Turismo, Hostelería, Gastronomía y Restauración
Aragón
Índice
Las cuatro estaciones en Aragón
Vale la pena conocer Aragón. Vale la pena conocer esta tierra y las cordiales gentes que la pueblan.
Vale la pena conocer sus montañas de nieves perpetuas... pero vale también la pena conocer sus grandes bosques encantados... y la tierra dura y ocre de sus grandes llanuras abiertas a todas esas miradas que precisan relajarse y prolongarse hasta el infinito.
Castillos imponentes, templos venerables, claustros recoletos, palacios de ensueño, ermitas entrañables, piedras cargadas de historias que parecen de oro, viejas tradiciones y leyendas... pero también una gastronomía ricas que utiliza con generosidad los mejores frutos de la tierra. De mención obligada los chilondres, el jamón, las apetitosas verduras, el ternasco, la repostería y los excelentes caldos con denominación de origen.
No importa la estación de año en que decidamos ir a Aragón: primavera, verano, otoño o invierno.
El viaje siempre será un acierto.
Situación
Región interior del E-NE de España, extendida desde los Pirineos (N) al sistema Ibérico (SO), con el río Ebro como eje con sentido O-E. Salvo los Pirineos, que la separan de Francia durante 171 Km., sus otros límites son artificiales: Navarra y ambas Castillas, al O, Cataluña y País valenciano, al E, y este ultimo al S; tiene un mayor desarrollo en el sentido de los meridianos (unos 340 Km. de N a S) que en el de los paralelos (alrededor de 213 Km. de O a E.
Administrativamente se corresponde desde 1833 con las provincias de Huesca (N), Zaragoza (centro) y Teruel (S); La superficie y la población conjuntas de las tres son de 47.669 km² y 1.183.234 h (1991) con densidad media de 25 h/km². Aunque ocupa un 9,44% del territorio español solo está poblada por el 3,21% de sus ciudadanos.
Región de gran personalidad histórica - encarnaba políticamente a una de las dos grandes unidades que forjaron la nacionalidad española en el s. XV- adolece en cambio de una estructura socioeconómica desequilibrada. En efecto, la demografía aragonesa sufre del azote emigratorio en la mayor parte del territorio, mientras simultáneamente aumenta de año en año la macrocefalia de Zaragoza, único gran centro urbano de la región. En el orden económico, la abundancia del agua del N pirenaico contrasta con la aridez extremosa de las tierras centro-meridionales; por otra parte, la industria sólo ha alcanzado hasta ahora un desarrollo importante en la aglomeración zaragozana.
La recuperación de instituciones autonómicas, iniciada en 1978, representa una esperanza de logro de un más armónico desarrollo en el futuro.
Comarcas de Zaragoza
Comarcas de Huesca
Comarcas de Teruel
Geografía física
El relieve del suelo aragonés forma como una serie de escalones, por los que se desciende desde los rebordes montañosos a la llanura central que ocupa la depresión del Ebro. Se pueden distinguir tres regiones naturales: la pirenaica, la Ibérica, y la Central.
La primera es una región muy montañosa, que incluye las cimas más elevadas de la cordillera; Aneto (3.404 m), Posets (3.375 m), Monte Perdido (3.355), Maladeta (3.309 m), Tres Sorores, etc, y la serie de sierras paralelas al eje central; Guara (2.077 m), Alcubierre (811), etc; las cabeceras de los ríos forman altos valles de hermoso paisaje, que quedan aprisionados entre las montañas. La región Ibérica está formada por las alineaciones del sistema Ibérico, con los picos como el Moncayo
(2.313 m), Peñarrova (2.024) o Javalambre (2.020), que dejan entre las montañas valles fluviales y altiplanicies. La región central corresponde a la depresión del valle del Ebro y la forman llanuras accidentadas por barrancos y colinas labradas por los ríos; hay una llanura alta, al pie de las estribaciones pirenaicas, y una llanura baja, a ambos lados del curso del río, siendo la altitud media de toda la depresión 200-350 m.
La red acuática aragonesa es abundante en los ríos, que por las dos orillas bajan de las zonas montañosas al Ebro; su curso alto es encajado, con profundas gargantas, algunas tan famosas como los Mallos de Riglos, en el Gállego. Se alimentan de la fusión de las nieves, con crecidas primaverales; una serie importante de pantanos regula las aguas y mantiene el caudal durante el estiaje. Son de gran interés económico por el riego que proporcionan y por su potencial energético. Los principales afluentes total o parcialmente aragoneses del Ebro, por su margen izquierda, son los siguientes ríos pirenaicos: Aragón, Arba de Luesia, Gállego y Cinca -este último le tributa a través del Segre catalán-
Por la derecha y procedentes del sistema Ibérico, engrosan el caudal del Ebro el hecha, Jalón, Huerva, Aguasvivas, Martín; Guadalope y Matarraña.
La parte extrameridional de Aragón corresponde a otras cuencas mediterráneas distintas de la del Ebro, a saber: la del Túria o Guadalaviar, que con su afluente el Alfambra baña la ciudad de Teruel, y la del alto Mijares.
Al quedar la región lejos del mar y aislada por las montañas, ofrece un clima continental: seco, duro y extremado. Los veranos registran temperaturas máximas de 45 ºC y en invierno se llega con facilidad a los -10 ºC. Las lluvias dan cifras pequeñas (alrededor de los 350 mm de precipitación anual). En las zonas montañosas, sobre todo en las pirenaicas, los inviernos son muy largos y las precipitaciones mayores, con abundantes nevadas. El desequilibrio de la presión entre las zonas
cantábrica y mediterránea origina el cierzo, viento fuerte y frío que con frecuencia sopla en el valle.
La sequedad origina una vegetación pobre, de tipo estepario, salvo en las zonas montañosas, que ofrecen soberbios bosques de pinos y hayas. Donde es posible el regadío la estepa se transforma en fértiles vegas.
Geografía humana
Como se ha dicho, en el censo del 1 de marzo de 1998 Aragón contaba con 1.183.234 h, lo que representaba una densidad de 25 h/km², apenas un tercio de la media nacional. Con relación a 1970, la población había experimentado un ligerísimo aumento (60.391 h), y ello gracias a únicamente al fuerte crecimiento de la metrópoli zaragozana, ya que el campo se halla inmerso en un acusado proceso de despoblamiento; así, la provincia de Huesca perdió en ese tiempo un 3,09% de sus residentes y la de Teruel un 11,74%. La ciudad de Zaragoza, con 841.438 h, alberga a más de la mitad de los aragoneses, proporción que no hace sino aumentar, en cambio, ninguna otra población alcanza los 250.000 h destacando como más populosas, Huesca, Teruel y Calatayud. En las comarcas montañosas del N y S, las densidades son inferiores a los 5 h/km²; situación muy similar se da en los parajes más áridos ubicados en la zona central.
En la zona llana el hábitat se concentra en pueblos bastante distantes unos de otros, en los que la falta de piedra se refleja en la construcción que utiliza ladrillos y, antaño, adobes. En la región montañosa hay mayor diseminación de a población y las casas son de piedra y altas, con grandes aleros que protegen salientes balconadas.
La vieja lengua aragonesa se halla circunscrita en la actualidad a algunos valles pirenaicos, donde el aislamiento ha favorecido su conservación, con diferentes grados de pureza de unos a otros; en cualquier caso, el número de hablantes es muy reducido, y la edad media de los mismos bastante elevada. Es de notar que una franja oriental de a región, de anchura variable, en los límites con Cataluña y el País Valenciano, se habla la lengua catalana. El baile popular aragonés, la jota, es un elemento folklórico profundamente enraizado en la conciencia regional, a la que contribuye como elemento unificador.
En el orden educativo, la única universidad que existe es la de Zaragoza.
Geografía económica
A pesar de la aridez dominante en grandes extensiones, la agricultura aragonesa cuenta con una relativa abundancia de suelos profundos y ricos, que si se riegan ofrecen fértiles huertas. En las zonas de regadío se cultivan con preferencia remolacha azucarera, alfalfa, variadas hortalizas y frutales. En el secano predomina el cultivo cerealístico, con gran extensión del barbecho; es una de las zonas trigueras más importantes de España -la provincia de Zaragoza es la que más superficie dedica al tigo-. De gran importancia son también la vid, con vinos de gran riqueza alcohólica, y el olivo, que proporciona aceites de calidad.
La sequía absoluta dominante en ciertas zonas, como Los Monegros y los Llanos de la Violada, convierten en claramente insuficientes los esfuerzos realizados hasta ahora para crear una infraestructura de regadío -embalses, canales, acequias, etc.-. Por el contrario, otras comarcas destacan por su productividad; así, Las Cinco Villas (cereales), el Campo de Cariñena (viñedos) o las riberas del Ebro y del Jalón (frutales).
La ganadería predominante es la lanar (2.080.000 ovinos en 1974), que aprovecha los pastos duros de las regiones secas. Existe un régimen trashumante y las ovejas, que pasan los inviernos en las tierras llanas, suben a la montaña en primavera para aprovechar los altos pastos estivales; la raza “churra” aragonesa, que es la más corriente, proporciona buena lana y abundante carne. No faltan tampoco en Aragón los ganados mular, cabrío, porcino (511.000 cabezas) y vacuno (120.000), ni las aves de corral.
