Literatura


Rimas y Leyendas; Gustavo Adolfo Bécquer


1. Lírica posromántica española

En España la lírica respira, en la segunda mitad del siglo XIX, desorientación la cual originará diversas corrientes poéticas; sin duda, la más importante será la lírica posromántica que continuará, pero con aportaciones que la caracterizarán y que serán llevadas por la figura de Bécquer, el lirismo romántico.

Las principales diferencias entre el nuevo estilo y el romántico son notorias. En primer lugar, deberemos destacar que a mediados de siglo, el Romanticismo español estaba casi extinguido a consecuencia de la evolución; dicho género no proporcionó, salvo excepciones, interés en España y por consiguiente, no logró intimar con los sentimientos que otros autores habían logrado en países europeos.

En segundo lugar el subjetivismo y el idealismo estaban pasando malos momentos, al menos según lo habían teorizado los pensadores y practicado los creadores románticos, mientras que Francia difundía nuevos modos de producción literaria los cuales serán decisivos en la lírica posromántica: Realismo, Panasianismo (despersonalizado y positivo) y Simbolismo (expresa idea de las cosas y contrapuesto al Parnasianismo), pero si hay que destacar la originalidad de alguna lírica posromántica, deberíamos destacar la castellana, debido al desconocimiento directo de esos modelos.

La lírica romántica española iba a prolongarse gracias a la renovación a la que fue sometida por los mejores líricos de la segunda mitad del siglo XIX; renunciando a su uniformidad, gracias a ella asimilará las diversas corrientes, tonos y modelos posrománticos, en ocasiones sin interés, pero otras enriquecedoras para la futura lírica. Toda esta controversia servirá para que algunos líricos encuentren su propia voz poética; se encontrarán más seguros de su fuerza y vigor líricos, será entonces, cuando den estructura a una poesía original y romántica. La causa por la cual nace este nuevo estilo podría ser el olvido general del lirismo romántico, pues había estado en contacto constante con formas y estilos que en absoluto habían prendido en letras de la lírica española; cuando a mitad del siglo se olvide lo mencionado, los posrománticos españoles estarán dispuestos a crear su propio estilo. Intimista y subjetivista, con libertad de expresión y ansia de depurar el arte contemporáneo.

2. Ambiente prebecqueriano

Las influencias culturales determinan la aparición de un nuevo clima en la lírica son dos: la presencia de la poesía germánica, y la atención que logrará la poesía popular española. Estas dos alimentarán la renovación de la poesía española en la segunda mitad del siglo, se pueden observarse sus comienzos y se les verá ligarse y entrelazarse hasta formar un solo impulso.

En 1853 José María Larrea había publicado El Semanario Pintoresco Español, un poema, El espíritu y la materia dejó huellas diversas en las rimas y que parece inspirado por un poeta alemán. La inspiración alemana se pone de manifiesto en tres poetas: Antonio Trueba, Vicente Barrantes y José Selgas y Carrasco.

Se plantean una serie de curiosas circunstancias. En efecto: muestra claramente un origen alemán o varias fuentes pudieron influir entrelazadamente, y así renovarán los tonos españoles.

