Literatura
Antonio Machado
ÍNDICE
Biografía
El poeta de la generación del 98 Antonio Machado, nació en Sevilla, el 26 de julio de 1875. Sus padres vivían en el Palacio de las Dueñas, propiedad, desde 1612, de los duques de Alba, que alquilaban las casas que pertenecían al palacio a familias modestas. Siempre recordaría Machado aquella amplia casa con su huerto, el silencioso patio con una fuente, un naranjo y un limonero.
A mediados de 1883, la familia de Machado se traslada a Madrid. Manuel y Antonio ingresan en la Institución Libre de Enseñanza, que era privada y muy liberal. Su actitud humanitaria, liberal, y las actividades que en ella se hacían, como excursiones a los pueblos cercanos a Madrid y la Sierra de Guadarrama despertaron en él un amor al campo y a la naturaleza que reflejaría después en sus poemas.
En 1889 dejó la institución para empezar el bachillerato. Ese mismo año se examina varias asignaturas del primer año de Bachiller. El resultado no fue nada brillante: aprobó la Geografía, pero le suspendieron Latín y Castellano y Historia de España.
El mismo año en que muere su padre, 1893, Antonio publica sus primeros trabajos en prosa en La Caricatura, revista que se publicó en Madrid en los años 1892 y 1893.
Probablemente por su necesidad de dinero, Antonio y Manuel se marchan a París. Manuel consigue un puesto de traductor en la Editorial Gamier para los libros en castellano destinados a Hispanoamérica. En marzo de 1899 empieza a trabajar y tres meses después Antonio también trabaja para el mismo editor. El trabajo que hacen es aburrido, monótono y mal pagado, pero les consuela el que amplían y perfeccionan sus conocimientos de francés. Además, como les queda tiempo libre, vuelven a escribir versos. Pero pronto siente Antonio la nostalgia de Madrid, de sus amigos, de su familia, y en el mes de octubre vuelve.
En la primavera de 1902, Antonio y Manuel están otra vez en París. En este segundo viaje a Paris tuvo lugar el primer encuentro entre Antonio y Rubén Darío; Antonio le dio a conocer los poemas que escribía para su primer libro, Soledades, y esos poemas, tan verdaderos y melancólicos, impresionaron favorablemente a Rubén, que los elogiaba con su adjetivo favorito: "admirable, admirable!" Desde entonces, mostró siempre Darío admiración y simpatía por Antonio Machado, públicamente testimoniadas en varias ocasiones.
En las últimas semanas de enero de 1903 aparece el primer libro de Antonio, Soledades editado por la revista Ibérica. En estos poemas medita sobre el tiempo pasado, recordando su infancia. Medita también sobre la muerte, y palabras tan melancólicas como "hastío", "monotonía", "bostezo", "amargura", "llorar", se repiten constantemente.
En 1906 decide hacer oposiciones a una cátedra de francés, para tener un sueldo y salir de los apuros económicos que tienen él y su familia. En 1907 gana las oposiciones y, Antonio es nombrado catedrático de Lengua Francesa del Instituto General y Técnico de Soria.
Su vida de catedrático es monótona y su nueva profesión no le gusta demasiado. Como tiene mucho tiempo libre, se dedica a escribir a sus familiares y amigos, a leer y a dar largos paseos por Soria y sus alrededores. También empieza a escribir en los periódicos de Soria y prepara al mismo tiempo los versos que aparecerán en Campos de Castilla.
En la pensión donde vive, Antonio conoce a Leonor Izquierdo Cuevas, hija de la dueña de la pensión. En 1909 se casa Antonio con Leonor. Trabajaba en Campos de Castilla y, además, seguía colaborando en los periódicos de Soria, y en La Lectura de Madrid publica poemas de Proverbios y Cantares, nuevo libro que estaba preparando.
En 1910 con una beca de un año de duración para estudiar filología francesa en París, y va a la Sorbona, a los cursos de Henry Bergson. Además de ir a las clases y enseñar a Leonor la ciudad, sigue escribiendo. En el mes de julio el matrimonio pensaba ir a Inglaterra a pasar las vacaciones, pero Leonor se pone enferma. Los médicos dijeron que tenía tuberculosis. En septiembre les aconsejan que vuelvan a Soria, pues el clima de París no es bueno para Leonor. A mediados de septiembre llegan a Soria. Leonor tiene una mejoría en los dos meses siguientes, pero en diciembre, con el frío, vuelve a estar grave. Antonio, en su desesperación, quiere contagiarse también de la enfermedad, y pone sus labios donde la enferma acaba de beber, respira su aliento y toca todo lo que ella ha tocado. Antonio no se separa de Leonor nada más que para ir a dar clases en el Instituto y ha dejado de colaborar en todas las revistas y periódicos.
