Salud
Alcoholismo
Qué es el alcoholismo
Según la OMS: “el alcoholismo es un trastorno crónico de la conducta que se manifiesta por repetidas ingestas de alcohol, excesivas respecto a las normas dietéticas y sociales de la comunidad y por abarcar interfiriendo en la salud o en las funciones económicas y sociales del bebedor”.
El alcoholismo es una adicción, una enfermedad crónica y progresiva que suele tener unos efectos destructivos en la vida de las personas que la padecen. Las rupturas de parejas, el aislamiento social, el sufrimiento social, así como el deterioro de la salud física y mental, acompañan siempre a esta enfermedad.
Beber alcohol se convierte para estas personas en una conducta perjudicial que no pueden detener pese a sus consecuencias adversas.
Esta falta de control suele ir acompañada de una carencia de conciencia de que realmente estos problemas guardan estrecha relación con el consumo del alcohol.
Conseguir que el enfermo alcohólico inicie el tratamiento no es tarea fácil; no es consciente de su enfermedad, la niega. Normalmente es necesario que los efectos destructivos del alcohol lo lleven a “tocar fondo”, al desastre personal o a daños importantes para que empiece a considerar la necesidad de tratamiento.
Solo cuando el adicto acepte la falta de control en el uso del alcohol y considere los efectos tan negativos que ello tiene a sus relaciones de pareja, familia, amigos, trabajo, economía, etc. Y reconozca que es un enfermo empezará realmente su recuperación.
Esta aceptación de la enfermedad le llevará al desarrollo de una forma nueva y más sana de ser y de vivir mucho más gratificante que jamás le podría proporcionar el alcohol.
Quien es alcohólico
Según la OMS: “son alcohólicos los que beben en exceso y cuya dependencia respecto del alcohol ha alcanzado un grado tal que determina la aparición de visibles perturbaciones interpersonales y en el adecuado funcionamiento social y económico; también lo son los que muestran los signos prodrómicos de dichos fenómenos.
Evidentemente será alcohólico, o estará en vías de serlo, la persona que teniendo perjuicios y problemas por culpa del alcohol, sigue bebiendo.
No importa la cantidad de alcohol que se beba, ni su frecuencia.
Lo distintivo es la forma en que se bebe. Esa “necesidad” que siente el alcohólico es lo que le diferencia de los demás.
Dentro de una sociedad que rinde culto al vino y a las bebidas alcohólicas, el adicto puede pasar desapercibido durante mucho tiempo.
Quien detecta y sufre primero las consecuencias de este problema es su familia.
Su entorno familiar queda afectado por la “ausencia” de uno de sus miembros.
Los hijos de los alcohólicos tienen verdaderos problemas emocionales, escolares, psíquicos, etc. al crecer y al desarrollar su personalidad en un ambiente distorsionado por el alcoholismo de uno de sus miembros.
Estadísticas en la Argentina
En la Argentina se estima que más del 7.5% de la población es enferma alcohólica, es decir que unos 2.5 millones de personas beben en exceso o tienen dependencia física del alcohol.
A esto hay que sumarle que la edad de iniciación de consumo ha descendido progresivamente hasta ubicarse entre los 11 y 12 años.
Si bien nuestro país no cuenta con estadísticas puntuales, de acuerdo con datos de trabajos regionales y locales, se estima que el 12% de los mayores de 15 años es bebedor patológico, según reveló el Dr. Camilo Verruno, de la Comisión Nacional sobre el Alcoholismo.
Esta clasificación de bebedor patológico o “bebedor problema” agrupa a los que beben en exceso (7%) y a los que presentan una dependencia física del alcohol (5%), tomando de la población general del Censo de 1991, solo a los mayores de 15 años.
Alcoholismo y accidentes de trabajo
Se estima que más de la mitad de los accidentes de tránsito son provocados por el alcohol, o por las consecuencias de este. A su vez muchos problemas laborales y obviamente familiares. Todas estas consecuencias se deben a que cuando una persona ingiere alcohol, con solo 0.5 g/l en sangre, produce un efecto tóxico directo y uno sedante.
Ausentismo diario de los alcohólicos | 3.6% |
Ausentismo diario de los no alcohólicos | 1.6% |
Ausentismo anual de los alcohólicos | 12.8% |
Ausentismo anual de los no alcohólicos | 6.5% |
Accidentes de trabajo en alcohólicos | 15% |
Accidentes de tránsito en alcohólicos | 33% |
Alcohol y drogas en escolares
Durante los meses de octubre y noviembre de 1994, 2618 escolares de ultimo año de escuela primaria completaron una encuesta sobre hábitos tóxicos. Habitualmente empleada este tipo de indagación en estudiantes de Secundaria, las referencias permanentes de los maestros acerca de la presencia de droga en las escuelas primarias de zonas criticas, llevó a la aplicación exploratoria de una encuesta sobre esta población. De esta forma este estudio constituye una de las primeras mediciones del problema de uso de sustancias tóxicas en escolares.
Los estudios en escolares provenientes de áreas deterioradas económica-
mente señalaban en 1994 que la problemática tenía ya expresiones antes de la llegada a la escuela secundaria.
