Ingeniero Agrónomo


Agronomía


TEMA 1.- MORFOLOGÍA Y FISIOLOGÍA.

1.- Constitución del árbol.

El árbol está constituido por tres partes:

1.- PARTE SUBTERRÁNEA: Constituida por el conjunto de sus raíces (sistema radicular). Su forma varía según el origen de la planta:

a.- Pivotante: Raíz única vertical de la que salen las secundarias, terciarias... (la cabellera radicular constituye la zona de absorción). Este tipo se da cuando la planta procede de semilla.

b.- Fasciculadas: Desde el principio aparecen varias raices. Se da cuando la planta procede de reproducción vegetativa.

Las funciones que desempeñan las raíces son:

a.- Mecánica: Anclaje y sujeción del árbol al suelo.

b.- Fisiológicas: Absorción del agua y de los nutrientes, translocación a la parte aérea de los nutrientes y almacenamiento de reservas en sus tejidos.

c.- Biológicas: Respiración y crecimiento (longitudinal a partir del extremo, ramificado por multiplicación de las raíces laterales y en grosor).

Hay una serie de factores que influyen en el desarrollo y crecimiento de las raíces:

  • Características genéticas y botánicas de la especie.

  • Interrelación con el desarrollo de la parte aérea.

  • Una serie de condicionantes relacionados con el suelo: Aireación y contenido en oxígeno, temperatura, humedad, contenido en nutrientes, estructura y textura.

2.- CUELLO DE LA PLANTA: Está constituido por los primeros 15-20 cm aéreos de la planta. Es la parte más sensible a las bajas temperaturas y la que más tarda en adquirir la resistencia a éstas. Por ello, es frecuente realizar el aporcado con tierra para protegerlo.

3.- PARTE AÉREA: En ella se pueden diferenciar el esqueleto y la copa.

a.- Esqueleto: Conjunto de elementos más lignificados cuyas funciones son la sujeción de la copa, servir como aparato de reserva e intervenir en la translocación de sustancias. Está constituido por:

1.- Tronco: Elemento axial del esqueleto, generalmente derecho y vertical. Procede de la yema en casos de reproducción vegetativa o de la evolución del primer brote formado del meristemo de la semilla. En árboles de solo un año es un simple ramo, mientras que en árboles de mayor edad está formado por varios segmentos.

2.- Ramas: Elementos axiales de dos o más años de edad insertos directamente en el tronco o sobre otras ramas. Provienen del engrosamiento y lignificación de los ramos.

b.- Copa: Presenta distintas formas (en las que influyen el laboreo y la propia edad del árbol) y en ella se encuentran los elementos más activos (brotes, hojas, yemas...). A partir de las yemas se da el desarrollo de la parte aérea.

2.- Estudio de las yemas.

Las yemas son pequeños núcleos meristemáticos con envoltura protectora (borra, escamas, brácteas). Determinan el crecimiento y formación del árbol.

Según su posición, las yemas se clasifican en:

1.- Terminales o apicales: Ocupan el extremo del brote o ramo.

2.- Laterales: A lo largo de los brotes, ocupan la axila de una hoja.

3.- Estipulares o de reemplazo: Al lado de la principal. Sirven de sustitución en caso de accidentes.

4.- Basales: En la base del brote o tallo.

Según su evolución, las yemas pueden ser:

1.- Normales: Se forman un año y brotan al siguiente.

2.- Latentes: Su desarrollo queda inhibido por circunstancias anómalas (accidentes, poda fuerte...). Se encostran en la madera.

3.- Adventicias: Se forman espontáneamente en la madera vieja a partir de los meristemos secundarios y brotan al año siguiente.

4.- Prontas o anticipadas: Se desarrollan el mismo año de su formación (como por ejemplo en la vid).

Según su estructura o naturaleza, las yemas se clasifican en:

1.- Vegetativas o de madera: Dan lugar a un brote.

2.- Fructíferas o de flor: Dan lugar a flores o inflorescencias.

3.- Mixtas: Dan brotes y flores.

3.- Formación del árbol.

Las yemas se forman un año y quedan latentes hasta el año siguiente, consiguiendo acumular unas horas de frío. Más tarde, cuando aumentan las temperaturas, las yemas empiezan a engrosar, se abren las brácteas y se produce el desborre (primer síntoma de actividad). El cono vegetativo se elonga apareciendo un pequeño tallo herbáceo, que seguirá creciendo dando nuevas yemas y hojas, constituyendo un brote. El crecimiento prosigue hasta que bajan las temperaturas y aparece la yema apical. En este momento el brote se lignifica dando lugar al ramo (en este estado pasa todo el reposo invernal). En la siguiente primavera las yemas del ramo evolucionan (salvo las latentes) dando lugar a la rama (sin yemas aparentes). Posteriormente aparecen las ramas secundarias, terciarias... El crecimiento en grosor tiene lugar a partir del cambium. Posteriormente algunas de las yemas pasan a ser de flor o mixtas.

4.- Tipos de brotes y formaciones.

a.- Formaciones vegetativas: Están constituidas únicamente por yemas de madera. Dentro de ellas hay:

1.- Ramo normal o de madera: Es la formación típica de la variedad considerada. Es típico de especies de pepita.

2.- Chupón: Crecimiento excesivo del ramo de madera (tiene más de 1 cm de grosor).

3.- Brindilla: Formación más corta y flexible de lo normal. Es típico de especies de pepita.

4.- Dardo: Es la formación más corta. Suele ser una yema de madera solamente. Es típico de especies de pepita.

b.- Formaciones fructíferas: Al menos una de las yemas es de flor o mixta. Dentro de ellas hay:

1.- Ramo mixto: Representa el crecimiento típico de la variedad. En él, la yema terminal es de madera y alguna de las laterales es de flor. Es típico de los frutales de hueso.

2.- Brindilla coronada: En ella, la yema terminal es de flor y el resto de madera. Es típica de los frutales de pepita.

3.- Brindilla chifona: En ella, la yema terminal es de madera y las restantes de flor. Es típica de los frutales de hueso.

4.- Dardo coronado: Más corto y con una sola yema, que es de flor. Es típico de los frutales de pepita.

5.- Dardo lamburda: Dardo coronado de dos o más años, con yema terminal de flor. Es típico de los frutales de pepita.

6.- Ramillete de mayo: Es corto, con la yema terminal de madera y las laterales arracimadas de flor. Es típico de los frutales de hueso.

Para diferenciar las yemas de madera (todas lo son el primer año) de las de flor, hay que esperar en teoría a que pase el primer año.

Hay veces que las yemas formadas un año evolucionan durante ese mismo año, dando lugar a yemas prontas, que dan brotes anticipados (nietos) o ramos anticipados cuando lignifiquen.

Otro caso es el de las bolsas, que se dan por acumulación de sustancias de reserva en donde se insertan los pedúnculos de los frutos. Se dan en frutales de pepita (peral) y en ellas se suelen diferenciar las yemas de flor que darán formaciones fructíferas. Puede que en otros años se desarrollen más bolsas dando lugar a un rosario o cadena de bolsas.

Todas estas formaciones (varían según las características genéticas de la variedad) conviene conservarlas en la poda para que den producción.

5.- Las flores.

Por evolución dan lugar a los frutos, además de servir para clasificar muchas variedades. Sus principales funciones son:

1.- De sombreo para evitar quemaduras.

2.- De elaboración y conservación de reservas de hidratos de carbono.

3.- Fotosíntesis para elaborar sustancias de reserva usadas en el desarrollo. En ella se utilizan la energía luminosa y el CO2 y H2O absorbidos (eliminando O2), y se producen sustancias de reserva, que serán utilizadas para producir energía y distintas formas de crecimiento (por la respiración, que funciona al contrario que la fotosíntesis).

4.- Respiración, que eleva la temperatura de la planta.

5.- Transpiración, que enfría el calor producido por la respiración, para lo que debe expulsar H2O de donde sea (si no hay, la toma de las hojas y frutos, pudiéndose marchitar).

6.- Fases anuales del crecimiento del árbol (Fenología).

Estas fases vienen determinadas por la temperatura. En general, los frutales son de zona templada. En ello, cuando llega una temperatura umbral (6-7°C), ya no existe crecimiento aparente y se entra en una fase de reposo invernal (se manifiesta por la caída de las hojas y porque los brotes pasan a ramas), que va desde el Otoño hasta principios de Primavera, aunque varía respecto a zonas y variedades (el almendro reposa menos que, por ejemplo, el manzano). Las temperaturas en el suelo son más elevadas, por lo que a veces el crecimiento radicular no cesa del todo.

En el periodo de actividad se dan los primeros estados fenológicos. Al aumentar las temperaturas, también en el suelo se alcanzan antes, por lo que el crecimiento se reactiva más rápido en la raíz que en la parte aérea.

Además, las yemas deben conseguir unas horas de frío para engrosar y luego dar, por evolución, partes vegetativas de la planta las de madera y flores y frutos las de flor.

7.- Estados fenológicos.

Es el aspecto que presenta el árbol en un momento determinado. Generalmente, el estado depende de las yemas y se pertenece a un estado si el 50% de las yemas de la plantación están en ese estado.

La evolución de las yemas de madera y de flor es diferente (generalmente evolucionan antes las de flor).

El primer síntoma externo de actividad es el desborre. Luego viene el proceso de actividad vegetativa (con el aumento de las temperaturas).

En verano, con temperaturas elevadas, en algunas especies se da la parada estival (aparecen los brotes terminales recubiertos de hojas).

Luego, disminuyen las temperaturas y se da el crecimiento otoñal o rebrote (más corto que el de primavera) hasta que vuelvan a bajar las temperaturas.

Después, se forma la yema terminal, cesa el crecimiento y se empieza a dar la caída de las hojas, antes de la siguiente parada invernal.

El crecimiento radicular empieza 2 o 3 semanas antes y termina 2 o 3 semanas más tarde.

8.- Floración y fructificación. Estados fenológicos de las yemas de flor.

Está articulada en varias fases: primero se produce el desborre y aparecen las puntas de los sépalos (botón verde). Luego empiezan a aparecer pétalos (botón rosa y blanco), sigue creciendo y se abren las flores (floración) dándose luego la polinización y fecundación, lo que implica la caída de pétalos. Luego, cuando el ovario parece un guisante, se da el estado de cuajado (estado de mayor sensibilidad del fruto).

Tras esta fase, se da el proceso de desarrollo y maduración del fruto (de duración muy variable). El fruto engrosa y absorbe agua hasta llegar a la madurez tras cambiar sus características organolépticas (envero o cambio de color de la epidermis). Ese fruto se recoge, se cae o se pudre.

Para representar el estado fenológico se utiliza el siguiente sistema de representación:

Los estados fenológicos se representan por letras y dibujos generales que varían según la especie, usando incluso subíndices (yemas entre dos estados diferentes).

Normalmente, al bajar las temperaturas, las partes del árbol empiezan a madurar y endurecerse. Las yemas, al ir abriendo las brácteas, se hacen mucho más sensibles hasta llegar al cuajado del fruto (la fase más sensible, por lo que es importante saber cuándo se da). Luego, el fruto se va haciendo más resistente.

9.- Fases de la vida de un árbol.

Cada especie tiene una distinta longevidad (número de años que la especie vive por término medio en su medio ecológico natural hasta que se muere por causas naturales hasta que muere por causas múltiples y no por la intervención humana).

A lo largo de su vida, el árbol pasa por las siguientes fases:

1.- Periodo de juventud: Se da desde que se planta hasta que salen las primeras flores. En esta fase el árbol solo crece (no hay floración ni fructificación). Su duración oscila entre los 2 y 7 años.

2.- Periodo de entrada en producción: En este periodo aparecen flores pero prosigue el crecimiento vegetativo. Su duración varía entre 3 y 10 años.

3.- Plena producción: Hay equilibrio entre crecimiento vegetativo y floración. Es el periodo más largo e interesante (interesa que esta fase dure lo más posible).

4.- Envejecimiento: El árbol sigue floreciendo pero no hay renovación de la madera y desciende la fructificación. Si no se realiza ningún tratamiento o mantenimiento por técnicas de cultivo, el árbol pasa a la fase de decrepitud.

5.- Decrepitud: En esta etapa no hay floración y el crecimiento vegetativo es escaso. La copa se hace irregular y se desgaja.

Se pueden tratar las especies para alargar los periodos de producción según las especies.

10.- Floración.

Es una de las fases anuales del árbol. Este periodo es relativamente corto (20-25 años), pero es muy difícil porque las yemas tienen una elevada sensibilidad y el agricultor debe esmerarse en que un porcentaje de flores pasen a fruto.

Pero realmente hay que intervenir el año antes para que existan más yemas de flor. Al principio, cuando se forman las yemas, son todas de madera, pero en un momento dado sufren la inducción floral (cambio fisiológico que se produce en un determinado momento en una yema y que condiciona su evolución a yema de flor) y luego la diferenciación (cambio morfológico) dando lugar a yemas de flor en el siguiente año.

11.- Teoría sobre la formación de las yemas. Epocas de la floración.

Después de la inducción (cambio fisiológico) existe un cambio morfológico (diferenciación, salvo en el avellano), donde se producen esbozos florales. Al principio la diferenciación no es visible hasta el reposo (las yemas de flor son más gruesas).

Estos procesos dependen del clima y de la genética, pero se suelen dar en Junio o Julio del primer año (tras el primer crecimiento vegetativo).

Las diferencias entre las yemas parece ser que se dan por una diferenciación hormonal en las yemas, influida por la presencia de hojas antes de la diferenciación (a mayor número de hojas, mayor inducción). También se ha observado la vecería: la presencia de giberelinas en los frutos (en sus semillas) hace que la inducción y la diferenciación sean menores.

Tras el periodo de juventud, el árbol pasa al estado de entrada en producción (debe haber reservas) donde ya se da la inducción y diferenciación (se debe intervenir en el año anterior y antes de esa fecha). Si hay hidratos de carbono, hay crecimiento pero no hay floración.

Una vez que las yemas se han diferenciado, al año siguiente evolucionan y pasan por los distintos estados fenológicos.

La floración incluye:

1.- Apertura de las flores.

2.- Formación del polen en las anteras.

3.- Polinización (los granos pasan a los estigmas).

4.- Germinación del polen.

5.- Crecimiento del tubo polínico para buscar el polen.

6.- Fecundación (los óvulos dan semillas y el ovario da el fruto).

Pueden existir frutos sin semillas, a los que se llama frutos partenocárpicos (algunas variedades de peral y manzano). Esta partenocarpia no se puede inducir pero sí fomentar (por las bajadas de temperaturas, que matan los embriones). Los frutos partenocárpicos presentan irregularidades y pierden parte de su valor comercial, pero por lo menos ha habido cosecha (por eso, se suelen dar tratamientos con giberelinas o con nitrógeno para obtener este tipo de frutos).

Para que se den la germinación y el crecimiento del tubo polínico (que dura entre 2 y 5 días) las temperaturas deben estar entre 10 y 35°C (el óptimo es de 18°C).

La polinización suele ser entomófila pero también puede ser anemófila (como el avellano). Cuando el polen fecunda sobre el estigma de la misma flor, se produce autogamia (flores hermafroditas). Pero a veces las flores son unisexuales y se produce alogamia (el polen va desde una flor al estigma de otra). Estas flores pueden estar en el mismo árbol o puede haber árboles machos y hembras.