La minería es escasa y se limita casi exclusivamente a los yacimientos de hierro de la Sierra Menera (Ojos negros, Teruel) y los lignitos y azufres, también turolenses.
La superficie forestal arbolada totaliza 950.000 ha (1973), de las cuales dos tercios aproximadamente corresponden a coníferas; las zonas montañosas, sobre todo en Huesca, proporcionan lógicamente las mayores extensiones silvícolas.
La industria cuenta con un único núcleo de densa concentración fabril: la ciudad de Zaragoza; además, existen algunos pequeños centros dispersos especializados, en su mayor parte en la provincia de Huesca. En la metrópoli zaragozana radican importantes factorías metalúrgicas, entre las que sobresalen las de maquinaria agrícola y el ensamblaje de vehículos industriales (todo terrenos); hay también numerosas indústrias químicas, alimentarias, textiles y de materiales de construcción. Entre las localidades oscenses con cierto desarrollo manufacturero destacan Sabiñánigo (productos químicos varios, fósforos, aluminio) y Monzón
(productos químicos). En la provincia de Teruel sobresalen las actividades conexas con la minería del lignito en Andorra y Utrillas. Las transformaciones de los productos agrícolas alcanzan cierto desarrollo por la mayor parte de la región -centrales azucareras, molturadoras de cereales (harinas, piensos), bodegas vinícolas, destilerías de aceite, conservas vegetales, etc.
En la producción energética, Aragón está bien dotado gracias a sus numerosas centrales eléctricas, tanto hidráulicas (en el Pirineo) como térmicas, estas últimas utilizan en parte los lignitos turolenses.
La red ferroviaria aragonesa está centrada en Zaragoza, ya que por ella pasan las dos líneas de Madrid a Barcelona (por Tardienta y por Caspe) y confluyen las procedentes de Navarra, San Sebastián y Bilbao, la de Canfranc ( frontera francesa) y la de Teruel-Valencia; toda la red es de ancho normal y sin electrificar, siendo de vía doble los tramos Zaragoza-Miraflores, Zaragoza-limite con Navarra y Casetas-Ricla. Las carreteras del Estado en la región totalizan 7.138 km, incluidos 31,2 de autovías, mientras que las de otras categorías suman 2300. La autopista del Ebro atraviesa la región por el valle del río que le da nombre, poniendo en comunicación el País Vasco con Cataluña a través de Zaragoza. En esta ciudad radica un importante aeropuerto.
Historia
Al alborear los tiempos históricos varias tribus ocupan el suelo aragonés. Los iberos lacetanos en las estribaciones pirenaicas; los ilergetes por la llanura del Segre al Gállego; y tribus celtíberas en los páramos y serranías ibéricas. Desde el Moncayo hasta Albarracín.
Sempronio Graco, en el s. II a.de J.C., sometió la región a la poderosa Roma, que la incluyó primero en la España citerior y más tarde en la provincia Tarraconense. La impetuosa ola de los pueblos germánicos, de principios del s.V, fue salvada a pesar de estar tan cerca del camino de entrada, al rechazarse con brío la furia de los alanos; sin embargo, a mediados de siglo asimilaron los visigodos.
A los dos años de la batalla de Guadalete (713) las huestes musulmanas de Muza y Tarik se apoderaron del territorio aragonés. La posición lejana, con respeto a Córdoba, hará que la tierra aragonesa, gobernada por el valí de Zaragoza, guarde cierta autonomía, hasta que en el s. XI, rota la unidad cordobesa, se forma aquí el reino de taifa de los Beni Hud zaragozanos y en la zona montañosa ibérica el de los Beni Razin. La Posición fronteriza de Francia hizo que los ultra pirenaicos enviaran expediciones a la zona del Ebro, infructuosas, como la célebre de Carlomagno en el 777. En seguida en los riscos pirenaicos empiezan a forjarse núcleos cristianos, que llevarán a cabo la reconquista del país;
los primeros años se ven envueltos en tinieblas y es difícil desentrañar lo histórico de lo legendario. Relacionados con los vascos de Navarra y los franco-carolingios se formarán tres núcleos independientes: condado de Aragón, con capitalidad en Jaca, situado a lo largo del río que le dio nombre, fundado por el conde Aznar Galindo; el reino de Sobrarbe, a lo largo del alto Cinca, con Aínsa como capital, tomada por Garci Jiménez; y el condado de Ribagorza, relacionado con el núcleo catalán y con capital en Roda. Por enlaces matrimoniales se unieron los tres núcleos y pasaron a depender del vecino reino de Navarra; el rey Sancho III, en 1034, al dividir el reino entre sus hijos, hizo a Ramiro primer soberano del nuevo reino de Aragón, que en seguida asimiló los condados de Sobrarbe y Ribagorza, dejados a su hermano Gonzalo.
El pequeño reino naciente tiene como misión descender de lo pirenaico a las tierras bajas del Ebro, reconquista que efectúa en el largo batallar de los ss. XI y XII. Los primeros reyes, Ramiro I, Sancho Ramírez y Pedro I, desde sus castillos-fortalezas de Alquézar y Loarre, con heroica belicosidad abren las puertas de Graus, Barbastro, Huesca, Monzón, que a lo largo del Cinca y sus afluentes conducen al Ebro, antes de que navarros y castellanos por el O, y catalanes por el E, les cerraran el paso, dejando reducido el reino a lo pirenaico.
A principios del S. XII la suerte estaba decidida a favor de Aragón, que se ensancha vigorosamente con las grandes conquistas de Alfonso I el Batallador, quien asimila el valle del Ebro, actual provincia de Zaragoza, Tarazona y Calatayud. Alfonso II completa la reconquista aragonesa con la conquista de la actual provincia de Teruel (Alcañiz y Teruel) y por unión matrimonial surge un poderoso reino unido a Cataluña. El resultado de la unión de la belicosidad aragonesa y la tradición marinera catalana fue glorioso para la corona de Aragón, engrandecida con la reconquista del reino de Valencia e islas Baleares, efectuadas por Jaime I el Conquistador en el S. XIII, y su gran expansión por el mar Mediterráneo: Córcega, Cerdeña, Sicilia, Nápoles, Atenas... que hará decir a los cronistas de la época que “hasta los peces del mediterráneo llevaban las barras del reino de Aragón”; naves catalanas y los impetuosos almogávares pirenaicos realizaron tan enorme conquista.
Cuando Fernando el Católico contrae matrimonio con Isabel de castilla se liga al reino hermano -aunque solo a efectos de mancomunidad familiar, pues castilla seguía con leyes propias independientemente de las que regían en Aragón, y viceversa- y surge la España unida que absorbe ambos reinos en bien de la unidad política.
La monarquía aragonesa ofrece un gran equilibrio de gobierno entre el rey y los ricos-hombres, reflejando en la frase “nos, que valemos tanto como vos, y todos juntos más que vos, os elegimos rey, con tal que guardéis nuestros fueros y libertades”.
La célebre institución de justicia de Aragón juzgaba las cuestiones que pudiera haber entre el rey y los ricos-hombres, dueños de poderosos señoríos, así como entre los nobles y el último de sus súbditos. El poder político mobiliario culminó con el Privilegio de la Unión que arrancaron los nobles al débil Alfonso III; fue pedro IV quien decidió terminar con él, consiguiendolo después de vencer a los nobles coaligados en las batallas de Épila y Mislata, rasgando con un puñal el antedicho Privilegio. Una tercera fuerza reguladora estaba representada por los municipios y ciudades, que gozaban de privilegios y libertades; eran como señoríos colectivos, con aldeas que les debían vasallaje.
Los reyes reconocían los límites de su autoridad e incluso se vanagloriaban de las libertades que disfrutaban sus súbditos; Alfonso IV respondió a su esposa Leonor de Castilla que incitaba a castigar a quien le había increpado audazmente “reina, reina, nuestro pueblo es libre y no está subyugado como el de Castilla”.
El órgano legislativo residía en las Cortes, convocadas por el rey y compuestas por los cuatro elementos principales de aquella sociedad: nobles, caballeros, municipios- llamados universidades- y el clero desde 1300. El rey Felipe II acabó con los fueros y privilegios del reino de Aragón.
Aprovechando los sucesos de Antonio Pérez, el rey quiso juzgarlo por las leyes centrales que regían el Tribunal de la Inquisición; violentamente los zaragozanos lo llevaron a ser juzgado, como aragonés que era, según el “derecho de manifestación”, que lo ponía en manos de la justicia; en los tumultos Antonio Pérez huyó a Francia. Las tropas castellanas entraron en Aragón , el rey ordenó ejecutar al justicia y acabó así con los fueros aragoneses.
La población judía, abundante desde la época romana, vivía en barros a parte; los judíos pasaban por súbditos directos del rey, al que, a cambio de la ayuda pecuniaria que prestaban, pedían protección; las violentas persecuciones del s. XV no alcanzaron en Aragón la intensidad de otras partes; los moriscos que quedaron también vivían en barrios a parte, llamados “morerías”, y eran agricultores y súbditos de los nobles.
