Biología, Botánica, Genética y Zoología
Aloe vera
ALOE VERA.
DESCRIPCIÓN.
Aloe (del latín aloe, y este del griego alóe) nombre común de las plantas del género Aloe, familia de las liliáceas. Presentan hojas largas y anchas en roseta, y el escapo termina en una espiga de flores rojas y blancas. De las hojas se obtiene un jugo de efecto catártico y estimulante.
DENOMINACIÓN FARMACOLÓGICA |
Aloes extractum = Extracto |
Aloes tinctura = Tintura |
En Medicina se utiliza el jugo de sus hojas cuajado en una masa sólida de color muy oscuro, llamada acíbar. Generalmente, se obtiene dejando fluir el licor que se escurre de sus hojas cortadas transversalmente, por la cortadura de las cuales rezuma colocadas sobre un recipiente a propósito. Este licor se deja que se concentre.
Las hojas, cuya savia se utiliza, son carnosas, miden unos 50 cm de largo, 10 ó 20 cm de ancho y 5 cm de grueso. Si se las hace un corte exudan un líquido acuoso de sabor muy amargo, acumulado en células secretoras que rodean la región cribosa. Ya que la pared celular que las separa es muy delgada, el jugo fluye con facilidad. Hay que cortar las hojas de modo que la secreción pueda recogerse en un recipiente. A continuación se condensa el líquido poniéndolo al fuego o al baño María. Después de separar la espuma se le vierte en otro recipiente en el que se solidificará. Así es como llega al mercado y se elabora después en forma de preparados galénicos (gotas, píldoras, supositorios, etc). Es raro el empleo del áloe puro.
Se crían, en número de cerca 200 especies, en las laderas soleadas, a menudo en lugares rocosos o pedregosos del Antiguo Mundo, en la mayor parte de África, en Madagascar y en algunos puntos de Asia. Abundan, sobretodo, en la región del Cabo de Buena Esperanza. En las provincias del litoral de nuestra Península crecen sin cultivo diversas especies de este género, pero su cabal conocimiento requiere a menudo la técnica especializada de un aloísta.
El Aloe Vera, tiene dos enemigos naturales: el exceso de agua y el frío por debajo de lo 0ºC. Es muy resistente a la plagas y a la falta de agua. Para su cultivo, es mejor hacerlo en maceta de barro en vez de plástico. Este lo llenaremos con tierra normal de jardín con un 50% de turba, a partes iguales. En el fondo pondremos un drenaje de dos dedos de grava. Se cubrirá la planta hasta el nacimiento de las hojas, esperando un par de semanas, para empezar su riego, así dará tiempo a cicatrizar sus heridas durante el trasplante. Situar la planta en lugar soleado y cálido, donde tenga mucha luz de sol. En el invierno, la protegeremos del frío. Su reproducción mediante hijos que le nacen alrededor. Cuando estos tengan una altura de cuatro dedos, se han de separar de la planta adulta. Lo podemos hacer de dos maneras: Hurgando con los dedos, hasta encontrar su unión de madre e hijo, y la otra, sacándola totalmente de la maceta, separándola de la madre con más precisión y con todas sus raíces, aprovechando así, para recortar las raíces de la planta madre, si es que las tiene demasiado largas, y añadiendo abono vegetal orgánico en la tierra al plantarlo de nuevo. Hay que recordar, que no se puede regar durante las dos primeras semanas después de su transplante. Los hijos se dejan secar las heridas, durante un par de semanas, sin exponerlos al sol directamente, pudiendo plantarlos individualmente en maceta. Hay muchos tipos de Aloe. Para evitar, que la planta se pueda polinizar por otra clase de Aloe y las semillas se vuelvan híbridas, hay que asegurarse que no hay otros aloes cerca (recordar, que el viento es un agente polinizador muy activo). Si no se tiene la seguridad que esto pueda suceder, hemos de cortar la vara de la flor a media altura, por debajo de donde están las flores, antes de que se abran. El resto de la vara, lo sacaremos fácilmente, cuando esta quede seca. Todas las plantas de Aloe tienen propiedades curativas, sobre todo las adultas de tres años aproximadamente desde que han hecho la flor.
