Literatura


Leyendas; Gustavo Adolfo Becquer


GUSTAVO ADOLFO BÉQUER

Nació en Sevilla, nació el 17 de febrero de 1836 fue huérfano a los cinco años; San Antonio Abad fue dónde empezó sus estudios, para luego pasar a estudiar la carrera náutica en el colegio de San Telmo.

A los diecisiete años se va a Madrid en busca de fortuna no encuentra la fortuna, por lo que sirve de escribiente en la Dirección de Bienes Nacionales, donde su habilidad para el dibujo que era una de sus más grandes aficiones, pero fue despedido al ser sorprendido por el Director haciendo dibujos. Volvió a vivir de sus artículos literarios que se vendían poco, así que lo combinó vendiendo dibujos.

Obtuvo una plaza en la redacción de una revista y escribió la mayoría de sus leyendas.

En 1862 se va a vivir con su hermano, con el que pasa una un tiempo.

En septiembre de 1870 murió su hermano, esto supuso un duro golpe para Béquer, que enfermó una pulmonía que se convirtió en hepatitis, terminó con su vida el 22 de septiembre de 1870 a los 24 años. Aunque lo conocemos con el nombre de Gustavo Adolfo Béquer, su verdadero nombre es Gustavo Adolfo Domínguez Bastida.

-El beso-

Esta leyenda trata de un general francés y su ejército que acampan a Toledo, cuando ya está apoderada por los franceses.

Acampan en una iglesia y pasan allí la noche.

La mañana siguiente, el joven general se va al bar y habla con sus amigos de una mujer que ha visto la pasada noche. Una mujer guapísima que le sedujo, todos estaban absortos en su narración hasta que les dice que esta mujer no es más que una estatua. Todos se echan a reír, y el general les dice que lo comprueben ellos mismos. Y quedan para esa misma noche para ver dicha estatua.

Cuando llegan a la iglesia, y el general les enseña la estatua todos quedan absortos en su belleza, y una vez admirada se van a tomar unas copas en medio de la iglesia.

El general se ríe delante de la estatua y le ofrece una copa de champán a una estatua de un hombre que tiene al lado. El general queda tan absorto en la belleza de la mujer que intenta besarla. Sus amigos le dicen que no lo haga, pero él no hace caso. De repente el general grita estrepitosamente, y le sale sangre por los ojos, por la boca, y por la nariz. Sus compañeros miran horrorizados cómo la estatua del hombre que está al lado de la estatua de la mujer le da un golpe tan fuerte que lo mata

-La venta de los gatos-

Aquí nos hablan de un hombre que fue a Andalucía y quedó impresionado, los gitanos cantaban y tocaban la guitarra, las gitanillas bailaban, y todo el ambiente rebosaba de juerga y alegría. Vio un chico y una chica que se miraban contiguamente, y el hombre decidió hacer un dibujo de esos gitanos. Al caer la noche el muchacho de la guitarra se acercó al hombre y le pidió el dibujo, el hombre se lo dio y el muchacho se empeñó en acompañarlo. En el camino le contó le historia de la chica y él. La chica se llamaba amparo y se crió en su casa porque era huérfana, Amparo era su prometida. Dos días después el hombre se fue y no volvió a Andalucía durante muchos años.

Un buen día se le presentó la oportunidad de volver a Andalucía. El hombre quiso volver a el barrio dónde estuvo hacía tiempo. Pero allí sólo había un cementerio. Encontró a un viejo y le preguntó que había pasado. El abuelo le contó que todo iba muy bien hasta que les comunicaron que harían un cementerio donde estaba su barrio. El hombre preguntó por amparo, y el viejo le contó que habían aparecido unos hombres que la reclamaban cómo su hija, a duras penas se la llevaron y la familia cayó en desgracia. Unos años más tarde, se celebró el entierro de Amparo, y el hijo del viejo se volvió loco y loco estaba, estaba encerrado y por las noches cantaba desesperado.

-El monte de las ánimas-

Un hombre cuenta una leyenda sobre un monte. El monte de las ánimas.

