La historia de Armilla

El término municipal de Armilla se haya enclavado en el llamado cinturón de la Vega Alta de Granada, en la llanura izquierda del río Genil. Su extensión es de 4200 m2 y su orografía es prácticamente llana. Se encuentra a una altura media de 663 metros sobre el nivel del mar.

Armilla ya existía como villa antes de la ocupación romana, pero los primeros vestigios hallados son de origen árabe. El significado etimológico de la palabra es “brazalete o pulsera”. La armilla era una distinción que se les hacía a los romanos como recompensa por una hazaña.

Armilla limita al Norte y Este con Granada, al Oeste con Churriana de la Vega, al Sur con Alhendín y al Suroeste con los Ogíjares. Mientras todos estos pueblos han mantenido su población, Armilla la ha cuadriplicado debido al actual estado de industrialización y desarrollo. Armilla cuenta con las ventajas del pueblo con la capital a menos de 3 kilómetros.

La historia de Armilla comienza a conocerse en la época de dominación árabe, cuando el municipio empieza a florecer económicamente. Con la venida de los sarracenos llega la cultura a la Península Ibérica. Armillat al-Aflum o Armilla del Río, como se le llamó durante ochocientos años de califato, tiene un papel destacado dentro del reino de Granada. Es un paso de mercaderes hacia la costa y una zona muy buena para el cultivo. En los siglos XI, XII y XIII el Reino de Granada surtía a todos los musulmanes de Andalucía de los derivados de la seda producido en Armilla.

En el siglo XV, al avanzar la dominación cristiana, son talados indiscriminadamente bosques y son arrasados los campos de Moclín por las huestes cristianas. En las cercanías de Armilla se suceden los ataques entre ambas facciones para tomar la Torre de Alhendín. En retirada, los musulmanes son perseguidos ferozmente por los Llanos de Armilla. Los campos fértiles se siembran de cadáveres bañados en su propia sangre. Los Reyes Católicos sitian la Capital poniendo un cerco a Granada por Armilla. El 25 de noviembre de 1491 se conceden las Capitulaciones de Armilla, que permiten conductos de salida a la realeza y los ciudadanos nazaríes. El 2 de enero de 1492 se hace la entrega simbólica de las llaves de la ciudad de Granada, en un punto impreciso entre la capital y Armilla. En Armilla, Isabel la Católica entrega a Soraya a su hijo, al que tenían como rehén. El único vestigio que quedó de los árabes era el aljibe de San Miguel, tapado y destruido al construirse un bloque de edificios.

La población no abandona Armilla porque las Capitulaciones les son favorables y continúan con su actividad agrícola e industrial al servicio de los cristianos. Pero mas tarde se obliga a los musulmanes a dejar la lengua árabe y su religión, y muchos de ellos huyen a las Alpujarras. En el reinado de Felipe II los moriscos de las Alpujarras se intentan sublevar y son masacrados hasta el exterminio. Por consecuencia, los moriscos de Armilla son expulsados y sólo permanecen en Armilla dos familias cristianas recién establecidas, los León y los Castillo.

En 1574 se instalan 20 familias provenientes de Castilla, Aragón y la Baja Andalucía como núcleo de población, son los fundadores de la Armilla actual.

Monumentos

Las tres cruces

Las tres cruces son una leyenda más que un monumento en Armilla, ya que no exista ningún dato fiable acerca de su construcción. Los viejos de Armilla cuenta que “están ahí desde muy antiguo. Siempre las conocimos...”.Otros vecinos más jóvenes afirman, sin base lógica, que es un monumento a la Victoria de los Nacionales.

Cuentan también que en la antigüedad los pies del Cristo que está en la Cruz se hallaban uno sobre otro y atravesados por un clavo. Pero que en la guerra hubo un milagro y desde entonces tomó la escultura la nueva forma que ahora conocemos. Es curioso como los vecinos mayores conocen la historia y creen, pero no recuerdan la Cruz en su anterior estado.

Iglesia de S. Miguel Arcángel

Entre los mudéjares granadinos del s.XVI había artesanos que desarrollaban su actividad de acuerdo con las tradiciones estéticas y religiosas hispanomusulmanas. Ellos son los responsables de numerosos monumentos en la provincia, como la iglesia de Armilla.

El en año 1931 se elevó el torreón unos metros sobre su altura original, para que las campanas pudieran ser mas audibles en la distancia.

Más información:

`Armilla'

José María Sánchez

Editorial Osuna

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