Música
Compositores clásicos
Haydn, Joseph (1732-1809), compositor austriaco, una de las figuras más influyentes en el desarrollo de la música del clasicismo (c. 1750-1820).
De origen humilde, nació el 31 de marzo de 1732 en Rohrau an der Keitha, cerca de Viena. Era el mayor de los dos músicos hijos de un fabricante de ruedas. Algunos suponen que era descendiente de croatas. Con ocho años entró en la escuela coral de la Catedral de San Esteban, en Viena, donde recibió su única formación académica. A los 17 años abandonó el coro y pasó varios años trabajando como músico independiente. Estudió los tratados de contrapunto y recibió algunas lecciones del prestigioso maestro de canto y compositor italiano Nicola Porpora. En 1755 trabajó para el barón Karl Josef von Fürnberg, época en que compuso sus primeros cuartetos para cuerda. En 1759 fue nombrado director musical del conde Fernando Maximilian von Morzin. El año 1760 contrajo matrimonio con Maria Anna Keller, unión que fracasó y de la que no hubo descendencia.
La suerte de Haydn cambió en 1761, año en que fue nombrado director musical adjunto del príncipe Pál Antal Esterházy; en 1762 fue nombrado maestro de capilla. Trabajó para tres príncipes de la familia Esterházy. El segundo de ellos, el príncipe Miklós József Esterházy, fue un gran amante de la música. En Esterházy (Hungría), su lugar de veraneo, Miklós poseía una fundación musical importante, que fue dirigida por Haydn. Además de las sinfonías, óperas, operetas de títeres, misas, obras de cámara y música de danza que el príncipe le encargaba, también hizo que ensayara y dirigiera sus propias obras, así como las de otros compositores. Debía enseñar a los cantantes, mantener la colección de instrumentos y la librería musical, trabajar como organista, violista y violinista cuando fuera necesario y solventar las disputas de los músicos que estaban a su cargo. Aunque con frecuencia se quejó del peso de su trabajo y del aislamiento que sentía en Esterházy, su posición era envidiable para los músicos del siglo XVIII. Un aspecto importante de su contrato después de 1779 fue la libertad de vender su música a los editores y de aceptar comisiones por ello. Como resultado, durante la década de 1780 su obra empezó a conocerse más allá de los límites de Esterházy y su fama se extendió considerablemente.
Tras la muerte del príncipe Miklós en 1790, su hijo, el príncipe Antal, redujo las ayudas para la fundación de Esterházy. Aunque Haydn mantuvo el puesto de maestro de capilla, no realizó más viajes fuera de Viena. El violinista y empresario británico Johann Peter Salomon lo contrató para sus conciertos en Londres. Los dos viajes que efectuó a la capital británica para asistir a estos conciertos (1791-1792 y 1794-1795), fueron las ocasiones perfectas para el éxito de sus últimas sinfonías. Conocidas como las Sinfonías Salomon o Sinfonías de Londres, incluyen algunas de sus obras más famosas: Sorpresa (nº 94), Militar (nº 100), El reloj (nº 101), El redoble de tambor (nº 103) y Londres (nº 104).
Durante sus últimos años en Viena, Haydn comenzó a componer misas y grandes oratorios como La creación (1798) y Las estaciones (1801, basado en el poema del mismo nombre del escocés James Thomson). También de este periodo es El himno del emperador (1797), que más tarde se convirtió en el himno nacional de Austria. Tras conseguir fama y riqueza, murió en Viena el 31 de mayo de 1809.
Haydn abarcó prácticamente todos los géneros: vocales, instrumentales, religiosos y seglares. Muchas de sus obras no se conocían fuera de Esterházy, especialmente los 125 tríos y demás piezas compuestas para viola barítono, instrumento híbrido de cuerda que el príncipe Miklós tocaba. La mayoría de sus 19 óperas y operetas de títeres las compuso según el gusto y las directrices del príncipe. Haydn admitió la superioridad de las óperas de su joven amigo Wolfgang Amadeus Mozart. No obstante, en otros géneros, sus obras tuvieron buena acogida y su influencia fue importante. Las 107 sinfonías (104 es el número tradicional; otras tres se han incluido posteriormente) y los 83 cuartetos para cuerda, que revolucionaron la música, son pruebas fehacientes de su original aproximación a nuevos materiales temáticos y formas musicales, así como de su maestría en la instrumentación. Sus 62 sonatas y 43 tríos para piano muestran un amplio abanico, desde aquellos compuestos para aficionados hasta los destinados a virtuosos del teclado, estos últimos pertenecientes a sus obras de madurez.
La influencia que ejerció en el desarrollo de la sonata fue decisiva. Esta era la forma predominante del clasicismo, que utilizaron los compositores hasta el siglo XX para crear estructuras musicales cada vez más extensas. Haydn la utilizó de dos maneras diferentes: en primer lugar, desarrolló lo que hasta entonces había sido una simple exposición de temas en distintas tonalidades y creó una sofisticada interacción entre distintos grupos temáticos, cuyas diferentes tonalidades definían la extensa estructura de los movimientos; en segundo lugar, economizó el material temático de forma que sólo las tonalidades diferenciaban las distintas partes. Esta tendencia hacia la austeridad temática se puede apreciar en las últimas sinfonías de Jean Sibelius, ciento veinte años más tarde.
La productividad de Haydn se vio reforzada por su inextinguible originalidad. La forma innovadora en que transformaba una simple melodía o motivo en complejos desarrollos fascinó a sus contemporáneos. Son característicos de su estilo los cambios repentinos de momentos dramáticos a efectos humorísticos así como su inclinación por las melodías de tipo folclórico. Un escritor de su época describió su música como “arte popular”, y, de hecho, su equilibrio entre la música directa y los experimentos innovadores transformó la expresión instrumental del siglo XVIII.
Gluck, Christoph Willibald (1714-1787), compositor alemán cuya labor por la renovación de la ópera fue decisiva en el desarrollo del género.
Nació en Erasbach en el Palatinado, el 2 de julio de 1714. Hijo de un guardabosques, estudió música en el seminario jesuita de Komotau (hoy día Chomutov, República Checa), en Praga y en Milán. En ésta última ciudad recibió clases del compositor italiano Giovanni Battista Sammartini (1698-1775). La primera ópera de Gluck, Artajerjes, se estrenó en La Scala de Milán en 1741. Durante los nueve años siguientes compuso y estrenó aproximadamente 16 óperas en varias ciudades europeas. Entre ellas destacan Sofonisba (1744) y Artamene (1746). En 1750 marchó a Viena, que a partir de entonces sería su centro de trabajo, si se exceptúan breves periodos en Nápoles, Roma y París. En 1754 María Teresa, emperatriz de Austria, le nombró director de ópera del teatro de la corte. Entre las óperas que compuso desde 1750 hasta 1760 se encuentran La clemenza di Tito (1752) y Antígona (1756).
