Literatura


Cien años de soledad; Gabriel García Márquez


Personajes

José Arcadio Buendia: personaje principal, él fue él

fundador de Macondo, es un hombre soñador e ingenuo,

un hombre con gran curiosidad por la ciencia.

Úrsula: personaje principal, Ursula es la defensora de

su familia y proveedora de lo necesario, es

Supersticiosa y muy generosa.

José Arcadio: personaje secundario. Lleno de vida y

Deseoso de conocer el mundo. Bondadoso y un poco

Bruto.

El Coronel Aureliano: personaje principal. Él es

Callado pero más tarde, aguerrido y violento.

Imposibilitado para el amor y expresar sus

Sentimientos.

Amaranta: personaje secundario. Ella creció alejada

del cariño de su madre y de la atención de José

Arcadio Buendía. Vivió su vida amargada por el amor no

Correspondido de Pietro Crespi. Vivió atormentada por

la pasión que sentía por su sobrino y el no poder

Confiar en nadie.

Aureliano Segundo: personaje principal. Cuando era

niño se parecía a los aurelianos de la familia:

callado, interesado en la platería. Cuando descubre él

Amor también descubre las fiestas, el derroche. Es un

Hombre de buen corazón y muy generoso.

José Arcadio Segundo: personaje secundario. En su

niñez tiene el carácter de los José Arcadios:

interesado en los inventos y en las empresas más

Extrañas e imposibles. Cuando es un hombre, comparte

con el coronel Aureliano su interés por la guerra y

Las causas sociales.

Fernanda: personaje principal. ella es una mujer dura

y conservadora, vive siempre preocupada por las

Apariencias.

Pilar Ternera: personaje principal. Amante y la mejor

Consejera de los Buendía. Ella es una pieza fundadora

de las generaciones de los Buendía y es muy generosa.

Petra Cotes: personaje principal.Ella siempre fue la

fiel amante de Aureliano Segundo. De buen corazón y

llena de pasión y energía.

Aureliano: personaje principal. Aureliano comparte los

gustos por la platería como todos los

Aurelianos.Inocente.

Amaranta Úrsula: personaje principal. Una mujer feliz

y llena de vida. Amaranta Úrsula es la que logra

cambiar el destino de los Buendía. Vive y muere feliz

sin ninguna amargura o soledad.

Introducción

Esta es la historia de los Buendía. José arcadio Buendía y su esposa Úrsula son los procreadores de José arcadio Buendía, el hijo mayor y aureliano Buendía, que más tarde seria el coronel y amaranta la menor, y de estos 3 nacerán 4 generaciones y se irán relacionando y procesando entre ellos mismos, digo salvo algunas excepciones. Esta familia acompañada por otros esposos, mujeres y niños, cruzan la sierra, y fundan el pueblo de Macondo. Esto cuenta al nacimiento y a la muerte de un pueblo latinoamericano: Macondo, toda una familia con todos sus descendientes, pasan atraves de este pueblo, lleno de miseria y aveces grandeza, su destino, y el de los primeros fundadores, es la desaparición.

Macondo es testigo de la felicidad y de la fortuna y durante mas de cien años vivieron los buendia.

José arcadio se trastorna con la magia y las invenciones que Melquiades lleva a Macondo cada año con el circo.

La obsesión de José Arcadio por las empresas más imaginables y su cercana relación con el gitano, Melquiades, son las que confirmaran su destino y el de toda su familia. Las relaciones de pasión, amor, odio y todo se darán en las 4 generaciones que serian impregnadas por la superstición, el miedo, la religión, la soledad, la inocencia, y la solidaridad. Los nombres se van perpetuando de generación en generación como los lazos carnales entre los primos y las tías, los hermanos u las abuelas, etc...

Por la vida de los Buendia se conoce la historia de Macondo, del caribe y de América.

Los aurelianos son pensativos y combativos, Los José Arcadios son parranderos, obsesivos y locos.