En mayo de 1911 aparece Campos de Castilla, su tercer libro, que alcanza un gran éxito. Es el triunfo definitivo de la poesía de Machado. Aparecen en los periódicos numerosas críticas y recibe cartas con elogios de sus amigos, pero está tan desesperado que ni se alegra ni contesta a sus amigos agradeciéndoles sus cartas. El día 1 de agosto Leonor murió, y el día 3 fue enterrada. Antonio pensó en el suicidio y así se lo dice a Juan Ramón Jiménez en una carta que le escribió desde Baeza: "Cuando perdí a mi mujer pensé pegarme un tiro. El éxito de mi libro me salvó, y no por vanidad, ¡bien lo sabe Dios!, sino porque pensé que, si había en mí una fuerza útil, no tenía derecho a aniquilarla." Recordando la muerte de Leonor escribió siguientes versos:
Una noche de verano -
estaba abierto el balcón
y la puerta de mi casa-
la muerte en mi casa entró.
Se fue acercando a su lecho
- ni siquiera me miró-,
con unos dedos muy finos
algo muy tenue rompió.
Silenciosa y sin mirarme,
la muerte otra vez pasó
delante de mí. ¿Qué has hecho?
La muerte no respondió.
Mi niña quedó tranquila,
dolido mi corazón.
Ay, que lo que la muerte ha roto
era un hilo entre los dos!
Antonio decide marcharse de Soria, que le recuerda la trágica muerte de Leonor. En1912 es trasladado a la cátedra de Lengua Francesa del Instituto de Baeza.
La vida de Machado era igual que en Soria. Seguía teniendo un gran amor a la naturaleza y daba largos paseos por los alrededores de la ciudad. Pasaba horas enteras sentado en un banco contemplando el paisaje que tenía delante. En Baeza, Machado empieza a leer y a estudiar a los filósofos. Estudia griego para conocer mejor a Platón y Aristóteles.
Su estancia en Baeza estaba llegando a su fin, pero antes de marcharse conoció al joven poeta Federico García Lorca que había llegado a la ciudad con un grupo de estudiantes que hacían un viaje cultural visitando Andalucía.
En 1919 Antonio Machado se muda a Segovia. Su vida en Segovia era tan monótona como en Soria o Baeza. No le gustaba enseñar francés a los alumnos que empezaban y tampoco le gustaba examinar. Cuando presidía un examen no se sentaba nunca en el centro de la mesa, sino a un lado, para estar más cerca del alumno. También le molestaba mucho la tarima. Según sus alumnos, era un profesor que siempre aprobaba a todos. Quintanilla decía: "Era benévolo, por su carácter bondadoso."
En estas fechas hay un cambio en su vida. Se enamora de "Guiomar". El verdadero nombre de "Guiomar" era Pilar de Valderrama Alday y Martínez de la Pedrera. Era también poetisa y no se sabe por qué Machado la llamaba así en sus poemas y en sus cartas. Ocultó siempre el verdadero nombre de esta mujer y ni siquiera sus hermanos supieron que estaba enamorado. Parece que "Guiomar" estaba casada. La relación amorosa del poeta con "Guiomar" duró hasta que empezó la guerra civil. Poco antes "Guiomar" se fue con su familia a Portugal; Machado se quedó en zona republicana. De esta época son sus "Otras canciones a "Guiomar", donde recuerda la despedida en una playa.
¡Y en la tersa arena,
cerca de la mar,
tu carne rosa y morena,
súbitamente, "Guiomar"!
Después, en 1938, en Barcelona, Machado escribiría:
De mar a mar entre los dos la guerra,
más honda que la mar
Acaso a ti mi ausencia te acompaña.
A mí me duele tu recuerdo, diosa.
La guerra dio al amor el tajo fuerte.
