Literatura


Jorge Guillén


3º E.S.O.

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JORGE

GUILLÉN

INDICE

Pag.

Introducción

4

1 Biografía

5

2 Su obra

6

3 Comentario de texto

9

Conclusión

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Fuentes

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INTRODUCCIÓN:

Jorge Guillen pertenece a la generación del 27 que es un grupo de escritores nacidos desde 1891 a1905.

El grupo lo forman Jorge Guillen, Pedro Salinas, Gerardo Diego, Dámaso Alonso, Vicente Aleixandre, Federico García Lorca, Luis Cernuda y Rafael Alberti.

Tienen una formación intelectual semejante, la mayoría son universitarios, algunos llevan a ser profesores, casi todos pasaron por la residencia de estudiantes.

El acontecimiento general que les une fue la celebración del tricentenario de la muerte de Góngora. Se oponen a los que no reconocían el talento de Góngora. De 1920 a 1936 sus vidas están muy unidas, no hubo líder claro, hablan a menudo con Juan Ramón Jiménez.

No se alzan contra nada, son muy respetuosos con las tradiciones literarias españolas, de hecho este dato impide que cuaje el nombre de "generación vanguardista” ya que son muy tradicionales.

No existe un único estilo eso si en todos existe el deseo de renovar el lenguaje poético. Para todos la poesía es algo muy serio que hay que trabajar bien buscando siempre la perfección formal y conceptual.

En los autores del 27 es muy significativa la tendencia al equilibrio, a la síntesis entre polos opuestos, incluso dentro de un mismo autor:

  • Entre lo intelectual y lo sentimental. La emoción tiende a ser refrenada por el intelecto. Prefieren inteligencia, sentimiento y sensibilidad a intelectualismo.

  • Entre una concepción romántica del arte y una concepción clásica.

  • Entre la pureza estética y la autenticidad humana, entre la poesía pura y la poesía autentica, humana, preocupada por los problemas del hombre es lo más habitual en Guillen.

  • Entre el arte para minorías y mayorías.

  • Alternan el hermetismo y la claridad, lo oculto y lo popular.

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1 BIOGRAFIA:

Poeta español, nació en Valladolid, en 1893 y muere en Málaga en 1984.

Tuvo una infancia y una adolescencia felices, en un ambiente tolerante y liberal. A los 16 años salió por primera vez de España para pasar dos años en Suiza. A su vuelta, en 1911, se instaló en Madrid, en la célebre Residencia de Estudiantes, donde conoce al resto de los miembros de la Generación del 27 y cursó filosofía y letras.

Tras licenciarse, permaneció un año en Alemania y posteriormente residió durante otros siete en París, como lector de español en la Sorbona.

Al regresar a su país ocupó la cátedra de literatura española en la Universidad de Murcia durante tres cursos (1926-1929), período en el que participó en la celebración del aniversario de Góngora, donde intervinieron la mayor parte de los poetas de la generación del 27.

Pasó más tarde a la Universidad de Oxford y a la de Sevilla. Tras el estallido de la guerra civil, fue encarcelado junto con su esposa en septiembre de 1936 en Pamplona. Puesto en libertad gracias a la intervención de su padre, fue inhabilitado para el ejercicio de cargos públicos y tuvo que abandonar España en 1938, cruzando a pie los Pirineos.

Durante casi treinta años impartió cursos docentes en diversos centros académicos estadounidenses y latinoamericanos. Paralelamente a la actividad académica, su labor poética fue adquiriendo resonancia internacional.

En 1976, año en que pudo iniciarse la edición de su obra poética en España, viajó a su país para recoger el premio Cervantes, primera muestra del reconocimiento oficial del poeta, a la que seguiría su elección como académico de honor de la Real Academia Española. A partir de 1977 se instaló en Málaga, donde fue nombrado hijo adoptivo y escribió parte de su último libro. En ese mismo año recibió el Premio Cervantes. Allí paso sus últimos años donde murió a los 91 años.

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2 SU OBRA:

Guillén es el máximo representante de la poesía pura dentro de su Generación.

