Historia
Civilización egipcia
Religión
Caracteriza la religión egipcia y menciona sus principales dioses.
¿Qué es mitología? Relata el mito de Osiris.
¿Cómo era juzgada el alma o “Ka” ante el tribunal de Osiris?
¿Cómo y porqué momificaban a sus muertos?
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Cultura: Arte y Ciencia
Evolución de las tumbas: Explica su evolución desde las mastabas, pirámides e hipogeos. Ejemplifica e ilustra.
Describe la pirámide Kheops.
¿Cuales fueron los templos mas importantes y a quienes estaban dedicados?
¿En qué ciencias se destacaron los egipcios?
Sintetiza las principales características de la pintura y la escultura egipcia.
¿Cómo era la escritura jeroglífica?
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Religión
Los primitivos egipcios atribuían orígenes sobrenaturales a todas las manifestaciones de la naturaleza, cuyas causas reales desconocían, como son la vida, la muerte, las crecidas del Nilo. Su religión se inició a través de la adoración a plantas, animales o fenómenos naturales, difundida entre los clanes del período anterior a la unificación. Adoraban a símbolos zoomóforos (el buey, el cocodrilo, el halcón y muchos más) y, con la unificación los mitos de cada región del país, subsistieron confundidos unos con otros y así dieron origen a un complicado sistema de creencias. Algunos dioses predominaron sobre otros y algunas deidades fueron “fusionadas” en una sola, por la imaginación popular.
La característica más importante de los egipcios con respecto a la religión es que eran politeístas, y dentro de los dioses que adoraban estaban los más importantes:
Ra : Es la principal divinidad, representa el sol.
Amon: representado con dos plumas de Halcón que adornan su tocado. Los animales que le representan son el ganso y el carnero. Dios del Imperio y patrono de la Monarquía.
Anubis: Representado como un hombre con cabeza de cánido, o como un gran perro. Facilita la ascensión del muerto hacia las regiones celestes. Patrón de los embalsamadores.
Set: Hijo de Geb y Nut. Se le representa como un animal poco especificado, una especie de cánido de cola ahorquillada y orejas recortadas, o como un hombre con la cabeza de ese animal. Patrón de las tierras estériles. Turbulento señor de las tormentas.
Horus: Hijo de Isis y Osiris. Señor del Cielo. Se le representa como un halcón. Dios de la realeza.
Osiris: Señor del mundo subterráneo que contiene las semillas de la vida. Protector
Atón: Nombre del disco solar originario de la Helipolis. Amenofis IV (Ajenaton), hizo desaparecer todos las demás divinidades, y solo creía en esta.
Ptah: Se le representa como un hombre enfundado en una vestidura ceñida y tocado con un gorro y un cetro. Dios creador, señor de la ciudad de Menfis. Considerado patrón de los artesanos.
Isis: Hija de Geb y de Nut. Esposa de su hermano Osiris. Es la contrapartida de
Nut: Es la diosa que representa el cielo. Hija de Shu y de Tefnut, se une a su hermano Geb, esta unión no le hace mucha gracia a Ra que ordena al padre de estos que los separe, engendrando así un espacio necesario para el desarrollo del mundo. A Nut se la representa como una mujer con el cuerpo arqueado sobre la tierra (Geb) y sobre el cual circulan las barcas que contienen la personificación de los astros. Se dice que engulle al sol cada tarde y da a luz su forma renovada cada mañana. La imagen de Nut se pintaba en el interior de la tapa de los sarcófagos, donde reconstruía el universo en torno al difunto y velaba por su cadáver.
Habían otros dioses, pero eran menos importantes que los primeros, y no eran tan adorados:
Tefnut : Ella es la Diosa de las aguas que caen sobre la tierra.
Bastet: Representada con cabeza de gata, aunque a veces también con forma de leona, por su carácter temible. Diosa música de la alegría. Encarna también la feminidad serena, es también patrona del hogar.
Beset: Era el doble femenino del dios Bes, poco atestiguado y representado a veces como su madre.
Hator: Diosa del amor y de la alegría, patrona de la música. Su nombre significa " Morada de Horas " pues es en origen una entidad celeste que recorre el sol. Bajo la forma de una vaca acoge a los difuntos y les protege.
Hededet: Diosa Escorpión. Se invocaba su protección contra los animales venenosos.
Hemesut: Entidades femeninas representadas en grupo en las escenas de Teogamia protegiendo al recién nacido. Personifican el lugar primordial que genera la diosa en el momento de la creación ( cosmogónica ).
Heket: Protectora de la parturienta. Diosa Rana. Surgida del medio acuático, se la asocia también a la inundación.
Imentet: Parece ser una forma de Hator, en su aspecto de Diosa madre en cuyo seno se regenera al difunto. Representada como una mujer que lleva sobre la cabeza un jeroglífico del oeste. A veces aparece protegiendo a Osiris.
Ipet ( U Opet ): Diosa Madre. Puede estar representada por un hipopótamo. En los textos funerarios, engendra al difunto en el otro mundo.