Ursula Jose Arcadio buendia

José Arcadio

Rebeca

Pilar Ternera

Arcadio

Santa Sofía de la Piedad

-Aureliano II-

Fernanda del Carp

José Arcadio Renata Remedios Amaranta Ursula

Mauricio Babilonia Gastón

Aureliano Babilonia

Aureliano Babilonia

Argumento

Muchos años después, el coronel Aureliano Buendía se

acordaría de cuando su padre los llevaba, a él y a su hermano, a conocer las maravillas del circo. JoséArcadio Buendía amaba la época en que el circo llegabaa Macondo y con él llegaba Melquíades, un gitanoextravagante que llegaba al pueblo con los inventos

más extraños.Melquíades, a su despedida del pueblo, siempre ledejaba sus tesoros a José Arcadio, él, por su parte,emprendía con ellos las empresas más osadas. Úrsula,su mujer, siempre renegaba e intentaba impedir que su marido gastara el poco dinero,por decirlo ella era una amargada, pero siempre era inútil. Los hijos gozaban del circo, se sorprendían por los inventos y las enigmáticas personalidades que llegaban con él.

El criollo cultivador de tabaco, José Arcadio

Buendía, estableció una sociedad con el bisabuelo de

Úrsula, el negocio fue tan productivo que en poco

tiempo hicieron una fortuna. Los lazos de unión entre

José Arcadio y Úrsula se estrecharon desde entonces,

en el pueblo de Riohacha. La madre de Úrsula se

encargaba de atormentarlos con los peligros a los que

su descendencia se exponía por lo parecido de la

familia , eran primos, que había entre ellos. En un

duelo de honor,José Arcadio Buendía mató a Prudencio

Aguilar cuando una noche hacía bromas sobre el

matrimonio todavía no consumado por el terror de

Úrsula sobre sus futuros hijos. José Arcadio y Úrsula

se sintieron culpables por el asesinato, culpa que

sentirían hasta en la tumba. Después de largas noches

de insomnio a causa del espíritu de Prudencio, los

Buendía deciden abandonar el pueblo y fundar uno

nuevo: Macondo. Ya instalados en el pueblo que fundó

José Arcadio con otros amigos, empezaron las visitas

del circo. A la casa de los Buendía llegaba todas las

mañanas Pilar Ternera, una jovial y risueña mujer que

leía la baraja y ayudaba a Úrsula con las labores

domésticas. Con el pretexto del juego, Pilar Ternera

inició a José Arcadio en los menesteres del amor; así

se inició la relación de la mujer con los Buendía.

Tiempo después Aureliano se enteró de la relación que

José Arcadio sostenía con Pilar y, se convirtió en su

cómplice. Un jueves de enero nació Amaranta y para

fortuna de su madre, Úrsula, después de una detenida

examinación, era un bebé con todas las partes de ser

humano.

Pilar Ternera parió a un Buendía, el niño, a pesar de

la voluntad de Úrsula, fue llevado a la casa de los

abuelos. Le dieron el nombre de José Arcadio y la

abuela puso como condición que nunca se le fuera

revelado su origen. José Arcadio se volvió una

autoridad en el pueblo y nada se hacía sin ser antes

consultado con él. Úrsula se encargó de consolidar la

economía familiar, y así sería hasta sus últimos días,

con su maravillosa industria de galletitas y peces

azucarados. Por su parte, Aureliano había dejado de

ser un niño y era lo contrario a la imagen de su

hermano; Aureliano era silencioso y se había dado al

oficio de la platería. Un domingo llegó Rebeca, con

los huesos de sus padres en una caja y una carta para

José Arcadio. La niña no hablaba, llegaron a creer que

era sordomuda y hasta el día de su muerte la llamaron

Rebeca Buendía. Descubrieron que Rebeca tenía el vicio

de comer tierra y cal de las paredes; después de los

esfuerzos de Úrsula dejó de hacerlo y comenzó a

hablar. Con la llegada de nueva gente a Macondo llegó

la enfermedad del insomnio. Los habitantes del pueblo

pasaban noches sin dormir y se estaban olvidando de su

historia y hasta de los nombres de las cosas. De todo

los curó Melquíades.