En 1978 fue otorgado a Aragón un régimen preautonómico por parte del gobierno central, como paso previo al definitivo Estatuto de Autonomía, que se dio en 1982.
Ciudades importantes
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Zaragoza: Municipio y capital de la comunidad autónoma de Aragón y de la provincia de Zaragoza, con 1059,9 km² y 590.750 h.en 1981, a 200 m de altura, en la llanura formada por las terrazas del Ebro. Es la quinta ciudad española, después de Madrid, Barcelona, Valencia y Sevilla. La mayor parte del casco urbano queda a la derecha del río, cuyas orillas se unen por el famoso puente de Piedra, el de Hierro y el de Nuestra Señora del Pilar.
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Huesca: Municipio y capital de la provincia, con 103,8 km² y 44.372 h (1981), a 488 m de altura, en la llanura que se extiende al pie del collado de Montearagón, a orillas del río Isuela. Su clima es riguroso, sometido a grandes fluctuaciones térmicas; la temperatura media anual es de 13ºC, pero los inviernos son muy fríos, con mínimas de -10ºC. El monumento oscense más destacado es la catedral gótica de los ss. XIII-XVI, que guarda un primoroso retablo de Forment. La real basílica de San Lorenzo, barroca, se dedica al patrono de la ciudad, hijo de ella como San Vicente, martirizados en Roma y valencia, respectivamente.
Huesca tiene Instituto Nacional de bachillerato, escuela Universitaria de profesores de EGB, de maestría industrial y la que fuera la Universidad Laboral, hoy centro de formación profesional.
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Teruel: Municipio y capital de la provincia española, con 182,7 km.² y 28.225 h (1981), a 915 m de altura. Se levanta sobre unos cerros, como verdadera fortaleza natural. Cruza con dirección N-S el río Guadalviar (Túria), que recibe cerca de su afluente el Alfabra. La elevada altitud hace que el clima sea riguroso; batida Teruel por los fríos vientos del N, sus inviernos son crudos, con cifras mínimas de -10ºC, que en ocasiones llegaron a -20. Entre los monumentos típicos turolenses destacan la Catedral, con interesantes retablos Góticos y platerescos; el Seminario, grandiosa mole que aparece colgada sobre la vega del Túria; la iglesia de San pedro, en cuya capilla adjunta se guardan se guardan las momias de los famosos amantes de Teruel; la iglesia de san Salvador, que conserva un venerado retablo del Cristo de las Tres manos. Verdadera joya arquitectónica mudéjar son las célebres torres de San Salvador y San martín, del s. XIII. Por su grandiosidad destaca el acueducto de los Arcos, atrevida obra de 1573.
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Caspe: es la cabecera de la zona zaragozana de la Tierra Baja, o bajo Aragón, que comprende todo el espacio más oriental de la provincia, caracterizado por sus amplios horizontes, cabezos de escasa altura e infinitas manchas de olivos, típicamente mediterráneo. Registra las menores altitudes en todo Aragón. Con sus 8.000 habitantes, Caspe se asienta sobre una loma inclinada que se corta bruscamente al este, donde se forman un elevado acantilado que mira a la verdeante huerta del río Guadalope, en tanto que a lo lejos se contempla el curso del Ebro, embalsado en el llamado Mar de Aragón, hoy esperanzadoramente promocionado en las urbanizaciones de El Dique y Chacón, muy adecuado para los deportes náuticos y de pesca, todo lo cual, así como la abundante caza existente en su dilatado término municipal, ha supuesto para Caspe un nueva orientación hacia el turismo.
Caspe y su dilatado término municipal encierran una serie muy diversificada de monumentos de gran personalidad y de relativa rareza, que hacen de ella algo un tanto atípico en Aragón. Además, el caserío es de gran prestancia, revalorizado por el predominio de la piedra, con numerosos edificios del pasado, y revelando su condición más urbana que rural.
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Tarazona: capital de comarca del Moncayo, se encuentra en el Valle medio del río Queiles, a una distancia de 86 Km. de Zaragoza. Encrucijada de caminos entre las comunidades autónomas de Castilla León, La Rioja, y Navarra, cuenta con una población de 11.000 habitantes.
Municipio romano, en su solar se asentaron sucesivamente visigodos, árabes, judíos, cristianos... convirtiendo Tarazona en uno de los lugares más emblemáticos de Aragón. La expansión de caserío hacia la vega del Queiles y la situación de frontera militar con castilla y Navarra definieron, desde tiempos medievales, su característico entramado urbano de barrios altos, caserones, callejas, arquillos y pasadizos. El casco antiguo ya fue declarado conjunto Histórico Artístico en 1965. la riqueza patrimonial de Tarazona se complementa perfectamente con un entorno lleno de atractivos: la Sierra de Moncayo, protegida desde 1978 bajo ka figura de Parque Natura, el idílico paraje del monasterio cisterciense de Veruela y las muestras de tradición constructiva mudéjar de los pueblos de la comarca.
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Calatayud: Municipio de la provincia de Zaragoza con 154,3 km² y 17.941 h en 1981, a 534 m de altitud, en la Hoya de Calatayud, entre la sierra de Ateca y las de Vicort y las Virgen, bañado por los ríos Jalón y Jiloca. Centro agrícola y comercial, con abundancia de productos hortícolas, viveros de hortalizas y frutales, y fábricas de harinas, alcoholes, conservas vegetales, calzados y cerámica. Sus monumentos, las célebres ruinas de Bilbilis y el hecho de estar situada en la ruta al Monasterio de Piedra convierten a la ciudad en centro turístico, favorecido por sus excelentes comunicaciones.
Otros municipios de interés:
Fuendetodos: Este municipio alberga la casa natal de Goya, el museo del Gravado de Goya, la Sala de exposiciones Ignacio Zuloaga y otros edificios de gran interés relacionados con Goya, el ilustre pintor español.
Brea de Aragón: Municipio situado en el valle del río Aranda es, junto con Illueca, el centro más importante de producción de calzado de Aragón. Brea de Aragón acoge el Museo del calzado, que nace a raís de la cesión de la familia de D. Manuel Trasobares Gimeno de sus herramientas artesanales al Ayuntamiento de Brea. Este proyecto se enmarca dentro de una política de desarrollo comarcal, tomando como eje identificativo de la misma, la existencia del sector industrial que ha sido y es el motor económico de la zona.
Biel: En torno al río Arba, en las estribaciones de la Sierra de Santo Domingo, el viejo torreón del castillo de la Iglesia de San Martín apiñan el casco urbano de Biel. Su altitud (760 metros sobre el nivel del mar) y sus características geográficas le confieren una climatología especial. En Biel, podemos degustar platos típicos de la zona, el excepcional pan de Biel y al mismo tiempo admirar bellos monumentos de la arquitectura medieval.
Muel: Pueblo típico con una artesanía brillante heredada de los moriscos que poblaron el municipio hasta 1610. Actualmente dispone de una escuela taller y es conocido en el mundo de la cerámica popular.
Borja: Si hay algo que caracteriza y determina la fisonomía de Borja es su castillo. Esa joroba reseca que se alza de forma inesperada y desafiante sobre el actual casco urbano es la señal de identidad de la ciudad y su razón de ser desde sus orígenes hasta el siglo XVI. Hay diferentes monumentos de interés turístico, como la Excolegiata de santa maría, el Convento de la Concepción, Santo Domingo, la Iglesia de San miguel, y en su término municipal el Santuario de Misericordia. Y cabe remarcar la galería de retratos del Salón de reyes de la casa Consistorial de la Ciudad, con una colección de 19 retratos.
Gallur: El pasado histórico de Gallur se remosta al siglo XII, a un antiguo castillo, fortaleza, para controlar el paso del ancho río Ebro; fechado el 6 de julio de 1109. Su huella histórica se puede admirar en todas las casas y monumentos del municipio.
Oferta turística de Aragón
Aragón es una tierra abierta a un turismo diferente, con muchos caminos que recorrer. Un turismo deportivo y ecológico, con riquísimos espacios naturales para respirar mejor y multitud de posibilidades de hacer ejercicio en intimo contacto con la naturaleza. Un turismo cultural, que sabe aprender de la huella que ka historia ha ido dejando a su paso en forma de templos, murallas, castillos y palacios. Un turismo, en definitiva, más humano y más sociable, deseoso de conocer nuevas gentes.
Turismo deportivo
Dadas las características geográficas, Aragón es el escenario ideal para practicar multitud de deportes, tanto de acción y de aventura como más reposados y tranquilos, en pleno contacto con la naturaleza, que es, sin duda, el mejor escenario para hacer ejercicio de una forma sana.
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Deportes de invierno: El esquí alpino es el deporte rey de la montaña aragonesa en invierno, con modernas estaciones en el Pirineo( Astún, Candanchú, Cerler, Formigal y Panticosa) y en Teruel la nieve invernal de la montaña permite la práctica del esquí de fondo en varios circuitos que permiten conocer el Pirineo de una forma diferente y más intima y solitaria.
