascistas. Imitaban la ideología fascista italiana. Eran partidarios de gobiernos autoritarios, con un partido único y sin elecciones, ni parlamento. Proponían la intervención del Estado en la economía, incluso intentaban reavivar y despertar antiguos ideales imperiales. Eran la extrema derecha.
En España aparecieron dos grupos con esta mentalidad: los Jons y la Falange española, en el año 1933.
EL líder de esta última fue Jose Antonio Primo de Rivera, ambos partidos se fusionaron.
-Los partidos monárquicos. Eran contrarios a la República. Se daban, como en gran parte del s. XIX dos ramas, los partidarios de Alfonso XIII, de la línea de los Borbones que se habían sucedido en el trono, y los partidarios de la rama carlista.
Los primeros se agrupaban en en Renovación española y los segundos en Comunión tradicionalista.
-Las derechas republicanas. La CEDA llegó a ser el partido más representativo de las derechas. No pareció hasta finales de 1933 como resultado de la fusión de acción Popular.
Era un partido, que en principio, se declaraba republicano, aunque las izquierdas tenían sus dudas, porque su líder más reconocido, José María Gil Robles, era himbre de ideas autoritarias.
2.4 Los partidos de centro
Además de pequeños partidos liderados por hombres que habían sido monárquicos hasta la proclamación de la República, el partido de centro más importante era el viejo Partido Republicano Radical, fundado por Lerroux. SU líder más maduro.
2.5 Los partidos y sindicatos de izquierda.
EL abanico de izquierdas estuvo dominado pro dos partidos: izquierda republicana y PSOE.
Izquierda republicana era un partido de pequeños burgueses con muchos intelectuales y profesionales. Querían reformar y modernizar el país, pero les daba miedo que estas reformas se hicieran de manera violenta y revolucionaria. Su líder fue Manuel Azaña, destacó como un dirigente inteligente, sensato y decidido, con grandes dotes de gobierno.
El viejo PSOE de mentalidad marxista, contaba con el soporte de su sindicato, la UGT. En principio era un partido obrero que quría reformas con orden y mesura y los partidarios de reformas rápidas aunque fuesen conseguidas por métodos revolucionarios.
Más a la izquierda estaban los comunistas y los anarquistas.
El Partido Comunista de España (PCE), había surgido como división del ala más revolucionaria del joven PSOE, alrededor de 1921, justo cuando aparecieron los partidos comunistas europeos. Durante la Segunta República tuvo escasa influencia. Aunque contaba con su carismática líder: Dolores Ibárruri.
Los anarquistas se agrupaban alrededor de la CNT que estaba fuertemente asentado desde Cataluña hasta Andalucía. En su seno se había producido una escisión entre moderados sindicalistas, que quería que la CNT actuara como sindicato, procurando mejoras, y los revolucionarios faistas agrupados en la FAI, en la que sobresalía el grupo de “Los Solidarios”, que querían imponer una línea revolucionaria.
Los anarquistas no querían mantener ninguna colaboración con otros partidos políticos, ni tan siquiera con los marxistas y consideraban que la República podía facilitarles el paso a la Revolución.
2.6 Los partidos autonómicos nacionalistas.
A parte de los partidos políticos de ámbito estatal, se continuaron desarrollando en ciertas regiones partidos autonómicos nacionalistas.
EN Cataluña se desarrollaron 3 tendencias: la derecha representada por la Lliga regionalista, el centro representado por acciò catalana y los cristiano-demócratas represenados por Uniò democrática de Catalunya, el partido más votado por obreros y campesinos incluso por campesinos. En la extrema izquierda dos partidos comunistas: el POUM y el PSNC que apareció en el momento de iniciarse la Guerra Civil.
En el País Vasco, el Partido Nacionalista Vasco mantuvo su predominio, considerado como un partido católico y de derechas, evolucionó a partir de 1933 a posiciones de centro cuando su líder, José Aguirre, llegó al convencimiento de que con los derechos españoles el Gobierno no alcanzaría nunca la autonomía.
En Galicia adquirió fuerza la Organización Republicana Autonomista.
3. La organización del Estado.
3.1 La Constitución de 1931.
Los ministros del Gobierno Provisional se vieron dirigidos, en primer lugar, a celebrar una Constitución, ya que la vigente durante la Restauración había sido canovista-monárquica, la de 1876.
Durante la elaboración de la Constitución surgieron dos problemas que acapararon la atención y ocasionaron duros debates entre la derecha y la izquierda; las relaciones estado-Iglesia y las autonomías
La Constitución de 1931 era bastante avanzada para su tiempo, con algunos toques de socializantes.
A Constitución establecía los siguientes principios:
A) Una sola Cámara elegida cada cuatro años por sufragio universal, con un presidente de la República nombrado cada seis años.
B)Un modelo de estado integral, no federal, aunque aceptaba que las regiones que lo pidiesen pudieran conseguir un estatuto de la autonomía.
C)La desaparición definitiva de los privilegios de clase, con la anulación de los títulos nobiliarios.
Aprobada la Constitución, fue elegido presidente de la República Niceto Alcalá Zamora, un político moderado de centro-derecha.
