Literatura


La hija del espantapajaros; Maria Gripe


Resumen de:

de María Gripe

Capítulo 1:

Loella era una niña de 12 años que vivía con sus 2 hermanos chicos Rudolph y Conrad. Vivían la mayor parte del tiempo solos porque sus padres se habían separado. Ellos se quedaron con su madre, pero ella trabajaba en América. Tenían una pequeña cabaña

en el bosque. Tenían una tía llamada Adina que estaba casada con un señor llamado David.

A Loella le decían en el pueblo “Malos Pelos”, porque su pelo era negro y largo y se le enroscaban las puntas como culebras. Loella no era muy amable con la mayoría de las personas.

Loella cada vez se enfurecía porque su madre había dicho que iba a llegar a más tardar en Octubre pero ya era 1° de Noviembre.

Un día llegó Tía Adina, ella venía de vez en cuando para llevarles comida y a veces les lavaba la ropa.

Las autoridades escolares pensaban que Loella debería ir a la escuela, pero Loella ya sabía leer y escribir, entre otras cosas. Tía Adina insistía que ellos se fueran a vivir con ella y su marido, pero Loella todavía esperaba que volviera su madre.

Capítulo 2:

Un viejecito vivía en el bosque aún más lejos que Loella, se llamaba Fredrick Olsson, tenía unos noventa años y no le gustaba hablar con la gente, le gustaba estar solo. Todas las mañanas iba al pueblo para comprar algunas cosas y también pasaba por el correo para recoger las cartas de Loella. Era muy servicial, siempre y cuando no tuviera que hablar con nadie. Por eso lo dejaba en el bolsillo de Papá Pelerín.

Loella había plantado un espantapájaros, para proteger las plantas de los pájaros y para protegerse de la gente. A veces Fredrick Olsson dejaba caramelos o una pastilla de chicle. A cambio Loella dejaba en el bolsillo sellos de las cartas de su madre porque él coleccionaba sellos.

Un día encontró en el bolsillo de Papá Pelerín una carta de su mamá. La carta decía que se iba a América por un año a trabajar con una familia noble y que le iban a pagar bien. A Loella la iban a mandar al Hogar de Niños de la ciudad y a sus dos hermanos se iban a ir a vivir donde una amiga su madre llamada Agda Lundkvist y le regaló un pañuelo de seda.

Capítulo 3:

Tía Adina se rompió una pierna, David le dijo a Loella. Él llegó con alimentos. Tía Adina le dijo a su marido que se hiciera cargo de Loella y hermanitos. Pasó una semana, la despensa estaba vacía, tuvo que ir al pueblo a buscar comida. Atrás de la carnicería y la panadería botaban las cosas que tuvieran mal sabor y eso era lo que recogía Loella.

Tía Adina escribió una carta desde el hospital, preguntando cómo estaban y diciéndoles lo mucho que los quería.

Ya iba a llegar el invierno y a Loella le preocupaba que Agda los viniera a buscar.

Capítulo 4:

Un día llegó la nieve, pero Loella estaba preparada, aunque sus reservas desaparecieron rápidamente.

Fue a la ciudad a buscar comida y cuando volvió sintió un ruido de un motor, y sintió que una puerta se cerraba y escuchó voces, ¡era Agda Lundkvist!.

Loella iba a entrar y cerrar la puerta con llave.

Agda no estaba sola, estaba con un hombre.

Loella se escondió y escuchó las conversaciones, Agda le decía al hombre que la mamá de Loella le pagaba por cuidarle los niños. También hablaron del padre de Loella y dijeron que era igual a Loella y que a Agda nunca le cayó bien. Tocaron la puerta y los mellizos se pusieron a llorar. De repente escuchó que Agda dijo que el padre de Loella la quería mucho pero no se la pudo llevar porque su la madre de Loella no quiso. Loella se subió al techo y los asustó y le tiró bolas de nieve.

