Literatura
Antonio Machado
Antonio Machado
INTRODUCCIÓN
1.- Antonio Machado. Datos biográficos
Poeta, dramaturgo y narrador español, nacido en Sevilla en 1875 y muerto en Coillure (Francia) en 1939. La sencillez y sobriedad de su mensaje poético, unidas a las sinceras reflexiones que lo humanizan y acercan al pueblo, han hecho de él uno de los poetas emblemáticos de los defensores del alcance popular de la poesía.
Hijo del matrimonio del folclorista Antonio Machado Álvarez y de Ana Ruiz, nació en el Palacio de las Dueñas de Sevilla. Tras pasar su niñez en su ciudad natal ("mi infancia son recuerdos de un patio de Sevilla / y un huerto claro donde madura el limonero"), viajó con su familia a Madrid, donde su abuelo había sido nombrado catedrático de la Universidad Central. Realizó sus estudios en la Institución Libre de Enseñanza, a cuyo fundador profesó siempre la mayor veneración y a cuya muerte dedicó la elegía "A Don Francisco Giner de los Ríos", publicada en Campos de Castilla; posteriormente, completó sus estudios en los institutos San Isidro y Cardenal Cisneros. En estos años fue cuando conoció a Valle-Inclán. Fueron años de dificultades económicas: su padre tuvo que emigrar a América, destino que siguió, posteriormente, uno de sus hermanos. Su padre volvió enfermo a Sevilla, en donde murió sin volver a ver a sus hijos, que permanecían -Antonio lo estará siempre- al lado de su madre. En 1893, publicó por primera vez un texto literario, aunque en prosa; hasta 1901 no verán la luz sus primeros versos. Dicha primeras prosas aparecieron en el periódico La Caricatura, firmadas con los pseudónimos de "Cabellera" y de "Tablante de Ricamonte" (el segundo utilizado cuando la pieza estaba compuesta en colaboración con su hermano Manuel). Sus primeros versos vieron la luz en revistas como Electra o Helios.
En 1899 viajó por primera vez a París, donde residía su hermano Manuel y donde trabajó unos meses para la editorial Garnier. En 1902 realizó un segundo viaje durante el que conoció a Rubén Darío. En 1893 publicó Soledades. Mientras, participaba del mundo literario y teatral de Madrid. Conoció a Unamuno, Juan Ramón Jiménez, etc. y formó parte durante unos meses de la compañía teatral de María Guerrero y Fernando Díaz de Mendoza.
En 1907 obtuvo la cátedra de Francés del Instituto de Soria y publicó la segunda edición de Soledades, poemario ampliado ahora en Soledades, Galerías y otros poemas. Allí conoció a su mujer, Leonor Izquierdo, con la que se casó en 1909. La juventud de la esposa (sólo dieciséis años frente a
los más de treinta del poeta) no fue óbice para que enfermara en 1911, durante un viaje a París con la beca que Machado había conseguido de la Junta de Ampliación de Estudios para estudiar filosofía con Bergson y Bédier, y que falleciera en 1912, poco después de la publicación de la primera edición de Campos de Castilla. La desesperación que causó al poeta la muerte de su esposa (a la que tantos poemas dedicó en la edición ampliada de Campos de Castilla, publicada ya dentro de las Poesías Completas) lo impulsó a pedir el traslado a Baeza, donde impartió la misma disciplina entre 1912 y 1919, fecha en la que se trasladó a Segovia buscando la cercanía de Madrid, destino al que llegará en 1932. En 1917 publicó Páginas escogidas y la primera edición de Poesías Completas, título que, desde ahora, llevará el conjunto de su obra, ampliado en sucesivas ediciones, salvo las Nuevas Canciones, que aparecieron en 1924. Durante los años segovianos, colaboró en la universidad popular fundada en dicha ciudad (entre 1915 y 1918 había obtenido la licenciatura en Filosofía y Letras). En 1927 ingresó en la Real Academia, y en 1928 conoció a su segundo gran amor: la poetisa Pilar de Valderrama, la "Guiomar" de sus poemas, con la que mantuvo relaciones secretas durante años. Posteriormente, y hasta la muerte de Guiomar en 1979, sólo se habló de ello con medias palabras, dado que ella estaba casada. Durante los años veinte y treinta escribió teatro en colaboración con su hermano Manuel.
En 1936 publicó un libro en prosa, Juan de Mairena. Sentencias, donaires, apuntes y recuerdos de un profesor apócrifo, en el que utiliza como portavoz de su pensamiento a uno de sus dos poetas "apócrifos", inventados a finales de los años veinte (el otro es Abel Martín). La colección había aparecido en la prensa durante 1934.
Durante la guerra civil, permaneció en Madrid participando en las publicaciones republicanas y haciendo campaña -literaria, claro está- contra la sublevación, que cada vez avanzaba más. En 1939 fue evacuado a Valencia (donde colaboró en Hora de España y participa en el Congreso Internacional de Escritores para la Defensa de la Cultura) y de allí a Barcelona, desde donde, huyendo siempre de las tropas de Franco, pasó con su madre el Pirineo, a pie a trechos, hasta Coillure, donde falleció al poco tiempo de su llegada, el 24 de febrero de 1939. Su madre murió un día después.
2.- Ideología y significado de su obra literaria
La obra de Antonio Machado es fundamentalmente poética, a pesar de las incursiones en el teatro, siempre básicamente poético, y en el ensayo, siempre con un tono bastante lírico. Con todo, es preciso establecer dos apartados dedicados a poesía y teatro.
Poesía
La formación poética de Machado se puede resumir en tres puntos: el entorno intelectual de sus primeros años, marcado primero por la figura de su padre, estudioso del folclore andaluz, y después por el espíritu de la Institución Libre de Enseñanza; la influencia de sus lecturas filosóficas, de entre las que son destacables las de Bergson y Unamuno; y, en tercer y último lugar, su reflexión sobre la España de su tiempo. A todo ello hay que sumar, por supuesto, la influencia de Rubén Darío, al que conocería en sus años de triunfo en París.
Machado se inicia como poeta, por tanto, sumando al modelo de poesía impulsado por Campoamor -que marca toda la segunda mitad del XIX español- la estética del Simbolismo francés -que el poeta conoce de primera mano y no a través del Modernismo-. De ahí que los elementos simbolistas de su poesía no se deban tanto a los hallazgos del Modernismo, con el que, sin embargo, tiene relaciones evidentes, como coincidencias en los modelos, lo que explicaría lo que tantas veces se ha llamado el "peculiar" Modernismo de Machado. Así, Galerías es sobrio en los ricos elementos sensoriales con que la poesía modernista solía engalanarse, pero abunda en elementos simbólicos, generalmente relacionados con el paso del tiempo, obsesión constante de la poesía de Machado y causa última de la profunda melancolía que impregna su obra. Así, Soledades se presenta como un libro que rompe con el prosaísmo de la poesía española, pero no abraza de lleno la estética modernista triunfante:
"[...] Como perro olvidado que no tiene
huella ni olfato y yerra
por los caminos, sin camino, como
el niño que en la noche de una fiesta
se pierde entre el gentío
y el aire polvoriento y las candelas
chispeantes, atónito, y asombra
su corazón de música y de pena,
así voy yo, borracho melancólico,
guitarrista lunático, poeta,
y pobre hombre en sueños,
siempre buscando a Dios entre la niebla".
