Biografía
Carlos Marx
CARLOS MARX
1. CONTEXTO HISTÓRICO Y FILOSÓFICO.
Marx pasa gran parte de su vida en Inglaterra, primer lugar en el que se da la revolución industrial con todas sus consecuencias: explotación de los trabajadores, pobreza, malas condiciones laborales, situación precaria del proletariado, etc. Es allí donde surgen como consecuencia los primeros movimientos obreros.
Marx representa la práctica activa de la lucha de clases, lucha que debe proseguir hasta reducir las relaciones de dominio y explotación entre los hombres.
Vida y obras.
Carlos Marx nació en Trèveris, en 1818. Su familia (son pobres, viven en una situación precaria) es de origen judío, aunque el padre se convierte al protestantismo y Marx se bautizado en 1824. Cursa estudios universitarios (Marx no era filósofo inicialmente, sino economista) en Bonn y Berlín. En esta ciudad conoce a los jóvenes hegelianos y establece fuertes lazos de amistad con Bruno Bauer. En 1842 colabora en la revista La Gaceta Renana, de la que llega a ser redactor-jefe. Esta época marca su separación de la filosofía hegeliana. En 1843 Marx se traslada a París tras el cierre de la revista que dirige. De esta época son sus estudios críticos sobre Hegel y Feuerbach, así como los contactos con los socialistas franceses, Proudhon (creador del socialismo utópico: Filosofía de la miseria) y Louis Blanc, y con el ruso Bakunin. Aquí también conoce a Engels, con quien mantendrá la amistad hasta su muerte, junto a éste nació el Marximo. Expulsado de Francia en 1845, marcha a Bruselas, donde escribe Once tesis contra Feuerbach, cuya frase final dice que la tarea de la filosofía no es interpretar el mundo, sino transformarlo. En 1947, por encargo de la Liga Comunista, escribe en colaboración con Engels el conocido Manifiesto Comunistas, que se publica en Londres un año más tarde. Vuelve a Alemania para poner allí en marcha la revolución. Fracasada ésta regresa a París, de donde es expulsado nuevamente en 1849. Se instala definitivamente en Londres, donde dedica sus esfuerzos a la preparación de su obra más famosa: El Capital. Muere en 1883.
La obra más destacada de Marx, que se publica en vida del autor, es, sin duda, el primer volumen de El Capital (1867).
También cabe citar La sagrada familia y el Manifiesto Comunista, en colaboración con Engels; La miseria de la filosofía (plantea que hay que hacer un socialismo más científico), Crítica a la economía política (1859, materialismo histórico), muchos artículos editados por distintos periódicos y algunos escritos histórico-políticos.
Entre los escritos de Marx publicados después de su muerte sobresalen su tesis doctoral, la Crítica de la filosofía hegeliana del derecho, la ideología alemana, Elementos fundamentales para la crítica de la economía política conocida como los Grundisse, los Manuscritos económico-filosóficos y el segundo y tercer volumen de El Capital.
2. FILOSOFÍA MARXISTA.
Antropología marxista (concepción del hombre).
Basada en cuatro puntos: cada uno es una crítica a otros filósofos:
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A Hegel (creador del sistema idealista). Habla del hombre con mayúsculas, de la idea, en abstracto. Marx afirma que el hombre es una cosa concreta, sensible, lejos de ser algo abstracto. En esto, Marx coincide con Feuerbach.
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A Feuerbach. Sólo le interesa lo mental del hombre, imaginación, pensamiento, ideas… Marx dice que Feuerbach se queda sólo con la parte teórica, pero el hombre tiene necesidades materiales, trabajo material.
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A Feuerbach. Aunque tienen en común que el hombre es un ser social y que tienen que compartir unos con otros, Feuerbach considera que su convivencia siempre tiene el mismo tipo de relación. Marx dice que no hay que olvidar el hecho histórico. Las sociedades humanas van evolucionando y esto genera que se den relaciones distintas entre los grupos. Feuerbach no ha visto la evolución histórica.
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Economía: el hombre es la pieza fundamental del engranaje productivo (mano de obra, obrero). Marx cree que el hombre no puede ser considerado como un animal de trabajo (como hasta entonces estaba considerado), que sea un ser alineado.
Para Marx el papel de la filosofía es claro y tajante: debe convertirse en práctica, ponerse al servicio del hombre concreto para liberarlo de las alienaciones a las que se ve sometido. La filosofía debe centrarse en el estudio del mundo real, realidad empírica y material, para sentar las bases de la transformación activa de esa realidad. Por eso integra la praxis como elemento principal de la filosofía.