Hasta 1762 compuso en el estilo de sus contemporáneos, cultivado especialmente en Italia y marcado por una música destinada a los virtuosos del canto. Pero con el tiempo, Gluck se mostró en desacuerdo con el carácter convencional de la ópera italiana que se distinguía por una brillantez superficial y una densa ornamentación melódica. Comenzó a desarrollar un nuevo estilo, por medio del cual intentó recuperar el propósito original de la ópera: expresar sentimientos y emociones transformados en palabras, por medio de la música. Persiguiendo este fin colaboró con el gran renovador del ballet, el francés Jean Georges Noverre. Hacia 1760 entró en contacto con el poeta italiano Ranieri di Calzabigi; éste escribió un libreto para Gluck que coincidió perfectamente con las ideas del compositor sobre el equilibrio que debía existir entre la música y las palabras. La ópera que resultó de esta unión fue Orfeo y Eurídice, que sobrepasó en grandeza, calidad dramática y espontaneidad a todas sus anteriores composiciones. Se estrenó con gran éxito en Viena el año 1762. Del resto de sus grandes óperas sobresalen Alceste (1767) y Paris y Elena (1770), con textos de Raniero de Calzabigi; Ifigenia en Áulide (libreto de Ruullet, 1774) y Armide (1777).
Las reformas operísticas de Gluck no siempre fueron bien acogidas, especialmente en París, donde, entre 1774 y 1781, hubo un enfrentamiento entre los defensores de las ideas del compositor alemán y aquellos que preferían las óperas italianas y las del compositor napoleónico Niccolò Piccini. El director de la ópera de París encargó a los dos músicos la composición de una obra basada en el mismo texto, Ifigenia en Táuride. La de Gluck (con libreto de Guillard) se convirtió en su obra maestra y se estrenó en la capital francesa en 1779. La de Piccini, estrenada en 1781, se considero inferior.
Las innovaciones de Gluck dejaron huella en el desarrollo del género operístico. Sus ideas influyeron sobre compositores como Wolfgang Amadeus Mozart, Luigi Cherubini, Ludwig van Beethoven y Richard Wagner. Gluck murió en Viena el 15 de noviembre de 1787.
Arriaga, Juan Crisóstomo de (1806-1826), compositor español que, a pesar de su temprana muerte a la edad de 20 años, realizó una obra sólida e inspirada, dotada de un cierto aire español.
Nació en Bilbao. Se inició en la composición de la mano de su padre y a los 11 años compuso un Octeto y a los 13 escribió Los esclavos felices (1820), ópera estrenada con gran éxito en Bilbao. En 1822 se traslada al Conservatorio de París donde estudia violín con Pierre Baillot, y armonía y contrapunto con el musicólogo belga François Fétis y el músico italiano Luigi Cherubini respectivamente. Dos años más tarde sería profesor auxiliar de contrapunto, actividad que le procuró una notable reputación. Persona de frágil salud, murió de tuberculosis pocos días antes de cumplir los 20 años.
Entre su música instrumental podemos destacar; Obertura (1818), Temas variados para cuarteto (1820), Marcha militar (1821), Sinfonía (1823) y Tres cuartetos para cuerda donde se nota la influencia del compositor austriaco Joseph Haydn, publicados en París antes de su muerte.
Dentro del género lírico y vocal están, Edipo, escena para tenor y orquesta (1818), Medea, escena para soprano y orquesta, Stabat mater (1820), Los esclavos felices (1820), Misa a cuatro voces y una Salve regina.
Schubert, Franz (1797-1828), compositor austriaco cuyos Lieder (canciones para voz solista y piano basadas en un poema alemán) están entre las obras maestras de este género, y cuyos trabajos instrumentales son un puente entre el clasicismo y el romanticismo del siglo XIX.
Nació en Lichtenthal, cerca de Viena, el 31 de enero de 1797. Hijo de un párroco maestro de escuela, entró en el coro de niños de la Capilla Imperial en 1808 y comenzó a estudiar en el Konvikt, una escuela para cantantes de la corte, en cuya orquesta tocaba el violín.
Sus primeras canciones, entre ellas “Hagars Klage” (1811) y “Der Vatermörder” (1811) impresionaron a sus maestros. Cuando cambió la voz en 1813, Schubert dejó el Konvikt y comenzó a dar clases en la escuela de su padre. Al año siguiente, escribió su primera ópera, Des Teufels Lustschloss, su Misa nº 1 en fa mayor y 17 Lieder, entre los que se encuentran Margarita en la rueca.
En 1815 terminó sus segunda y tercera sinfonías, compuso dos misas, en sol y si bemol mayor, otras obras religiosas, música de cámara y 146 canciones, El rey de los elfos entre ellas, basada en una figura mitológica que simboliza la muerte. Ese año también trabajó en cinco óperas. En 1816 compuso la Sinfonía nº 4 en do menor, conocida como Trágica, la Sinfonía nº 5 en si bemol mayor, más música religiosa, una ópera y unas 100 nuevas canciones. En esa época, Schubert dejó de dar clases y se dedicó exclusivamente a la composición. A pesar de que en vida el público no supo reconocer su inmenso talento, su música era considerada la obra de un genio por un pequeño grupo de amigos, entre los que se encontraban el dramaturgo Franz Grillparzer y el cantante Johann Michael Vogl.
En 1820 Schubert escribió la música para el melodrama El arpa encantada (Die Zauberharfe) y para Los hermanos gemelos (Die Zwillingsbrüder), un Singspiel (tipo de ópera alemana con partes recitadas) que no tuvo demasiado éxito. También compuso música religiosa como Salmo 23 y el oratorio incompleto Lazarus. Un grupo de sus canciones se publicó en 1821. Al año siguiente compuso la Sinfonía nº 8 en si menor, conocida como Inacabada, y la Misa nº 5 en la bemol (Missa solemnis). El ciclo de canciones La bella molinera lo compuso en 1823, y el Octeto en fa mayor y las Canciones de sir Walter Scott en 1824. Durante los años siguientes Schubert compuso el ciclo de canciones El viaje de invierno (DieWinterreise, 1827) y la Sinfonía nº 7 en do mayor, conocida como Grande (1828). De 1828 son la Misa nº 6 en mi bemol mayor, el Quinteto para cuerda en do mayor, sus tres últimas sonatas y El canto del cisne (Schwanengesang), un último grupo de canciones editadas tras su muerte. Murió en Viena el 19 de noviembre de 1828 de fiebres tifoideas.