3. Gustavo Adolfo Domínguez Batista -Gustavo Adolfo Bécquer-

3.1.Biografía

Gustavo Adolfo Bécquer nació el 17 de febrero de 1836 en Sevilla y murió en Madrid el 22 de diciembre de 1870. Muy pronto utilizo el segundo apellido paterno: Bécquer. La infancia del poeta fue dichosa hasta los cinco años, en que murió su padre. Después, a los once, moriría su madre, mientras el niño estudiaba para marino en el colegio de San Telmo en condición de pobre pero de familia noble. Protegido por su madrina y por su tío Joaquín Domínguez Bécquer, importante pintor sevillano, el poeta aprende pintura y humanidades y estrecha relaciones en especial con su hermano Valeriano, quien se convertirá en importante pintor y protegerá al poeta en momentos difíciles. Progresa el niño rápidamente, como demuestra Oda a la muerte de Don Alonso Lisa, escrita en 1848. En 1853, Bécquer es ya un joven poeta que publica versos en revistas y periódicos locales, y que conoce a otros incipientes escritores que tendrán importancia en su vida, como Narciso Campillo, futuro editor póstumo de sus obras, o Julio Nombela, autor de unas importantes memorias que reconstruyen gran parte del periplo vital becqueriano. Los tres poetas forman una sociedad literaria y recogen sus poemas con ilusión de publicarlos en Madrid y alcanzar fama. Su educación literaria, dirigida en el Instituto sevillano por Francisco Rodríguez Zapata, discípulo del gran ilustrado Alberto Lista, es clasicista, con especial aprecio a los poetas latinos y españoles del Siglo de Oro, en especial, Fray Luis de León, Herrera o Rioja. A la búsqueda del ritmo musical, de la expresión ajustada y noble, se une una inclinación prerromántica hacia lo sublime: la emoción ante la noche, la muerte, la fragilidad humana, etc., tal y como habían cantado Young, Rousseau o Chateaubriand. A la edad de 21 años contrae una grave enfermedad. Al año siguiente conoce y se enamora platónicamente de Julia Espín, que parece ser la inspiradora de parte de sus Rimas. En 1861 se casa con Casta Esteban y del matrimonio nacen dos hijos. El poeta mantiene a su familia escribiendo artículos en los periódicos y, durante un tiempo, como censor de novelas. Su mujer le es infiel y se separan. Poco antes de morir, a los treinta y cuatro años, sumido en la pobreza y la enfermedad se reconcilia con su mujer.

3.2.La originalidad de Bécquer

Bécquer no sólo imitó a Lord Byron, sino que sufrió muchos otros influjos. En él es evidente el de Heine, también recibió tradición que va de Macpherson a Musset, Anastasius Grün y algún pensamiento de Schiller. Y otros antecedentes que no parecen tan claros. No es menor la deuda respecto a los autores españoles: sufrió influencias de las traducciones de Heine; imitó un poema de José María Larrea y con menos cercanía cantares de Ferrán. Las Rimas se levantan sobre un fondo de poesía prebecqueriana. Bécquer es un gran poeta de voz inconfundible.

En Bécquer hay una gran confusión, pues habla de la poesía popular pero piensa en su propia poesía. Señala un camino que va a ser la descendencia del autor en la poesía español, lo sugerido y callado, la velada armonía, el tono menor.

El autor utilizará al igual que Eulogio Forentino Sanz (traductor de las obras de Heine) estrofas de cuatro versos, tres de los cuales son de diez sílabas y uno de seis, y en la que van asonantados los pares, sin más diferencia sino que en Sanz son de diez sílabas el primero, el tercero y el cuarto, y de seis sílabas el segundo, y en Bécquer son de diez sílabas el primero, el segundo y el tercero, y de seis el cuarto. De la misma manera se encuentra igual en Sanz que en las rimas la estrofa de cuatro versos, de once sílabas los impares, y de siete y agudos, y aconsonantados o asonantados entre sí los pares.

Y si de las formas de las rimas pasamos a su contenido, destaca la ausencia de humor agrio en Bécquer , pero abarca una parte de Las Rimas: el sarcasmo o dolor.

El autor se entregará a su dolor, aunque a veces haya sarcasmo; su propósito, serán los suspiros y risas, colores y notas cadencias que el aire dilata en sombras, el mundo del amor será un trasmundo, una región de sueño, de luces y penumbra; y halagará a las niñas de provincia, de finales de hace dos siglos.

Pero el encanto que destacará a éste autor será el final de sus estrofas, el juego del heptasílabo y el endecasílabo, y en general del verso.

3.3.Obras literarias

3.3.1.Las Leyendas

Una parte de la obra en prosa de Bécquer es imaginativa. El caso fue encontrar la clave de fantasía para entrar en las páginas de revistas y diarios; no fue difícil porqué la moda romántica permanecía entre los lectores. Bécquer se apoyó en ella, pero la retocó para darle valor artístico. Mediante ellas el autor se nos presenta como el intérprete misterioso que lleva dentro, quien rodea los testimonios del pasado más allá del romanticismo común.

A diferencia de las narraciones populares, las Leyendas de Bécquer transmiten un mensaje ético relacionado con los problemas espirituales de la época y continuará con la tradición didáctica de la literatura española: los apólogos.

Éstas tendrán un propósito moralizador y/o crítico. Especialmente, Creed en Dios, María Rosa Lida: « el tono fuertemente ortodoxo y edificante. El mal caballero y el cazador maldito están asociados, en la tradición popular y Bécquer, a un castigo infernal.