Hasta 1924 no publicará Machado otro título, Nuevas Canciones. Esta tardanza parece indicio de un deseo de variación y búsqueda de nuevos caminos dentro de la estética tradicional, toda vez que los experimentos de la vanguardia no lo satisfacían. La heterogeneidad del contenido es, además, muestra del deseo de Machado por no repetirse. Junto a la presencia del paisaje andaluz y de las estrofas tradicionales, en las que comienza a volcar pensamientos de carácter filosófico ("Poned atención: / un corazón solitario / no es un corazón"), son destacables, en las sucesivas ampliaciones, las primeras canciones a Guiomar. Gracias a ella, el tema amoroso cobra nuevos pujos en la obra machadiana:
EL AMOR Y LA SIERRA
"Cabalgaba por agria serranía,
una tarde, entre roca cenicienta.
El plomizo balón de la tormenta
de monte en monte rebotar se oía.
Súbito, al vivo resplandor del rayo,
se encabritó, bajo de un alto pino,
al borde de la peña, su caballo.
A dura rienda le tornó al camino.
Y hubo visto la nube desgarrada,
y, dentro, la afilada crestería
de otra sierra más lueñe y levantada
-relámpago de piedra parecía-.
¿Y vio el rostro de Dios? Vio el de su amada.
Gritó: ¡Morir en esta sierra fría!".
La obra poética de Machado, a falta de los versos perdidos durante la huida a Francia, concluye con un grupo de poemas conocidos como "Poesías de la guerra", que añaden un último eslabón a la cadena mostrando la visión de la España en guerra en aspectos tan diferentes como el amor (véase, al respecto, el estremecedor soneto "De mar a mar y entre los dos la guerra", dirigido desde Valencia, pero nunca enviado, a Guiomar, refugiada en Lisboa), o la suerte de los inocentes (así "La muerte del niño herido" o la elegía por García Lorca "El crimen fue en Granada"). Aparecen también recuerdos de las tierras de Soria o coplas que reflejan el ambiente popular que se vivió en los días de la guerra. En su bolsillo, después de su muerte, se encontró el verso "Estos días azules y este sol de la infancia", que cierra siempre las ediciones de su obra poética.
Por encima de las mareas de gustos y modas, Machado significa, en resumen, la hondura en el enfoque de graves problemas humanos, una identificación inigualada de un poeta con una tierra; un ejemplo de fidelidad así mismo y a su pueblo. Y, estrictamente visto en la trayectoria de la poesía española del siglo XX, se alza como una de las más altas cimas.
A pesar de su tendencia a la sobriedad expresiva que se observa en los poemas de la segunda edición, es mucho lo que hay de modernismo en los comienzos machadianos. Se trata de un modernismo intimista, con esa veta romántica que recuerda a Bécquer o a Rosalía de Castro. Machado.
Utilizaba una especie de sentimientos universales que conciernen, ante todo, a estos tres temas: el tiempo, la muerte, Dios. Es decir, el problema del destino del hombre, de la condición humana. Pero hay también finísimos recuerdos de la infancia, finísimas evocaciones de paisaje… y un amor más soñado que vivido. Soledad, melancolía o angustia son los resultados de ese mirar hacia el fondo del alma.
3.- Trayectoria literaria de Antonio Machado
Su trayectoria puede dividirse en cuatro etapas, que coinciden con las de su propia vida:
Hasta 1907 transcurren su infancia en Sevilla y su juventud en Madrid. Es su etapa de formación, que culmina con su estancia en París donde conoce el Simbolismo y a Rubén Darío. Es su arranque modernista, que cristaliza es su primera obra, Soledades, publicada primero en 1903, y después en 1907, con algunos poetas suprimidos y otros añadidos, y con el nombre de Soledades. Galerías. Otros poemas.
Hasta 1919 se desarrolla su vida como profesor de instituto en Soria y en Baeza. Son los años en los que conoce a Leonor y se casa con ella. Su presencia, primero, y su muerte, después, marcarán su vida y su poesía. También es decisivo su encuentro con Castilla, concretamente con Soria, su paisaje y sus gentes.
Se produce en el poeta un cambio ideológico: Machado sale de su soledad, de su individualidad y se preocupa por la situación de España, representada en Castilla y en sus gentes. Y un cambio en su estética: su estilo es mucho más sobrio y más personal. En 1912, poco antes de la muerte de Leonor, se publica por primera vez Campos de Castilla aparece con nuevos poemas, escritos después de la muerte de Leonor y ya desde Baeza y Madrid.
A partir de 1919, primero en Segovia y después en Madrid tuvo una gran actividad literaria como crítico, conferenciante, etc. Es también la etapa en la que colabora con su hermano Manuel en varias obras de teatro. Pero poéticamente es una etapa de menor riqueza y producción. En 1921 escribe a Unamuno: “Escribo poco y aun esto no muy a gusto”. Tres años después, en 1924, publica Nuevas canciones. En este libro predomina lo reflexivo y lo filosófico sobre lo lírico.
A partir de 1924, con la interrupción de las vanguardias y de los poetas del 27, Machado se siente diferente y, en muchas ocasiones, muestra su desacuerdo con la nueva poesía “deshumanizada”. Los poemas que escribe en estos últimos años no aparecerán publicados con nuevos títulos, sino que se van introduciendo en sucesivas publicaciones de sus Poesías completas.
Al estallar la Guerra Civil, Machado escribe sus Poesías de guerra, una serie de poemas entre los que destaca la elegía a la muerte de Federico García Lorca que lleva por título “El crimen fue en Granada”.
CAMPOS DE CASTILLA
1.- Publicación de “Campos de Castilla”. Ediciones de 1912 y de 1917.
En la primavera de 1912, en la editorial Renacimiento dirigida por Gregorio Martínez Sierra, apareció el tercer libro publicado por Antonio Machado, Campos de Castilla. La edición fue de 2300 ejemplares, y le pagaron por ella 300 pesetas. Parece que el libro salió al menos dos meses antes de lo que habitualmente se cree, seguramente a finales de abril. El ejemplar dedicado a Juan Ramón Jiménez lleva la fecha del 1 de mayo de 1912. Unamuno, en una carta a José María Palacio, fechada el 7 de mayo de 1912, dice haber recibido el libro unos cuantos días antes. Ya tarde, el 21 de julio, entregó un ejemplar a los tíos de Leonor, y es probable que por entonces, durante su estancia con Leonor en la sierra, para buscar en vano resistir su quebrantada salud, dedicó un ejemplar “A mi Leonorcica de mi alma, Antonio”.
