Literatura
Coplas por la muerte de su padre; Jorge Manrique
Nació en 1440, en Palencia. Desde muy joven participa en hechos de armas junto a su padre, defendieron a los Reyes Católicos.
Fue un gran poeta, de su padre hereda la faceta del guerrero.
Se conservan alrededor de cincuenta poemas: lírica amorosa, lírica burlesca y lírica moral.
Se casó con una hermana de su madrastra.
La poesía amorosa
Recoge el mayor número de composiciones. Tratan sobre el amor cortés. Manrique adopta el tópico del amor como un sentimiento que ama sin esperanza de obtener galardón o recompensa. El sufrimiento amoroso hace que se eleve sobre las cosas.
La temática del amor cortés es complicado; esta complejidad se expresa por medio de alegorías (compara el amor con la guerra). Dos de los poemas los dedica a su mujer.
La poesía burlesca
Están compuestas por tres composiciones en las que ridiculiza a otras tantas mujeres. La primera está dedicada a una prima suya, la segunda a una vieja borracha y la última a su segunda madrastra. Estas poesías dejan entrever una relación problemática.
La poesía moral
Está constituida por las Coplas, más otras dos estrofas; fueron encontradas entre las ropas del poeta el día de su muerte.
LAS COPLAS A LA MUERTE DE SU PADRE
Son una de las más célebres elegías. Se escribieron poco después de la muerte de don Rodrigo.
La primera parte (I-XIV) se divide en tres subdivisiones: exhortación (I-III), invocación (IV-VI) e ilustración (VII-XIV).
PRIMERA PARTE (I-XIV): Exposición doctrinal.
“RECUERDE EL ALMA DORMIDA...”
El alma ha de permanecer vigilante ante la fugacidad de lo humano.
La idea está basada en la concepción neoplatónica. De ahí que el alma deba “recordar” su origen espiritual para que “avive el seso” y siempre vigilante “despierte”, pueda “contemplar lo transitorio y perecedero del ser humano”.
Contraposición entre el “plazer” de vivir y el “dolor” de recordar lo vivido.
Pone de relieve la rapidez con que pasa nuestra vida.
Contemplación del presente como cosa pasada.
“Contemplamos” cosas como si ya hubieran pasado.
La rememoración del pasado, como única perspectiva certera ante el presente.
La única actitud que hace posible una perspectiva de la vida certera es la de rememorar lo ya vivido.
La evocación del esplendor pasado.
Pretende dar una lección moral. Recurre a San Agustín, quien en sus confesiones afirmó que el tiempo sólo existía como coincidencia del pasado.
“PUES SI VEMOS LO PRESENTE...”
El tiempo futuro transcurrirá con la misma fugacidad
El presente se nos escapa de las manos rápidamente y se convierte en pasado.
“NUESTRAS VIDAS SON LOS RÍOS...”
Identificación de la vida con un río que nos lleva a la muerte
Comienza con la metáfora vida=río para expresar la angustia que nos da pensar que nuestra existencia es un fluir continuo del tiempo, que conduce a la muerte, nadie puede poner resistencia a la muerte.
El poder igualatorio de la muerte.
La muerte nos iguala, nuestro destino es la muerte.
“DEJO LAS INVOCACIONES...”
Manrique pone su obra bajo la advocación de Cristo.
El poema adquiere un tono religioso-doctrinal.
“ESTE MUNDO ES EL CAMINO...”
Identificación de la vida con un camino hacia la vida eterna.
La vida es un camino, un camino hacia otro mundo. No es ya la muerte quien nos separa al final, sino otra vida.
“ESTE MUNDO BUENO FUE...”
El mundo terreno, como medio para alcanzar el mundo celestial.
Es necesario usar este mundo como medio para llegar al otro mundo. Cristo se hizo hombre para salvarnos.
Superación del concepto contemptus mundi (desprecio del mundo).
La vida eterna no es algo absolutamente despreciable, sino que, en la medida en que Jesucristo participó de ella para “subirnos al cielo”, constituye el único medio para alcanzar la vida eterna.
“SI FUESE EN NUESTRO PODER...”
La contraposición cativa/señora=cuerpo/alma.
Piensa que si pudiéramos embellecer nuestra imagen física de la misma forma que lo podemos hacer con nuestra alma, lo haríamos. Sería un error, invertiríamos los valores espirituales y terrenales, pues el alma quedaría subordinada al cuerpo.