Generalmente hay polinización cruzada (no autopolinización) en la que el polen de una variedad fecunda óvulos de otra variedad (ambas deben ser compatibles o interfértiles entre ellas). Si no son compatibles, al hacer la plantación hay que colocar polinizadores (planta que lleva el polen y puede dar frutos).

Después de la polinización se da la germinación y luego la fecundación. Por último, se da el cuajado de frutos (fase más sensible). Para que todo el proceso se dé es necesario que las temperaturas estén entre 10 y 15°C. Si son más bajas, los insectos no pueden volar, el tubo crece lento y no llega a los óvulos. Si las temperaturas son muy elevadas, el tubo puede crecer mucho y llegar a romperse.

También influye la lluvia, por los fenómenos de arrastre de granos de polen y corrimiento de la flor. Si hay sequía se da el secado de los granos y no se fijan en los estigmas. Si hay viento de más de 10 Km./h los insectos no pueden volar.

12.- Causas de la autoincompatibilidad o esterilidad.

Las principales causas son:

a.- Las variedades nuevas tienen más problemas.

b.- Por causas de la propia planta.

c.- Por causas extrínsecas.

d.- Causas genéticas (las especies con número impar de cromosomas tienen más problemas).

e.- Causas morfológicas (crecimiento lento del tubo, distinta maduración de estilos y estigmas respecto a las anteras, macrostilia o estilo más largo que los estambres...).

f.- Causas fisiológicas.

g.- Causas climáticas (lluvias, vientos...).

h.- Carencias nutricionales (se suele abonar antes de la floración).

i.- Ataques de insectos, efectos fitotóxicos, malas prácticas de cultivo...

Todas estas causas son las que aconsejan el uso de polinizadores (si hay menos de un 10% de autopolinización), que deben ser:

1.- Compatibles con la especie.

2.- Debe coincidir la época de floración.

3.- No debe haber más de 30 metros entre cada árbol.

4.- Hay que introducir por lo menos un 20%.

5.- Hay que introducirlos de tal manera que no impidan las labores de la maquinaria.

6.- Si son comerciales, hay que evitar que coincidan las recolecciones.

También se pueden colocar 2 o 3 colmenas por hectárea para facilitar la polinización (no se deben dar tratamientos en esa época para no matar a las abejas).

A veces, en vez de polinizadores, se injertan ramas de especies que sean interfértiles con la de estudio o se colocan cubos con ramas en flor (4-5 ramas por cubo) de alguna especie compatible.

13.- Desarrollo del fruto.

Va desde la fecundación hasta la madurez (en la que el fruto se cae, se pudre o se recoge). Todo el proceso dura distinto según de la variedad de que se trate.

Tras la fecundación, se dará una multiplicación de las células en el fruto hasta llegar al tamaño definitivo. En el proceso hay una serie de caídas, por lo que la relación floración-cosecha puede ser solo de un 10%.

a.- En la primera etapa se da una elevada multiplicación celular (dura de 10 a 30 días) para adquirir el número de células definitivo (sin aumentar el tamaño).

b.- Luego viene la fase de engrosamiento celular (más larga), en la que se absorbe agua, crece el tamaño y adquiere el peso definitivo. En esta etapa se da el envero (pérdida de clorofila y aparición del color básico de la variedad).

c.- Luego, durante 10 o 30 días, se dan fenómenos internos de maduración, en los que adquiere las características organolépticas típicas de la variedad.

14.- Factores que intervienen en el desarrollo del fruto.

1.- El más importante es la presencia de agua, ya que si falta agua en el suelo durante el proceso de engrosamiento o no se es capaz de absorberla, el fruto se arruga y se puede caer (ya que el árbol toma el agua de los frutos).

2.- Hidratos de carbono sintetizados/acumulados por las hojas: A más hojas, más hidratos de carbono y más frutos. Si hay aclareo, hay que dejar 1 fruto por cada 10-15 hojas en frutos pequeños y 30-60 hojas en frutos grandes.

3.- Elementos nutritivos minerales: El nitrógeno es necesario para el crecimiento y el potasio para la calidad del fruto.

4.- Presencia de semillas: Influye en la formación del fruto ya que si se pierde alguna semilla, se dan formas asimétricas.

5.- La temperatura también interviene. Es importante el contraste entre la temperatura diurna y nocturna en variedades rojizas (si la temperatura por la noche es mucho más baja que la del día, se adquiere el color adecuado).

15.- Caídas de frutos.

Hay tres tipos de caídas, sin contar las provocadas por accidentes (mala utilización de los aperos):

a.- Caída de cuajado: No es una caída de frutos sino de flores mal formadas o no fecundadas. Es muy abundante (puede ser del 80%). Es intrínseca.

b.- Caída de Junio o caída de competencia: Hay competencia entre los crecimientos vegetativos de los distintos frutos y se caen de forma natural los que están en peores condiciones (luego esta caída es beneficiosa).

c.- Caída de madurez: Se da antes de la recolección, luego es perjudicial. Para que el fruto se caiga debe haber una capa de ascisión en el pedúnculo, y en la caída por madurez esta capa se forma antes de la recolección. Se pueden dar tratamientos para evitarlo o recoger los frutos antes de que se produzca este tipo de caída.

16.- Madurez.

Es la fase final. Para que se dé este estado fenológico debe haber unas transformaciones en los componentes del fruto:

1.- Aumento de los azúcares.

2.- Disminución de la acidez.

3.- Aparición de vitaminas y pérdida de almidón.

4.- Incremento de los pigmentos autociánicos.

Existen tres tipos de madurez:

a.- De recolección o comercial: Al final del periodo de engrosamiento el fruto se puede recoger del árbol aunque sus cualidades organolépticas no están bien formadas (las puede adquirir fuera del árbol).

b.- Gustativa: En ella ya adquiere las cualidades organolépticas (depende del consumidor).

c.- Fisiológica: Se refiere más a las semillas que contiene y a cuándo esas semillas son aptas para germinar.

Por todo esto, según el destino del fruto y para planificar la recolección, es importante conocer bien cuando se dan estos estados de madurez y saber el estado que vamos buscando. Para ello existen índices o parámetros de madurez (han de ser objetivos, fácilmente repetitivos, fáciles de manejar y no ser destructivos), que indican el momento en que se encuentra el fruto y la época idónea para su recolección:

1.- Indice de respiración

Pero existen frutos no climatéricos, que no siguen este tipo de gráfica.

Este índice es el más perfecto, pero el agricultor no lo usa (al ser de laboratorio).

2.- Si se hace una recolección antes de tiempo, se pierde peso de la cosecha total y calidad gustativa, pero, como existen azúcares, se conserva mejor porque no le atacan los hongos (al contrario que ocurre si se recoge más tarde). Por eso se usan otros índices:

a.- Color de la epidermis (que cambia por el envero), comparándolo con unas cartas de color que hay. Hay que diferenciar el color básico del de la chapa (parte en la que ha cambiado algo el color básico). Se suelen coger muestras de varias zonas del árbol.

b.- Color de la pulpa, para la que también existen cartas de colores para variedades y zonas climáticas determinadas.

c.- Dureza de la carne: Para el peral y el manzano se usan el penetrómetro y tablas

d.- Tamaño, aunque es poco usado.

e.- Color de las semillas, que se oscurecen al madurar (hay cartas de color).

f.- A medida que el fruto madura, pierde almidón, por lo que es interesante controlarlo.

g.- En frutos con pedúnculo largo se mide la fuerza de tracción al arranque con un dinamómetro.

h.- Porcentaje de azúcares en la vid, obteniendo un poco de zumo.

i.- Porcentaje de aceite en el aguacate.

j.- Unidades de calor o “Días desde la floración plena a la madurez total”. Esto es importante para establecer fechas de recolección (hay ruedas de información). Suele ser fijo para cada variedad en unas condiciones climáticas determinadas.

TEMA 2.- LA ECOLOGÍA DEL ÁRBOL FRUTAL.

La ecología es el medio (suelo, clima...) en el que se va a desarrollar el árbol y que va a condicionar el desarrollo del mismo.

Un árbol en solitario crecerá y producirá, determinando su valor agronómico (capacidad productiva), en función de:

1.- Genética propia (valor germinativo).

2.- Propio estado sanitario.

3.- Medio en el que se cultiva el árbol, ya que con su genética se podrá adaptar a distintas condiciones. Esta capacidad de adaptación (adaptabilidad genética) también es control genético del árbol.

Ahora, si hablamos de una plantación, las características del clima y del suelo condicionan:

1.- Sistema de plantación elegido.

2.- Técnicas de cultivo: Por eso, para cada proyecto es importante el análisis ecológico (clima y suelo) de la zona.

En principio, cada especie está adaptada a unas condiciones óptimas pero, gracias a la agronomía, esas especies pueden ser cultivadas en otras zonas menos óptimas. Pero pueden surgir problemas de adaptación, ya que existen factores condicionantes del cultivo, que pueden ser asumidos por la especie. Si este factor pone en riesgo la plantación se denomina factor limitante. A veces, factores condicionantes para la supervivencia del árbol son limitantes desde el punto de vista económico. Así en función de esto se decidirá si se puede plantar o no.

1.- Tipos de frutales.

a.- Especies de zona templada: Necesitan un periodo de reposo invernal marcado. Ese periodo se caracteriza porque el árbol necesita pasar frío y, por eso, también se habla de “necesidades de frío”.

Son muy resistentes al frío y sensibles al calor (de más de 30°C). Exigen largos periodos de actividad vegetativa para que luego pueda madurar el fruto.

Dentro de este grupo se encuentran el manzano, peral, ciruelo europeo y cerezo.

b.- Especies de zona templada-cálida: Necesitan un reposo invernal, pero más corto que los de zona templada. Son más sensibles al frío pero más resistentes al calor que los anteriores.

Dentro de este grupo se encuentran el melocotonero, albaricoquero europeo y el ciruelo japonés.

El olivo, la vid y el almendro son de transición entre esta zona y las zonas subtropicales.

c.- Especies subtropicales: No necesitan pasar por un reposo invernal, por lo que son sensibles a las heladas invernales. Tienen marcadas necesidades de calor durante la fase vegetativa y se dividen en tres grupos:

1.- Moderadas exigencias de calor: Higuera, caqui, pistachero y albaricoquero norteafricano.

2.- Exigentes en calor: Cítricos, aguacate, níspero (Alicante) y chirimoyo.

3.- Muy exigentes en calor: Palmera datilera.

d.- Especies tropicales: No necesitan reposo invernal y no soportan ninguna helada. Están dentro de este grupo el guayabo y el mango.

2.- Temperatura.

Es importante en especies de zona templada puesto que deben pasar por dos fases: reposo y actividad. En estas dos épocas las temperaturas son diferentes. Por eso, las temperaturas pueden ser:

a.- Temperaturas invernales: No se dan solo en invierno ya que pueden coger también parte del otoño y de la primavera.

b.- Temperaturas de primavera-verano-otoño.

3.- Temperaturas invernales.

El árbol, en reposo, no manifiesta síntomas de actividad alguna y sus niveles de actividad metabólica son mínimos. Es esas condiciones, las especies se adaptan a temperaturas que van desde -5°C a 20°C. En el invierno, no siempre estamos en este intervalo de temperaturas, hecho que puede causar problemas.

a.- Temperaturas por debajo de -5°C (heladas invernales):

En principio, cuando las temperaturas están por debajo de 0°C se producen heladas. La resistencia máxima al frío es propia de cada especie. A estas diferencias varietales se unen otros factores (como el estado sanitario).

La resistencia máxima al frío no se adquiere de golpe, sino que se adquiere tras un proceso llamado lignificación de la madera. Este proceso conlleva a la maduración de la madera (aumento de la presión osmótica de sus células, movilización de los hidratos de carbono y engrosamiento de las membranas celulares). Cuando este proceso se termina, se produce el reposo invernal profundo y es cuando hay la máxima resistencia al frío invernal. Hay años donde no se produce el reposo invernal profundo porque el otoño no ha sido muy frío.

Si durante la lignificación se produce una helada, afectará más o menos según sea la saturación en que esté el árbol en ese momento.

No todos los elementos del árbol tienen la misma capacidad de resistencia al frío:

1.- Raíces: Muy poco resistentes al frío ya que con -5°C se necrosan. Si en las raíces hay temperaturas de -5°C, en la superficie hay temperaturas mucho más bajas y duraderas. Para evitar esto, por ejemplo, se aporca la vid en las zonas más frías (Rioja Alta, Valladolid...).

Lo más especialmente sensible es el cuello de la planta (si ahí se produce necrosis, es muy negativo puesto que por ahí pasa todo el sistema vascular).

Normalmente, en las zonas con inviernos fríos, se evita plantar en esa época y se espera al final del invierno, ya que para plantar hay que mover mucho el suelo y esto hace que sea más fácil que adquiera más frío.

En general, si se han dado las condiciones para que se congelen las raíces, también se han dado las condiciones para que se congelen las partes aéreas. Así, al llegar la primavera será cuando se vean los efectos de una helada sobre las raíces (brotaciones no duraderas, menor vigor...). A veces, las raíces no se destruyen totalmente y el árbol debe invertir sus nutrientes en recomponer las raíces (el árbol crecerá menos y estará más débil...).

2.- Yemas: Son las segundas menos resistentes al frío (sobre todo las de la flor). Con temperaturas de -10°C se ven afectadas. Estas heladas generan una serie de problemas:

- Se queman los pericelos de la yema.

- Se congelan los primordios de las flores, óvulos...

- Se pueden caer las flores.

- Florecen las flores pero puede que no haya cuajado de frutos (por eso se puede tardar en ver los efectos de una helada).

3.- Madera del año (ramos): Ya resisten algo y es difícil que las heladas invernales causen daño. Sin embargo, existe un caso en que si afectan mucho: cuando hay un otoño largo y templado, las heladas del invierno afectan mucho a los brotes del otoño. La solución es despuntar los brotes quemados por la helada.

4.- Madera vieja (tronco y ramas): Son más resistentes, pero tardan más en adquirir esa resistencia. Aunque tienen más resistencia, en ellos se aprecian muchas heridas provocadas por las heladas (como hendiduras en el tronco). Así, hay dos tipos de heridas o daños:

- Si la helada se produce pronto, se congela la corteza en placas junto con el tejido más próximo (Necrosis en placas). Suele verse en donde se insertan las ramas primarias y en la zona del tronco que mira al sur (más fría).

- Si las temperaturas bajan de forma brusca, se forman hendiduras que pueden llegar a recorrer todo el tronco y la rama primaria. Esas hendiduras son caldo de cultivo para hongos y parásitos, que pueden provocar la aparición de necrosis interna.

Todo esto afecta más a la zona cortical, pero heladas más profundas afectan ya a la madera interna y pueden aparecer bolsas de madera congeladas y necrosadas (bolsas necrosadas). Si esas bolsas son grandes, se compromete la estabilidad del árbol y se puede llegar a la rotura.

El tratamiento de todas estas lesiones es complicado (hay cirugía arbórea, que es muy cara y solo se aplica a árboles de gran valor). Por eso, hay que tener cuidado a la hora de escoger las especies si hay heladas invernales.

Para valorar las heladas invernales hay que usar unos índices climáticos (que deben abarcar 10-15 años). Lo ideal sería tener los datos diarios de las temperaturas mínimas y el tiempo que se han producido esas temperaturas mínimas durante el periodo de reposo de las especies. El problema es que las estaciones meteorológicas no están automatizadas ya que normalmente solo se dan datos de temperaturas mínimas pero no de duraciones.

