Literatura
Novela contemporánea
LA NOVELA EN EL PRIMER TERCIO DEL SIGLO XX
TEMAS Y TÉCNICAS NARRATIVAS EN LOS AUTORES DE LA GENERACIÓN DEL 98.
El modernismo y la generación del 98 tienen algo en común: una intención firme de renovar la literatura española del siglo XX en todos los géneros. La poesía va a estar más relacionada con los escritores modernistas y la novela y los ensayos con los del 98.
Las circunstancias que provocaron la irrupción de estos escritores en el panorama intelectual y literario fue el ambiente de crisis política, económica y moral que se vivía a finales del siglo XIX, y el agotamiento de los temas y formas de la literatura del siglo anterior. Entre los escritores de 98, están: Unamuno, Azorín, Baroja, Maeztu, Machado y parte de la obra de Valle.
Desde el punto de vista temático, se centran en:
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El tema de España, enfocado desde una visión subjetiva e individualista, aunque desde todas las perspectivas el descubrimiento del alma de España se hace por medio de:
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El paisaje, en especial el de Castilla
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La historia de gente anónima y su vida cotidiana (intrahistoria).
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La literatura, volviendo a los autores medievales.
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El tema existencial, preocupación por el sentido de la vida.
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La técnica estilística y literaria. El aspecto más característico es el rechazo a la expresión retoricista y grandilocuente.
Tienden a la precisión léxica eligiendo palabras justas en los momentos precisos. Evitan las oraciones excesivamente complejas por esa tendencia a la sencillez.
LOS NOVELISTAS DEL 98.
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Valle-Inclán (1866-1936) Es uno de los escritores más vanguardistas del momento. Su obra, inicialmente modernista, evoluciona hacia esa creación tan particular pero innovadora denominada esperpento. Se caracteriza por una prosa modernista. Una de sus grandes obras fueron las “Sonatas”, pero más tarde también escribió grandes novelas como “Tirano Banderas”. Su última obra fue una trilogía incompleta de carácter histórico llamada “El ruedo ibérico”.
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José Martínez Ruiz “Azorín” (1873-1967), pretende que sus novelas sean un reflejo delicado y lírico de lo esencial de la realidad. Azorín es el escritor de lo minucioso, del detalle, que escribe de forma simple y breve, con sensación de orden, pulcritud y calidad. Uno de los temas que más le preocupan es el paso del tiempo. Sus obras más conocidas son “Antonio Azorín” “Don Juan” y “Doña Inés”.
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Miguel de Unamuno (1864-1936) es el escritor más peculiar del 98 por su carácter critico, independiente y obsesivo. Impregna a sus temas de un fuerte contenido filosófico, así que sus novelas van a ser una proyección de sus inquietudes personales. Sus obras más importantes van a ser “Amor y pedagogía” “Niebla” y “San Manuel Bueno, mártir”. En su obra transmite su preocupación por la personalidad del hombre y la angustia de la existencia humana.
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Pío Baroja (1872-1956) es, además del personaje más independiente y arisco de todos los del 98, el mejor narrador de su generación. Sus principales temas son la protesta contra la sociedad del momento, cuya base es la espontaneidad y el antirretoricismo. Frente a esa hipocresía manifiesta una sinceridad total en sus ideas; frente a las injusticias, muestra una gran ternura por lo marginal; y frente al aburguesamiento utiliza la acción. Las consecuencias son Escepticismo (personajes tristes etc…) y novelas de aventura. Sus obras más conocidas son: “Zalacaín el aventurero” y “Memorias de un hombre de acción”. Predominan los párrafos cortos y su léxico es claro y sencillo, con presencia de coloquialismos que expresan mejor la realidad.
LA NARRATIVA NOVECENTISTA
Del Novecentismo o Generación del 14 son aquellos autores nacidos a finales del siglo XIX y que sucedieron a la Generación del 98, y alcanzan su plenitud literaria en la segunda década del siglo XX. Estos son: Ortega y Gasset, Eugenio D´Ors, Gregorio Marañón, Ramón Pérez de Ayala, Gabriel Miró y Ramón Gomez de la Serna. Todos ellos comparten esa inquietud por el problema de España, aunque rechazan la visión dramática y subjetiva de sus predecesores, adoptando una postura más equilibrada e intelectual.
