Arte


Alberto Durero


Índice

Página

Descripción -----------------------------------------------------------------------------2 - 3

Autor------------------------------------------------------------------------------------- 4

Estilo-------------------------------------------------------------------------------------5 - 6

Época------------------------------------------------------------------------------------- 7

Valoración personal--------------------------------------------------------------------8 - 9

Bibliografía------------------------------------------------------------------------------ 10

Descripción

El autorretrato de Durero, realizado a la edad de veintisiete años (Durero cuenta con mas autorretratos de otras épocas de su vida), es un arquetipo del retrato renacentista.

En este cuadro Durero nos muestra media figura (aproximadamente ¾) ligeramente ladeada y apoyando uno de sus brazos (el izquierdo) sobre una superficie plana, pudiendo presuponer que es una mesa, en una postura distendida y a la vez formal.

La figura se recorta sobre un fondo arquitectónico liso y más bien oscuro que se abre a un paisaje muy convencional (gran detallismo en las formas, predominio de los colores tierra, el cielo de color azul intenso que se va oscureciendo con una ligera presencia de nubes), por una ventana situada en el lado derecho.

La figura de Durero resalta en contraste con la oscuridad del fondo, sólo salvaguardado por el foco de luz que nos deja vislumbrar los escasos elementos arquitectónicos. Podemos observar una ligera degradación en los colores: Partiendo del color blanco en los ropajes, pasando por el gris con remates negros, hacia un marrón con pliegues rotundos (consiguiendo este efecto gracias al juego con las sombra) hasta llegar a la negrura del fondo.

En una imagen que podemos presuponer fidedigna (así lo hizo constar en la inscripción que existe en la parte inferior de la ventana) se nos muestra un Durero con vigor juvenil, elegantemente vestido (con capa y guantes), con una mirada melancólica e interrogante a la vez; gran delicadeza en las formas; minuciosidad tanto en los ropajes (en la camisa interior, en los guantes donde podemos observar las costuras, el sombrero), como en los rasgos personales (el pelo rizado, los ojos, los labios).

Cabe destacar que al tratarse de un autorretrato, el autor se retrata tal y como se ve en ese momento. No se siente condicionado, pues él es su propio cliente. Al autor le interesa tratar la realidad tal y como él se ve.

Su localización en el Museo del Prado es la siguiente:

  • Se encuentra en la planta baja, en la sala LIV que pertenece a la Escuela Alemana.

  • A su izquierda se encuentra Adán (1507) y a su derecha Eva (1507) del miso autor.

  • En esta sala también se encuentran otros autores como Lucas Cranach, Hang Baldung Grien y Cristoph Amberguer.

  • Las salas que le rodean son la LV, LV A, LV B y LVI(55,56).

  • Como curiosidad se puede destacar que este cuadro antes de pertenecer al Museo del Prado, perteneció al Rey Carlos I de Inglaterra.

Autor

Alberto Durero o Albrecht Dürer (1471-1528) es un pintor y grabador Alemán. Hijo de orfebre Húngaro, establecido en Nuremberg, Durero abandonó pronto el aprendizaje del arte de su padre, se ejercitó en el dibujo, la pintura y el grabado en el taller del pintor M.Wolgemut. Completó su formación en los numerosos viajes realizados por Suiza, Alsacia y Lorena durante los años 1490 y 1494 y en los viajes posteriores y sucesivos a Italia entre 1494 y 1505, los cuales le dieron la oportunidad de conocer íntegramente las obras del Renacimiento Italiano. Entre estas fechas hay que intercalar su boda en 1494 que fue una boda poco feliz.

Pintor importante por sus trascendencias en los pintores que años más tarde se verían influenciados por él.

Su obra pictórica y sus grabados (repartidos por todo el mundo) son una muestra palpable de la evolución de Durero en todos los campos (tanto en lo profesional como en lo personal).

Estilo

Para hablar del estilo de Durero, hay que referirse a dos teorías: una, la que le considera el máximo representante del Renacimiento Alemán, y la otra, que le considera como a la culminación del Gótico y una introducción en el Renacimiento, es decir, como figura de transición. Para no decantarnos por ninguna teoría, estudiaremos su estilo siguiendo su producción pictórica y de grabados y así, a la vez, seguiremos su evolución.

Me veo obligado a hacer una clara diferencia entre grabado y pintura:

Mientras sus grabados siguen con la tradición gótica que se observa en la búsqueda de la expresividad, los detalles pintorescos, en como se forman los contornos, modelando por medio de gruesos rayados y con una intensidad dramática propia del mundo Germánico. Entre los grabados más famosos destacamos: El Caballero y la Muerte, La Melancolía, San Jerónimo o Escenas de Pasión, Jesús entre los Doctores... ; en algunos grabados observamos unos cambios debidos en su mayoría a los viajes realizados a Italia como que introducía cuerpos conmovedores, de un sentimiento pagano que acercaba a estos la dulzura Veneciana.

A la vez, su pintura sigue una pequeña evolución debido a cómo se realizó su formación: viajando. En un principio nos encontramos una pintura con claras características pervivientes del Gótico. Tras sus viajes por Flandes e Italia comenzarán a desarrollarse en él características renacentistas como una atención a la naturaleza, la mirada preocupante e interrogante que nos muestra en sus autorretratos, el idealismo, el sentimiento (que aparece de repente en la figura de Adán y Eva que revelan una manifiesta ingenuidad ante la belleza del cuerpo humano), el paganismo (que no se volverá a repetir), colores esmaltados, predominio del dibujo sobre el color, una pincelada angulosa. Mas tarde al pintar “Los Cuatro Apóstoles” renuncia a algunas características anteriormente dichas por figuras grandes, monumentales, y fuertes que nos recuerdan a las estatuas clásicas. Cierto es que llegó a un clasicismo puramente renacentista con mucho naturalismo. Cabe destacar que Durero realizó todos su cuadros sobre lienzo, con un gran dominio de la técnica, una gran paleta de colores, mediante composiciones simples, serenas, equilibradas... todo esto típico del renacimiento.