3.2 Los estatutos de Cataluña, el País Vasco y Galicia.
Algunas regiones prepararon su propio estatuto.
Cataluña.
La primera fue Cataluña tal y como, en cierta manera, se había prometido a sus representantes que habían firmado el Pacto de San Sebastián en el verano de 1930.
El establecido redactado en Nuria, refrenado por el pueblo catalán, fue presentado en Madrid en agosto de 1930, antes de que estuviera aprobada la nueva Constitución. Los autores del estatuto catalán partieron de que el principio de que la República española iba a ser una estructura federal y propusieron la cesión de muchas competencias en materia de enseñanza, cultura, sanidad orden público, tribunales de justicia y el cobro directo de los impuestos necesarios.
Una vez que se aprobó la Constitución española, la discursión del estatuto se alargó ante la fuerte oposición de los partidos de derechas-centralistas y las dudas de socialistas e intelectuales.
EL fracasado pronunciamiento del general Sanjurjo aceleró la aprobación de los partidos de centro-izquierdas de las leyes a trámite más discutido: la Ley de Reforma agraria y el Estatuto de Economía de Cataluña. Este defendido en un famoso discuro del primer ministro Azaña, fue aprobado el 9 de septiembre de 1932.
País Vasco
EN el País Vasco, el PNV y los carlistas habían llegado a un acuerdo sobre un proyecto de estatuto, pero dos hechos impidieron su realización y presentación: la derecha de Navarra y la debilidad nacionalista de la provincia de Álava, donde el plesbicito de 1933 no alcanzó el 50% de los votos necesarios.
Por otra parte, el Gobierno central tenía sus dudas: cuando mandaban las izquierdas, porque desconfiaba del conservadurismo del PNV y de su más acentuado independentismo; cado ocupó el poder la derecha, porque era declaradamente antiautonomista. En plena Guerra Civil se aprobó el Estatuto de Autonomía Vasco, entre otras razones para mantener al país Vasco adicto a la República.
Galicia
En Galicia, en donde la conciencia nacionalista era menor, el Estatuto no fue aprobado por plesbicito popular hasta junio de 1936. Pero el pronunciamiento militar de julio impidió su trámite por las Cortes, y porque la legión fue rápidamente ocupada por los sublevados, de mentalidad antiautonomista.
4. Los problemas de la segunda República.
4.1 Idea general.
La segunda República puede dividirse en tres etapas:
Bienio reformista.
Bienio negro.
Retorno de las izquierdas al poder aunque por muy poco tiempo porque el 18 de julio de 1936estalló el pronunciamiento militar y comenzó la Guerra Civil.
5. EL Bienio reformista (1931-1933)
5.1 Los problemas económicos.
La 2º República nació en un mal momento de la economía mundial. La caída de la bolsa de Nueva York había producido una fuerte depresión que afectó a todo el mundo: los terribles años 30.
La quiebra de la bolsa de Nueva York repercutió menos en España porque tenía una economía bastante autárquica, sin grandes relaciones económicas con Europa y con América.
De todas maneras, planteó una serie de de movidas: la reducción de inversiones capitales extranjeros que tanto habían contribuido al desarrollo de la industria y de las fuentes de energía: el descenso de las exportaciones sobre todo de los productos agrarios y mineros; la interrupción de la inmigración, hacia América preferentemente, que podía ser una solución para el problema del paro, porque aquellos países, también con problemas económicos, restringieron la entrada de inmigrantes.
Los problemas internos del país agravaban aún más las dificultades económicas. La República se encontró con una enorme deuda pública, provocada por los presupuestos de la Dictadura, que había llevado a cabo costosas deudas públicas.
Finalmente, los mismos gobiernos de izquierda de la República propiciaron otros problemas. Al defender un aumento de los salarios de los obreros y de los campesinos, que coincidió con una bajada de los precios de los productos, provocaron la reducción de los beneficios de los industriales y en bancos. Inmediatamente, estos dejaron de invertir y muchos burgueses trasladaron al extranjero sus capitales. Esta situación supuso el aumento del paro y del malestar social.
5.2 la reforma del ejército.
El Gobierno se encontró con un ejército mayoritariamente, monárquico, es decir, generales y oficiales eran partidarios de la monarquía y, también, mayoritariamente conservadores de derechas. Eran enemigos potenciales de la República.
Se trataba de un ejército mal y anticuadamente armado, con mucha burocracia y con un exceso de generales y oficiales.
EL primer ministro, Manuel Azaña, que también era ministro de Defensa, procuró encontrar una solución con la Ley Azaña, que ofrecía a todos los generales y oficiales que no desearan hacer el juramento de fidelidad a la República, retirarse a la vida civil con el sueldo íntegro y los ascensos reconocidos. Aceptaron esta medida unos 80 generales y más de 8.000 oficiales.
Azaña creó un nuevo cuerpo militar de orden público, la Guardia de Asalto. En general los militares no vieron con buenos ojos la Ley Azaña ya que consideraban que intentaban dividir la unidad ideológica del Ejército.
5.3 las relaciones con la Iglesia.
Para la República fue uno de los problemas más graves. Los partidos de los gobiernos de izquierda eran decididamente anticlericales; eran partidarios de la separación de la Iglesia y el Estado. Las medidas que tomaron fueron muy duras en aquel momento y la Iglesia consideró que eran un ataque directo.