Había un hombre llamado Alonso que le tenía mucho cariño a su prima. El día de todos los santos estaban cazando en el llamado monte de las ánimas, antes de caer la noche Alfonso les indicó a todos que se fueran hacia al pueblo. Beatriz (la prima de Alonso) le preguntó el porqué de esa retirada. Alonso le contó que antiguamente habían dos bandos que se odiaban locamente. Un día se retaron a una lucha en el actual monte de las ánimas. Allí hubo una carnicería impresionante, el alcalde de aquellos tiempos ordenó que se enterraran en un convento que había en la cima del monte. Después de eso, cada día de todos los santos. Los esqueletos de esos hombres se levantaban y daban tumbos por la montaña y mataban a quién se acercara.

Beatriz se rió de esa historia y le dijo que eso eran niñezes. La mañana siguiente Beatriz debía marcharse, Alonso le hizo un regalo y le preguntó si tenía algo para él. Y ella le dijo que sí, seguidamente dijo que lo había perdido en el monte. Alonso le dijo que otro día hubiera ido a buscarlo pero esa noche no, y admitió que tenía miedo. Beatriz le picó a ir a buscar su regalo al monte. Finalmente Alonso accedió y se fue. Hacia las doce Beatriz se fue a dormir y Alonso no había vuelto. Por la noche Beatriz oyó ruidos sordos que se acercaban a ella y pasó una noche aterrorizada pensando que las ánimas venían a matarla. La mañana siguiente se despertó reconfortada y miró tranquila el sol. De repente su cara se volvió pálida, en la ventana vio el regalo que ella debía dar a Alonso ensuciado de sangre, Beatriz murió allí mismo.

Desde ese día dicen que por las noches se puede ver a los esqueletos persiguiendo al espíritu de Beatriz, mientras que ella de vueltas alrededor de la tumba de Alonso.

-Los ojos verdes-

Un hombre llamado Fernando se adentró en el bosque mientras intentaba cazar un ciervo sin darse cuenta llegó hasta una fuente esa fuente se llamaba la fuente del Álamo sobre la cual pesa una leyenda que aseguraba que si por cualquier cosa te acercabas a ella caería sobre ti una gran maldición. Fernando estuvo escuchando nombres, voces, y sonidos que no eran normales, y cerca de la fuente vio unos ojos verdes, y otro día vio una mujer y un día en el cual acudió a sentarse en una de las rocas que estaban al lado de la fuente, esperaba que apareciesen los ojos verdes, de la hermosa mujer, de la cual se había enamorado locamente, finalmente esta apareció de nuevo del agua y le incitó, pidiéndole amor, pidiéndole que fuera con ella. Fernando cayó en la tentación y acabó en el agua donde seguramente murió, porque no se volvió a saber nada más de él.

-El miserere-

Una vez un hombre fue a ver un museo y vio un miserere sin acabar, un abuelo que estaba por allí le contó la historia de un músico que daba tumbos por el mundo para aprender canciones. Un día pidió refugio en un convento, allí le explicaron que por las noches en un convento en lo alto de una montaña unos espíritus de unos antiguos frailes cantaban un miserere. El músico decidió ir en busca de ese miserere. Por la noche se acercó a ése convento y esperó, esperó tanto que pensaba que los frailes le habían engañado. Cuando estaba a punto de marcharse empezó a oír el miserere de los espíritus también llamado el miserere de la montaña. Quedó flipado y atemorizado con el miserere y la mañana siguiente ya empezó a escribirlo. Estuvo escribiendo durante mucho tiempo, al final murió encerrado en su habitación mientras intentaba escribir el miserere.

-Maese Pérez el organista-

En Sevilla, se encontraba una pequeña iglesia llamada Santa Inés. Allí tocaba un organista muy bueno, ese organista sentía y hacía sentir todas les notas que tocaba con su viejo órgano. En la misa del gallo era dónde se lucía más, pro por más que se luciese él nunca se lo tenía creído. Maese Pérez era bondadoso y humilde, además, era ciego.