El problema que preocupa a Marx es siempre el mismo: la defensa y liberación del hombre concreto, sometido a humillaciones, esclavitudes y desprecios. Lo que cambian son las estrategias para lograr el objetivo. Sólo el hombre oprimido, constituido en clase, la clase obrera, y por un método rigurosamente científico de análisis de la situación histórica, puedes ser el artícife de su propia liberación.
El humanismo de Marx.
La mayoría de los hombres, los proletarios, viven explotados y humillados por una minoría burguesa y capitalista, que impide a los primeros realizar las inmensas posibilidades de su libertad.
Preocupado por devolver al hombre su dignidad, Marx plantea, en su análisis de la sociedad, el camino que la filosofía debe emprender para llegar a la liberación del hombre. Aquí se sitúan los intentos concretos para eliminar las distintas alienaciones.
En su proceso analítico de la historia, Marx detecta tres tipos de alienación: la alienación religiosa, la alienación ideológica y la alienación económica o del trabajo.
3. ALIENACIONES Y TIPOS.
Hegel y Feuerbach ya habían utilizado el concepto de alineación. Marx hereda este término de Hegel, pero en otro sentido. Feuerbach en cambio, le da un sentido religioso: piensa que el hombre ha inventado la idea de Dios para consolar sus males. Proyectan en Dios sus cualidades positivas de manera infinita, desposeyéndose así de ellas (con lo cual están alienados).
La palabra viene de alienum, que significa algo ajeno o extraño. Es el acto por el cual se traspasa la propiedad de una cosa. En el marxismo, alienación es la expropiación de la libertad, capacidad de pensar y trabajo del hombre a causa del sistema económico capitalista en el que se ve inmerso; también se dice que es la situación histórica en la que el hombre se encuentra en el ámbito del proceso del trabajo capitalista al no advertir la dependencia que toda obra humana tiene de las condiciones materiales de producción.
Consecuencias de la alineación.
La propiedad privada. Si se elimina ésta, desaparecería la alienación (si no hubiera propiedad privada no habría gente que quisiera trabajarla y enriquecerse a su costa, trabajándolo con otros).
Alienación religiosa.
Para Marx, la religión es la premisa de todas las demás alienaciones porque la religión proyecta al hombre fuera del mundo real, llevándolo a un mundo ficticio. De esta manera, la religión es alienación, ya que provoca la escisión entre el mundo concreto en que vive el hombre y el mundo ideal, al que lo remite, haciendo así posible cualquier otro tipo de alienación (afirmaciones recogidas de Feuerbach).
La religión no sólo es alienación de cada hombre individual, sino instrumento de la clase dominadora, para oprimir a los dominados. La alienación religiosa cumple así una función social, es “opio del pueblo”.
Hay formas de alienación más importantes, como la ideológica y le económica, aunque no son tampoco las únicas.
Alienación ideológica.
La naturaleza, y el hombre, que forma parte de ella, son lo único real. El hombre es un proceso, es producto, no sólo de la naturaleza, sino también de la sociedad. Por tanto, está en las manos del hombre la posibilidad de cambiar las circunstancias materiales y sociales que están en la base de la alienación humana actual. Quedarse en la teoría, aislada de la praxis, sólo se explica por el desgarramiento y contradicción de la situación actual, pero sólo con la práctica revolucionaria es posible llevar hasta el final las posiciones teóricas; esto es, la alienación ideológica puede ser superada mediante la eliminación de las contradicciones materiales que la sustentan.
Alienación económica o del trabajo.
Donde se da la forma más pura de alienación es en el trabajo. Para Marx, lo que identifica al hombre, en cuanto capacidad de producir con sus propias manos sus medios de subsistencia. La raíz última de la vida humana está en el trabajo. Marx piensa que lo que realmente distingue al hombre es su capacidad de producir, el trabajo. Pero, ¿por qué el trabajo aliena al hombre? La respuesta está en las condiciones reales en las que se da el trabajo del hombre proletario. En el proletariado, el productor del trabajo se opone al trabajo y al trabajador como un ser extraño o un poder independiente. El trabajo queda objetivado y se convierte en mercancía.
De este modo lo que cobra valor es la mercancía y no el trabajador.
La razón fundamental de este hecho radica en el sistema de trabajo que establece el capitalismo. La liberación del trabajador respecto del sistema en que se ve envuelto, el capitalismo, es la base de toda recuperación, ya que apropiándose de su propia actividad, es como volverá el hombre a ser él mismo.