Como novelistas destacan:
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Pérez de Ayala, que su novela es reconocida por la presencia abundante del elemento intelectual, además experimenta continuamente con la técnica y con la forma: crea nuevas estructuras narrativas y busca originales perspectivas para su presentación de personajes y sucesos. “El Tigre Juan” es su mejor novela, critica las costumbres españolas, tratando el tema del marido cuyo honor ha sido ultrajado.
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Gabriel Miró, utiliza la literatura para crear un mundo lleno de percepciones audiovisuales contemplando antes la realidad y recreándola con sus propias impresiones. Todo esta supeditado a la expresión sensorial de tal forma que los objetos son los verdaderos protagonistas de sus novelas. Algunas obras son: “Nuestro Padre San Daniel” y la continuación “El obispo leproso”.
LA NOVELA DESPUÉS DE LA GUERRA CIVIL. EL EXILIO Y LA POSGUERRA.
Las consecuencias políticas, económicas, sociales e ideológicas además de las dificultades impuestas por la censura van a influir en la labor literaria del momento y, por supuesto, condicionarán la creación novelesca .
En cualquier caso, el aislamiento exterior y el clima de intolerancia intelectual produjeron un gran empobrecimiento del país.
LOS NOVELISTAS DEL EXILIO
Los aspectos que tenían en común todos eran: la rememoración del conflicto bélico y la de la España que abandonaron, la presencia de los nuevos lugares y la reflexión sobre temas que afectan a la propia naturaleza y la existencia humana.
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Ramón José Sender es el más conocido, cuyas obras se pueden encuadrar dentro de una tendencia realista y social. El tema de España y el de la guerra.
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Rosa Chacel se caracteriza por tener unas obras con gran cuidado estético. Destacan “Memorias de Leticia Valle” y “Barrio de Maravillas”
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Max Aub. El tema principal es el hombre, como ser social, político y moral. Sus relatos tienen un corte tradicional “Las buenas intenciones” y “La calle de Valverde”, y en ciclo narrativo sobre la guerra civil tiene una serie llamada “Campos”
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Francisco Ayala escribe novelas de corte moralista en las que pretende reflejar los vicios del hombre contemporáneo y criticar aspectos políticos y sociales desde una perspectiva humorística. Destacan “Muertes de perro” y “El fondo del vaso”.
LA NOVELA DE POSGUERRA
El mayor interés del momento está en la publicación de tres obras: “La familia de Pascual Duarte”, de Camilo José Cela, “Mariona Rebull” de Ignacio Agustí y “Nada” de Carmen Laforet.
La “Familia de Pascual Duarte” ahonda en los aspectos más desagradables de la realidad, así como “Nada” enseña el reflejo vacío de la existencia de la protagonista y “Mariona Rebull” que es el fiel reflejo de la sociedad a través de una novela realista .
En esta época publican sus primeras obras Camilo José Cela, Miguel Delibes y Gonzalo Torrente Ballester.
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Camilo José Cela, desde una imagen provocadora e inconformista y una obra extensa y desigual, ha conseguido un fama justificada. “La colmena” la obra de más éxito y sobresaliente de Cela se lleva a cabo en el Madrid de la posguerra y refleja el vivir cotidiano lleno de miseria y penurias de todos sus personajes, su intención es presentar la degradación de la España de la inmediata posguerra. Tiene presencia de un protagonista colectivo y la ausencia de un final preciso así que decimos que es una novela abierta.
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Miguel Delibes se da a conocer con su novela “La sombra de ciprés es alargada”. Será en 1950 cuando vea la luz “El camino” y con ella el habitual estilo sobrio y sencillo con el que pretende plasmar el mundo rural castellano. No obstante, el tono crítico y de denuncia ha ido incrementándose progresivamente en sus obras, como se puede comprobar en su mejor novela “Cinco horas con Mario”. Otras obras importantes son “Las ratas”, “Los santos inocentes” y “El príncipe destronado”.