Capítulo 5:

Agda le contó todo al Patronato de Menores.

A la mañana siguiente, se pusieron en camino.

De repente aparecieron dos señoras, le mostraron una carta de su madre de que se hicieran cargo de Loella. Después apareció Agda con Rudolph y Conrad. Las señoras guardaron e las maletas la ropa de los niños. Salieron de la casa y Loella se guardó la llave de la cabaña.

Cuando empezó a andar vio a Papá Pelerín y nunca se le había ocurrido que él le tenía los brazos abiertos, como abrazándola.

Capítulo 6:

Llegó a la ciudad y lo encontraba todo extraño y con mucho ruido. Llegó al Hogar y le dieron una pieza para ella sola. Ahí vivían 16 niños de distintas edades. Tía Svea era la directora del Hogar. A Loella le llamaba la atención que en la ciudad la gente no luchaba por vivir. Lo que más le costó acostumbrarse era la gente, que ni se saludaban.

Capítulo 7:

Tía Svea la llevó donde el director de la escuela. Aprobó en todos los exámenes. El director le dijo que iría a una clase con niños de su misma edad y su profesora sería la señorita Skog.

La señorita Skog presentó a Loella a la clase y comenzó su clase. Loella encontró que la señorita Skog era muy bonita y que olía muy bien.

Loella jugó con los niños pero nadie lograba vencerla. Después hicieron un dibujo para el día del padre. Loella no sabía a quién se lo hacía y ella se lo iba a hacer a su padre porque creía que su padre volvería.

Tía Adina siempre decía que todo tenía un significado.

Capítulo 8:

Iba a visitar a Rudolph y a Conrad cada vez menos porque el hijo de Agda, que se llamaba Tommy era muy amigo de los mellizos y por eso no la pescaban mucho. Loella encontraba muy aburrida la ciudad.

Un día llegó carta de Tía Adina y le había mandado un poco de dinero. Le contestó la carta al tiro.

Capítulo 9:

Loella ya no tenía pieza sola, la niña nueva se llamaba Mona Flinck, tenía tantas cosas que no cupieron en el closet, ella tenía 14 años. Loella no se llevaba bien con Mona, ella no llamaba a Loella por su nombre sino “niña”.

En las noches Mona se ponía rulos y cremas, y después rezaba..

Capítulo 10:

Faltaba un mes para la Navidad y la ciudad estaba toda adornada, toda la gente compraba regalos.

Loella estaba caminando por la ciudad cuando se encontró con 2 amigas de su clase. Le preguntaron qué le iba a regalar a su papá para Navidad, Loella dijo que no sabía porque siempre estaba en el mar y que había visitado todos los países del mundo. Una amiga le pidió los sellos de las cartas de su padre, Loella tuvo que decir que si, sus amigas le dijeron que le comprara a su padre una crema especial para la barba que se llamaba Pop- Viril y lo compró. Estaba segura que su padre vendría y ahora le tenía un regalo. Después se tomó un gran helado con sus amigas y desde ahí que pensó que vivir en la ciudad no era tan aburrido.

Capítulo 11:

Abrió el Pop-Viril y botó un papel que venía en la caja, casi tira el Pop-Viril pero se contuvo.

Después de cenar fue a la casa de Agda, quería preguntarle sobre su padre.

Hablaron sobre su madre y Loella le preguntó sobre su padre y Agda dijo que eran iguales y dijo que no se había vuelto a casar, eso tranquilizó a Loella.

Capítulo 12:

Pasó la Navidad y año nuevo, estaba sola porque Mona había ido a pasar sus vacaciones con su con su tía. Después empezaron las clases de nuevo.

Mona fumaba y le decía a Loella que no se lo dijera a nadie, la trataba como a una niña chica. Pero ahora se respetaban más aunque se peleaban, Lisbeth que era una criada las separaba.

Capítulo 13:

Un día se puso la blusa y el collar que le había regalado su madre para Navidad y todas las niñas se amontonaban para ver su ropa.

