Periodismo


Historia periodística


Los conceptos, el mundo, una historia y el contexto.

Periódicos.

Publicaciones editadas normalmente con una periodicidad diaria o semanal, cuya principal función consiste en presentar noticias. Los periódicos también contienen comentarios sobre éstas, defienden diferentes posturas públicas, proporcionan informaciones y consejos a sus lectores y a veces incluyen tiras cómicas, chistes y capítulos de libros o colecciones. Aun hoy día a pesar de los avances tecnológicos los periódicos siguen constituyendo una fuente primordial de información. En casi todos los casos y en diferente medida, sus ingresos se basan en la inserción de publicidad.

Antecedentes

Antes de la aparición de los tipos móviles de plomo a mediados del siglo XV, las noticias se difundían por vía oral, por carta o por anuncio público. Hasta 1609 no se empezaron a publicar los primeros periódicos. Estos ejemplares, impresos en el norte de Alemania, se denominaban corantos y se publicaban sueltos sobre sucesos en otros países. La palabra noticia se acuñó un siglo más tarde.

En menos de 20 años ya se publicaban periódicos en Colonia, Frankfurt, Berlín y Hamburgo (Alemania); Basilea (Suiza); Viena (Austria); Amsterdam y Amberes (Bélgica). Los periódicos de Amsterdam, impresos en inglés y francés, llegaron rápidamente a Londres, donde el primer periódico vio la luz en 1621, y a París, donde el primer periódico apareció en 1631. En el año 1645 Estocolmo disponía de un periódico de la corte que aún se publica. Los primeros periódicos eran de formato reducido y por lo general sólo tenían una página. No tenían ni titulares, ni anuncios y se asemejaban más a un boletín que a los periódicos actuales de página grandes con titulares que por lo general se imprimen en negrita, acompañados los artículos por abundantes imágenes.

Evolución

El primer periódico inglés de tirada continua fue el Weekly News (1622-1641). Los primeros periódicos en Inglaterra contenían en su mayor parte noticias extranjeras, pero en 1628 aparecieron las primeras publicaciones por cuenta de los funcionarios que informaban de los debates en el Parlamento inglés. Estos periódicos se denominaban diurnos.

La censura fue uno de los problemas a los que tuvo que hacer frente la incipiente prensa inglesa a lo largo de gran parte del siglo XVII. Hacia el año 1630, bajo el reinado de Carlos I, la prensa tuvo que soportar grandes restricciones. A mediados del siglo XVII, durante el gobierno de Oliver Cromwell, se mantuvieron las limitaciones a la prensa. Con la restauración del rey Carlos II en 1660, se fueron eliminando progresivamente la concesión de licencias y demás restricciones, y la prensa inglesa pudo publicar en un ambiente de gran libertad siempre y cuando se abstuviese de criticar al gobierno. En 1702 se fundó en Londres el primer diario de Inglaterra, el Daily Courant.

En los años siguientes aparecieron un sinfín de periódicos, incluido el diario decano superviviente, el Times fundado por John Walter en 1785. Fue el primer periódico en el Reino Unido que empleó a corresponsales extranjeros, al contratar a H. Crabb Robinson para cubrir la guerra de la Independencia de España, frente a Napoleón.

La supresión del impuesto público sobre los periódicos en 1855 provocó una reducción global del precio y un aumento de su circulación. Los precios también fueron disminuyendo a finales del siglo XIX al irse abaratando el papel y disponerse de mejores máquinas de impresión. A medida que aumentaba la circulación creció la publicidad, proporcionando a los editores una fuente importante de financiación aparte de la procedente de las ventas. Todas estas circunstancias desembocaron finalmente en la adopción generalizada del periódico a medio penique en Gran Bretaña a principios del siglo XX.

Hasta 1690 no se publicó en las colonias americanas algo que se pareciese a los primeros periódicos europeos. El Publick Occurrences, Both Forreign and Domestick, un periódico de tres páginas, comenzó a publicarse en Boston ese mismo año, pero fue suspendido por el gobierno tras la aparición del primer número.

El primer periódico estadounidense de tirada continua fue el Boston News-Letter, fundado en 1704 por John Campbell. Este periódico, censurado por el gobernador de la Colonia de la Bahía de Massachusetts, contenía noticias financieras y del extranjero y recogía nacimientos, defunciones y sucesos de carácter social. En 1750 había 12 periódicos en las colonias británicas, que por entonces contaban con cerca de 1 millón de habitantes.

