Antropología


Antropología rural


UNIVERSIDAD BOLIVARIANA

ESCUELA DE ANTROPOLOGÍA SOCIAL

TRABAJO DE ANTROPOLOGÍA RURAL

INTRODUCCIÓN

La verdad, es que el tema campesino siempre me ha sido bastante ajeno y por ende no llamaba mayormente mi atención. Mis contactos con el mundo campesino son nulos e inexistentes y la antropología la veía enfocada hacia temáticas urbanas antes que nada. Por esta misma razón, lograr conseguir alguna familia o persona que tuviese que ver con el campesinado, se hizo prácticamente imposible, de no ser por mi compañera de curso Gricel, quien amablemente me ofreció contactarme con personas ligadas a la familia en donde ella había realizado su trabajo sobre el tema, en la zona de Huelquén comuna de Paine. Específicamente, la persona que se suponía iba a ser mi informante, era el cuñado de la persona sobre la cual Gricel había hecho su etnografía. De esta manera me embarqué hacia la ruralidad, siendo sincero, no muy de buena gana y lleno de mis prejuicios citadinos sobre la poca utilidad del trabajo a llevar a cabo.

Supuestamente debíamos llegar, pues me acompañaban Gricel y su familia, a una gran reunión de personas en ocasión de una siembra de papas, pero la vida es caprichosa y no respeta la labor del antropólogo. No había reunión alguna y sólo nos recibió don Lalo y su familia (informantes de Gricel).

El abastecedor de las papas para la siembra había fallado y por lo tanto el fin de semana de trabajo se suspendió. ¨Bien¨ dije yo ¨hasta acá llegó mi trabajo¨ y quedaba a la deriva. Sin embargo, el transcurso de las horas iba a decir una cosa muy distinta, cosa que paso a detallar en las paginas siguientes.

DE LO ACONTECIDO EN EL TRABAJO

Don Lalo nos llevó a la casa de su cuñado, don Eugenio, que vive casi al frente del primero, todo esto para que yo pudiera hacer mi trabajo, pues don Lalo sabía de nuestras intenciones investigativas y se esforzaba en cooperarnos al máximo. Ocurrió que cuando llegamos, don Eugenio estaba pasando el arado en un pequeño predio justo al lado de su casa, predio que si no me equivoco es un terreno en común que quedó de la antigua cooperativa que ahí funcionaba durante la reforma agraria y que hoy por hoy sigue siendo respetado, pero sólo de palabra, por el patrón del fundo a cuyas tierras pertenece, por lo tanto, aquel predio pertenece a don Lalo ya que él es quien trabaja en ese fundo desde hace ya décadas, incluso más atrás pues su padre también lo hacía precediéndolo. No así don Eugenio, que cuida una parcela cercana que nada tiene que ver con el gran fundo al que anteriormente me refería. De esta manera se establecen relaciones de medieria, donde don Lalo pone la tierra y don Eugenio y otras familias ponen lo que se siembra o planta. El trabajo de la tierra se hace conjuntamente.

Como estaba diciendo, don Eugenio se encontraba trabajando en el predio, primero arando y luego cuidando el regado de la chacra, por lo tanto sus intervenciones en la conversación que sosteníamos con don Lalo, eran intermitentes. Esto fue dando como resultado que al final con el que más yo hablaba era con el informante de la Gricel (don Lalo), pero por cosas circunstanciales, porque como se podrá suponer, no iba a obligar a don Eugenio a descuidar sus tareas para yo poder hacer las mías. Se podría entonces, llegar a pensar que mi trabajo no es otra cosa que una versión traslapada del trabajo de Gricel, y sin duda que son bastante distintos y con enfoques totalmente diferentes, más que nada en cuanto a temáticas, creo yo, ya que no creo que la experiencia haya sido tan extremadamente subjetiva, pero quien es uno para decirlo en realidad.