Hator, dama del amor, diosa de la fecundidad, de la alegría y de la feminidad triunfante. Maga por excelencia, capaz de devolver la vida, pero también de provocar la muerte.
Maat: Representada bajo la forma de una pluma o llevando esta en la cabeza. Encarnación de la verdad-justicia.
Mafedet: Diosa combatiente. Representada por un felido. Destruye a las serpientes y protege al soberano.
Mennefer: Entidad femenina que personificaba a la ciudad de Menfis.
Meret: Su nombre significa la amada. Representada como una mujer, con el brazo tendido hacia delante.
Mut: Diosa de la región Tebana. Aparecía bajo la forma de una leona. Se la representa como una mujer tocada con el cuerpo de un buitre coronada por la Pschen ( Corona blanca colocada sobre la corona roja ).
Neftis: Hermana de Osiris, de Isis y de Set, también su esposa. Nut y Geb .
Tefnut : Ella es la Diosa de las aguas que caen sobre la tierra.
Apis: Toro sagrado de Menfis. Considerado como una manifestación del Dios Ptah, pero también del Sol. Cuando moría
era embalsamado y los Sacerdotes recorrían todo el País en busca de un sucesor.
Atum: Encarna al sol poniente, con la apariencia de un anciano, pero portador de promesas de vida futura.
Bes: Representado como un enano de rostro chato y leonino. Protector de las parturientas, y ahuyentador de los malos espíritus.
Geb: Personificaba la tierra. Se representa a Geb como un hombre tendido en el suelo que intentaba unirse a su esposa celeste. Se le asociaba al Ganso cuyo signo servia para escribir su nombre.
de los difuntos.
Shu: Dios del aire. Representado a veces con la forma de un león, pero en general se le representa como un hombre tocado con una pluma de avestruz o con cuatro plumas derechas.
Thot ( Tot ): Es el Señor de la escritura sagrada, de la lengua y de los textos conservados en los templos. Se le representa con el Ibis y el mono. Su imagen mas característica es la de un hombre con cabeza de Ibis.
Mitología: las fuentes de la mitología son, principalmente, los textos clásicos. En ellas puede advertirse, muchas por obra de las versiones contradictorias las variantes que con el tiempo sufrieron las tradiciones míticas. En los papiros, inscripciones y monedas se encuentran también fuentes veraces. Las imágenes e ídolos han servido como prueba comparativas de los textos, inscripciones, etc. Como ciencia, la mitología comprende la reunión, investigación y explicación de los mitos. La mitología comparada, que apareció a mediados del siglo XVIII, clasificó los mitos en primitivos, griegos, romanos, celtas, etc. Los griegos llamaron dioses a los principios que gobernaban el mundo; Los héroes, hijos de un dios o de alguna mujer mortal, eran semidioses. Los romanos, que adoraban muchas divinidades griegas, tenían tres categorías de dioses: los superiores, intermedios e inferiores.
El mito de Osiris
También se cuenta en otros relatos sagrados, que el arca había salido al mar cuando Isis llegó a la desembocadura del Nilo, y no terminó su viaje sino en la muy lejana costa de Fenicia, yendo a dar contra un tronco que crecía al borde mismo del Mediterráneo, muy cerca de la ciudad de Biblos. El árbol, milagrosamente, creció en un instante, englobando el féretro flotante en su tronco para darle el postrer cobijo. Movido por el destino, el rey de Biblos vio aquel gigantesco árbol y mandó cortar su tronco y con él ordenó construir una columna para su palacio. Pero Isis supo también el portentoso hecho y reemprendió el viaje, hasta llegar a la ciudad de Biblos, en donde pidió ser recibida por el rey, para hacerle saber la razón de su penosa expedición. El rey escuchó el relato de la reina y ordenó inmediatamente que le fuera devuelto el cajón en donde reposaban los restos mortales del buen Osiris. Concedido su deseo y con el cajón en su poder regresó sigilosamente a Egipto, no sin antes tratar de ocultar de la maldad de Set el cadáver del infortunado esposo. Pero Set, señor de la noche y las tinieblas dio con él y volvió a tratar de terminar con la amenaza que representaba Osiris, haciendo que sus restos fueran dispersados por todo el inmenso e intransitable delta del gran río. De nuevo Isis emprendió la búsqueda de los restos de Osiris en los pantanos del Nilo y, uno a uno, reunió otra vez el cadáver. Cuando los hubo conseguido, tomo la forma de una gran ave de presa y se posó sobre los despojos, batiendo sus alas hasta que con su aire benefactor insufló una vida renovada en Osiris. El esposo resucitado la tomó y la buena Isis quedó preñada de Horus, el hijo que habría de vengar al padre asesinado y restauraría el orden divino en Egipto. Pero, mientras llegaba el momento del nacimiento de Horus, Isis se ocultó de Set en los pantanosos terrenos del delta del Nilo.