“VED DE CUÁN POCO VALOR...”
Rechazo de los bienes terrenales.
Nos muestra el escaso valor que poseen las cosas.
“DECIDME: LE HERMOSURA...”
Fugacidad de la juventud y de la belleza.
L juventud y la belleza son dos cosas que perdemos aún antes de morir. Son valores inestables que se desvanecen con el tiempo.
“PUES LA SANGRE DE LOS GODOS...”
El fin de los nobles caídos en desgracia.
La aristocracia castellana exaltó siempre sus orígenes visigóticos.
“LOS ESTADOS Y RIQUEZA...”
Clase social y riqueza: bienes que otorga Fortuna.
La novedad consiste en la introducción de la Fortuna, que simboliza la inestabilidad de los bienes terrenales.
“PERO DIGO QUE ACOMPAÑEN...”
Temporalidad de los deleites y eternidad de los tormentos.
Viene a decirnos que concedamos que los bienes terrenales no sean inestables. La vida pasa fugazmente.
“LOS PLACERES Y DULZORES...”
Metáforas del mundo de la milicia
Nos dice que la muerte envía exploradores que nos hacen correr tras ellos; cuando queremos retroceder, ya hemos caído en la emboscada del enemigo.
“ESOS REYES `PODEROSOS...”
La caída de los reyes.
Estos reyes son ejemplo de la vanidad de los valores mundanos. Son personajes de la literatura clásica.
Los “casos” de Boccaccio.
Se observa Influencia de Boccaccio. Presenta a varones y mujeres, víctimas de la Fortuna, que vieron cómo sus buenas venturas se convirtieron en caídas desgraciadas.
Si no es la Fortuna será la muerte quien mostrará mediante la igualdad de todos lo pasajero del poder humano.
SEGUNDA PARTE (XV-XXIV: Evocación del pasado. Tópico literario del Ubi sunt?.
Al plasmar su enseñanza basándola en ejemplos muy próximos al lector de su tiempo, el poeta consigue calar más hondo. Algunos de esos personajes no son nombrados, sino sólo aludidos por referencia a las circunstancias que les afectaron.
“DEJEMOS A LOS TROYANOS...”
Renuncia a la evocación de los héroes clásicos.
Recuerdo de los héroes clásicos, menosprecio de los valores terrenales.
Evocación del pasado inmediato.
Prefiere centrarse en asuntos más próximos y desechar acontecimientos demasiado lejanos, demasiado fríos; es decir, prefiere centrarse en el mundo de su propia vida.
Se centra en episodios presentes.
Nostalgia del pasado.
El pasado, va a ser rescatado del olvido en una evocación tan brillante que, antes bien, se convertirá en objeto de la nostalgia y el deseo.
Pretende decir a sus contemporáneos que el rey don Juan, los infantes, las damas...se han convertido en pasado sin que nadie haya reparado en ello, ni se haya detenido a contemplar cómo se ha ido; sólo así están olvidados.
“¿QUÉ SE HICIERON LAS DAMAS...”
Evocación de las damas y costumbres de la Corte.
Evocación de las damas de la corte con los ardientes escarceos amorosos del “amor cortés”; con el mundo trovadoresco de la poesía, la música, los bailes, las fiestas.
“PUES EL OTRO SU HEREDERO...”
Evocación de los contemporáneos. Enrique IV.
Se inicia la presentación de personajes que fueron contemporáneos de Manrique. A partir de este momento, las alusiones tendrán como base la propia experiencia del poeta.
El reinado de Enrique IV es evocado desde la perspectiva del poder y la gloria
Las referencias parecen coincidir con las dos etapas que los historiadores reconocen en este reinado: diez primeros años de prosperidad, los diez restantes serían testigos de la desgracia del monarca.
Objetividad de Manrique.
Es objetivo al hablar en esta copla de personajes que fueron contrarios a los intereses de su familia.
“LAS DÁDIVAS DESMEDIDAS...”
Riqueza y fasto de la corte real.
Primera parte del reinado de Enrique IV. Los regalos, palacios llenos de oro, refinadas vajillas, dinero, los lujosos caballos... han desaparecido.
Su desaparición es motivo de reflexión acerca de la vanidad del mundo.