No es la edición de 1912, sin embargo, la que hoy en día reconocemos como el texto de la compilación. No deja, por cierto, de ser sorprendente que Campos de Castilla, quizás la obra más célebre de nuestro poeta, no tenga una forma nítida y bien determinada. No obstante, es así, hasta el punto de que no existe libro independiente titulado de este modo e impreso en vida del poeta que recoja todo el contenido a que está habituado cualquier lector mediante asiduo de Machado. Ese libro; Campos de Castilla (1912)- sólo contiene una parte; algo así como la mitad- de lo que solemos entender por tal nombre: 18 poemas nada más, si incluimos todos los “proverbios y cantares” bajo un solo título, 46, si los consideramos por separado. Además, entre este puñado de poemas, “La tierra de Alvargonzález” (712 versos) abarca un espacio realmente desmesurado: más de la mitad. El otro poema extenso, “Campos de Soria” (144 versos) ocupa algo así como el 10% de la colección original. Los demás poemas, 40 más (aparte de que casi se dobla el número de los “Proverbios y cantares” de 28 54), fueron añadidos a la primera edición de Poesías completas (1917), y mantenidos, con mínimos cambios, en todas las sucesivas.
Nuestra colección, además, nos ofrece otros motivos de desconcierto. Tal vez mayor sea que en la primera edición de Poesías completas falta hasta el título o cualquier otra mención de la sección: Campos de Castilla (1907-1917), que consta en todas las ediciones subsiguientes. Así nos enfrentamos con otro hecho muy extraño: no sólo el texto que suele considerarse como definitivo de Campos de Castilla no es más que una sección de las Poesías completas del poeta, sino que en su primera aparición ni siquiera está identificada por su nombre.
¿Esta omisión la hizo el poeta intencionadamente o por puro descuido? Carlos Moreno Hernández pone en tela de juicio toda la existencia de un Campos de Castilla posterior a 1912:
- La simple constatación de estos datos, soslayados o ignorados normalmente por la crítica, no sólo indica que no existe un libro Campos de Castilla ampliado en 1917, sino que hace sospechar que Machado, por estas fechas, estaba en clara vacilación respecto a su “obra esbozada en Campos de Castilla” que tenía la pretensión de continuar unos años antes... y sobre el destino que debía dar a los poemas escritos en su mayor parte entre 1907 y 1917, junto a algunos anteriores.
No se duda de la vacilación de Machado sobre el destino de estos poemas ni que consideraba varios proyectos de publicar otros libros que pudieran incluiros; pero creo que, llegado a 1917 y contraído el compromiso de sacar un libro que tuviera la pretensión, al menos provisional, de ser de Poesías completas, el poeta optó de juntarlos bajo el rótulo de su última colección. La ausencia de título se atribuye más bien a distracción o descuido; no se entiende que Machado fuese a dejar adrede que estos poemas tan distintivos, tan entrañables; sobre todo el llamado “ciclo de Leonor”- careciesen de título propio, ocultándolos bajo el título tan anodino de “Varia”, mientras que los “Elogios” seguían manteniendo su autonomía. Además, si efectivamente fuera Juan Ramón Jiménez el que se cuidó de la confección del texto, este error de omisión resultaría menos extraño. El hecho irrebatible es que al volverse a imprimir las Poesías completas aumentadas en 1928, la sección ”Campos de Castilla (1907-1917)” ya está en su sitio; tan sólo las fechas delimitadoras indican que a la colección de 1912 se han agregado, bajo el mismo título, los poemas posteriores.
- Un segundo problema que plantea la colección en su forma definitiva es la cuestión geográfica, que parece claramente definida en el título. Si bien se entiende perfectamente que está incluido en ella “el ciclo de Leonor” (doce poemas, a los que podía agregarse “A un Olmo seco”, escrito ya en Baeza, pero rebosante de angustiosos recuerdo sorianos, el hecho es que también se incluyen algunos poemas de descripción, evocación y ambiente netamente baezanos o manchegos, amén de varios de interpretación nacional, que sólo difícil u oblicuamente se podrían asimilar a la experiencia de Castilla la Vieja.
- Tercero, hay que tener en cuenta la peculiar heterogeneidad de la colección, presente ya en 1912, y acentuada en 1917. Si bien me parece claro que Machado llegó a considerar la colección como una entidad independiente, no es menos evidente que no tenía una idea del todo clara o fija de lo que había de constituir su contenido.
¿Qué razón se puede aducir para explicar esta incertidumbre por parte del poeta? Es un hecho que todas las compilaciones machadianas tienen un curioso doble aspecto, tal vez inconscientemente deseado, de ser muy diversas y al mismo tiempo estar inacabadas. Así es que sus decisiones quedan sujetas siempre a abruptos cambios intuitivos de última hora. Como ejemplos tenemos que incluir en SGOP “Orillas del Duero” (IX), y en la tardía incorporación de “La tierra de Alvargonzález” a Campos de Castilla. Es una parte del continuo proceso de renovación un tanto arbitrario que le caracteriza. Al mismo tiempo sus obras revisten un efecto general de unidad por encima de una temática muy variada; a la vez que insistentemente repetida- a consecuencia, creo yo, de esa evolución tan prudente suya, que sólo después de larga meditación e innumerables correcciones llaga a conclusiones más o menos definitivas. Y desde luego, en el caso de la segunda versión; la de Poesías completas- no faltan las más apremiantes razones personales; la muerte de su esposa; para una radical desorientación espiritual.
Comentarios ahora brevemente la historia externa de sus textos después de SGOP. En otoño de 1907, cuando ya residía en Soria, todavía vemos publicados en revistas los poemas epigonales de SGOP; entre ellos algunos de los más interiorizados- y la publicación de SOGP hacia noviembre de aquel año. Machado da por entonces muy pocas muestras de una nueva iniciativa poética. De hecho, del año 1908 no conocemos otro poema que “Retrato”. Aun entonces sólo tenemos el caso aislado y atípico de “Fantasía iconográfica” y los primeros “Proverbios y cantares”, publicados en febrero de 1909, “Amanecer de otoño” y “Pascua de Resurrección” y más “Proverbios y cantares”. De septiembre data “Hoy he visto una monjita”, parte de “En tren”. Estos versos, y quizás los de “Pascua de Resurrección”, permiten vislumbrar algo; poco- de sus relaciones de noviazgo: el tema de las jovencitas por casar, la preferencia de la novia por un barbero lampiño.