En 1848 se produjo otro avance significativo. Seis periódicos neoyorquinos se aliaron para compartir los costes de la transmisión telegráfica de noticias desde Washington y Boston hasta Nueva York. Esta asociación informal pronto se convirtió en la Associated Press (AP), la primera agencia de noticias del país. Después de la Guerra Civil, AP creció rápidamente, suministrando a los periódicos enfoques políticos muy variados. Así pues, AP obligó a dar las noticias de una manera objetiva y sin partidismos, algo que todavía procuran muchos periódicos estadounidenses.

A medida que los periódicos comenzaron a competir entre sí para aumentar su tirada con objeto de conseguir más publicidad, los editores Joseph Pulitzer y William Randolph Hearst comenzaron a practicar un nuevo tipo de periodismo. Pulitzer, en el New York World, y Hearst en el San Francisco Examiner y el New York Morning Journal, transformaron sus periódicos con noticias de carácter sensacionalista y escandaloso, incluyendo dibujos y otro tipo de pasatiempos como las viñetas de humor. Cuando Hearst comenzó a publicar secciones de humor en color, entre las que se incluía una tira titulada The Yellow Kid, a este tipo de periódico se le bautizó como “prensa amarilla”.

El crecimiento de los periódicos se vio favorecido también por otros avances tecnológicos. La aparición de la primera linotipia a mediados de 1880 aceleró la composición al permitir fundir automáticamente los tipos en líneas. Se fueron perfeccionando las rotativas y las tiradas de los periódicos en las grandes ciudades alcanzaron las cotas de cientos de miles de ejemplares.

Durante el siglo XIX Argentina se destacó al sur del continente con el Telégrafo Mercantil, Rural, Político, Económico e Historiográfico del Río de la Plata (1801), el primer diario argentino y mas tarde El Museo Americano de Buenos Aires (1835), primera publicación ilustrada argentina.

De los inicios a la Argentina propiamente dicha.

Allá lejos.

La historia del medio gráfico nacional comienza a formalizarse a comienzos del siglo XIX, con la Revolución de Mayo. Sin embargo este comienzo se relaciona con el comienza de los medios gráficos franceses e ingleses a fines del siglo XVIII y comienzos del XIX. Los grandes cambios tecnológicos producidos por la Revolución Industrial vinculados a las artes gráficas, al mismo tiempo que los grandes cambios estructurales (los primeros cambios en el pasaje del modo de producción feudal a los inicios del capitalismo, el florecimiento de la Ilustración, luego la Revolución Francesa, el ascenso de la burguesía, etc.) dieron lugar al desarrollo de la prensa y la literatura, sobre todo en Francia e Inglaterra, aparece en escena: el periodista.

Aquí, en el Río de la Plata, la Revolución de Mayo nace bajo la impronta de la Ilustración y de la Revolución Francesa, por lo tanto la situación material e ideológica de la prensa comienza a tomar un fuerte impulso a partir de 1810. Se modernizan las imprentas, nacen otras nuevas, se comienza a dar prestigio a la palabra impresa. Algunos ejemplos serán La Gaceta de Buenos Aires, de Mariano Moreno, los periódicos como El Censor, Mártir o Libre, El Independiente, Los Amigos de la Patria, El Grito del Sud, etc. Sin embargo estas primeras publicaciones tenían también su reflejo en la prensa inglesa de esa época, donde los periodistas eran los políticos de esa época, que más que escribir predicaban, enseñaban, cuando no adoctrinaban.

Tanto en Inglaterra como en Francia, la revolución industrial y el ascenso de la burguesía opera como motor de cambio del periodismo gráfico dando origen a los nuevos diarios y a la profesión del periodista, a las agencias de noticias, los corresponsales y fundamentalmente la separación entre los periódicos abocados a la noticias y las revistas más dedicadas al análisis político-literario. Mientras tanto en nuestro país, o proyecto de país, se estaban organizando las primeras imprentas, se comenzaban a fijar los primeros temas importantes para la discusión cultural, como la creación de imprentas y bibliotecas, las academias, la educación, etc. Esto siempre bajo la influencia de la Ilustración europea. Los escritores y protoperiodistas todavía se dedicaban a otras profesiones que les remitieran sus ingresos originales y en segundo plano a escribir. Con el auge del romanticismo (en las primeras décadas de 1800 en Europa y en América un par de décadas después) comienzan a publicarse obras periódicas ilustradas, generalmente semanales, (las primeras revistas) donde ya no se hace hincapié en la noticia sino que se permiten la licencia de incluir obras de teatro, literarias, noticias sociales, ilustraciones litográficas y el género más importante: el folletín (aunque sabemos que este género tiene casi dos siglos de existencia, tendrá en el siglo XIX un auge y un desarrollo nunca experimentado). Este género será hegemónico hasta entrado el siglo XX, cuando sea reemplazado por la historieta o el cómic.

