La cúpula de Santa María dei Fiori, de Brunelleschi
ENTORNO HISTÓRICO
La Península itálica era, en el siglo XV, un mosaico de pequeños estados independientes sobre los cuales apuntaba la política expansionista de monarcas como Fernando de Aragón, Carlos VIII y Luís XII de Francia, entre otros. Las repúblicas de Florencia, Venecia, Milán y los Estados Pontificios eran los más ricos y poderosos; mientras que, en el sur, Nápoles y Sicilia quedaban incorporados a la Corona de Aragón en 1442.
Florencia basa su poder económico en la fabricación de tejidos, el comercio y la actividad bancaria. Se organiza como ciudad-república, con una oligarquía (círculo o gobierno de minorías) de banqueros y grandes empresarios que controlan el gobierno. Destaca la familia de los Medici, que monopolizan el poder y actúan como grandes mecenas del arte, para elevar la grandeza de su ciudad.
La predicación de Savanarola, que critica el lujo y propugna un sistema teocrático, es sólo un paréntesis que se cierra con la muerte del fraile dominico en la hoguera.
Otras dinastías principescas como los Gonzaga en Mantua, los Montefeltro en Urbino o los Sforza en Milán dan también un aire humanista a sus cortes.
La entrada de los franceses en Milán, la caída de los Medici en Florencia y la política de expansión territorial de los Reyes Católicos marcan la crisis de estas repúblicas entorno al año 1500. La Roma de los Papas pasa a ser, entonces, el gran centro artístico de Italia.
Florencia, bajo en dominio de los Medici, era el centro artístico de Italia y de Europa. Había un conjunto de obras iniciadas en el siglo XIV en estilo gótico que habían quedado inacabadas a consecuencia de la crisis originada por la peste de 1348: los relieves de las puertas del Baptisterio de Florencia, el cierre de la cabecera de la catedral, etc. Una vez superada la crisis, los gremios, las autoridades y las grandes familias destinan recursos financieros a la finalización de estas obras, en la realización de las cuales se consagrarán los primeros grandes artistas del Renacimiento: Brunelleschi, Donatello, Ghiberti, etc. Este conjunto de artistas excepcionales cambia la ciudad, dándole una personalidad presidida por el espíritu clasicista, característico todavía en nuestros días, de la capital de la Toscana y que tiene su emblema en la gran cúpula de la catedral que domina el paisaje florentino.
FILIPPO DE BRUNELLESCHI (1377-1446)
Este orfebre, escultor y arquitecto es el iniciador de la arquitectura renacentista.
Sus obras más importantes se encuentran en Florencia, la ciudad donde se formó en los círculos científicos y humanistas, donde se conocía la obra de Vitruvio y donde se empezaban a estudiar de forma regular las obras de los clásicos griegos y latinos, tanto en arte como en letras y filosofía.
HISTORIA DE LA OBRA
La catedral de Santa María dei Fiori había sido empezada a finales del siglo XIII en estilo gótico por Arnolfo di Cambio, un escultor con intereses y cierta experiencia en lo arquitectónico, quien concibió un ambicioso edificio de planta octogonal cubierto por una grandiosa cúpula. A su muerte, la obra estaba inacabada: quedaba por terminar su cabecera. El trabajo era difícil por la anchura del espacio central de la nave que se debía cubrir. Varios artistas se presentaron al concurso celebrado para adjudicar la obra en 1418, que ganó Brunelleschi.
DESCRIPCIÓN DE LA OBRA
La cúpula tenía que asentarse sobre un tambor octogonal. Brunelleschi diseña un sistema de cúpula doble:
- la interior semiesférica (inspirada en la del Panteón romano)
- la exterior apuntada (lo que da al edificio un fuerte impulso vertical)
El espacio vacío que queda entre las dos cúpulas aligera el peso de la misma y además permite prevenir problemas de humedad.
La solución constructiva para la cúpula exterior la basa en un sistema de ocho nervios realizados en mármol blanco que se apoyan en las aristas del tambor y cubre los espacios entre los nervios con tejas planas de color rojo. La visión de estos arcos ojivales subrayados con mármol blanco crea un efecto plástico especial. Todos los nervios confluyen en un punto de mira: la linterna que se terminó después de la muerte de Brunelleschi.
COMENTARIO
Esta cúpula emerge de la ciudad de Florencia porque supera en altura al resto de edificios. Corona a Florencia como la capital de la Toscana. Los florentinos, al contemplar su catedral acabada desde el campanario de Giotto debían tener la impresión de estar en una auténtica comunidad civilizada.
FUNCIONALIDAD
Tiene carácter representativo y emblemático. Esta cúpula cambió sustancialmente la imagen y el significado de Florencia al introducir la referencia y el mito visibles del nacimiento de una nueva Edad de la Historia.