Así, con los datos, se sacan probabilidades y tablas de frecuencia del riesgo de heladas invernales. Este riesgo también se valora por meses.

b.- Temperaturas invernales superiores a 20°C:

Antes, los frutales se cultivaban en zonas muy frías y no notaban nada. Pero luego, las plantaciones evolucionan hacia el sur buscando más precocidad y menor riesgo de heladas primaverales. Así, empiezan a parecer síntomas en los árboles debidos a unos inviernos más templados.

Cuando los inviernos son muy templados surgen problemas de falta de reposo invernal. Las especies se han ido adaptando a las temperaturas frías mediante el reposo. Ese reposo (en las especies en que existe) parece que fuera inducido y mantenido por temperaturas bajas a una temperatura umbral durante un cierto tiempo de modo que, al paso de ese tiempo, las especies reactivan su actividad siempre que las condiciones lo permitan.

En el reposo invernal afectan factores externos al árbol y, de entre ellos, la temperatura juega un papel muy importante. Como las especies de zona templada necesitan un reposo invernal, hay que ver qué zonas cumplen esas características para poder cultivar allí.

Para evaluar el reposo invernal se utilizan las necesidades de frío. Éstas se cuantifican considerando que el árbol necesita acumular durante unas horas una temperatura inferior a la temperatura umbral (la más aceptada es 7°C). Se mide en “horas-frío”. Por tanto, el número de horas-frío es el número de horas que el árbol pasa a 7°C o menos.

Hay necesidades de frío diferentes para cada especie e, incluso dentro de una especie, para cada variedad.

El sistema para evaluar las necesidades de frío se lleva a cabo haciendo un muestreo continuo midiendo el peso seco de las yemas de la flor. Cuando aumenta su peso, la planta sale del reposo. Con la fecha de inicio del reposo y la de salida, se va a unos registros para ver el número de horas con temperaturas inferiores a 7°C.

El problema radica en ver cuando se entra en reposo invernal. Aunque empieza antes de que se caigan las hojas, se suele considerar que empieza el reposo cuando se caen las hojas. Para evaluar cómo es una zona también se suele utilizar la fecha de la primera helada o el 1 de Noviembre para zonas templadas.

Al trabajar con una especie, la fecha de final de reposo es en la que se produzca el desborre. Si se trabaja con zonas:

  • 15 Febrero en zonas templadas.

  • 1 de Marzo en zonas frías (Meseta Norte).

  • 1 de Febrero en zonas templado-cálidas.

4.- Fórmulas para evaluar el reposo invernal.

Existen aparatos termógrafos que hacen unos registros y elaboran unas bandas, viendo cuántas horas se está por debajo de 7°C. Pero como no siempre se puede disponer de estos aparatos, también existen fórmulas matemáticas:

1.- Correlación de Weimberger: Relaciona las temperaturas medias de Diciembre y Enero con un número de horas de frío.

2.- Método de Mota: Tabuenca realiza una adaptación para el Valle del Ebro.

3.- Método de Crossa-Raynaud: Para el norte de África. Sánchez-Capuchino la modificó para España.

Estos métodos son de uso restringido. Han surgido de la experimentación en zonas muy concretas y por ello todavía no se pueden aplicar al mundo de la plantación frutal.

5.- Síntomas de la falta de reposo invernal.

Se detectan al comienzo de la actividad vegetativa:

1.- Retraso en la brotación de las yemas: Es el menos grave ya que incluso puede ser beneficioso si hay riesgo de heladas tardías. Pero lo que pasa es que este retraso es incontrolado. Se percibe el retraso en:

- Floraciones tardías: Se rompen calendarios de cultivo en la previsión de plantaciones (tratamientos, operaciones...).

- Desfase importante entre floración y brotación de las yemas de madera: Hay un descenso del número de frutos.

- Si se intercalan polinizadores en variedades “base” hay que intentar que las floraciones se den a la vez. Así, si los polinizadores se retrasan, ya no hay coincidencia de floraciones y no hay polinización en la plantación.

2.- Brotación irregular y dispersa: Significa que como las yemas tienen distintas necesidades de reposo, desborran en distintos momentos en condiciones normales (por ejemplo, las terminales desborran antes que las laterales, las de zonas más bajas desborran antes que las de zonas altas...). Pero si falta reposo, esos desfases se agudizan y se agravan y en el árbol se simultanean estados fenológicos distantes en el tiempo sin que haya un estado fenológico dominante (esto es importante porque diversos tratamientos se planifican para un estado fenológico determinado).

3.- Caída de yemas (sobre todo de la flor): Es la más grave, pero es el que más cuesta asociar a una falta de reposo. Es distinta según las especies (el melocotonero y el albaricoquero sufren elevadas caídas de yemas). Pero no solo la falta de reposo origina la caída de yemas (puede darse también por una helada invernal que las queme).

En general si el conteo de una zona es de entre 1000 y 1500 horas-frío, no suelen existir problemas por falta de reposo. Por el contrario, cuando el conteo es de entre 500 y 1000 horas-frío, hay problemas puesto que habrá especies que no aguantarán. Los observatorios que recogen menos de 500 horas-frío son peligrosos ya que muchas especies necesitarán más horas-frío.

En todo caso, las especies tampoco tiene necesidades absolutas y se podrán adaptar algo.

6.- Problemas de las temperaturas primaverales.

Cuando los árboles inician su actividad, suele coincidir con la floración y el inicio del desarrollo del fruto. Ambos procesos están muy afectados por las temperaturas, por lo que es necesario hacer el análisis de las temperaturas en ese momento. Ese estudio será doble:

- Problemas de bajas temperaturas: Heladas primaverales.

- Problemas de elevadas temperaturas en esa época.

7.- Heladas primaverales.

La flor, en cada uno de sus estados durante la floración, es muy sensible al frío. Dentro de ella, lo más sensible son el ovario con los óvulos y la base del estilo. Con temperaturas de -1°C o -2°C se pueden quemar esas zonas (se refiere a temperaturas en la flor, no en el aire). Si las cubiertas rodean a estas zonas, las protegen, por lo que, a medida que se va desarrollando la yema, adquiere menor resistencia la frío:

El estado más sensible es el cuajado porque el fruto está desnudo y además sus paredes son delgadas y no protegen ni al embrión ni a la semilla.

De entre las especies frutales, la viña, el olivo y el nogal son las más sensibles a las heladas primaverales (se defienden retrasando su borración y floración).

Los brotes y yemas de madera son sensibles a las heladas primaverales (que queman esos brotes y hacen reaccionar a la planta, brotando yemas auxiliares por debajo de las que se quemaron, provocando problemas derivados del gasto adicional de energía).

En principio, las especies de zona templada son más resistentes a las heladas primaverales que las de zonas templado-cálidas. Son importantes incluso los grados, ya que medio grado puede afectar a algunas especies y a otras no.

Normalmente, las heladas primaverales no afectan ala madera vieja, sino a la floración y los brotes en crecimiento. A medida que el fruto va madurando, aumenta su resistencia al frío.

8.- Síntomas y efectos de las heladas primaverales.

a.- Si la helada coge a la yema de flor en estados previos a la plena floración, hay dos niveles de daño:

- La yema no se abre, se ennegrece y se cae.

- Daños en los primordios de la flor (ovario o base del estilo: En este caso, la evolución fenológica puede proseguir, pero no puede haber fecundación y el árbol tirará más flores de lo normal.

A las 24-48 horas se puede ver el daño haciendo un corte longitudinal a la yema o botón (aparecerán ovarios y base del estilo marrones).

b.- Si la helada sucede en la plena floración, pueden darse dos efectos:

- Daños en los primordios de la flor (ovario o base del estilo: En este caso, la evolución fenológica puede proseguir, pero no puede haber fecundación y el árbol tirará más flores de lo normal.

- Que además se dé una marchitez prematura de los pétalos (caída de flores más excesiva de lo normal).

c.- Si la helada sucede en el estado del fruto recién cuajado, su efecto depende de la intensidad de la helada y del estado de desarrollo del fruto. Si la helada es intensa y afecta la principio del cuajado, muere el embrión y caen más frutos pequeños (esta caída se puede ver 2 o 3 semanas más tarde). En este caso, la almendra del fruto se ve marrón y también se ve marrón la conexión vascular del fruto con el árbol (por eso, se pueden apreciar los síntomas antes de la caída de los frutos).

Si la helada es poco intensa o coge al fruto más desarrollado, los daños son más superficiales. Así, en la epidermis del fruto aparecen pequeñas grietas que cicatrizan bien pero se suberifican y aparecen punteaduras marrones en la “fosa calicina”.

Todos estos daños disminuyen el valor comercial. A veces, los daños penetran en la pulpa y aparecen deformaciones (por ejemplo, en la zona ecuatorial).

9.- Valoración de las heladas primaverales.

Lo ideal sería disponer de series de datos de 10 años donde se registre si ha habido heladas, de qué intensidad han sido y el número de horas que han durado. Con ello se podrían ver las fechas más probables de heladas, tener claro cuál es en el peor de los casos la helada más tardía y la frecuencia con que se da esa helada (se pondera el riesgo).

En todo caso, los datos de los observatorios no suelen corresponder con los de la parcela concreta (por ello conviene preguntar a agricultores, pastores...). Además, hay que saber cuando florece cada variedad en cada zona (por lo que habrá que preguntar a los viveros).

10.- Tipos de heladas primaverales.

a.- Heladas de convección: Producidas por olas de frío con vientos del norte que pueden hacer bajar las temperaturas muy bruscamente. No existen medidas de protección, pero suceden muy esporádicamente.

b.- Heladas de evaporación: Debidas al consumo de calor cuando se evapora el agua sobre el suelo o vegetales. Se da en ambientes fríos y secos (cerca de embalses de agua).

c.- Heladas de irradiación: Son las más frecuentes y peligrosas en España. El sol irradia calor al suelo y éste irradia calor a los vegetales. Por la noche, sólo el suelo irradia calor y sube el aire caliente hasta el punto de inversión y su espacio lo ocupa aire frío. Es más grave cuanto más cerca se esté del suelo.

Se suelen dar más en noches despejadas (las nubes devuelven la radiación al suelo y compensan la pérdida) y en noche con calma (el viento contribuye a la mezcla de aire caliente y frío y evita que se dé la inversión). Se da mucho en valles.

11.- Sistemas de defensa contra las heladas.

a.- Métodos indirectos: Intentan evitar que se produzca la helada o tratan de que no se supere la resistencia al frío del árbol. Existen distintas técnicas:

1.- Cuidado en la elección de especies y variedades: Hay que ver las escalas de floración de las distintas variedades (en las que el punto central es la floración plena).

Si existe fecundación antes de que se abra la flor (cleistogamia), se defienden mejor que las normales. La partenocarpia (existencia de frutos sin que haya fecundación) también ayuda a la defensa contra las heladas primaverales.

2.- Cuidado en la localización de la parcela: No sirve para nada en el caso de heladas de convección pero sí para las otras heladas.

Así, para evitar heladas de irradiación conviene no plantar en fondos de valles, ni en zonas de umbría, ni junto a setos o tapias que dificulten la circulación del aire.

En el caso de las heladas de evaporación, conviene evitar plantar junto a agua embalsada o junto a ríos.

3.- Empleo de técnicas adecuadas de cultivo: Las heladas de irradiación se dan por pérdidas de calor del suelo, por lo que un suelo labrado irradia más calor que un suelo liso sin laboreo y, por eso, tiene más riesgo. Por ello, hay que intentar que en la época de heladas el suelo esté liso (se recomienda que si en la parcela hay cubierta vegetal permanente, se siegue y rule, para que haya menos superficie de contacto con la irradiación del suelo).

El riesgo es más alto en suelos secos que en húmedos, por lo que se puede regar en esas épocas. Además, si el árbol tiene un buen cuidado, se recupera mejor de un daño por heladas (por ejemplo, con la poda se puede retrasar 8-10 días el desborre de la vid en La Rioja para evitar heladas tardías).

b.- Métodos directos: Buscan calentar el árbol o su entorno y también tratan de retrasar las fechas de los distintos estados fenológicos.

1.- Pantallas protectoras: Buscan formar una nube sobre la plantación (se queman compuestos desechables o se provoca alguna reacción química que dé humedad). Este método es útil para defender la plantación de heladas ligeras (de hasta -2°C).

Hay que prever en la plantación varios puntos de creación de humo, que no deben estar cercanos a carreteras ni a zonas habitadas.

Es un sistema que no se suele hacer solo, sino que suele complementar a otros.

2.- Ventiladores: Se basan en el efecto del viento en las noches, donde hay heladas de irradiación. Valen para heladas ligeras (se sube sólo entre 1-3°C gracias al efecto del aire). Una torre de ventilación defiende entre 2-5 Ha.

Son costosas adquirirlas, pero luego su mantenimiento es barato. Algunas se construyen para que también den aire caliente.

3.- Por calentamiento: Se basan en la emisión directa de un foco de calor y en la irradiación de calor de las superficies que se calientan. Es un método eficaz (para defender de heladas de hasta -5°C). Se suelen usar estufas o quemadores con distintos combustibles (carbón, madera, turba, gasoil, gas natural, propano...).

Estos equipos deben tener suficiente combustible almacenado para funcionar por lo menos dos noches seguidas (lo común son estufas de 50 litros). Al producirse combustiones, es necesaria la vigilancia de uno o dos hombres por hectárea.

Si las estufas son fuegos libres, son necesarios 400 puntos/Ha y si tienen chimenea o más superficie irradiante 150 puntos/Ha. En la zona norte y en los bordes de la parcela, hay que aumentar los puntos de calor.

Este sistema es eficaz pero muy costoso.

4.- Riego por aspersión: Es el mejor sistema, al ser el más eficaz (además, es más barato que las estufas). Su funcionamiento se basa en el hecho de que cuando el agua se congela libera 80 cal/gr. y este calor puede ser cedido al árbol.

Hay que tener una instalación de riego por aspersión que cubra toda la parcela simultáneamente y que riegue sobre los árboles (el equipo funcionará mientras dure la helada).

Las instalaciones suelen regar 6 mm/h aunque el efecto buscado se consigue con menos agua (pero siempre hay pérdidas). Debe haber suficiente caudal instantáneo (20-15 l/seg. Ha) y debe haber abastecimiento correcto de agua. Se suelen instalar aspersores de baja presión.

Es una instalación costosa, aunque se puede automatizar, pero exige que una persona vigile el riego durante la helada.

El riego entra en funcionamiento cuando la temperatura es de 0,5°c y se para cuando se consigue aumentar la temperatura hasta 1,5°C. A veces, por el peso del hielo, hay rotura de ramas, encharcamientos...

5.- Tratamientos químicos: Se usan para retrasar la floración (con sales minerales, DNOC).

6.- Inducción a la partenocarpia: Se utiliza en ciertas variedades, introduciendo giberelinas en alguna disolución que luego se echan al árbol.

7.- Seguros agrarios: Para protegerse frente al riesgo, a través de Agroseguro (coordinado por ENESA).

12.- Problemas causados por las temperaturas primaverales.