Aproximadamente del 6.5 % de escolares con problemas por uso indebido de sustancias psicoactivas, el 5% tenía consumo diario de bebida alcohólica, básicamente cerveza.
Respuesta a la pregunta: Cuando tomás, Cuál es la bebida que preferís?(1) | Varones | Mujeres | Totales |
Cerveza | 67.1 | 63.5 | 65.6 |
Vino | 7.5 | 5.2 | 6.5 |
Whisky u otras similares | 4.3 | 2.4 | 3.5 |
Combinación de alcohol con gaseosas, etc. | 21.1 | 28.8 | 24.4 |
| 650 | 500 | 1150 |
(1) Fuente: Miguez. Conicet-SPAA.1994
El uso temprano del alcohol, la bebida orientada exclusivamente por su efecto farmacológico, su utilización con el propósito de alterar la percepción o el comportamiento, sienta las bases para el uso de las drogas. La disponibilidad que le brinda su oferta legal y la carencia de escrúpulos para que accedan a los menores la convierte en la droga de iniciación. Luego el tiempo y otras posibilidades agregaran otras sustancias.
Alcoholismo en el entorno laboral
Introducción
El alcohol es una de las drogas más antigua conocidas por el hombre y es de mucho la más empleada. Diversas culturas han hecho uso tradicional del alcohol, ligado con acontecimientos místicos y religiosos. En determinados casos era utilizado como alimento y remedio para los enfermos. No es hasta nuestra época en la que el alcoholismo se considera una enfermedad en sí misma. Los problemas derivados del abuso del alcohol comienzan con la producción industrial y la comercialización, alrededor de 1850.
Esta enfermedad se caracteriza por sus graves repercusiones sobre las personas, las familias y la sociedad. El alcohol es un riesgo que se potencia básicamente según 3 factores diferentes:
Aumento con su expansión y abaratamiento, así como una adecuada restricción legal: publicidad, menores, etc.
Factores relacionados con la personalidad del individuo, tanto de orden psíquico como físico y biológico.
Factores psico-sociales relativos a la familia y el entorno social, las tradiciones las costumbres y los perjuicios. Aquí entrarían las consideraciones a hacer en relación al ambiente de trabajo.
Dos estudios sobre estilos de vida realizados en España por el Ministerio de Sanidad y Consumo (1980-1989) permiten afirmar:
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El aumento del numero de consumidores de alcohol tanto de hombres como de mujeres.
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Cambio cualitativo: antes el inicio era con vino, ahora es con cerveza.
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Incremento notable de bebidas alcohólicas con graduación alta. Al igual que la mayor parte de los países industrializados, el 44.7% de las muertes son debidas a enfermedades cardiovasculares y el 22% a cáncer. Enfermedades ampliamente influenciadas por el estilo de vida como fumar, beber, la alimentación y el ejercicio físico.
Alcohol y trabajo
La problemática del alcoholismo en el trabajo podemos dividirla en:
relación alcoholismo y capacidad de trabajo
condiciones de trabajo y alcoholismo
Respecto a la primera, en los últimos 30 años se ha visto como el abuso de alcohol es una causa importante de ausentismo, así como de accidentes de trabajo y muerte prematuras. La industria moderna exige una capacidad psicosensorial y mental alta, en la cual el enfermo alcohólico difícilmente puede responder. Referente a la segunda se puede preguntar porque determinadas condiciones físicas y psicológicas del ambiente de trabajo estimulan el alcoholismo. El efecto inicial de euforia y anestesia del alcohol puede hacer confundir a los trabajadores que se sienten más fuertes y capaces para el trabajo, pero esto es engañoso, y hace que aumente el riesgo de accidentes. Personas que trabajan duro y expuestas a temperaturas altas, adquieren la costumbre de refrescarse con bebidas alcohólicas. Si además se trabaja en presencia de humos y polvo, se resecan mas las mucosas y la sensación de sed aumenta.
Las acciones para mejorar las condiciones de trabajo se pueden establecer en 3 niveles:
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Educación para la salud
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Organización del trabajo
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Catering para los trabajadores
Con habilidad y persistencia hay que establecer programas educativos sobre el consumo de alcohol, generalmente dirigidos a los grupos de riesgo:
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Jóvenes
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Inmigrantes
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Trabajos duros
La información se ha de basar en el conocimiento científico o en la experiencia adquirida, proponiendo medidas como:
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No beber con el estomago vacío, especialmente en el trabajo o cuando se conduce
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Beber poco en las comidas
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No ofrecer ni insistir en dar alcohol a otros.
Niveles de intoxicación alcohólica
Intoxicación aguda por alcohol es la denominación medica al estado de embriaguez. La persona que esta “borracha” y tiene todos los signos y síntomas de ese estado, por ejemplo, descuida su apariencia, sus actos y movimientos son también descuidados, torpes o aun violentos; puede perder el equilibrio fácilmente, su lenguaje se torna confuso, le cuesta mucho articular palabras, puede tornarse grosero excesivamente confianzudo o francamente agresivo.