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Deportes de montaña: Por sus condiciones geográficas, el montañismo se rige en el deporte rey en Aragón en todas sus variedades: escalada, alpinismo, esquí de travesía, trekking... El pirineo y las sierras ofrecen numerosas posibilidades de numerosas dificultades auxiliadas por los refugios de montaña. Senderismo: existen numerosas sendas en todo el territorio montañoso de Aragón, todos ellos bien señalizados y cartografiados. Además, muchos caminos son fáciles recorridos para los aficionados a la bicicleta de montaña o a lomos de un caballo. Por otro lado, Aragón es la pionera en España en el descenso de barrancos, deporte de aventura que últimamente ha cobrado gran auge en los cañones de Guara.
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Deportes acuáticos: Tanto los ríos, especialmente los pirenaicos como los numerosos pantanos de todo Aragón permiten la práctica de deportes como el windsurf, vela, esquí acuático y otros deportes acuáticos, completando su oferta natural con instalaciones turísticas y de alquiler de material deportivo.
Destaca: El Mar de Aragón el pantano de Aragón en Mequineza, pantanos de Gallipuén y Cueva Foradada, Estanca de Alcañíz, el pantano de Mediano en Aínsa, Barasona en Graus, pantano de la Sotonera, pantano de la Tanquera en Nuévalos y pantano de Arquillo. (...)
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Deportes aéreos: Castejón de Sos reúne las mejores cualidades de Europa para la práctica del parapente, que junto al ala delta, se practica a lo largo de todo Aragón, además del vuelo con vela y motor. Hay clubes que organizan cursillo, alquilan equipo y tramitan federaciones en las tres provincias.
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Caza y pesca: existen numerosos cotos de caza y de pesca de distintas categorías reglamentados para el ejercicio deportivo de la caza y las pesca, donde Aragón destaca por la riqueza faunística controlada de sus amplias zonas verdes.
Turismo cultural
Aragón es una tierra que respira historia. Historia vivida y patente en las muestras artísticas civiles y religiosas que, de todas las épocas y en todos los pueblos, perviven como monumental memoria colectiva de un largo pasado de convivencia de culturas diferentes, que ha ido forjando el carácter aragonés, abierto y celoso sus libertades.
Aragón fue poblada desde antiguo por hombres que dejaron muestras de su concepción de la vida y del arte en monumentos megalíticos, pinturas rupestres y poblados ibéricos, conformando un sustrato sobre el que se implantó el imperio romano, que dio lugar a importantes ciudades y villas cuyos restos abundan en Aragón. Pero lo más destacado del arte aragonés corresponde a los cristianos de la Edad Media, que se impusieron sobre la hegemonía árabe en la frontera más septentrional del Islam, que nos legó el palacio taifal de La Aljafería de Zaragoza como la muestra más brillante de su esplendor.
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Románico: La convivencia de ambas culturas en el s. XI produjo el surgimiento de unas iglesias románicas excelentemente conservadas de un estilo único, con influencia del arte mozárabe de los cristianos que vivían en territorio musulmán, en lo que se denomina la ruta del Serrablo. La ruta del románico en Aragón muestra numerosos y brillantes ejemplos de este estilo artístico de los siglos XI, XII y XIII, sobretodo castillos e iglesias de gruesos sillares, arcos de medio punto y bóvedas acañonadas o de arista. En el Sobrarbe y la Ribagorza se conservan las primeras muestras del románico en Aragón, iglesias del siglo XI de estilo lombardo en buen estado de conservación y que bien merecen una visita para los amantes del arte. Más famosas son la catedral de Jaca, que marcó un estilo con el crismón jaqués (entre dos leones) y el friso ajedrezado, extendido después por el Camino de Santiago; y el monasterio de San Juan del la Peña, de origen Mozárabe y habitualmente relacionado con el Santo Grial, que está escondido bajo una gran roca en un admirable enclave paisajístico (sitio Natural de San Juan de la Peña). Consta de iglesia baja, panteón real, iglesia alta, y un excepcional claustro del s.XI, constituyéndose en una obra maestra del arte románico en España. El castillo de Loarre es un edificio románico militar más importante de España y uno de los mejor conservados. Es un conjunto amurallado con salas palaciegas, torres y una iglesia de influencia jaquesa que invitan a soñar con otras épocas. Aínsa y Alquézar son dos ejemplos de pueblos monumentales que conservan toda la magia de su estructura medieval: calles, plazas, palacios e iglesias.
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Gótico: Lo más relevante del gótico aragonés son los monasterios cistercienses de Nuestra Sra. de Rueda y el de Veruela, idílicos lugar elegido por Bécquer para su reposo y que le inspiró sus rimas y leyendas; así como la bellas catedral de Huesca, de tres naves, bóvedas de crucería, claustro gótico, torre octogonal, y bellas esculturas en sus portadas.
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Mudéjar: El mudéjar es el estilo de los árabes bajo dominación cristiana, fusionando el gótico con su herencia islámica. Es un estilo puramente español, en el que Aragón destaca tanto por el número como por la calidad de sus monumentos, y se erige como la muestra más bellamente visible del carácter abierto de los aragoneses. En Zaragoza, la cabecera de La Seo presenta una hermosa decoración mudéjar, como en la torre de la Magdalena. Teruel: Conjunto declarado por la UNESCO Patrimonio de la Humanidad y formado por la Catedral, en donde destaca el artesonado, San Pedro y las hermosas torres de San Martín y del Salvador. Tarazona y Daroca son dos interesantes ciudades mudéjares, y un gran número de pueblos de Zaragoza y Teruel presentan en su silueta una hermosa torre mudéjar.
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Otros estilos: existen abundantes muestras de otros estilos artísticos, tanto religiosas como civiles, en todo Aragón, sobre todo renacentistas y barrocas. Especial mención merece las construcciones modernistas de Zaragoza y de Teruel, además de los dos grandes templos que vertebran en Aragón la ruta mariana que une Lourdes y Fátima, que son la imponente y visitadísima basílica del Pilar de Zaragoza, y el santuario de Torreciudad, fundado por el beato Escrivá de Balaguer.
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Arquitectura popular: En Aragón la casa familiar conjuga la belleza y el arte popular con las necesidades de la vida cotidiana, dando lugar a numerosos pueblos con sabor rústico y medieval, como Echo, Aínsa, Alquézar, Soso, Albarrací, Mirambel, Cantavieja o Valderrobres.
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Goya: El genial y universal pintor aragonés dejó en su tierra abundantes muestras de su quehacer artístico, desde frescos en el Pilar, la cartuja del Aula Dei y otras iglesias, hasta retratos y otros cuadros recogidos en colecciones y museos de Zaragoza y Huesca y en el Museo de la Casa Natal de Goya, en Fuendetodos.
Turismo ecológico
En Aragón abundan los paisajes hermosos y sorprendentes, y en todos ellos encontramos rincones solitarios y encantadores capaces de despertar nuestra sensibilidad y reconciliarnos con la naturaleza. Lagos y praderas de alta montaña, valles paradisíacos, boscosas sierras, caprichosos roquedos, altos cañones, anchas lagunas y estepas irrepetibles conforman una colección de ecosistemas diversos llenos de vida e idóneos para el reposo en sus frescas noches de verano y para el goce de su belleza en cualquier época del año.
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El Pirineo: Por sus condiciones geoclimáticas, es el espacio natural más hermoso de Aragón y la cordillera más imponente de España. Los valles occidentales (reserva nacional de Caza) reciben la influencia del Atlántico, formando magníficas masas vegetales en parajes como la Selva de Oza, un gran bosque con abundante fauna (incluso oso) que nos permite conocer un admirable paisaje natural en estado virgen. En el valle de Tena, las cimbres alcanzan los 3.000 m., con profusión de accesibles ibones y fuentes termales, como las del balneario de Panticosa. La Reserva nacional de Caza de Viñamala fue declarada Reserva de la Biosfera por la UNESCO. Pero la joya del Pirineo es el Parque nacional de Ordesa, que incluye el cañón de Añisclo, las gargantas de Escuaín y el macizo del Monte Perdido, y que fue el primero en España en recibir esta denominación en 1918. Sus condiciones micro climáticas singulares han creado un valle único en Europa por su belleza natural, su vegetación, y su fauna excepcional. El río Arazas forma bellas cascadas inolvidables para quien las ve. Los macizos de Posets y Maladeta (Reserva Nacional de Caza) presentan las mayores alturas del Pirineo: Aneto, Posets y Maladeta, y los glaciares permanentes más al sur de Europa (monumentos Naturales de los glaciales de Maladeta), junto a hermosos valles que ofrecen numerosas y cómodas excursiones que facilitan el conocimiento del espectacular paisaje pirenaico.
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Las Sierras Prepirenaicas: El Prepirineo suele presentar curiosas formaciones rocosas cubiertas de abundante vegetación, unas veces con manantiales como los del Turbón, de famosas aguas; y otras taladradas por los ríos como en el Parque natural de la Sierra y los cañones de Guara: sus famosos cañones, formados por los ríos Vero, Mascún o Alcanadre, constituyen un fenómeno natural único y asombroso, tanto por las creaciones caprichosas de la erosión del agua como por la espectacularidad y el asombroso descenso de sus altas paredes y congostos. Igualmente sorprendentes son las curiosas y verticalísimas formaciones rocosas de Peña Oroel o los “Mallos” de Riglos y de Agüero.