El Aloe es un ingrediente importante en muchos productos de belleza penetra en las tres capas de la piel: epidermis, la dermis, la hipodermis, y expulsa las bacterias y los depósitos de grasa que tapan los poros. Al mismo tiempo la acción de los nutrientes naturales, los minerales, las vitaminas, los aminoácidos y las enzimas, estimulan la reproducción de nuevas células. También es un importante regenerador celular, cicatrizante, tonificador y extensiones, aprovechando que no requiere riego prácticamente.
Cuando se usa con regularidad, evita las arrugas prematuras y retarda las propias de la edad. Reduce la medida de los poros abiertos, y se puede usar bajo el maquillaje. Como el Aloe es astringente, se ha de combinar su uso con una crema hidratante, preferentemente que lleve Aloe entre sus componentes. Es un excelente filtro solar de rayos ultravioletas y elimina las manchas causadas por el sol, si se usa por un periodo largo de tiempo. El aloe, utilizado después del afeitado, da buenos resultados, ya que en pocos instantes regenera muchas de las células rotas al paso de la cuchilla de afeitar. Así usando una loción después del afeitado, dará una sensación de gran alivio. Igualmente, en este sentido, es muy eficaz utilizado después de la depilación: evita erupciones, granitos y rojeces, cerrando rápidamente los poros dilatados. También es muy efectivo en la prevención o eliminación de pequeñas estrías. Es importante, la hidratación de la piel con aceite o crema después que el aloe haya penetrado en la piel.
CURA DEL CUERO CABELLUDO Y CABELLO.
El jugo del Aloe Vera, se puede utilizar como champú, fijador y acondicionador, con notables resultados tanto para el cabello, como para el cuero cabelludo. Cogiendo un trozo de hoja, se le sacan los bordes espinosos, y lo cortamos por la mitad. Nos lo pasaremos, bien por toda la cabeza. Este, una vez seco, lo podemos dejar un rato, o bien toda la noche. Al día siguiente, lo aclaramos con agua, y el Aloe dará brillo, fuerza y protección a los cabellos. Las enfermedades del cuero cabelludo, la grasa y la caspa, se tratan directamente, con jugo de Aloe.
HIGIENE BUCAL. AFTA. HERPES LABIAL.
Chupando un trozo de pulpa de Aloe Vera con constancia, es un buen remedio para los dientes que sangran y que estén hinchados. Aligera el dolor de muelas y rebaja los flemones. También es preventivo de las caries y protege de los elementos agresivos que desgastan, a lo largo del tiempo, el esmalte de los dientes. El afta, es una inflamación que afecta a las membranas de la boca, especialmente en los niños y en jóvenes; es tan doloroso que interfiere en la alimentación. Se recomienda que después de tener la pulpa de Aloe en la boca, se mastique y que se lo traguen, para que beneficie el paladar, el esófago y el estómago. Se ha de hacer más de una vez al día. Para el herpes labial, hemos de aplicar el aloe, sin el sérver, ya que este es cáustico. Para eliminarlo, nada más hay que lavarlo con agua, frotándolo con los dedos.
ALERGIAS.
Es muy extraño ser alérgico al aloe vera. Para saberlo, nada más se tiene que frotar un poco de este, en la parte inferior del brazo, y si en unos minutos la zona tratada se enrojece o se siente picor, querrá decir que no podemos utilizarlo. Para los que tienen diferentes reacciones alérgicas la aplicación del aloe reduce o elimina los efectos de las otras reacciones.
Un remedio para el asma, es hacer cocer, trozos de hoja de Aloe en una olla, respirando el vapor o fregando las fosas nasales con un poco de jugo e inspirándolo de esta manera, reduciremos las molestias.
QUEMADURAS Y ESCOCEDURAS.
El Aloe Vera es excelente como tratamiento en primeros auxilios. Para el dolor y reduce la posibilidad de infecciones y de cicatrices, al mismo tiempo agiliza el proceso curativo.
Desde la antigüedad, se usa el jugo de Aloe como calmante, hasta en la quemaduras más serias. Aplicaremos continuamente, trozos de pulpa de Aloe con su piel, en la herida, y así evitaremos la posibilidad de infección, regenerando las células con poco o sin dolor alguno.
Trabajo realizado por:
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Enviado por: | Irene |
Idioma: | castellano |
País: | España |