Debe ponerse particular atención en cuanto a la historia de los signos y síntomas de retiramiento (los indicios o signos que ocurren después de haberse suspendido la ingestión de licor por varias horas):
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Temblor en todo el cuerpo
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Alusinosis alcohólica: que se presenta 24 o más horas después de haberse suspendido la ingestión de alcohol y que se caracteriza por angustia marcada y alucinaciones predominantemente auditivas.
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Convulsiones generalizadas: también pueden dar señales de retiramiento alcohólico.
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Delirium Tremens: es la forma mas grave de retiramiento alcohólico; caracterizado por agitación, temblor, confusión, sudor profundo y alucinaciones táctiles generalmente de pequeños insectos que le tocan el cuerpo.
La mejoría espontanea es lo más común. Se deben dar instrucciones a la familia para observar que el paciente respire adecuadamente, que no existan obstrucciones en la respiración y que no haya aspiración de vomito. Así mismo debe observarse el estado de conciencia al dormir, si no fuera posible despertar al paciente, esto indicaría un estado más profundo de intoxicación aguda y el paciente debe ser enviado de inmediato a un hospital general. El tratamiento de la resaca es sintomático (aspirina, liquido, antiácido y reposo)
Temblor de retiramiento: como se trata de una forma que frecuentemente mejora sin mayor tratamiento, todo lo que se requiere es observar cuidadosamente al paciente para ver si hay signos de empeoramiento. También se pueden aplicar sedantes para el síntoma de agitación.
Se debe escuchar al paciente con atención sin interrumpirlo ni permitir que sea maltratado: no se debe permitir que haya gente a su alrededor y, en la medida de lo posible, se debe mantener al paciente en una habitación iluminada.
Alcoholismo en su fase cronica
Los métodos utilizados por distintos grupos constituyen un excelente tratamiento del alcoholismo (los programas de Alcohólicos Anónimos (AA) u otros grupos de ex-bebedores)
Para que un paciente se integre a uno de estos programas no se requiere mas que su aceptación del alcoholismo como un problema que desee mejorar
Manejo del alcoholismo crónico
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Estado de embriaguez: se debe esperar la mejoría espontanea; observar al paciente mientras duerme; mantenerle las vías respiratorias libres; despertarlo cada 30 o 60 minutos. Si el paciente no reacciona y se teme que haya entrado en un estado de coma, trasladarlo de emergencia al hospital más cercano.
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Síndrome de dependencia del alcohol o alcoholismo crónico: el tratamiento debe hacerlo personal especializado al cual se enviará al paciente:
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supresión de toda bebida alcohólica
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alimentación adecuada con vitaminas
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administración de abundantes líquidos
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apoyo psicológico
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solicitar respaldo a la familia
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mandar al paciente a algún grupo de autoayuda, tal como Alcohólicos Anónimos.
El alcohol
El alcohol es un líquido translúcido, incoloro, de olor característico y se lo considera un solvente universal.
Se forma por fermentación anaerobia de algunos azúcares como la glucosa, fructosa y manosa por acción de ciertos microorganismos, particularmente las levaduras. Una enorme cantidad de productos comerciales tienen alcohol, fundamentalmente bebidas, perfumes, solventes y productos medicinales.
Las bebidas pueden dividirse de acuerdo a la forma de obtención en fermentadas y destiladas.
Graduación de bebidas alcohólicas
Variedad | Grados (%) |
Cerveza | 4-8 |
Vino | 8-13 |
Vermouth | 15-18 |
Licores | 20-25 |
Cogñac | 40 |
Whisky | 45 |
Ginebra | 40 |
Vodka | 45-60 |
Ron | 45 |
El alcohol posee todos los atributos para ser considerado una droga:
Puede producir:
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Aumento de la tolerancia.
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Dependencia psíquica (es la vinculación conductual psicosocial con la droga).
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Dependencia fisica (es la expresión de vinculación metabólica bioquímica con la droga).
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Cuadro de abstinencia al suspenderlo.
El contacto del alcohol con los tejidos establece una relación patológica muy importante en el Sistema Nervioso Central (SNC), llamada Dependencia Psicofisica del Alcohol.
Metabolismo
El alcohol contenido en la bebida ingerida se absorbe una pequeña parte por el estomago y el 80% en el yeyuno-íleon. Posteriormente se distribuye por todo el organismo en forma uniforme y de acuerdo al contenido de agua, atraviesa fácilmente la barrera hematoencefálica y placentaria. Esto pone en contacto a la totalidad del organismo (salvo la piel y huesos) con sustancia que, a determinados niveles, resulta tóxica. De inmediato se ponen en marcha los mecanismos metabólicos para transformarla y eliminarla.
Desgraciadamente, esta capacidad metabólica aumenta muy poco con el uso. Por lo tanto, incluso en individuos acostumbrados a un alto consumo de alcohol, la permanencia de éste en los tejidos se prolonga y daña, en diversos grados, los distintos órganos y sistemas.