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Gonzalo Torrente Ballester no alcanzó la fama hasta la década de los setenta. La variedad de temas y de registros empleados serán los rasgos más característicos de sus novelas. Sus temas favoritos son la critica de los negocios y del mundo arte en “off-side”, la confusión entre realidad y fantasía en “La saga/fuga de J.B.”.
LA NOVELA SOCIAL EN LOS AÑOS CINCUENTA
Los años cincuenta van a suponer el renacer de la novela española, ya que aparece una nueva generación de escritores, que junto con los de la posguerra desarrollarán un nuevo tipo de novela, asumiendo un compromiso social siguiendo las ideas de Sartre. Las características son:
a) Reflejan la realidad española.
Ambientes centrados en la vida en la ciudad, la vida en el campo, la vida burguesa y el mundo obrero. Algunos escritores destacados fueron Luis Romero, Caballero Bonald, Alfonso Grosso, García Hortelano, Goytisolo y López Pacheco.
El tratamiento formal se caracteriza por el subjetivismo, el predominio del dialogo, un personaje colectivo, desarrollo breve de la acción y frases cortas y léxico sencillo.
Incluye temas como el mundo de lo cotidiano, la soledad y la incomunicación y la visión critica del pensamiento y la cultura de la época.
LA NOVELA DESDE LOS AÑOS SESENTA
Algunos factores sociales, económicos y culturales, como la industrialización así como la aparición en España de la novela Hispanoamericana hicieron que se produjese una renovación de las tendencias narrativas. Los propios escritores de la generación del medio siglo participan en la transformación del género tras la aparición de “Tiempos de silencio” de Luis Martín Santos. La narrativa evoluciona hasta una novela estructural, cuya intención es indagar en la personalidad del individuo a través de la estructura de su conciencia y de todo su contexto social.
“TIEMPO DE SILENCIO” Y LAS NUEVAS TÉCNICAS NARRATIVAS
La ironía y el humor son el medio empleado por el escritor para mostrar los problemas de la sociedad española, desde las clases sociales hasta las circunstancias culturales. Lo que pretende dejar claro es que los condicionamientos sociales no son los únicos aspectos de la realidad del hombre que determinan su comportamiento y, por tanto, sus éxitos o fracasos. El tono existencial y la carga simbólica marcan el contenido de una novela que refleja una sociedad y una existencia vacías. Los recursos narrativos más novedosos son:
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Presencia de un narrador omnisciente.
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División del relato en secuencias.
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La ruptura de la secuencia cronológica.
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Referencias simbólicas, digresiones e intervenciones irónicas.
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Tratamiento de la anécdota.
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Personajes en conflicto.
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Gran importancia del monologo interior.
DEL TESTIMONIO SOCIAL A LA EXPERIMENTACIÓN
Esta línea renovadora va a tener su continuidad en:
Los autores de la primera promoción de posguerra. Cela participó en esta experimentación con obras como “San Camilo 1936” y Delibes con “Cinco horas con Mario”.
Los novelistas de la Generación del medio siglo:
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Juan Goytisolo es el escritor en el que se produce un cambio más radical ya que comenzó escribiendo novela realista, pero tras la publicación de “Señas de identidad” da el gran vuelco, ya que la novela trata de la búsqueda del sentido de la vida. Las principales innovaciones narrativas que introduce son: las rupturas en el espacio y en el tiempo, la narración en segunda persona, los artificios tipográficos, los recursos estilísticos y narrativos y monólogo interior. En libros posteriores (“Juan sin tierra”) continua las renovaciones.
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Juan Benet inició su labor literaria dentro ya de las corrientes experimentalistas y manifestó su oposición al realismo social. “Volverás a Región” es una novela de estructura muy compleja, que presenta la decadencia de la condición humana, asociada a la ruina de su entorno.
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Juan Marsé publicó “Últimas tardes con Teresa”, que da una visión critica de la burguesía catalana, pero superando la tendencia de la novela social y empleando técnicas narrativas experimentales. Algunos de los títulos posteriores de este autor son “Si te dicen que caí” y “Un día volveré”.