Los personajes se caracterizan por su falta de fe, vanidad, orgullo, ambición desmedida, sensualidad y egoísmo. Aunque sus personajes desafían a Dios, las fuerzas de la naturaleza o los genios del mal, sus actos son castigados, como en La Creación. Bécquer no traiciona a la formación cataquética que recibió en su juventud, pues el narrador no coincide nunca con las postura de los personajes. Otras, en cambio, representan a un hombre que se aproxima al ideal: el amor, el arte. En Los ojos verdes el caballero busca el amor; en El Miserere, el peregrino busca la dilusión y transformación del ideal. El héroe becqueriano será el poeta capaz de despreciar la limitación humana y perderse tras el ideal engañoso. Aunque logren como premio la locura o la muerte, para esos héroes no habrá condenación.

Bécquer, a través de ellas, hablará a sus contemporáneos, desubicados en el nuevo sistema materialismo de la vida moderna, se dirige a ellos para recordarles que sus acciones se castigan o se premian, y los anima a ser ellos el prototipo de caballeros, sin prestar atención a las consecuencias. Cuando los modernistas lean a Bécquer, hallarán en él un antecedente, y gran enseñanza en la actitud despegada de los problemas y del mundo que éste adoptará.

El poeta sevillano no será un gran creador de personajes, pues éstos no tendrán rasgos físicos ni complejidad psicológica. Se les conocerá por sus actitudes, palabras y modo de sentir el suceso.

Cuando se trate de protagonistas malvados (representados por mujeres coquetas y hermosas que llevarán al hombre a la perdición) el narrador corregirá sus afirmaciones y acciones; en cambio, se identificará con los caballeros.

Como los protagonistas de los relatos son símbolos, no se contradicen, mas habrá seres se encargarán de contradecir los como: criados, monteros, amantes. El autor no los caracterizará pero cuidará con más detalle los personajes secundarios.

Parte de ellas aparecieron en la prensa y se podrán clasificar en tres clases o grupos de leyendas: casos maravillosos, con presencia de lo sobrenatural, exotismo y pocos componentes reales -La creación-; comparecencia de ambos órdenes en proporción más o menos igual -El Miseree- contrastes entre relatos; finalmente otros casos donde a una base que es o parece real se junta con lo maravilloso, exterior y superior a lo humano -Maese Pérez el organista-.

3.3.2.Las Rimas

Bécquer fue autor de poca pero intensa historia. Fue poco conocido como poeta, pues sólo se publicaron quince poesías mientras vivió; por tanto las restantes fueron póstumas. En 1871 sus amigos harán una edición con todas, para así evitar su pérdida.

El autor llamará a sus poesías Rimas; esta palabra procede del italiano Rime, en sus orígenes se usó a los poemas de tema profano escritos por autores del Siglo de Oro y más tarde los contemporáneos. En ellas encontramos recursos empleados por el autor como versos heptasílabos y endecasílabos (tradicionales en nuestra literatura), también el uso de pie quebrado o manriqueño lo cual permite quiebros de ritmo, rima asonante con riqueza de combinaciones estróficas que moldea en cada poesía.

Los críticos atribuyen a Bécquer el acierto de musicalidad en sus versos: la correspondencia de acentos rítmicos del verso con el sentido de las palabras; el uso del hipérbaton que impone un orden psicológico y juega con la sucesión sintáctica; gran experiencia. Dialoga consigo mismo o con otros, lo cual en algunas Rimas es decisivo para dar un matiz dramático que no resuelve en teatralidad, sino en un tono un tanto íntimo.

La poesía becqueriana es natural, breve, seca, esto se logrará con el uso de recursos retóricos que encontraremos en ella. A veces, hay un exceso de comparación, pero este hecho dará un toque de sinceridad y accesibilidad hacia el lector que únicamente deberá dejarse llevar, sin necesidad de pensar en las metáforas.

Bécquer logrará algo difícil de conseguir: las apariencias de una poesía confidencial, de forma dialogada entre el/la lector/a y el poeta, mediante un calculado artificio, difícil de percibir.

3.3.2.1.Sentido de Las Rimas

Bécquer logra que cada Rima tenga un breve argumento, que puede ser un estado de ánimo. No elaborará una obra en el asunto del que le inspira, pues permanecerán en su alma hasta su maduración.