En la misa del gallo de un año, maese Pérez no pudo presentarse, y se presentó el organista de la catedral principal que todo el mundo le odiaba. Pero en el último momento, apareció maese Pérez en los albores de su muerte. Quería tocar el órgano por última vez. Subió a tocar y tocó cómo nunca lo había hecho. Entonces, en medio de la misa se oyó un grito. Maese Pérez había muerto.

Ya el año siguiente nadie se atrevía a tocar el órgano de maese Pérez sólo el organista odioso se atrevió a tocarlo, y tocó igual de bien que maese Pérez, y todo el mundo quedó atorado.

El siguiente año. Todo el mundo fue a la catedral principal a escuchar el organista, y en la iglesia de Santa Inés tan solo fueron unas diez personas. La hija de Maese Pérez no quería tocar el órgano, decía que se le había aparecido su padre mientras estaba arreglando el órgano. Finalmente se decidió a subir y tocar.

Hacia al final de la misa, su hija gritó al igual cómo había gritado dos años antes. La gente subió a ver que pasaba. Y vieron con unos ojos abiertos al igual que las naranjas cómo la hija del organista apartada del órgano, miraba con las mismos ojos que ellos el órgano, que sin que nadie lo tocara, estaba haciendo sonar una de las canciones de Maese Pérez.

-El rayo de luna-

Esta leyenda nos cuenta la vida de un hombre muy encerrado en sí mismo que le gustaba la soledad de una manera impresionante. Le encantaba la poesía y por eso su carácter le hacía pensar y usar su mente. Una noche de verano vio como una mujer iba al monasterio, él la siguió e intentó dar y hablar con ella, pero aunque lo intentó muchas veces no consiguió alcanzarla hasta que llegó a la que él supuso que era su casa. Pero cuando llamó a la puerta y preguntó que quién vivía allí, la persona que le atendió le dijo que era la casa de Alonso de Valldecuellos que vivía solo. Al cabo un tiempo el hombre volvió a verla desde el balcón de su habitación y otra vez intentó dar con ella. Se acercó mucho más de lo que se acercaba normalmente y pudo un rayo de luna distorsionado por la espesura del bosque. Esto dio a nuestro protagonista en una gran melancolía pensando que la vida era un engaño y el amor era un simple engaño.

-El cristo de la calavera-

Había en Toledo dos chicos que eran muy amigos y siempre habían estado juntos y habían jugado juntos…

Vivía por allí una mujer que se llamaba doña Inés, era admirada por todos los hombres de la zona y ella se sentía dichosa, se aprovechaba de ello.

Los dos amigos estaban totalmente enamorados de doña Inés y habían llegado a un punto tan crítico, que cualquier movimiento hacia ella era como levantar el hacha de guerra.

Un día estaban los dos tirándole piropos, y ella se marchó de tal manera que le cayó un guante al suelo (seguramente lo hizo apropósito), los dos chicos se inclinaron para recoger el guante, y pasó que lo cogieron los dos, se miraron con mala uva, y ninguno cedía el guante al otro. En esas apareció el rey, y todo el mundo se calló, recogió el guante y se lo dio a Inés.

En esa noche, los dos se retaron a un duelo. Por la noche se encontraron en una calle dónde había una luz y un cristo. Cada vez que desenvainaban sus espadas la luz se apagaba y no podían luchar. Llegaron a la conclusión de que Dios no quería que lucharan y decidieron ir a preguntar a Doña Inés a quien prefería, pero cuando llegaron a su casa vieron que un hombre salía de su habitación por la ventana, los dos se mearon de risa y se fueron.

La mañana siguiente Doña Inés se dio cuenta de que todo el mundo la miraba (eso era normal) pero la miraban diferente, y cuando vio que los dos chicos se marchaban a la guerra y ninguno se quedaba con ella lo comprendió todo.