La Venganza de Horus
Osiris retornó al reino de los muertos, pero ya había dejado su semilla en Isis y de ella nació Horus felizmente en Jemnis. Con la presencia devota de su madre fue educado en el mayor de los secretos, preparándose con esmero y paciencia al sucesor del rey asesinado en su escondite del Delta, mientras la mágica Isis le cubría con la impenetrable coraza de sus conjuros, esperando hasta que llegase la hora de la venganza definitiva. Y esta hora llegó, pero la lucha entre Set y Horus iba a ser larga y angustiosa; una pelea que aparecía no tener fin, en la que uno y otro contendiente infligía tanto daño como el que recibían de su adversario. Tan penoso era el combate, que Toa, el dios de la Luna y la divinidad del orden y la inteligencia, se apiadó de los combatientes e intervino para mediar en la disputa, llevando a ambos ante el tribunal de los dioses y haciendo comparecer también a Osiris, para que todos puedan oír las razones de uno y otros. El tribunal sentencia que en la causa entre Set y Osiris, sea Osiris quien recupere el reino que tuvo en vida, y añada a su corona la parte del país que originalmente correspondió a su hermano y asesino. En la larga y controvertida vista de la pugna entre Set y Horus, que duró nada menos que ochenta años, los jueces celestiales terminaron por fallar el pleito sobre los derechos sucesorios a favor de Horus. El hijo póstumo de Osiris recuperaba lo que correspondía por su linaje: la sucesión en el trono de Egipto. Así el hijo era reconocido por la divinidad como el soberano indiscutible, dentro de la tradición clásica que adjudicaba a los reyes y a los reinos un sentido de voluntad divina. Por estas dos sentencias Set pierde su poder, conquistado con malas artes, pero no es castigado, sino apartado del mundo; Set pasa a ser también una divinidad necesaria al ser acogido por Ra, divinidad solar, para que se ocupe en los cielos de alternar la noche con el día y deje que sean los reyes los que gobiernen sobre la tierra. Horus, a su vez, engendra cuatro hijos: Amsiti, Hapi, Tuemeft y Kevsnef; aunque no se especifica con exactitud quien puede ser la madre, si es que existe tal (hay quienes dicen que son hijos de Horus y su madre Isis) . Estos hijos, que acompañarán a Osiris en los juicios a los muertos, también cuidan de los cuatro puntos cardinales, y se ocupan de velar por las necesidades y la salud de las entrañas de Osiris.
El juicio de Osiris es el juicio que debe presentar el difunto antes de entrar al reino de ultratumba que gobierna Osiris. Existen varias versiones gráficas de este evento debido a que era común que se incluyera una copia de estos textos en el sarcófago del difunto para que supiera como comportarse cuando estuviera frente a los dioses.
La figura muestra en la parte superior a los jueces del Más Allá, que eran en total 42 y cada uno de ellos preguntaba al difunto si no había cometido un pecado, de manera que debía contestar sobre 42 pecados diferentes. Seguramente estos eran los que los egipcios consideraban más abominables.
Abajo de los jueces, a la izquierda está el dios Anubis (con cabeza de chacal) que lleva de la mano al difunto hacia la balanza que pesará su corazón. Una vez en la balanza, Anubis es el encargado de vigilar que el juicio sea justo, verificando que la balanza esté bien calibrada en todo momento. En la balanza se pone, en un plato, el corazón del difunto y en el otro, la pluma de Maat (diosa de la verdad y la justicia). A la derecha de la balanza se encuentra el dios Thot (cabeza de Ibis, que es un ave parecida a la cigüeña) que se dispone a registrar con sus instrumentos cualquiera que sea el resultado que arroje la balanza.
Con la balanza dispuesta de este modo, si ésta se inclina hacia el lado del corazón, significa que el corazón del difunto es pesado y está lleno de malas acciones por lo que Ammit (la bestia bajo a la balanza) devorará el corazón haciendo que el difunto no pueda volver a vivir nunca más.
Si por el contrario, la balanza se inclina hacia el lado de la pluma, significa que el corazón está libre de malas acciones, por lo que el difunto es conducido por el dios Horus (el de cabeza de halcón) hacia el reino de Osiris, donde éste se encuentra sentado con el cuerpo vendado y sosteniendo el flagelo y el cayado (símbolos del poder) y detrás de él se encuentran las diosas Isis (vestida de blanco) y Neftis (vestida de rojo).
Estas representaciones no solo contienen imágenes, obsérvese que también contiene fragmentos de escritura. Estas frases son fórmulas que el difunto debía decir ante los dioses para conseguir su benevolencia y poder entrar al reino de Osiris.
Osiris, es una de las principales deidades egipcias llamado, "rey de la eternidad, señor de lo perdurable, soberano de los dioses y de los hombres, dios de dioses, rey de reyes, señor de señores, gobernador del mundo cuya existencia es eterna". Se le considera como un dios que moría y resucitaba anualmente, por ello, era la divinidad que daba a los hombres la esperanza de cierta resurrección y de una vida más allá de la tumba.