Un día Eva, la amiga que le había prometido darle los sellos, le preguntó si la blusa y el collar se las había regalado su papá, Loella dijo que sí, mintiendo, y Eva le pidió los sellos, Loella no sabía que decir.

Faltaba poco para que se terminara de derretirse la nieve y así la navegación podría reanudarse y vendría papá. Loella imaginaba a su padre en sus sueños y en todas las historias ella salvaba a su padre y su padre decía: “entonces tú debes ser mi hija”.

Capítulo 14:

Después de clases, Loella, daba un paseo por el centro. Un día descubrió una tienda de sellos. Entró en la tienda, Loella ayudó un poco al anciano que atendía la tienda y por eso le regaló una bolsita. Loella le daba entonces un sello cada día a Eva. Un tiempo Loella llevaba las cartas al colegio, pero sus cartas eran un papel en blanco y ella le pegaba un sello. Pero cuando una vez estaba “leyendo” una carta, un chico se la quitó, sólo para jugar.

El chico le dijo a Loella que era una mentirosa. Loella le dijo al director que su padre escribía con tinta invisible y el director le dijo al chico que le devolviera la carta a Loella.

Capítulo 15:

Tía Adina escribió a Loella y le dijo como ahora hacía más calor, que se viniera a vivir con ella, pero Loella no podía, debía quedarse hasta que terminara el curso, eso le contestó, pero no era muy cierto, quería quedarse a esperar a papá.

Un día Loella le dio gripe y tuvo que estar en cama. Una noche Loella vio a Mona vestirse y después salió por la ventana. En la mañana Loella vio a Mona durmiendo en su cama como todos los días. Así fueron varias noches.

Una noche Mona trajo a una amiga a la pieza, se llamaba Maggie. Hablaron un rato, después Mona trajo un pliego de papel y un vasito. En el papel dibujó muchos círculos. El juego se trataba que uno preguntaba algo en silencio y los espíritus movían el vaso. Uno sabía la respuesta porque en cada círculo había una letra, en otros dos círculos salía sí y en el otro no. Invitaron a jugar a Loella. Maggie y Mona preguntaron y el vaso se movía y se paraba en algunas letras. Le tocó a Loella, el vaso se movió lentamente y deletreó “ABRIL”. Loella estaba feliz, ella había preguntado cuándo vendría su padre y Abril estaba cerca.

Capítulo 16:

Pasaban rápidamente los días de Abril y Loella cada mañana decía: “quizás hoy” y en las noches decía: “mañana”.

A Loella no le gustaban los libros, decía que eran un montón de palabras y se le enredaban y que uno no puede pensar en sus asuntos porque hay que estar muy concentrada, en cambio le gustaba ir al cine porque decía que no es necesario concentrarse tanto y siempre le había gustado las cosas que se mueven, ella tenía las suficientes cosas en qué pensar. Un día escuchó en la radio a un hombre diciendo una poesía, le había encantado y pensó que las palabras siendo bien usadas crean algo maravilloso.

Capítulo 17:

El último de Abril, Loella no entendía por qué no llegaba su padre. Todos los del hogar hicieron una fogata.

Después Loella fue a la pieza, faltaban tres horas para que fuera la medianoche. Entró a la pieza y vio a Mona vestida y con el pijama encima, se estaba maquillando. De repente Loella le pidió a Mona si esa noche la podía acompañar cuando salga, a Mona no le gustó la idea, pero, después le dijo que bueno, entonces le dijo que se pusiera la ropa debajo del pijama y que se durmiera y que ella la despertaría cuando la vinieran a buscar. Loella pensaba que en esas pocas horas con Mona vendría papá.

