"El amor es la emoción más intensa de todas; es el dominio de las conductas en las cuales el otro surge como legítimo otro en condiciones seguras. No es una virtud, no necesita mayor entendimiento, son las condiciones en las que el otro surge en condiciones seguras deotro, en combinación con uno."
¡Sabias palabras del biólogo chileno Humberto Maturana para hablar del amor enlazado con la democracia, las relaciones laborales y la convivencia en general! En su libro La democracia es una obra de arte, Maturana se refiere a las formas de relación naturales en la vida del ser humano, que hemos matado en una cultura de guerra y discordia.
Nos comenta: "La emoción fundamental que nos dio origen tuvo que haber sido el amor. Pienso que el amor es la noción que funda lo social. Debo aclarar que uso la noción de relaciones sociales de manera restringida, pues pienso que relaciones sociales son solamente aquéllas que se fundan en el amor, es decir aquéllas en las que el otro surge como legítimo otro en la convivencia con uno." Especialmente interesante es lo que dice sobre la vida laboral:
"En las relaciones laborales se darán cuenta que no se usan las palabras amar ni querer para referirse al mundo del trabajo. Si estamos en una fábrica conversando con otra persona, el capataz dice: '¡Basta de socialización, dedíquense a trabajar!'.
Es por esto mismo que se requieren leyes laborales para regular las relaciones de trabajo, precisamente porque no son relaciones sociales, porque no están fundadas en el amor. Las leyes laborales lo que hacen es velar por la legitimidad de cada función en ese lugar". Un poco duro, ¿no? Pienso que las mujeres podríamos crear nuevos espacios de trabajo donde fuera posible hablar de relaciones sociales, además de las laborales, para mantener organizaciones integradas, estables, con personal comprometido no sólo con el trabajo sino con el futuro. Si en las relaciones laborales lográramos esta aceptación del otro como un yo legítimo y supiéramos dialogar, negociar, ceder y apoyar a los demás, ¿cuánto más ganaríamos en rendimiento y satisfacción?
Es cierto también que en el mundo laboral lo que importa son los resultados "contantes y sonantes", pero ¿no estamos sacrificando un espacio humano, vital en nuestra vida, por una eficiencia desconsiderada del desarrollo de las personas?
Si el amor más básico es la aceptación del otro, ¿qué tan difícil sería comprometernos a generar una cultura de diálogo, respeto, es decir, de amor?
Habíamos oído hablar de amor platónico, amor romántico, amor a los hijos, entre otras muchas y distintas interpretaciones, pero ésta de Maturana verdaderamente invita a amar de una manera simple y cotidiana para vivir con los demás, dondequiera que estemos y quienesquiera seamos.