El Rey de Granada Almudafar, quería atacar al Rey de Sevilla, Almutamiz, con el Rey de Granada estaba García Ordoñez, y con el Rey de Sevilla estaba el Cid y su Señor Alfonso, éstos enviaron un mensaje a Almudafar suplicándoles que no hicieran nada a Almutamiz, pero no les hicieron caso y atacaron al Rey de Sevilla, el Cid reunió fuerzas y se enfrentó al Rey de Granada, derrotándole. El Rey Alfonso VI, se sentía orgulloso de su vasallo, pero la gente le tenía envidia y empezó a hablar mal del Cid. El Rey, que no había olvidado la jura de Santa Gadea y todo lo que le presionó en el juramento, no tardó mucho en hacer caso a la gente que hablaba mal del Cid y le mandó abandonar el reino en un plazo de nueve días, a si que reúne a su mesnada y se va hacia el destierro. Cuando llegan a Burgos nadie se atreve a hospedarles, ya que el Rey ha dicho que el que les hospede, les arruinará las tierras, les sacará los ojos e incluso les matará. Así es que el Cid y sus vasallos, siguieron su camino, llegó Martín Antolinez, para proveer de bienes al Cid, como el Cid no tenía dinero se le ocurrió vender unas arcas de arena a Raquel, y Vidas (unos judíos), y se las vendió por unos seiscientos marcos pensando que contenían oro.
El Cid parte hacia San Pedro de Cardeña, donde se despide de su mujer y de sus hijas y le deja al abad don Sancho unos 150 marcos para que cuide a su familia, y promete a la Vírgen que si le va bien, la pagará mil misas.
Caminan toda la noche hasta llegar a Castejón, que cae en poder del Cid (por sorpresa). Más adelante en el reino moro de Toledo, tributario del Rey Alfonso, se marcha (pasa de largo porque no quiere lidiar con el Rey Alfonso). El Cid acampa sobre Alcocer, y se enfrenta a los moros que son muchos más que él, derrota a los moros, y se lleva un gran botín. Más adelante, el Cid se va de allí, y vende el castillo de Alcocer a los moros. Entra en el reino del Rey de Barcelona, y éste se pone echo una furia, el Cid trata de calmarlo, pero el Rey le ataca, vence el Cid, se hace con la Colada, y hace prisionero al Rey, el cual hace una huelga de hambre, el Cid no lo permite y lo deja marchar en tres palafrenes.
CANTAR SEGUNDO: BODAS DE LAS HIJAS DEL CID.
A partir de aquí, el Cid se dirige a Valencia, donde poco a poco vence a los moros y al Rey de Sevilla, y se hace con todo el reino de Valencia después de tres años de duras guerras. El Cid manda unos caballos como regalo al Rey Alfonso. Este los acepta y perdona al Cid, y permite que éste se lleve a sus hijas y a su mujer a Valencia. Los Condes de Carrión que ven que el Cid se hace muy rico, quieren casarse con las hijas del Cid, hablan con el Rey Alfonso, y éste le dice que arreglan una cita con el Cid y acuerdan casarse. Alfonso casa a los Condes de Carrión con las hijas del Cid, siendo Minaya el padrino de bodas, ya que el Cid no veía con buenos ojos a los condes de Carrión y decidió no ser él el padrino de bodas. Pero a pesar de todo el Cid da a sus yernos tres mil marcos y las espadas Colada y la Tizona .Pasados unos días cuando el rey marroquí, llamado Bucár, quiso conquistar Valencia, los Condes que eran muy cobardes se echaron atrás en la batalla, y el Cid les dijo que no hacia falta que lucharan.
CANTAR TERCERO: LA AFRENTA DE CORPES.
Estando el Cid dormido, el león que tenía, se escapó los Condes de Carrión se asustaron y se escondieron, y el Cid se enfrentó al león y lo acobardó. Entonces los Condes fueron objeto de risas y de bromas. Para vengarse, decidieron ir a Carrión y llevarse a las hijas del Cid, y maltratarlas por el camino, así hicieron y cuando el Cid se enteró avisó al rey don Alfonso y le dijo que quería concertar una corte en la que el pudiera retar a los Infantes de Carrión, y así vengar el mal que le habían hecho a su hijas. El rey Alfonso aceptó, y quedaron un día para realizar la corte, ese día el Cid llegó y pidió a los Infantes que le devolvieran las espadas, Colada y Tizona, los Condes de Carrión se las devuelven al Cid malhumorados y éste se las da a Pedro Bermúdez y a Martín Antolinez. El Cid vuelve a reclamar los tres mil marcos que les habían dado, ellos como ya se los habían gastado, le pagaron con especies de Carrión. Entran en la corte los mensajeros de los reyes deNavarra y Aragón, que piden al Cid la mano de sus hijas, y éste las acepta, y de nuevo las pone en manos de rey don Alfonso. Los retos de los del Cid a los de Carrión: Martín Antolinez, con Diego González, vence Martín. Muño Gustioz, vence a Asur González y Pedro Bermúdez vence a Fernando. Los del Cid vuelven a Valencia con la cabeza alta y el Cid casa a sus hijas con los reyes de Aragón y Navarra.
El Cid va aumentando su honor y sus riquezas al casar a sus hijas con los reyes de Navarra y Aragón. Pero con la muerte del Cid ya de mayor en el 1099 los moros reconquistan Valencia.