DE LOS AÑOS SETENTA A LA NOVELA ACTUAL
Aparece un nuevo grupo de escritores, la Generación del 68, que tenía las siguientes características: se inician en la narrativa experimental pero pronto evolucionan a otras formas como el relato, además la anécdota vuelve a cobrar gran importancia. La novela se desvincula del compromiso social y político, y los problemas del hombre aparecen tratados desde su individualidad.
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En 1975 se publica “La verdad sobre el caso Savolta”, de Eduardo Mendoza, que introduce recursos como la mezcla de materiales narrativos, el desorden cronológico, la parodia y la variedad de registros estilísticos.
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Otros autores importantes son: José María Gulbenzú (“El mercurio”), Manuel Vázquez Montalbán (“Los mares del sur”) y José María Vázquez Soto (“Diálogos del anochecer”)
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Otro autor importante es Francisco Umbral, aunque en su caso resulta difícil encuadrarlo en una corriente o grupo literario, ya que sus novelas se pueden considerar narraciones en el sentido tradicional del género, y por otro lado presenta una clara voluntad esteticista y de estructuración artificiosa. Umbral tiene la capacidad de saber combinar tonos muy diversos. Algunas de sus obras son “Las ninfas”, “Males Sagrados” y “Trilogía de Madrid”.
EL TEATRO ESPAÑOL HASTA LA GUERRA CIVIL
En España, el desarrollo del teatro se encuentra encauzado por los condicionamientos sociales de su representación. Los gustos del público burgués son de escasa exigencia. Los problemas sociales o ideológicos y las aventuras formales se hallan fuera de sus intereses al sentarse en una butaca. Lo que también tienes en cuenta es que sin espectadores no hay obras. De ahí que los empresarios hacían por decirlo de alguna manera el teatro que pedía el público.
En este período hay una pobreza del teatro español. Es un teatro inmovilista, enquistado entre un público conservador y un escaso estímulo creativo. La mayor parte de la creación que servia para alimentar este tipo de teatro presentaba gran des limitaciones y, en la actualidad, un escaso interés, pues ha envejecido rápidamente. Algunos autores menos conformistas tratarán de romper esa tendencia rebelándose ante el teatro comercial.
EL TEATRO COMERCIAL DE ÉXITO
LA COMEDIA BENAVENTINA
La larga trayectoria de Jacinto Benavente(1866-1954) es un ejemplo de las limitaciones del teatro español.
En genera, sus tramas presentan problemas poco conflictivos: Benavente ponía en escena leves defectos de las relaciones personales o sociales. Predomina, frente a la acción y la situación, el diálogo elegante, natural e ingenioso. Los lugares escénicos en que se desarrolla la acción han permitido la clasificación de su obra en cuatro grupos:
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Los inferiores burgueses ciudadanos(salones, gabinetes, etc.)
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Los interiores cosmopolitas(hoteles, yates, etc.)
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Los interiores provincianos (salas, saloncitos, plazas)
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Los interiores rurales(cocinas, comedores o salones de casas campesinas)
Los intentos benaventinos de reflejar lo actual de cada momento son la causa de su éxito de público, pero también de la caducidad de su teatro.
LA COMEDIA COSTUMBRISTA
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Otra línea teatral consigue el éxito a base de desarrollar el cuadro costumbrista romántico, mezclando aspectos de la zarzuela y del denominado género chico, breves sainetes en un acto que alternaban diálogos con partes musicales. Se caracteriza este teatro por hacer hincapié en el ambiente pintoresco de determinadas regiones españolas, por la creación de personajes típico, por su lenguaje avulgarado y humorístico y, en lo ideológico, por su conservadurismo.
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Carlos Arniches es el más conocido autor de sainet4es. Especialista en las costumbres madrileñas de los barrios populares, sus personajes aculados y castizos se expresan con un rico lenguaje que provoca la carcajada con sus deformaciones y expresiones hiperbólicas. Lo curiose es que Arniches no imitó ese lenguaje, sino que lo creó. Desde 1916, Arniches intentó un nuevo género, denominado tragicomedia grotesca, con obras construidas con personajes caricaturescos y trágicos a la vez, que se advierte una cierta crítica social.