Los egipcios tenían la creencia de que para la vida futura hacía falta el cuerpo, lo que los inspiró a la práctica de la momificación.
Pensaban que mientras el cuerpo perduraba, el hombre moraba feliz en otro mundo: un mundo de paz.
Los egipcios creían en la vida después de la muerte, lo cual es la idea básica que sustenta la existencia de esta práctica. Como se comentó en el apartado del Periodo Predinástico de la sección de Historia, los egipcios de ese periodo enterraban a sus difuntos en las arenas del desierto, junto con algunas de sus pertenencias. La arena caliente provocaba que el cuerpo se deshidratara incluso antes de descomponerse lo cual generaba una conservación considerable. Tal vez en alguna ocasión que desenterraron algún cuerpo habrán notado que éste se hallaría en muy buenas condiciones de conservación y posiblemente eso los habría hecho pensar en que el cuerpo se conservaba porque estaba viviendo otra vida en la tierra de los muertos.
Con esto se empezó a desarrollar una creencia o conjunto de creencias sobre la vida después de la muerte, las cuales no son tan sencillas de explicar. En términos sencillos, todo hombre tenía además de su cuerpo otros dos elementos llamados Ka y Ba, ambos invisibles, diferentes pero indispensables el uno para el otro.
El Ka es algo así como la esencia vital del hombre y cuando los dioses creaban a una persona creaban al mismo tiempo su Ka a imagen del individuo y permanecía con él durante toda su vida. Cuando moría, el Ka dejaba su cuerpo y el difunto debía reunirse con su Ka en el reino de los muertos para seguir viviendo. Pero el Ka necesitaba comida para poder subsistir y por eso los familiares del difunto seguían llevándole ofrendas de comida. El Ka sin embargo era por decirlo así, hereditario, de manera que toda una familia tenía el mismo Ka.
El Ba, por el contrario, era lo que diferenciaba a una persona de otra, era la fuerza que tenía el difunto y podía moverse libremente. Cuando el individuo moría, también se separaba del cuerpo, pero este iba y venía libremente a donde quisiera, ya sea en el reino de los vivos o de los muertos e incluso era el intermediario, el que viajaba del cuerpo al reino de los muertos, sirviendo de enlace entre el cuerpo del difunto y su Ka, pero cada noche debía regresar a la tumba y alojarse en el cuerpo del difunto. Pero digamos que el Ba "no era muy listo" y cada vez que regresaba a las tumbas "veía los cuerpos" para ver cuál era el suyo, por lo que si el cuerpo se descomponía, nunca podría reconocer su cuerpo de nuevo. La eliminación del cuerpo, generaba la eliminación del Ba. Es por esta razón que el cuerpo necesitaba ser conservado y además se incluían pinturas y estatuas de la persona fallecida.
Cuando los enterramientos dejaron de ser en las arenas del desierto y empezaron a colocar a los difuntos en sarcófagos en habitaciones cerradas se debía hacer algo para conservar el cuerpo. A partir de entonces se empezaron a desarrollar técnicas para conservar los cuerpos y alcanzó su7 punto óptimo durante el Imperio Nuevo y las épocas posteriores a éste.
Como todo aspecto religioso, había un dios que se "encargaba" de estos menesteres, y para el caso del embalsamamiento y momificación, el dios encargado era Anubis. Por lo tanto los sacerdotes que llevaban a cabo este ritual eran los sacerdotes de Anubis. Estas tareas eran llevadas a cabo en tiendas especialmente montadas para este propósito.
El proceso de momificación varió con el paso de los años, pero incluso durante el Imperio Nuevo existían diferentes clases de momificación según el tipo de persona y los recursos con que contara y lo que estuviera dispuesto a pagar (tal y como se hace hoy en día). Según el historiador griego Herodoto, existía el "servicio" de Primera, Segunda y hasta Tercera clase, para aquellas personas que no tenían posibilidades económicas. La sustancia que se utilizó para la deshidratación en lugar de la arena del desierto se le llama natrón y es una mezcla de carbonato, bicarbonato, cloruro y sulfato de sodio.
El proceso de Primera Clase era el más caro y laborioso y consistía de las siguientes operaciones:
Se extraía el cerebro mediante unos ganchos por los orificios nasales.
Se extraían las vísceras a través de una pequeña incisión en el lado izquierdo del abdomen.
Se esterilizaba el cuerpo y las vísceras.
Se deshidrataban las vísceras con natrón.
Se secaban las vísceras y se untaba una resina fundida.
Se envolvía el cuerpo, temporalmente, con natrón y resinas olorosas.
El cuerpo se mantenía en natrón durante 40 días.
Se quitaban los materiales de la envoltura temporal.
Se rellenaban las cavidades del cuerpo con linos empapados en resina y materiales aromáticos o aserrín para devolver la forma del cuerpo.
Unción del cuerpo con ungüentos.
Se trataban las superficies del cuerpo con resinas fundidas.
Vendaje final con inclusión de amuletos entre las vendas de lino.