La Constitución establecía en un Estado no confesional y proclamaba la libertad de cultos.
Las relaciones Iglesia-Estado llegaron a ser tan tensas que el cardenal primado Pedro Segura fue expulsado del país por sus postulados y por su actitud contrarias a la República.
5.4 El enfrentamiento obrero.
El malestar de los trabajadores provocó huelgas y revueltas, dirigidas principalmente por la CNT, dominada ya por la fracción más revolucionaria de la FAI.
5.5 La reforma agraria.
La reforma agraria fue uno de los caballos de batalla reformista de la República.
Un 1% de los grandes propietarios poseía un 50% de las tierras, cuyo trabajo dirigiría muchas veces un administrador/arrendatario, que los “señoritos” vivían en la capital de provincia.
Otro porcentaje de campesinos eran arrendatarios, que trabajaban las grandes propiedades según diversos tipos de condiciones. Finalmente, casi un millón de campesinos eran pequeños o medianos propietarios que malvivían de su trabajo.
Era evidente que el gobierno de izquierdas estaba obligado a hace runa reforma agraria que mejorase la situación de tantos campesinos pobres.
La Ley de la Reforma Agraria fue debatida en el Parlamento durante buena parte del año de 1932 y aprobada en septiembre. La ley asustó a grades terratenientes y a una mayoría de la alta nobleza. Fueron ellos los que incitaron al general Sanjurjo a dirigir el pronunciamiento contra la República (Sanjurjada, agosto de 1931).
La Ley de la Reforma Agraria proponía la expropiación, sin indemnización, de las tierras de los terratenientes que habían participado en la “Sanjurjada” y, con indemnización, de las tierras del señorío, de las tierras semiabandonadas o que siendo de regadío los propietarios no se habían molestado en trabajar.
Por otra parte, el instituto de Reforma Agraria, creado para la aplicación de la ley, se encontró con muchos problemas administrativos y burocráticos y con la falta de estudios previos sobre la situación real de los grandes latifundios. El Gobierno había programa instalar entre 60.000/70.000 familias cada año; en diciembre de 1934, cuando las derechas en el poder preparan la reforma, apenas habían concedido tierras a 12.000 familias.
En lugar de crear una sólida base de campesinos-proletarios, adictos a la República, La Ley de La Reforma agraria provocó dos tendencias, ambas diversas a ella: la oposición decidida de las derechas, que acusaban a la reforma comunista, y el desencanto y protesta de los campesinos, que la culpaban por su extrema lentitud.
5.6 La crisis del bienio reformista.
La oposición de las derechas fue tan fuerte y la protesta obrera y campesina tan intensa que el malestar social creció hasta extremos peligrosos.
En el campo se produjeron serios enfrentamientos entre los campesinos excitados por la derrota de la reforma agraria y las fuerzas de orden público.
Ante este hecho, la Guardia Civil reaccionó poco tiempo después, provocando la muerte de varios campesinos en Amedo. La violencia culminó con la represión que llevaron a cabo los Guardias de Asalto contra los campesinos anarquistas, que habían ocupado tierras en Casas Viejas.
La tensión y los desórdenes en el campo y las zonas industriales desgastaron mucho el prestigio del gobierno de Manuel Azaña que se vio obligado a presentar la dimisión.
6.EL Bienio negro (1933-1936) La república de derechas.
6.1 las elecciones de 1933.
Estas elecciones resultaron un éxito para los partidos de centro-derecha y la CEDA y un fracaso para las izquierdas: PSOE y acción Republicana de Azaña.
En Cataluña también ganaron las derechas.
En Euskadi se reafirmó la supremacía del PNE que. Según aseguraba su líder más carismático José Antonio Aguirre, “no es un partido político como otro cualquiera; es la patria vasca en marcha”
6.2 la “contrarreforma”.
Al no tener ni los republicano-radicales ni la CEDA la mayoría absoluta, el presidente Alcalá Zamora, que desconfiaba de la CEDA y de su líder Gil Roldes, encomendó la formación la formación del gobierno a Alejandro Lerroux, líder de los republicanos-radicales. Pero éstos necesitaban el apoyo de de los votos de la CEDA y de otros pequeños partidos conservadores, por lo que se vieron obligados a llevar a cabo una político de derechas, contraria a las reformas de la etapa anterior. Es lo que se ha llamado la “contrarreforma”.
En primer lugar, se paralizó la reforma agraria.
Por otra parte se degoró la ley de salarios, que favorecería a los obreros y campesinos; se concedía la Amnistía para el general Sanjurjo y sus compañeros del pronunciamiento; se permitió el retorno de la Campaña de Jesús a la que se le devolverían los bienes “nacionalizados” y volvió a inducirse el presupuesto del clero dentro de los presupuestos del Estado.
6.3 La revolución de octubre de 1934: Asturias y Cataluña.
Los gobiernos republicano-radicales. Después del verano de 1934, la CEDA exigió a Lerroux la inclusión de ministros de su partido si deseaba continuar contando con su apoyo. Lerroux no pudo negarse.