Los asuntos de las Rimas son variados pero tocan la intimidad más cercana y lejana del autor o al menos fue lo que éste elogió. Adoptará diferentes posturas respecto al mundo exterior: unas veces sensible y en otras ocasiones se podrá percibir el ideal de la sociedad.

3.3.2.2.Contenido de Las Rimas

En cuanto a contenido se refiere, Las Rimas contienen temas amorosos cuyas piezas están relacionadas con los sentimientos del autor originados por las mujeres con las que trató en diferentes momentos; en ese conjunto habrá exaltaciones y desánimos que son actualidad o fruto de su recuerdo. No se sabe mucho sobre la fecha de composición y no ayuda a fijarlas el hecho de la publicación de algunas de ellas en prensa. Aunque no se puedan agrupar por fechas, sí se pueden agrupar siguiendo un criterio temático seguido por Gerardo Diego y recogido por José Pedro Díez que las divide en cuatro grupos o series:

  • 1º Rimas I-XI las cuales son didácticas acerca de la Poesía

  • 2º Rimas XII-XXIX de asunto amoroso, carácter afirmativo y júbilo

  • 3º Rimas XXX-LI de desengaño, cuya causa es diversa y empieza de una realidad inmediata que casi no transciende.

  • 4º Rimas LII-LXXVI donde se incluyen algunas de las más hermosas en las cuales radica lo negativo, el dolor y la desesperación.

Independientemente de las experiencias aludidas como base del poema la expresión se mantiene en un claro nivel de mesura estilística.

3.3.3 Cartas desde mi celda

Fueron escritas con motivo de su estancia en el monasterio de Veruela para curarse de la tuberculosis que acabaría con su vida. Dominadas por el estado de animo al que está obligado por su retiro, llaman la atención por su poco impresionismo y por su tono conversacional.

4.Comentario de Rimas y Leyendas

4.1.Leyendas

4.1.1.La Creación

Este relato, clasificado en el grupo de las leyendas con casos sobrenaturales y pocos componentes reales, nos cuenta la creación del mundo según la poesía india.

Brahma un ser de cuatro caras, ocho brazos y dieciséis manos, cansado de ser el único ser vivo de todo el universo, decide crear vida. Primero creará las estrellas; más tarde el Edén con ocho círculos y aguantado por tortugas y elefantes; y por fin, gandnharvas o cuerpos celestiales.

Brahma harto de los últimos, decide aislarse en su pasión: la alquimia, la cual practicará en un sitio aislado de todo ruido donde transformará arcilla en oro, creará a sus cuatro guardianes y encerrará gérmenes, pasiones y deseos en frascos.

Los chicos se preguntan dónde pasará el tiempo su Dios y en qué lo gastará. Así pues decidirán seguir seguirle hasta llegar a aquél sitio tan extraño con mil potes de diferentes colores. Mientras observan el panorama su Creador, cansado de experimentar, decide abandonar el recinto dejando la puerta mal cerrada, y éstos sin pensárselo dos veces, deciden entrar y no dejarán nada tal y como lo han encontrad: romperán frascos, los destaparán, arrancarán hojas de libros sagrados para el ser de cuatro cabezas, y construirán un nuevo planeta: el Planeta Tierra, con las deformidades y sentimientos que tan poco gustaron a su inventor.

Brama, al escuchar las carcajadas de los ignorantes chavales, acudirá corriendo hacia su refugio, percatándose del error tan grave que cometió al dejarse la puerta mal cerrada. Como único castigo, se le ocurrirá enviar a los creadores a su creación; es decir, a los traviesos chicos al planeta, que jugando, crearon.

4.1.2. Los ojos verdes

Este relato, clasificado en el grupo de las leyendas con casos sobrenaturales y pocos componentes reales, nos cuenta un la historia de un caballero en busca del amor.