En sus poemas se observa una estilización de la realidad, una depuración hasta quedarse con lo más esencial de las cosas. Su estilo está al servicio de dicha depuración. Posee un lenguaje muy elaborado, muy selectivo, que renuncia al efectismo: una poesía fría (sobre todo en un primer contacto), difícil, pero de gran calidad artística.

Guillén domina a la perfección las estrofas clásicas, sobre todo las décimas y los sonetos.

Guillén concibe su obra como un todo, al que da el nombre de Aire nuestro. Se incluyen cinco ciclos, entre los que destacan Cántico (1919-1950), Clamor (1950-1963) y Homenaje (1967).

En Cántico se recogen poemas escritos desde 1919 a 1950. Son 334 poemas en total. La obra es una expresión del entusiasmo de su autor ante el mundo. "El mundo está bien hecho". La vida es hermosa por el simple hecho de ser vida. "Ser. Nada más. Y basta. Es la absoluta dicha." Cántico es un "sí" a la vida, un deseo de vivir "más".

Es, pues, una visión antirromántica del mundo. Canta Guillén al amanecer y al mediodía; prefiere la primavera. El amor no es sufrimiento, sino cima del vivir.

En Clamor, "Tiempo de historia", Guillén da un giro: se observa una protesta ante los horrores y las miserias del momento histórico. El poeta es optimista, pero no por ello deja de ver los defectos del mundo: "Este mundo del hombre está mal hecho". El poeta se alza contra el dolor.

También aparece el tema de España: la guerra, el exilio, la dictadura.

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Poesías

LA SANGRE AL RÍO

Llegó la sangre al río.
Todos los ríos eran una sangre,
Y por las carreteras
De soleado polvo
—O de luna olivácea—
Corría en río sangre ya fangosa
Y en las alcantarillas invisibles
El sangriento caudal era humillado
Por las heces de todos.

Entre las sangres todos siempre juntos,
Juntos formaban una red de miedo.
También demacra el miedo al que asesina,
Y el aterrado rostro palidece,
Frente a la cal de la pared postrera,
Como el semblante de quien es tan puro
Que mata.

Encrespándose en viento el crimen sopla.
Lo sienten las espigas de los trigos,
Lo barruntan los pájaros,
No deja respirar al transeúnte
Ni al todavía oculto,
No hay pecho que no ahogue:
Blanco posible de posible bala.

Innúmeros, los muertos,
Crujen triunfantes odios
De los aún, aún supervivientes.
A través de las llamas
Se ven fulgir quimeras,
Y hacia un mortal vacío
Clamando van dolores tras dolores.
Convencidos, solemnes si son jueces
Según terror con cara de justicia,
En baraúnda de misión y crimen
Se arrojan muchos a la gran hoguera
Que aviva con tal saña el mismo viento,
Y arde por fin el viento bajo un humo
Sin sentido quizá para las nubes.
¿Sin sentido? Jamás.

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No es absurdo jamás horror tan grave.
Por entre los vaivenes de sucesos


—Abnegados, sublimes, tenebrosos,
Feroces—
La crisis vocifera su palabra
De mentira o verdad,
Y su ruta va abriéndose la Historia,
Allí mayor, hacia el futuro ignoto,
Que aguardan la esperanza, la conciencia
De tantas, tantas vidas.

CIMA DE LA DELICIA

¡Cima de la delicia!
Todo en el aire es pájaro.
Se cierne lo inmediato
Resuelto en lejanía.

¡Hueste de esbeltas fuerzas!
¡Qué alacridad de mozo
En el espacio airoso,
Henchido de presencia!

El mundo tiene cándida
Profundidad de espejo.
Las más claras distancias
Sueñan lo verdadero.

¡Dulzura de los años
Irreparables! ¡Bodas
Tardías con la historia
Que desamé a diario!

Más, todavía más.
Hacia el sol, en volandas
La plenitud se escapa.
¡Ya sólo sé cantar!

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3 COMENTARIO DE TEXTO:

El balcón, los cristales,
Unos libros, la mesa.
¿Nada más esto? Sí,
Maravillas concretas.

Material jubiloso
Convierte en superficie
Manifiesta a sus átomos
Tristes, siempre invisibles.

Y por un filo escueto,
O el amor de una curva
de asa, la energía
De plenitud actúa.