En 1937 la Editorial Espasa-Calpe publica su último libro, titulado La guerra. Está compuesto por varios trabajos en prosa y en verso, y por el poema "El crimen fue en Granada", en memoria de García Lorca.
Se le vio caminar...
Labrad, amigos,
de piedra y sueño, en el Alhambra,
un túmulo al poeta,
sobre una fuente donde llore el agua,
y eternamente diga:
el crimen fue en Granada, ¡en su Granada!
El 27 de enero de 1939 la familia Machado llega a un pequeño pueblo francés, Collioure y se instala en un modesto hotel. Del hotel salió una sola vez. Dio un paseo hasta la playa, acompañado de su hermano José, que escribe: "Unos días antes de su muerte me dijo ante el espejo, mientras trataba en vano de arreglar sus revueltos cabellos: 'Vamos al mar...' Fuimos a la playa. Allí nos sentamos en una de las barcas que había sobre la arena. El sol del mediodía no daba casi calor... Hacía mucho aire, pero él se quitó el sombrero, que sujetó con una mano en la rodilla, mientras que la otra mano, en una actitud tan suya, la ponía sobre el bastón. Así permaneció abstraído, silencioso ante el constante ir y venir de las olas... Al cabo de un largo rato de contemplación, me dijo señalando a una de las modestas casas de pescadores: 'Quién pudiera vivir ahí, tras una de esas ventanas, libre ya de toda preocupación...' Después se levantó con gran esfuerzo, y andando trabajosamente sobre la arena en la que se hundían casi por completo los pies, volvimos en el más profundo silencio. "
A las tres y media de la tarde el 22 de febrero, 1939 murió Antonio Machado. Lo último que dijo fue: "Adiós, madre."
“Estos días azules y este sol de mi infancia”
Es el último verso que dejó escrito y que encontró su hermano José en un bolsillo de su abrigo, ya muerto el poeta.
Su buen amigo Juan Ramón Jiménez, en Españoles de tres mundos, recuerda a Antonio Machado: "Murió humilde, miserable, colectivamente, res mayor de un rebaño humano perseguido, echado de España... Pasó así los montes altos de la frontera helada, porque sus mejores amigos, los más pobres y más dignos, los pasaron así... En la eternidad de esta mala guerra de España, Antonio Machado, como Miguel de Unamuno y Federico García Lorca, se han ido, de manera lamentable y hermosa también, a mirarle a Dios a la cara."
Temas de su obra
El tiempo Es el tema por excelencia, no sólo de este libro, sino de toda su obra, ya que todos los demás están subordinados a él. Si todo conocimiento es inseguro, lo que sí sabe el hombre de sí mismo es su existencia, su ser en el tiempo, entre los límites del nacer y el morir:
Antonio Machado entiende el tiempo como algo vivo, personal; no como concepto o abstracción. Es la duración ilimitada, la historia individual de cada ser; que se hace, que pasa, pero que permanece en la memoria. Por eso, la esencia de las cosas, lo que las cosas son, no radica fuera del hombre que las contempla
Orillas del Duero lo escribió sin duda el poeta durante su primera estancia en Soria, a principios de mayo de 1907. Este poema representa la más objetiva modalidad del tratamiento del tema del paisaje, prefigurando claramente la evolución ulterior que observaremos en Campos de Castilla. El poema evoca un paisaje de primavera dibujado con algunos trazos precisos: una torre, un caserón, la silueta de una cigüeña, el vuelo chillón de las golondrinas con fondo de montañas; junto al río, se desliza mansamente el agua; las manchas verdes y azules de los pinos se confunden con la línea de los álamos; alguna flor añade discretamente una nota de color. Paisaje sobrio y delicado. Un sentimiento de fervor se adueña del poeta, como un agradecimiento extasiado ante la belleza del mundo
El tema autobiográfico: la intimidad (galerías y espejos del alma) Soledades, galerías y otros poemas es, esencialmente, el libro de las emociones íntimas, del dolor, de los recuerdos, de la melancolía y de la exploración de los caminos interiores del alma.