La casa fue remodelada y creció tanto como la

familia. Rebeca y Amaranta se habían convertido en

adolescentes y Úrsula decidió hacer una gran fiesta

para ellas. La abuela mandó llamar a Pietro Crespi, un

bailarín del cual se enamorarían las dos niñas.

Amaranta cultivó un rencor por Rebeca que se llevaría

hasta la tumba. Llegó al pueblo la familia Moscote,

los padres y siete bellas hijas. Aureliano conoció a

Remedios Moscote y quedó enamorado perdidamente de el,

la niña tenía nueve años. El dolor y la amargura se

instalaron en casa de los Buendía cuando Pietro Crespi

dejó el pueblo, Rebeca, por su parte, se queda

sufriendo silenciosamente. Aureliano es el único que

la comprende pues sufre del mismo mal de amor. Pilar

Ternera se entera del amor que Aureliano le profesa a

la menor de los Moscote y consigue que la niña acepte

casarse con él. El matrimonio es aceptado bajo la

condición de que Rebeca también cumpla su deseo de

casarse. Amaranta la amenaza con impedir su boda, si

fuera necesario, hasta con su propia muerte.

Melquíades, el viejo sabio, se murió y José Arcadio se

negó a enterrarlo. A l viejo José Arcadio se le iba el

tiempo inventando mecanismos y estudiando los libros

de Melquíades, fue perdiendo el interés por el mundo,

excepto por el laboratorio que le dejó el gitano. Una

tarde, José Arcadio entra en un estado tan alterado de

locura que Aureliano, ayudado por diez hombres, tuvo

que amarrarlo al castaño.

Aureliano y Remedios se casaron un domingo, Rebeca

estaba muy triste por la demora de Pietro. El señor

Moscote llevó un padre a Macondo que, más tarde, se

daría a la tarea de edificar un templo que tardaría

más de quince años en ser terminado. Amaranta,

queriendo impedir la boda, propuso que la boda entre

Rebeca y Pietro se realizará cuando el templo hubiera

sido terminado. Hubo un nuevo y definitivo

aplazamiento, la muerte de Remedios; una madrugada fue

encontrada en un mar de sangre y con un par de gemelos

atravesados en el vientre. Úrsula dispuso un duelo de

puertas y ventanas y Rebeca volvió a comer tierra. Una

tarde apareció un hombre enorme, de grandes músculos y

el cuerpo curtido de sal, era José Arcadio que, muchos

años atrás, se había ido con los gitanos. Rebeca

descubrió en Arcadio el amor y se olvidó de Pietro.

Aureliano se integra a la guerra civil, en muy poco

tiempo es nombrado coronel.

Aureliano se aleja de Macondo, se convierte en un

hombre mítico; en el pueblo se tienen noticias suyas

por medio de los 17 hijos que tuvo durante la

revolución. Arcadio, el nieto de José Arcadio, sigue

los pasos de su tío, pero se convierte en un dictador,

Úrsula lo desprecia. José Arcadio, que sigue amarrado

al castaño, había perdido todo contacto con la

realidad. Rebeca y José Arcadio se van de la casa

pues, según Úrsula, son la deshonra de la familia.

Amaranta y Pietro Crespi inician una profunda amistad

que, más tarde, se convertiría en amor. Pietro le pide

a Amaranta que se casen y ella se niega rotundamente;

el dolor se le vuelve insoportable y, al poco tiempo,

Pietro Crespi se corta las venas. Amaranta se refugia

en la costura y el hermetismo. El carácter firme de

Rebeca convierte a José Arcadio en un manso hombre de

trabajo. En la guerra, Arcadio es aprendido y fusilado

pidiendo, como su última voluntad, que su hijo sea

llamado José Arcadio y Úrsula si fuera niña.