Esto asustó a las izquierdas sobre todo a los socialistas, que temían la formación de un gobierno autoritario y fascista.
EL 5 de octubre la UGT declaró una huelga general en todo el país, sin contar con la CNT. La huelga resultó un fracaso por la escasa organización y por la respuesta violenta del Gobierno.
Asturias.
En Asturias los mineros del carbón, unidos a la UGT la CNT y los comunistas llevaron a cabo un movimiento internacional revolucionario. Se apoderaron de las armas de los cuarteles y de las fábricas de armamento.
El Gobierno no tardó en enviar al ejército de África, que bajo el mando del general Franco reestableció la situación. La represión fue dura.
Cataluña.
En Cataluña la huelga obrera, sin apoyo de la CNT, fue un fracaso. Pero el presidente de la Generalitar, Lluìs Companys, preocupado por el sesgo derechista del nuevo Gobierno, que podía actuar contra el estatuto y la autonomía, proclamó “El Estado catalán dentro de la República Española”.
EL capitán general Batet declaró el estado de guerra y ocupó la ciudad de Barcelona sin gran resistencia.
6.4 las crisis de las derechas.
Tampoco los gobiernos de derechas ofrecieron estabilidad ni seguridad a la República. Al malestar social y al enfrentamiento cada vez más duro entre los partidos políticos se añadieron los casos de corrupción de los radicales de Lerroux, que culminaron con el asunto conocido como el nombre de “estraperlo”.
7. las elecciones de febrero de 1936.
7.1 el frente popular.
Para detener el avance de los partidos de derechas, cada vez más inclinados hacia soluciones fascistas autoritarias, que entonces triunfaban en muchos paises europeos, los partidos de izquierdas decidieron formar una alianza electoral que recibió el nombre de Frente Popular y que incluía a los republicanos, socialistas y comunistas.
Uno de los apartados fundamentales del programa electoral del Frente Popular era yba amnistía general para todos los presos políticos.
La campaña electoral fue muy dura y la violencia verbal alcanzó cotas muy altas en los discursos de los líderes de derechas y de izquierdas.
La Iglesia, los militantes más conservadores y los miembros más conspicuos de la nobleza terrateniente temían un éxito de las izquierdas, cosa que realmente ocurrió.
El Frente Popular consiguió 263 escaños; la derecha, 133 y el centro derecha 77.
La debilidad del centro, el Partido Republicano Radical de Lerroux, en especial, resultaba clara. Las elecciones dejaron patente que el país parecía polarizarse peligrosamente hacia los dos extremos, el fascismo de ultra-derecha o al socialismo-comunismo de ultra-izquierda.
7.2 Hacia la guerra civil.
Los primeros contratiempos surgieron al surgieron al formar el gobierno, los socialistas, una parte de los cuales se inclinaba cada vez más hacia la extrema izquierda, arrastrada por el radicalismo de su líder Largo Caballero.
No fue la primera adversidad. El Parlamento decidió destituir al presidente de la República, Alcalá Zamora, al que consideraba demasiado conservador, con la excusa de que legalmente no podría haber convocado las elecciones de 1936.
Por otra parte, se aceleraba la tensión social. Los campesinos, instigados por la CNT-FAI, ocupaban tierras de los latifundistas en Andalucía y en Extremadura.
Los industriales y terratenientes contestaron a estos desórdenes cerrando fábricas, retirando capitales hasta el extranjero y provocando, mediante discursos en el Parlamento y la actuación de pistoleros fascistas en la calle, en un ambiente social muy tenso y de gran inseguridad.
Algunos incitaban a los líderes más antirrepublicanos a un golpe de Estado. Lo único que hizo el Gobierno para prevenirlo fue dispersar lejos de Madrid a los generales que parecían más dispuestos a llevarlo a cabo. Pero era demasiado tarde, pues desde el mismo triunfo del Frente Popular, un grupo de militantes, ya planeaba el golpe de Estado,
TEMA 17: LA CRISIS D ELOS AÑOS 30 (II). LA QUERRA CIVIL
EL pronunciamiento del 18 de julio.
Las características.
Se trata de un pronunciamiento militar. Los militares declararon el estado de guerra en las principales ciudades con la fuerza de la guarnición.
La preparación.
Desde los inicios del año 1936, grupos de militares se habían reunido para planear un golpe de Estado en el caso que los partidos de izquierdas ganaran las elecciones.
El general Mola actuó como organizador, fue el Director.
EL general Mola contaba con muchos oficiales de la UME distribuidos por todo el territorio.
Los planes debían estar avanzados para el 10 de julio cuando el periodista corresponsal de ABC en Londres, Luís Dodín, alquiló un avión, un vuelo con destino a Canarias desde donde debía trasladar al general Franco a Marruecos.
El 12 de julio se produjo un doble asesinato político que aumentó la tensión en el país. Pistoleros falangistas asesinaron al teniente Castillo, que había dado muestras de un acendrado republicanismo. Sus compañeros contestaron asesinando al diputado monárquico de ultraderechas, Calvo Sotelo, que el Parlamento había pronunciado duros ataques y amenazas contra del Gobierno de Frente Popular.
El fracaso (17-21 de julio de 1936).