En versos tantas veces repetidos, evoca su infancia, su juventud… Pero no sólo aparece su biografía externa —es lo de menos— sino, sobre todo, la espiritual. En este sentido, su poesía es ante todo un diario de su propia alma, una vida hecha verso, que así, escrita, puede eternizarse. De esto trata el primer poema de la serie Galerías
El agua del río, de la fuente, de la lluvia… su fluir —que a veces se hace cantar— casi imperceptible, constante, se hace símbolo del fluir temporal y, por ello, de la vida interior
Este símbolo, que está ya plenamente desarrollado desde el principio de su obra, es quizá el que con mayor insistencia y también con mayor hondura vivencial re reitera a lo largo de su obra.
Suele expresar el sentimiento melancólico de la vejez espiritual. Por esto, la hora vespertina se acompaña frecuentemente de adjetivos que connotan un estado de ánimo de depresión espiritual (cenicienta, mustia, destartalada, triste… otras veces clara) y que contribuyen a personificarla, identificándola con su estado de ánimo
Los caminos están presentes en la poesía de Antonio Machado desde sus primeras composiciones. El caminar errante, sin meta prefijada, es ante todo un sentimiento de pesar sin consuelo, una nostalgia de la vida que se va dejando y que también anticipa el horror de llegar
Por tanto, los caminos son frecuentemente símbolos de la vida o bien aparecen asociados con ésta. Cuando esto ocurre en el poema, el camino real se difumina, se borra hacia la lejanía, hacia el futuro, del que nada podemos decir; y, al mismo tiempo, se convierte en motivo de melancolía, de ensueño que trae recuerdos del pasado
No se trata en este caso de un símbolo. Machado se refiere siempre al reloj real, que mide mecánicamente el tiempo cronológico, por oposición al tiempo psíquico del hombre, del poeta, que se había expresado con los símbolos anteriores.
Sus reflexiones sobre la muerte son la derivación lógica de sus inquietudes sobre el tiempo, considerado éste como el gran exterminador, el gran homicida. La muerte se manifiesta de continuo: la brevedad e inconsistencia de la vida, la decadencia de los hombres y de las cosas, de los elementos de la naturaleza, los signos múltiples de la destrucción, de la enfermedad, de la guerra, del crimen…
Su actitud vital ante ella es también diversa: desde la angustia personal expresada en tantos poemas de Soledades, hasta la melancolía e incluso la rebeldía por la muerte de su esposa, pasando incluso por la identificación espiritual con el moribundo que manifiesta en la Muerte de Abel Martín
dios
La presencia de Dios en la obra de Antonio Machado es imprecisa y variable en el tiempo y, sin embargo, ocupa en su pensamiento un lugar significativo.
cristo
La figura de Cristo es mucho más cercana a Machado que ese “Dios entre la niebla” que busca sin alcanzar. Jesucristo es en él el paradigma del hombre, lo que éste tiene de humano y divino, de carne mortal que sueña la inmortalidad, el triunfo sobre la muerte.
Por esto, rechaza la figura mortal del Cristo crucificado de la devoción popular, para cantar al que vence a la muerte, representación de nuestra ansia de eternidad
El recuerdo y el sueño
En Machado son muchas veces términos equivalentes, ya que —salvo algunos poemas en que se relata un sueño tenido o inventado— normalmente se refiere al soñar despierto con la propia vida. En Soledades... los caminos del sueño son galerías de espejos donde se refleja la propia vida, donde el hombre que sueña intenta revelar el secreto de su yo más íntimo. Las galerías del alma son símbolos predilectos de Machado para representar esa parte de sí mismo que ignora.
el amor
A lo largo de la obra de Antonio Machado se advierte o se intuye el deseo de amar, la necesidad del amor. Es una presencia constante y, sin embargo, difícil de precisar en muchos de sus poemas. Esta afirmación es especialmente válida para su primer libro, en el que, además, no es posible individualizar este amor en una mujer concreta. Indudablemente es un sentimiento expreso en muchos poemas de Soledades..., pero la nota predominante en ellos es la del desengaño o el olvido. Algo parece siempre alejar, en la imaginación del poeta, el objeto de su amor
Tema autobiográfico
En numerosos poemas evoca su infancia, su juventud, sus amores, incluso sus experiencias de la vida cotidiana. Pero no sólo aparece la biografía externa, sino, especialmente, la espiritual. En este sentido, su poesía puede considerarse un diario de su propia alma, una vida hecha verso, que así escrita puede eternizarse: la palabra esencial en el tiempo; el diálogo del hombre, de un hombre con su tiempo.