La guerra había terminado pero el coronel Aureliano

Buendía estaba condenado a muerte. La noche de su

fusilamiento José Arcadio Buendía, rifle en mano,

rescató a su hermano. El coronel y seis hombres

volvieron a la guerra, dejaron Macondo para seguir la

revolución. Una buena tarde llegó el telégrafo a

Macondo. Rebeca y José Arcadio vivían apartados de su

familia; sorpresivamente, un hilo de sangre atravesó

el pueblo, desde la casa de Rebeca hasta la casa de

Úrsula, la madre supo que habían matado a su hijo José

Arcadio. El coronel Aureliano volvió a Macondo

acompañado de su compadre Gerineldo Márquez. Gerineldo

estaba enamorado de Amaranta y la visitaba todas las

tardes. Úrsula le pidió a Amaranta que se casara con

el coronel, ésta se indigno y, aseguró, que nunca se

casaría.

Amaranta observaba a Aureliano José, hijo del

coronel, desde su mecedor. Su sobrino había dejado de

ser un niño y se resistía a dormir lejos de ella por

temor a la lluvia, de juegos inocentes pasaron a

quitarse las ropas, intercambiaron caricias y se

perseguían por todos los rincones para amarse. Un día,

cuando Úrsula casi los descubre, Amaranta salió de su

fascinación y terminó de tajo con Aureliano José. El

sobrino moriría enamorado de Amaranta. La vida en la

casa cambiaba según los ánimos y las circunstancias de

los habitantes. Una noche, cuando Aureliano José se

paseaba desarmado por los antros, y en el contexto de

una guerra, un capitán del gobierno lo asesinó de tres

tiros. El coronel Aureliano Buendía volvió a Macondo

acompañado por todo su regimiento. Úrsula descubrió, a

pesar suyo, que su hijo había perdido el corazón en la

revolución.

Llegaron a Macondo seis abogados, representantes del

gobierno, en busca de el coronel Buendía para firmar

ciertos acuerdos. Se firman los convenios aún cuando

los abogados y el coronel reconocen que la revolución

se ha convertido en una disputa por el poder. Después

de veinte años de guerra, el coronel le pide ayuda a

su amigo Gerineldo Márquez para acabar con la

revolución donde, también, había perdido la vida y

ahora le resultaba vacía. El coronel, para felicidad

de su madre, vuelva a ser el hombre de la casa de los

Buendía. Muchos años después, cuando el coronel seguía

buscando poner fin a la violencia fue mal herido.

Meses después se recuperó.

*Santa Sofía de la Piedad había sido la mujer de

Arcadio, tuvieron dos varones: Aureliano Segundo y

José Arcadio Segundo. Los niños fueron tan parecidos

cuando eran niños que hasta su misma madre los

confundía. Aureliano Segundo se dio a la tarea de

descifrar los pergaminos que Melquíades había

abandonado con su muerte, pero una tarde, el gitano

apareció en el laboratorio y se dispuso a transmitirle

todo su conocimiento. En cambio, José Arcadio Segundo

se dedicó al negocio de los gallos de pelea, Úrsula

intentó evitarlo pero no obtuvo ningún resultado.

Aureliano segundo conoció a la mujer que lo sacaría de

su encierro y con la que compartiría toda su vida:

Petra Cotes. A pesar de ser su mujer y después su

concubina, la amaba más que a su propia esposa. Con

Petra conoció la fortuna y la felicidad y, juntos, se

convirtieron en unos despilfarradores y holgazanes. En

una feria, donde Remedios, la bella, fue proclamada

reina, Aureliano Segundo conoció a Fernanda que, más

tarde, sería su mujer.