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Las Sierras Ibéricas: El Sistema Ibérico genera sierras de altura media con abundante vegetación, que proporcionan un placentero descanso y un refresco natural, como el Parque Natural de la Dehesa del Moncayo, la máxima altura del sistema Ibérico, que presenta restos de glaciarismo y bosques frondosos; o la Sierra de Albarracín, con la Reserva Nacional de caza de los Montes universales; o la de Gúdar, macizo de alta montaña con riquísimos montes de pinares; y El Maestrazgo, lleno de pueblos cargados de historia; unido a la belleza paisajística de algunos fenómenos naturales, como las caprichosas cascadas del Monasterio de Piedra, los vertiginosos barrancos de los Puertos de Beceite, los curiosos paredones de los Órganos del Montoro y las hermosas formaciones de las Grutas de Cristal de los Molinos; y completado todo ello por la acción sanadora de los numerosos balnearios de la zona, ideales para el reposo y la salud, porque unen a sus cualidades un entorno paisajístico que favorece la acción de las aguas termales, constituyéndose así en una irrepetible alternativa de ocio para descansar del stress de la vida moderna.
Turismo de negocios
La oficina de congresos de Zaragoza, con la colaboración de distintas empresas del sector, potencia la ciudad como sede de congresos, convenciones y viajes de incentiva.
Alojamientos
Aragón se adapta perfectamente a les necesidades de alojamiento de los turistas que quieran visitar la zona.
Dispone de alojamientos hoteleros de distintas calidades, incluidos pensiones y hostales.
Dispone también de viviendas de turismo rural, camping y áreas de acampada repartidos por sus tres provincias., y para completar la oferta dispone de apartamentos, balnearios, centros vacacionales, estaciones de esquí, albergues y refugios de Montaña.
Para informarse de los precios, temporada, o para hacer cualquier pregunta el turista puede informarse en las oficinas de información de Turismo de Aragón.
Rutas en Aragón
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La Ruta del río Piedra: Entre los numerosos afluentes del Jalón, es el Piedra uno de los que gozan de mayor nombradía debido al extraordinario paraje del Monasterio de piedra, con celebradas cascadas u bosques que complementan los edificios medievales de un antiguo cenobio cisterciense del siglo XIII, adaptado para hotel desde hace bastantes años. A partir también del agreste paraje del embalsaje de la Tranquera, se reúnen las aguas de los ríos Piedra y mesa a lo largo de unos diez kilómetros hasta afluir al Jalón. Ambos ríos tienen sus fuentes y un buen tramo de recorrido por tierras guadalajañeras del antiguo Señorío de Molina. El Piedra discurre casi siempre entre ondulados desfiladeros, contrastando el ocre y grisáceo de los roquedales con la franja verde de la huerta fluvial, de florido aspecto por sus numerosos árboles frutales.
La confluencia de los reunidos Mesa y Piedra al Jalón se encuentra a muy pocos kilómetros al oeste de Ateca, que consideremos el inicio de la ruta pues la carretera desvía en las afueras de esta importante villa.
Ruta por: Ateca, Castejón de las Armas, Carenas, Nuevalos, Monteverde, Monasterio de Piedra, Llumes, Cimballa, Las Hoces de Piedra.
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Castillos: En tierras aragonesas es posible hacer una ruta para visitar estas fortificaciones que el hombre ha tenido necesidad de construir para defenderse de los ataques exteriores.
Esta ruta se hace por las tierras y valles de Calatayud, pasa entre otros por estos municipios: Berdejo, Orcajo, Aniñón. Calatayud, Alcocer, Nuévalos...
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Camino del Cid: Una parte importante del camino del Cid hacia el destierro discurre en los dominios islámicos del reino taifa de Zaragoza -donde tiene su corte el anciano Al- Muqtaquir, del linaje de Beni Hud-, en tierras que van más allá de los modernos límites provinciales.
La ruta cidina zaragozana según el Cantar del Mío Cid discurre desde la provincia de Soria por el cauce de Río Jalón, principal afluente por la margen derecha del Ebro, siguiendo la actual Autovía de Aragón. Esta fue la más importante vía de penetración desde tiempos prehistóricos entre la Meseta castellana y el valle medio del Ebro, paso estratégico transitado por mil culturas.
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Camino Jacobeo del Ebro -En Aragón- :
Los caminos que se han señalizado para la ruta jacobea del Ebro, son casi siempre de tierra, coincidiendo, en algún momento, con algunas antiguas calzadas romanas y medievales: citaremos los restos con marcas importantes de rodadas de carros de Nonaspe- Fabara por el antiguo camino hacia Batea, a orillas del río Algás, y el Fabra-Caspe por la sierra de Caspe y Val de fabara, con vistas impresionantes al valle del Ebro y restos de rodadas de lo que suponemos antigua vía romana. También se transita por el antiguo “camino Real” hacia Navarra, tal es el caso de Alcalá de Ebro-Gallur.
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La Ruta del Cister en Aragón: Cisterciense proviene del nombre latino de Cisteraux, lugar de Borgoña adonde se retiró en 1908 el monje francés Roberto Molesmes para renunciar al esplendor de la orden de Cluny y sembrar el retorno a la sencillez. Veruela, Rueda y Piedra son ramas de ese gran tronco. Su arquitectura es fiel al modelo monástico benedictino, al que da sentido práctico y un fin preciso: Recogimiento y oración; Construcción sobria, no exenta de grandeza, simplicidad y desnudez ornamental. Perfecta cantería en un estilo de transición románico-gótica con arcos apuntados y bóvedas ojivales.
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Ruta de Museos del vino: Los Museos del Vino de las cuatro denominaciones de origen aragonesas (Campo de Borja, Cariñena, Somontano y Calatayud) contienen la esencia de una tradición y de un modo de vida, a veces basado en la subsistencia y salpicado de sinsabores. Estos museos son una copa repleta de cultura acenstral, pero abierta a la modernidad.
Lugares: Cariñena, Barbastro, Monasterio de Piedra, Monasterio de Veruela.
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Otras rutas turísticas de Aragón:
Ruta de Calatayud. Total recorrido: 122 km
Ruta del Moncayo. Total recorrido: 90 km
Ruta de las Cino Villas. Total recorrido: 131 Km
Ruta de Goya: Total recorrido: 140 km
Ruta de Caspe: Total recorrido: 150 km
Ruta de los Pirineos. Total recorrido: 191 km.
Ruta de Teruel. Total recorrido: 250 Km
Folklore y fiestas
Si bien la jota cantada y bailada es la seña de identidad festiva de los aragoneses. Las fiestas populares aragonesas van más allá de los tópicos y se enraízan en lo más primitivo del folklore ancestral y los ritos precristianos, dando lugar a numerosas y variadas muestras festivas folclóricas de gran sabor arcaico y notable participación popular; mientras unas son netamente folclóricas, otras enraizan con legendarias tradiciones. Vamos a hablar de ellas con más detalle.
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El Pilar: Fiesta grande de Zaragoza, el 12 de Octubre. Según la tradición, maría visitó milagrosamente al apóstol Santiago en Zaragoza. Desde el pregón hasta la traca final de fuegos artificiales, se suceden bailes, desfiles de gigantes y cabezudos, conciertos, vaquillas y la feria taurina. Destacan la ofrenda de flores a la virgen el 12, la misa de infantes y el rosario de cristal, al atardecer del 13, popular procesión de carrozas de cristal policromado.
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Semana Santa en Zaragoza: Notable por su calidad artística, sus numerosas procesiones y su antigüedad.
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La Morisma de Aínsa: Representación popular de moros y cristianos el 14 de septiembre. Fiesta de gran interés etnológico.
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Carnavales: Destacan por su riqueza folclórica los de Bielsa, con sus “trangas”, “madamas” y “osnos”, y los de San Juan de Plan, muy primitivos.
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La “Mojiganga” de Graus: Esperpéntica y colorista comparsa callejera con sátira social, el 14 de septiembre en Graus.
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El “paloteao” de Oto: A mediados de agosto, con un dance con palos.
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Las “navatas”: Descenso de troncos por el río Ara desde Laspuña hasta Aínsa. Se celebra a inicios de junio.
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La “pastorada” de Benabarre: en Junio, con dances* acompañados de los “palitrocs”
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Ruta del tambor y el bombo: Espectacular y ruidosa celebración de la Semana Santa del Bajo Aragón, declarada de interés turístico, en la que bombos y tambores recuerdan el estremecimiento que sacudió a la naturaleza cuando murió Jesucristo y enraíza con las tradiciones precristianas de los ritos del renacimiento de la primavera tras el invierno. Está formada por Albalate, Alcañiz, Alcorisa, Andorra, Calanda, Híjar, La Puebla, Samper y Urrea. En casi todos ellos hay ascensiones al calvario y “rompidas” de la hora. Las procesiones de Híjar son muy severas, y están dominadas por el color negro de la túnica y el tercerol (capucha plisada). Destacan la subida al calvario la “rompida” de la
hora, a las 0 h. Del Viernes Santo. Calanda, cuna de Luís Buñuel, celebra su espectacular “rompida” de la hora a las 12 h del Viernes Santo con un estruendo que dura 26 agotadoras horas y termina con una marcha palillera.