El proceso de floración debe tener lugar entre 6-25°C. Si se está fuera de estos límites, el proceso se ve afectado (sin necesidad de que haya heladas).

a.- La temperatura afecta a la fecha de floración: El árbol, tras cumplir el reposo invernal, se comporta como si necesitase acumular calor para que se dé la floración. Si las primaveras son cálidas o templadas, la floración se adelanta (si el invierno ha sido frío), pero si en primavera hay temperaturas frías, la floración se retrasa.

b.- Las temperaturas primaverales afectan a la duración de la floración (que va desde la apertura de las primeras flores hasta la caída de pétalos, normalmente, aunque los intervalos pueden variar): En condiciones normales, ese periodo dura 10-25 días. Si la primavera es cálida, ese periodo se acorta y viceversa. Esto, hace además que se reduzcan las diferencias entre variedades.

c.- La temperatura afecta a todo el proceso fisiológico de la floración: Suelen predominar las especies de polinización entomófila y las temperaturas condicionan el vuelo de los insectos polinizadores (las abejas vuelan a temperaturas de 10-25°C).

Además, el polen debe germinar y a temperaturas inferiores a 10°C o superiores a 25°C no hay germinación.

También afecta al crecimiento del tubo polínico, que tiene un tiempo para alcanzar el óvulo (si hace frío, el tubo polínico crece muy despacio y si hace mucho calor, el tubo crece muy rápido y hay roturas). Además, con calor, los óvulos degeneran antes y los estigmas se desecan.

Las temperaturas muy altas pueden, además, provocar caídas anómalas de frutos por rotura de la capa de ascisión.

En todo caso, todo esto incide en el cuajado de los frutos y en el rendimiento de la cosecha.

13.- Temperaturas estivales.

Se refieren a las temperaturas que se dan durante el periodo de actividad vegetativa excepto la floración y hasta la maduración total (Mayo-Septiembre).

Existen temperaturas óptimas, según las especies, que oscilan entre los 18 y 24°C. Además, hay un índice de adaptabilidad llamado Índice de edad de la fruta, que es el número de días que se necesita entre la plena floración y la madurez. Se trata de un índice bastante constante entre las variedades.

14.- Consecuencias de temperaturas estivales anormalmente bajas.

1.- Disminuye el tamaño del fruto.

2.- Hay retrasos en la maduración del fruto (es importante en variedades tempranas de alto poder especulativo).

3.- Menor crecimiento de brotes.

4.- Si esas temperaturas bajas se dan en Septiembre, se acelera la parada otoñal, lo que puede provocar daños en los brotes poco lignificados, daños epidérmicos en frutos y caída masiva de frutos.

15.- Consecuencias de temperaturas estivales anormalmente altas.

Es muy común en España (a lo que se una la sequedad y la elevada insolación).

1.- Se resiente la fotosíntesis y disminuye la actividad fotosintética (a partir de 32°C se da la parada estival, lo cual no es bueno).

2.- Si existen olas o golpes de calor (36-38°c durante 2 o 3 días), se dan daños particulares: Asurado de hojas y brotes (“Golpes de sol”, también provocados por los vientos secos y las insolaciones), lo que lleva a la deshidratación de brotes y hojas, que se atabarcan y se necrosan y caen (el árbol rebrota al bajar la temperatura, pero es más débil, por lo que convendría cambiar la variedad cultivada).

3.- Si hay calor fuerte continuado, afecta a la coloración de los frutos, que se vuelve defectuosa (ya que los pigmentos necesitan contrastes de temperaturas entre el día y la noche). Si día y noche son calurosos, los pigmentos se destruyen (se da en el Sur, en variedades de color rojo).

También afectan a que las pulpas se ablanden (en frutos muy desarrollados), se acorchen y se formen “ojos” (oquedades) en su interior. Además, pueden darse quemaduras (además del calor, también las provocan insolaciones fuertes). A todo esto hay que unir el riesgo de alteración de la capacidad de conservación de la fruta y el aumento de la caída de madurez (que es fatal).

Para valorar estas temperaturas altas durante Mayo-Septiembre, hay que contar con:

- Datos climáticos para ver cual es el periodo libre de heladas.

- Temperaturas medias de Mayo-Septiembre.

- Temperaturas máximas absolutas (si se puede diarias, para ver golpes de calor).

16.- Pluviometría y humedad ambiental.

Aunque la temperatura es importante no es el factor más importante. Los árboles necesitan un cierto nivel de humedad en el suelo para sobrevivir y crecer. Estas necesidades dependen de la zona y si hay escasez o inundación surgen problemas.

Si hay falta de agua:

a.- Disminuye el número de brotes y los brotes son más cortos. El árbol puede morir de sed si hay sequía.

b.- También se ve afectada la inducción floral (se induce un menor porcentaje de yemas a yemas de flor).

c.- Se reduce el tamaño del fruto si falta agua. También se ve afectada la calidad del fruto (en cuanto a color y otras cualidades organolépticas).

Normalmente, las especies de zona templada se podrían cultivar con 700 mm. Por eso, el problema no es realmente la falta de agua, sino que haya una alta irregularidad en la distribución de las lluvias. Así, si el árbol vive con el agua de la lluvia, se cultiva en secano y, si necesita riegos, se cultiva en regadío.

Las especies de zona templada (con precipitaciones de 500 mm) pueden ser:

1.- Resistentes a la sequía que se pueden cultivar en secano (vid, olivo para aceite, almendro, higuera, pistacho, albaricoquero, cerezo...).

2.- Menos resistentes a la sequía y para los que se recomienda un riego de apoyo (uva de mesa, manzano, peral, ciruelo, cerezo, nogal, granado, níspero...).

3.- Sensibles a la sequía y que necesitan riego (melocotonero, avellano, arándano...).

La lluvia puede provocar daños según su ocasionalidad:

a.- Durante la floración:

- Las abejas no vuelan si llueve.

- Los granos de polen pueden ser arrastrados al suelo.

- Pérdidas de flores.

- Lavado de polen que ya estaba en los estigmas.

b.- Durante el desarrollo de los frutos (últimas fases):

- Agrietado o rajado de frutos: Se da por una acumulación excesiva de agua por el fruto tras un periodo de sequía (vía epidermis y vía radicular) y, como la epidermis no es elástica, se raja. Hay especies especialmente sensibles como el cerezo, manzano, higuera o melocotonero.

- Si hay humedad ambiental elevada y continuada, se produce el “russeting” o piel de patata: grietas microscópicas que suberifican dando pintas marrones y color amarronado que condicionan al consumidor. También se puede producir debido a un proceso de fitotoxicidad.

- Caída masiva de frutos o caída de madurez: El problema es mayor en frutos de mayor peso (manzanas...) y en especies de maduración tardía.

- Las lluvias también afectan a la aparición de hongos y enfermedades criptogámicas. En las zonas secas esto no es tan grave (solo algo en primavera y otoño), pero, en cambio, como no hay humedad alta, el problema son los ácaros (arañas rojas).

c.- Durante el periodo de actividad vegetativa: Puede provocar asfixia si hay mucho encharcamiento durante varios días, ya que falta oxígeno para las semillas.

17.- Indices para valorar las bajas precipitaciones.

Se necesitan series de más de 30 años para ver todos los incidentes (tormentas, alternancia de sequía con elevada precipitación, lluvia máxima horaria, lluvia máxima mensual...).

En España, en todas las regiones hay un periodo de sequía (de 30 a 40 días en Galicia y de 200 días en Andalucía Oriental). Por lo tanto, es difícil no pensar en el riego de plantaciones.

Para ver la sequía se utiliza el diagrama de Gaussen o ombrotérmico:

18.- Insolación.

Todas las especies necesitan de ella para sobrevivir porque incide en la fotosíntesis. Las necesidades varían entre especies y variedades siendo incluso distintas según las épocas del año.

Los frutales están mejor en zonas soleadas que en zonas de umbría y su producción es mayor.

19.- Daños causados por una baja insolación.

1.- Disminución de la intensidad de la fotosíntesis: El árbol produce menos sustancias hidrocarbonadas lo que provoca la disminución del crecimiento vegetativo (hay menos brotes y son más cortos) y que las hojas sean más pequeñas de lo normal.

2.- A medida que el árbol crece, la vegetación es más abundante en las zonas exteriores, que dan sombra a las ramas primarias interiores, que se quedan desnudas. Este hecho es independiente de la insolación que haya en la zona e indica una mala realización de la poda.

3.- Hay menor inducción floral, ya que se forman menos carbohidratos.

4.- El fruto no forma bien sus pigmentos (en zonas donde se dé este problema, se deben cultivar variedades de fruto de color verde, donde el problema es menos grave).

5.- Este problema ha obligado a poner sistemas de conducción planos (espalderas).

20.- Daños provocados por una alta insolación.

1.- Destrucción de pigmentos, que da lugar a frutos más oscuros (se da con insolaciones excesivas, pero no muy altas).

2.- “Chapa de color”: El fruto, por la cara más expuesta, tiene un color más oscuro, que a veces puede dar lugar a una quemadura grave que hace que se ablande mucho la zona y que pierda validez comercial. Este fenómeno se da más en variedades de poco color.

3.- Asurado: Se deshidratan brotes y hojas y se caen. El problema viene cuando el asurado se repite durante muchos años (como en la pera conferencia en el Ebro).

4.- Sobre la madera se pueden provocar quemaduras, sobre todo en la cara sur (como pasa en el fraileo de los olivos o en el sobreinjerto). En plantaciones también se pueden producir estas quemaduras (esas plantas suelen proceder de viveros donde las condiciones han sido muy suaves).

21.- Manera de evitar los daños provocados por un exceso de insolación.

1.- Evitar podas fuertes y dejar ramas al descubierto.

2.- A veces, se sombrean ramas atando ramas de arbustos.

3.- Mediante espirales protectoras (es un método caro que se usa más en jardinería que fruticultura), que también sirven para proteger frente a animales.

4.- Pintar con lechada de cal bien apagada (además protege frente a plagas). El problema es que la lluvia se la lleva, por lo que habrá que dar varias manos.

22.- Viento.

Los árboles necesitan aireación en la copa para que se dé renovación de oxígeno y se renueve la madera y las yemas de flor. Sin embargo, si el aire es muy intenso, hay una serie de problemas:

1.- Mecánicos, en los que la velocidad del viento es clave:

a.- Se pueden caer hojas por necrosarse debido a que se golpean.

b.- Hojas más pequeñas de lo normal.

c.- Daños mecánicos en frutos, que dependen del tamaño del fruto y que son más importantes cuanto más grandes sean los frutos.

d.- Rameo de los frutos (los frutos se golpean contra los ramos y sufren lesiones).

e.- Aumento de la caída de madurez precoz si la variedad tiene tendencia a sufrir esa caída (como la manzana Golden).

f.- Los vientos fuertes con dirección dominante provocan que los troncos se inclinen y se deformen las copas (crecen más por la zona opuesta al viento y se dan copas en forma de llama).

g.- Rotura de ramas y descuaje del árbol (arrancado desde la raíz) con vientos de más de 30 km./h.

h.- Heridas grandes que dan lugar a cárcavas al no cicatrizar. A través de ellas pueden entrar hongos, plagas y humedad.

i.- Dificultades en las operaciones de cultivo (pulverización, nebulización, riegos por aspersión...).

2.- Fisiológicos, en los que importan las características del viento y no de la velocidad:

a.- Impide el vuelo de las abejas si su velocidad es superior a 10 km./h, lo que hace que no haya polinización.

b.- Asurado de brotes y hojas por vientos cálidos y secos (comunes en España en verano), aunque el aporte de agua sea suficiente, ya que la transpiración es muy intensa.

c.- Hay vientos salino en las zonas costeras que depositan sal sobre las hojas, que es fitotóxica. No hace falta que sean vientos muy fuertes.

23.- Medidas de defensa contra el viento.

1.- Barreras cortavientos: Se instalan en la dirección transversal a la dirección dominante del viento para frenar su velocidad. Existen dos tipos:

a.- Con elementos inertes (muros, mallas, postes...). El problema es que si miden más de 3 metros de altura son muy caros y se usan para plantas de poca altura (vid, kiwi...).

b.- Barreras o setos vivos: Para árboles y arbustos (son las más comunes).

Ambos tipos deben ser semipermeables (filtran el viento pero no lo detienen todo). Defienden una superficie de 15-20 veces la altura de la barrera. Si la barrera es totalmente impermeable defiende una superficie de 10-12 veces su altura y además forma remolinos.

Si se pretende defender de vientos salinos hay que usar barreras impermeables y de hoja perenne. Las barreras con las hojas muy juntas se usan si queremos que vuelen las abejas.

Las barreras cortavientos tienen también inconvenientes:

a.- Se pierde superficie de cultivo, ya que se colocan barreras cada 100-200 metros (se intenta que coincidan con caminos y acequias).

b.- Las especies de las barreras son robustas y compiten mucho con los árboles de la plantación (se puede subsolar a menudo).

c.- Generan problemas de sombreo en árboles cercanos.

d.- Son refugio de plagas y enfermedades.

e.- No se debe plantar el cortavientos a la vez que los frutales (hay que hacerlo 2 o 3 años antes o comprar plantas más desarrolladas, aunque sea más caro).

f.- Hay que vigilar la especie cortavientos en el caso de vientos salinos, intentando que sea una especie perenne (ya que el viento existe todo el año) y resistente a la sal.

g.- Se puede aumentar el riesgo de heladas por irradiación porque no se mezcla el aire al no haber viento.

h.- Aumenta las temperaturas en verano, ya que si hay barrera no hay ventilación.

i.- Aumenta la humedad relativa en la parcela.

2.- Otras medidas complementarias:

a.- No cultivar variedades con pedúnculos y/o peciolos largos para que no se caigan por el viento (distintas clases de cerezos).

b.- Conseguir esqueletos totalmente robustos (si las ramas tienen un margen de movimiento suficientemente abierto y si las ramas primarias no están insertadas sobre la misma altura).

c.- Recurrir a sistemas de conducción: formas apoyadas (espalderas en viñedo, palmetas en manzano...).

d.- Si hay una dirección dominante del viento y se hace un injerto, se planta inclinado con el “cayado del injerto” contra la dirección del viento para que lo enderece y no lo rompa.

e.- Colocar tutores a los plantones.

f.- Evitar deformaciones de copas haciendo podas más duras por el lado donde crece más para equilibrarla.

24. Granizo y pedrisco.

- Granizo: Precipitación de hielos esféricos, transparentes y con tamaño entre 2 y 5mm de diámetro.

- Nieve granulada o granizo blanco: Tiene las caras opacas y más blancas.

- Pedrisco: Trozos irregulares, no transparentes y con diámetros mayores de 5mm.

Suelen ir asociados a viento fuerte y lluvia (tormentas). Se dan más en primavera y verano, por la tarde tras una mañana calurosa y sin viento. En el Cantábrico también suceden en invierno.

Suelen ser fenómenos erráticos (no sirven los datos del laboratorio) y muy localizados (Valle del Ebro, Castilla La Mancha, Rioja, Navarra y Aragón).

Los daños que provocan son daños mecánicos, que son caldo de cultivo para enfermedades criptogámicas (que pueden causar daños más graves que los del propio granizo). Los fundamentales son:

- Golpes en el árbol.

- Roturas y defoliaciones.

- Caída de frutos.

- Daños en la madera.

Para detectar el riesgo de granizadas es importante conocer con certeza si puede haber algo de riesgo (si hay una granizada por año puede que sea condición para no plantar).

Las medidas de defensa a posteriori son poco útiles, por lo que se usan más medidas preventivas basadas en que se forme más granizo pero que sea de menor tamaño y que caiga con menos velocidad:

  • Dentro de la nube de tormenta se forman núcleos de congelación para promover más granizos pequeños. Hay dos sustancias para hacer esto:

  • - Yoduro de plata (AgI).

    - Acido clorosulfónico (más reciente).