Se vertía en el cuerpo ya vendado la resina.
Se colocaba la máscara funeraria y se depositaba en el sarcófago.
Las vísceras se guardaban después en los vasos cánopos, cuatro vasos destinados a conservar el estómago, intestino, hígado y pulmones. El corazón no se extraía, pues se creía que este órgano era la base de la inteligencia del ser humano, necesaria en la otra vida, sin embargo, el cerebro que se extraía en pedazos por la nariz era desechado sin contemplaciones.
Las vendas estaban realizadas en lino y en el periodo griego se realizaban complejos vendajes que incluían figuras geométricas. El proceso de vendaje se realizaba empezando por los dedos y los miembros individualmente para finalmente realizar el vendaje del cuerpo, que se mantenía sujeto por 2 pilares para poder acceder a todas las partes. Algunas momias mantienen los brazos y las piernas vendadas junto con el cuerpo.
No todas las máscaras funerarias representaban fielmente el rostro del difunto. Esto dependía si la familia del difunto podía pagar por una máscara hecha especialmente para él o escogían una de las que ya se habían hecho (casi en serie). Sin embargo, la idea de la máscara funeraria, así como la de los sarcófagos era la de realizar una representación del rostro del difunto para ayudar a su Ba a que lo pudiera reconocer cuando volviera a la tumba.
Entre los vendajes de las momias también se colocaban amuletos para que ayudaran al difunto en su otra vida, junto con algunos pasajes del Libro de los Muertos, que indicaban al difunto lo que debía decir una vez que se encontrara de frente a los dioses; es decir, eran una ayuda para que fueran aceptados en el reino de los muertos y a salir con buen resultado durante el Juicio de Osiris. Algunos amuletos comúnmente encontrados entre los vendajes de las momias están los escarabajos, los llamados "Ojos de Horus" y las cruces egipcias llamadas "Anj".
Durante todo este proceso se repetían diversas oraciones y rituales a intervalos determinados, pero el ritual más importante es el que se hacía una vez que todo estaba listo para dejar el cuerpo en su última morada: el rito de la Apertura de la Boca, en el cual los sacerdotes realizaban unos movimientos sobre la cabeza de la momia con unos instrumentos especiales con el fin de devolverle la capacidad de moverse, hablar y comer en la otra vida. Una vez realizado este ritual, la momia era llevada a su cámara sepulcral y era sellada junto con todos los artefactos que habían sido previamente depositados en ella.
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Cultura: Arte y Ciencia
Para los egipcios el destino humano solo tenia relación con el destino de la clase alta rectora de la vida. Son las gentes que pertenecen a esta clase las que serán enterradas en una tumba que contendra unas cámaras para echar provisiones, vestidos y útiles, adornos y joyas necesarios en la otra vida.
En las paredes de esas cámaras las pinturas describen la vida del difunto y de su familia. Allí están representados los sirvientes que lo ayudaran y lo atenderán. Una puerta simulada conducía al reino de los muertos.
Para los faraones la misión mas importante durante la vida era la de construir el sepulcro. Las obras se iniciaban al comenzar su gobierno, y en ocasiones adquirieron extraordinaria monumentalidad, como la pirámide de Kheops.
La forma de las tumbas cambio lentamente: Al principio, la tumba estaba cubierta por un túmulo de ladrillo, de paredes inclinadas y terraza plana encima; la llamaremos mastaba. Esta banco de ladrillos cubría y protegía la entrada al pozo excavado en el suelo para depositar en su fondo el cadáver.
El arquitecto Imhotep construyo, para el faraón Zoser, una pirámide en la que escalono seis mastabas. Este es un monumento que da la solución original de las pirámides. Conviene recordar que la pirámide escalonada de Zoser se halla en Sakara.
Cuando el faraón Kheops instaura la 4º dinastía se produce un cambio en forma de la pirámide: Sus cuatro caras son lisas y sus dimensiones alcanzan una altura de 146 m con una base cuadrada de 230 m de lado
Al transladarse la corte a Tebas, en especial durante el Imperio Nuevo, las tumbas fueros excavadas en los farallones rocosos que bordean el Nilo. A estas tumbas, formadas por un largo corredor que atraviesa una serie de cámaras, les damos el nombre de hipogeos. En la cámara principal de la tumba se excavo un pozo para depositar el cadáver.
Para construirla se necesitaron ,al rededor de, 800 hombres ;el traslado de los bloques de la mina a el sito de la construcción demoro 10 años y la construcción de la pirámide demoro 20 años aproximadamente.
Para construir los mejores cimientos se rodeaba los cuatro lados de la base de la roca con fango del Nilo y se llenaba de agua formando un retículo de cuadros iguales. Más tarde se iba colocando una fila de rocas rectangulares de caliza blanca, que serbian de base para las piedras que formarían el revestimiento.