Los orígenes europeos de la prensa ilustrada no son tan lejanos de los nuestros. En 1835 Rivera Indarte crea el primer periódico ilustrado de Buenos Aires: El Diario de Anuncios. (mencionado ya unos párrafos mas arriba). Luego llegarán Museo Americano de ese mismo año, que era un semanario ilustrado editado por el suizo César Bacle, quien instaló en Buenos Aires, el primer taller de litografía hacia 1928, y La Moda, 1837, la primer revista que incluye en sus páginas la frivolidad como tema, aunque de todas formas sigue el estilo de la Ilustración, con sus notas de marcado enciclopedismo. Alberdi fue uno de sus ilustres integrantes. De todas formas Europa y EEUU continuaban llevando la delantera, en adelantos técnicos, mediáticos y estilísticos. El crecimiento poblacional, la creciente instrucción y poder adquisitivo hacen del público letrado un mercado más que apetecible tanto en Francia, en Inglaterra como en EEUU.

En el Río de la Plata, dentro de una coyuntura política conflictiva, una guerra civil y la nueva organización nacional, dará lugar a un tipo de relación política facciosa que también determinará la forma de la prensa hasta principios del siglo XX, esta prensa de facciones conservadoras dará origen a dos diarios fundamentales en la historia de los medios gráficos: La Prensa (de José C. Paz) y La Nación (de Bartolomé Mitre)

El fundador.

En enero de 1870, a los cuarenta y ocho años de edad, Mitre ya ha sido gobernador de la provincia de Buenos Aires, el primer presidente de la República unida bajo el régimen de la Constitución de 1853-1860, el defensor de la soberanía nacional en la guerra del Paraguay, en la que combatió como comandante en jefe de la Triple Alianza. Ha estado exiliado en el Uruguay, Bolivia y Chile, ha peleado en Caseros, en Cepeda y en Pavón. De su carrera militar tiene una condecoración de alto valor, una cicatriz en la frente, que marca su manera de enfrentar la lucha en la primera fila del peligro. A esa altura de su vida funda a La Nación.

Tenía dieciséis años cuando se inicia en el periodismo, que ha cultivado en Montevideo, en La Paz, en Santiago y en Valparaíso, antes de volver a Buenos Aires, donde orienta Los Debates, comparte con Sarmiento la dirección de El Nacional, e inspira Nación Argentina diario que precede a La Nación y que sostendrá su obra de gobierno, con la dirección de don José María Gutiérrez. Es un periodista nato, pero no se agota en ésa, su primera vocación, su labor intelectual en 1870 ya ha publicado la “Historia de Belgrano y de la Independencia Argentina” y se prepara para redactar la “Historia de San Martín y de emancipación sudamericana”, dos obras maestras de la historiografía nacional basadas en las fuentes documentales, corriente que inaugura en el país.

Un estremecimiento de entusiasmo se percibe en su correspondencia de 1869 con algunos amigos, a los que comunica su decisión de hacerse impresor, como llama modestamente al oficio al cual se entregará con el apasionamiento juvenil que la aventura por emprender enciende en su espíritu. Una aventura razonada y austera, “después de tantos años de trabajo, victorias y gobierno”, como dirá en una carta dirigida a su amigo, el general Wenceslao Paunero, al que da cuenta de su nada brillante situación pecuniaria con el sobrio lenguaje de los números, que le permitirá concluir, sin dejo alguno de resentimiento o ironía: “No dirán que he sido una carga pública para mi país”. Lejos de ser el fruto de la abundancia, La Nación nace del esfuerzo modesto y obstinado de quien no posee otros bienes que los del espíritu y los de la voluntad. “Entre diez amigos -escribe el fundador al general Paunero- he levantado el capital necesario , que son ochocientos mil pesos” y añade, haciendo un recurso somero de su estado anímico: “En fin, tengo energía para trabajar, no siento ninguna amargura para volver a empezar mi carrera, volviendo a ser en mi país lo que era en la emigración”.