El pronunciamiento se inició el 17 de julio en los cuarteles de Melilla y al día siguiente había triunfado en el resto del Protectorado.
El día 18 llegó el general Franco y tomó el mando del ejército de África, el más preparado y mejor de la República.
El pronunciamiento triunfaba en algunas comunidades. Pero fracasaba en otras, Cataluña, el Levante, Castilla la Nueva. La franja Cantábrica y Gran parte de Andalucía. Fracasó sobretodo en la capital, Madrid, y en Barcelona, la ciudad industrial más importante del país.
En Madrid fracasó porque el nuevo primer Ministro Guiral, ordenó el reparto de armas entre los sindicatos obreros que acudieron en auxilio de la Guardia de Asalto y de los militantes que permanecieron fieles a la República.
En Barcelona la sublevación tuvo lugar el 19 de julio. Su fracaso fue debido a que el Gobierno de la Generalitat pudo contar con las fuerzas del orden público apoyadas por los gobiernos de la CNT/FAI que habían conseguido armamento en los cuarteles abandonados por los militares.
El pronunciamiento se convierte en guerra civil.
En un primer momento, los militares habían fracasado en su intento de derribar la República. Ésta mantenía su dominio sobre los principales centros industriales de la periferia, dominaba las zonas de la agricultura de exportación, disponía de la mayoría de la flota y de la aviación y de las reservas del banco de España.
No parecía que los militares sublevados pudieran resistir demasiado si no lograban trasladar rápidamente su fuerza de choque, el ejército de África, a la Península y aumentar y renovar su armamento. Consiguieron lo primero.
Los alemanes e italianos les proporcionaron aviación. Los dos estados autoritarios más importantes de Europa del momento, la Alemania nazi de Adolf Hitler y la Italia fascista de Benito Mussolini estaban dispuestos a facilitar armamento. Así avituallados, los militares, aunque había fracasado el pronunciamiento inicial, podían mantener una guerra de larga duración.
La internacionalización de la guerra.
Las grandes potencias europeas seguían con atención los acontecimientos en España. Podemos agruparlos en tres apartados:
Los estados fascistas.
La URSS comunista de Stalin.
Los países llamados democráticos, liderados por Gran Bretaña y Francia.
Los primeros manifestaron desde el principio su decidida protección y ayuda a los militares sublevados.
Los paises democráticos se plantearon las dudas más serias. Francia, con un gobierno socialista, parecía más predispuesta a ayudar a la República, cuyo gobierno presidía un socialista, Largo Caballero.
Pero, en Gran Bretaña, donde gobernaban los conservadores, no mostraban la misma predisposición. Por una parte no deseaba que la guerra de España los llevara a un enfrentamiento anticipado, para el que no se consideraba preparada, con la Alemania de Hitler y la Italia de Mussolini; tampoco deseaba que la República española, por intervención de la URSS, se convirtiera en un Estado revolucionario, demasiado de izquierdas. Finalmente, tenía importantes intereses económicos en zonas ocupadas desde el primer momento por los militares.
El comité de No-Intervención.
El 9 de septiembre de 1936, Gran Bretaña y Francia, patrocinaron el establecimiento en Londres un Comité de No Intervención, que se comprometía a evitarla ayuda militar a los contendientes. En realidad, fue una farsa porque Alemania e Italia continuaron ayudando a los militares sublevados y la URSS comenzó a facilitar armamento que salió perdiendo porque Francia cerró la frontera del pirineo y sólo esporádicamente permitió el paso de los suministros que la República compraba Europa.
Alemania, Italia y Portugal reconocieron enseguida al Gobierno del general franco y el Vaticano les siguió poco después. Los sublevados adquirían así la categoría de contendientes.
La Guerra Civil. Elementos políticos, económicos, sociales y militares.
La organización del poder.
Durante las primeras semanas de guerra se produjo un vacío de poder generalizado; hubo una dispersa multiplicidad de poderes.
La zona fiel a la República.
La dispersión fue muy grande en la zona que se mantuvo fiel a la República: obreros y campesinos, armados, establecieron comités a todos los niveles que obedecían a sus sindicatos o partidos. Evitaron el colapso total de la República, pero no el desorden generalizado que adquirió el aspecto del inicio de una resolución. De ello les acusaron los militaros sublevados.
Hasta el 4 de septiembre de 1936 no se logró formar un gobierno de concentración con representantes de los partidos más importantes, presidido por Largo Caballero, secretario de UGT. Este Gobierno procuró reconstruir el Estado, intentó recuperar el control de las organizaciones de gobierno. Ante el avance de los militares hacia Madrid, el Gobierno se trasladó a Valencia.
Peor unidad de acción: unos creían en la necesidad de crear un Estado fuerte que pudiera ganar la guerra; los otros, pensaban que había llegado el momento de llevar a cabo una revolución, que llevaría al pueblo a la victoria.
A partir de mayo de 1937, un nuevo gobierno presidido por el también socialista Juan Negrín, cada vez con mayor influencia de los comunistas, procuró frenar las colectivizaciones, reorganizar la estructura y la disciplina del Ejército y mantener la idea de resistencia a ultranza, cuando el pesimismo se extendía causa del éxito de los nacionales, con la esperanza puesta en la guerra se veía venir en Europa y que obligaría a Francia y a Gran Bretaña a intervenir a favor de la República, pero eso sólo fue una esperanza.