EL ENFOQUE DEL TRABAJO: Tentativas explicativas de la relación campesinado - empresa agrícola

La idea de la temática que iba a guiar este trabajo surgió al poco tiempo de empezar a conversar con don Lalo y con don Eugenio, que si bien intermitentemente nos acompañaba en las conversaciones, me ayudó una enormidad con su información, pues pude establecer ciertos parámetros de comparación entre ambos, tanto de diferencias como de convergencias.

Don Lalo y don Eugenio trabajan como asalariados en el sector agrícola, el primero lo hace en un fundo gigantesco dedicado a la exportación internacional de frutos y donde él ejerce el cargo de capataz o algo muy parecido, mientras que el segundo es el cuidador de una parcela que posee ciertas áreas de cultivo a pequeña escala. El patrón del primero es un hombre dedicado a los negocios, no solamente agrícolas, y que posee además otros fundos en otras zonas. El patrón del segundo, en cambio, era gerente de una empresa de telecomunicaciones y al parecer adquirió aquella parcela no tanto con fines de lucro agrícola, sino más bien como un lugar de descanso y recreación. Don Eugenio es el cuidador de la parcela.

Estas distinciones son necesarias para pasar a describir el tipo de relaciones que se da entre trabajador - patrón y las implicancias en el mundo de los primeros, específicamente don Lalo y don Eugenio. La relación que se da entre el primero y su patrón, podría enmarcarse dentro de las relaciones más clásicas entre patrón - inquilino casi. Es una relación que se arrastra por generaciones y por lo tanto se encuentra bastante institucionalizada. Basada en el trabajo y la confianza que posee el patrón de don Lalo, pues su labor es de gran relevancia en el funcionamiento del fundo, y tal como él nos contaba, se presentan cada cierto tiempo personas que con títulos en mano tratan de disputarle el puesto y, no obstante, el patrón mantiene la confianza en su persona.

Por otra parte, este fundo ha ejercido grandes influencias en el mundo campesino cercano, instalando en el pasado una escuelita para la gente del sector (en general hijos de los trabajadores del mismo fundo), donde de hecho estudió don Lalo. La escuelita ya se fue abajo, pero ahora hay otra, municipal eso si. Se solían mantener verdaderos rituales al término de las cosechas entre el patrón y sus trabajadores donde estos últimos eran los invitados junto a sus familias y se festejaba de lo lindo. Esto ya no acontece, pues con el trago había quienes no se comportaban, con lo que el patrón dio por finalizado cualquier tipo de festividad. “La culpa fue nuestra”, asume don Lalo resignado. La única festividad que aún se mantiene es la de la Navidad, en los días previos al 24 de Diciembre. Los hijos de los trabajadores son los más beneficiados, ya que reciben regalos y se les preparan espectáculos especiales para ellos, el patrón junto a su familia están presentes y se codean con todo el mundo. Sin embargo, la importancia mayor, según mi opinión, es el préstamo de elementos fundamentales por parte del fundo hacia los predios de los campesinos trabajadores, en este caso don Lalo y todos aquellos que indirectamente se benefician de este hecho. Ya sea en herramientas, en animales de tiro fundamentales en el trabajo predial (los dos caballos con los que trabajaba la chacra don Eugenio, eran propiedad del patrón de don Lalo), y por sobre todo las tierras, tanto del terreno en común cedido a palabra y también de terrenos sobrantes que el patrón presta a don Lalo por tiempos determinados.

En el caso de don Eugenio, la relación con su patrón no influye tanto en el entorno campesino, pues sólo posee una parcela, cuya extensión es mucho más acotada que el fundo, y supongo yo que no hace más de un par de décadas (se me fue esa pregunta), pues al menos don Lalo nunca la menciono en sus retrospecciones históricas. A pesar de esto, el patrón de don Eugenio, como no se relaciona con lo agrícola a gran escala, se relaciona más personalmente con don Eugenio, incluso en ocasiones le presta la piscina de su parcela para que comparta con su familia, también le vendió una moto de Enduro a don Lalo, a precio muy accesible y de trato persona a persona.