En una cacería el señor Fernando de Argensola dispara a un ciervo y éste malherido se introduce en una zona del bosque donde ni los cazadores ni los perros accedían puesto que era la zona de la fuente de los Álamos, allí se decía que quien se atreviese a entrar pagaría su osadía enfrentándose a un espíritu maligno que habitaba la zona. De todos modos Fernando accedió y consiguió coger su pieza, pero desde entonces su comportamiento se volvió muy raro. Tenía aspecto pálido, se había vuelto introvertido e iba a cazar solo, pero nunca traía ninguna pieza. Su montero Íñigo estaba preocupado por su amigo y éste le contó que aquel día en la fuente había visto una joven bellísima con unos ojos verdes hechizadores y, que aunque sabía que se trataba del espíritu que allí habitaba, necesitaba volver a verla. Así pues, vuelve a la fuente para intentar averiguar quien es la joven, hablando con ella, y también para confesar su amor, y entonces la dama le habla y le dice que también le quiere, le abraza y lo lleva con ella al fondo del lago.

La leyenda no tiene una estructura temporal definida pues no contamos con un principio y un final limitado. No podemos hacer una división en partes y consideraremos toda la leyenda como una unidad indivisible. El amor es el motivo de todo el relato relegando el resto de sentimientos a un segundo plano.

4.1.3. Maese Pérez el organista

Este relato, clasificado en los casos donde a una base que es o parece real se junta con lo maravilloso, exterior y superior a lo humano , nos explica la historia de un organista ciego que muere, el cual su espíritu, vuelve a la iglesia en la que toca.

Esta leyenda gira en torno a un pobre ciego que es organista en una pequeña iglesia sevillana. Éste era un hombre muy introvertido, sin apenas amigos y su única ocupación era su viejo órgano. Los feligreses le adoraban no tanto por su "simpatía" sino por su destreza para tocar el instrumento. Tan bien lo hacía que el Arzobispo de Sevilla quien quería que fuese a la catedral a tocar, especialmente en la misa de gallo. Maese Pérez estaba muy enfermo y una Nochebuena viendo la muerte muy próxima quiso que lo llevaran a su iglesia para poder tocar y morir en paz, y así desgraciadamente sucedió. El Arzobispo nombró un sustituto que tenía una gran virtud cuando tocaba el órgano, pero que era una mala persona. Al igual que con Maese Pérez, le pidió que fuese a tocar a la catedral en la misa de gallo y al año siguiente así lo hizo, pero de una forma horrible . Ese mismo día sonaba una melodía angelical en la iglesia donde tocaba Maese Pérez sin nadie sentado en el órgano. Sin duda era el espíritu del pobre ciego el que hacía las delicias de los feligreses.

Al igual que en las otras leyendas el lenguaje utilizado es bastante accesible pero ya con un tono de mayor cultura, al introducir los diálogos del Arzobispo. En cuanto a la estructura hay dos partes diferenciadas, interrumpidas por la muerte del protagonista.

4.2.Rimas

4.2.1.Amor eterno

LXXXI

Podrá nublarse el sol eternamente,

podrá secarse en un instante el mar,

podrá romperse el eje de la tierra

como un débil cristal.

¡Todo sucederá! Podrá la muerte

cubrirme con un fúnebre crespón,

pero jamás en mí podrá apagarse

la llama de tu amor.

Son dos estrofas de cuatro versos cada una donde se puede apreciar a la perfección el juego de versos heptasílabos y endecasílabos que tanto le gustaba a Bécquer, y que sirven para romper el ritmo de la poesía o rima, y en algunos versos rima va rimando en asonancia, pudiéndose tratar de una copla.

En esta ocasión se trata de una rima que no está clasificada en ninguno de los cuatro grupos nombrados antes (3.3.2.2 Contenido de las Rimas) pero sin duda se trata de una poesía de amor cuya intensidad expresiva está marcada por los signos de exclamación y las comparaciones del amor con hechos metafóricos como que el Sol se nuble, que el mar se seque y que se rompa la Tierra, pero que será imposible borrar el amor que sienta hacia esa persona a la que dedica el poema.

4.2.2. Dos lenguas rojas de fuego

XXIV

Dos rojas lenguas de fuego

que a un mismo tronco entrelazadas

se aproximan y, al besarse,

forman una sola llama;

dos notas que del laúd

a un tiempo la mano arranca,

y en el espacio se encuentran

y armonïosas se abrazan;

dos olas que vienen juntas

a morir sobre una playa

y que, al romper, se coronan

con un penacho de plata;

dos girones de vapor

que del lago se levantan

y, al juntarse allá en el cielo,

forman una nube blanca;

dos ideas que al par brotan;

dos besos que a un tiempo estallan;

dos ecos que se confunden:

esos son nuestras dos almas.