Las primeras obras instrumentales, aunque siguen los patrones de Wolfgang Amadeus Mozart y Joseph Haydn, son consideradas románticas por las nuevas sonoridades y la riqueza armónica y melódica. En las primeras sonatas intentó conseguir un estilo propio y huir de la influencia de Ludwig van Beethoven. Aunque en su estructura las sinfonías y las sonatas adoptan la forma clásica, en su desarrollo no alcanzan la tensión dramática que caracteriza a la sonata clásica, sino que las armonías evocadoras y la amplitud de la melodía adquieren un papel principal. Su escritura instrumental evolucionó a lo largo de su vida, pero algunas de sus mejores canciones las compuso antes de los veinte años. En ellas la música y el texto se encuentran perfectamente equilibrados en una armonía tanto intelectual como emocional. Aunque escribió canciones estróficas, no se limitó a seguir unos patrones preestablecidos, sino que experimentó con nuevas e imaginativas formas de adecuar la música a los textos. Su reputación como padre del Lied alemán se basa en las más de seiscientas canciones que compuso.
Schumann, Robert (1810-1856), compositor alemán, uno de los máximos exponentes del movimiento musical romántico del siglo XIX.
Nació el 8 de junio de 1810 en Zwickau, Sajonia, y estudió en las universidades de Leipzig y Heidelberg. Al ser hijo de un librero, mostró precoz interés por la literatura, en especial por los escritores alemanes Johann Wolfgang Goethe, E. T. A. Hoffmann y Johann Paul Richter. En 1830 abandonó sus estudios de derecho para dedicarse exclusivamente a la música. Estudió piano con el maestro alemán Friedrich Wieck, pero una lesión irreversible en uno de sus dedos terminó con su carrera como pianista. Se dedicó entonces a la composición y a escribir sobre música. En 1834, en un intento de luchar contra lo que denominó 'filisteísmo artístico', fundó la revista musical Neue Zeitschrift für Musik, que editó hasta 1844. Schumann se casó en 1840 con la pianista Clara Josephine Wiek, hija de su maestro. Clara Schumann fue un punto clave en la interpretación de su música para piano. En 1843 el recién fundado Conservatorio de Leipzig solicitó los servicios de Robert para formar parte del profesorado, pero, después de intentarlo, se sintió incapaz de enseñar y abandonó el puesto. En 1850 fue nombrado director musical en Düsseldorf, pero una enfermedad mental, que padecía desde la adolescencia, le hizo dimitir en 1854. Ese mismo año, tras un intento de suicidio, fue ingresado en una clínica para enfermos mentales en Enderich, cerca de Bonn, donde el 29 de julio de 1856 murió.
Como uno de los arquetipos entre los compositores románticos, Schumann se identificó con dos figuras imaginarias, el enérgico Florestan y el poético Eusebius, nombres con los que firmaba sus artículos y cuyos retratos representó en la suite para piano Carnaval (1834-1835). Durante 1840, tras su boda con Clara Wieck, se dedicó a componer canciones. Compuso 138, entre las que se encuentran las colecciones de Liederkreis (dos ciclos con textos de Heinrich Heine y Joseph Eichendorff), Myrthen (con textos de varios poetas), Amor y vida (con texto de Adelbert von Chamisso), y Los amores del poeta (sobre textos de Heinrich Heine). Supo poner de manifiesto el sentido profundo de los poemas y otorgó a la parte de piano el papel de expresar los sentimientos y significados de cada uno de ellos, incluyendo con frecuencia largos epílogos al final de cada canción.
Las composiciones de Schumann para piano suelen ser expresiones musicales sobre temas literarios y estados de ánimo. Con excepción de la Fantasía en do mayor (1836) y los Estudios sinfónicos (1854), sus obras para piano son colecciones de piezas cortas en las que una pequeña idea deriva en la creación de toda la obra a través de una sencilla organización. Además del Carnaval, compuso Mariposas (1829-1832), Escenas de niños (1838), Kreisleriana (1838) y Album para la juventud (1848).
A pesar de que en sus obras largas no consiguió la unidad formal que poseen las canciones y las piezas para piano solo, sí logró música de gran belleza, a la vez que dramática. Son de resaltar la Sinfonía nº 1 (1841), el Quinteto para piano en mi bemol mayor (1842), el Concierto para piano en la menor (1845), la Sinfonía nº 2, la Sinfonía nº 3 Renana (1846), y el Trío para piano (1847). La Sinfonía nº 4 fue totalmente innovadora, ya que los cuatro movimientos aparecen unidos y se ejecutan sin interrupción. Otras composiciones son el coral El paraíso y la Peri (1843), y una ópera, Genoveva (1847-1848), que no tuvo demasiado éxito.
Chopin, Frédéric (1810-1849), compositor y pianista polaco adscrito al movimiento romántico, considerado como uno de los más grandes compositores de música para piano.
Nació el 4 de marzo de 1810 en Zelazowa Wola, cerca de Varsovia. Hijo de padre francés y madre polaca, comenzó a estudiar piano a los cuatro años; a los ocho ofreció un concierto privado en Varsovia. Más tarde estudió Armonía y Contrapunto en el conservatorio de dicha ciudad. También fue precoz como compositor: su primera obra publicada data de 1817. Dio sus primeros conciertos como virtuoso el año 1829, en Viena, donde vivió los dos años siguientes. Excepto durante breves ausencias, a partir de 1831 residió en París, donde se convirtió en un prestigioso profesor, pianista y compositor. En 1837 inició una relación íntima con la escritora francesa George Sand. Al año siguiente cayó enfermo de tuberculosis y se trasladó a Mallorca, en las islas Baleares. Allí, en la cartuja de Valldemosa, Sand lo atendió en su enfermedad hasta que las continuas disputas entre los dos condujeron a su ruptura el año 1847. A partir de entonces su actividad concertística se limitó a unos pocos recitales en Francia, Escocia y Gran Bretaña. Murió en París el 17 de octubre de 1849, víctima de la tuberculosis.