En el momento de casarse, pues, Machado no es todavía el poeta de los campos sorianos. Debemos esperar hasta febrero de 1910 para encontrar publicado el primer poema castellano descriptivo e interpretativo, “A orillas de Duero” y hasta diciembre para ver otra composición de tema parecido: “Por tierras de España”. En 1911 no se publica; que sepamos- ningún poema nuevo. Una cosecha sumamente exigua, pues, de ocho poemas publicados en cuatro años. De seguro habrá habido otro, pero la falta de publicaciones en estos años tan importantes para el poeta sigue asombrándonos.
Fijémonos ahora en la evolución del libro Campos de Castilla (1912). Pérez Ferrero asegura que el manuscrito estaba listo y en manos de la editorial Renacimiento antes de que partieran Antonio y Leonor hacia París a principios de 1911, después de Reyes. No hay razones para cuestionar tal afirmación, pero sí podíamos dudar que fuera exactamente el texto tal y como se publico en 1912. Sabíamos ya que se le agregó después “La tierra de Alvargonzález”. Ahora, como consta que “Campos de Soria”, el escrito descriptivo más largo y más ambicioso de la colección, salió tardíamente, marzo de 1912 y en una forma incompleta, muy distinta de la definitiva, es lógico suponer que el manuscrito original contuviera esta primera versión (o posiblemente, alguna versión anterior). Durante su estancia en Francia o, con más probabilidad, vuelto ya en España, mandó este texto a La Tribuna. Luego, renovada en otoño, tras larga ausencia, su honda comunión con su paseo predilecto (“He vuelto a ver los álamos dorados...”), escribió las últimas tres secciones (VII, VIII, IX).
Esta hipótesis está de acuerdo con lo que espigamos de la correspondencia de Machado con Juan Ramón Jiménez, que nos indica que, al regresar aquél a España, el libro todavía tenia una calidad provisional, un anticipo nada más de lo que había de venir después, condición que se prestaba para que introdujera cambio a última hora. En febrero de 1912, el poeta afirma; otra vez- que “el librito Campos de Castilla” saldrá en breve, que contiene “un poemilla” (¡!), que se titula “Las tierras de Alvargonzález” dedicado a Juan Ramón, y que “hace ya muchos meses que está en poder de; Renacimiento; y no sé qué aguardan para publicarlo”. Como han transcurrido sólo cuatro meses desde su regreso, esto implica que efectivamente el manuscrito fue entregado (¿incompleto?) antes de que emprendiera el viaje a París. Y naturalmente, aunque no dice nada sobre el particular, no excluye la posibilidad de que se modificaran los textos, como efectivamente se habían modificado en “La tierra de Alvargonzález”, añadiendo, en otras cosas, a la versión publicada en La Lectura (abril de 1912), la dedicatoria a Juan Ramón.
La publicación de Campos de Castilla 1912 coincide a muy poca distancia de la muerte de Leonor y el definitivo cambio de rumbo que la tragedia ocasionó al poeta. En meses y años sucesivos van apareciendo a un ritmo acelerado; concentrados especialmente entre 1912 y 1914- nuevos poemas de diversa índole que luego se incorporaron en la segunda versión del poemario.
2.- Estructura de la obra. Temas más importantes.
Antonio Machado nos habla en éste poema de los hombres de los campos de Castilla, el hombre español, que corta los árboles de sus praderas y se queda con sus pedazos para uso propio. Nos menciona que trabaja duro para vivir, que sufre y que, a veces, se equivoca (yerra) mientras las tempestades le acechan. Dice el autor que proviene de una dinastía de nómadas pastores que trabajaban bajo el sol de Extremadura que quedaba marcado en su piel morena y sucia por el polvo de los caminos por dónde pasaban con los rebaños trashumantes.
Machado nos describe ese hombre astuto y con un aspecto muy tenebroso, como de un hombre que vive enfadado con la vida que le ha tocado vivir. Según él, éste es el tipo de hombre que más abunda, un criminal capaz de llegar a hacer auténticos desastres y caer en los vicios humanos aunque no por eso han de ser buenos, envidioso y avaro y cito “ guarda su presa y llora la que el vecino alcanza”. Por lo que vemos tampoco le acompaña la suerte.
No fueron pues, éstos los campos sagrados que menciona la Biblia sino los campos en los que se refleja el alma criminal del mítico Caín.
En todo el poema podemos ver como Machado utiliza un lenguaje muy culto y difícil de entender. También hace referencia a los mitos cristianos como el de Caín y el del Paraíso.
El poeta utiliza el presente de indicativo el cual nos indica que éste es el tipo de hombre que aún perdura en esas tierras.
El tipo de rima del poema es consonante y su forma es
A B A B, A B A B, C D C D, E F E F,…
COMENTARIO DE TEXTOS
1) RETRATO (XCVII)
- Señala los rasgos de la personalidad del poeta que aparecen en estos versos.
El libro se abre con el famoso retrato, uno de los poemas más célebres de Machado, más que por su valor poético, por el reflejo entrañable de su figura y de su orientación creadora. En el poema Machado traza su propia etopeya. Pero el poema viene a ser una declaración de principios que justifica las nuevas posiciones éticas y estéticas de Machado: su postura hacia el amor, la belleza y el arte, su pequeño jacobinismo, la búsqueda cordial de los “otros” (el secreto de la filantropía).
Él mismo se describe diciendo que no fue un seductor ni tampoco muy valiente (Bradomín). Simplemente era un hombre inteligente y bueno, en el buen sentido de la palabra.
Otra de sus características es que adoraba la belleza estética y tenía una gran confianza en su propia autosuficiencia. Hizo alusiones a su contradicción con el Modernismo.
- Comenta el valor de premonición de la última estrofa.
Esta estrofa tiene valor de premonición porque en ella A. Machado comenta, por casualidad, su futura muerte, en la cual irá casi desnudo y junto a su madre, dos días después de su huida a Francia en tiempos de la guerra Civil.
2) A ORILLAS DEL DUERO (XCVIII)
- Señala las dos partes del poema: la descripción del paisaje y la crítica del presente de Castilla.
Con este poema inicia Machado su visión crítica de Castilla y de España. En el poema se pueden observar dos partes bien diferenciadas que coinciden con la descripción del paisaje (desde la primera estrofa hasta la sexta estrofa: “¡Oh, tierra triste y noble…) y la crítica del presente de Castilla, que abarca el resto del poema.
Antonio Machado, cuando empieza a describir todo el paisaje a las orillas del Duero se da cuenta de que esto le servirá para realizar una interpretación crítica.
El Duero, realmente, es el río que atraviesa Castilla pero él lo describe como una espada que parte el corazón de Castilla, y a ésta la llama tierra triste y noble, primero; pero después la llama Castilla miserable.