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Los hermanos Álvarez Quintero escribieron en colaboración cerca de doscientos cuadros, sainetes costumbristas y comedias ambientados en una Andalucía irreal y tópica. El humorismo omnipresente pinta una Andalucía rosa, sin preocupaciones de la creación teatral.
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Pedro Muños se especializó en el astracán, mezcla de género chico y vodevil, en el que se busca la comicidad a toda costa, sin reparar en los aspectos constructivos o argumentales de la creación teatral.
EL TEATRO POÉTICO
Esta denominación equívoca esconde un tipo de teatro en verso, en un principio influido por los hallazgos modernistas, caracterizado por sus asuntos históricos y su conservadurismo ideológico.
Este teatro fue cultivado por Eduardo Marquina, Francisco Villaespesa, etc.
Los hermanos Manuel y Antonio Machado escribieron conjuntamente obras en esta línea, como “La Lola se va a los puertos” (1929). Por su parte, José María Pemán, autor de “El divino impaciente”(1933), trataría de prolongar esta corriente teatral hasta después de al guerra civil.
TEATRO RENOVADOR Y MARGINADO
EL TEATRO ENTORNO A LA GENERACIÓN DEL 98
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Miguel de Unamuno considera el drama como el instrumento más adecuado para presentar los problemas humanos que le obsesionaban. Ello hace que sus creaciones teatrales, tengan como rasgos distintivos: el valor concedido a los diálogos, el abandono de la verosimilitud y de las convenciones escénicas, las innovaciones técnicas y la primacía del tema sobre los personajes.
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Azorín se inició tarde en el teatro. Desarrolló su vocación teatral sobre todo como crítico. Quiso aproximar la técnica del montaje a la cinematográfica; buscó nuevas formas de simbolización a través de los decorados, la luminotecnia o la actuación. En sus composiciones es muy frecuente observar que la aparición de elementos subconscientes muy en línea con el Surrealismo de la época.
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Jacinto Grau se caracteriza por el uso de una prosa poética y por los temas históricas, bíblicos o procedentes de la tradición literaria. Su obra más elogiada es “El señor de Pigmalión”(1921).
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Ramón Gómez de la Serna ensayó la escritura de obras teatrales distintas de las comerciales, con resultados escasamente relevantes. Entre 1909-1902 escribió diecisiete piezas breves, plagadas de elementos modernistas y dadaístas.
EL TEATRO DE LA GENERACIÓN DEL 27
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Rafael Alberti tras su alegría simbólica que responde a un momento de crisis espiritual íntima, vinculó su teatro a las directrices de una literatura comprometida. Esto le lleva a concebir el escenario como forma de lucha para la concienciación y divulgación de ideales. En otras obras, domina el sentido poético, con una fuerte carga simbólica: en “La gallarda” por ejemplo aparecen simbolizados el amor viril y los celos.
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Pedro Salinas y Miguel Hernández se acercaron al teatro casualmente. El primero escribió, ya en el exilio piezas como “la bella durmiente” o “Ella y sus fuentes”,a medio camino del exilio entre el teatro comercial y el de protesta, en las que la mezcla de realidad e imaginación y el papel prepotente de los diálogos son sus notas más destacadas.
Miguel Hernández se estrena con un auto sacramental en verso, al que sigues melodramas sociales como “Los hijos de la piedra” y “El labrador de más aire”
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Alejandro Casona, comienza su dramaturgia con “la sirena varada” en 1934, se da a la fama con “Otra vez el diablo” y “Nuestra Natacha”. En algunas de sus obras hay una mezcla de realidad y fantasía, con personajes poco individualizados, y un lenguaje excesivamente afectado. Un leit- motiv en sus argumentos es el tema de la casa de los sueños, el espacio donde los ilusos y los locos creen que sus fantasías son ciertas y del que deben salir para enfrentarse con la realidad.
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Max Aub es autor de singular y valiosa producción teatral uqe comienza antes de la guerra con una serie de obras vanguardistas y antirrealista, como “Crimen”, y Espejo de avaricia”
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En la década de los treinta aparece un autor llamado a renovar el teatro cómico, Enrique Jardiel Poncela, con obras como “Angelina y el honor de un brigadier” y “Cuatro corazones con freno y marcha atrás”. Sin embargo. Su influencia no se dejará sentir hasta pasada la guerra, período en el que lo podemos encuadrar.