Una gran parte de los bloques de piedra caliza eran extraídos de las canteras de Mokattam, cerca de la orilla arábiga del Nilo. Se sabe que en esas cantaras se cavaban el la roca dura unos túneles de varios cientos de metros. Luego seccionaban unos espacios entre los bloques y su techo para poder desprenderlos . Para hacer esto utilizaban unos mazos de madera y unos cinceles de cobre. Así lograban abrir una gran grieta en la pared rocosa, en la cual introducían unas cuñas de madera humedecida. De esta forma el bloque se desprendía sin sufrir daños en cualquiera de sus bordes , a veces utilizaban agua caliente que echaban en la grieta y así la fractura resultaba perfecta.
En esta pirámide la cámara funeraria no fue excavada en el suelo sino en el exterior mismo de la construcción.
El arrastre humano de los bloques
Se tardó en construir unos veinte años y la ayuda de miles de operarios que eran relevados cada tres meses. Para transportar los grandes bloques se hizo un gran calzada de unos 900 metros de extensión y 18 metros de ancho que tenía unos 36 metros de desnivel sobre el Nilo para poder transportar los grandes bloques. Y se tardó nada más y nada menos que unos 10 años.
En cuanto a los hombres se calcula que fueron unos 800, bien atados y situados en doble fila, que tirarían de las cuatro gruesas maromas. Con una alineación correcta, trabajando al mismo tiempo, de acuerdo a una canción o a unos gritos del tomador se tenía la fuerza necesaria.
La construcción
La idea más apoyada es que se inició desde la base y luego se continuó hilera tras hilera. Con este método se podían colocar diariamente más de quinientos bloques de granito. Sin embargo, dado que cualquiera de las hileras de la base cuenta con más de 50.000 bloques, hubiera llevado tres meses finalizar una sola. Todo lo que rodea al modo de construcción es un misterio.
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Fueron edificados sobre los bancos del Río Nilo o en las arenas del desierto, con piedra traída del sur montañoso. Algunos, como el templo de Hapsepsut, están cavados en la roca. Los templos presentan las siguientes características:
Se llega generalmente a ellos por un camino cuyas orillas están marcadas por alineamientos de esfinges.
Cerca de la entrada hay dos obeliscos decorados de jeroglíficos.
La puerta se abre en unos enormes muros de forma trapezoide que simbolizan al Río Nilo, principal responsable de la prosperidad del país por la regularidad de sus inundaciones.
Pasando este muro, aparecen sucesivamente tres construcciones:
Un patio periestilo para ceremonias públicas.
Un patio hypoestilo al que sólo tienen acceso los nobles.
Finalmente las habitaciones de los sacerdotes con el santuario.
Los templos son abundantemente decorados con escrituras, relieves y pinturas y poseen una gran variedad de columnas.
Abu Simbel, emplazamiento de dos templos a orillas del río Nilo, al sur de Asuán, en el norte de Egipto. Los templos fueron excavados en un acantilado de piedra arenisca hacia el 1250 a.C. durante el reinado de Ramsés II. El interior del templo mayor tiene una profundidad de más de 55 m y está compuesto por una serie de vestíbulos y cámaras que conducen a un santuario central. Este templo fue dedicado por Ramsés II a los dioses principales de Heliópolis, Menfis y Tebas. Está orientado de tal modo que los rayos del sol naciente iluminan las estatuas de los tres dioses y la de Ramsés II, en la parte más profunda del santuario. El templo más pequeño fue dedicado por Ramsés a su reina, Nefertari, y a la diosa Hator. La fachada del templo mayor posee cuatro estatuas sedentes de Ramsés II, cada una de más de 20 m de altura. Pequeñas estatuas de Ramsés II, Nefertari y de sus hijos adornan la fachada del templo de Nefertari. El templo mayor tiene numerosas inscripciones y relieves, algunos de ellos de inusual interés histórico. Una serie de relieves representan la batalla entre egipcios e hititas en Qades (Kadesh). Dos de las grandes figuras sedentes de Ramsés tienen inscripciones en griego que datan del siglo VI a.C. Fueron escritas por soldados mercenarios griegos y se encuentran entre las primeras inscripciones griegas datadas.
De la antigua Nubia no se conocieron en Occidente hasta 1812 cuando fueron descubiertos por el explorador suizo Johann Ludwig Burckhardt. En 1964 se inició un proyecto internacional para salvar los templos de la inundación que produciría el lago Nasser, depósito de la Gran Presa de Asuán. En un reto de ingeniería notable, los templos fueron desmontados y, en 1968, vueltos a montar en un lugar a 64 m sobre el nivel del río.
Las pirámides y la Esfinge, una de las atracciones más famosas del país, se localizan en la parte occidental de El Cairo, en el barrio de Gizé. Uno de los aspectos que más sorprenden a los visitantes es la cercanía de la ciudad, ya que en las fotografías las pirámides suelen aparecen sobre un fondo desértico. Visto desde el lado opuesto, parece que el crecimiento de El Cairo llegará pronto hasta las pirámides y las absorberá como parte de la ciudad. También hay construcciones religiosas y gubernamentales más recientes pero no por ello menos espectaculares. La Ciudadela, en la parte oriental de la ciudad, es famosa por sus mezquitas y su fuerte. Desde la Ciudadela, construida por el sultán Saladino al-Ayoubi en 1176 d.C., se domina El Cairo.