En esta parte del poema Machado tiene la función de contemplador que pone énfasis no en sí mismo, sino en lo contemplado (“Yo divisaba a lo lejos, un monte alto y agudo…)
En la primera parte del poema, el poeta ha seleccionado los elementos que dan al paisaje una configuración de dureza y aridez. Pero hay tres imágenes que llaman la atención: “una redonda loma cual recamado escudo”; “por donde tuerce el Duero / para formar la corva ballesta de un arquero” y “Soria es una barbacana, / que tiene hacia Aragón la torre castellana”.
El pasado histórico de Castilla, especialmente aquellos rasgos que ofrecen significaciones guerreras, se hace presente metafóricamente en los elementos del paisaje. Esta identificación del paisaje castellano con su pasado histórico vuelve a reflejarse en otras composiciones, donde se insiste en las mismas imágenes hasta quedar éstas convertidas en elementos esenciales que identifican y definen el paisaje:
por donde traza el Duero
su curva de ballesta
en torno a Soria,
…Soria mística y guerrera
…Soria —barbacana
hacia Aragón, en castellana tierra—.
por donde traza el Duero
su curva de ballesta
en torno a Soria,
…Castilla, mística y guerrera,
La dureza y aridez del paisaje a que antes aludíamos pueden ser también expresadas, además de con los adjetivos, mediante sustantivos precedidos de la preposición sin:
de campos sin arados, regatos ni arboledas;
decrépitas ciudades, caminos sin mesones,
La segunda parte de A orillas del Duero es una transición lógica hacia el tema de la historia de Castilla. Tras apuntar las connotaciones guerreras en los versos anteriores, el poeta reflexiona sobre el contraste entre el ayer poderoso de Castilla y su mezquino presente:
Castilla miserable, ayer dominadora,
envuelta en sus andrajos desprecia cuanto ignora.
Es el paso del tiempo (expresado mediante una sucesión de verbos de movimiento) el que ha producido el cambio. Pero el pasado se hace presente y pervive en el paisaje y sus gentes:
Todo se mueve, fluye, discurre, corre o gira;
cambian la mar y el monte y el ojo que los mira.
¿Pasó? Sobre sus ampos aún el fantasma yerra
de un pueblo que ponía a Dios sobre la guerra.
El cambio no ha afectado a lo esencial del paisaje: la presencia en él de su propio pasado, personificado en el fantasma errante.
- ¿Qué aspectos del presente se critican?
Machado muestra una visión desilusionada hacia Castilla y critica la indiferencia que ésta muestra ante su historia, recuerdan esos aspectos gloriosos del pasado pero no luchan por volverlos a recobrar totalmente.
Su mirada de recriminación denuncia la bajeza de una sociedad rural arcaica y chata (“Atónitos palurdos sin danzas ni canciones”), en la que la pobreza material se traduce en miseria moral y cuyas gentes muestran una gran conformidad ante lo decadente del presente.
3) CAMPOS DE SORIA (CXIII)
- Significado general del poema.
En el poema se enfrenta la realidad de Castilla con una mirada cordial y salvadora; esa actitud amorosa hacia Castilla es la que se mantiene en la relación de Machado con Castilla. Este poema, para mi parecer el más bonito del libro, está dividido en partes que son como estampas animadas y delicadísimas de “la tierra de Soria árida y fría” y de “las gentes del alto llano numantino”, contempladas con una mezcla de exaltada admiración y de la melancolía (“tristeza que es amor”). Para el poeta Soria no es solo una orientación para sus ojos, sino también para su corazón, en el que va a interiorizar y conservar lo que percibe su mirada: “Oh sí, conmigo vais, campos de Soria!…¡Conmigo vais, mi corazón os lleva!”.
- Parte I-V. Señala las distintas épocas del año que se describen en cada parte.
Machado, en estas cinco primeras partes del poema pretende describir las tierras de Soria según va discurriendo el año, así las describe en cada una de las cuatro estaciones:
La primera parte comienza diciendo que Soria al acabar la primavera es una tierra árida y fría, con verdes prados y cerros y colinas sin vegetación.
Con la llegada del invierno, y con él la nieve, se ven a los pastores con la bufanda en el cuello y con sus largas capas; también describe el cambio que sufren los verdes campos de la primavera, que pasan de ser verdes a ser totalmente blanco cubiertos por la nieve. A la par con la presencia del invierno, la tierra es más aburrida, porque ya no se ven a esas doncellitas jugando en los jardines; ahora esas doncellas están dentro de casa esperando a que se acabe ese horrible frío, mirando por la ventana aquellas margaritas que aún soportan las nieves... mientras que sus padres y abuelos descansan tranquilos en su hogar junto al fuego de la chimenea.
Las niñas por la ventana ven que los campos siguen desiertos, y como éstos las carreteras, y esperan, ansiosas, el retorno de las margaritas.
Con la llegada del otoño las gentes de los pueblos, que habían pasado el invierno en casa, salen a reanudar el trabajo en sus tierras, y los abuelos y doncellas se quedan en torno al fuego contemplando por la ventana el desierto paisaje.
- Parte VI. Señala las alusiones al pasado histórico de la ciudad de Soria y las notas que sugieren su decadencia.
Este poema es una visión de la ciudad de Soria que intenta hacer recordar los magníficos Castillos, murallas y casas, ahora derruidas que vivieron en la época en la cual Soria era guerrera y mística. También hace alusión a los numerosos soldados y cazadores que en ella vivieron. Estos datos que muestra Antonio Machado critican a la sociedad castellana al no dar importancia a todos estos testimonios del pasado y la reprocha porque, al no importarles su pasado, se han quedado con un vacío interior en el presente.
- Parte VII. ¿Qué rasgos de estilo predominan?
Este poema posee un gran carácter descriptivo en el que Machado resalta con claridad ese aspecto del río Duero con forma de ballesta en torno a Soria; después sigue nombrando otros aspectos como: “las colinas plateadas, los grises alcores, las cárdenas roquedas...
Describiendo este paisaje, se demuestra que Machado no olvidará nunca esa tierra llamada Soria, hacia la que siente un profundo sentimiento de amor.
- Parte VIII. En la alusión al amor, ¿puede haber resonancias íntimas?
En mi opinión no es que puede que existan, sino que las hay, porque al nombrar esos álamos, él se acuerda de su amada Leonor, y como dice en esta parte, los álamos los lleva en el corazón, porque en uno de ellos grabó las siglas de Leonor junto a las suyas, y con unas cifras al lado que pretendían ser fechas.
- Parte IX. ¿En que versos se expresa la correspondencia entre el paisaje de Soria y el alma del poeta?