“PUES SU HERMANO EL INOCENTE...”
Evocación al infante don Alfonso.
Referencia al hermano de Enrique IV. La familia de Manrique se encontraba entre los nobles rebeldes. Lo proclamación del infante sólo fue una forma de demostrar al rey la fuerza que poseían los nobles. El clima de guerra civil, desapareció con la muerte de don Alfonso, a los catorce años.
Manrique rememora la figura del infante destacando la pérdida de una vida frustrada casi en la niñez.; a la vez insiste en la fugacidad del poder y de la gloria.
“PUES AQUEL GRAN CONDESTABLE...”
Evocación de don Álvaro de Luna.
Don Álvaro de Luna supone un salto a tras en el tiempo. Ahora se refiere a los nobles más poderosos. Logró dominar a la arisca nobleza castellana. Murió decapitado en Valladolid en 1453.
Fortuna y muerte se unen para provocar la desgracia.
“Y LOS OTROS DOS HERMANOS...”
Evocación del Marqués de Villena y el Maestre de Calatrava.
Son nobles que ocuparon un lugar importante en la corte de Enrique IV. El primero fue político. Así logró ejercer gran influencia entre sus coetáneos.
Fueron enemigos de Manrique, aún cuando en algunos momentos llegaron a militar en un mismo bando. Don Rodrigo nunca confió en el Marqués de Villena porque sabía que se movía por intereses personales.
“TANTOS DUQUES EXCELENTES...”
Evocación genérica de los nobles.
Ya no se asocia la desaparición de toda esta brillante aristocracia con lo efímero. Ahora se introduce en el poema para interceder directamente al personaje que queda al descubierto.
“LAS HUESTES INNUMERABLES...”
Apelación a la muerte.
Todos los atributos de aquella nobleza son enfrentados con la muerte. Manrique reconoce que la muerte es el agente primero de toda destrucción, y que contra ella nada se puede hacer.
Si la lectura de las coplas XVI-XXII nos conducen a la añoranza de un mundo reproducido de manera tan sensible y emotiva, las coplas XXIII y XXIV actúan como un aldabonazo que nos aparta del clima casi mágico en que estábamos inmersos y nos devuelve al severo marco doctrinal de la primera parte.
TERCERA PARTE /XXV-XL)
- Elogio del Maestre
- Elogio genérico
- Elogio concreto
- Encuentro con la Muerte
- Parlamento con la Muerte
- Respuesta de don Rodrigo
- Final
“AQUÉL DE BUENOS ABRIGO...”
Elogio de don Rodrigo Manrique.
Canta el heroísmo del maestre y su experiencia victoriosa sobre la muerte.
La tercera parte se proyecta hacia el desenlace del poema mediante la progresiva exposición de la “doctrina” de las tres vidas (terrenal, fama y eterna) que concluye con el triunfo personal del Maestre.
Con la copla XXV se inicia el elogio de don Rodrigo. Dice que fue un hombre “virtuoso”, un hombre de honor. El poeta detallará más adelante “sus hechos grandes y claros”. Pondrá en relieve que su padre es el paradigma del hombre que vive una existencia colmada de acciones honrosas.
“AMIGO DE SUS AMIGOS...”
Arquetipo del caballero medieval.
Empieza con un tono enunciativo la virtud de la amistad, luego pasa con mayor énfasis a las demás virtudes: espíritu combativo, ingenio, simpatía, inteligencia, fidelidad y agresividad para con los rebeldes.
Son las virtudes tópicas del caballero medieval: valor, espíritu guerrero, cortesano, ingenio, donaire e inteligencia.
Caracterización del señor feudal
Se distinguen los rasgos del señor feudal: la generosidad otorgada a los sujetos se contrapone a la violencia de trato con que aquél responde a los insubordinados.
“EN VENTURA OCTAVÏANO...”
Comparación con personajes del mundo clásico
Hace alusiones en serie a personajes clásicos, a personajes de la antigüedad, utilizados como ejemplo de virtudes, para enlazar así la personalidad de su padre.
“ANTONIO PÍO EN CLEMENCIA...”
El motivo de la fama
Esta estrofa y la anterior han sido tachadas de “pedantescas”. Refuerza el tema de la fama.
Hace elogios a la figura de don Rodrigo contrastando con la segunda parte, que por el contrario no han conservado la fama.