Conviene aclarar que el primer agente que metaboliza al alcohol es una enzima, la alcohol deshidrogenasa, acumulada sobre todo en el hígado. Cuando la cantidad de alcohol sobrepasa la disponibilidad de la enzima, otros grupos enzimáticos se agregan a este propósito. Entre estos, los más importantes son la catalasa y el sistema M.E.O.S., que al desviar su actividad hacia el metabolismo del alcohol disminuyen su acción especifica sobre el metabolismo de las grasas y el sistema hormonal, con la lógica alteración de los mismos.
Todos estos sistemas metabólicos van a transformar al etanol a acetaldehído y posteriormente este debe ser degradado a acetato por acción de la aldehídodeshidrogenasa, que esta ubicada en el citoplasma hepátocitario. El acetato es utilizado periféricamente como fuente de energía.
En los orientales se observa una alteración de la aldehídodeshidrogenasa en el 50% de la población que desencadenaría un fenómeno de intolerancia con flushing, vasodilatación, cefalea e hipertensión arterial similar al efecto del disulfiram. Este efecto también puede desencadenarse por la acción de otras sustancias como el metronidazol, sulfonamidas, por los hongos Coprinus armamentario y otros compuestos químicos como oximas, carbamatos, ditiocarbamatos, etc.
Tipos de bebedores
Hay varios tipos de bebedores que es necesario conocer para diferenciar al bebedor normal del bebedor problema.
El bebedor moderado
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Bebe alcohol porque aprecia su sabor y también a causa de la pequeña relajación que le produce.
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No busca intoxicación ni se expone a ella
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El alcohol no es para él una necesidad ni una carga económica
El bebedor social
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Bebe todos los días
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Se expresa socialmente mejor con el alcohol
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Rara vez se emborracha
El bebedor problema
Bebedor fuerte o excesivo
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Bebe mas de lo que permiten las costumbres
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Lo hace antes del almuerzo y cena
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No reflexiona demasiado sobre su conducta
Borracho ocasional
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Generalmente proviene del rango de los bebedores fuertes
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Suelen buscar la borrachera
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Las ideas de placer giran alrededor de la bebida
Bebedor sintomático
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El abuso en este caso tiene su origen en alguna enfermedad, como por ejemplo la epilepsia.
El alcohólico
De éste existen los siguientes tipos, según Jellinek:
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Alfa: Padece de dependencia psicológica, pero es capaz de abstenerse por un tiempo. Los excesos causan problemas económicas, sociales y familiares. Suelen encubrir problemas psicológicos.
Puede evolucionar a la forma Gamma.
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Beta: Sufre de complicaciones físicas (gastritis, cirrosis, polineuritis, etc.) como consecuencia del consumo fuerte y de una nutrición insuficiente. No hay dependencia fisica o psíquica.
Puede evolucionar a Gamma o Delta.
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Gamma: En este caso existe dependencia fisica y pérdida de control una vez comenzado a beber, pese a haberse propuesto beber 1 ó 2 copas.
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Delta: Imposibilidad de abstenerse
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Epsilon: Alcoholismo periódico
Embriaguez o intoxicación alcohólica aguda
El etanol es un depresor del SNC con una acción inicial selectiva sobre el sistema reticular y en dosis alta se comporta como un depresor generalizado. El mecanismo de acción se debería a una interferencia en el transporte iónico a nivel sináptico en forma similar a los anestésicos.
De acuerdo con los niveles de la alcoholemia podemos dividir a la intoxicación aguda en cuatro periodos:
1° Periodo: Alcoholemia 0.10 a 0.50 gr/l. Se lo conoce también como periodo subclínico ya que no existen síntomas o signos clínicos pero las pruebas psicométricas demuestran una prolongación en los tiempos de respuesta al estimulo.
2° Periodo: Alcoholemia 0.50 a 1.50 gr/l. El paciente presenta euforia, excitación, disminución de la inhibición, aumento de la actividad, verborragia, disminución de la atención, pérdida de la eficiencia en actos mas o menos complejos, disartria y dificultad para mantener la postura.
3° Periodo: Alcoholemia 1.50 a 2.50 gr/l. Hay una mayor excitación, confusión, vértigos, agresividad, alteraciones de la sensopercepción, incoordinación muscular, perdida del juicio critico.
4° Periodo: Alcoholemia 2.50 a 3.50 gr/l. Estupor y coma. En general hay apatía, falta de respuesta a estímulos, marcada incoordinación muscular, relajación de los esfínteres. Somnolencia o estupor hasta llegar al coma con abolición de los reflejos e hipotermia. Con niveles superiores de alcoholemia sobreviene la muerte por parálisis respiratoria.
Embriaguez patológica
Se da este nombre a un cuadro caracterizado por una conducta violenta, de gran agresividad, que dura varias horas y por lo general con niveles de alcoholemia bajos. La crisis termina en un sueño profundo o estupor y con amnesia de lo ocurrido.
Se lo ha interpretado como un cuadro de epilepsia temporal. Esta circunstancia es muy importante desde el punto de vista medico legal.
Tratamiento
En el tratamiento de la intoxicación aguda se requieren medidas de soporte fundamentalmente hidratación parenteral con soluciones glucosadas, por la acentuada hipoglucemia que sufren estos pacientes; asistencia respiratoria si es necesario. En cuanto a la descontaminación con lavado gástrico, no tiene indicación después de la hora de ingerido el tóxico, por su rápida absorción, salvo cuando hubiera otras sustancias en juego como pueden ser los psicofármacos. Para acelerar la eliminación del tóxico en casos de niveles de alcoholemia puede ser útil el uso de hemodiálisis.