Entre estos versos, dos son los que formulan esa correspondencia, haciendo referencia a sus queridos campos de Soria, los cuales le hacen recordar a su gran amor Leonor, y por ello dice:
Me habéis llegado al alma,
¿o acaso estabais en el fondo de ella?
4) LA TIERRA DE ALVARGONZÁLEZ (CXIV)
- Resumen del argumento.
Machado nos cuenta la historia de Alvargonzález, un mozo que al año de conocer a una mujer se casó con ella. Su boda fue espléndida; una fiesta a todo lo alto. Vivía feliz en su tierra. Tuvieron tres hijos; cuando crecieron los mandó a realizar distintos trabajos, uno a cultivar la huerta, otro a cuidar a los merinos, y el menor a la Iglesia.
Sus dos hijos mayores se casaron, y Alvargonzález tuvo dos nueras. El hijo menor colgó la sotana y un día, con la bendición de su padre, se fue a hacer las Américas, dejando a la madre llorando.
Los años pasaron, Alvargonzález envejeció y, en una tarde de Otoño mientras estaba dormido, fue asesinado a puñaladas por sus dos hijos mayores, para conseguir su herencia. Tiraron su cuerpo al río atado a una roca para no levantar sospechas. Nadie del pueblo se arriesgaba a culparles en voz alta, y un pobre hombre que por allí merodeaba fue culpado del asesinato y muerto por el garrote.
Cuando los mayores cobraron su herencia, después de que su madre muriera de pena, derrocharon todo el dinero sin obtener ningún beneficio, y fue entonces cuando las tierras de Alvargonzález se llenaron de miseria y pobreza, estaban malditas hasta la llegada del hermano pequeño, Miguel, que volvía repleto de Oro de las Américas. Éste compró las tierras por un valor mucho más elevado de su precio real, y fue cuando volvió a surgir el esplendor característico de las tierras, pero ese esplendor no duró mucho tiempo, porque debido a la envidia de los hermanos mayores al menor osaron a matarle, y las tierras volvieron a caer en la miseria característica de los mayores, que por asesinos, tenían una maldición. Al ver tal miseria se dieron cuenta de lo que habían hecho y fueron a la laguna a reclamar la presencia de su padre, y fue entonces cuando el agua les arrastró hacia el fondo para reunirse con su difunto padre.
POEMAS AÑADIDOS A CAMPOS DE CASTILLA
1) EL DIOS IBERO (CI)
- ¿Cuál es el tema de este poema?
Este poema trata de la religiosidad del pueblo español, pero a la que Machado no procesa fe, porque observa rasgos del dios de esa religión con los que está en desacuerdo. El poema se divide en tres partes en las que se pueden observar los siguientes contenidos:
1.- Se muestra las relaciones del campesino con Dios que son de forma interesada y totalmente blasfemas.
2.- Es una oración del campesino en la que se puede observar que dependiendo de la suerte obtenida en las cosechas y en la vida en general, se le trata de distinta forma; si es buena se le alaba y se procesa fe hacia él, en cambio si la suerte es mala se le blasfema y menosprecia.
3.- En este fragmento Machado pide que vuelva un Dios austero y que sustituya al actual, caprichoso y arisco.
La voluntad de Machado de revisar el pasado, o de reinterpretar la historia, y de reconstruir el futuro aparece en dos versos espléndidos, pero algo difíciles: “Hombres de España, ni el pasado ha muerto/ ni está el mañana- ni el ayer- escrito” .
2) ORILLAS DEL DUERO (CII)
- Señala las dos partes en que se divide el poema y explica las diferencias de estilo de cada una. ¿A qué se debe?
En lugar de dos partes, lo que puedo observar es un intento de realizar una descripción del paisaje que está en torno al río Duero en la mayoría del poema; él nos describe una tierra en primavera un tanto triste y sin el colorido propio de esta época del año, la “segunda parte” yo la identifico con algunas referencias en las que Machado deja aflorar sus sentimientos, que corresponden a estas dos estrofas:
“¡Oh tierra ingrata y fuerte, tierra mía!
¡Castilla tus decrépitas ciudades!…”
“ ¡Castilla varonil, adusta!
Castilla del desdén contra la muerte...”
Desde el punto de vista estético, entonces si que se pueden hacer dos divisiones claramente diferenciadas: los versos 1-25 (primera parte) y los restantes (segunda parte).
En la primera parte, no hay un solo verbo principal: se trata de un gran ejemplo, y admirable, de estilo nominal y, de esta forma, se apunta a la esencialidad, al alma de Castilla: se describe tal y como es Castilla por fuera utilizando un lenguaje muy descriptivo en el que se añaden las dos últimas estrofas que, a mi entender, son una afloración de los sentimientos de Machado hacia Castilla.
En la segunda parte, en cambio, abundan los verbos (sobre todo los imperfectos): provocando un ambiente de temporalidad. La finalidad de esta segunda parte es notar hacia dónde se dirige Castilla, que al igual que el Duero fluye hacia el mar, Castilla también lo hace, pero en este caso adquiere el significado de “ muerte”.
3) A UN OLMO SECO (CXV)
4) “EL RECUERDO DE LEONOR” (POEMAS CXVIII-CXXIV)
- Señala los versos en los que se hace referencia a la muerte de Leonor.
El amor que el poeta sentía hacia Leonor (su esposa), durante su vida y tras su muerte, marcó tanto la vida como la poesía de Machado. Ésta característica de su obra se puede observar claramente en los poemas señalados, y más concretamente en los siguientes versos:
De la ciudad moruna
tras las murallas viejas,
yo contemplo la tarde silenciosa,
a solas con mi sombra y con mi pena.
Esta estrofa hace referencia a las tardes en las que Machado, observaba el paisaje recordando a Leonor, la cual había muerto.
Los caminitos blancos
Se cruzan y se alejan,
Buscando los dispersos caseríos
Del valle y de la sierra.
Caminos de los campos…
¡Ay, ya no puedo caminar con ella!
Machado recuerda los lugares por los que solía caminar con Leonor, y por los que ya nunca podrá volver a pasear a su lado.
Señor, ya me arrancaste lo que yo más quería.
Oye otra vez, Dios mío, mi corazón clamar.
Tu voluntad se hizo, Señor, contra la mía.
Señor, ya estamos solos mi corazón y el mar.
En este poema, Machado, demuestra el amor tan grande que sentía hacia Leonor, y el desacuerdo hacia la “decisión” de Dios de arrebatarle la vida, y hace ver la soledad que la muerte de su amada le a dejado en su vida.
Dice la esperanza: un día
la verás, si bien esperas.
Dice la desesperanza:
sólo tu amargura es ella.
Late, corazón… No todo
Se lo ha tragado la tierra.