La zona nacional.
En la zona dominada por los militares, conocida como zona nacional, hubo desde el primer momento u orden mantenido por la disciplina militar y a la proclamación del estado de guerra.
Aunque muy pronto organizasen una Junta de Defensa Nacional, presidida por el general más antiguo en el escalafón, Miguel Cabanellas, los generales sublevados actuaron como pequeños virreyes en sus territorios.
Ante la necesidad imperiosa de unificar el mando a causa de la muerte del general Sanjurjo, a fines de septiembre varios generales y altos jefes se reunieron en un aeródromo y eligieron al general franco como Generalísimo de los ejércitos y Jefe de Gobierno del Estado español.
Durante los años 37 y 38, Franco fue aumentando su poder según la ideología de los estados fascistas. Fundó un partido político único, Fe y de las Jons. Este partido único era una conjunción forzada de las ideologías e intereses falangistas y tradicionalistas-carlistas, del que se nombró jefe.
Franco consiguió el apoyo de la Iglesia, que justificó la guerra como una cruzada contra el comunismo y con la que mantuvo siempre una estrecha alianza; estableció una ley sobre las relaciones laborales, impuso la censura en la prensa y los medios de comunicación y adoptó el título de caudillo.
La economía de la guerra.
La zona republicana.
La zona republicana disponía, al principio, de la mayoría de la población, de las zonas industriales y de la agricultura de exportación.
Pero la principal zona cerealista estaba en manos de los nacionales. Pronto surgieron problemas como los problemas como el suministro de alimentos de las grandes ciudades saturadas de refugiados, y del ejército; como la falta de materias primas, ya que las empresas suministradoras de otros países desconfiaban en las posibilidades económicas de la República a la que le exigieron pagos al contado. Por otra parte, muchas grandes empresas extranjeras, atemorizadas por las colectivizaciones, retiraban sus capitales y preferían que sus fábricas dejaran de funcionar.
Las colectivizaciones, es decir, la expropiación de las tierras de cultivo y de las fábricas por campesinos y obreros organizados en comités, se realizó de manera desigual y bastante desorganizada, aunque pareció que en la zona republicana se llevaba a cabo una revolución, lo que la desacreditaba delante de las potencias capitalistas. Así la industria fue colectivizada en gran parte de Cataluña, pero no en el País Vasco; los anarquistas formaron un consejo de Defensa.
La producción agrícola e industrial descendió muchísimo.
Había un gran desbarajuste económico y la república tuvo que recurrir al oro y diversas depositadas en el Banco de España, que se habían trasladado hasta Moscú para pagar a la URSS y a otros países europeos.
La zona nacional.
Al principio de la guerra, la zona nacional estaba formada, en su mayor parte, por guerras de cultivo y ganaderas y algunas zonas mineras. Tuvo menos problemas de avituallamiento que la zona republicana, porque no tenía grandes ciudades ni zonas industriales que alimentar. Era una economía desequilibrada, que sólo se potenció cuando los nacionales conquistaron Bilbao y la franja Cantábrica.
Durante la guerra, el general Franco pudo contar con créditos a largo plazo de Alemania o de empresas petroleras.
Los problemas sociales. La vida en la retaguardia.
La guerra produjo un serio deterioro de la vida en la retaguardia. En las grandes ciudades se vivió la escasez de alimentos, que provocaron el hambre y el mercado, y los bombardeos de las ciudades, sistema utilizado por la aviación alemana e italiana, para provocar la desmoralización de la población.
EL terror.
Los militantes sublevados utilizaron una represión de extrema dureza para aterrorizar al enemigo. Lo llamaron una necesidad de guerra. Fueron fusilados sin previo aviso líderes políticos, sindicalistas,. . .
La respuesta de la zona republicana fue brutal y sin que el Gobierno pudiera llegar a controlarla, lo que lo desacreditó entre los países democráticos de Europa Occidental. Personas conocidas por sus ideas de derechas, fueron denunciados, perseguidos y asesinados.
La Iglesia sufrió una persecución particularmente dura.
Los refugiados.
Fue un grave problema.
El primer gran movimiento de refugiados lo provocaron las batallas por Madrid. El gobierno republicano, para evitar problemas de avituallamiento el efecto de los primeros bombardeos franquistas sobre la capital, trasladó a mucha gente hacia Valencia y Cataluña preferentemente.
El segundo gran movimiento de población tuvo lugar en el País Vasco y la franja cantábrica cuando se produjo en la ofensiva nacionalista durante el verano-otoño del año 1937. la parte más dolorosa fue el traslado de multitud de niños, separados de sus familias.
EL último gran desplazamiento se produjo al final de la guerra durante la campaña de Cataluña. Cuando miles de personas buscaron refugio en Francia.
La mujer y la guerra.
El papel de la mujer adquirió un gran relieve en la zona republicana, donde se vivió un ambiente de mayor libertad durante la guerra. En Cataluña muchas mujeres se alistaron como milicianas para acudir al frente de Aragón para luchar con los hombres.
