Caperucita en Manhattan es una novela escrita por Carmen Martín Gaite. Esta narración es una actulización del popular cuento “Caperucita Roja”. El gran parecido entre el cuento tradicional y esta versión actual es claro. Los personajes tienen sus homólogos, por ejemplo, la abuelita con Gloria Star, Sara Allen con Caperucita, etc. Esta evolución hace que se haga más sencilla la comprensión para el lector joven, que ve los valores que se defienden más cercanos y actuales, no como algo del pasado.
Sara es una niña que vive con sus padres, forman una familia sencilla. Su padre, Samuel Allen, es fontanero y su madre, Vivian Allen, cuida ancianos por la mañana en una residencia. Los padres de Sara ejercen un gran proteccionismo sobre ella y temen que se haga mayor. Las aficiones favoritas de Sara son leer e imaginarse historias protagonizadas por ella. Sara tiene un gran afán de libertad, ejercido por el comportamiento proteccionista de sus padres. La abuela de Sara fue cantante, conocida con el nombre de Gloria Star. Sara disfruta escuchando las historias que su abuela le cuenta de cuando ella era joven y viajaba por todo el mundo. El deseo de libertad de Sara está influenciado en gran medida por su abuela, que se resigna a envejecer.
La historia se desarrolla en Nueva York, en diferentes barrios de la ciudad. Brooklyn es donde vive la familia de nuestra particular Caperucita. Rebeca, que es así como se llama la abuela, vive en la isla de Manhattan, la zona más representativa de Nueva York.
Sara suele ir con su madre a visitar a su abuela todos los sábados. En este viaje de rutina, Vivian protege a Sara no dejando que se suelte de su mano y evitando la relación con las demás personas y protegiéndola de la posible lluvia con un chubasquero rojo. Vivian prepara una deliciosa tarta de fresa cada vez que hacen la visita, aunque ya aborrecen este pastel.
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En casa de Rebeca, Sara habla con su abuela mientras su madre arregla y organiza la casa y hace las compras necesarias.
El día del cumpleaños de Sara, comen con sus vecinos en un restaurante chino. Al llegar a casa, Samuel recibe una llamada en la que le informan del accidente de tráfico que ha sufrido su hermano y que le ha provocado la muerte. Sus padres deben marcharse y Sara quedarse con sus vecinos, los Taylor.
Hasta aquí la primera parte de la obra. Es bastante lenta y aparecen muchas descripciones que le dan ese aspecto denso, hay muy poca acción y esto hace que no “enganche” a la lectura.
Miss Lunatic es una señora mayor, de clase social baja, que va vestida con harapos, y que ronda por los parques y calles de Manhattan. Sabe leer la mano y le gusta ir por donde sucede cualquier hecho interesante. Conoce a mucha gente de todo tipo.
Edgar Woolf es un millonario que posee una empresa pastelera. Como la mayoría de los ricos, su ambición es seguir ganando dinero. Posee un rascacielos que alberga la pastelería donde la mayoría de la gente de Manhattan compra sus dulces. Quiere conseguir una nueva receta para su tarta de fresa, porque ha decaído la demanda al dejar de gustarle a la gente.
Sara se escapa y decide ir a Manhattan ella sola, para llevar la tarta a su abuela. En el metro, conoce a Miss Lunatic, cuando estaba llorando porque tenía remordimientos de conciencia. Comienza una gran amistad y Miss Lunatic le confiesa que ella fue la modelo de la Estatua de la Libertad. Miss Lunatic le da una moneda a Sara, que sirve para que pueda entrar en el monumento y así cumplir uno de sus sueños.
Sara se encuentra con Edgar Woolf, al que le da a probar su tarta de fresa. El Rey de las Tartas, como también se le conoce a E. Woolf, hace un trato con Sara para que le de la receta. Sara le da la dirección de su abuela, que es quien tiene la receta, y él deja que viaje en una de sus limusinas hasta la casa de su abuela.
El conductor de Sara ha recibido órdenes de dar un rodeo y Sara se duerme. Llegan a Battery Park, donde miss Lunatic le había dicho que estaba la entrada a la Estatua de la Libertad, y Sara huye del coche hacia la entrada. No consigue abrir el acceso y es sorprendida por el chófer que hace que vuelva a la limusina. Continúan el viaje hasta la casa de la abuela, donde ya está el millonario. Sara ve a su abuela y a E. Woolf bailando una de las canciones de la artista. Sara baja a la calle y con cuidado de que no la vieran los conductores de los grandes vehículos, coge un taxi que lleva a Sara hasta Battery Park.
Cuando llega al parque paga al taxista y comienza a correr hacia la alcantarilla. Introduce la moneda que le dio Miss Lunatic y se abrió la entrada. Sara desapareció gritando ¡Miranfú!
Esta segunda parte es más entretenida y concluye con un final abierto, abierto a la imaginación que cada uno ha desarrollado con estas aventuras que tienen por protagonista a una niña con muchas ganas de querer conocer cosas sobre la vida. La historia hace que recapacitemos sobre aspectos como la soledad, la libertad, etc; valores que están de manifiesto en nuestras vidas.