El perfil de sus construcciones en el horizonte forma parte del paisaje de la ciudad. La mezquita de Mohammed Ali es conocida por sus elevadas cúpulas y sus alminares gemelos, dos de los `miles de alminares' famosos de la ciudad.
En el Viejo Cairo, o Fustat, se encuentran las puertas de la antigua muralla que rodeaba la ciudad. De las ocho puertas originales, sólo quedan tres —Bab Zeuela, Bab al-Nasr y Bab al-Fotouh—, todas majestuosas y de estilo diferente. En los mercados (sucs, de ahí nuestros `zocos') del Cairo moderno, muchos de ellos especializados en ciertos artículos como comida o metales preciosos, se vincula la economía actual con la tradicional. El pasado y el presente se mezclan también en los dos cementerios gemelos de la periferia conocidos como la Ciudad de los muertos. Debido a la crisis de la vivienda y a la pobreza, unos 500 mil habitantes de El Cairo viven en las tumbas y mausoleos de los difuntos. Aunque la situación no ha sido sancionada oficialmente, se ha formalizado hace tiempo y se provee a estas personas de agua y electricidad. La vida en los cementerios ha creado un paisaje urbano único.
Tebas (en egipcio, Wasit o Niut, `la ciudad'), antigua ciudad y, durante muchos siglos, capital del antiguo Egipto, a ambos lados del río Nilo, a unos 725 km al sur de la actual ciudad de El Cairo. Tebas se encuentra parcialmente ocupada en la actualidad por las ciudades de Karnak y Luxor. Fue denominada Tebas por los griegos, quienes también la denominaban Diós polis (`ciudad celestial'); es la
ciudad identificada en el Antiguo Testamento como No (`la ciudad') o No-Amon (`la ciudad de Amón'). Repartidos por el yacimiento se encuentran los restos de numerosos templos, tumbas y otros monumentos del antiguo Egipto. De origen prehistórico, Tebas aparece por primera vez en registros egipcios durante el Imperio Antiguo (c. 2755-2255 a.C.). Se han descubierto tumbas que datan de faraones de la VI Dinastía (c. 2407-2255 a.C.) en la necrópolis, que se encuentra en la orilla occidental del río Nilo. Según indica el nombre bíblico de Tebas, la deidad local de la ciudad era Amón quien originalmente representaba las fuerzas de generación y reproducción y, después como Amón-Ra, se convirtió en `rey de los dioses'. El templo de Amón en Karnak es uno de los mejores conservados y con una de las estructuras más magníficas de la antigüedad egipcia.
Bajo los faraones de la IX y X Dinastías (c. 2230-2035 a.C.), Tebas se desarrolló como centro administrativo de una poderosa línea de nomarcas (gobernadores). Los monarcas de Tebas retaron con éxito a los faraones de Heracleópolis, consiguiendo el control completo de Egipto hacia el 2035 a.C. Con el establecimiento de la XI Dinastía, Tebas fue capital de Egipto hasta el reinado de Ajnatón (o Aknatón) en el siglo XIV a.C. Durante este periodo se erigieron numerosos templos, la avenida de esfinges, varias tumbas magníficas y muchos otros monumentos en Tebas y sus alrededores. Se restableció como sede del gobierno egipcio poco después de la muerte de Ajnatón. Después, en concreto durante las XIX y XX Dinastías (1293-1070 a.C.), los faraones contribuyeron al esplendor arquitectónico de la ciudad. Los asirios saquearon Tebas en el siglo VII a.C. Aunque después fue restaurada en parte, la ciudad sufrió un rápido declive después del colapso en el 332 a.C. de la XXXI Dinastía. A finales del siglo I a.C., Tebas fue destruida por los romanos.Entre los monumentos más importantes se encuentran las tumbas de los faraones en el Valle de los Reyes, los colosos de Memnón, el Ramesseum de Ramsés II, el templo de Ramsés III y el templo de la reina Hatshepsut.
La civilización egipcia se destaco en sus conocimientos de matemática y astronomía estos conocimientos le permitió realizar trabajos de ingeniería, arquitectura y crear un calendario solar de 365 días.
En el calendario egipcio el año era de 365 días y, como no se intercalaba un año bisiesto (como hacemos nosotros), para anular así un cuarto día por año, vieron la necesidad de agregar un año entero cada 1460 años. El año se dividía en tres temporadas de cuatro mese, las cuales eran de treinta días solamente, quedaban entonces cinco días por año que recibían el nombre de epagomenales y que eran considerados como los días de los cinco dioses principales.