En la retaguardia sustituyeron a los obreros. Algunos ocuparon cargos públicos importantes como la comunista dolores Ubárruri, que destacó en la defensa de Madrid.
En la zona nacional, el papel de la mujer, acorde con la mentalidad católica-conservadora, se redujo a las labores del hogar.
Los ejércitos.
La zona nacional.
Después del fracaso del 18 de julio, los militares declararon la movilización general en la zona dominada. En los primeros momentos de guerra, el ejército de África fue su principal fuerza de choque. En la Península pudieron contar con las tropas de las zonas sublevadas, y las milicias de falangistas.
La ayuda extranjera resultó fundamental para sobrevivir, primero, y ganas la guerra, después, Mussolini envió soldados teóricamente voluntarios, con mandos organizados y toda la clase de armamento.
La ayuda alemana fue más selectiva,; se agrupó alrededor de la llamada legión Cóndor, la legión Cóndor contaba con el material más moderno de la época.
Los nacionales disponían también de 100.000 mercenarios marroquíes que acudieron por el botín de guerra y el salario. La colaboración portuguesa fue más reducida.
La zona republicana.
En la zona republicana se tardó en organizar un ejército disciplinado y suficientemente armado. En los primeros momentos, el ejército que se mantuvo fiel a la República casi desapareció y fue sustituido por las milicias populares, organizadas por partidos políticos o sindicatos.
Los mandos del ejército que se mantuvieron fieles a la república no gozaron de la confianza popular, aunque algunos llegaron a ser admirados por su inteligencia organizadora. Dos elementos permitieron a la República organizarse:
La ayuda militar de la URSS, que envió toda clase de armamento bélico y un grupo de técnicos y consejeros militares.
Las Brigadas Internacionales, que estaban formadas por voluntarios de todo el mundo, que acudieron a defender la democracia española frente al fascismo. Algunos tenían experiencia militar de la I Guerra Mundial.
Con estas ayudas la República logró formar un ejército operativo, en el que muchos de los mando habían salido del pueblo. Durante la primavera del año 1937 la guerra enfrentaba a dos ejércitos bien organizados.
La cuestión nacionalista en Galicia, País Vasco y Cataluña.
Galicia.
El nacionalismo gallego apenas tuvo oportunidad de manifestarse y de conseguir aprobar su estatuto porque Galicia fue ocupada rápidamente por los militares sublevados.
País Vasco.
Para atraerse la fidelidad del País Vasco, la República reconoció el Estatuto de la Estella, adoptado a la Constitución, y el PNV formó su primer gobierno y tuvo un ministro en el Gobierno de Largo Caballero.
Su aislamiento le permitió ejercer una máxima autonomía, más allá del estatuto: concentró todos los poderes y funciones del Estado, creó un ejército regular y mantuvo incluso relaciones internacionales.
La conquista de Bilbao por las tropas de Franco acabó con el Gobierno de Aguirre, que se refugió entonces en Cataluña. Con la derrota final, sus líderes marcharon al exilio como tantos otros líderes políticos.
Cataluña.
En Cataluña los acontecimientos se complicaron también para la República. La generalitat presidida por Lluís Companys había sido muy debilitada después del 18 de julio.
Por otra parte, la generalitat actuaba con gran independencia del gobierno central republicano, que no disimulaba su malestar: organizaba su propia economía de guerra, se veía obligado a aprobar sus propias colectivizaciones de las fábricas, procuraba recuperar el orden público y de la justicia.
EL enfrentamiento de los partidarios de llevar a cabo en primer lugar la revolución, que concienciaría y enviaría al pueblo en la guerra y los partidarios de crear, primero, un ejército disciplinado y un Estado fuerte, que les permitiera ganar la guerra estalló en mayo de 1937 y se decidió en una lucha callejera en Barcelona.
El Gobierno central aprovechó la ocasión para intervenir con fuerzas del orden público enviadas desde Valencia y reestablecer al mismo tiempo su autoridad sobre Cataluña.
Franco, en cuanto sus tropas ocuparon las primeras tierras calatanas, derogó, por decreto el 5 de abril, el Estatuto de Cataluña.
Evolución de la guerra.
Idea general.
En general la guerra se desarrolló según unos rasgos muy definidos:
El general Franco y los militares sublevados dispusieron siempre de un ejército más disciplinado, con mejores mandos y abundancia de armamento.
La República tardó en organizar un ejército disciplinado y muchas veces padeció escasez de armamento.
La ofensiva estuvo casi siempre en manos de los nacionales, que desde su posición central pudieron escoger sus frentes a los que trasladar y concentrar sus tropas.
Los casi tres años que duró la contienda pueden ordenarse en una serie de etapas:
Movimientos iniciales o guerras de columnas.
Combates por Madrid
La campaña del norte
La batalla de Teruel
La batalla del Ebro y la batalla de Cataluña
Fin de la guerra.
los movimientos iniciales.
Las operaciones militares del principio de la guerra dieron lugar a lo que se llamó “guerra de columnas”, buscando llegar a las ciudades importantes y ocupar puntas estratégicas.