Prácticamente todas las composiciones de Chopin son para piano. Aunque expatriado, siempre fue leal a Polonia, un país desgarrado por las guerras; sus mazurcas reflejan los ritmos y melodías del folclore polaco y las polonesas están marcadas por el espíritu heroico de su patria. La influencia que sobre él ejerció el compositor de ópera italiano Vincenzo Bellini también se puede apreciar en sus melodías. Las baladas, scherzos y estudios (cada uno de ellos centrado en un problema técnico específico) son muestra de su amplísima obra para piano solo. Su música, romántica y lírica, se caracteriza por las dulces y originales melodías, las refinadas armonías, los ritmos delicados y la belleza poética. Influyó notablemente sobre otros compositores, como el pianista y compositor Franz Liszt y el compositor francés Claude Debussy. Sus obras publicadas incluyen 55 mazurcas, 27 estudios, 24 preludios, 19 nocturnos, 13 polonesas y 3 sonatas para piano. Entre sus otras obras destacan el Concierto nº 2 en fa menor para piano y orquesta, opus 21 (en el que se aprecia la influencia, tanto en su forma como en la melodía, de los conciertos para piano de Johann Nepomuk Hummel), así como una Sonata en sol menor para violonchelo y piano, opus 65 y Diecisiete canciones polacas, opus 74.
Liszt, Franz (1811-1886), pianista y compositor de origen húngaro. Fue el precursor del recital para piano y, a través de sus numerosos discípulos, el pianista más influyente del siglo XIX.
Nació el 22 de octubre de 1811 en la localidad de Raiding, cerca de Sopron. Comenzó a estudiar piano con su padre. En Viena recibió clases del pianista austriaco Carl Czerny y del compositor italiano Antonio Salieri. En 1823 marchó a París con sus padres, ciudad donde pronto se dio a conocer como pianista. Mientras tanto, tomó lecciones de composición de Ferdinando Paër, compositor de óperas italiano, y de Anton Reicha, compositor y teórico checo-francés, también maestro de Berlioz y de César Franck.
Su estancia en París durante doce años le permitió conocer a numerosas personalidades de la cultura, desde compositores como Hector Berlioz y Frédéric Chopin a novelistas y poetas como Victor Hugo, Alphonse de Lamartine, el alemán Heinrich Heine y el panfletista liberal Félicité Lamennais. Su amistad con Lamartine y Lamennais influyó de forma decisiva en su carrera, así como los conciertos que ofrecía el virtuoso violinista Niccolò Paganini en París a principios de 1831, que despertaron en Liszt el deseo de conseguir con el piano una técnica similar a la que había conseguido Paganini con el violín. En 1833 conoció a la condesa francesa Marie d'Agoult, escritora bajo el seudónimo de Daniel Stern, con quien estableció una relación que duró hasta 1844. La hija de ambos, Cósima, se casó con el pianista y director alemán Hans Guido von Bülow, y más tarde con Richard Wagner.
Entre 1839 y 1847 realizó giras por Europa, desde Lisboa hasta Moscú y desde Dublín hasta Estambul, y consiguió una fama sin precedentes. En 1847 abandonó su carrera como virtuoso, y sólo en contadas ocasiones volvió a tocar en público. Ese mismo año conoció a la princesa rusa Caroline Sayn-Wittgenstein, que permaneció a su lado para el resto de sus días. Desde 1848 a 1861 fue director musical en la corte ducal de Weimar, donde interpretó obras compuestas por Berlioz, Wagner y otros compositores, así como las suyas propias.
En 1861 abandonó Weimar para irse a vivir durante 10 años a Roma, donde estudió teología y recibió las órdenes menores. Después de 1871 vivió entre Roma, Weimar y Budapest, y continuó con sus labores de director, maestro, compositor y promotor de la música de Wagner. Murió en Bayreuth, Alemania, el 31 de julio de 1886, durante el Festival Wagner que allí se celebraba.
Liszt fue una de las personalidades más importantes de su tiempo. Aparte de sus logros como pianista y director, dio clases a más de cuatrocientos alumnos, compuso unas 350 obras y escribió o colaboró en ocho volúmenes en prosa, sin contar su correspondencia. Además realizó más de 200 paráfrasis y transcripciones de otros compositores para piano.
Fue uno de los innovadores de la armonía en el siglo XIX, sobre todo con el uso de complicados acordes cromáticos. También investigó nuevos procedimientos musicales con su técnica de variaciones temáticas, como se pude apreciar en la Sonata en si menor (1853); las sencillas notas del comienzo se van transformando para dotar a la obra del material temático necesario. Esta técnica y sus armonías cromáticas influyeron en Wagner y Richard Strauss. Sus composiciones para piano requerían una técnica difícil y revolucionaria que otorgó al instrumento un color y unas sonoridades completamente nuevas.
Entre sus obras pianísticas destacan los doce Estudios de ejecución trascendental (1851), las veinte Rapsodias húngaras (1846-1885; nº 20 sin publicar), los Seis estudios sobre un tema de Paganini (1851), el Concierto nº 1 en mi bemol mayor (1849; revisado en 1853), el Concierto nº 2 en la mayor (1848; revisado en 1856-1861), y las piezas que forman los tres volúmenes de Años de peregrinación (1855, 1858, 1877). Algunas de estas últimas anticipan el impresionismo del compositor francés Claude Debussy con su representación de escenas naturales. Las obras orquestales incluyen, aparte de las sinfonías Fausto y Dante (ambas de 1857), trece poemas sinfónicos, género que inventó Berlioz y que Liszt bautizó con ese nombre; Les préludes (1854), el más conocido se basa en un poema de Lamartine. La originalidad de su obra está fuera de toda duda. La armonía y forma que empleó en sus últimos trabajos anticiparon la música de algunos compositores del siglo XX, como el austríaco Arnold Schönberg (en la atonalidad de obras como la Bagatela sin tonalidad) y el húngaro Béla Bartók con sus primeras obras nacionalistas.
Paganini, Niccolò (1782-1840), compositor italiano y virtuoso del violín. Nació en Génova, donde estudió con músicos locales. Hizo su primera aparición pública a los nueve años y realizó una gira por varias ciudades de Lombardía a los trece. No obstante, hasta 1813 no se le consideró un virtuoso del violín. En 1801 compuso más de veinte obras en las que combina la guitarra con otros instrumentos. De 1805 a 1813 fue director musical en la corte de Maria Anna Elisa Bacciocchi, princesa de Lucca y hermana de Napoleón.