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Carnaval de Valderrobres: Recuperado carnaval que se abre con una “fantasmada” y la llegada del carnaval, un muñeco que se quemará la última noche. Es sábado se reparte “calmante” entre los asistentes hasta bien entrada la madrugada.
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Romería de hombres al Llovedor: en Castellote el 1 de mayo, sólo para los hombres, para pedir la imprescindible lluvia a la Virgen.
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Los toros “embolados”: (Gúdar) Las fiestas más atractivas y curiosas de esta zona son los “toros embolados” y ensogados”. Son unas fiestas taurinas callejeras, totémicas y ancestrales, que se celebran en las noches de verano de julio a septiembre en los pueblos de Gúdar. El toro “embolado” consiste en colocar un yuguete con bolas inflamables en la cornamenta del toro y dejarlo libre por las calles del pueblo. El toro “engosado” consiste en un festejo en que el toro va atado a una larga soga, para que corra con libertad, pero sin excesivo peligro. En Rubielos de Mora, el toro “embolado” se celebra los sábados de julio y agosto, destacando el último por su ambientación con una fiesta medieval y la iluminación de sus calles con teas encendidas, y el “engosado” el 16 de julio y el 14 de septiembre. Otros pueblos interesantes por sus fiestas de toros “embolados” y “engosados” son Linares de Mora 825 de julio), Nogueruelas 815 de agosto) Sarrión (15 de agosto), Alcalá e la Selva (8 de septiembre) y Mora de Rubielos (29 de septiembre).
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Los “Mayos” de Albarracín: Arcaica fiesta de exaltación de la primavera y del amor, la noche del 30 de abril. A medianoche, la ronda recorre las empinadas calles de los pueblos de toda la comarca entonando sus cantos de amor al pie de los balcones llenos de flores. Son los “mayos”, expresión popular desde tiempos inmemoriales.
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El baile del pollo: En Bronchales, a mediados de agosto.
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La procesión de Veracruz: En Caspe, la noche de Viernes Santo, el Paso con un gran fragmento de madera, que se cree que perteneció a la cruz de Cristo, cierra la procesión.
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El dance de Velilla: En las fiestas del 5 al 8 de diciembre. Es un vistoso dance donde aparecen contrapuestas las figuras del ángel y el diablo.
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Desfile de la Victoria: El primer viernes de mayo, jaca conmemora una victoria sobre los moros en una floreada fiesta de primavera con un hermoso desfile.
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Romería de Santa Rocía: El 25 de junio, romeros y danzantes con palos suben al amanecer desde Yebra de Basa hasta la ermita de Santa Orosia por una hermosa ruta de santuarios rupestres al son arcaico del chiflo y el chicotén.
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Festival folclórico de los Pirineos: A finales de julio y principios de agosto de los años impares, Jaca acoge a grupos folclóricos de todo el mundo en una callejera fiesta de hermanamiento universal.
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Día de la exaltación del traje ansotano: El último domingo de agosto, las calles de Ansó se convierten en un museo viviente del traje ansotano.
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El dance de Tauste: Alrededor del 4 de abril, Tauste celebra sus fiestas en las que destaca un antiquísimo dance con palos, hermosos arcos de flores y originalísimas torres humanas de cuatro pisos con un niño en lo alto.
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El “Cipotegato” de Tarazona: las fiestas de San Atilano (27 de Agosto (comienzan a mediodía, cuando el “Cipotegato”, con su traje arlequinado, sale del ayuntamiento bajo una lluvia de tomatazos. El “Cipotegato” es un personaje relacionado con los antiguos bufones, acompañaba a la procesión del Hábeas con un latiguillo para espantar a los chiquillos y gamberros. La actual celebración se debe a la presencia del “Cipotegato” cuando la corporación municipal acudía al ayuntamiento -antiguamente, muy cerca del mercado-, encarnando y sufriendo la burla del pueblo contra las autoridades.
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La fiesta de las abuelas: En Adahuesca en el mes de junio, con reparto de la caridad: torta y vino.
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Romería del Pueyo: En Barbasto, el 15 de Abril.
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Concurso de jota en Monzón: En las fiestas de San mateo, del 20 al 24 de septiembre.
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Fiestas del Ángel: Fiesta mayor de Teruel, el segundo domingo de julio, próximo al día de San Cristóbal, con el toro como protagonista. Están dedicadas al Santo Ángel, patrono de la ciudad, y rememoran la legendaria fundación de la ciudad por parte de unos caballeros aragoneses tras tomar la anterior fortaleza musulmana, a la que llegaron persiguiendo a un toro bravo que seguía una estrella. El festejo más popular es el toro ensogado, que corre por las calles entre quiebros de mozos, especialmente el lunes. Pero sobretodo, es una fiesta popular y callejera, con actuaciones, bailes, dances*, tracas y vaquillas.
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Fiestas del Jamón de Teruel: Degustación de este producto en una fiesta popular de fines de septiembre.
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La Contradanza de Cetina: Arcaica danza nocturna de máscaras, del 18 al 21 de mayo, de raíz pre-cristiana, y con restos de antiguos ritos agrícolas. Los danzantes llevan teas encendidas y un traje que asemeja un esqueleto, salvo el diablo que viste de rojo.
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Los Corporales de Daroca: Procesión legendaria del día de Hábeas, con lluvia de pétalos al paso de las formas que, según la tradición, se convirtieron en sangre en 1239.
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San Roque de Calatayud: Populosas fiestas a mediados de agosto, animadas por las peñas.
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San Lorenzo: patrono de Huesca, el 10 de agosto; multitudinarias y callejeras fiestas dominadas por el verde de las peñas. Algunos actos tradicionales son el rosario de la aurora, la ofrenda de flores y frutos, las vaquillas y corridas de toros, y la procesión del santo, amenizada por los dances* del “paloteado”, de las cintas, de las espadas y “el degollau”.
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Hogueras de Santa Leticia: En Ayerbe, el 9 de septiembre, con hogueras, calderetas y toro de fuego en la plaza del pueblo.
*Dances: (danzantes): Una de las costumbres festivas más importantes del pueblo aragonés, es el “dance”, en el que se combinan el folclore y el teatro, y que observa marcadas diferencias según la zona en que se lleva a cabo. Son de interés las “pastoradas” de Ribagorza, la “Morisma” en Aínsa y los dances de Sariñena, Ateca o Alloza y la Mojiganga de Graus.
Vinos y Gastronomía
Durante años, muchos vinos aragoneses se emplearon para fortaleces vinos más débiles de otras zonas productoras, tanto españolas como extranjeras. No obstante, el estereotipo del vino aragonés ha quedado roto por la revolución que se produjo a principios de los 90 en la zona del Somontano, y ahora también en Cariñena, donde la ligereza y la diversificación varietal son sus mejores cartas de presentación.
Vinos Norteños
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D.O Campo de Borja
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D.O Somontano
La zona:
En el Valle del Ebro, se cultivaba la vid en el 500 a. De C y la historia habla de grandes producciones en el s. II a.de C. Los itálicos llegados a la zona trajeron consigo las técnicas de cultivo que rápidamente se extendieron por la comarca e influyeron en el cultivo de la vid, una actividad que siglos más tarde pasó su testigo a los monasterios de la Edad Media.
Los primeros indicios arqueológicos indican que los romanos cultivaban la vid y elaboraban el vino para sus soldados mientras duraban los asentamientos en Hispania. De hecho, muchos poblados actuales tienen su origen en aquella remota época y los restos arqueológicos encontrados hablan de un cultivo bastante extendido de la vid. De todos modos, el cultivo ordenado y definitivo se debe siglos más tarde, en el s.XII, una vez cerrado el periodo de la Reconquista, a la actividad de los monasterios. La primera referencia a la vid en la Edad Media aparece en los archivos del Monasterio de Veruela en documentos de 1203 donde constan las donaciones de viñas de Magallón. Los monjes mantuvieron contacto con los municipios colindantes y los señoríos, desarrollando la viticultura y propiciando un fuerte aumento de cepas en sus zonas de influencia. Esto también trajo consigo un cierto ordenamiento en la distribución y venta del vino para dar salida a la producción. La influencia de los monasterios fue muy destacada ya que regían las parroquias desarrollando la ganadería y la agricultura. Cuentan las crónicas que la región aragonesa era un gran paisaje donde abundaban los cultivos de vid, cereal, olivos, y almendros. Como todas las comarcas vitícolas, sufrió un revés con la plaga de la filoxera de la que tardó décadas en recuperarse.
Las bodegas:
En el Somontano hay un predominio absoluto de bodegas que son sociedades mercantiles, todas ellas muy jóvenes en términos del sector, con unas pocas bodegas ya históricas. En Campo de Borja, las circunstancias de comercialización dieron paso en los años 50 al cooperativismo que hoy agrupa la mayor parte de la producción total de la D.O.