Alienación filosófica.
Consiste en el espejismo de pretender contemplar o interpretar la realidad al margen de la praxis, es decir, de las condiciones reales o materiales de la existencia humana.
Alienación política.
Consiste en suponer que el Estado representa la conciliación de intereses particulares cuando en realidad es un instrumento represivo de la clase dominante.
Alienación social.
Consiste en proyectar el conflicto de clases sobre el plano ilusorio de una sociedad armónica ocultando la realidad de la lucha de clases, ya que la lucha de clases no es algo accidental sino constitutivo.
Las clases sociales.
En principio, Marx entiende por clase social un grupo de individuos con intereses comunes. Más adelante insiste en que hay sólo dos clases sociales significativas: la clase de los burgueses y la clase proletaria. Éstas deben tener conciencia de clase porque es en ella donde cristalizan con más fuerza las contradicciones del sistema capitalista. La clase burguesa detenta el poder y las fuerzas económicas. La clase proletaria se define por la negación absoluta de lo que define a la clase burguesa.
La historia entera se resume en la historia de la lucha dialéctica de estas dos clases, aunque es en el sistema capitalista donde se da de forma más clara la contradicción entre ambas. Marx dedica todo su esfuerzo a concienciar a la clase proletaria, porque piensa que la historia aporta las condiciones objetivas para que se dé ya la superación de esta contradicción entre las clases explotadora y explotada.
4. MATERIALISMO HISTÓRICO.
Modos de producción, relaciones de producción.
En el sistema de Marx hay una idea básica. El trabajo actúa, independientemente de la voluntad del hombre, como elemento transformador de la realidad. El mundo depende de los modos de producción de los medios materiales y de las relaciones de producción; unos y otros constituyen las bases para comprender la historia de las transformaciones sociales. Todo lo demás (las instituciones, las leyes, la cultura) está subordinado a los modos de producción. Es la sociedad civil, como conjunto de relaciones económicas. Éste es el principio (el de la satisfacción de las necesidades humanas, lo económico), por el que se mueve la historia. Marx busca una conexión racional de los hechos en el nivel real de necesidades humanas, que incluye a la razón, pero sin limitarse a ella.
En síntesis, los recursos que se encuentran en la naturaleza, los modos de producirlos y las relaciones de producción (amo-esclavo, campesino-señor, oficial-maestro, obrero-empresario), determinan el entramado social y permiten establecer el tipo de estructuras sociales. Se trata de detectar el factor económico presente en toda actividad humana, el cual es la base de la historia. Esto constituye lo que más se llama materialismo histórico, entendido como explicación de las estructuras sociales y de las leyes que rigen sus cambios históricamente constatables.
Marx aplica este principio a la sociedad capitalista de su época, pero lo considera también válido para el análisis de cualquier tipo de sociedad.
Infraestructura, estructura y superestructura.
Marx establece que las contradicciones del sistema capitalista radican en las relaciones de producción, pues éstas no son más que la lucha por el dominio de los medios necesarios para conseguir el producto. La contradicción surge cuando el trabajo es propiedad de la clase proletaria y los medios son propiedad de la clase capitalista; de esta forma el trabajo humano se convierte en una mercancía más, que cae dentro de las leyes del mercado.
La relación entre el propietario de los medios de producción y el trabajador está en la base del entramado social, y permanece oculta. Es la infraestructura.
La estructura está constituida por los principios económicos de explicación de lo real. La superestructura es el montaje jurídico-ideológico-religioso para justificar una determinada estructura económica. La superestructura tiende a perpetuar la estructura, pero las relaciones de producción, que se dan a nivel de infraestructura, cambian, y este cambio obliga a cambiar también la superestructura, que debe buscar otros criterios de justificación distintos.
5. CRÍTICA A LA ECONOMÍA POLÍTICA.
Situación del proletariado y propiedad privada.
Marx hace un profundo estudio de la ciencia económica en su gran obra El Capital.
El sistema capitalista -señala Marx- hace que la vida del trabajador sea penosa; el trabajador es reducido a un eslabón dentro de la cadena de producción y su función queda relegada a un segundo plano; a fin de cuentas el trabajador no es más que una mercancía más.