Varones distinguidos, en una época en la que el país contaba con tantas personalidades eminentes, le brindaron su apoyo. A su lado, como en tantas ocasiones venturosas y adversas, unidos por el mismo ideal y la misma esperanza, José María Gutiérrez, Rufino y Francisco de Elizalde, Juan Agustín García, Delfín B. Huergo, Cándido Galván, Anacarsis Lanús, Adriano E. Rossi y Ambrosio P. Lezica. La primera entrega del diario -que sale a la calle con 1000 ejemplares- data del 4 de enero de 1870 y salió de la imprenta, situada en los bajos de la casa del doctor José María Gutiérrez, en la calle San Martín 124, de la numeración antigua. En abril de ese año se traslada a la residencia particular de Mitre, que es hoy el museo que lleva su nombre. En 1885 se inauguró en el solar adyacente a esa mansión uno de los edificios que sobre la calle San Martín se extendería en dirección a Corrientes. En esas casas La Nación estuvo hasta 1979, año en que se instaló en su actual sede de la calle Bouchard, entre Tucumán y Lavalle. En 1929 salió el edificio del diario a la calle Florida, con el frente concebido en notable estilo colonial arequipeño.

El primer editorial de La Nación se tituló “Nuevos horizontes” y fue escrito por Mitre, que llamaba director-gerente a su función en el periódico. Nación Argentina precedió a La Nación y Mitre señaló en el artículo de fondo inaugural la diferencia entre ambos órganos. Aquél había sido un puesto de combate; éste sería una tribuna de doctrina. La doctrina a la que se refiere Mitre en ese texto es la de los principios concretos de la Constitución Nacional de 1853-1860.

En 1870 la unidad nacional es un hecho que nadie discute, el federalismo ha sido convertido en realidad, los principios entrañables que sirven de base al plan de reformas concretas esbozado en 1852 -después de Caseros- se han incorporado a la Ley Fundamental.

Por la libertad, la pureza del sufragio, la tolerancia de las ideas encontradas, la moral pública, tuvo La Nación que sufrir cinco clausuras, entre 1870 y 1901, la obligación de reducir sus páginas a seis y su tirada al 30% y durante el gobierno peronista y hasta 1955, los rigores del Proceso de Reorganización Nacional. Pero su estilo fue siempre el doctrinario, el que difunde la información comprobada, el que en la columna editorial usa la prosa argumentativa, tanto en la crítica como en el elogio. La forma periodística de La Nación integra también su doctrina.

En los primero tiempos el diario se imprimía en maquinas planas en las que había que poner pliego por pliego y, a veces, poner el mismo pliego primero de una cara y luego de la otra. Se componía tipo por tipo, a mano, letra por letra.

A fines de la centuria pasada, contemporánea de su tiempo, la impresión pasó a hacerse con las rotativas de la casa Marinoni, de París, en cuyo diseño colaboró el ingeniero Emilio Mitre. En 1901, incorporó a sus talleres las linotipias, máquinas que reemplazaron a la composición manual.

A partir de 1980, de acuerdo con las exigencias de los tiempos, la electrónica ingresó en La Nación, que ahora aparece On Line y se escribe en computadoras que alimentan las fotograbadoras. Primero fue el dibujo, luego la fotografía, ahora a esas modalidades gráficas se ha sumado la infografía.

Al general Mitre lo sucedieron en la dirección sus hijos Bartolomé Mitre y Vedia y Emilio, que fundó en 1909 -poco antes de morir- la Sociedad Anónima La nación. Tocaría entonces el turno de conducir el diario a los nietos, don Luis y don Jorge, que fueron codirectores entre 1909 y 1912. Luego, Luis sería presidente del directorio y Jorge, director periodístico. En 1932, aquél se haría cargo del diario hasta su muerte, en 1950. Correspondería, entonces, a un bisnieto del general, el doctor Bartolomé Mitre, que se hiciera cargo de la dirección, que ocupó hasta su fallecimiento en 1982. Y la responsabilidad recaería en los tataranietos. En el doctor Bartolomé Mitre, actual director, y en otra rama de esa generación, los Saguier, que dieron otro envión al diario, encabezados por el presidente del directorio, Julio Saguier, actual presidente de la Sociedad. En sus 130 años de existencia, LA NACION fue objeto de numerosas distinciones. En 1942, don Luis Mitre y el subdirector, Angel Bohigas, recibieron el Premio María Moors Cabot, que instituyó la Universidad de Columbia, de Nueva York, y el mismo premio fue otorgado en 1963 al doctor Bartolomé Mitre y al subdirector, Juan S. Valmaggia. Parece oportuno recordar aquí que, en 1951, la Unesco publicó un trabajo de Jacques Kayser, que consistía en el análisis de los grandes diarios del mundo. Entre los 17 elegidos figuraba La Nación. John C. Merrill, en su libro “The Elite Press”, confirmó la opinión de Kayser respecto de del diario.