El vino:
Es tiempo de calidad. Los elaboradores buscan el mejor vino, pero sin perder el carácter de la tierra ni la tipicidad de las variedades con las que se elaboran los distintos vinos. Campo de Borja y Somontano se enfrentan al futuro con la vista puesta en la calidad.
Las palabras clave para describir las nuevas tendencias de los vinos Somontano y Campo de Borja son tecnología pulida, control, observación estricta de todos los procesos y una atención especial al viñedo y las posibilidades que desarrollan las distintas variedades en estas tierras. Es una apuesta por el futuro que ya ha empezado a traslucirse en los vinos comercializados actualmente. El predominio de la variedad garnacha ha dirigido las elaboraciones de Campo de Borja a tintos y rosados, donde se han conseguido buenas muestras de una elaboración cuidada. Se apuesta por los blancos elaborados con macabeo y hay una pequeña cantidad de moscateles dulces de nuevo cuño. El Somontano, por su lado, apuesta por la modernidad y cree firmemente en los coupages de las distintas variedades muchas aún en fase experimental, pero que ya han dejado ver unos vinos de nuevo corte muy adaptados al gusto actual.
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Un tinto joven de Campo de Borja, bien elaborado presenta unos aromas frutales y florales marcados. Son carnosos en boca con intensos sabores. La mayor parte de ellos elaborados con garnacha pero también en combinación con tempranillo y cabernet suavignon.
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El 75% de la superficie del viñedo de campo de Borja es de garnacha, seguido de algo más de un 13% de la tempranillo. Evidentemente, las elaboraciones son, en su mayoría, vinos tintos y rosados.
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Vinos monovarietales son los vinos elaborados a partir de la única variedad de uva sin coupages de ningún tipo, aunque algunas D.O, autorizan la presencia de otras uvas en porcentajes mínimos.
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Somontano apuesta fuertemente por los vinos de calidad, especialmente los tintos con crianza. En los últimos diez años se han multiplicado por 14 la cifra de vinos elaborados bajo el amparo de la D.O.
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Estos vinos con personalidad propia no se arrendan ante los sustanciosos platos aragoneses. Son buena compañía para guisos de cuchara, ternascos asados y a la amplia cocina de sabrosos despojos, la caza, las setas y un buen queso Trochón.
Denominaciones:
La D.O Campo de Borja fue establecida en 1980 y desde entonces es la garante de origen y la calidad de los vinos elaborados en la zona reconocida por su CR que agrupa 16 municipios.
Aprobada en 1984, la D.O Somontano apunta a la consolidación de jóvenes bodegas que en muy poco tiempo han conseguido dar un renombre a la zona. Su excelente reputación está ganad a base de buenos vinos cuya tercera parte ya se exporta.
Bodegas para visitar y comprar:
D.O Campo de Borja | D.O Somontano |
Bodegas Bordejé (Ainzón) | Bodegas Lalanne (Barbastro) |
Bodegas Caytusa (Ainzón) | Bodegas Pirineos (Barbastro) |
Bodegas Santo Cristo (Ainzón) | Viñas del Vero (Barbastro) |
Bodegas Borsao (Borja) | Bodegas Borruel (Ponzano) |
Antonio Dolosa (Fuendejalón) | Viñedos del Alto Aragón (Salas Bajas) |
Bodegas Aragonesas (Fuendejalón) | |
Agro-Frago (Magallón) | |
Bodegas Santo Cristo (Magallón) | |
Ruberte Hermanos (Magallón) | |
Ángel García (Pozuelo de Aragón) | |
José Luis Chueca (Tabuenca) |
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D.O Calatayud
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D.O Cariñena
La zona:
En la villa romana de Carae (hoy cariñena) se bebía vino mezclado con miel en el s. III a. De C. Y cuando más tarde, en el s. VIII, los árabes construyeron el estratégico Qalat Ayud (Castillo de Ayud), desde allí se podían divisar los cultivos de vid que había en el valle.
Ningún pueblo de los muchos que pasaron por estas tierras pudo con el viñedo cuyo origen se sitúa en la región llamada Celtíbera. Durante siglos, el cultivo fue pasando de unas manos a otras y beneficiándose, o sufriendo, distintas técnicas de cultivo, pero siempre se mantuvo presente en la geografía del Valle del Ebro. Sufrió sus altibajos durante la ocupación musulmana sin llegar a afectarle seriamente las prohibiciones coránicas.
Durante el reinado de Hakam II, se pensó arrancar el viñedo del reino, pero las dificultades que esta acción entrañaba hicieron desistir de su empeño al rey. Hasta nuestros días, no han llegado datos sobre los procedimientos de cultivo y vinificación de los musulmanes, y aunque es compresible que tan delicado asunto fuera eludido por los cronistas, los poetas árabes han dejado obras que nos permiten atisbar alguna pista de su historia. Durante la reconquista, los monasterios y las órdenes religiosas jugaron un importante papel en la expansión del viñedo en la zona. Los ejércitos cristianos recuperaban terrenos y los frailes, a retaguardia del ejército vencedor, establecían sus monasterios que casi siempre disponían de viñedos.
El vino siempre estaba presente en la comarca auque tenía que vérselas con los competidores vecinos que distribuían mejor sus vinos y estaban muy amparados por leyes proteccionistas.
El cultivo de la vid, de todos modos, quedaba un poco en segundo plano frente a la importancia de otros cultivos y no es hasta el presente siglo que el sector cobra el auge y la importancia de la que disfruta hoy en día.
Las bodegas:
Aragón puede muy bien ser un bastión de las cooperativas que durante los años 40 y 50 jugaron un papel fundamental en el desarrollo social y económico del sector agrario. Con muy poca tradición de bodegas a pequeña escala, los viticultores buscaban vender la uva a los elaboradores que se encargaban posteriormente, de comercializar el vino. El gran cambio ha sobrevenido cuando las cooperativas han asumido todo el proceso hasta su comercialización y se han hecho
necesario un enfoque orientado a la calidad, para ser competitivo en un mercado cada vez más exigente. Las mejores cooperativas se han dado cuenta de que el verdadero cambio está en la atención al viñedo, una gestión con criterios empresariales y una modernización de la tecnología elaborada.
El vino:
Un cambio de actitud frente al cultivo de la vid y las elaboraciones, han llevado a conformar un perfil distinto, más actual, a los vinos tanto de Calatayud como de Cariñena.
Olvidados ya los tiempos en que éstos se describían como vinos recios y robustos, que alcanzaban los 16º y se presentaban cubiertos como la tinta, estos vinos empiezan a despuntar con elaboraciones actuales, donde su prioridad no es ni el color ni el grado, sino la calidad.
Se aprovecha un potencial que antes ni se hubiera imaginado.
Las bodegas muestran una clara tendencia a abandonar los graneles y las cifras hablan de una progresión constante en la comercialización de vino embotellado. La pasada década está marcada por un salto cualitativo. El viñedo es objeto de controles de maduración, de tratamientos, de idoneidad de vendimia y las prácticas enológicas modernas están a la orden del día. Para ello, se cuenta con tecnología y maquinaria nueva donde el paisaje de las bodegas está marcado por los depósitos de fermentación con control de temperatura y un parque de barricas que se renueva poco a poco.
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En superficie, la D.O Cariñena es la mayor de Aragón. Supone la mitad de las tierras amparadas por las cuatro existentes. En producción de uva y vino, representa más de la mitad del producto aragonés.
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El tipo de vino que más se elabora en cariñena es el tinto. El 42% de la producción procede de la variedad garnacha tinta, el 13% de la tempranillo y el 4% de mazuela, también llamada cariñena.
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Calatayud elabora vinos tintos, blancos y rosados, pero son éstos los que han crecido de un modo notable en los últimos años, adueñándose de parte del mercado ya que ofrecen una buena relación calidad-precio.
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El rosado de la D.O. Calatayud es un vino de color rosa muy vivo que en boca resulta muy afrutado y con un fácil paso de boca. Es perfecto para acompañar pescados de río, verduras y guisos con patatas.
Denominaciones:
En 1960. la D.O. cariñena se constituye como una D.O. de pleno derecho. Desde entonces, viene controlando las actuales 17.135 has. De viñedo que producen unos 45 millones de Kilos de uva al año. Su sede está en Ctra. de la Platera, 7 (Cariñena). En 1989, el CR de Calatayud aprueba finalmente su Reglamento y se constituye en D.O. Actualmente, ampara 7.300 has. Con una producción media anual de 20 millones de kilos de uva.
De las cuatro D.O. aragonesas, la más antigua es la histórica Cariñena y la más joven de todas, Calatayud.