¿Qué factores desencadenan esta situación? Marx distingue tres elementos: en primer lugar, la aparición de la máquina, que hace el papel del hombre en la producción. En segundo lugar, las leyes del mercado, la oferta y la demanda, que obligan a abaratar los costos de producción para poder competir. Por último, la propiedad privada, que permite al empresario disponer de los medios de producción de forma que al obrero sólo le queda su fuerza de trabajo, expropiada del mismo fruto que produce.
Para Marx, el mal radica en las leyes de la economía y en la propiedad privada. Es necesario transformar éstas y ponerlas al servicio de todos los hombres.
Valor de uso y valor de cambio. Plusvalía.
En toda mercancía, Marx distingue entre su valor de uso y su valor de cambio. El valor de uso es la utilidad que, en virtud de sus propiedades, tiene una mercancía, para satisfacer determinadas necesidades.
El valor de cambio de esa misma mercancía es la proporción cuantitativa por la que se cambia (bien por otra mercancía, bien por dinero). Este valor de cambio no atiende a la naturaliza misma de las mercancías, sino al valor que ésta tiene en el mercado. Marx constata que el valor de cambio se presenta como un valor relativo y exterior a las mercancías, que supera al valor de uso. La mercancía constituye únicamente un medio para obtener dinero. Lo que interesa es obtener dinero, valor de cambio universal. El dinero final obtenido en este tipo de economía es igual al dinero dado al comienzo, más un excedente; a este excedente es a lo que Marx llama plusvalía.
La clave para la obtención de la plusvalía está en el trabajo del obrero. El capitalista descubre que este trabajo se puede comprar a un precio inferior al de la mercancía, pudiendo así obtener mayores beneficios. El capitalista puede comprar a bajo coste el trabajo del obrero, robándole parte del valor de su trabajo.
Crisis del sistema capitalista.
Marx está convencido de que las correcciones que se pueden introducir en el sistema capitalista no bastan para solucionar las crisis que provoca y que lo que entra en crisis es el sistema mismo. Esta contradicción interna del sistema capitalista pone, según Marx, las condiciones objetivas para la destrucción del mismo.
Por otra parte, esta situación de crisis hace que el conjunto de proletarios tome conciencia de la situación en que se encuentra. Se dan, pues, los elementos necesarios, o condiciones objetivas y conciencia de la clase obrera, para acabar con el sistema, que reduce a la mayoría de los hombres a un estado miserable, y los despoja de lo que los define como hombres, el producto de su trabajo.
6. LA REVOLUCIÓN COMO CONDICIÓN DE LA LIBERACIÓN.
Puesto que se dan las condiciones objetivas (las contradicciones internas del propio sistema capitalista), Marx piensa que la historia, el hombre, está en condiciones de dar el salto de la sociedad capitalista a una sociedad socialista, que libere al hombre de sus alienaciones. Ésta es la dialéctica de la historia. Este salto no es posible sin una revolución previa, que suponga la eliminación de las viejas instituciones que hay a nivel de superestructura. La revolución tiene una meta clara: acabar con la propiedad privada, lo cual provoca las diferencias de clases sociales. Pero, para acabar con la propiedad burguesa, Marx propugna un período transitorio en el que el poder político esté en manos de los proletarios. Es la dictadura del proletariado; ésta va a permitir que el poder político recaiga sobre la clase trabajadora, como antítesis al momento precedente, en que el poder residía en el capital.
Marx expone los puntos prácticos sobre los que debe basarse toda dictadura del proletariado, hasta dar paso a un estado sin clases, en que el poder pierde su carácter político.
Surge así el “paraíso comunista”, libre ya de antagonismos, donde el libre desarrollo de cada uno es condición del libre desarrollo de todos.
7. MARCHA DE LA HISTORIA.
Sentido.
El triunfo del proletariado, único capaz de satisfacer el deseo biológico de vivir…Los cambios sociales dan lugar a la Historia, compuesta por las fuerzas productivas y las relaciones de producción basadas en las relaciones de propiedad que son las que dan origen a las clases sociales.
Agentes de la historia.
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Primario: las fuerzas productivas que motivan la lucha de clases.
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Secundario: otros elementos culturales.
Desarrollo dialéctico.
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Tesis: el feudalismo
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Antítesis: la burguesía (desajuste: tesis del cambio anterior, antítesis: cambio para que el desajuste desaparezca)
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Síntesis: el proletariado
Cambio: se produce una nueva ideología (superestructura, formas de conciencia) cuando se han cambiado las relaciones de producción.
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Enviado por: | Ioseba Amatriain Losa |
Idioma: | castellano |
País: | España |