LA TEORÍA

Tanto don Lalo como don Eugenio viven según los preceptos campesinos más tradicionales, cultivan sus predios, se organizan en medierias etc. Lo que cosechan no lo destinan siempre a la venta, sino más bien lo dejan para autoconsumo, si se puede sacar alguna utilidad bien, sino también. Así todo, se observa un sincretismo bastante curioso que repercute en el predio y que es producto del intercambio agrícola - rural. Me sorprendí un poco al oír hablar de rentabilidad a don Lalo, luego me seguí sorprendiendo cuando ambos se referían a una cantidad de abonos en términos de porcentajes de Fosfato, de sodio y otros elementos químicos que nunca me pude aprender en el colegio. La respuesta estaba ahí mismo, en el fundo, ya que de tiempo en tiempo era visitado por ingenieros agrónomos, de los cuales se van extrayendo conocimientos que luego se aplican al predio propio. Eso si, este conocimiento es un poco unilineal y al parecer ha mermado bastante el conocimiento tradicional de la tierra trocándolo por el saber científico, sólo don Lalo mantiene formas de siembra según el tipo de Luna, don Eugenio al parecer se guía por el conocimiento agronómico más que nada. Están conscientes eso si, de que si bien el conocimiento científico les ha sido de gran utilidad, otras veces el conocimiento que otorga el haber vivido por años en un lugar puede ser más significativo que lo que dicen los agrónomos, aunque ellos no lo admitan.

De esta forma y en dependencia estrecha con el sector agrícola, se mantiene una población considerable de campesinos, que vive según la lógica campesina. Esto no es tomado en cuenta por autores como Riveros, que conciben a este sector campesino como asalariado permanente y por ende como proletariado agrícola, ya no campesino, cuando, por lo menos en estos casos, esa situación no se da, por el contrario la contradice. Yo quiero ir un poco más lejos, e incluso especular que una de las formas más seguras de mantener sectores campesinos es por medio de las empresas agrícolas. Esto por varias razones. Primero, la empresa agrícola y sus latifundios necesitan de personas que trabajen permanentemente en sus tierras, nada mejor que campesinos de la zona que estén a la mano y en ciertas ocasiones con terrenitos dentro del latifundio que ejerzan sobre todo labores de confianza, como de supervisión, cuidado etc., pues las garantías son mayores que las que podrían dar personas lejanas al lugar que no habitan ahí mismo con familias y pertenencias. Segundo, el latifundio otorga los medios necesarios, tanto a través de prestamos materiales como de conocimientos para que el campesino pueda seguir desarrollando su forma de vida. Es decir, existe casi una dependencia con beneficio mutuo (más para uno que para el otro, eso es verdad).

CONCLUSIÓN

No era mi intención terminar teorizando tanto sobre el tema, además que al final me parezco a Fantuzzi o a cualquier otro neo liberal hablando sobre las bondades de las empresas para con el campesinado. No quería teorizar tanto porque se pierde la esencia de la experiencia y las virtudes de las personas. Don Lalo que le abrió las puertas de su casa y de su familia a un completo desconocido, que le dio alojamiento y comida y por sobre todo que compartió todos sus conocimientos sin egoismo alguno.

Cambió mi percepción de lo rural, definitivamente, con gente tan aguerrida, trabajadora, sacrificada y así todo tan llana y hospitalaria, me tocó la casualidad, mientras estaba por allá a la hora de las noticias, de toparme con un reportaje sobre la feria rural de Mapocho, entrevistaban a un par de jóvenes, el primero un hombre de tes blanca con moño que propugnaba la ruralidad pues había que volver a la tierra y saber como vivir de ella y la otra que decía que no se que cosa| le parecía fantástico, y traté de encajarlos con don Lalo y su piel morena llena de arrugas producto de años y años de trabajo esforzado, sus 56 años que le quedan cortos a su cara y a pesar de todo su mirada calma y amistosa. Y no pudierón encajar y me alegré por eso.




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Enviado por:Carlos Saez
Idioma: castellano
País: Chile

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