El matrimonio estuvo a punto de terminarse a los dos

meses cuando Fernanda se enteró que Aureliano Segundo

mantenía la relación con Petra Cotes. Fernanda venía

de una familia acostumbrada a la buena vida y a

cumplir con las reglas de etiqueta. Todo el tiempo que

vivió en Macondo trató de imponer las mismas reglas

para los Buendía. Los obligaba a sentarse a la mesa

con manteles de lino y vajilla de plata. Fernanda se

desvivía por atender la casa y era muy estricta con

Aureliano. El hombre, agobiado por la dureza de

Fernanda, se entregó al derroche de su fortuna y a

vivir apasionadamente con su concubina. Pero, de su

matrimonio nació Renata Remedios que, por su belleza e

inocencia, sería la perdición de cuanto hombre la

mirara. A su regreso de la guerra, el coronel

Aureliano se había dedicado a la platería y siempre se

le veía en el laboratorio de Melquíades. Una tarde, a

pesar de su voluntad, su madre lo obligó a abrir la

puerta. El coronel se encontró con 17 hombres que lo

reclamaban como a su padre. Los 17 aurelianos se

dedicaron a recorrer el pueblo y a disfrutar de los

placeres de sus mujeres. Uno de ellos,, Aureliano

Triste llegó a la casa donde había vivido José Arcadio

y después de tirar la puerta, en medio de la neblina,

se encontró con Rebeca que le apuntaba con el rifle.

Rebeca había estado encerrada desde la muerte de José

Arcadio y estaba convertida en una anciana. Aureliano

Triste había heredado el gusto por las empresas casi

imposibles pero era afortunado en los negocios y, una

buena tarde, decidió llevar el ferrocarril a Macondo.

Llegó a Macondo la luz, el cine, muchas novedades.

Con el ferrocarril llegó Mr. Herbert y, un día,

invitado a comer en casa de los Buendía probó los

bananos. Le impresionaron tanto que en los siguientes

días siempre se le vio haciendo pruebas y tomando

apuntes respecto a la fruta. Después de varios meses

llegó a Macondo una avalancha de forasteros que

empezaron a construir casas y, más tarde, llegaron sus

familias y sus animales. El pueblo se llenó de gente

nueva, los gringos se habían asentado en Macondo para

explotar la tierra, el banano; y el resto de la gente

había llegado Macondo atraídos por las historias que

se contaban del pueblo. Mientras el coronel vivía

enojado por la invasión, Aureliano Segundo estaba

feliz de relacionarse con gente nueva y vivir en una

constante fiesta. Remedios, la bella era la única que

no se alteraba con los vertiginosos cambios, pero

todos los hombres que la miraban se volvían locos o se

morían de amor por ella. Una tarde, mientras doblaba

ropa limpia, Remedios, la bella, salió volando

llevándose con ella unas sábanas. José Arcadio Buendía

seguía atado del castaño y en una ocasión, mientras

Úrsula lo alimentaba, le confesó su tristeza por la

próxima muerte de su hijo Aureliano. El coronel

cansado y enojado por la presencia de los gringos,

decidió retomar las armas y acabar con ellos, acudió a

pedirle ayuda a su amigo Gerineldo Márquez, éste se

negó mirándolo con compasión.

Con el paso de los años Úrsula estaba perdiendo la

vista pero seguía teniendo una energía que le permitía

ocultar su vejez. La abuela se guiaba por los olores y

por los sonidos y dedicaba su tiempo a la educación de

José Arcadio, el hijo de Fernanda que sería Papa.

Meme, la primogénita del matrimonio, sería una

excelente ejecutante de clavicordio. Llegado el

momento, los dos se fueron a continuar sus estudios en

el extranjero. En su soledad, Amaranta había empezado

a tejer su propia mortaja. Aureliano Segundo seguía

siendo más feliz en los brazos de Petra y sólo volvía

a la casa cuando sus hijos regresaban de vacaciones.

Fernanda, por su parte, les escribía largas cartas

mintiéndoles sobre la felicidad que reinaba en la

casa. Aureliano Buendía pasaba todo el día recluido en

el laboratorio, trabajaba en la platería. El único día

que se asomó a la calle fue para ver pasar al circo.

Los nuevos visitantes estaban muy lejos de parecerse a

Melquíades y sus amigos.

Las vacaciones de Meme coincidieron con la muerte del

coronel Aureliano Buendía. Meme había terminado sus

estudios y se dedicaba a pasear con sus amigas y a

tocar el clavicordio todas las tardes. En poco tiempo

la casa se llenó de amigas que iban a la costura. Meme

sobresalía por su entusiasmo y reanudó una bella

relación con su padre que se desvivía por complacerla.