-La corza blanca-

Esta leyenda nos habla de un hombre, que respondía al nombre de don Dionís, este hombre tenía una hija que se llamaba Constanza, y Constanza tenía un sirviente que se llamaba Garcés. Constanza era preciosa y todos los hombres encontraban en ella algo especial, y Garcés no era una excepción, él estaba enamorado de ella. Don Dionís cazaba como “hobbie” un día al acabar la caza apareció un zagal llamado Esteban el cual decían que no estaba muy bien de la cabeza, Esteban les contó la historia de que un día él salió a paseo por el campo y que esperando y caminando llegó la noche y vio unos ciervos liderados por una corza blanca la cual le habló, y a partir de ese día todos los ciervos están en contra de él. Todos se rieron de las historias que les contaba Esteban menos Garcés que no paraba de pensar en el relato sobre la corza blanca. Garcés estaba enamorado de Constanza, y se imaginó atrapando la corza blanca y regalándosela a su amor Constanza y esta enamorándose locamente de él. Salió de caza pensando en atrapar la susodicha corza blanca y buscándola durante mucho tiempo consiguió verla junto a su manada, la corza quedó atrapada en un matorral, Garcés se acercó para recogerla, pero cuando iba a hacerlo la corza le dijo algo y él quedó tan patidifuso que dio unos pasos atrás. La corza se liberó y intentó escapar pero Garcés le lanzó una flecha que le dio de lleno, cuando Garcés se dio cuenta de lo que pasaba se quedó estupefacto, la corza blanca era Constanza que se revolcaba en su propia sangre tras haber sido alcanzada por la flecha de su amor

-La cruz del diablo-

Un hombre decide ir de excursión a un lugar llamado Bellver y descubre una gran cruz. El guia con el que hace la excursión le dice que sobre ella pesa una maldición y Durante la noche le explica toda la historia de esa cruz la cual es llamada tradicionalmente la cruz del diablo.

Unos años atrás, había un noble el cual era odiado por todo su pueblo. Un día se fue a la guerra y todo el mundo se puso muy contento, no se sabe porquè, pero volvió aún más malvado. Durante una noche el pueblo se rebeló y asesinó al rey. Pero su armadura siguió allí. Más tarde el miedo volvió. Capturaron a uno de los miembros de la banda que les dijo que su jefe era muy rarito y algunos decían que era el diablo. Pidieron consejo a un hombre viejo y sabio que les enseñó una oración que cantándolsela consiguieron capturarle pero era muy listo y se escapó de la cárcel. Entonces el hombre viejo les dijo que esta vez, fundieran la armadura e hicieran con ella una cruz. Y así se hizo.

-Conclusión general-

Es un libro con un lenguaje un poco arcaico quizás para nosotros. Algunas leyendas están escritas de una manera y otras de otra. Pero muchas son difíciles de seguir y lentas en su desarrollo

El personaje que más cautiva es Maese Pérez por que es viejo y bondadoso, siempre está al pie del cañón incluso en el lecho de su muerte. Y cuando muere queda enganchado a su órgano y sigue tocando, cómo si fuera la única cosa que tiene en el mundo

-Opinión personal-

Es un libro que aunque no lo he leído entero se me ha hecho pesado en algunos momentos y en un par de leyendas incluso ha sido difícil de leer. Ha habido algunas leyendas que me han gustado, principalmente ha sido la cruz del diablo porque me recuerda las cruces de Montserrat ahí en la punta de una montaña y con un barranco justo delante.

Por otra parte, un libro que habla de diferentes situaciones en cada momento no es que sea mi tipo de libro predilecto, es casi imposible que te gusten cada una de las leyendas que se citan. Unas hablan de amor, otras de guerra, y aún hay otras que hablan de espíritus. Las de espíritus son las más misteriosas y tenebrosas.

El miserere me ha gustado bastante, y la corza blanca está muy bien pensada. Pero en el fondo es un libro que no me ha gustado mucho y vuelvo a indicar que se hace pesado.

BIBLIOGRAFÍA

-Leyendas.

-Microsoft encarta 2000.

-Microsoft encarta 98.

-enciclopedia larousse.

-biblioteca virtual encarta.

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Enviado por:Kst
Idioma: castellano
País: España

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