En marzo de 1989, el presidente Mitterrand, en el Palacio del Elíseo, entregó al doctor Bartolomé Mitre, actual director del diario, las insignias de la Legión de Honor. En esa oportunidad destacó los méritos del periodista y de su periódico.

Un Lector en la Nación.

Si analizamos la comunicación del lector, la cuestión privilegiada fue el siempre vigente problema del mundo de la producción y de la circulación de la información, que concierne a cuestiones de la relevancia del derecho a informar e informarse de los individuos. Podríamos hablar de una suerte de contrato de igualdad entre el medio y el lector en que el sentido de los mensajes no queda en términos absolutos en manos del emisor, existen configuraciones culturales de lectura, gramática de recepción a través de las cuales los lectores ejercitan una serie de recursos presentes en toda comunicación humana: el sobrentendido, la presuposición, diversas formas de interrupción del discurso del emisor, el “mal entendido”, la resignificación, la puesta en suspenso del sentido de lo que se esta leyendo, el sostén de ambigüedad posible, etc.. Las disonancias entre el emisor de un mensaje o el creador de una obra y sus públicos se genera cuando esta en cuestión el tipo de genero al que pertenece el discurso u obra de arte a través de los cuales se ponen en relación, también plantearemos sobre el discurso informativo que construye un relato susceptible de ser interpretado como ficción.

El derecho a informar e informarse no solo en relación crítica a las tendencias a la concentración y centralización informativa, sino también, en otro plano, como un llamado de atención sobre las transformaciones tecnoculturales que hacen a la formación de las demandas informativas de la sociedad. La democratización de las comunicaciones pasara por una ampliación de la pluralidad de voces en los circuitos informativos que se sostenga en otras formas de reconocimiento mutuo entre los componentes del proceso comunicativo.

Con la aparición de nuevos soportes de comunicación, ahora la gente ya no lee tanto, esto trajo como principal consecuencia errores de ortografía y de redacción. A pesar de las apariciones de nuevos canales de comunicación, el diario sigue siendo el medio mas importante en lo que respecta a la lectura. Esto significa que el diario hace que la gente siga leyendo, y no abandone la lectura.

Entre texto y lector:, hay dos clases de relación:

1-los que pasan s través del texto: dentro del cual entra el lector de La Nación, ya que es una lectura informativa.

2-los inundados por el texto.

Tipificación de los lectores: hay ocho tipos de lectores:

1-lector seguido

2-lector salteado

3-lector de solapas y contratapas

4-lector lector mínimo

5-lector de vidriera

6-lector furtivo

7-lector de profundidad

8-lector de relectura

Cualquiera de estos podría ser lector del diario La Nación, cada uno lo hará de acuerdo a su interés por la información que contiene el diario. Puede suceder que los códigos del destinatario difieran totalmente o en parte con los del emisor, el código es un complejo sistema de sistemas de reglas. Si sucede esto el lector no podrá comprender el texto que esta leyendo, por lo tanto es necesario que el emisor y receptor tengan un código en común.

El lector de La Nación se caracteriza por ser de la clase media alta que es capaz de decodificar perfectamente el mensaje por su nivel intelectual. Este es uno de los indicios que nos permite ubicar al diario en cuestión dentro de la llamada Lógica Editorial, donde se hace hincapié muy particularmente en el catálogo del periódico, así encontramos a escritores como Humberto Eco o Mariano Grondona, dentro de su staff. Hoy también puede decirse que el diario La Nación como otros diarios argentinos, responde a la lógica financiera en la que el mundo empresarial acompañando los tiempos que corren en el país y en el mundo se ha convertido en un multimedio.