De repente Mona le dijo q se levantara. Salieron por la ventana. Las ayudó a salir de la ventana un chico alto. Afuera las esperaba un auto. En el auto estaban Johnny, Maggie y Bert. Ya estaban lejos del Hogar de Niños, Johnny manejaba muy rápido y habían puesto la radio a todo volumen y todos cantaban a grito pelado. Bert les compró a todos hot-dog y se detuvieron en una plaza a conversar con otros. Loella se quedó sola pensando y de repente llegó Mona y le dijo que era hora de irse. Después fueron al puerto y Loella pensó que ahí encontraría más fácilmente a su padre. Pero no lo encontró, pero Loella todavía tenía esperanzas. Después se fueron por un camino que según Johnny era más largo pero más bonito. Pero de repente el auto se desvió, ninguno de los de adentro del auto se había hecho daño. Johnny y Bert trataron de arreglarlo pero no pudieron. De repente llegó la policía y llevó a Mona y a Loella al hogar. Tía Svea esperaba en la escalera y las retó.

Capítulo 18:

Loella estaba desilusionada porque todavía no llegaba su papá.

Una noche, Loella, sintió que Mona lloraba, era porque echaba de menos su casa. Mona le contó que su madre se había ido con su hermana chica y se casó con otro. Su padre también se casó con otra y él le hizo entender que ella estorbaba. Mona hizo más amigos y para entretenerse robaban tiendas, pero un día la descubrieron y su padre se enojó mucho y la mando al Patronato de Menores. Loella le preguntó por qué no había pasado lo que había preguntado en el juego y ella dijo que era una broma y que ese mes era una costumbre decir mentiras para divertirse.

Capítulo 19:

Loella no sabía por qué creía que su padre la vendría a buscar y se respondía ella misma: porque su padre todavía la quería según Agda Lundkvist. Después pensó que se había engañado a ella misma y que su padre ni se acordaba de ella.

Escribió a Tía Adina y le dijo que iba a volver al final del curso. Llegó la respuesta de Tía Adina y le dijo que tenía todo preparado para su regreso a la cabaña y Loella se sintió feliz.

Capítulo 20:

Terminó el colegio y a Loella le fue muy bien en los exámenes. Compró regalos para Tía Adina, Tía Svea y Mona. Compró el jabón que olía igual al de la señorita Skog, tuvo que oler todos los jabones de la perfumería porque no se sabía el nombre del jabón.

Capítulo 21:

Loella estaba haciendo la maleta y vio el dibujo y el Pop-Viril y lo tiró a la basura y Mona lo recogió y le preguntó con quién iba a vivir. Loella no contestó y recogió el dibujo y lo guardó en la maleta.

Siempre había querido bañarse en una pileta que la había admirado desde que llegó a la ciudad y un día en la mañana se quitó la ropa y se bañó en la pileta, sacó el jabón que compró y se jabonó pero un policía la echo de ahí, pero no le importó, estaba feliz.

Después Tía Svea fue a dejar a Loella a la estación de trenes con Mona. Primero fueron a buscar a Rudolph y Conrad y se despidieron de todos.

Loella le dio su regalo a Tía Svea y a Mona. El tren empezó a moverse.

Capítulo 22:

Loella se bajó del tren y abrazó a Tía Adina y le dio su regalo. Loella echaba de menos el sonido del silencio.

Llegó a su casa y buscó a Papá Pelerín pero no lo veía, le preguntó a Tía Adina y dijo que no sabía y de repente lo vio tumbado en el suelo. En el lugar de Papá Pelerín había un hombre con el sombrero del espantapájaros con los brazos abiertos. Estaba furiosa y le dijo que fuera a buscar el espantapájaros y él le empezó a contar que venía porque quería estar con una hija. Loella no le hacía caso, no quería hablar de eso, hasta que él dijo que su hija se llamaba Loella. Ella le pidió que repitiera el nombre varias veces y ella dijo que también se llamaba así y él dijo: “ENTONCES TÚ DEBES SER MI HIJA”.

1




Descargar
Enviado por:Knita
Idioma: castellano
País: Chile

Te va a interesar