La métrica
La obra poética de Antonio Machado es variadísima en cuanto a los metros y estrofas utilizados; pero, al mismo tiempo, en cuanto a musicalidad y efectos rítmicos, sumamente natural y espontánea. Mezcla admirable de tradición y modernidad, de sencillez y complejidad, de popularismo y clasicismo… en Antonio Machado se cumple la vieja aspiración poética de la difícil sencillez.
Los versos preferidos son los clásicos de la tradición española: el octosílabo, de tradición popular, en todas sus variantes rítmicas; y el endecasílabo, de tradición culta. Éste último es frecuente en ritmo enfático (acento en la primera sílaba) y heroico (primer acento en la segunda sílaba). En numerosas ocasiones, el endecasílabo aparece combinado con el heptasílabo.
Les sigue el alejandrino, verso característico del Modernismo —por influencia del Parnasianismo francés—, que apenas se había empleado desde la Edad Media. Otro verso de tradición medieval —se le llamó en el siglo XV verso de arte mayor castellano por oposición al alejandrino, de origen francés, y al endecasílabo, de origen italiano— es el dodecasílabo, del que Machado se valió especialmente en su primera época. Se trata de otro de los versos rescatados por el Modernismo y que también había utilizado Bécquer.
Otros versos manejados por Machado son: el hexadecasílabo, combinado con el octosílabo; el heptasílabo y el hexasílabo. En una sola ocasión utiliza el decasílabo y, en otra, el eneasílabo (a pesar de ser éste uno de los más empleados por los poetas modernistas).
Primera Etapa:
Los recursos más usados por Machado son la metáfora, el símbolo y la personificación. A pesar del uso de estos recursos, el poema mantiene la sensación de naturalidad pues Machado nunca fuerza la expresión ni recarga los versos.
Yo voy soñando caminos
de la tarde. ¡Las colinas
doradas, los verdes pinos,
las polvorientas encinas!...
¿Adónde el camino irá?
Yo voy cantando, viajero,
a lo largo del sendero...
-La tarde cayendo está-.
“En el corazón tenía
la espina de una pasión;
logré arrancármela un día:
ya no siento el corazón.”
Y todo el campo un momento
se queda, mudo y sombrío,
meditando. Suena el viento
en los álamos del río.
La tarde más se oscurece;
y el camino que serpea
y débilmente blanquea,
se enturbia y desaparece.
Mi cantar vuelve a plañir:
“Aguda espina dorada
quién te pudiera sentir
en el corazón clavada.
La Estructura de la Métrica y la Rima es la siguiente:
8a
8b
8a
8b
8c
8d
8d
8c
8e
8f
8e
8f
8g
8h
8g
8h
8i
8j
8j
8i
8k
8l
8k
8l
El poema alterna cuartetas y redondillas octosilábicas, es decir, cuatro versos de arte menor (en este caso de ocho sílabas) con rima consonante cruzada (abab) y cuatro versos de arte menor (también octosilábicos) con rima consonante encadenada o abrazada (abba).
Segunda Etapa:
Campos de Castilla (1912):
La métrica es, al igual que su primera obra, variada. Alterna versos de tres a diecisiete sílabas aunque predominan los octosílabos y los alejandrinos. La rima es variada, las estrofas diversas y existe el versolibrismo. A pesar de ello, Machado tiende a formar series de estrofas de cuatro versos, en arte mayor o menor, con rima abrazada o alterna.
Se vale también de recursos fónicos como repeticiones, anáforas, derivaciones... y de otros de tipo léxico o sintáctico como la ironía, la metáfora...
El tono de este libro es más adusto y recio que el anterior.
A UN OLMO SECO
Al olmo viejo, hendido por el rayo
y en su mitad podrido,
con las lluvias de abril y el sol de mayo,
algunas hojas verdes le han salido.
¡El olmo centenario en la colina
que lame el Duero! Un musgo amarillento
le mancha la corteza blanquecina
al tronco carcomido y polvoriento.
No será, cual los álamos cantores
que guardan el camino y la ribera,
habitado de pardos ruiseñores.
Ejército de hormigas en hilera
va trepando por él, y en sus entrañas
urden sus telas grises las arañas.