Como ser humano, y más en los creyentes del cristianismo, Machado tiene la confianza de que tras la muerte existe una vida, punto de encuentro de todos los seres vivos. De ahí, que Machado exprese mediante la esperanza que algún día volverá a ver a Leonor, el día que se muera. Y mediante la desesperanza que se olvide de ella para siempre, pues su recuerdo solamente le puede causar amargura. También pone de manifiesto que todo se lo a llevado ella con su muerte, y lo único que le queda es el latir de su corazón, que en el momento que pare, será el momento en el que volverá a verla.
También hace referencia a la muerte de Leonor los poemas CXXI, CXXII, CXXIII y CXXIV:
Poema CXXI: Hace referencia a los paseos de Machado en los que reflexiona y recuerda a Leonor, sumido en una profunda tristeza y viendo como pasan los años sin ella.
Poema CXXII: El poema trata de los sueños en los que recuerda a su amada, y en especial a uno que le pareció tan verdadero que sus manos parecían tener tacto y su voz penetrar en sus oídos.
Poema CXXIII: Narra la noche de la muerte de Leonor, y que murió en la cama.
Poema CXXIV: En el principio de la primera, Machado nos cuenta cómo cada vez ve más claro que su espera tendrá una recompensa, y que en el día de su muerte, que ya está cercano, volverá a verla.
5) A JOSÉ MARÍA PALACIO (CXXVI)
- El tema del poema es la descripción de una Soria primaveral no vista sino “adivinada” desde lejos. ¿En qué rasgos lingüísticos se manifiesta?
El hecho de que Machado estaba en Baeza, mientras que su amigo José Maria Palacio estaba en Soria, se puede observar fácilmente en el empleo de preguntas en tercera persona del singular (“está la primavera vistiendo ya las ramas de los chopos, del río y del camino?…”), en el uso de expresiones futuras con idea de premonición dirigidas a sí mismo (“Habrá trigales verdes, y mulas pardas en las sementeras…”) y las varias llamadas de atención al nombre de su amigo de la siguiente forma: “Palacio, buen amigo…”.
- Explica el sentido de los cuatro últimos versos.
Para su completa compresión, es necesario saber que “El Espino” es el cementerio de Soria, donde estaba enterrada Leonor. En estos últimos versos Machado muestra una índole muy particular al estar enmarcada en una Soria primaveral no vista, sino imaginada desde Baeza. En estos cuatro últimos versos Machado nos hace referencia al recuerdo de las tardes en que subía al cementerio a visitar donde yace muerto el cuerpo de su amada, y pide a su amigo José María Palacio que lleve unas flores al lugar donde está enterrada.
6) LA SAETA
- Tema del poema.
Machado en este poema quiere resaltar la fe procesada hacia Jesús y hacia el cristianismo que existe en su querida tierra de Andalucía pero que él no procesa; y no lo hace porque prefiere el Dios desenclavado de la cruz y caminante por las tierras, al dios crucificado que siempre compasivo espera a ser desclavado. Muestra la religiosidad de los habitantes del pueblo andaluz como algo equívoco en lo que él está en desacuerdo.
Este poema va acompañado de una saeta popular que cataban los habitantes de Sevilla en la época de Semana Santa, tal y como se indica en la llegada de la primavera.
7) EL MAÑANA EFÍMERO (CXXXV)
- ¿Cómo ve Machado el futuro de España? Distingue entre el futuro inmediato y un futuro posterior.
Con estos versos, Machado nos intenta mostrar lo descontento que está de España desde Baeza.
Desde allí distingue dos futuros para España:
- En un futuro inmediato piensa que España se va a quedar estancada en sus actitudes caducas.
- En un futuro posterior en el que es posible que España salga de ese estancamiento y vuelva a la perdida “España gloriosa”.
Hasta el verso 34 Machado nos habla de un futuro inmediato nada halagüeño. Antonio Machado nos habla de éste futuro porque, en ese preciso momento, se desplaza de Castilla a Baeza (Andalucía) y se da cuenta que el futuro de España, culturalmente hablando, no llegará a ninguna parte con las grandes diferencias que hay entre comunidades.
Hablando de ese “mañana” Machado hace una comparación del pasado glorioso de éste y ese ridículo presente, en el cual la historia tiene muy poca importancia. El producto del que habla sería un “mañana” tan gloriosa como el pasado de España.
Machado llama efímero a ese “mañana” porque piensa que ese futuro tan esperado durará muy poco, y España no será capaz de mantenerlo.
Los últimos versos (35-42) aluden a un “pasado mañana”. Ese “pasado mañana” surgirá de aquellos fallos que anteriormente España habría cometido a los cuales intenta encontrar una posible solución.
Machado ve a esa “otra España” como una España renacida en la cual la historia ha influido en su sociedad y cultura; también describe un futuro distinto más glorioso e histórico.
8) PROVERBIOS Y CANTARES.
- Interpretación de la serie. Temas más importantes.
Campos de Castilla es, entre otras cosas, el diario de una vida. Es también, en otro sentido, el diario de unas reflexiones. Esta parte del libro expone, como anotadas día a día, de manera desatada, a merced de la inspiración y humor del momento, una idea, una observación, alguna reflexión que adopta espontáneamente la forma de una verdad en verso. También considera temas como la concepción de la vida, conflictos íntimos, Dios, ideas sobre el hombre, la realidad española, etc.
Estos breves poemas penetran en la personalidad del poeta. Algunos se refieren a su arte poético; otros expresan una especie de sabiduría, de fábula alegórica, que debe ser interpretada; otros, una reflexión metafísica; en fin, parecen algún tipo de diálogo íntimo de Machado en la soledad de su vida.
También declara abiertamente la humildad y la bondad como uno de sus más importantes principios.
Uno de los temas en que Machado insiste en estos breves poemas es el de Dios, no como una realidad afirmada, sino como necesidad de la imaginación del hombre, del deseo de que lo imaginado sea realidad. Es por esto que la vida, vista como un camino que se recorre, es representada por el caminar sobre el mar: el vivir por encima de, más allá de la muerte.
Y ese escepticismo que mantiene en todo el poema, es lo que le permite preparar las condiciones previas a una auténtica creencia, no basada en ideas, sino en el simple reconocimiento de que existe el prójimo (lo que él llamó “la otredad del ser”) y que hay que amarle, no como imagen y reflejo de mí, sino en su propia “otredad”.
También existe en esta serie una crítica concreta de actitudes humanas:
1.- La ignorancia:
Ni vale el fruto
Cogido sin sazón…
Ni aunque te elogie un bruto
Ha de tener razón.
2.- La hipocresía:
De lo que llaman los hombres
Virtud, justicia y bondad,
Una mitad es envidia,
Y la otra no es caridad.
3.- La envidia:
La envidia de la virtud
Hizo a Caín criminal.
¡Gloria a Caín! Hoy el vicio
es lo que se envidia más.