No hay antídotos específicos y el uso de la naloxona es cuestionable, estando proscriptos los analépticos.
Siempre debe evaluarse la existencia de un traumatismo de cráneo, frecuente en estos pacientes, así como el riesgo de broncoaspiración, dos hechos que pueden complicar la evolución de la intoxicación alcohólica aguda.
Intoxicación cronica
Enfermedad alcohólica
El consumo crónico de bebidas alcohólicas cursa con una serie de alteraciones psicofísicas, con un progresivo deterioro que se extiende a todos los aspectos de la vida del alcohólico.
La dependencia al alcohol se va desarrollando en distintas etapas evolutivas presentando la enfermedad alcohólica una historia natural que Jellinek divide en 4 etapas:
Etapa prealcohólica:
En general la mayor parte de los bebedores sociales o habituales se insertan en esta fase y en la cual pueden permanecer toda la vida.
Se ingiere alcohol en actividades sociales, con cierta habitualidad y la ingestión de etanol provoca una disminución de las tensiones, le provoca “alivio”, motivo por el cual busca con pretextos variados el contacto con el alcohol. En esta etapa aparece una cierta tolerancia o adaptación, necesitando dosis mayores para obtener el mismo efecto. El paciente no es consciente de su problema, aso como tampoco el grupo que lo rodea, que no lo considera un alcohólico, ya que no perturba las pautas socioculturales del grupo. Dura aproximadamente entre 5 y 10 años.
Etapa Prodrómica:
El pasaje de la etapa anterior a esta se marca claramente por la aparición de un síntoma característico que es la laguna mental o amnesia lacunar, que se presenta después de un cuadro de embriaguez leve.
El individuo comienza a presentar los primeros síntomas de esclavitud al alcohol, la preocupación por beber comienza a ser central en su vida, no puede faltarle su bebida preferida, busca mayores ocasiones para beber y lo hace a escondidas. Comienzan las justificaciones de su proceder, las mentiras, con un gran esfuerzo por ocultar su adicción al alcohol.
Tiene problemas en el hogar, las relaciones con su pareja son conflictivas y en su trabajo, el rendimiento disminuye, se aleja de sus amigos habituales para unirse al nuevo circulo de bebedores.
Tanto en el medio familiar como en el laboral sus amigos empiezan a ver su problema, se lo manifiestan, pero el paciente lo niega. Es prácticamente imposible el abordaje terapéutico.
Etapa básica o crucial:
El cuadro se caracteriza por la marcada adicción al alcohol, comienza con el trago matutino, es incapaz de detenerse y abstenerse, se encuentra esclavo de su habito. La megalomanía, el delirio celotípico, la agresividad, el resentimiento son características de esta etapa en la cual el paciente necesita ser hospitalizado por alguna de las complicaciones clínicas o psiquiátricas de su enfermedad.
Es recién en esta fase donde por lo general el paciente es permeable al tratamiento, buscando ayuda, siendo importante canalizar adecuadamente esta necesidad a través de la consulta médica especializada o de los grupos de autoayuda como Alcohólicos Anónimos.
Etapa cronica o final:
Esta etapa está caracterizada por el derrumbe total del paciente. Presenta embriaguez matutina con disminución de la tolerancia, temblor, alteración de las facultades mentales, labilidad emocional, con un grave deterioro físico, psíquico y moral.
Aspectos clínicos del alcoholismo crónico
Ha sido demostrado claramente que el abuso del alcohol cursa con una serie de alteraciones orgánicas que abarcan desde el hígado, tubo digestivo, páncreas, sistema hematopoyético, pasando por el sistema nervioso central, alteraciones nutricionales, inmunológicas y las frecuentes infecciones a las que se ven expuestos
Complicaciones:
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Hepatopatía alcohólica Esteatosis
Hepatitis alcohólica
Cirrosis
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Esófago Esofagitis
Carcinoma esofágico
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Estomago Gastritis aguda erosiva
Hemorragia digestiva
Ulcera péptica
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Intestino Diarrea
Mala absorción de Vit. B12, Ac. Fólico,
Tiamina y Vit. A
Malnutrición proteica
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Músculo esquelético Miopatía alcohólica aguda
Miopatía alcohólica cronica
Miocardiopatía alcohólica
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Páncreas Pancreatitis aguda necrotizante
Pancreatitis calcificante
Insuficiencia exócrina pancreática
Alcohol y Sistema nervioso
Síndrome de abstinencia
La presentación de este cuadro no es constante, ya que algunos pacientes permanecen asintomáticos. Se caracteriza por la presencia de temblor que aparece después de las 6 a 8 horas de la supresión de la ingesta alcohólica, alcanzando su mayor exteriorización, alrededor de las 72 horas y puede durar hasta una semana.