Bodegas para visitar y comprar:
D.O. Calatayud | D.O. Cariñena |
S.A.T Nº 2563 Niño Jesús (Aniñón) | Bodegas del Señorío (Almonacid de la Sierra) |
Coop. San Gregorio (Cervera de la Cañada) | Bodegas Ignacio Marín (Cariñena) |
Coop. Del Campo de San Isidro (Maluenda) | Bodegas Perdiguer (Cariñena) |
Coop. San Alejandro (Miedes de Aragón) | Bodegas San Velero (Cariñena) |
Coop. Comarcal Virgen del Mar (Munébrega) | Bodegas Solar de Urbezo |
Bodegas Villarroya de la Sierra (Villarroya de la Sierra) | Bodegas San Bernabé de Cosuenda (Cosuenda) |
Gastronomía
La gastronomía aragonesa es una constante más de la variedad que en todos los aspectos caracteriza a esta tierra. Se puede degustar desde la cocina más tradicional a la más sofisticada, pasando por una cocina casera, montañesa, en una relación calidad-precio, excepcional. En cualquier rincón de su geografía, puede el visitante deleitarse con unas sopas de ajo “en perolico” o una ensalada de cogollos con olivas negras, sin olvidar los exquisitos boliches con oreja de cerdo. Y en cuanto a pescados, están los deliciosos cangrejos de río con tomate, las truchas fritas con aceite y el bacalao al ajoarriero. El lomo de cerdo, el ternasco a la brasa, el pollo “a lo chillón” o el cordero a la pastora son los platos cárnicos más sobresalientes, sin olvidar las chiretas y los chorizos, longanizas, morcillas y jamones propios de cada zona. Unos huevos al salmorejo, unas migas a la pastora o unas pepitorias de perdices y codornices, y los adobos junto con artesanales quesos de cabra y oveja, completan este cartel gastronómico
En postres: fruta de la tierra, peras, manzanas o melocotones, el exquisito arroz con leche, las natillas, frutas escarchadas, frutos secos y melocotón con vino. Destacar en repostería las castañas de mazapán, el guirlache, los empanadicos y dobladicos, las torrijas, bizcochos, magdalenas y crespiños.
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Ligada a la tierra:
La cocina aragonesa, tiende en general, a ser “sencilla, severa y honrada” como ha sido calificada por muchos observadores de esta cocina regional.
De entre toda la variada lista de alimentos regionales destaca el cerdo como pieza fundamental de la cocina, dando lugar a una rica chacinería. No hay nada como estar en el Somontano pirenáico durante un invierno a la lumbre para probar morcillas, longaniza, tortetas y sustanciosos guisos a base de carnes y legumbres. El ternasco de Aragón es casi sinónimo de carne y el recetario regional permite concluir la preeminencia del ganado ovino en la región gracias a sus múltiples recetas de despojos y carnes. Famosa es la chireta, plato elaborado con tripa de cordero rellena de jamón, tocino y arroz. Las calderetas ocupan un lugar de privilegio al igual que la asadura. Los pollos camperos y las gallinas se recuperan y ya no hace falta echar mano de recuerdos infantiles, cuando éstos sabían a pollo.
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Tierra de pan:
El cereal fue siempre de gran producción y consumo en esta zona. De ahí la proliferación de panes, masas reposteras y la entronización del pan. Desde antiguo se legisló para asegurar el pan. Muestra de su presencia en todo momento es el plato ancestral de migas. Las migas de canas, las de Teruel, o las de pastor, inmutables a través de los tiempos sólo varían en la mano del cocinero y las proporciones de ajo.
El empanadico o farinoso, las manzetas los picos de pato y los pasteles de Biarritz de Barbastro, hablan de la tradición cerealista que ha dado lugar a una pastelería centenaria.
En el s. XVIII se soñó con hacer navegable el Ebro para dar salida a las excelentes cosechas de trigo. El buen cereal de Jaca se canjeaba por vino del Somontano oscense y para los más necesitados, se elaboraba el pan franco que se vendía en tahonas señaladas. Actualmente mantienen su fama el pan de moños de Huesca, las roscas de Borja, el bisalto de Calatayud, el pan de cinta, de estrella, el pan hueco de Hijar o la guitarra Cariñena.
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Lechuga:
En el S. XV, en los libros de Collidas o Recaudación de Alcañíz aparece recogido el comercio de la leytuga, de la que se cultivaban diversas variedades según la época del año. Muy popular desde siempre. En Aragón, no sé concibe una ensalada sin lechuga y de hecho, la más famosa es la ensalada aragonesa con mucha lechuga. La variedad rizada, compacta, se cultiva en la huerta de Huesca y la alargada de hoja ancha se reparte por toda la geografía.
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Oro aragonés:
Un rápido vistazo a los últimos 200 años deja ver el culto a la tradición del cultivo del olivo mantenido, aunque en menor medida, hasta hoy en Aragón. El olivar que era toda esta zona, se concentra, actualmente en las comarcas de Teruel, Zaragoza, Belchite, Borja, Jalón, Bajo Cinca y Litera, Somontano de Barbastro y de la Hoya, donde la variedad empeltre es la principal.
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Manjares de siempre:
La fruta del bajo Aragón, tanto en cantidad como en calidad, se lleva la palma y ya gozaba de prestigio en la antigüedad. Los testimonios de Marcial han dejado constancia de la bonanza de la huerta, mencionando la de Campiel.
Hay documentos medievales del s.XV, donde se alaban los priscos o duraznos, que así llamaban a los melocotones, las pomas (manzanas) y las
níspolas (nísperos) los membrillos que daban lugar al codonyat (carne de membrillo) y las cermenias (variedad de pera primaveral). Con toda esta tradición, no es de extrañas la importancia de la fruta y la fama de dulces como las frutas escarchadas o las frutas de Aragón, confitadas y bañadas en chocolate. Los territorios donde se cultiva más y mejor fruta ya destacaban en el s. XVIII. En Campiel, por ejemplo, ya no existen los melocotoneros de los que hablaba el ya citado poeta romano, aunque su nombre se perpetúa en una variedad muy apreciada. Aragón sigue manteniendo su buena reputación frutícola con recetas importantes de repostería y dulcería local.
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Conservas secas:
La fruta y las verduras secas son muy apreciadas en la comarca. Los orejones y demás frutas se comen solas o acompañadas de frutos secos y queso. Se utilizan en postres tradicionales cuando recobran su textura tras ser remojados en leche o agua, el día anterior. Algunas hortalizas, como el tomate y los pimientos secos, se aprovechan fritas en aceite muy caliente, tras has haberlas dejado en remojo previamente.
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Peces y peces:
El pescado de río tiene buen arraigo en la zona y se cuentan cientos de elaboraciones, especialmente para las truchas (escabeche en Albarracín, fritas o rellenas en Benasque, guisadas en el Alto Aragón, con jamón y guindilla en Zaragoza).
Ocasionalmente, se encuentran buenos lucios y carpas pero los barbos, las madrillas, las tencas, las ranas o los cangrejos de los que hablan los recetarios ya no se dejan ver. Sin embargo, el bacalao, el cogrio (excelente a la bilbilitana) o las humildes y deliciosas sardinas de cubo se mantienen inalterables.
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Tierra de dulce:
La repostería aragonesa se ha mantenido gracias a la fuerte presencia del cereal en la región y muchas recetas son tan antiguas como el reino. Ya en el s.XI hay constancia de que en las alifaras, acto formal en el cual se cerraba un trato, no faltaba el vino ni las neulas. Éstos eran unos barquillos que dieron origen al oficio de nieblero, especialmente en Navidad, donde iban por las casas ofreciendo sus servicios.
Opinión personal
Aragón... todo un mundo... todo un mundo de posibilidades que la Comunidad Autónoma de Aragón sabe aprovechar...
En mi opinión creo que Aragón potencia todo lo que tiene, sabe que no puede dedicarse a un turismo que busque lo que se busca normalmente en España, sol y playa, y por eso se dedica a un tipo de turismo interesado por la cultura, las costumbres, la ecología....
Cada provincia tiene su encanto y sabe como enseñarlo, sabe como mostrar todo lo bueno que tiene y lo mejor es que sabe lo que tiene. Aragón es un tesoro de posibilidades donde cada joya es mejor que la anterior.
Escoger en Aragón es difícil ya que tienes sus posibilidades son muy amplias, todo está bien estructurado y al mismo tiempo visitar Aragón es tener la posibilidad de hacer muchas cosas.
Turismo cultural, turismo ecológico, turismo deportivo, las posibilidades ofrecen al consumidor todo lo que necesita, y sabe, con garantías, que quedará satisfecho, ya que no solo lo que busca es de calidad sino que los “complementos” que necesita, los encuentra sin problema alguno.
Escogí Aragón porque este verano tuve la oportunidad de conocer una pequeñísima parte de esta comunidad y me fascinó, pero hoy que termino este trabajo puedo decir que me queda mucho por descubrir, que Aragón es todo un mundo para aquellos a los que nos gusta aprender y dejar que nos enseñe, puedo decir que Aragón es una historia donde el final no se puede encontrar ya que, nunca llegas al final de todo lo que puede ofrecerte.
Bibliografía
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Internet:
www.aragon.net
www.aragonesasi.com
www.aragob.es
www.turismo.zaragoza.com
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Nueva Enciclopedia Universal Carroggio (Tomo 2)
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Gran enciclopedia Catalana (Tomo 3)
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El Libro del Vino. Ed. Las cosas de casa.
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En torno al vio. Edita: taller de Editores S.A
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Revista Viajes -National Geogrhapic-
Números: 2,3,4,6,7,9
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Y la información enviada por:
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Departamento de Cultura y Turismo de Zaragoza.
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Patronato provincial de Turismo de Zaragoza.
Aragón
Todo un mundo
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