OBRA TEATRAL DE RAMON MARÍA DEL VALLE-INCLÁN
La originalidad audaz de Valle, sus planteamiento radicales y sin concesiones, la riqueza y expresividad de su lenguaje, lo distinto de sus temas y de su estética explican que sus obras permanecieran fuera de los escenarios de su tiempo, relegadas a ser teatro para leer. Sin embargo, hoy se le considera como un autor que supo ver más allá de su tiempo y sus creaciones.
Al igual que en su labor novelística, el primer teatro de Valle se inscribe en la corriente modernista, en su faceta más decadente. Los temas de evasión, el estilo brillante y la actitud rebelde se encuadran en unas obras idealizadas y estetizantes, que resultan convencionales y retóricas. Títulos como “Cuento de abril” y “Voces de gesta” representan esta vía fracasada de combatir el teatro al uso.
Valle prueba a la par otros caminos. El ciclo mítico, con “Las comedias bárbaras”, es el resultado de la prueba. La Galicia mítica y rural es el marco en el que se desarrollan estas historias.
La culminación de este ciclo es “Divinas palabras” (1920). Seres diabólicos, irracionales y monstruosos pueblan esta obra, en la que la avaricia y la lujuria desencadenan todos los conflictos.
Valle-Inclán desarrolla una seria de farsas, donde lo grotesco y la caricatura convierten a los personajes en fantoches y marionetas ridículas.
En el año 1920 encuentra la fórmula en laque cuajan las líneas anteriores: el esperpento. Da nombre a un género literario propio, basado en la deformación sistemática. Los personajes son seres grotescos en un mundo grotesco, semejantes a marionetas ridículas y de pesadilla, aunque en ocasiones el autor tenga un gesto de ternura hacia ellas.
Otros rasgos formales de los esperpentos son los siguientes:
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El uso de contrastes: entre lo doloroso y lo grotesco, lo trágico y lo cómico, etc.
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La riqueza del lenguaje, cuidadosamente elaborado y muy personal, en el que hay una estilización de registros diferentes.
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Las acotaciones teatrales, muy literarias, que adquieren valor en sí mismas.
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Los numerosos personajes y los continuos cambios de espacio y tiempo entre las escenas.
TEATRO ESPAÑOL TRAS LA GUERRA CIVIL
EL TEATRO EN LOS AÑOS CUARENTA
El teatro de este período es muy poco interesante, ES un teatro condicionado por la sociedad burguesa del momento, dirigido a su ideología. Desde el punto de vista de las representaciones teatrales, vareias son las corrientes que suben al escenario en estos años:
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Un teatro cómico, heredero del sainete y del astracán, lleno de situaciones tópicas y chistes lingüísticos de nulo valor literario
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Un teatro folclórico-musical que casi no es teatro, donde la música asfixia lo literario. Son espectáculos de varietés, en los que la canción es el elemento fundamental
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Un teatro histórico-político, de evasión, que permitía olvidar la realidad inmediata. Canta glorias y héroes del pasado y en él se dan estrenos y reposiciones. Es un teatro paralelo al cine exitoso de la época.
En la creación dramática son dos las líneas que sobresalen en estos años:
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El drama burgués, a continuación de la comedia benaventina, en el que se inscriben una sucesión de autores importantes., que defienden valores conservadores, encuadrados en obras de correcta construcción y elegantes diálogos, que no aportan nada nuevo al teatro.
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El teatro de humor es, quizá lo más interesante del periodo.
EL TEATRO REALISTA DE PROTESTA Y DENUNCIA.
La década de los cincuenta se abre con tres importantes estrenos: “historia de una escalera” de Antonio Buero Vallejo; “Tres sombreros de copa” y “Escuadre hacia la muerte”. Con estos estrenos se vio la posibilidad de hacer un teatro distinto, que reflejara los problemas del momento, porque ambos se insertan en una corriente existencialista que derivará después hacia la preocupación social.