Circulación de diarios por provincias (1985-1990)

Provincia Circulación por Provincia Circulación

cada mil habitantes por cada mil habitantes

Capital Federal y Tierra del Fuego 51

Gran Buenos aires 180 Santiago del Est. 51

Tucumán 120 Entre Ríos 49

Sta. Fe 94 Santa Cruz 37

Mendoza 93 San Luis 32

Río Negro 87 La Rioja 27

Neuquen 87 Chaco 25

Corrientes 75 Catamarca 11

Córdoba 72 Jujuy 9

San Juan 65 Formosa 8

Chubut 61

Salta 58

Misiones 56

La Pampa 53

Fuente:Ford 1991

Inversiones publicitarias en Prensa Diaria 1981-1990 (En millones de U$S)

Año Total Cap Fed % Interior %

1990 225,4 134,7 59,8 90,7 40,2

1989 215,1 154,4 71,8 60,7 28,2

1988 279,1 199,7 71,6 79,4 28,4

1987 139,3 135,5 56,7 103,8 43,3

1986 245 140,6 57,5 103,8 43,3

1985 179,4 97,3 54,3 82,1 45,7

1984 196,1 118,8 60,6 77,3 39,4

1983 137,3 81,3 59,3 55,7 40,7

1982 106,1 65,7 61,9 95,1 39,1

1981 243,4 148,3 60,9 95,1 39,1

Totales 2.209,5 1.404,8 72,8 805,1 27,2

Fuente CAA y AAAP

El diario y su evolución.

1894

El diario en esa época estaba compuesto de ocho páginas, distribuidas en siete columnas todo su texto. Las secciones de las que constaba el diario de ese entonces eran variadas pero referidas al hombre de negocios. Se dividía en agrupados tales como:

1-notas de la semana

2-espectáculos

3-fúnebres

4-avisos generales

5-remates

6-telegramas

Aparecen las publicaciones agrupadas en la ultima hoja y pequeña.

1924

A través de los años el formato se redujo un poco pero se aumento el numero de sus paginas llevándolo a un número de cuarenta.

Al aumentar considerablemente el numero de páginas en mas de la mitad se pudo ir ampliando los temas que el diario pudiera llegar a tocar.

1-aparece una tapa del diario con titulares principales

2-notas internacionales

3-notas locales diferenciadas por ciudades y provincias argentinas

4-notas sociales

5-agricultura, ganadería e industrias rurales también dividido por provincias

6-clasificados

7-deportes

8-espectáculos

9-comercio, navegación, bolsas, bancos y mercados.

En cuanto a la publicidad hay un cambio notorio, ya que no es mas agrupada, se intercala con las noticias y suele haber mas cantidad y de mayor tamaño, llegando a contar con publicaciones de hasta media pagina.

1954

Con el paso de otros treinta años mas la calidad de impresión mejoró ostensiblemente así como la calidad del papel. El numero de paginas volvió a bajar notablemente reduciendo las secciones.

1-tapa del diario con titulares principales

2-notas internacionales

3-notas nacionales divididas por provincias pero mas generalizado

4-entretenimientos (nueva sección)

5-moda (nueva sección)

6-artes plásticas (nueva sección)

Se hacen mas cortas las noticias (resumidas). Las publicidades se siguen intercalando como antes con las noticias.

1984

En esta fecha el diario produjo un gran cambio, al tratar de atraer a la familia agregando nuevas secciones y revistas de interés general. En esos tiempos el diario constaba de 92 paginas, dividido en cinco secciones donde una de ellas era una revista.

Primera Sección.

1-exterior

2-política

3-educación, gobierno y cultura

4-agropecuarios, policía, tribunales

5-deuda externa

Segunda Sección.

1-espectáculos

2-provincias

3-deportes

4-carreras

Tercera Sección.

1-economía y finanzas

2-avisos clasificados

3-remates

4-culturales

Cuarta Sección.

1-filosofía, historia, bibliografía

Quinta Sección.

1-la revista

1998

Este es el diario de nuestros días, que consta de 230 paginas divididas en ocho secciones de las cuales una es una revista. En esta época el diario sigue manteniendo la misma política adoptada por años atrás de apuntar a todo publico en general agregando aun mas secciones y colecciones.

Primera Sección.

1-exterior

2-política

3-cultura

4-información general

5-opinión

6-notas

Segunda Sección.

7-economía y negocios

Tercera Sección.

8-deportiva (formato de revista)

Cuarta Sección.

9-espectáculos

Quinta Sección.

10-turismo

Sexta Sección.

11-cultura

Séptima Sección.

12-enfoques.

Octava Sección.

13-empleos

También trae una revista de interés general para toda la familia a todo color y de papel ilustración, y revistas de temas específicos como en los días miércoles el suplemento arquitectura y los días viernes la revista de los chicos y la revista vía libre los días jueves.