Antes que te derribe, olmo del Duero,
con su hacha el leñador, y el carpintero
te convierta en melena de campana,
lanza de carro o yugo de carreta;
antes que rojo en el hogar, mañana,
ardas de alguna mísera caseta,
al borde de un camino;
antes que te descuaje un torbellino
y te tronche el soplo de las sierras blancas;
antes que el río hasta la mar te empuje
por valles y barrancas,
olmo, quiero anotar en mi cartera
la gracia de tu rama verdecida.
Mi corazón espera
también, hacia la luz y hacia la vida,
otro milagro de la primavera.
La Estructura de la Métrica y la Rima es la siguiente:
11A
7b
11A
11B
11C
11D
11C
11D
11E
11F
11E
11F
11G
11G
11H
11H
11I
11J
11I
11J
7l
11L
11G
11-
7G
11F
11M
7f
11M
11F
El poema está estructurado en forma de silva con rima consonante (tirada indefinida de versos endecasílabos y heptasílabos mezclados al arbitrio del poeta con rima libre. Pueden quedar versos sin rima.).
Tercera Etapa:
Nuevas Canciones (1924):
Este libro acoge los poemas escritos después de 1917. Este libro carece de la unidad que tenían los otros libros pues es una reunión de poemas escritos por el poeta sin carácter unitario pues no los concibió como parte de un poemario.
Su poesía posterior fue poca y no formó un libró. Destaco: Canciones a Guiomar (un amor tardío), Poesías de Guerra, y la elegía a Lorca El crimen fue en Granada.
CANCIONES A GUIOMAR
En un jardín te he soñado,
alto, Guiomar, sobre el río,
jardín de un tiempo cerrado
con verjas de hierro frío.
Un ave insólita canta
en el almez dulcemente,
junto al agua viva y santa,
toda sed y toda fuente.
En ese jardín, Guiomar,
el mutuo jardín que inventan
dos corazones al par,
se funden y complementan
nuestras horas. Los racimos
de un sueño -juntos estamos-
en limpia copa exprimimos,
y el doble cuento olvidamos.
(Uno: Mujer y varón,
aunque gacela y león,
llegan juntos a beber.
El otro: No puede ser
amor de tanta fortuna:
dos soledades en una,
ni aun de varón y mujer.)
8a | 8f |
8b | 8g |
8a | 8h |
8b | 8g |
8c | 8h |
8d | 8i |
8c | 8i |
8d | 8j |
8e | 8j |
8f | 8k |
8e | 8k |
8j |
Cantares
Cantares... | Yo voy soñando caminos |
La saeta
| He andado muchos caminos |
El viajero | Inventario galante |
Anoche cuando dormía
| El crimen fue en Granada |
Bibliografía
-
Enciclopedia Interactiva de Consulta: Lectus Vergara.
-
Enciclopedia Microsoft Encarta 98.
-
Historia de la Humanidad: Editorial Planeta, 3ª Edición (1979), 1ª Edición (1977).
-
Lengua Castellana I: P. Hernández Carrión - M.D.Moreno Tarrés - M. de Javier Azcona - M.Cirera Zapatero, Editorial Edebé.
-
Literatura Castellana: David Fernández, Editorial Castellnou. 1ª Edición (1999).
-
Mundo, Historia 1º de BUP: Pilar Flores Guerrero - Rafael Fontán Ribeiro - Javier Gómez Espelosín - Luis López Puerta - Evaristo Merino Liceras, Ediciones SM.
-
Nueva Enciclopedia Larousse: Editorial Planeta, 1ª Edición (1980).
-
Poesías Completas: Antonio Machado (edición a cargo de Manuel Alvar), Editorial Espasa, Colección Austral.
-
Romance 7: bajo la dirección de Jaime Mascaró Florit, Ediciones Santillana, 1ª Edición (1989).
-
Talaia 7: Xavier Giner Donaire - Jordi Llastarri Carbonell - Jacint Merino Sánchez, Editorial Bruño.
-
WWW. Yahoo.es
-
WWW.Antoniomachado.es
El poema está formado por versos octosílabos, ordenados según la disposición siguiente:
Cuatro cuartetas (cuatro versos de arte menor con rima cruzada consonante), un pareado y una quintilla (cinco versos de arte menor con rima consonante organizados de manera que nunca puede haber más de dos versos con la misma rima seguidos, no puede acabar en pareado y no puede haber ninguno suelto).
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Enviado por: | Iratxe Astarloa |
Idioma: | castellano |
País: | España |