La astronomía en Egipto comenzó en el año 3500 (a.C) cuando los sacerdotes establecieron mapas del cielo en los que figuraban las constelaciones. En lugar de los signos del zodíaco los egipcios dividieron los años en dekans que correspondían a 36 periodos sucesivos de diez días. Cada periodo comenzaba con la aparición de una estrella un grupo de estrellas en horas determinadas de la noche. El día se dividió en 24 horas, doce para el día y doce para la noche, Las horas de la noche se median con un reloj de agua llamado clepsidra. Era una vasija que perdía lentamente el agua y en cuyo interior una serie de ranuras indicaban el tiempo transcurrido. Las horas del día se median con sencillos relojes de sol, en los que la longitud de la sombra indicaba la hora.
Respecto a las matemáticas, desde la primer dinastía se uso un sistema decimal que permitía contar hasta un millón. Era muy complicado, ya que un numero como 999 requería veintisiete signos.
Todos los procedimientos aritméticos se fundamentaban en la operación de contar, la suma significaba contar hacia delante y la sustracción o resta, hacia atrás. Las tablas de multiplicar no fueron utilizadas, el sistema que empleaban para ello consistía en doblar un numero; y, por una serie de operaciones en que se doblaba o reducía a la mitad, obtenían el resultado. La geometría tuvo un desarrollo similar; pero, podemos decir que el conocimiento matemático fue esencialmente practico.
Los egipcios también se destacaron en la medicina que fue reconocida a través de varios siglos por los persas y griegos.
La medicina egipcia siempre estuvo relacionada con la magia, porque el concepto que tenían los egipcios de las enfermedades no era como el nuestro, sino algo que tenia origen en poderes extraños. Enfermo era quien estaba poseída por una fuerza maligna que era necesario alejar.
Las drogas, realmente efectivas, se dividían en líquidos para beber y ungüentos para aplicar externamente.
La estatuaria egipcia (a pesar que fue considerada auxiliar de la arquitectura) tuvo un gran desarrollo, por estar vinculada con la religión. En las tumbas se colocaban numerosos modelos de madera, piedra o bronce que reproducían la imagen del difunto para que el alma (en caso de desaparecer la momia) encontrara rápido albergue.
Los artesanos egipcios realizaron gran cantidad de pequeñas esculturas (primero de metal o piedra caliza, luego de madera policromada), referidas a las actividades habituales de la población (artesanías, agricultura, comercio, navegación). Su valor artístico no es muy grande, pero si lo es su valor testimonial.
Los trabajos de los escultores egipcios se caracterizan por la constante simetría o igualdad de dos mitades. De acuerdo con lo que podemos observar en los bajorrelieves, desconocían la perspectiva, pues superponían las figuras que deseaban representar en un segundo plano. Las figuras humanas aparecen con el rostro y los pies de perfil pero el resto del cuerpo y los ojos de frente.
La pintura se utilizaba para decorar los monumentos y cubrir las estatuas. Como desconocían la perspectiva los egipcios nunca llegaron a ser grandes artistas pictóricos. Sin embargo eran detallistas y reproducían fielmente el original. Empleaban diversos colores (rojo, negro, amarillo, azul y verde) que disolvían en agua y mezclaban con una especie de goma. Muchos de los trabajos realizados se han conservados frescos hasta el presente
La escritura jeroglífica es la forma más antigua de escritura del Antiguo Egipto. Esta escritura es con la cual la cultura egipcia era identificada. Los jeroglíficos son sistemas de escritura plenamente desarrollados con la cual la información semántica puede ser comunicada.
Los documentos mas tempranos de inscripciones jeroglíficas datan del periodo predinastico, la mayoría están en objetos de piedra. Lo ultimo de esta escritura fue encontrado en el templo de Philae y data del 394 (a.C).
Al principio los jeroglíficos eran bastante pocos pero con el tiempo se fueron añadiendo signos. Esto se ve en un ejemplo en el Periodo Antiguo había 700 signos y 6000 en la época Ptolemaica.
Existía también un tipo de escritura un tipo de escritura corriente, denominada hierática, de signos mas simplificados, empleada en el uso cotidiano, y hecha sobre cortezas de papiro.
A partir de la XXI dinastía empleaban (en los contratos comerciales) un tipo de escritura cursiva, llamada demótica. Debemos suponer que las dos últimas son variaciones simplificadas de los jeroglíficos, pues las tres eran una sola escritura.
Los jeroglíficos eran un misterio que, a través de los años nadie había podido descifrar. Un hecho casual permitió iniciar la investigación ya que durante un expedición el comandante Boussard encontró cerca de Rosseta una piedra de granito negro que tenia grabadas tres inscripciones: la superior en jeroglíficos, la del medio en caracteres demoticos y la del medio en griego.
El físico inglés Tomás Young consiguió leer los nombres de Ptolomeo y Cleopatra, pero el sabio francés Juan Francisco Champollion (1790 - 1832) tuvo el honor de descifrar las inscripciones de la piedra Rosseta comparando la inscripción griega con la demótica y luego comparando las dos con la jeroglífica.
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Enviado por: | Dante Rotondaro |
Idioma: | castellano |
País: | Argentina |