  • Hay pólizas de seguros combinadas para heladas, viento y granizo.

  • Instalar una red de mallas de plástico sobre postes.

  • Se puede eliminar la madera herida dejando que la madera más interior crezca más. A la vez se dan también tratamientos anticriptogámicos.

  • 25.- Nieve.

    No es un factor de los más complicados (aporta humedad al suelo, protege del frío...). Pero surgen problemas en árboles perennes (se dan roturas) o si hay nevadas tempranas. Si la nieve se congela en el suelo, hay problemas en el cuello de la planta, que se anilla (se congela). Estas nevadas son peligrosas en viñedo y en plantones jóvenes. Como medida de prevención:

  • Podar de manera que los esqueletos no acumulen mucha nieve (copas diáfanas y globuladas).

  • Formas apoyadas para que la nieve no tumbe al árbol.

  • Aporcar en viñedo e injertar a más altura.

  • Usar patrones muy resistentes al frío en el centro de Europa.

  • TEMA 3.- MULTIPLICACIÓN Y PROPAGACIÓN DE FRUTALES.

    1.- Conceptos generales.

    La propagación o multiplicación son el conjunto de procesos que nos llevan a conseguir plantas con características dadas o deseadas. Existen dos formas:

    - Reproducción o multiplicación sexual: Con semillas.

    - Propagación, multiplicación vegetativa o asexual: A partir de partes vegetativas de la planta madre (estacas, acodos, renuevos o injertos).

    Además existen otros tipos menos comunes:

    - Micropropagación: Se parte de una zona muy pequeña de la planta.

    - Vivero: En el sentido de empresa comercial destinada a la producción y recría de plantas.

    El sistema más normal es el de la reproducción, que es un método sencillo aunque presenta un inconveniente: las plantas obtenidas por semillas no son homogéneas y no tienen las características de las plantas madres, ya que hay fecundación cruzada. La propagación, por el contrario, tiene la ventaja de que se mantiene la identidad genética de la planta madre, al no haber fecundación (por ejemplo, los hijos de un rosal rojo también dan flores rojas).

    Así, una planta madre puede dar hijos:

    1.- Por semillas (plántulas o planteles): Se obtienen plantas pequeñas, más adecuadas al suelo y en las que se destaca una raíz pivotante. Esta descendencia no es homogénea. Este tipo de reproducción se usa mucho en arizónicas y para la obtención de patrones.

    Las plantas obtenidas tienen buena calidad sanitaria y, a veces, las hijas tienen caracteres diferentes de la madre, que muchas veces son válidos (Sabinas vs. Enebros).

    2.- Multiplicación vegetativa: En principio, el sistema radicular que se forma es fasciculado.

    a.- Estaquillado: Se toma una parte de la planta madre y se pone a enraizar (estaquilla enraizada). Según la parte de la planta madre que se tome, hay:

    - De tallo: Se coge un tallo (porción de brote) del año con dos o tres yemas, que dan lugar a la parte aérea, por lo que lo que hay que regenerar es el sistema radicular. Realmente es lo mismo que los esquejes (se usa en cultivos herbáceos). Se utiliza en la vid, olivo, ciruelo y rosal.

    - De hoja: Se separa o recorta una hoja y se pone a enraizar. En especies leñosas no se usa porque la hoja no regenera la parte aérea. Se usa en especies herbáceas ornamentales (como la begoña).

    - De hoja con yema: Se coge la hoja, el peciolo y una yema axilar (da lugar a la parte aérea y luego regenera el sistema radicular).

    - De raíz: Se coge parte de la raíz (regenera la parte aérea y radicular). Se utiliza en el kiwi y la glicinia.

    b.- Acodo: Se toma el brote, se pone a enraizar (acodo enraizado o barbado) y luego se separa. Es decir, se hace sobre la propia planta y luego se separa (mientras que en el estaquillado se separaba y luego se enraizaba). Según el tipo de planta, hay:

    - De punta (en la zarzamora): El brote cae y se entierra.

    - Simple (en enredaderas): Los brotes crecen hacia arriba y luego se llevan al suelo (se pueden enterrar varias veces si el brote es muy largo, dando lugar a un acodo continuo).

    - Aéreo: Se lleva un sustrato al brote por que éste está muy alto.

    - Trinchera (en el ciruelo): El brote se enraíza por oscuridad. Se utiliza mucho en frutales de hueso para obtener patrones.

    - Corte y recalce (en el manzano): El brote se enraíza por oscuridad. Se utiliza mucho en frutales de pepita para obtener patrones.

    c.- Injerto: Es la técnica más usada en frutales. Se toman dos partes de dos plantas generalmente distintas: la planta patrón o pie (da lugar a la raíz) y la planta variedad, injerto o púa (se coloca sobre el injerto). Existen cuatro tipos de injerto:

    - De púa: La púa es un brote con al menos dos o tres yemas. Hay laterales o en cabeza.

    - De aproximación: Patrón y variedad sobre sus mismas raíces y se ponen próximas. Cuando se da el injerto se separa la púa. Se da en la palmeta.

    - De yema: La púa tiene una yema. Hay de escudete o en T, de chapa y de astilla.

    - Doble: Son los sobreinjertos (se pueden hacer cuando la planta es pequeña o grande).

    El patrón puede proceder de semilla (patrón franco) o de multiplicación vegetativa (patrón clonal).

    Al conjunto de plantas que se obtienen de una madre por cualquier método de multiplicación vegetativa se le llama clon. A veces, puede variar su fenotipo respecto a la madre según las condiciones ambientales y de cultivo (aunque se mantenga el genotipo).

    El injerto se utiliza mucho porque es difícil enraizar y además se puede usar la misma variedad injertada sobre distintos patrones adaptados a muy distintas condiciones.

    d.- División: Se usa en plantas arbustivas y se divide la madre en varias plantas, cada una con raíz y parte aérea. Se da en tubérculos (patata), rizomas (canna) y matas (vivaces).

    e.- Aprovechamiento de otras zonas de la planta: Hijuelos (frambueso rojo), bulbos (tulipán), estolones (fresa) o chupones, pero siempre hay que saber si esos chupones proceden de la raíz (por multiplicación del patrón) o de la parte aérea (multiplicación de la variedad).

    f.- Micropropagación: Es una aplicación del cultivo “in vitro”. Se estaquillan o injertan partes muy pequeñas (injertos de ápices o meristemos con brácteas, yemas, nudos...). Así, hay:

    - Microestaquillado.

    - Microinjerto.

    g.- En plantas poliembriónicas (cítricos), un embrión es sexual, pero las semillas también nos dan embriones asexuales (embriones apomicticos), formados a partir de la nucela (tienen las características de la planta madre).

    2.- Problemas a considerar en la propagación vegetal.

    1.- Obtención y conservación del material de partida (semilla, estaquilla...). A veces es difícil porque hay variedades que no fructifican mucho o que no crecen mucho.

    2.- Formación de personal especializado (ya que hacer injertos es difícil).

    3.- Instalaciones adecuadas, lo que incluye el montaje y mantenimiento (no sólo de la instalación sino también de la planta madre).

    4.- Mantenimiento del material a multiplicar (buen estado sanitario para que al multiplicar se responda al material genético inicial).

    5.- Problema económico de que el precio de venta ha de ser adecuado (por ello hay que elegir bien la técnica de multiplicación).

    6.- Problema de tiempo, ya que hay que tener en cuenta los ciclos productivos (por ejemplo, el estaquillado es más rápido que el injerto).

    7.- Problemas comerciales en lo que se refiere a la relación con los proveedores, multiplicadores, agricultores y organismos oficiales.

    8.- Conservación y renovación (pérdida de actualidad o de conexión con la realidad). La renovación es mejor por semilla que por multiplicación vegetativa.

    3.- Objetivos y requisitos de la propagación vegetal.

    1.- Obtener gran cantidad de individuos.

    2.- Que esté determinado el material genético de partida (hay que elegir una de las dos formas de multiplicación).

    3.- Que estén determinadas las características genéticas de la descendencia (en la propagación).

    4.- Buen estado sanitario (es mejor con semillas).

    5.- Que se realice en el mínimo espacio de tiempo.

    6.- Que se utilicen técnicas simples en lo que respecta a instalaciones, manipulación y espacio (es más fácil usar el suelo que el invernadero).

    7.- Que se realice al menor coste posible.

    8.- Que dé buena calidad al cultivo (características ornamentales o climáticas, de resistencia a enfermedades...).

    4.- Multiplicación sexual: Reproducción.

    Es un método muy sencillo y da plantas bien adaptadas a su suelo y clima. Las plantas resultantes tienen una serie de ventajas respecto a las de otras formas de multiplicación: el sistema radicular es profundo (raíz pivotante), resistencia a la sequía y a enfermedades, nula transmisión de virus por semillas... Además, las plantas obtenidas son más económicas.

    Como inconvenientes presenta la falta de homogeneidad en la descendencia y un alto periodo de juventud (por lo que tardan en producir).

    A veces, determinadas semillas pueden dar plantas con características especiales: espinas en el peral, hojas pequeñas en el hiedro, sabinas sin hojas aciculares... En todo caso, es importante conocer el origen de las semillas para luego sembrar en condiciones iguales.

    Esta técnica tiene una serie de pasos:

    1.- Recolección de la semilla:

    a.- Localización de la planta madre: en los bosques conviene aislar los árboles para que no haya polinización cruzada, aunque lo mejor es que uno establezca un huerto propio de plantas madres (aislados de las plantas que no tengan sus características). También existen semillas de fábrica, pero el problema es que tienen distintos orígenes.

    b.- Recolección de los frutos para luego coger las semillas: Se recogen en madurez fisiológica (el aspecto externo la puede indicar) para que las semillas puedan madurar y germinar. Se recoge a mano y no conviene aprovechar los frutos que se hayan caído.

    c.- Extracción de la semilla: Se hace manualmente y si no se puede extraer, el propio fruto actúa de semilla. En frutos carnosos se da agua a presión para separar la pulpa de las semillas. En piñas, se extiende una lona si hace calor o se les da calor con estufas para que se abran y se puedan extraer las semillas.

    d.- Limpiado, lavado y secado de las semillas: En cítricos y bellotas no se seca, ya que la humedad debe ser del 30%.

    2.- Almacenaje y conservación de la semilla: Una vez realizados los pasos anteriores, la semilla ya está preparada para ser plantada, pero esta época no es la adecuada para la siembra (Julio-Septiembre) ya que se necesitan ciertas condiciones de humedad y temperatura (propias de Febrero-Marzo). Por ello, la semilla se almacena y se conserva durante 3 o 4 meses de tal forma que no pierda poder de germinación (hay semillas con cubiertas duras, salvo la del chopo, que mantienen un elevado porcentaje de germinación sin apenas cuidados).

    Las semillas se conservan a bajas temperaturas (de entre 2 y 4°C o de 0°C en botes cerrados para almacenar 2 o más años) y a humedad baja. Además se suele eliminar el oxígeno para que no crezca el embrión.

    En zonas frías, la conservación se realiza en sótanos o en bolsas de plástico en frigoríficos. A veces se recurre a la estratificación:

    SEMILLA

    SUSTRATO

    SEMILLA

    SUSTRATO

    Si existen inviernos suaves se puede hacer la siembra directamente aunque las semillas no germinen hasta primavera, pero no se recomienda.

    A veces, las semillas no germinan cuando deben a causa de los fenómenos de latencia interna (han de ser eliminados en la conservación):

    - Presencia de cubiertas duras e impermeables que impiden la absorción de agua. Para eliminarla se actúa con papel de lija y, si son muy duras, se puede tratar con ácido sulfúrico y luego lavar con agua.

    - Presencia de inhibidores en cubiertas o pulpa.

    - Presencia de capas duras pero no impermeables. Para eliminarla, se meten las semillas en agua a 70°C hasta que se enfría o en batidoras con cuchillas de goma.

    - Embrión inmaduro. A veces, con la misma estratificación se consigue eliminar (en el melocotonero son necesarios entre 60 y 70 días).

    - Latencia post-cosecha.

    A veces, para eliminar la latencia se alterna estratificación fría con estratificación cálida (en invernadero). La lluvia también puede reducir las latencias.

    Especial cuidado necesita el magnolio, ya que sus semillas llevan aceite y si no se estratifican bien se enrancian.

    3.- Siembra de las semillas: Se realiza cuando las temperaturas empiezan a subir por encima del cero vegetativo de cada especie. Hay dos épocas:

    - Otoño: Es la menos usada. Es para semillas sin latencia o para zonas con temperaturas no muy bajas.

    - Primavera (las coníferas son las últimas que se siembran).

    La siembra, dependiendo del lugar en el que se realice, puede ser:

    - In situ: No se hace mucho por la dificultad de darle cuidados.

    - En vivero o semillero (al aire libre, para las semillas más rústicas).

    - En sitios protegidos (invernadero o cajonera).

    Hay dos grandes métodos de siembra:

    - A voleo (para semillas pequeñas): Se obtiene poca uniformidad y requiere más cantidad de semilla y un trasplante a zonas con menor densidad. A veces, existe mucha competencia, por lo que hay que hacer repicados (sacar plantas).

    - A chorrillo (en líneas de dos en dos, de una en una...): La distancia entre líneas depende del porcentaje de germinación y del tiempo que las semillas vayan a estar en el semillero (a mayor tiempo, mayor distancia).

    La profundidad de siembra ha de ser de dos veces el tamaño de la semilla, ni muy superficial para que no se seque, ni muy profunda para que pueda salir el embrión (hay que evitar la formación de costras). La densidad de siembra no ha de ser ni muy alta (ya que la planta puede ahilarse por la excesiva competencia) ni muy baja (ya que se pierde espacio).

    Los semilleros son parcelas de 80 cm de ancho y longitud variable. Los suelos no son muy exigentes, pero se usan tierras sueltas para hoja caduca y tierras más francas para hoja perenne. En los semilleros existen cuidados de humedad, temperatura, de materia orgánica y sombreo con mallas y las plantas pueden estar hasta un año dependiendo del tipo de planta (si se quieren plantas con sus propias raíces se tienen 1 o 2 años). En el trasplante se saca la raíz con tierra (con cepellón) en las plantas de hoja perenne o desnuda en las de hoja caduca y se hace en época de reposo (sobre todo en las de hoja caduca), además de preparar la raíz cortando parte de la pivotante para favorecer más fasciculación.

    Para las cajoneras o semilleros para semillas pequeñas hay que preparar el suelo (con turba y ácidos para las ericáceas) 2 o 3 semanas antes, regando bien y dejando que escurra. Luego, se siembra superficialmente y se espolvorea con mantillo en semillas muy pequeñas (se puede echar polvo de talco para que se dispersen). Si las semillas son mayores, se separan cada 2 o 3 cm. Luego, la caja se tapa con un cristal para mantener la humedad y para que no se forme costra (se destapa cuando germinan las semillas). A veces, cuando aparecen las 2-3 hojas verdaderas, se hacen repicados o trasplantes (si hay mucha densidad, se quitan plantas para evitar competencia y se llevan a otra superficie de menor densidad o a una maceta pequeña).

    Para los invernaderos se opera igual que con cajoneras, en cajas-semilleros (no muy profundas, con substratos y sistema de drenaje). Se hace repicado cuando ya hay 2 o 3 hojas y se tienen 2 o 3 semanas (como periodo de endurecimiento en el que la planta se acopla a las condiciones del exterior). Si hay problemas de repicado, a veces la siembra se hace en macetas individuales o en alvéolos para evitar los primeros repicados.

