Ética y Moral
Inmigración
LA INMIGRACIÓN
INTRODUCCIÓN.
Durante siglos la humanidad ha estado en continuo movimiento de un lugar a otro, sin embargo es en la actualidad cuando más importancia está cobrando los flujos migratorios. El principal motivo es la tremenda diferencia entre los países del norte y los países del sur. Mientras en los países del norte se vive con recursos más que suficientes, en los países del sur la gente muere de hambre, por esto es lógico que los habitantes de estos últimos países aprovechen las únicas oportunidades que tiene para escapar de esa situación.
Como medida para regular estos flujos migratorios se ha procedido a instaurar distintas leyes de extranjería.
El punto de partida de la inmigración consiste en reconocer la libertad de emigrar y de inmigrar como un derecho humano fundamental. Es incoherente defender la libre circulación de bienes, de servicios y de capitales y oponerse a la de las personas. Desde esta perspectiva, los obstáculos a la entrada o la salida de un país constituyen un atentado a sus derechos legítimos.
Sin embargo, ese enfoque se ve matizado por un elemento fundamental. Si bien es cierto que los individuos han de tener la libertad de ofrecer sus servicios en cualquier lugar del mundo, también lo es que los demás han de tener la capacidad de aceptarlos por las razones que crean convenientes. La libertad de inmigración no implica pues que un “extranjero” tenga el derecho de ir donde le plazca, sino donde se le quiera recibir.
MOTIVOS DE LA INMIGRACIÓN
El abandonar el país de origen requiere coraje o desesperación. Emigrar no es fácil. Tiene una serie de costes económicos, sociales, culturales y afectivos que son o pueden ser elevados. Esto significa que los inmigrantes suelen ser personas más forzadas, audaces e imaginativas que la media de su país de origen.
Los motores más importantes que impulsan la inmigración hacia los países ricos en el lado de la oferta son básicamente cuatro:
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Las oportunidades de empleo y los deseos de mejorar el nivel de ingresos.
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El caos y represión política existentes en los países exportadores de mano de obra.
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La transición de economías agrarias a la industrialización ya que esta implica una nueva reasignación de los recursos desde sectores primarios a la industria que provoca flujos migratorios del campo a la ciudad y al extranjero.
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Los programas de bienestar social existentes en las naciones desarrolladas que actúan como un mecanismo de atracción que en muchos casos incentiva la entrada de buscadores de rentas más que de creadores de riquezas.
Por lo se refiere a la demanda los elementos que impulsan la inmigración son:
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La demanda de una fuerza laboral para actividades que no desean realizar los nativos.
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La escasez de mano de obra cualificada para determinadas actividades en las economías avanzadas.
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El envejecimiento de la población que exige importar mano de obra para sostener el crecimiento económico y para evitar que recaiga sobre la población nativa ocupada una carga fiscal abrumadora.
Esos tres factores se retroalimentan ya que las sociedades ricas y envejecidas crean puestos de trabajo que la población del país no quiere ocupar.
Los movimientos migratorios se pueden catalogar en cuatros grandes ramas:
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Cualificados y no cualificados.
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Legales e ilegales (de los que hablaré más adelante).
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Voluntarios e involuntarios.
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Temporales y permanentes.
La inmensa mayoría de los países industrializados aspira a importar capital humano cualificado. Este tipo de inmigración constituye un porcentaje insignificante del total. El grueso de los flujos de población a escala internacional se concentra en inmigrantes poco cualificados que se ven atraídos por las posibilidades de prosperar que les abren las sociedades ricas. La mayoría de ellos no tienen vocación de permanencia en el país anfitrión y aspiran a retornar a sus lugares de origen.
IMPACTO ECONÓMICO DE LA INMIGRACIÓN.
La inmigración tiene un impacto sobre el bienestar económico del país de acogida y sobre el de su población, en concreto sobre el nivel de renta y sobre su distribución. Por simplicidad basta considerar un modelo compuesto por tres factores de producción:
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Trabajadores cualificados.
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Trabajadores no cualificados.
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Capital físico.
En este esquema, los tres factores son sustitutos perfectos los unos de otros y las consecuencias del a inmigración depende de las características de los extranjeros. Por regla general, el grueso de los inmigrantes tiene una escasa formación, carece de experiencia laboral y no hablan el idioma del país de acogida. En este contexto, la entrada en el mercado laboral de trabajadores poco cualificados reduciría la productividad marginal del empleo de esa naturaleza. Este declive presionaría a la baja sobre los salarios de ese sector de la población trabajadora y, si los salarios son rígidos, genera paro en esa categoría profesional.
MIGRACIONES INTERNAS.
Se producen dentro del propio país de origen. El efecto que han causado estas migraciones ha sido la concentración de población en focos urbanos, ya que ha habido un desplazamiento del campo a la ciudad. La inmigración se ha ubicado de forma definitiva y los pueblos han sufrido disminuciones de poblaciones, sobre todo joven, quedando en muchos casos abandonados o con población muy envejecida.
MIGRACIONES EXTERNAS.
Se produce fuera del país de origen.
Se distinguen movimientos transoceánicos, intracontinentales y fronterizos. Dan lugar a problemas más intensos de adaptación y asimilación que las inmigraciones internas.
El Estado invierte para prestar su poder organizador tanto en la salida de individuos como en el acceso al país de llegada, lo que da lugar a una serie de migraciones con calificativos particulares (asistida, controlada, cualificada, ilegal, protegida).
Este tipo de migraciones externas de forma voluntaria tiene como característica común la búsqueda de mejores condiciones de vida y trabajo y, de acuerdo con el tiempo de estancia se pueden considerar inmigraciones temporales o permanentes.
LA INMIGRACIÓN ILEGAL: causas y soluciones.
Uno de los factores que focalizan el debate sobre las corrientes migratorias es el espectacular crecimiento de la inmigración ilegal. A ella se asocian las peores manifestaciones del fenómeno migratorio: delincuencia, explotación etc. en términos simples se trata tan sólo de una divergencia entre el número de individuos extranjeros que un país está dispuesto a aceptar y quienes quieren entrar en él. Este desajuste entre la oferta y la demanda es el resultado directo de las políticas aplicadas por los gobiernos para regular los movimientos internacionales de población. Como los costes legales y administrativos de ser inmigrantes legales son muy altos en la mayoría de los Estados desarrollados, la emergencia de un mercado negro que permita eludir esas restricciones es inevitable. También lo es el desarrollo de una floreciente actividad empresarial que ha convertido el tráfico ilegal de inmigrantes en un próspero negocio.
COMENTARIO CRÍTICO.
La dinámica impuesta por la globalización lleva inevitablemente a una mayor movilidad internacional del factor trabajo. Esto exige replantear las políticas de inmigración existentes en la mayoría de los países industrializados que se ven desbordadas por la realidad. Ahora bien, es posible y deseable disminuir los efectos menos favorables de los flujos migratorios derivados de la ilegalidad o de su potencia de impacto negativo sobre las sociedades anfitrionas si se produce una sustancial liberalización de las medidas reguladores de la inmigración que reduzca los costes de la legalidad y fomente la integración.
La inmigración legal en busca de trabajo y de un por venir favorable hace que todos los ciudadanos del país anfitrión mantengan un gran respeto a esas personas que solo quieren ganarse la vida y conseguir un futuro mejor para sus hijos. Pero siempre tenemos un gran problema con la inmigración ilegal porque como no consiguen un trabajo por no tener los papeles en regla y tienen que recurrir al vandalismo para poder ganarse la vida de alguna manera.
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Enviado por: | Zhr |
Idioma: | castellano |
País: | España |