4.- La vanidad:
El casca-nueces-vacías,
Colón de cien vanidades,
Vive de supercherías
Que vende como verdades.
9) SERIE “ELOGIOS” (CXXXIX-CLII)
- ¿A qué escritores elogia Antonio Machado?
Se trata de un grupo de poemas que da final al libro y en el que Machado alaba la figura de algunos de los españoles más significativos de su tiempo, además de otro dedicado a Gonzalo de Berceo y dos más al tema de España, es decir, en elogio de una nueva España. Se trata de textos de muy distinta fecha de composición y, en general, no alcanzan la altura del resto del libro; pero no dejan de ser significativos para conocer algunos de los aspectos del pensamiento machadiano.
En el poema dedicado a su maestro Francisco Giner de los Ríos en cuya Institución Libre de Enseñanza estudió el poeta en su infancia, desde los seis a los catorce años, y que tan profundamente lo marcara—, recuerda al maestro recién fallecido como encarnación del optimismo utópico, del amor profundo, lúcido y apasionado a la patria. El poema bien vale como una declaración de principios éticos y estéticos del propio Antonio Machado:
El poema destinado a don Miguel de Unamuno, nos presenta al escritor vasco bajo los rasgos de un nuevo Quijote. Unamuno fue para Machado el modelo de un ideal intelectual a seguir. Esta admiración, que fue mutua, se acrecentó con el tiempo, pero venía desde muy atrás. De hecho, este poema, aunque insertado en Campos de Castilla, data de la época en que Machado está escribiendo sus Soledades...; concretamente, está fechado en 1905. El poema lleva como epígrafe “Por su libro Vida de Don Quijote y Sancho”, obra publicada en aquel año.
Político sin máscara, ni jefe de partido ni jefe de bando, sino hombre orgulloso de serlo, que habla a los otros hombres en un lenguaje esencialmente humano.
En el poema, como decíamos, Unamuno aparece como nuevo Quijote. La comparación recalca, ante todo, el contraste entre el grotesco arnés, al que ridiculizan las malas lenguas, y la “locura” del entusiasmo que habita en su espíritu. Fuerza, valor… pero también soledad ante la distancia que le separa del pueblo adormecido: a las “lecciones de caballería” del vasco se oponen la mediocridad y la codicia que reinan en el entorno social español. Por último, en Unamuno funde Antonio Machado la figura del Quijote (el “loco” idealismo) con la del Hamlet shakespeariano (la duda del ser o no ser, del existir frente a la conciencia de la muerte). Y otra curiosa amalgama: la figura de Don Quijote se funde con la de otro luchador: Ignacio de Loyola, al que mejora porque aquél “escupe al fariseo”.
Machado había saludado con admiración la parición de Castilla, de Azorín. La glosa que hace del libro en el poema titulado Desde mi rincón, fechado en 1913, muestra hasta qué punto ha vibrado con su lectura. Largos pasajes de este poema son puras exclamaciones por donde desfilan, como en una letanía, imágenes de los hombres y elementos del paisaje castellano. Este amor por las mismas tierras y hombres a los que él mismo ha cantado, salva a Azorín de su vena reaccionaria:
—un poco libertario
de cara a la doctrina,
¡admirable Azorín el reaccionario
por asco de la greña jacobina!—
Desde mi rincón — Elogios [CXLIII]
Conocida es la admiración que Machado sentía ante la figura y la obra de Rubén Darío. Ya hemos mencionado también que les unió cierta amistad, y que fue el poeta nicaragüense quien le ayudó económicamente cuando hubo de regresar junto a su esposa a España por la repentina enfermedad de ésta. Dos son también los poemas dedicados a él. El primero, Al maestro Rubén Darío [CXLII], data de 1904 y supone el saludo y bienvenida de Machado al nuevo estilo que representa Rubén Darío. El segundo, A la muerte de Rubén Darío [CXLIX], fechado en 1916, es un romance heroico en alejandrinos (estrofa muy del gusto modernista y del propio Rubén Darío). En él, Machado vuelve al mejor estilo modernista de raigambre parnasiana, que el propio Machado había ido abandonando progresivamente:
ÍNDICE
Introducción
1.- Antonio Machado. Datos biográficos. 2 2.- Ideología y significado de su obra literaria. 4
3.- Trayectoria literaria de A. Machado. 7
Campos de Castilla
1.- Publicación de “Campos de Castilla”. Ediciones de 8
1912 y de 1917.
2.- Estructura de la obra. Temas más importantes. 12
Comentario de textos.
1.- Retrato (XCVII) 13
2.- A orillas del Duero (XCVIII) 14
3.- Campos de Soria (CXIII) 16
4.- La tierra de Alvargonzález (CXIV) 18
Poemas añadidos a Campos de Castilla.
1.- El dios ibero (CI) 19
2.- Orillas del Duero (CII) 20
3.- A un olmo seco (CXV) 21
4.- “El recuerdo de Leonor” (Poemas CXVIII-CXXIV) 23
5.- A José María Palacio (CXXVI) 25
6.- La saeta 25
7.- El mañana efímero (CXXXV) 26
8.- Proverbios y cantares. 27
9.- Serie “Elogios” (CXXXIX-CLII) 28
Bibliografía 30
BIBLIOGRAFÍA
- “Campos de Castilla” de Antonio Machado. Biblioteca “El Mundo”, serie Millenium. Prólogo de Ángel González.
- “Campos de Castilla” de Antonio Machado. Editorial “Cátedra”.
- Páginas de internet:
- Diccionario Enciclopédico “Espasa-Calpe”.
- Enciclopedia Universal “Larousse”.
- Enciclopedia Universal “Micronet”.
2.- Estructura de la obra. Temas más importantes.
Los poemas se pueden agrupar en dos grandes bloques según los temas que se tratan:
1.- El problema de España:
El paisaje de Castilla como símbolo de España. Este paisaje castellano será contemplado de dos formas diferentes. En un primer momento de una manera objetiva, describiendo su dureza, su sequedad, su fealdad. En un segundo momento, Machado contemplará el paisaje de Castilla de una forma subjetiva, expresando lo que supone para él, no lo que es.
Las gentes de Castilla y de España (“Por tierras de España”, “El pasado efímero” y “La tierra de Alvargonzález”).
La denuncia política (“Una España joven”).
2,- El problema existencial:
El amor y la muerte de Leonor (todos los poemas dedicados a Leonor en Campos de Castilla).
La religión (“El Dios Ibero” y “La saeta”).
Lo proverbial: muchos poemas del libro encierran un proverbio o un pequeño pensamiento sobre temas variados: política, religión, literarura, autobiografías, etc…(“Los Proverbios y Cantares”).
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Enviado por: | Canario84 |
Idioma: | castellano |
País: | España |