    Se recomienda no usar las semillas para la misma especie durante 2 o 3 años o se cambia el sustrato (para evitar parásitos...).

    5.- Multiplicación vegetativa. Estaquillado.

    El estaquillado consiste en separar una parte (porción vegetativa) de la planta que generará la planta completa (podrá enraizar en sustrato y condiciones buenas). Habrá que regenerar la raíz, la parte aérea o ambas.

    Es un método sencillo a través del que se puede conseguir mucho material a partir de una sola madre y en el que al tratarse de multiplicación vegetativa los hijos son iguales a las madres. Su inconveniente es la buena salud que han de tener las madres.

    Por medio del estaquillado, las plantas estaquilladas sobre sus propias raíces dan plantas variedades o patrones.

    Por otra parte, las estaquillas de raíz forman la parte aérea, las de tallo llevan una yema que da lugar a la parte aérea, por lo que lo que habrá de generar será la parte radicular, y las de hoja habrán de generar ambas.

    6.- Factores que influyen en la posibilidad de enraizamiento en el estaquillado.

    a.- Factores endógenos: El factor más importante es la época de corte (ya que condiciona la resto).

    1.- Características genéticas: Existen plantas que enraízan bien y otras que no (el olivo, por ejemplo, enraíza bien al tener raíces preformadas).

    2.- Estado de maduración de la planta: Cuanto más joven sea la parte tomada, más fácil enraíza (por ello, en reproducción por semillas, con prolongada juventud, se enraíza más fácilmente).

    A veces, por eso se hacen técnicas de rejuvenecimiento (podas tipo seto muy continuadas). También se usan los hijuelos, porque tienen más poder rizógeno.

    3.- Estado fisiológico de la planta o de la parte de la que se tome la estaquilla, que depende de la época del año.

    4.- Parte de la planta que se tome, que puede ser:

    - Hoja.

    - Raíz.

    - Tallo o brote, que puede ser basal, terminal o lateral. Los mejores son los laterales, aunque presentan el problema de dar plantas torcidas (topófisis, que no es importante para plantas patrón), por lo que entonces se usa sólo la guía vertical.

    5.- Presencia de hojas: Favorece la formación de raíces (también las yemas de madera lo favorecen, pero no las de flor, que actúan como inhibidores) pero exige cuidados para que se dé primero la floración de raíces (antes de la formación de la parte aérea), para que no haya problemas de deshidratación o desecación.

    6.- Reserva de carbohidratos: Varía según el estado en que esté la planta y de la zona que se coja.

    7.- Niveles de auxinas (hormonas reguladoras del crecimiento): Si hay un equilibrio, se enraíza fácil (si no, se añaden exógenamente).

    8.- Estructura anatómica: En general, las raíces se forman desde la línea del cambium. En algunos casos (variedades de olivo), hay anillos con células de esclerénquima que actúan de pared impidiendo que la raíz salga una vez formada, por lo que hay que realizar cortes.

    b.- También hay factores externos:

    - Temperatura (12-14°C).

    - Humedad del sustrato y de la parte aérea.

    - Presencia de oxígeno.

    El sustrato ha de cumplir con estas condiciones. También debe ser estable a la temperatura, drenar bien y mantener la humedad, además de sujetar a la estaquilla. Se suelen usar diferentes mezclas (turba + arena, turba + perlita, turba + vermiculita, medios ácidos...).

    Se ha dicho que si hay hojas, se favorece el enraizamiento, pero hay que disminuir su transpiración (mediante riego) para evitar que las yemas se formen antes que las raíces ya que si esto ocurre la estaquilla muere. Además del riego, se puede calentar el sustrato (unido al riego) y, así, la temperatura basal será mayor que la de la parte aérea, con lo que se formarán mejor las raíces y luego las yemas.

    7.- Tipos de estaquillas.

    1.- Estaquillas de tallo: Son brotes del año con 2 o 3 yemas (en olivo e higuera se usa madera más vieja). Pueden ser basales, medias o terminales (según de donde se corten).

    Dentro de este grupo, dependiendo de la época de corte, hay:

    a.- De madera dura: Están lignificadas y son las más fáciles de obtener y manejar. Se cortan en el reposo. Hay:

    a.1.- De hoja caduca: Tienen yemas latentes y no tienen hojas (por lo que hay más tiempo para formar las raíces y se pueden conservar). La longitud de las estaquillas viene dad por el número de yemas, la longitud de los entrenudos y la cantidad de material de que se disponga. Además, no deben ser ni muy gruesas ni muy finas.

    Se pueden cortar rectas por debajo de una yema (estaquillas rectas, más fáciles de colocar y de extraer varias), con un poco de madera (estaquillas de talón) o con toda la madera donde está inserta (estaquilla de mazo o muletilla).

    Al cortarlas, hay que mantener la polaridad (por debajo salen las raíces) por lo que se dan cortes distintos parea distinguir las zonas:

    Estas estaquillas se cortan en el periodo de reposo y generalmente no se pueden poner en el suelo directamente hasta que suban las temperaturas. Antes, se les dan tratamientos, se atan en mazos y se almacenan 2 o 3 meses en cámaras o con un sistema de estratificación, en zanjas al aire libre con temperaturas de 3 o 4°C, hasta que se alcancen temperaturas de 8-10°C.

    Al plantar las estaquillas en las parcelas de enraizamiento, se entierran sus 2/3. Se colocan más o menos próximas según el porcentaje de enraizamiento y el destino (si se tratan de patrones para injertos, se colocan más separados, y si se tratan de variedades, se colocan más juntas).

    Las estaquillas se plantan en primavera y en el siguiente reposo se saca la estaquilla enraizada y se lleva a otra parcela, recortando un poco las raíces y, para equilibrar, la parte aérea (asís se tiene una estaquilla preparada para el transplante).

    a.2.- De hoja perenne: Son estaquillas que llevan hojas. Para clavarlas, se eliminan las hojas basales y si el resto son muy grandes, se recortan.

    Las estaquillas también se cortan en reposo pero, al llevar hojas, no se estratifican sino que se llevan a enraizar a un sitio bajo techo (viveros o cajoneras). Se clavan 2/3 de su longitud a una distancia de 3x3 o 4x4 cm, conservando la polaridad. Se suelen colocar con calor de fondo y cubiertas de plástico (para evitar la transpiración).

    Las yemas elongarán algo y, sin esperar al reposo, se sacan con tierra a una maceta (a una maceta sin riego, 2-3 semanas para que endurezcan) y luego se sacan al exterior.

    Pueden usarse como patrones o como variedades y reciben el nombre de estacas enraizadas.

    b.- De madera semidura: Se cortan a finales de Agosto o Septiembre. Están parcialmente lignificadas y todas llevan hojas (aquellas hojas que no han entrado en reposo). Se preparan como las perennes anteriores (colocándolas dentro de un invernadero o cajonera). Son necesarios riegos de nebulización.

    c.- De madera suave: Son las más delicadas, ya que no hay lignificación y las yemas que llevan brotan pronto, por lo que hay que ponerlas en cama de enraizamiento o propagación pronto y con riego (son necesarios calor de fondo y riegos de nebulización). Se cortan en pleno periodo de crecimiento (mayo o Junio). Posteriormente, también se las endurece antes de sacarlas al exterior.

    2.- Estaquillas de hoja: Se utiliza la hoja entera o una parte de ella (limbo...), que hay que coger cuando la hoja esté más extendida (muestre más superficie). Dentro de este grupo, hay:

    a.- De hoja sola: Se usa más para cultivos herbáceos. No tienen polaridad, sino que la hoja se coloca plana sobre el sustrato (por arriba se pueden colocar piedras para sujetarla). A partir de ella, con las condiciones de temperatura y humedad necesarias, surgen nuevas plantas que luego se transplantan.

    Si la hoja es lo suficientemente dura, se clava verticalmente. Para favorecer el enraizamiento, se pueden dar cortes en los nervios (las plantitas nacen en esos cortes, la planta madre se pudre y los hijuelos se transplantan).

    b.- De hoja con yema: Se utiliza para cultivos leñosos. Se puede colocar en el sustrato plana y luego surgirán nuevas plantas.

    3.- Estaquillas de raíz: Se toma una parte de la raíz. Sus inconvenientes son que a veces tienen mutaciones (no se mantienen las características genéticas) y que para sacar la raíz hay que sacar la planta entera (por ello a veces se aprovechan las épocas de transplante). Según su consistencia, hay:

    a.- Leñosas: Están lignificadas y el modo de operar es análogo al de las estaquillas de tallo de hoja, de madera dura. Su longitud es de 4-8 cm (además de ser más largas, se pueden conservar). Su principal inconveniente es que para obtenerlas hay que descalzar la planta.

    b.- Fibrosas: Se colocan a enraizar inmediatamente. Son más cortas (2-3 cm) y se colocan planas, superficialmente.

    8.- Instalaciones y metodología del estaquillado.

    Hay una serie de factores que tienen influencia para que el enraizamiento se dé más rápido y de más calidad:

    1.- Edad de la madre: Se procurará llevarla con podas drásticas para que dé muchos hijos y se rejuvenezca. También se usan rebrotes que salen por encima del suelo y, a veces, se hacen “injertos en cascada”.

    2.- Equilibrio hormonal: Al coger estaquillas en distintas épocas. Se pueden dar tratamientos hormonales exógenos de auxinas (preparados o que han de ser preparados) para conseguir el equilibrio (también se usan el ácido indobutírico, el A.N.A o el A.I.B).

    Si se hacen las preparaciones en solución, hay que disolverla primero en etanol. En concentraciones bajas, se hacen inmersiones largas (2-4 horas), y en concentraciones altas (2000 ppm), loas inmersiones son cortas. La inmersión rápida es más cómoda, pero, para especies como el peral son beneficiosas inmersiones lentas.

    Las soluciones se preparan cuando se van usar, para evitar desgastes. Las estaquillas se prepararán en mazos y se remojará solo su base (0,5-1 cm). Si se supera la concentración necesaria puede haber inhibición de la brotación o formación de callo en la base.

    A veces, también hay preparaciones en polvo dispersadas en talco (con las que se impregnan las estaquillas) y preparaciones en pasta.

    3.- Tratamientos anticriptogámicos: Si hay buen estado sanitario, el enraizamiento se da más fácilmente.

    4.- Dar cortes bajos en la estaquilla en forma de cruz: Así, se aumenta la superficie de contacto con el sustrato y la superficie de adsorción y se estimula la multiplicación de las células próximas a la herida.

    5.- Sustrato: Es soporte y fuente de oxígeno, temperatura y humedad. Se actúa sobre él para evitar que las yemas se desarrollen antes que las raíces (dándole calor, haciendo riegos para disminuir la temperatura de la parte aérea...).

    Un caso particular de sustrato es la banqueta de propagación, sobre la que se coloca una malla con calor (a la que se le pone un termostato). Además, cuenta con una hoja electrónica (que controla la superficie que se cubre de agua, de forma que cuando ésta se evapora, da la orden para que empiece otra vez el riego) y una pesa con una esponja que se coloca entre las estaquillas (de manera que cuando empieza el riego la esponja baja por gravedad y, cuando se llena de agua, da la orden de parada de riego). También se colocan aspersores en el centro o en los bordes, para que el agua salga nebulizada, controlados por relojes (para ver el intervalo entre riegos, los cambios de temperatura...).

    9.- Esquema-Resumen del estaquillado.

    10.- Multiplicación vegetativa. Acodo.

    Consiste en tomar una parte de la planta madre (que suele ser madera del año) y hacerla enraizar y luego separarla, obteniendo un acodo enraizado o barbado. Se usa fundamentalmente para la obtención de patrones clonales.

    El hecho de que no se separe hasta el enraizamiento, da una serie de ventajas e inconvenientes respecto al estaquillado:

    - No importa el tiempo de enraizamiento (ya que se abastece de la madre) y se evitan los problemas de desecación.

    - Un inconveniente es que se obtienen menos individuos.

    - Otro inconveniente es que los tratamientos deben ser individuales.

    - El último inconveniente es que algunos acodos requieren un establecimiento especial de los pies madres.

    11.- Factores que influyen en la formación de raíces en la técnica de acodo.

    1.- Interrupción de la translocación hacia debajo de materia orgánica, auxinas y carbohidratos (para acumular sustancias de reserva en las zonas que se quieren acodar).

    Si en la zona a enraizar aumenta la materia orgánica, se forman más raíces. Esto se puede hacer cogiendo la rama y doblándola para que haya más dificultad de paso de sustancias. En otros casos se hace una hendidura para que ahí se dé una concentración de sustancias de reserva. Ambas técnicas se pueden combinar. También se puede hacer una eliminación de un anillo de corteza o atar un alambre para que cuando el brote crezca se estrangule.

    2.- Eliminación de luz de las zonas que se quieren acodar. Esto se hace cuando el brote a acodar tiene un cierto crecimiento (se cubre con papel albal, se aporca...) y se llama blanqueolado o al principio del brote y se llama etiolamiento (el brote crece desde el principio sin luz).

    3.- Aplicación de sustancias hormonales, que con un pincel (nunca por inmersión) se les da a los acodos.

    4.- Factores externos como la humedad, el sustrato (se usa musgo o serrín según el tipo de acodo), la existencia de un buen drenaje y de oxígeno y una temperatura moderada y sin grandes cambios (4-5°C).

    12.- Tipos de acodo.

    1.- De punta: Se produce de forma natural en muchas plantas cuando los brotes crecen hacia el suelo, ya que cuando el brote contacta con el suelo, enraíza. Se suele dar en plantas arbustivas.

    Tras la parada estival, se puede hacer una zanja y colocar el extremo de los brotes en ella, de modo que la yema terminal brotará hacia arriba y en ese arco se formarán las raíces.

    2.- Simple: Existen plantas arbustivas que no crecen hacia el suelo, por lo que se coge un brote flexible y se lleva hacia una zanja cavada en el suelo, de forma que una parte del brote mire hacia arriba. La curvatura se consigue doblando el brote, atando alambres... Este acodo se hace:

    - Al final del periodo vegetativo, antes de que lignifique.

    - Antes del periodo de actividad.

    3.- Continuo o múltiple: Si hay brotes muy largos, se pueden sacar varios acodos por brote, mediante un acodo compuesto o un acodo continuo (no se deja el brote fuera, sino que se entierra todo en una zanja amplia).

    4.- Acodo aéreo: Se hace cuando los brotes están muy lignificados o se trata de una planta arbórea y los brotes no pueden llevarse al suelo. En este caso, se llevará el sustrato donde esté el brote y, para ello, se lesionará un poco el brote para ponerlo en contacto con el sustrato y para que enraíce. Luego, en el reposo, se cortará y se obtendrá el barbado.

    A la hora de elegir el sustrato hay que buscar que sea ligero (como los musgos, que se riegan bien) y que mantenga la humedad (ya que suele haber problemas de sequedad, por lo que hay que regar manualmente).

    La ventaja de este tipo de acodo es que se obtiene una planta grande en poco tiempo, aunque sus raíces son pequeñas y hay un desequilibrio (por eso, al cortarlo se llevará a una cajonera para que enraíce y crezca más allí). Se usa en magnolios, ficus, tropicales...

    5.- Corte y recalce (montículo o cepa) y de rama enterrada: Se basan en la formación de raíces por oscuridad. Se usan en vivero, para la obtención de patrones (ya que los acodos anteriores se usan más para la obtención de variedades) en peral, manzano y membrillero, sobre todo.