El cuadro clínico se caracteriza con temblor, agitación, alteración del sueño, insomnio, nauseas, vómitos, cefaleas, vasodilatación periférica y diaforesis. En general remite sin mayor inconveniente con diazepóxido o haloperidol.
Puede aparecer al final de una embriaguez prolongada, aunque es más propio que ocurra en pacientes bebedores habituales que interrumpen de forma relativa o absoluta la ingestión de alcohol.
Alusinosis alcohólica
Las más comunes consisten en ver objetos familiares distorsionados o que adoptan formas irreales, o también interpretar equivocadamente sonidos o sombras. Sin embargo, pueden existir verdaderas alucinaciones, siendo las visuales las más comunes. Estas alucinaciones reflejan cualquier aspecto de la experiencia visual normal.
También pueden darse alucinaciones auditivas, generalmente voces y otros fenómenos auditivos, como sonidos motores, timbres, música, ladridos, etc. Las voces suelen atribuirlas a familiares, amigos, vecinos, etc., y en la mayoría de los casos son amenazantes, perversas, acusadoras, con lo que provocan en el paciente un profundo malestar que le impulsa a realizar actos como pedir protección o intentar e suicidio.
Las alucinaciones pueden ser intermitentes o continuas. Su duración es muy variable, pudiendo persistir varios días y, excepcionalmente, semanas.
Crisis convulsivas
Las convulsiones ocurren entre la 7 y las 48 horas de abstinencia. Las formas tonicoclónicas no se acompañan siempre de perdida de la conciencia. Solo e 3% de los alcohólicos puede desarrollar una verdadera epilepsia y más del 50% solo presentan una sola convulsión. El cuadro convulsivo puede evolucionar al delirium tremens. Debe descartarse la hipomagnesemia como causa de las convulsiones.
El electroencefalograma tiene características propias de la actividad epiléptica. Como tratamiento de esta epilepsia alcohólica, además de los anticonvulsivantes debe procurarse una abstinencia definitiva luego de una cura de desintoxicación.
Delirium tremens
Es el más severo de los cuadros de abstinencia y aparece por lo general entre el 3° y el 5° día de abstinencia, aunque puede presentarse hasta una semana después y se asocia en un tercio de los pacientes con convulsiones. El paciente se presenta sumamente confuso, alucinado, hiperactivo, agitado y desorientado; está febril, con vasodilatación periférica, sudoroso, taquicárdico y con midriasis. Este cuadro es una verdadera emergencia medica, con una mortalidad del 10%.
El tratamiento del síndrome de abstinencia se basa en el uso de clordiazepóxido cada 2 o 3 horas con un total de 50 a 200 mg en las 24 horas de acuerdo a la severidad del cuadro. Las alucinaciones responden bien al haloperidol en una dosis de 5 a 10 mg. Las convulsiones deben ser tratadas con diazepan en las dosis habituales.
En el delirium tremens debe efectuarse una correcta hidratación y mantener un correcto balance hidroelectrolítico. Siendo útil el uso del diazepóxido en una dosis de 10 mg repitiendo 5 mg cada 15 minutos hasta calmar al paciente. Si las alucinaciones son severas responden mejor al haloperidol.
Síndrome de Wernicke-Korsakoff
Se acepta que ambas entidades son fases de una misma enfermedad, siendo su etiología un déficit severo de tiamina, que ocasiona una alteración del metabolismo de las neuromembranas. El síndrome de Wernicke representa la fase aguda de la enfermedad con la característica de confusión mental, ataxia y oftalmoplejía, presentándose asociada, con gran frecuencia, polineuropatía periférica. La respuesta a la tiamina es generalmente espectacular.
La psicosis de Korsakoff se caracteriza fundamentalmente por un trastorno de la memoria con una amnesia anterógrada y retrógrada con fabulación compensatoria y una disminución de la actividad psíquica, así siempre acompañada de polineuropatías. El pronostico no es tan bueno y un cuarto de los pacientes debe permanecer institucionalizados.
Demencia alcohólica
Sigue siendo un tema de debate la existencia o no de dementización alcohólica. Estudios tomográficos demuestran una frecuencia mayor de atrofia cortical. Los pacientes se presentan con una capacidad intelectual disminuida, con alteraciones de la memoria, desorientados, con perturbaciones del juicio y de la conducta en las formas más severa. Este cuadro es de mal pronostico y de escasa respuesta terapéutica.
Polineuritis alcohólica
La polineuropatía es una de las complicaciones nutricionales mas frecuente y se debe a una deficiencia de vitaminas del complejo B fundamentalmente tiamina y piroxina. Se caracteriza por comenzar distalmente con una debilidad progresiva, insidiosa y lentamente progresiva. Las parestesias se presentan en guante y calcetín y van desde simples hormigueos a dolores urgentes intolerables.
El proceso es una axonopatía distal, histológicamente, se observa una degeneración no inflamatoria que afecta a las vainas de mielina y los cílindroejes, siendo más intenso el compromiso distal.
Las pruebas electrofisiológicas pueden ser de utilidad, sobre todo en los casos subclínicos. El elctromiograma puede mostrar signos de denervación.
El tratamiento de basa en el suplemento de vitaminas del complejo B, abstención y mejoría del estado nutricional general.