En 1813 abandonó Lucca y comenzó a hacer giras por Italia, donde su forma de interpretar atrajo la atención de quienes le escuchaban. En 1828 fue a Viena, más tarde a París y en 1831 a Londres. En París conoció al pianista y compositor húngaro Franz Liszt, que, fascinado por su técnica, desarrolló un correlato pianístico inspirado en lo que Paganini había hecho con el violín. Renunció a las giras en 1834. Su técnica asombraba tanto al público de la época que llegaron a pensar que existía algún influjo diabólico sobre él. Podía interpretar obras de gran dificultad únicamente con una de las cuatro cuerdas de violín (retirando primero las otras tres, de manera que éstas no se rompieran durante su actuación), y continuar tocando a dos o tres voces, de forma que parecían varios los violines que sonaban. Esto indica lo cercano que estaba su arte al mundo del espectáculo. Sus obras incluyen veinticuatro caprichos para violín solo (1801-1807), seis conciertos y varias sonatas.
Wagner, Richard (1813-1883), teórico y compositor alemán, una de las figuras más importantes del siglo XIX.
Nació el 22 de mayo de 1813 en Leipzig y estudió en la universidad de esta ciudad. Entre 1833 y 1839 trabajó en los teatros de ópera de Wurzburgo, Magdeburgo, Königsberg (actual Kaliningrado) y Riga. En estos años escribió sus óperas Las hadas (1833) y La prohibición de amar (1836), y varias obras orquestales, entre ellas una sinfonía compuesta a los 19 años. En 1836 residiendo en Königsberg contrajo matrimonio con la actriz Minna Planer. En Riga finalizó el libreto y los dos primeros actos de su primera ópera importante, Rienzi.
En 1839 Wagner se trasladó en barco a Londres. Durante el tempestuoso viaje por el Mar del Norte concibió su segunda ópera importante, El holandés errante (1841). A la semana de estar en Londres se trasladó a Francia y se instaló en París, donde entró en contacto con la música de Hector Berlioz. Permaneció en París, a veces sumido en la mayor pobreza, hasta abril de 1842. El 20 de octubre de 1842 se representó su ópera Rienzi en el Hoftheater de Dresde, Alemania. Su éxito propició que se representase en la misma ciudad su ópera El holandés errante el 2 de enero del siguiente año y que fuera nombrado director del Hoftheater.
La ópera romántica Tannhäuser se estrenó en Dresde el 19 de octubre de 1845. Esta obra, innovadora desde el punto de vista técnico y estructural, asombró a una audiencia acostumbrada a la ópera convencional del momento y produjo una gran avalancha de críticas. Sin embargo, el compositor húngaro Franz Liszt, gran admirador de la música de Wagner y unido a él por una amistad que duró toda la vida, decidió representar la ópera Tannhäuser en Weimar, Alemania, tres años después. Este mismo año Wagner finalizó su ópera romántica Lohengrin, pero la dirección del Hoftheater de Dresde, presionada por la reacción crítica del público, rechazó la obra. De nuevo llegó Liszt en su ayuda y estrenó esta ópera el 28 de agosto de 1850 en Weimar.
Wagner era un entusiasta político. Participó en el conato de revolución de 1848 en Alemania, a causa de lo cual tuvo que huir a París y después a Zurich. Allí amplió la estructura de su famosa tetralogía de dramas musicales conocida como El anillo del nibelungo basada en Das Nibelungenlied, poema épico alemán del siglo XIII. Los textos de este drama fueron escritos en orden inverso. Pensando que algunos episodios narrativos de El crepúsculo de los dioses, la obra final de la tetralogía, requerían una mayor elaboración y exposición dramática para hacer comprensible al público el conjunto de la historia, Wagner decidió escribir otra parte, Sigfrido, que la precedería. Pero aún no se sentía satisfecho y escribió La Valquiria y después, y a manera de otro preludio aclaratorio El oro del Rin. Wagner comenzó a trabajar en este último en noviembre de 1853, completándolo en mayo del año siguiente. A finales de diciembre de 1856 quedó finalizada la La Valquiria.
Entretanto, en 1852, Wagner había conocido al rico mercader Otto Wesendock y a su esposa Mathilde, quienes pusieron a disposición de los esposos Wagner el Asylum, una pequeña casa de campo en Wesendock cerca de Zurich, estancia que inspiró al compositor algunas de sus mejores obras. La relación entre Wagner y Mathilde pronto se convirtió en amor imposible, al que se vieron obligados a renunciar. Su romance quedó plasmado en la apasionada obra Tristán e Isolda (1857-1859), uno de los dramas musicales wagnerianos más largos y difíciles de representar. Su estreno se produjo el 10 de junio de 1865 en Munich bajo los auspicios de Luis II de Baviera, que había decidido proteger a Wagner. De este periodo también datan las Wesendock Lieder, obras para voz y orquesta o piano (1857-1858) sobre cinco poemas de Mathilde Wesendock, que presentan la génesis armónica de Tristán e Isolda.
En 1861 Wagner fue amnistiado en Prusia. A su vuelta el compositor se estableció en Biebrich, donde comenzó a trabajar en su única ópera cómica Los maestros cantores de Nuremberg, que finalizó en 1867. La obra se estrenó el 21 de junio de 1868 en Munich, ciudad donde más tarde, en 1869 y 1870, se estrenaron por deseo del rey El oro del Rin y la La Valquiria.
Inmediatamente después del estreno de Los maestros cantores, Wagner volvió a trabajar en Sigfrido hasta finalizarla en febrero de 1871. Al mismo tiempo había comenzado a componer El crepúsculo de los dioses. Entretanto, el 25 de agosto de 1870, el compositor, que llevaba separado de su primera mujer nueve años, contrajo matrimonio con Cósima von Bülow, exmujer de Hans Guido von Bülow e hija de Liszt y de la condesa d'Augoult. La obra orquestal El idilio de Sigfrido (1870) fue escrita por Wagner para Cósima cuando nació su hijo Siegfried. En el verano de 1872 Wagner compuso la última parte de El anillo del nibelungo y en noviembre de 1874 finalizó la orquestación de El crepúsculo de los dioses. Entre el 13 y el 17 de agosto de 1876 se estrenó la tetralogía completa en la Festspielhaus de Bayreuth, teatro diseñado y construido especialmente para representar las obras wagnerianas. En 1877 Wagner comenzó a trabajar en Parsifal, drama basado en las leyendas del santo Grial. Este drama musical, el último que escribió Wagner, se estrenó el 26 de julio de 1882.
En 1882 la salud del compositor se debilitó. Pensando que podría favorecerle un cambio de clima, Wagner alquiló el Palazzo Vendramin en el Gran Canal de Venecia. Allí falleció repentinamente el 13 de febrero del año siguiente. Cinco días después su cuerpo fue enterrado en el mausoleo de su villa de Bayreuth.