Tiempo después, la actitud de Meme fue cambiando y su

madre, Fernanda, la sorprendió en varias mentiras. Una

tarde, después de días de secreta vigilancia, Fernanda

la descubrió besándose con Mauricio Babilonia en la

oscuridad del cine. La madre, como era de esperar, la

encerró en la casa y le prohibió toda clase de

visitas. Meme no parecía sufrir y, al contrario,

disfrutaba de pasar horas en su cuarto. Una noche,

Fernanda pidió ayuda a la policía para capturar un

ladrón de gallinas que estaba en la parte trasera de

la casa. Repentinamente, se oyeron unos disparos y

Mauricio Babilonia cayó muerto dejando a Meme

esperando un hijo suyo. Una mañana Amaranta anunció su

muerte y, sin querer confesarse, se acostó en su lecho

hasta que cerró los ojos.

Aureliano Segundo se distanció, aún más, de Fernanda

por la forma en que se comportó con Meme. Años después

descubrió lo que su propia esposa había intentado

ocultarle, Meme había tenido un niño de Mauricio y

llevaba tres años escondido en el laboratorio de

Melquíades. Aureliano Segundo se encargó de su

educación y lo llamó José Arcadio. Por su parte, José

Arcadio Segundo había abandonado los gallos de pelea

para trabajar en la compañía bananera, pero después de

años de explotación se convirtió en el líder de los

trabajadores y formó el primer sindicato de Macondo.

El sindicato peleaba contra los gringos y José Arcadio

Segundo se vio, muchas veces, en peligro de ser

encarcelado. José Arcadio entendió mejor a su tío, el

coronel Aureliano Buendía, pero al final de la lucha

descubrió que la verdadera razón de ambos era el vació

que tenían en el corazón.

Llovió cuatro años, once meses y dos días. Nadie

podía dejar la casa, José Arcadio Segundo se pasaba el

tiempo en el laboratorio platicando con Melquíades y

absorto en los pergaminos. Aureliano Segundo esperaba

que escampara para ir a casa de Petra. Después de un

tiempo, la comida empezó a escasear y Fernanda le

exigía a su marido que saliera en busca de víveres.

Úrsula aseguraba que se moriría cuando escampara. Fue

necesario excavar canales. En esos días se murió el

coronel Gerineldo Márquez y el sepelio se vio

arruinado por la lluvia. Úrsula se asomó a la ventana

para despedirse de él. Aureliano Segundo va a casa de

Petra Cotes y la encuentra tratando de salvar las

pocas reses vivas que les quedaban. Enojada, Petra le

reclama a Aureliano no haber acudido a sus llamados.

Dejó de llover y Úrsula se dedicó a restaurar la

casa. Aureliano Segundo tomó sus baúles y regresó a

casa de Petra Cotes. José Arcadio Segundo seguía

estudiando los pergaminos de Melquíades. Con la

restauración de la casa, Úrsula se llenó de recuerdos

y se esforzó por cumplir su promesa de morir. La

mujer, ya en sus últimos días, regresó el tiempo en su

memoria y a los nuevos descendientes los confundía con

los primeros. Rebeca murió a finales de ese año y

Aureliano Segundo se hizo cargo del entierro. Con el

diluvio Macondo parecía un pueblo fantasma, estaba

deshabitado y todas las casas perecían caerse con solo

mirarlas. Amaranta Úrsula, la hija menor de Fernanda,

se fue a estudiar a Bruselas. El nueve de agosto, José

Arcadio Segundo se murió mientras conversaba con su

hermano gemelo. Pocas horas después, Aureliano Segundo

dejó de respirar cuando dormía en la cama de Fernanda.

Petra Cotes intentó ponerle los botines con los que

siempre había deseado morir, pero Fernanda le prohibió

la entrada a la casa. Los gemelos fueron enterrados en

baúles iguales y volvieron a ser idénticos como lo

fueron en la niñez.