¡Energía o su gloria!
En mi dominio luce
Sin escándalo dentro
De lo tan real, hoy lunes.

Y ágil, humildemente,
La materia apercibe
Gracia de Aparición:
Esto es cal, esto es mimbre.

Jorge Guillén
"Más allá", IV.
Cántico.

Este texto reproduce la parte IV del poema "Más allá", con el que se abre Cántico.

Guillén exalta en sus versos la humilde realidad diaria, a través de la cual se manifiesta la plenitud del Universo.

El escritor, sentado en su despacho de trabajo (la alusión a "unos libros, la mesa" -del verso 2- es muy significativa al respecto), contempla, en un día cualquiera ("hoy lunes" -verso 16-), la perfección que exhiben las pequeñas cosas que habitualmente le acompañan: "maravillas concretas" -verso 4- y "material jubiloso" -verso 5- son, en efecto, "El balcón, los cristales. / Unos libros, la mesa" -versos 1 y 2-; como también lo son el "filo escueto" -de los libros, verso 9- y la "curva / de asa" -de la taza de café, versos 10 y 11-, elementos cotidianos en los que "la energía / de plenitud actúa" -versos 11 y 12-; y como igualmente lo son hasta las más modestas realidades: las blancas paredes de su despacho y el sillón en el que se sienta: "esto es cal, esto es mimbre" -verso 20-. Y, lleno de júbilo, Guillén nos comunica su actitud entusiasta ante la perfección que revela todo lo creado.

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De ahí la exclamación admirativa del verso 13: "¡Energía o su gloria!"

El poema muestra el prodigioso dominio que Guillén tiene del léxico: al empleo de un léxico abstracto y, en cierto modo, intelectual ("material jubiloso", "superficie / manifiesta", "átomos / tristes, siempre invisibles", "la energía / de plenitud", "Gracia de Aparición") -léxico que refleja el convencimiento de Guillén de que no existe un lenguaje preconcebidamente poético-, se alía en este poema, como procedimiento expresivo más destacado, el uso de múltiples metonimias (filo escueto/libro, curva de asa/taza, cal/pared, mimbre/sillón>, que evidencian la extremada concisión de que hace gala Guillén.

Esa economía expresiva afecta por igual a todos los planos lingüísticos, y no sólo al lexico-semántico, en el que hay que destacar, además, la moderación y sobriedad en el empleo de la adjetivación, así como la afortunada oposición jubiloso/tristes de la estrofa 2: "Material jubiloso / convierte en superficie / manifiesta a sus átomos / tristes, siempre invisibles".

Y si sencilla es la estructura métrica del poema -versos heptasílabos agrupados en cinco coplas, en cada una de las cuales riman en asonante los pares-, no lo es menos el tipo de sintaxis empleado, en la que se ha prescindido tanto de la coordinación como de la subordinación.

Pero más sorprendente aún si cabe resulta el rigor geométrico con que Guillén ha estructurado el contenido del poema: el escritor comienza y termina enumerando las cosas cotidianas -en un claro ejemplo de estilo nominal-; y, entre ambas enumeraciones, sitúa ese grito de entusiasmo ante el prodigio de la realidad de cada día: "¡Energía o su gloria!" (verso 13).

Y dado que el tipo de métrica empleado en este poema hay que vincularlo con la economía expresiva que es característica de la lengua poética de Guillén, nos parece conveniente efectuar un análisis métrico de dicho poema, siguiendo el método de Antonio Quilis (expuesto en su obra Métrica española, publicada por Seix Barral). En el texto reproducido a continuación se ha reflejado gráficamente la división silábica, la acentuación y las pausas. (Por su especial interés métrico, repárese expresamente en el verso 16).

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CONCLUSION

Gracias a este trabajo he aprendido un poco mas sobre este poeta.

Toda su poesía es muy vitalista alegre y amante de la vida.

Sin conocerlo en profundidad, ha despertado en mi curiosidad por la poesía.

De todos modos se me hace difícil comprender el lenguaje así como la composición de las frases.

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FUENTES

Fuentes escritas:

Enciclopedia Larousse

Enciclopedia planeta Agostini

Internet

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Idioma: castellano
País: España

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