Wagner ejerció una importante influencia en el pensamiento de finales del siglo XIX no sólo en las artes, sino también en temas políticos como el nacionalismo o el idealismo social. En su obra Oper und Drama (Opera y drama, 1850-1851) presenta su concepción de una obra escénica de tipo revolucionario que integra elementos dramáticos, visuales y musicales hasta formar una obra de arte global o Gesamtkunstwerk. Esta idea la puso en práctica en los libretos de todas sus óperas y, cuando después de la construcción de la Festspielhaus las condiciones lo permitían, supervisaba personalmente todos los aspectos de la realización. Otras de sus obras teóricas son Über deutsches Musikwesen (Sobre la música alemana, 1840), Das Kunstwerk der Zukunft (La obra de arte del porvenir, 1849), Religion und Kunst (Religión y arte, 1880), Über das Dirigieren (Sobre la dirección, 1869), Über die Anwendung der Musik auf das Drama (Sobre la aplicación de la música al drama, 1879) y Eine Mitteilung an meine Freunde (Una comunicación a mis amigos, 1851). Wagner también escribió la autobiografía Mein Leben (Mi vida, 1865-1880).
Los aspectos más oscuros de la personalidad de Wagner se refieren a la ruda explotación emocional de su familia y de sus seguidores (y a la explotación económica de sus patrones) y especialmente a su antisemitismo, expresado en el panfleto El judaísmo en la música (1850), que, junto con la fuerte identidad germánica de los temas de sus óperas y la grandiosidad de su música, lo convirtieron en un compositor de atractivo único para los nazis en la década de 1930, factor que por asociación de ideas ha empañado su música y ha dificultado seriamente su aceptación durante mucho tiempo.
La fama de Wagner se basa tanto en sus creaciones musicales (que representan la máxima expresión del romanticismo en la música europea) como en sus ideas revolucionarias sobre la teoría y la práctica de la composición operística. Comenzó su carrera como compositor de ópera convencional, pero cuando comenzó a trabajar en El anillo del nibelungo ya estaba creando una forma dramática musical totalmente nueva. La música dramática wagneriana se apoya en el drama griego (que Wagner modelaba para sus textos), en la obra de William Shakespeare y en los versos del poeta alemán Friedrich von Schiller. En su tratamiento de la armonía Wagner llevó el sistema tradicional de tonalidades hasta sus límites, rompiendo las convenciones que imperaban en las relaciones de tonos y acordes y que, tras el exacerbado cromatismo de obras como el Tristán, inevitablemente conducirían a la atonalidad del siglo XX.
En el siglo anterior la ópera era una sucesión de números independientes: arias, recitativos, dúos, interludios y finales. Para Wagner en el drama musical un principio fundamental era la subordinación de todas las artes, incluida la música, a las necesidades dramáticas de la historia (al menos en teoría, ya que en la práctica Wagner, como cualquier compositor, tendía a dar prioridad a la música). El leitmotiv (motivo principal) permite un desarrollo temático continuado y las complejas evoluciones de los diferentes leitmotivs aumentan la emoción del drama. En la ópera postwagneriana se aprecia una mayor unidad dramática, consecuencia de la tremenda influencia que el arte de Wagner ejerció sobre todas las formas musicales.
Brahms, Johannes (1833-1897), de origen alemán, es uno de los compositores más importantes del siglo XIX, cuyas obras combinan lo mejor de los estilos clásico y romántico.
Brahms nació en Hamburgo el 7 de mayo de 1833. Después de estudiar violín y violonchelo con su padre, contrabajista del teatro de la ciudad, Brahms se especializó en el piano y comenzó a componer bajo la tutela del maestro alemán Eduard Marxsen, cuyo conservador gusto musical dejó una profunda huella en él. En 1853 inició una gira de conciertos como acompañante del violinista húngaro Eduard Reményi. Durante esta gira conoció al violinista, también húngaro, Joseph Joachim, quién lo presentó al compositor alemán Robert Schumann. Schumann se quedó tan sorprendido con las composiciones de Brahms, obras aún no editadas, que escribió un apasionado artículo en una revista de la época sobre el joven compositor. Brahms cobró un sincero afecto a Schumann y su mujer, la famosa pianista Clara Josephine Schumann, y esta amistad y el aliento que recibió de ellos le proporcionaron energías para trabajar sin descanso. Muchos biógrafos han escrito sobre la atracción que sentía Brahms por Clara, aunque nunca se la reveló abiertamente, ni siquiera tras la muerte de Schumann en 1856, y jamás se casó.
En 1857, Brahms fue nombrado director del teatro de la corte en Delmont, donde permaneció hasta 1859; después, viajó durante varios años por Alemania y Suiza. Su primera gran obra presentada al público fue el Concierto nº 1 para piano y orquesta en re menor, que fue ejecutado por él mismo en Leipzig en el año 1859. Sin embargo, la composición no fue muy bien recibida ya que por entonces los conciertos donde aparecían pasajes virtuosísticos eran los que gustaban al público, y éste primero de Brahms carecía de ellos. El compositor marchó a Viena en 1863, donde lo nombraron director de la Singakademie (Academia de Canto), aunque abandonó el puesto un año después.
En 1868, Brahms adquirió fama en toda Europa debido al estreno de su Requiem alemán, llamado así porque el texto está tomado de la traducción alemana que hizo Lutero de la Biblia, en vez de utilizar el texto en latín, como normalmente se hacía. La obra, dividida en siete partes, se centra más en el dolor y los lamentos de aquellos cuyos seres queridos se han ido, que en la reacción entre el destino y la muerte. Brahms se estableció en Viena en 1871, donde sería nombrado director de la Gesellschaft der Musikfreunde (Sociedad de los Amigos de la Música), aunque en 1874 renunció a este puesto para, de esta manera, dedicar todo su tiempo a la composición.
Hasta 1873 Brahms había escrito sobre todo música para piano, el instrumento que mejor conocía, y para coro y orquesta (continuó escribiendo música para piano hasta su muerte). Ese año compuso las Variaciones sobre un tema de Haydn en versión orquestada. Estas variaciones demostraron su maestría en la composición de música para orquesta y fue el comienzo de sus grandes obras, que se cuentan entre lo mejor de la composición musical de todos los tiempos. Entre sus obras maestras se encuentra la majestuosa Sinfonía nº 1 en do menor op. 68 (1876); la suave y dulce Sinfonía nº 2 en re mayor op. 73 (1877); la Obertura del festival académico op. 80 (1880), que contiene canciones de estudiantes alemanes; la sombría Obertura trágica (1881); la poética Sinfonía nº 3 en fa mayor op. 90 (1883), y la Sinfonía nº 4 en mi menor op. 98 (1885), con su emocionante y brillante final.