Buero y Sastre serán los nombres clave de esta generación realista, que incluyen a unos autores. Sus temas abordan problemas de obreros, estudiantes, etc., siempre poniendo de relieve las desigualdades sociales y la falta de humanidad. Muchas piezas nunca llegaron al escenario, por lo que puede hablarse de un teatro soterrado.
La estética de la generación realista, a pesar de los elementos comunes, difiere de unos escritores a otros. Alfonso Sastre, el más importante e inquieto del grupo, adopta diversas maneras dentro de su constante compromiso con la historia, la tiranía, la denuncia del militarismo, la investigación lingüística...
OBRA TEATRAL DE ANTONIO BUERO VALLEJO.
El dramaturgo de mayor interés del teatro de posguerra es Antonio Buero Vallejo.
Su producción está marcada por el compromiso adoptado por el autor ante los temas humanos más universales, ya sean de tipo existencial o social. Mira la realidad con ojos lúcidos: ve los deseos de los hombres y sus frustraciones, las mentiras que se inventan para soportar su infelicidad, os obstáculos que los gobernantes, la sociedad o la existencia misma les ponen para impedir su realización plena.
El género adoptado por Buero es la tragedia. Con la tragedia se pretende la catarsis del espectador, porque le enseña los problemas, pero le plantea también el problema de cómo resolverlos, porque no le ofrecemos soluciones. La mayoría de las obras de buero se cierran con un interrogante sin respuesta lanzado hacia el público
En los dramas de Buero, el diálogo ocupa un papel importante, pero no exclusivo. El lenguaje de los protagonistas suele estar caracterizado por su densidad, hondura y precisión. Pero no descuida los aspectos espectaculares del teatro. El espacio escénico suele estar descrito con minuciosidad en las acotaciones, porque, en él, los objetos, su disposición y el ambiente descrito adquieren una significación concreta. En relación con la técnica teatral de Buero, están los denominados efectos de inmersión: en algunos momentos, el autor trata de hacer partícipe al espectador de lo que ve en escena.
Se han propuesto varias clasificaciones de la producción de Buero. Una de ellas se divide en tres grupos:
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Los dramas de indagación del ser humano envuelto en conflictos sociales.
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Los dramas históricos, que presentan argumentos alejados en el tiempo, pero que sirven como modelo de hechos o conductas actuales.
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Dramas de personajes con taras, cuyas limitaciones físicas simbolizan las limitaciones humanas para enfrentarse abiertamente a la realidad.
NUEVAS FORMAS DE EXPRESIÓN DRAMÁTICA
Avanzada la década de los sesenta, surge un movimiento de renovación caracterizado por una acercamiento al teatro extranjero, a las corrientes renovadoras que durante el siglo se habían producido y se estaban desarrollando en Europa y el mundo: teatro épico de Bertolt Brecht, teatro del absurdo, etc.
Las experiencias más interesantes surgen de los grupos de teatro independiente, que a pesar de los obstáculos políticos y económicos iniciales, surgen grupos por toda la península. Características generales de estos grupos son:
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La creación colectiva de la obra, en la que la improvisación desempeña un papel importante.
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La infravaloración del texto en detrimento de los aspectos más espectaculares del teatro, provenientes del cabaret, del teatro de varietés, la revista, etc.
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El mantenimiento de enfoques críticos que no se limitan a lo político y lo social.
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La ruptura de las convenciones escénicas de espacio y tiempo. Se abandona el teatro a la italiana, por ejemplo trasladando el escenario al patio de butacas y buscando la participación del espectador.
TEATRO EN LOS ÚLTIMOS AÑOS
Tras el fin de la dictadura se producen dos tendencias en el teatro español, la primera que consistió en montar obras de autores clásicos exóticos.. y la segunda se proponía restituir los textos silenciados del pasado inmediato.
El autor que más éxito tuvo en estos años el Antonio Gala quien alterna el simbolismo con dramas realistas o recreaciones históricas. Sus protagonistas son generalmente mujeres y sus temas tratan sobre conflicto individuales: Amor, soledad, etc.
Los teatro independientes se profesionalizan y se convierten en grupos estables, con loas consiguientes concesiones. En 1978 se crea el Centro Dramático Nacional.
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Enviado por: | Zirawog |
Idioma: | castellano |
País: | España |