    En el caso del acodo de corte y recalce, hay que elegir una parcela para los “pies madres” (con riego, buena textura...).

    Cuando aparecen los brotes, se tapan hasta la mitad con el mismo suelo o con serrín para mantener la humedad y la temperatura. En la parte enterrada aparecen las raíces y los brotes, eliminando los más débiles y cortando el resto en el periodo de reposo tras desaporcar:

    - Si el corte se hace a finales de otoño, la madre se puede dejar descubierta para que cicatrice.

    - Si no necesitamos los barbados, el corte se hará al final del reposo, cuando las temperaturas no son tan bajas.

    Así, obtenemos una cosecha de barbados, que se clasificará por grosor y se recortará algo. Si no se plantan inmediatamente, se conservan en zanjas 2 o 3 semanas antes de que empiece su actividad. Al colocar los barbados, se separan 15-20 cm (si se llevan antes a una parcela de enraizamiento, se ponen más próximos).

    Otro caso es el del acodo de rama enterrada o de trinchera. En hueso, al cicatrizar peor, las plantas madres se inclinan 30-40° enterrándolas en paralelo. Al año siguiente se pone la planta horizontal en el suelo, eliminando los brotes más débiles. Así, irán creciendo brotes, se irá aporcando y en el reposo se cortarán.

    13.- Multiplicación vegetativa. Injerto.

    Se usa, en principio, para el mantenimiento de clones. Consiste en la unión de dos partes de dos plantas distintas:

    - Patrón o pie: Da lugar a la zona radicular (el injerto se hace en el cuello) aunque hay veces que el patrón incluye el tronco. El patrón puede ser obtenido por semilla (patrón franco) o por multiplicación vegetativa (patrón clonal).

    - Variedad o injerto: Da lugar a la parte aérea. Puede ser púa (cuando se trata de un brote con 2 o 3 yemas) o yema (si es un brote con una sola yema).

    Para que se dé la unión es necesario un proceso de cicatrización y vascularización (si solo hay cicatrización, el injerto no prende). Hay casos, como el de los cítricos, en que el patrón influye mucho en la variedad.

    En principio, se usa el injerto como multiplicación vegetativa cuando no se pueden obtener clones por los métodos anteriores. Es una técnica complicada (exige personal especializado) en la que hay que obtener patrón y variedad y luego injertar. Además es cara, se tarda más y hay veces en que hay problemas de incompatibilidad.

    Con el injerto se puede usar una misma variedad sobre varios patrones adaptados a distintas condiciones (por ejemplo, variedades muy vigorosas, como las del cerezo, se injertan en patrones enanizantes). También se pueden conseguir formas de crecimiento diferentes (por ejemplo, variedades pedunculares se injertan en patrones rectos y de mucha altura para evitar portes rastreros).

    El injerto también sirve para adelantar la precocidad y producción de variedades (cuando se injertan sobre patrones adultos) y para cambiar variedades en plantaciones (en variedades que han dejado de ser comerciales o que se han hecho resistentes a ciertos tratamientos se sobreinjertan nuevas variedades sobre las ya existentes).

    Cuando hay lesiones en la parte aérea (por heladas, aperos...), debido a lo mucho que tardan en cicatrizar, se utilizan injertos puentes. Cuando los daños son en las raíces, se utilizan injertos de apuntalamiento.

    El injerto se usa también para cambiar de variedades en plantaciones, cuando las variedades anteriores dejan de ser comerciales o se hacen resistentes a ciertos tratamientos. Así, se sobreinjertan nuevas variedades sobre las ya existentes.

    Otro uso que tiene el injerto es el de detectar virus, ya que hay plantas que no manifiestan síntomas y, por ello, se injerta una más sensible al virus para ver los síntomas.

    14.- Formación de la unión del injerto.

    Se hace un corte sobre el patrón y otro sobre la variedad (que al menos ha de llevar una yema) lo más parecido posible al del patrón. Las dos partes se ponen cerca para que cicatricen y se formen vasos que conecten las dos partes (a partir del cambium del patrón y de la variedad).

    Cuanto más parecidos sean los cortes, más fácil es que se produzca la unión. A veces, para evitar que las partes se muevan y para que cicatricen bien, ambas partes se atan. Cuanta más zona del cambium exista en contacto, mejor.

    Pero hay que tener en cuenta que para que cicatricen, el cambium debe tener actividad: principalmente, interesa que esa actividad venga de las raíces del patrón y que la yema de la variedad esté en reposo, para que se cicatrice antes de que la yema entre en actividad (si no, el crecimiento sería a expensas de las reservas de la púa). En la zona de callo se diferenciará un nuevo cambium, que establece la conexión entre las dos partes (donde se diferenciará un nuevo xilema y floema).

    Una vez que el injerto prenda, se eliminará la parte del patrón que esté por encima del injerto y posibles brotaciones inferiores. Sólo hay que favorecer el desarrollo del injerto.

    Además de los cortes de patrón y púa, hay otros factores que afectan:

    - Elección de la época, de manera que el patrón esté en actividad y la variedad esté en reposo. La época más adecuada va desde la primavera al otoño.

    - En cuanto a la variedad o púa, se puede hacer injerto:

    a.- De Otoño o de yema: Se realiza cuando las yemas ya están en reposo (finales de Julio en hueso). En todo caso, depende de cada zona, pero siempre se debe hacer estando el patrón en actividad todavía. Las yemas se cogen en el momento de injertar.

    Es el más usado en vivero para plantas pequeñas, ya que hay más tiempo para que se dé la cicatrización (al no brotar las yemas en 2 o 3 meses). Presentan la ventaja de que cada yema da una planta.

    b.- De Primavera o de púa: El patrón ha entrado ya en actividad o está a punto. Se cogen las púas 10 o 15 días antes para cerciorarnos que están en latencia.

    Se usa cuando el injerto de Otoño no prende o en plantas muy grandes. También se usa en plantas pequeñas, en plantas de variedad y en técnicas de sobreinjerto.

    c.- Injerto de Junio: Suelen ser de yema y el patrón está en actividad. Se usa en vivero para plantas pequeñas y dentro del mismo año. Se hacen sobre patrones que en el mes de Junio tengan el tamaño adecuado para realizar el injerto.

    Presenta una serie de problemas:

    - No es la época más adecuada. Por las elevadas temperaturas y la escasez de agua, que hacen que el patrón no despegue bien.

    - Se usan yemas formadas y diferenciadas ese año, que están latentes por dominancia apical y brotarán enseguida sin haberse conseguido la cicatrización. Por ello, la cicatrización ha de ser muy rápida.

    15.- Técnicas de realizar el injerto.

    Hay veces que los injertos se realizan correctamente pero no prenden porque falta afinidad entre patrón y púa. Esa falta de afinidad se puede manifestar en el momento o puede tardar muchos años (10 o 15).

    La afinidad es mayor cuanto más cercanas estén las plantas en la escala botánica (aunque existen excepciones, como la del peral y el membrillero).

    Los síntomas de la incompatibilidad son que la velocidad de crecimiento de patrón y variedad es distinta (por lo que se forma el polisón o miriñaque) y que la unión se rompe al cabo de años en el punto donde se había hecho el injerto.

    Existen dos tipos generales de incompatibilidad:

    a.- Incompatibilidad localizada: A/B es incompatible por lo que se introduce la madera intermedia C, compatible con A y B, que hace que A y B sean compatibles a través de C: A/C B.

    b.- Incompatibilidad traslocada: Aunque se introduzca la madera intermedia C siguen siendo incompatibles, pero si se hace B/A sí es compatible.

    Por tanto, al hacer un injerto, hay que hacer previamente un ensayo. A veces, tras el injerto (al año) se hace un corte y se ve si en la zona hay cicatrización y vascularización.

    16.- Formas de injerto de púa.

    Se usan distintos patrones según su tamaño y se injerta una variedad con más de una yema.

    Se hacen más en Primavera, cuando el patrón está en actividad y las púas han sido recogidas 10 o 15 días antes (y están en reposo). Se hacen sobre patrones finos (=1 ó 1,5 cm ) y se usan púas finas.

    Las técnicas son distintas según el tamaño del patrón y su relación con la púa.

    1.- Cuando la púa y el patrón tienen el mismo diámetro: Injerto inglés o de doble lengüeta: Se descabeza el patrón y en su parte superior se hace un corte inclinado (en bisel) y luego, sobre ese corte, se hace otro corte (quedando como una M). Con la púa se opera igual, intentando que los cortes sean lo más parecidos posible.

    Cuando prende, este injerto lo hace muy bien, aunque lo hace mejor si se ata (ya que con esto se evita que se mueva y se conserva la humedad). El problema es que requiere mucha habilidad del injertador.

    Si el patrón es más grueso, se hace un corte inclinado hacia la mitad y luego otro, y la púa se coloca un poco a un lado.

    Otro caso es el del injerto de empalme, que necesita atado.

    2.- Cuando el patrón es más grueso: Injertos de tocón lateral: No hace falta descabezar al patrón, sino que se hacen a un lado y cuando prenden, ya se descabezan.

    Se hace un corte inclinado y la púa se prepara como una cuña y se coloca ladeada. A veces se encera.

    3.- Injerto inglés lateral: Se usa mucho en plantas pequeñas, para frondosas o coníferas. Se escogen patrones gruesos a los que se defolia la parte inferior.

    Se hace un corte como una rebanada y luego se hace otro. En la púa también se hacen dos cortes. A veces, tras el injerto, hay que usar tutores.

    4.- Injerto de enchapado lateral: Se hace para plantas pequeñas. Se hace un corte vertical largo y debajo otro pequeño (no una doble lengüeta como en el caso anterior). A veces, se amarra con cintas. Si la púa tiene hojas, se coloca bajo cubierta de vidrio.

    5.- Si tenemos patrones más gruesos ( = 2-2,5 cm) : Injerto de hendidura: Se descabeza el patrón. Se hace un corte transversal más o menos profundo según la longitud de la púa.

    Cuanto más grueso sea el patrón, el problema es que tarda en cicatrizar. Además, a veces pueden entrar enfermedades. A veces, si el patrón es muy grueso, se colocan 2 ó 4 púas.

    6.- Si el patrón es muy grueso o tiene nudos, hacer los cortes es más difícil: Injerto de incrustación: Se dan cortes más superficiales dando distintas secciones en forma de quesitos. Se puede cubrir de cera (para hacerlas impermeables y elásticas).

    7.- Si los patrones son mucho más gruesos: Injerto de corteza: Se despega la corteza del patrón y allí se coloca la púa. El patrón tiene que estar en actividad. También pueden ser laterales. A veces, además de atar las púas, se sujetan con clavos.

    Son los más tardíos (Abril-Mayo). Prenden muy bien y han de ser correctamente planeados y anticipados (recogida de material en la época invernal). Existen distintas técnicas (según como se despegue la corteza, su grosor...):

    a.-

    b.- A veces, se hacen dos cortes y se tira para meter la púa:

    c.- Otras veces, se hacen dos cortes verticales y paralelos, del ancho de la púa.

    El injerto de corteza tiene diversas aplicaciones, como los injertos puentes, que se usan para reparar heridas (en la zona de la herida se elimina la parte necrosada).

    8.- También existen injertos de apuntalamiento, que se usan para reparar daños en el sistema radicular. Se opera colocando unos barbados alrededor del árbol el año anterior.

    17.- Técnicas de injerto de yema.

    En este caso sólo se injerta una yema, de la que se obtiene una planta. Por ello, permite obtener más plantas que los injertos de púa. Los injertos se hacen sobre madera del año (brotes finos de 8-10 mm) y se utilizan técnicas más sencillas.

    El patrón está en actividad (ha de poder despegarse la corteza) y las yemas son de madera y están latentes (por dominancia apical o por frío). Es la técnica más usada para plantas pequeñas en vivero.

    18.- Epocas para realizar el injerto de yema.

    1.- Otoño: Se da en vivero para plantas pequeñas. El patrón ha de estar en actividad y habrá crecido en la primavera y verano anteriores.

    Antes de que el patrón entre en reposo, en la parte baja del patrón (2-3 cm por encima del cuello de la planta) se injerta la yema (recogida en la época de injerto y defoliada si no ha perdido las hojas) y no se toca hasta la primavera siguiente (se descabeza por encima del punto de injerto), a no ser que brote antes, en cuyo caso se corta.

    Una vez hecho el injerto, si al poco tiempo se ve que el peciolo de la yema está atabacado (blando), se puede repetir el injerto.

    Estos injertos se hacen en T o en escudete.

    2.- Primavera: Se hace si el patrón no está preparado para que se realice el injerto en Otoño o cuando el injerto no ha despegado en Otoño. El patrón ha de estar en actividad y las yemas deben ser recogidas previamente (unos 15 días antes, para que estén en reposo).

    Según se despegue o no la corteza de la yema, existen distintas técnicas (se pueden meter en agua caliente para que se caiga la cortecilla). Los injertos pueden ser en escudete o con astilla.

    3.- Junio: En Junio, en determinados patrones que deben tener grosores suficientes, se injertan yemas ya diferenciadas. Los injertos se hacen un poco más alto, dejando hojas por encima y por debajo del punto de injerto, para que se favorezca la cicatrización y para evitar problemas de falta de agua por desarrollo prematuro de las yemas. Permite obtener el plantón en un solo año.

    Cuando empieza a brotar, se recorta algo la parte aérea del patrón y, durante el verano, la nueva copa empieza a brotar. Así, en el reposo ya hay árboles listos. Suelen ser injertos en escudete.

    19.- Tipos de injerto de yema.

    1.- En T o escudete: En el patrón se hace un corte con forma de T y se prepara la yema, en forma de escudo y eliminando la madera, para que entre en la T hecha en el patrón. Se coloca la yema con la polaridad correcta y se ata, y no se descabeza el patrón hasta la primavera siguiente. Se desata y se vuelve a atar si se observa que existe estrangulamiento.

    Si este injerto se hace en zonas lluviosas o en plantas con mucha savia (que sangran mucho) se hace el injerto de T invertida.

    A veces, se usa el injerto en I, en los que la yema tiene forma rectangular. Para cambios de variedad se utilizan injertos de chapa o de anillo.

    2.- De yema con astilla: La yema lleva un trocito de madera y es parecido a un injerto de púa pero con una yema.

    3.- Sobreinjerto: Hay veces que A/B son incompatibles y se coloca C entre ellos.

    Esto se puede realizar en un año si al meter C, se mete sobreinjertado directamente con A. Esto solo se hace en plantas con buen estado sanitario, longevas...

    La forma de realizar sobreinjertos para cambiar variedades es:

    a.- Con poda fuerte, por lo que se hacen pocos injertos, pero cuanto más gruesa sea la rama, es más difícil que prenda. Además, el árbol sufre un fuerte shock y puede haber problemas de quemaduras en zonas soleadas.

    b.- Con poda suave, de manera que salgan los brotes del año y sobre ellos se hace el sobreinjerto. La desventaja es que se hacen más injertos, pero prenden mejor.

    c.- Con podas fuertes en unas zonas y más débiles en otras.

    20.- Aspectos comparativos en distintos métodos de propagación.