Síndrome alcohólico fetal
Esta caracterizado por un retardo en el desarrollo intrauterino, disfunción psicomotora y anormalidades cráneofaciales.
El retardo en el crecimiento intrauterino es el fenómeno más constante de observar en la exposición prenatal al alcohol, con una marcada deficiencia en el peso y en el tamaño. Las alteraciones psicomotoras se manifiestan por una irritabilidad, inquietud, atención discontinua y perturbaciones del lenguaje. Las anormalidades cráneofaciales incluyen alteraciones de las hendiduras palpebrales, que son cortas, el labio superior es hipoplásico y hay disminución o falta de philum. Puede haber otras malformaciones que incluyen defectos cardíacos y esqueléticos.
Tratamiento
La terapéutica del enfermo alcohólico debe ser abordada por un equipo multidisciplinario que incluyan médicos clínicos, psiquiatras, toxicólogos, psicólogos, asistentes sociales, sociólogos y grupos de autoayuda como Alcohólicos Anónimos.
La desintoxicación y deshabituación pueden requerir internación o un control muy estricto siendo útiles para prevenir el síndrome de abstinencia el apoyo farmacológico.
Las terapéuticas aversivas con el disulfiran o cianamida cálcica parecen ya superadas pero podrían tener aun indicación en casos muy especiales.
Etiología
El alcoholismo es un tipo de drogadependencia.
Hay dos tipos de dependencias en esta adicción: la fisica y la psicológica. La dependencia fisica se revela por si misma cuando se interrumpe la ingesta de alcohol, con síntomas muy claros como la tolerancia, cada vez mayor, al alcohol y enfermedades asociadas al consumo.
El efecto directo del alcohol en el sistema nervioso es la depresión, como resultado de la disminución de la actividad, la ansiedad, tensión e inhibiciones. Incluso un pequeño nivel de alcohol dentro del cuerpo enlentece las reacciones. La concentración y el juicio comienzan a empeorar. En cantidades excesivas, el alcohol produce una intoxicación y envenenamiento.
El alcohol también afecta a otros sistemas corporales. Puede aparecer una irritación del tracto gastrointestinal, con erosiones en las paredes del estomago debida a nauseas y vómitos. Las vitaminas no se absorben bien. También ocasiona problemas en el hígado (cirrosis hepática).
El sistema cardiovascular se ve afectado por cardiopatías. También puede aparecer una alteración sexual causando una disfunción en la erección del pene en el hombre y una desaparición de la menstruación en la mujer. El consumo de alcohol durante el embarazo puede causar problemas en el desarrollo del feto, produciendo el llamado síndrome fetal alcohólico.
El desarrollo de la dependencia del alcohol puede ocurrir entre los 5 y los 25 años siguiendo una progresión. Primero se desarrolla la tolerancia alcohol. Esto ocurre en personas que son capaces de consumir una gran cantidad de alcohol antes de que se noten los efectos adversos.
Después de la tolerancia aparecerán los lapsus de memoria. Mas tarde aparece la falta de control de beber y la persona afectada no puede esperar a beber tan solo cuando le apetece.
Factores asociados al alcoholismo
No hay una causa definida del alcoholismo pero hay factores que pueden jugar un papel en su desarrollo. Es más probable el desencadenamiento de un alcoholismo en las personas con algún familiar alcohólico que otras que no lo tienen.
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Factores psicológicos: la necesidad de consuelo para la ansiedad, conflictos en las relaciones personales, baja estima personal, etc.
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Factores sociales: Determinados ambientes favorecen mas que otros el consumo de alcohol. En ciertas regiones, “salir de vinos” es la actividad social diaria más realizada. Lo mismo cabe decir de las “fiestas para adolescentes” en las que se favorece y premia el consumo de alcohol.
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Factores educativos y familiares: Los hábitos de los padres influyen sobre los hijos. Si estos crecen en un ambiente donde el alcohol es celebrado como algo que se relaciona con la fiesta, el bienestar y la euforia, al tiempo que se reduce el miedo y la ansiedad, el caldo de cultivo esta preparado.
El hígado humano tiene capacidad para eliminar entre 80 y 120 gr de alcohol al día, en los varones, y unos 50 a 60 en las mujeres. Un litro de vino de 11 grados, contiene 88 gr de alcohol. El alcoholismo depende de la cantidad de alcohol ingerido al día (el limite alto sería de 120 gr), pero también de que el consumo de alcohol produzca perturbaciones en el comportamiento, en la salud fisica y mental, en las relaciones interpersonales, en el adecuado funcionamiento social y económico.
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Factores genéticos; Algunos tipos de alcoholismo son debidos a una predisposición genética. Uno de los receptores ( D2 ) del neurotransmisor cerebral dopamina existe en menor cantidad en personas con tendencia al alcoholismo y a conductas adictivas en general. El receptor D2 se relaciona con sensaciones de placer y gratificación. La tendencia de las adicciones químicas (drogas) y la tendencia a los comportamientos de compensación (ludopatía, compras compulsivas, adicción al sexo, etc.) significaría una especie de resarcimiento. La cantidad de receptores D2 presentes en el cerebro depende de un gen concreto, una de cuyas formas determina pocos receptores D2 y mayor proclividad a los trastornos por habituación a sustancias, o a déficit de control de los impulsos.