Aureliano no abandonó en mucho tiempo el cuarto de

Melquíades. Había empezado a traducir los pergaminos;

Santa Sofía de la Piedad se encargaba de llevarle

café, un poco de comida y de cortale el pelo. Desde la

muerte de Aureliano Segundo, Fernanda se encargaba de

mandar todos los días un canasto con víveres. Así

humillaba a quien la había maltratado. Para Santa

Sofía de la Piedad el que hubiera pocos habitantes en

la casa le permitía descansar, la casa se precipitó en

una crisis de senilidad y estaba casi en ruinas. Santa

Sofía de la Piedad después de desistir de seguir

trabajando, tomó sus pocas cosas y abandonó la casa y

a Aureliano con Fernanda. Pasaron los años y Fernanda

empezó a disfrutar de los recuerdos, una mañana

Aureliano la encontró tendida en su cuarto vestida de

reina. Aureliano, deseoso de seguir estudiando, salió

a la calle en busca de ciertos libros. Así, Aureliano

estaba consiguiendo traducir los pergaminos y empezó a

disfrutar de ir a la librería.

Amaranta Úrsula regresó en diciembre. Apareció sin

previo aviso, con bellos vestidos, hermosos collares y

con su esposo. El hombre con quien se había casado era

mayor que ella y tenía facha de navegante. Con

Amaranta Úrsula llegó la felicidad. Volvió para

quedarse y estaba dedicada a la salvación de la casa.

Aureliano se mantenía encerrado en el taller y absorto

en los estudios. Amaranta Úrsula acabó con las

hormigas, revivió las flores, abrió las puertas y las

ventanas. Su marido moría de amor por ella y le

cumplía todos sus deseos. Una mañana, Amaranta Úrsula

entró al taller y empezó a conversar con Aureliano.

Amaranta Úrsula gozaba de hacer el amor con su marido

sin importarles donde, Aureliano estaba profundamente

enamorado de Amaranta. Se lo confesó a Negromante, una

muchacha con la que Aureliano pasaba muchas noches. Un

día, mientras el marido de Amaranta escribía cartas a

sus amigos, Aureliano entró en la alcoba de su tía y

la despojó de sus ropas. Lo que empezó en un forcejeo

de resistencia terminó siendo un acto de amor y

pasión.

Pilar Ternera se murió sentada en su mecedor de

bejuco. Gastón, el marido de Amaranta Úrsula decidió

viajar a Bruselas para supervisar sus negocios. Con su

partida, Aureliano y Amaranta Úrsula se dieron a la

tarea de amarse. Mientras ella cantaba de placer,

Aureliano se iba haciendo más absorto y callado,

porque su pasión era ensimismada. De pronto, Amaranta

Úrsula recibió la noticia del regreso de Gastón, la

mujer le respondió la carta contándole de su amor por

Aureliano y, para sorpresa de ambos, Gastón los

felicitó y les deseo lo mejor. La feliz pareja estaba

esperando un hijo. Aureliano empezó a rastrear su

origen pero no encontró a nadie que lo ayudara.

Amaranta Úrsula hacía collares de vértebras de

pescados, pero nunca encontró quien se los comprara.

El niño nació y lo llamaron Rodrigo. Después de

cortarle el ombligo, la comadrona se puso a limpiarlo

ayudada por Aureliano. Cuando lo voltearon boca abajo

descubrieron que el niño tenía cola de cerdo. La

comadrona les dijo que podrían cortársela cuando el

niño mudara los dientes, Amaranta Úrsula y Aureliano

se quedaron tranquilos. Amaranta Úrsula estaba

perdiendo mucha sangre y después de varios días se

murió. Absorto en su dolor, Aureliano se olvidó de su

hijo hasta que Nigromanta acudió para ayudarlo.

Aureliano tuvo la revelación de encontrar en los

pergaminos la historia de sus vidas y el trazo de su

destino. Aureliano descubrió que su familia había

estado condenada a cien años de soledad.

Amarantaa

Remedios “La Bella”

José Arcadio II




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Enviado por:Faby
Idioma: castellano
País: México

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