    Aspectos considerados

    Estaquillado

    Injerto

    Acodo

    propagación

    Resultado

    Variable

    Positivo

    Aceptable

    Variable

    Dificultad

    Fácil

    Difícil

    Difícil

    Muy difícil

    Habilidad

    Normal

    Mucha

    Mucha

    Mucha

    Plantas obtenidas

    Grande

    Limitado

    Limitado

    Muy grande

    Tiempo

    Poco

    Mucho

    Mucho

    Poco

    Coste

    Muy barato

    Caro

    Caro

    Barato

    Portainjertos

    Sistema radicular

    Superficial

    Profundo

    Superficial

    Débil

    Calidad

    Buena

    Variable

    Buena

    Regular

    21.- Viveros para multiplicación vegetativa.

    Se habla de empresa dedicada a la producción o a la recría de plantas. Pueden ser enormes según el tipo de planta. Se tiende a la especialización de plantas (vid, coníferas...) y del tipo de reproducción.

    Las consideraciones que hay que tener en cuenta en la multiplicación en invernadero son:

    - Tipo de planta.

    - Periodo más eficaz de propagación.

    - Cálculo aproximado de permanencia en el aire de propagación.

    - Tiempo y espacio en la parcela.

    - Instalación a pleno rendimiento (además de tener todo el año ocupado).

    - Estimación del número de plantas a producir.

    - Conocimiento de las técnicas con más posibilidades de éxito o fracaso.

    El vivero debe poseer parcelas de cría de plantas (o de enraizamiento), que se recomienda no usar más de 2 o 3 años seguidos. También deben poseer invernaderos, según la multiplicación. Las parcelas deben estar próximas y lo mejor es tener los pies madres.

    a.- Factores climáticos más importantes:

  • Temperatura: Según las necesidades de las especies, prestando atención a los problemas causados por heladas invernales o primaverales.

  • Periodo libre de heladas más o menos grande según el tipo de planta.

  • Agua: No suele ser un problema, ya que los viveros suelen tener riego.

  • Viento: Las plantas madres se suelen usar como cortavientos.

  • b.- Factores de suelo: Son menos importantes porque en viveros se cultivan plantas pequeñas y si empiezan a haber problemas se sacan las plantas.

  • Suelos sueltos: Para hoja caduca (se saca con raíz desnuda).

  • Suelos francos: para hoja perenne con cepellón.

  • Containers (macetas): Se usa más en ornamentales.

  • 22.- Producción de árboles frutales.

    El esquema de producción es el siguiente:

    1.- Lo primero a disponer es el material de la planta madre para propagarlo:

  • Planta madre para patrones (semilla, estaquilla y acodo).

  • Planta madre para obtener variedades (producción de madera para injertos).

  • 2.- Luego vendría el proceso normal de producción de plantones, aunque se puede acortar con injertos de taller, de junio o de maceta.

    Otra forma sería hacer el injerto de Junio: Se siembra el patrón y en Junio se hace el injerto más alto (con hojas por abajo y por arriba) y se va descabezando poco a poco hasta que llegue el periodo de reposo donde ya obtenemos el patrón. Con esto se acorta el proceso.

    Un caso especial es el empleo de un intermediario para obtener plantas sobreinjertadas por causas de incompatibilidad: Se siembra el patrón en Enero, en Otoño se injerta el intermediario, en Primavera descabezo, en el otoño siguiente injerto la otra variedad y al principio del tercer año descabezo.

    23.- Obtención de patrones.

    1.- Por siembra de semillas: “Patrones francos, planteles o plántulas”.

    2.- Por medio de multiplicación vegetativa:

  • Estaquillado (sin separación de la planta madre): Da lugar a una “estaquilla enraizada”.

  • - La de tallo lignificado es la más usada, ya que es más resistente.

    - Las aéreas blandas (herbácea) se dan en invernaderos, donde se les da calor de fondo y nebulización.

    - Si no funcionan las anteriores, se usan las de raíz (con el problema del descalce de plantas).

    - De hoja con yema.

    - Microestaquillado.

  • Acodos (sin separación de la planta madre): Da lugar a “barbados o acodos enraizados”.

  • - Corte y recalce: Muy usado en patrones.

    - Trinchera (rama enterrada): Muy usado en patrones.

    - Natural o espontáneo: Hijuelos, vástagos (salen del tallo) y sierpes (renuevos o pollizos: pueden ser síntomas de algún tipo de infección): Suelen proceder de la raíz si se usan para patrones y aparecen próximos al cuello de la raíz (se usan como patrones para ser injertados posteriormente, extrayéndolos con cuidado en el reposo).

    24.- Duración de la obtención de patrones.

    1.- Si se obtienen por semilla, una vez conseguida la semilla, se siembra en Invierno (o en el Otoño anterior si las condiciones son buenas). En Verano tiene crecimiento y luego, en el reposo, se arranca el plantel y ya se tiene el patrón. El proceso dura 1 año.

    1er Invierno: Siembra.

    Verano: Crecimiento.

    2° Invierno: Arranque.

    2.- Si se obtienen por estaquilla, se corta y se pone a enraizar en el reposo. Irá creciendo y en el reposo siguiente se arranca y se usa como patrón. El proceso dura 1 año.

    Otoño - Invierno: Plantación.

    Verano: Crecimiento.

    2° Invierno: Arranque.

    3.- Si se usan sierpes, éstos se sacan en el reposo con cuidado. La ventaja de este sistema es que puede haber tendencia natural a serpear. Un inconveniente es que puede que no sepamos el patrón al que pertenece la sierpe si la plantación no es homogénea.

    Si los patrones no se usan inmediatamente (no se llevan a la parcela de injerto), se estratifican en zanjas tapando su sistema radicular con baja temperatura y humedad. Antes de que empiece a brotar, se sacará y se llevará a la parcela de injerto. En hojas perennes no se da este problema, ya que se sacan con cepellón y éste le sirve de protección.

    4.- Si se obtienen por acodo de corte y recalce, se necesita previamente la instalación del “campo de pies madres”. El primer año se elige la parcela y se plantan las madres. En el segundo año ya se obtiene la primera cosecha de barbados y así, al final del tercer año se obtiene otra cosecha y así sucesivamente. Todos los barbados, se llevarán luego según se obtengan (no todos de golpe al final) a la parcela de siembra.

    1er Invierno: Plantación.

    1er Verano: Crecimiento.

    2° Invierno: Descabezado.

    2° Verano: Aporcado.

    3er Invierno: Desaporcado y desvezado.

    5.- Si se obtienen por acodo de rama enterrada, el proceso es similar al de acodo de corte y recalce.

    1er Invierno: Plantación.

    1er Verano: Crecimiento.

    2° Invierno: Acostado.

    2° Verano: Crecimiento y enraizamiento.

    3er Invierno: Acostado y desvezado.

    25.- Esquema del proceso de obtención de plantas forestales.

    Fase de semillado y germinación

    Fase de crecimiento

    Fase de endurecimiento

    Invernadero

    Invernadero

    Umbráculo

    Aire libre

    Umbráculo

    Aire libre

    Umbráculo

    Umbráculo

    Umbráculo

    Aire libre

    Aire libre

    Al aire libre

    Aire libre

    Aire libre

    Nunca deben de rematarse en invernadero las plantas forestales y son siempre preferibles las finalizadas al aire libre que las finalizadas en umbráculos.

    26.- Esquema del proceso de obtención de plantas pequeñas.

    Luego, el esquema evolucionará según el tipo de plantas.

    27.- Esquema de cultivo.

    La duración será variable según el tipo de material inicial y el tamaño que luego se quiera obtener.

    28.- Ciclo de los plantones de manzano sobre patrón clonal.

    Se supone que el campo de pies madres ya está instalado (si no sería necesario otro año más).

    Año 1: Obtención del patrón a partir de la madre.

    Año 2: Se llevan a la parcela de injerto en Enero y en el Otoño siguiente se hace el injerto de yema (antes de que el patrón entre en reposo). Luego se deja cicatrizar.

    Año 3: Se deja que crezca y en Marzo se descabeza. Luego crece y ya en Noviembre o Diciembre se obtiene el plantón.

    29.- Ciclo de los plantones de melocotonero injertados sobre patrón franco.

    Año 1:

    - Enero: Siembra.

    - Abril: Transplante y crecimiento hasta el Otoño. En ese momento se hace el injerto de yema (antes de que el patrón entre en reposo) y se deja cicatrizar.

    Año 2: Crece y se descabeza en Marzo o Abril. Luego crecerá hasta Noviembre o Diciembre, momento en que ya se tiene el plantón.

    30.- Ciclo de los cítricos.

    Año 1: se siembra en Enero y tarda 3 años en coger el tamaño adecuado para hacer el injerto (a veces se puede forzar para que se tarde menos, por ejemplo sembrando en invernadero el primer año). El segundo año se hace un transplante.

    Año 2: En Marzo o Abril se hace el injerto y al final del año se saca la planta con cepellón.

    31.- Ciclo de obtención de barbados de vid sobre estaquillas.

    Año 1: En el reposo (Agosto o Septiembre) se sacan las varetas para hacer el injerto. En invierno se hace el injerto de taller.

    Año 2: De Enero a Abril se hace el injerto. De Mayo a Octubre enraíza y en Diciembre se obtiene el plantón.

    32.- Ciclo de obtención de olivo injertado sobre plantel (o franco).

    Año 0:

    - En Agosto hago la siembra.

    - A los 4 meses tengo el plantel joven (Enero).

    - A los 7 meses se transplanta a maceta (Abril).

    - A los 19 meses se injerta (Abril).

    - En Noviembre se transplanta (26 meses).

    - Pasado un año (38 meses en Noviembre) se planta con el tamaño adecuado.

    33.- Ciclo de obtención de olivo sobre sus propias raíces.

    Mes 0: Enraizamiento de estaquillas (Septiembre).

    Mes 4: Primer transplante en Enero.

    Mes 10: Segundo transplante en Abril (60-80 cm.).

    Mes 26: Planta terminada en Octubre (>120 cm.).

    34.- Producción de plantas libres de virus en vivero.

    Cada día se tiende más a hacerlo. Para ello:

    1.- Introducir material nuevo ya saneado.

    2.- Conservarlo en cuarentena en buen estado sanitario.

    3.- Comprobación varietal y selección de la planta inicial para patrones y variedades. De esa madre, una muestra se conserva y otra parte se lleva a una “agrupación de viveros”. Así, se obtiene la planta madre de injertos para variedades y para patrones.

    4.- A partir de la planta madre, por semillas o por acodos de corte y recalce, se obtienen patrones.

    5.- Así, se dan luego las madres (patrones o injertos) a los viveros comerciales (ya libres de virus).

    Estado de las yemas más abundante

    Yemas más adelantadas

    Yemas más atrasadas

    : Crecimiento.

    : Floración.

    No hay crecimiento por falta de hidratos de carbono.

    Deficiencias de HC. Crecimiento débil.

    Los HC producidos se consumen en el crecimiento

    Intervalo óptimo. Hay HC para crecimiento y floración.

    Deficiencia de N mineral. Crecimiento y floración limitados.

    N factor limitante

    Multiplicación celular

    Engrosamiento celular

    Maduración

    Desarrollo del hueso.

    Tiempo

     fruto en mm.

    : Frutales de pepita

    : Frutales de hueso

    Multiplicación celular.

    Engrosamiento celular

    Maduración

    Envejecimiento

    Podredumbre

    A

    C

    Climaterico

    Periodo preclimatérico

    Postclimatérico (si no se recoge el fruto).

    A: Madurez comercial.

    C: Crisis climatérica (madurez gustativa).

    Intensidad respiratoria

    Desborre > Botón verde > Botón rosa > Floración absoluta > Cuajado.

    Sequía

    Precipitación media mensual

    60

    Ta media mensual

    30

    Meses

    En una caja o zanja, se alternan capas de sustrato y de semilla (se puede hacer al aire libre). Si la semilla es muy pequeña (peral) se usan las cajas. Este método se realiza en lugares fríos y húmedos. Cuando suben las temperaturas, se hacen observaciones para evitar que las semillas germinen (si lo hacen, se sacan y se llevan a la cama de siembra).

    Corte plano

    Corte en bisel

    Enraizamiento (45-60 días)

    Recogida del material vegetal

    Endurecimiento (10 o 20 días)

    Corte, tratamientos y conservación

    Vivero

    (6 a 10 meses)

    Siempre se cortará en el reposo, obteniendo el barbado.

    Se corte en la época de reposo.

    Acodo compuesto

    Acodo continuo

    Más tarde, se forman las raíces. Por aquí se cortará en el reposo.

    Se envuelve con musgo u otro medio y se ata con plástico.

    Se hace una herida y se coloca algo que evite la cicatrización.

    Luego, las madres se colocan en líneas, poniéndolas un poco más profundo de lo normal. Esta plantación se hace en primavera y se deja ese año para que la planta enraíce. En la primavera del siguiente año, se corta la madre a ras de suelo. De lo que queda, aparecerán brotes y, cuando lleguen a 18-20 cm, se hace un aporcado.

    75cm o 1 m

    60-70 cm

    OTOÑO

    PRIMAVERA

    VERANO

    Parada estival

    Actividad

    PATRÓN

    A

    C

    B

    Se hace en Primavera (las púas se cortan 15-20 días antes, en condiciones para que no broten).

    Hay que buscar que los cortes coincidan con las líneas cambiales. Las púas se atarán y si alguna no prende se elimina.

    Lo correcto sería meter las púas hacia dentro para que se dé un buen cicatrizado y vascularizado. A veces se usa cera o productos similares para impermeabilizar.

    Es un injerto pesado de hacer, pero tiene la ventaja de cicatrizar mejor que el de hendidura.

    Se abre de ese lado y allí se mete la púa.

    Se da un corte de un lado.

    Tras hacer cortes verticales y paralelos, del ancho de la púa, se colocan: así se consigue una cicatrización mucho más rápida.

    Se preparan los barbados y se aproximan

    A

    C

    C

    C

    En Otoño injerto A

    En primavera descabezo

    B

    B

    B

    En Otoño se hace un corte en escudete más grande y se mete C.

    En el periodo de actividad siguiente, se vuelve a descabezar por encima.

    Mayo: Desarrollo de la yema

    Agosto - Septiembre

    Enero: Se descabeza

    Injerto de yema en la parte baja del patrón

    Diciembre

    Enero Mayo

    (siembra del patrón)

    Injerto de púa

    Primer año Segundo año

    Multiplicación:

    - En invernadero.

    - Umbráculos.

    - Aire libre

    Cultivo:

    - En tierra: A raíz desnuda o en macetas colocadas dentro del suelo.

    - En macetas fuera del suelo

    Cultivo de pies madres seleccionadas

    Meristemos

    2.- Semilla pequeña:

    Año 1: Semillado.

    Año 2: Segundo año de semillado (si no hay competencia).

    Año 3: Repicado.

    Año 4: Segundo año de repicado.

    Año 5: Venta

    1.- Semilla:

    Año 1: Semillado.

    Año 2: Repicado en reposo.

    Año 3: Venta como plántula o como patrón franco.

    4.- Estaquillado: Para plantas ornamentales.

    Año 1: Estaquillado.

    Año 2: Repicado o transplante.

    Año 3: Segundo año de repicado.

    Año 4: Venta

    3.- Semilla:

    Año 1: Semillado.

    Año 2: Segundo año de semillado.

    Año 3: Enmacetado e injerto.

    Año 4: Cultivo en maceta.

    Año 5: Cultivo en maceta y venta (si se prolonga mucho más, se cambia cada 2 o 3 años de maceta.

    5.- Acodo:

    Año 1: Acodo.

    Año 2: Repicado de acodos e injerto.

    Año 3: Cultivo y venta.




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    Enviado por:Yo
    Idioma: castellano
    País: España

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