El gran diario argentino y sus Insumos.

Proceso de armado del diario.

Todos los días ocurren hechos que, de acuerdo con su importancia, se van transformando en noticias. Noticias que deben llegar al ciudadano con claridad, veracidad y objetividad, así, desde hace más de 129 años, La Nación está consagrada a la misión de informar y formar opinión sobre la realidad argentina e internacional. Para ello, 800 personas trabajan las 24 horas, todos los días, en el edificio de la calle Bouchard. Editar un diario es muy complejo, pase lo que pase, el diario tiene que salir y siempre la última noticia tiene que estar. Para que esta noticia esté en la calle a tiempo, un sinnúmero de actividades se desarrollan simultáneamente dentro del edificio y fuera del él, una planta de 36.000 metros cuadrados, que ocupa media manzana y que posee tres subsuelos, una planta baja y seis pisos superiores.

Desde temprano llega el principal insumo para imprimir los ejemplares.

El papel. Más de 3.000 toneladas de papel para diarios se consumen mensualmente, junto a las 400 de papel estucado, de mayor calidad, que se utiliza para imprimir los fascículos y la revista del domingo.

Con el papel que se necesita para una edición dominical de La Nación, podría tenderse una alfombra de un metro y medio de ancho por más de 1500 kilómetros de largo.

La tinta. Alrededor de 35.000 kilos de tinta negra y 15.000 de tinta color se consumen por mes. También se utilizan mensualmente más de 30.000 planchas offset. Mientras sigue llegando el papel, la sección Comunicaciones está en plena marcha. Ya se comienzan a seleccionar las primeras noticias para las pantallas informativas, empiezan las tareas administrativas y de ventas, se inicia la reserva para los avisos notables y clasificados. La venta de avisos se efectúa por intermedio de múltiples bocas, los ingresos de un diario se obtienen con la venta de avisos y ejemplares. En el mostrador de Atención a Clientes, entre otros servicios, se puede adquirir un ejemplar atrasado, fascículos y tapas de colecciones, una reproducción de una página, etc. Cerca del mediodía la sala de redacción está en pleno funcionamiento, llegan noticias de todo el mundo y de todo el país ya desde temprano, los cronistas y reporteros están en la calle cubriendo los sucesos de la jornada a donde también llegan a la redacción decenas de cartas de lectores que constituyen uno de los materiales más leídos del diario. Se trabaja en la revista y en los suplementos. El diario se microfilma todos los días bajo normas muy estrictas, lo que permitirá conservar el material fotográfico por muchos más años, además, los textos y el material gráfico son digitalizados diariamente. En el Archivo se conserva desde el primer ejemplar del diario hasta el último, se guardan recortes del diario y otras publicaciones periodísticas, para facilitar datos a la Redacción. Las computadoras dedicadas a la producción del diario van recibiendo el material de la sala de Redacción y de Avisos. A las 15 horas se cierra la recepción de avisos clasificados para la paginación electrónica. En Diseño se confeccionan los originales para clientes directos y se procesa el resto de los avisos digitalizando los mismos y preparándolos para el proceso de autoedición. Mientras tanto, en la sala de Redacción la reunión diaria con los jefes de cada sección, para definir los probables temas de primera página Son las primeras horas de la tarde cuando Reservas efectúa el cierre de la edición y transmite los datos en forma electrónica a diagramación de avisos. Los diagramadores realizan la compaginación de cada sección o suplemento y distribuyen los avisos en cada página de acuerdo a como fueron pedidos. Se considera ideal que el diario tenga la mitad de información y la mitad de publicidad, para captar con mayor facilidad la atención del lector y para que el diario pueda sostenerse en forma independiente. Diagramación de Avisos genera las plantillas con los diagramas de cada página, que son enviados vía red a la Redacción. Continúa el proceso de redacción del diario y de la página editorial donde se expresa la opinión de La Nación bajo la responsabilidad del Director, paralelamente se pegan automáticamente las imágenes de avisos en cada página. A las 16 horas se comienzan a imprimir suplementos y preimpresos. En la impresoras rotativas se colocan las bobinas y se montan las planchas, cada máquina impresora tiene una velocidad de impresión de 60.000 ejemplares de 40 páginas por hora. Mientras las rotativas imprimen, las contadoras apiladoras reciben los ejemplares recién doblados y arman los paquetes que comienzan a ser despachados para facilitar el trabajo de los distribuidores. Finalmente, las rotativas se preparan para imprimir las demás secciones y por último la primera sección y La Nación Deportiva. Ya a medianoche, Expedición comienza a entregar los paquetes con la Primera Sección y Deportes completando así los ejemplares.