La heredabilidad del alcoholismo queda refrendada por la tendencia a sufrirlo con mayor asiduidad en personas con familiares de primer grado alcohólico. Dicha propensión es de 3 a 4 veces mayor que en la población general.
Hoy en día se sospecha de una personalidad adictiva, la cual se presentaría en personas con bajo nivel de receptores D2 para la dopamina, las cuales caerían fácilmente “enganchadas” en consumos de sustancias placenteras (alcohol, cocaína, nicotina...) o en conductas impulsivas (juego patológico, comer compulsivamente, compras innecesarias, etc. ).
Síntomas
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Tolerancia de los efectos del alcohol.
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Necesidad diaria o frecuente de alcohol para su función diaria.
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Perdida de control con incapacidad de interrumpir o reducir el consumo de alcohol.
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Bebedor solitario.
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Dar excusas para beber.
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Episodios de perdida de memoria asociados al consumo de alcohol (ausencias negras).
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Episodios de violencia asociados al consumo de alcohol.
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Deterioro en las relaciones sociales y familiares y en la responsabilidad laboral.
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Ausentismo laboral.
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Inexplicable mal genio.
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Conducta que tiende a esconder el alcoholismo.
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Hostilidad al hablar de la bebida.
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Negar la apariencia fisica.
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Negarse a la ingesta de alimentos.
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Nauseas.
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Vómitos.
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Vacilación por las mañanas.
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Dolor abdominal.
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Calambres.
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Entorpecimiento y temblores.
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Enrojecimiento y capilares de la cara dilatados (especialmente en la nariz).
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Confusión.
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Temblores e incontroladas sacudidas del cuerpo.
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Cansancio y agitación.
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Insomnio.
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Pérdida de apetito e intolerancia a toda la comida.
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Confusión.
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Alucinaciones.
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Taquicardia.
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Sudores.
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Convulsiones.
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Problemas en la lengua.
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Lacrimeo.
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Desvanecimiento.
La mujer y el alcohol
En una sociedad donde aumenta la participación de la mujer en el consumo de alcohol es muy importante destacar algunas particularidades del beber femenino. En primer lugar, debe tenerse en cuenta que la capacidad de la mujer para metabolizar etanol es menor que la del varón. Esto en relación al promedio de peso corporal de cada sexo, que a su vez se relaciona con el tamaño del hígado. Por eso suele decirse que el efecto de un trago en la mujer es igual al efecto de dos tragos en el varón.
En la mujer, también es más rápido el curso completo de la enfermedad alcohólica. Además es motivo de preocupación creciente el llamado síndrome fetal alcohólico o embriopatía fetal alcohólica. Este síndrome es un daño muy particular que presentan los hijos de las mujeres que beben copiosamente. El daño consiste en un desarrollo físico y mental inferior al normal acompañado de estigmas en la cara y el cráneo, efectos que son irreparables.
Al ser mayor el número de mujeres consumidoras de alcohol, es también alto el número de niños nacidos con síndrome fetal. Algunas investigaciones plantean que bastarían una sola ingesta muy alta de alcohol en el período de gastrulación del huevo para que se produzca el síndrome fetal.
Los jóvenes y el alcohol
En los países tradicionalmente productores de vino esta bebida tenía un uso dietético y solía acompañar las comidas principales. También se bebía en reuniones sociales y en casas de familiares, oportunidades en que los jóvenes en companía de sus mayores se iniciaban en el uso del alcohol en dosis controladas. En otros países las bebidas alcohólicas se consumían en reuniones sociales, por lo general de personal adultas, siendo generalizado el empleo de bebidas destiladas.
En la década del '60 se produjo un cambio sustancial con la aparición de una intensa y hábil promoción de la cerveza, campaña que se dirigió sobre todo a los jóvenes. Se usaron principalmente imágenes de alegría, deportes y juventud, que promocionaban la cerveza como una bebida “casi” sin alcohol. El éxito fue notable y el consumo de esta bebida creció en forma espectacular, entre un 400 a 500% en el mundo.
Muchos jóvenes iniciaron así su consumo de alcohol. La aparición de envases metálicos desechables facilitó su difusión universal, provocando que ante la falta de tolerancia de los jóvenes frente a cantidades relativamente bajas de etanol se produjera un aumento de la imprudencia y una disminución de la capacidad refleja, lo que facilitó accidentes de todo tipo.
La facilidad de este consumo, su bajo precio, frescura y hábil promoción hace que muchos jóvenes beban dos o tres latas en relativamente poco tiempo, lo que ocasiona en ellos una discreta embriaguez, lo cual ha llevado a un aumento alarmante de los accidentes en todo el mundo.
También crece la asociación de alcohol y drogas ilegales, sobre todo cocaína, lo que hace aún más complejo el manejo de un problema que se está transformando en un gravísimo desafío a la salud publica a las puertas del siglo XXI.
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Enviado por: | Osvaldo Rosetti |
Idioma: | castellano |
País: | España |