Son cinco estrofas agrupadas en cuatro versos octosílabos de octosílabos cada uno, se tratará entonces de una rima de arte menor, que van rimando en asonancia los versos pares y quedando los versos impares sueltos, se tratará de un romance.

En la última estrofa, nos da el resultado de todas las comparaciones que ha ido haciendo a lo largo de toda la rima, pues éste será uno de los casos que antes comentaba (3.3.2.Las Rimas): habrá un exceso de comparación que quizás será la sinceridad y accesibilidad que busca el lector. El autor querrá imitar la pasión humana y la unión: con dos lenguas que al besarse son una; con dos notas que se encontrarán en el espacio; dos olas que juntas van a morir al mismo punto: la orilla de la playa; dos jirones de vapor que unidos forman una nube; dos pensamientos que forman uno; dos besos y dos ecos que se confunden en lo mismo de lo iguales que llegan a ser.

Sin duda alguna se encuentra en el segundo grupo, que es aquél que tratará asuntos amorosos, y por consiguiente un carácter afirmativo.

4.2.3. Como en un libro abierto

XLIV

Como un libro abierto

leo de tus pupilas en el fondo.

¿A qué fingir el labio

risas que se desmienten con los ojos?

¡Llora! No te avergüences

de confesar que me quisiste un poco.

¡Llora! Nadie nos mira.

Ya ves: yo soy un hombre...y también lloro.

Son dos estrofas de cuatro versos, cada una, heptasílabos (versos impares) y endecasílabos (versos pares) que se van intercalando entre ellos, los cuales van rimando en asonancia lo versos pares quedando sueltos los versos impares.

La rima, en esta ocasión, nos habla sobre una pareja, seguramente ya rota, donde el chico ve a través de los ojos de la chica el dolor, y le exige que llore como él lo hace, que no tiene porqué avergonzarse. La intensidad de la rima viene marcada por las interrogaciones, las exclamaciones y los puntos suspensivos. En ella apreciar también una especie de dialogación, la cual es una característica de Bécquer.

Esta poesía se encuentra en el tercer grupo el cual se caracteriza por el desengaño, cuya causa es diversa y empieza de una realidad inmediata que casi no transciende.

5.Conclusión

La adaptación de la lírica becqueriana consistió la aclimatación al idealismo en la poesía española; el autor de Rimas y Leyendas, consiguió: la consagración de la corriente literaria idealista y su nacionalización como forma válida de producción artística.

El pensamiento de este autor, que restauró la lírica española, que la implicó a una superación y que apostó por suavizarla, fue dominante. A éste, responderán gran parte de los escritores españoles de los escritores españoles del siglo XIX: como Galdós o la Pardo Bazán.

El escaso número de líricos relevantes fueron definitivos para la consagración de la moral pequeñoburguesa, la prueba estará en el éxito de ventas. Apenas se salvarán unas cuantas composiciones, el resto tendrán un tono de los poetas de la época.

Su originalidad se la debe a la técnica poética y su confianza en la intuición y naturalidad. La temática amorosa encontrará en Bécquer su gran aliado, pues pasará de ser una simple pasión a una expresión en todo el mundo.

Serán todas estas características las que harán de Bécquer un poeta Romántico nacido demasiado tarde.

Como dijo Luis Cernuda: «Bécquer tiene en la poesía española contemporánea el mismo valor que tuvo Garcilaso de la Vega en los siglos XVI y XVII. Las Rimas becquerianas constituyen el punto de partida de una lírica que dará sus frutos después de unas décadas en la obra poética de Antonio Machado, Juan Ramón Jiménez y, ya más tarde dentro de la generación del 27» en la poesía del mismo Cernuda.

6.Bibliografía

-El siglo XIX, Realismo y Posromanticismo; Iañez E.; volumen 7; Tesys-Bosch.

-Historia de la Literatura Española; Menéndez Peláez Jesús, Arellano Ignacio, Caso

González José M, Martínez Cachero J. M; volumen III; Everest.

-Historia y crítica de la Literatura Española; Rico Francisco; volumen 5; Crítica.

-Prólogo del libro: Rimas y declaraciones poéticas de G.A. Bécquer ; López Estrada, Francisco; Selecciones Austral, Espasa-Calpe, S.A.

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Enviado por:Ana Sasot
Idioma: castellano
País: España

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