La fase de comercialización de un diario tiene tres etapas:

1-Del diario al distribuidor.

2-Del distribuidor a los quioscos.

3-Y de los quioscos al público. (lector)

Los envíos al interior cubren todo el país. Para ello intervienen diariamente 22.000 personas y más de 12.000 kioscos; son recorridos en el interior 40.000 km de rutas, además de vuelos especiales y vuelos comerciales, llegando así a más de 700 localidades. Los del exterior llegan a la mayoría de los países latinoamericanos a América del Norte, a Europa y Asia a través de los representantes o suscripciones directas.

Contemporánea de sí misma, no descuida las líneas del presente dando un paso al futuro se convierte en diciembre de 1995, en el primer diario de circulación nacional en incorporarse a Internet.

Ingresando a La Nación a través de www.lanacion.com o www.lanacion.com.ar se puede encontrar entre otras cosas la edición del diario, 13 suplementos y la revista del domingo con actualización semanal, noticias de último momento durante todo el día, avisos clasificados, investigaciones especiales, un catálogo de autos 0Km., el pronostico del tiempo con actualización cada 12 horas, un motor de búsqueda con mas de 30.000 artículos, la cartelera de espectáculos y el servicio Premiun con la posibilidad de suscribirse sin cargo para acceder a diferentes servicios.

Este diario posee también parte de la Agencia de Diarios y Noticias (DyN ) y de los diarios “La Voz del Interior”, de Córdoba y “Los Andes” de Mendoza.

Y para no descuidar sus insumos cotidianos, mantiene una decisiva participación en Papel Prensa, empresa que produce anualmente más de 160.000 toneladas de papel para diarios de calidad internacional.

El tercer milenio.

Durante las dos últimas décadas, los periódicos han sufrido más avances tecnológicos que en cualquier otra época desde la aparición de las máquinas automáticas de fotocomposición y las rotativas rápidas a finales del siglo XIX. Las enormes y ruidosas máquinas que componían trabajosamente líneas de tipos de plomo, durante casi un siglo, han desaparecido de las plantas de los periódicos. Han sido sustituidas por complejos sistemas electrónicos que utilizan computadoras para almacenar la información y convierten las palabras en líneas tipográficas. En las plantas actuales de los periódicos, los reporteros y los editores que trabajan con teclados conectados a computadoras hacen las funciones también de los tipógrafos. Los diseñadores que antes trabajaban con máquinas lo hacen ahora en tableros distribuyendo pruebas de textos e imágenes para confeccionar las páginas del periódico. La creciente utilización de la fotocomposición y la transmisión electrónica de datos ha permitido el desarrollo de periódicos nacionales con plantas impresoras descentralizadas, como el diario La Nación.

En el Reino Unido, el cambio a la nueva tecnología ha ido acompañado por fuertes disputas con los sindicatos y el abandono de las tradicionales oficinas en Fleet Street, en el centro de Londres, en beneficio de instalaciones más baratas, a menudo en las afueras de la ciudad. Los editores de periódicos están probando actualmente las computadoras y la televisión como medio de transmisión directa a los hogares de noticias, anuncios y demás información. Algunas personas defienden que el periódico del futuro no será impreso, sino un servicio electrónico de información disponible de forma instantánea en los hogares. Muchos editores ya incluyen una versión online de su periódico en la Internet, accesible a todo aquel que disponga de una computadora personal y un módem. El Daily Telegraph fue el primero en lanzar en 1994 este avance tecnológico en el Reino Unido al sacar el Electronic Telegraph. En Argentina, La Nación cuenta con su sitio web desde 1995 (mas detalles en el punto anterior).

Bibliografía

Microsoft Corporation, (1997), Enciclopedia Encarta 97.

Rivera, Jorge (1995). El periodismo Cultural. Buenos Aires: Paidós.

Rivera, Jorge (1998). El escritor y la industria cultural. Buenos Aires: Atuel.

Rivera, Jorge, "Pintores Periodistas" en El país cultural. (Montevideo), 21 de marzo de 1997, pp. 7.

Saitta, Silvia (1998) “La arena del periodismo”. Editorial Sudamericana.

Gentino, Octavio. “Industria de publicaciones periódicas”.

En Internet: www.lanacion.com.ar




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Idioma: castellano
País: Argentina

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