Lo anteriormente dicho nos hace de Durero un personaje difícil de encasillar en un estilo concreto.

Durero es un hombre inquieto, incansable, curioso y tremendamente enamorado del arte Italiano.

Como observación, se destacan sus numerosos tratados sobre las proporciones humanas, en donde expone sus teorías para conseguir este equilibrio.

Época

Durero es un autor que a pesar de tener una pintura con unas características propias a las que se le pueden atribuir muchas influencias, le podemos enmarcar dentro del movimiento renacentista.

El Renacimiento surge en Italia en el siglo XV, que es la era de los descubrimientos geográficos, las conquistas, el principio de la pérdida de poder de la Iglesia y la aparición de los nacionalismos.

Es un movimiento que rige culto a la antigüedad y a los autores clásicos. La verdad es que el Renacimiento es un movimiento puramente Italiano y nos es muy difícil hablar de un Renacimiento puro fuera de aquí. En países como Alemania (de donde procede Durero), los Países Bajos y otros Europeos, el Renacimiento no marcará excesivamente los cánones a seguir; cierto es que fue en la pintura donde las directrices fueron más seguidas.

Siempre se ha dicho que el arte es el mejor reflejo de la situación tanto política como económica, social y religiosa de un país, y hay que reseñar que en Alemania en estos momentos se vive un periodo de cierta incertidumbre e inquietud debido a los problemas políticos y religiosos que están comenzando a amenazarla.

Estos problemas se ven reflejados en todo el arte, destacando sobre todo la pintura, pues no obstante y junto a la escultura son estas las que permiten expresar mejor los sentimientos del artista.

Durero será una clara muestra de esto último.

El Renacimiento vivirá su apogeo en la segunda fase (siglo XVI) en donde Roma sería la capital de producción y se volverían a revivir a los grandes autores, y su decadencia comenzaría en la segunda mitad del siglo XVII, en donde se cayó en una estética formalista y que dejaría paso al Barroco.

Valoración Personal

El porqué he elegido este cuadro y no otro, no es difícil de explicar. En realidad, yo no tenía muy claro sobre que obra iba a hacer el trabajo (a decir verdad, no lo iba a hacer por falta de tiempo y de ganas. Sinceridad ante todo). El motivo de mi elección sobre el Autorretrato de Durero, fue que fui al museo con unos compañeros por si acaso, y en una de las últimas salas que vimos, vi este gracioso cuadro que me recordaba mucho a Emilio José; así que me decidí a hacerlo y aquí esta el resultado.

Durero es un personaje pragmático e irritante, y esto lo refleja a la perfección en sus autorretratos (pues se hizo varios en su vida)

Lo que más le puede llamar la atención a alguien de este cuadro es su pose, su cara y sobre todo su mirada (vamos, clavadito a Emilio). Una mirada que hace que te preguntes que es lo que estaría pensando, cuales serian sus preocupaciones, sus angustias, sus alegrías... Con esa mirada y pose, logra transmitir todo su carácter y personalidad. A pesar de sus atuendos (vestimentas que nos indican claramente su pertenencia a una clase elevada dentro de la sociedad de la época), su mirada nos revela a un personaje preocupado por lo que sucede a su alrededor.

Tengo que admitir que la figura de Durero me provoca bastante alegría. Creo que con el trabajo que me ha tocado hacer, he aprendido a admirarle (quizás mas de lo normal). Observé su dominio del pincel (su dibujo es preciso, elegante, notable, puro), con los colores es donde consigue gran precisión, blandura en las figuras, en sus paisajes a los que consigue darles una nota peculiar que los hace ser únicos (dentro, claro esta de su propio estilo) y sus formas tratadas magistralmente gracias a su pincel y los colores.

Todo ello nos lleva a concluir que Durero es un gran autor, quizás su problema es que se encontraba en una época equivocada (pues se estaba “enamorando” del arte Italiano y de su cultura) aunque quien sabe si en otro lugar y otra época su figura habría resaltado tanto.

Me gustaría resaltar que, a mi modo de ver, Durero esta poco revalorizado dentro de su época debido a los grandes autores Italianos con los que convivió. Cierto es que en su país es una de las mayores figuras de la pintura, junto a otros autores de menor relevancia, pero importantes dentro de Alemania por su trascendencia en las épocas posteriores.

Para acabar con Durero y su Autorretrato, tengo que decir solamente que espero que sea un autor que no caiga en el olvido y que se le valore como es: un gran autor del Renacimiento que supo armonizar la proporción, la serenidad, el equilibrio Renacentista con los temores y las inquietudes Germanas (conclusión de la enciclopedia Artel).

Bibliografía

Los libros utilizados para realizar este trabajo han sido:

El arte del Renacimiento.

Editorial Akal

Diccionario enciclopédico Salvat.

Historia del arte.

Editorial Anaya

Los Museos del Mundo.

De Salvat

Enciclopedia Artel.

Enciclopedia Interactiva Encarta '99.

Diversas páginas de Internet.

2




Descargar
Enviado por:Mugnecor
Idioma: castellano
País: España

Te va a interesar