Algunas columnas salieron desde Barcelona hacia Aragón para liberar las ciudades de Zaragoza y Huesca. No llegaron a conseguir sus objetivos, peor lograron estabilizar el frente cerca de estas dos ciudades.
Los militares sublevados movieron sus columnas desde dos puntos: Sevilla y Pamplona. Tenían como principal objetivo Madrid.
Las columnas más importantes fue las que dirigió el general Franco desde Sevilla que siguieron la ruta de Extremadura y del Valle del Tajo. Sólo la resistencia de la ciudad de Badajoz fue dura y ocasionó una primera represión brutal.
Un error de cálculo hizo fracasar la marcha de las columnas a Madrid.
las batallas por Madrid.
El gobierno republicano, antes de trasladarse a Valencia, nombró una Junta de Defensa dirigida por el general Miaja, que supo preparar la defensa de la ciudad y levantar la moral popular.
El ataque frontal del general Franco fue detenido en la Casa de Campo y en la ciudad universitaria, donde se desarrollaron violentos combates.
El general Franco intentó, entonces, dos ofensivas por el sur t por el norte de la ciudad para cortar a los republicanos las comunicaciones con Valencia. La primera, en el valle del Jarama, fue durísima; la segunda hacia Guadalajara, acabó en un estrepitoso fracaso. A partir de este momento el frente se estableció alrededor de Madrid. Se acababa la guerra rápida y se iniciaba una larga.
La campaña del norte.
Franco dirigir sus fuerzas contra la franja republicana del Cantábrico, que permanecía aislada. Por primera vez Por primera vez pudo disponer de una gran concentración de astillería y de aviación. A partir del 31 de marzo los bombardeos fueron terribles.
El 19 de junio cayó Bilbao, a pesar de la dura defensa del cinturón de hierro; el mes de agosto fue ocupada Santander y en octubre, Gijón y el resto de Asturias.
El gobierno de la república no pudo enviar ni armamentos ni refuerzos debido a la distancia y a la negativa de Francia a permitir el paso. Para que el general Franco se viera obligado a retirar las tropas del Norte, realizó dos fuertes ofensivas en otros dos frentes: una en Brumete y otra en Belchite.
La ocupación de la franja cantábrica fue determinante para la victoria final del general Franco, porque le proporcionó una importante industria siderometalúrgica y una rica zona minera.
3.5 La batalla de Teruel y la ruptura del frente de Aragón
En el año 1938 se inició con un ataque del ejército republicano sobre la ciudad de Teruel que logró conquistarla. Fue un éxite efímero porque Franco, que ahora disponía de las tropas que habían quedado libres en el frente cantábrico. La recuperó a finales de febrero y poco después, después de marzo, desencadenó una fuerte ofensiva a lo largo de todo el frente de aragón.
3.6la batalla del Ebro y la caída de Cataluña
Aprovechando que Francia, por un breve tiempo, había abierto su frontera y permitido el paso de importantes cantidades de armamento, que la República había comprado y que se encontraba detenido en la frontera. Los militares republicanos pudieron armar un ejército de 250.000 hombres.
El 25 de julio de 1938 atravesaron en el Ebro.
A partir del 14 de agosto Franco, que había concentrado fuerzas y disponía de una superioridad absoluta en astillería y aviación, inició el contraataque. En pocos kilómetros de terreno se utilizaron grandes cantidades de armamento y murieron muchos soldados. Duró cuatro meses.
Entre el 16 y 18 de noviembre, las últimas tropas republicanas volvieron a cruzar el Ebro. Los dos bandos habían sufrido alrededor de 30.000 muertos cada uno.
No se produjo ninguna intervención de Gran Bretaña ni de Francia.
Pero tiempo le faltó al general Franco para organizar la ofensiva contra Cataluña. Su superioridad era tan manifiesta que la conquista fue rápida. Fue el primer ejemplo de guerra relámpago.
Barcelona y otras ciudades fueron brutalmente bombardeadas. Las tropas nacionales alcazaban la frontera persiguiendo a una masa desmoralizada de soldados y civiles, de intelectuales y escritores, que huían hacia el exilio.
Entre ellos se encontraban el propio presidente Azaña, el Gobierno de Negrín y los gobiernos de la Generalitat y el País Vasco.
3.7 el final de la guerra.
El presidente Azaña se quedó en la embajada de París, donde dimitió al poco tiempo.
EL Gobierno de Negrín volvió a la zona que todavía se mantenía republicana para continuar la resistencia. Pero el ejército estaba muy desmoralizado y dividido y una parte a la oficialidad se sublevó en Madrid e intentó someterse a la “generosidad del caudillo”, que no hizo el menor caso.
El 28 de marzo las tropas de Franco en Madrid y el 30 del mismo mes en Alicante, donde se habían concentrado los últimos republicanos que intentaban huir por mar.
El 1 de abril el general Franco firmó el último y breve parte de guerra, una guerra terrible que había producido más de 300.000 muertos. Otros tantos exiliados y una cantidad parecida de prisioneros que, entre 1939-1945, malvivieron en prisiones y campos de concentración y de los cuales una buena parte fueron juzgados y fusilados.
La guerra había dejado un enorme rastro de sufrimiento y destrucción.
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Enviado por: | Ana |
Idioma: | castellano |
País: | España |