Todas estas obras muestran una estructura muy compleja, heredada de la tradición vienesa clásica. Al contrario que sus coetáneos, Brahms rechazó el uso superfluo de nuevos efectos armónicos y cromatismos. Se esforzó más bien por componer música de gran coherencia interna, utilizando los efectos nuevos o infrecuentes sólo para subrayar los matices estructurales internos. Así pues, sus mejores obras no contienen añadidos innecesarios: cada tema, figura y modulación están anunciadas en los pasajes precedentes. El clasicismo de Brahms fue un fenómeno único en sus días, ya que no seguía las tendencias marcadas por la moda musical de su época, representada por el compositor alemán Richard Wagner. A pesar de que Brahms hizo revivir una tradición musical como ningún otro compositor había conseguido desde Ludwig van Beethoven, no estuvo completamente aislado, y la riqueza emocional del espíritu romántico impregna su música.
Por desgracia, es poco lo que se sabe sobre el método de trabajo de Brahms. Era tan autocrítico que quemó todo lo que compuso antes de los 19 años, al igual que los borradores de obras más tardías. Es sabido que solía reelaborar una misma pieza pasados incluso diez o doce años de una creación, y que antes de dar a la obra su forma final, la transcribía para distintas combinaciones de instrumentos. Brahms murió en Viena el 13 de abril de 1897.
Su obra abarca todo tipo de música menos ópera. Otros trabajos importantes aparte de los anteriormente mencionados son la Schicksalslied (Canción del destino, 1871), una versión musical de un poema escrito por el autor alemán Friedrich Hölderlin, para coro y orquesta; el Concierto para violín en re mayor op. 77 (1878), que se ha transformado en obra obligada en el repertorio violinístico; tres cuartetos de cuerda; cinco tríos; un quinteto para clarinete; varias composiciones para música de cámara combinando distintos instrumentos, y más de 150 canciones.
Verdi, Giuseppe (1813-1901), compositor de ópera italiano, cuyas obras están consideradas entre las mejores de la historia de la ópera.
Nació el 10 de octubre de 1813 en Roncole, estado de Parma, que por entonces se encontraba bajo el gobierno francés. Hijo de campesinos analfabetos, estudió música en la vecina ciudad de Busseto donde encontró unos protectores en los esposos Barezzi. Cuando en 1832 fue rechazado por el conservatorio de Milán a causa de su juventud y de que "sus ejercicios no mostraban especiales aptitudes para la música", entró como discípulo del compositor milanés Vincenzo Lavigna. Volvió a Bussetto en 1833 como director de la Sociedad Filarmónica.
A la edad de 25 años Verdi volvió a Milán. Su primera ópera Oberto conde de San Bonifacio se estrenó en 1839 en La Scala con escaso éxito. Su ópera cómica Un giorno di regno (Un día de reino, 1840) fue un fracaso y Verdi, ya afectado por las muertes recientes de su mujer Margarita Barezzi y de dos de sus hijos, decidió abandonar la composición. Pero al cabo de un año el director de La Scala logró convencerlo para que escribiera Nabucco (1842). Esta ópera que escribió en menos de tres meses, causó gran sensación, ya que el tema de la cautividad de los judíos en Babilonia fue considerado por el público italiano como una alusión a la oposición al gobierno austriaco en el norte de Italia. Poco a poco fue imponiéndose la costumbre de aclamar a Víctor Manuel como rey de Italia al decir "Viva Verdi" ya que el nombre del compositor era un acrónimo de la frase "Vittorio Emanuele Rè d'Italia". A estas óperas siguieron I Lombardi alla prima crociata (1843) y Ernani (1844), ambas de gran éxito. De las 11 óperas siguientes sólo Macbeth (1847) y Luisa Miller (1849) se mantienen en el repertorio actual de ópera. Rigoletto (1851), Il trovatore (1853) inspirada en El Trovador del escritor español Antonio García Gutiérrez y La Traviata (1853), que supusieron su consagración, se encuentran entre las óperas más populares de todos los tiempos.
Las óperas que Verdi escribió en su madurez, entre las que se encuentran Las Vísperas Sicilianas (1855), Simon Boccanegra (1857) Un ballo in maschera (1859), La forza del destino (1862) y Don Carlos (1867), muestran una gran maestría en la caracterización musical y una mayor preponderancia del papel orquestal. Aida (1871), también de este periodo y probablemente la ópera más popular de Verdi, fue un encargo del virrey de Egipto para celebrar la inauguración del Canal de Suez y su estreno se produjo en El Cairo. Tres años después Verdi compuso su obra no operística más importante el Réquiem (1874) para conmemorar la muerte del novelista italiano Alessandro Manzoni (aunque existía una versión del Libera me en memoria de Gioacchino Rossini, fallecido en 1868). Entre las composiciones no operísticas de Verdi cabe citar la cantata dramática Inno delle nazioni (1862) y el Cuarteto para cuerda en mi menor (1873) así como un Te Deum, compuesto a los 85 años y otras obras religiosas.
A la edad de 70 años después de un silencio de 13 años después de escribir el Requiem Verdi compuso tal vez su mejor ópera, Otello (1887), con un libreto que el compositor y libretista italiano Arrigo Boito había adaptado hábilmente de la tragedia de William Shakespeare. A continuación compuso su última ópera Falstaff (1893), igualmente adaptada por Boito de la obra de Shakespeare y considerada como una de las mejores óperas cómicas. Verdi falleció el 27 de enero de 1901 en Milán.
La obra de Verdi destaca por su intensidad emocional, sus melodías armónicas y sus caracterizaciones dramáticas. Transformó la ópera italiana, que hasta entonces utilizaba argumentos tradicionales, libretos anticuados y enfatizaba la parte vocal, para crear una entidad musical y dramática unificada. Actualmente sus óperas se encuentran entre las más representadas en todo el mundo.
Bizet, Georges (1838-1875), compositor francés miembro de una familia de músicos, conocido sobre todo por sus óperas. Su verdadero nombre es Alexandre Cesar Leopold Bizet. Nació en Bougival, cerca de París y estudió en el conservatorio de la capital francesa con el compositor francés Jacques Halevy. También estudió piano con Antoine Marmontel. En 1857 obtuvo el premio de Roma.