“NON DEXÓ GRANDES TESOROS...”
Riquezas ganadas en campaña contra los moros.
Pretende destacar la figura de don Rodrigo frente a los personajes evocados en las coplas XVI-XXII. El comportamiento de don Rodrigo es de un caballero cristiano, puesto que obtuvo sus posesiones y riquezas en campañas contra los árabes.
“PUES POR SU HONRA Y ESTADO...”
Episodios concretos de la vida de don Rodrigo
Nos presenta la aplicación práctica de aquellas virtudes. Nos facilita datos que nos van a permitir conocer ciertos episodios de la vida de don Rodrigo. Se observa como el autor soslaya aquellos hechos que podrían poner en entredicho el arquetipo heroico del caballero cristiano que el poeta tiene tanto interés en aplicar a su padre.
“ESTAS SUS VIEJAS HISTORIAS...”
Elección como Maestre de Santiago
Los Reyes Católicos nunca llegaron a confirmarle en tal cargo.
Vemos la gran dignidad que suponía ser el maestre de Santiago, Orden que representaba el ideal del medievo fundado en la “guerra al infial”.
“Y SUS VILLAS Y SUS TIERRAS...”
Defensa de la Orden frente a la facción del Marqués de Villena
Consiguió que plazas, villas y fortalezas se levantaran contra los Reyes católicos. Don Rodrigo lo combatió con éxito.
Actitud de los Reyes Católicos.
Los Reyes Católicos salieron beneficiados porque les ayudó a dominar a la nobleza rebelde. Se explica así el orgullo de Manrique cuando habla de la fidelidad de su padre al “Rey natural” y de su oposición a “el de Portugal”, aliado del partido de la Beltraneja.
Se aprecia un sentimiento reivindicativo de los méritos del Maestre frente a los Reyes Católicos.
“DESPUÉS DE PUESTA LA VIDA...”
Síntesis de la trayectoria de don Rodrigo.
Resumen de una trayectoria ejemplar. Se habla del valor, de la fidelidad y del heroísmo. A través de estos tres rasgos nos presenta una síntesis del perfecto caballero, buen vasallo y héroe.
Ante don Rodrigo se presenta la última batalla, el último enemigo al que vencer: la muerte.
“DICIENDO: -“BUEN CABALLERO...”
La Muerte habla a don Rodrigo.
La Muerte se presenta como un noble y digno caballero que propone a don Rodrigo un combate.
Parece ser que por sus méritos don Rodrigo en lugar de infundirle miedo, le trata con respeto y diferencia. La Muerte hace ver a don Rodrigo que, si no había dudado nunca en arriesgar la vida por la fama, ahora debe mostrar su entereza en el último trance.
“NO SE OS FAGA TAN AMARGA...”
Le dice a su víctima que no debe dolerle el abandono de este mundo, ya que su vida de honor precedente le ha granjeado, fama que le sobrevivirá.
En la copla XXV nos adelanta que era ya “famoso y valiente”. Como esa fama se sustentaba en una vida regida por el honor del perfecto caballero cristiano, trascenderá la vida eterna y vencerá a la muerte. Según esto, Manrique concibe la vida de la fama como una consecuencia de la vida del honor.
Con la llegada de la muerte, sus “claras hazañas”- su fama - quedaron sumidas en el olvido.
“EL VIVIR QUE ES PERDURABLE...”
Consideraciones que hace la Muerte
La Muerte insiste en ciertas consideraciones: la honra del mundo, la complacencia en los “deleites” terrenales. Manrique se sirve del tópico del contemptus mundis - desprecio del mundo - para establecer contrastes, loas dos únicas formas de vida terrena - las del clero y la nobleza - que propician la vida eterna.
Hay que subrayar la consideración de guerra santa contra los árabes, ya referida en la copla XXIX.
“Y PUES VOS, CLARO VARÓN...”
Fusión de las tres vidas
La Muerte finaliza invocando las proezas realizadas por el Maestre contra el infiel, proezas que le garantizan la vida eterna. Aseguradas ya, la vida de la fama y la vida eterna, galardones obtenidos gracias a la vida del honor, don Rodrigo puede ya acceder a los requerimientos de la Muerte:
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Enviado por: | Laura |
Idioma: | castellano |
País: | España |