Entre sus óperas se encuentran Los pescadores de perlas (1863), La jolie fille de Perth (1867) y Djamileh (1872). Carmen (1875) es considerada su obra más importante. A pesar de que el éxito no fue inmediato y el músico sufrió muchísimo por la mala acogida del público, con el paso del tiempo se ha convertido en una de las óperas más famosas y conocidas. Carmen fue compuesta sobre un libreto tomado de una novela de Próspero Mérimée. Es obra apasionada, con una orquestación cuidada y de indiscutible fuerza dramática. El filósofo alemán Friedrich Nietzsche, desilusionado de la estética wagneriana, intentó poner a Bizet en el sitio del autor de Parsifal: "Con Carmen abandonamos el húmedo norte y las brumas del ideal wagneriano. Esta música posee la atmósfera seca y limpia de climas más cálidos". En todo caso Nietzsche hizo de Carmen la expresión de lo que él llamaba 'arte mediterráneo'. La música de Carmen también ha sido utilizada en la danza. En esta dirección la música de Bizet fue tomada para una adaptación para ballet por el compositor ruso Rodion Schedrin y en esta versión el papel ha sido interpretado por bailarinas como Maia Plisiétskaia, esposa de Schedrin, o la cubana Alicia Alonso. Bizet fue un extraordinario dramaturgo, y su estilo influyó en la escuela de ópera realista (verismo) de finales del siglo XIX. Otras composiciones son la Sinfonía en do (1855) concebida a los 17 años; la suite sinfónica Roma (1866-1868); música para la obra de teatro La arlesiana (1872), del escritor francés Alphonse Daudet; la obertura dramática Patrie (1873) y obras para piano y voz.
Rossini, Gioacchino Antonio (1792-1868), compositor italiano, conocido especialmente por sus óperas cómicas. Fue uno de los máximos exponentes del bel canto del siglo XIX, género que realza la belleza de la línea melódica por encima del drama o la profundidad emocional.
Nació el 29 de febrero de 1792 en Pesaro, estudió en el conservatorio de Bolonia. Es autor de 37 óperas, desde Demetrio y Polibio (1806) hasta Guillermo Tell compuesta a los 37 años (1829). Su primera mujer, la soprano española Isabel Colbran, interpretó varias de sus primeras óperas. Sin lugar a dudas la ópera más famosa de Rossini es El barbero de Sevilla, escrita en Roma en 1816. Otras óperas suyas que figuran en el repertorio actual son L'italiana in Algeri (1813), Il turco in Italia (1814), La Cenerentola (1817), Semiramide (1823) y Comte Ory (1828). En 1831 Rossini dejó de componer óperas y durante el resto de su vida sólo escribió dos obras importantes, el Stabat Mater (1842) y La pequeña misa solemne (1864). A pesar de este largo retiro siguió figurando como una de las personalidades más relevantes del mundo operístico. Falleció el 13 de noviembre de 1868 en Passy, Francia.
Las óperas de Rossini fueron las últimas compuestas dentro del estilo italiano de opera buffa (ópera cómica). Ligeras y animadas, su música destaca por sus características cómicas. Rossini utilizaba el bel canto para crear melodías alegres de gran brillantez y emotividad.
Barbieri, Francisco (1823-1894), compositor y musicólogo español, una de las figuras más destacadas de la música de su país que contribuyó a crear un género autóctono de ópera cómica.
Nació en Madrid y tras abandonar los estudios de medicina, entró en el conservatorio de su ciudad natal, donde estudió composición con Ramón Carnicer, partidario de la corriente italianizante, además de clarinete, piano y canto. Al quedar huérfano de padre, tuvo que ganarse la vida con distintas actividades como pianista de café o clarinetista en una banda militar, hasta que sucesivos éxitos en el mundo teatral le permitieron dedicarse a la enseñanza y a la composición.
Fue nombrado profesor de armonía y de historia de la música del Conservatorio de Madrid, institución a la que legó más tarde su importante biblioteca. También fue miembro de la Academia de Bellas Artes de San Fernando. Hombre de gran cultura y amigo del escritor español Marcelino Menéndez y Pelayo, fue cofundador de la Sociedad de Bibliófilos Españoles. Barbieri realza con frecuencia el casticismo nacional, frente a las tendencias italianizantes de otros músicos de la época. Trabajador infatigable, funda una sociedad de conciertos a través de la cual hace escuchar música europea y crea una revista llamada La España Musical desde donde defenderá sus nuevas ideas, apostando por los nuevos aires europeos y, en especial, por la música wagneriana.
Aunque también compuso música instrumental, lo más importante de su obra está sin duda en el teatro. Entre sus más de 70 zarzuelas destacan Jugar con fuego (1851), Pan y toros (1864), y sobre todo El barberillo de Lavapiés (1874), donde refleja el costumbrismo musical madrileño que evolucionó luego hacia el género chico.
Publicó un Cancionero musical de los siglos XV y XVI y editó las obras de Juan del Encina.
Chapí, Ruperto (1851-1909), compositor español. Hijo de un modesto barbero nació en Villena (Alicante) y recibió las primeras lecciones de su padre, músico aficionado. A los 16 años se trasladó a Madrid para estudiar con Emilio Arrieta, profesor de composición del Real Conservatorio, graduándose en 1874. Ese mismo año consigue una beca para estudiar en Roma donde escribe sus primeras óperas. De regreso a España no tarda en adquirir una gran popularidad gracias a sus composiciones teatrales sobre todo en el género de la zarzuela. Fundador de la Sociedad de Autores Española en 1893, fue también al igual que Tomás Bretón y Federico Chueca profesor de Manuel de Falla.
Compuso música de orquesta (Sinfonía en re) y de cámara de bastante calidad (tres cuartetos) pero su mayor mérito y talento reside en sus obras para teatro: algunas óperas como Margarita la tornera (quizá la más conocida compuesta en 1909) y sobre todo sus 155 zarzuelas estrenadas en su gran mayoría con éxito. Podemos destacar: La tempestad (1882), La bruja (1887), Mujer y reina (1891), El rey que rabió (1891) y sobre todo La revoltosa (1897), sainete lírico con letra de Carlos Fernandez Shaw que señala una cima en su obra.
Uno de los grandes méritos de Ruperto Chapí fue el de dar a la zarzuela una proyección universal, apostando por un sentimiento nacional contra el italianismo de moda. Murió en Madrid en 1909.
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Enviado por: | Troglodito |
Idioma: | castellano |
País: | España |