Historia
Zarismo y Bolchevismo
Universidad de Valparaíso
Chile
Ensayo: “Comparación desde el zarismo al bolchevismo”
Ensayo: “Comparación entre el zarismo a bolchevismo”
Antes de la revolución rusa se vivía un tiempo de enorme malestar. Los grandes terratenientes eran dueños de la vida y la muerte de miles de siervos, mientras que ellos se pasaban el tiempo malgastando su dinero en el extranjero. Esta situación se vio apaciguado con el decreto de Alejandro II, el cual liberó a unos cincuenta millones de siervos y le concedió a cada uno de ellos, tierras que antes pertenecían al zar y a la aristocracia terrateniente. Dado a esto se puede considerar que Alejandro II era el menos autocrático de los monarcas rusos, ya que Alejandro devolvió la dignidad humana a los campesinos. Además este monarca moderó la censura a la prensa, introdujo jueces inmóviles, jurados para la primera instancia, audiencias públicas y jueces de paz elegidos. También creó los zemstvo (asambleas electivas de distrito, encargadas de la sanidad, educación y agronomía), otorgó alguna autonomía a las universidades, favoreció la industria y construyó veintidós mil kilómetros de ferrovias. Con lo anteriormente expuesto pareciese que la situación que vivía Rusia se vio sólo mejorada por el actuar del monarca, pero no todo en el zar era bondad. Organizó la policía secreta de la chancillería imperial, con fortalezas en San Petersburgo, destierros y prisiones en Siberia, los cuales constituyeron un gran símbolo de los abusos del gobierno zarista, con una policía omnipotente y encarcelamientos a la orden del día.
A través de un mayor análisis acerca del actuar monárquico, se puede criticar que las reformas emprendidas llegaron demasiado tarde. Estas ya nos podían convencer al pueblo ruso y además muchas de estas reformas eran difíciles de ejecutar.
El punto más importante de la reforma, el cual era la liberación de los siervos, lo cual en principio es beneficioso, a la larga traía consigo miseria, ya que las parcelas que se le concedían eran más reducidas que las de antes. Luego se dieron cuenta que los campesinos eran incapaces de rembolsar los préstamos efectuados. Estos dos problemas hicieron aun más penosa la existencia, agudizando el descontento. Las deudas no les permitían trabajar adecuadamente la poca tierra que tenían, a demás no tenían dinero para comprar los materiales necesarios y la agricultura rusa decayó, en lugar de convertirse -como el zar esperaba- en el gran foco de la economía rusa.
Este malestar de los campesinos estalló en el seno de otras clases sociales, especialmente los jóvenes, que mantenían largas discusiones filosóficas. Algunos de ellos se declaraban “nihilistas” y rechazaban todas las opiniones recibidas con anterioridad en el aspecto religioso, económico y social, otros se denominaban “anarquistas” quienes se proponían abolir todos los poderes del Estado y finalmente otros de declaraban “hombres del pueblo” quienes sostenían activa lucha contra el orden establecido. Estos últimos dirigían guerrillas sangrientas contra la aristocracia y la burocracia rusa.
El zar comenzó a vivir constantemente bajo la amenaza de bombas, muriendo finalmente a causa de una en 1881. Su hijo y sucesor Alejandro III, fue el más déspota de los autócratas rusos. Proclamo que su reinado era personal, que obedecía directamente la voz de Dios.
Poco antes se había fundado, bajo la dirección de Marx una organización socialista internacional, donde las tendencias de Bakunin y Marx se vieron enfrentas directamente, provocando la retirada del pensador ruso en 1872, siendo este suceso el detonador del ocaso de su carrera que radicó finalmente en su muerte cuatro años más tarde, y la disolución de la “primera internacional”, la cual surgiría nuevamente bajo el nombre de “segunda internacional” en 1889. Marx murió en 1883.
En el aspecto económico - a comienzos del siglo XX- Rusia ya era uno de los primeros países industriales en el mundo, con más de 1.200.000 obreros. Desde esta perspectiva, se comenzaba a ver el progreso.
Fue este progreso el que hizo soñar a varios intelectuales rusos, con la misión de la “santa Rusia” en Europa y el mundo. Esperaban el día en que Rusia si colocara al frente de los demás pueblos eslavos, para demostrar así la superioridad del “espíritu” eslavo por sobre el occidental. Desde estos sueños es fácil explicar el paso de aquí hasta el paneslavismo, o sea el sueño se transformó hacia un deseo de unir a todos los pueblos eslavos bajo la autoridad rusa por todos los medios, ya sean militares o diplomáticos. El movimiento manifestó en un nacionalismo agresivo, y se alejó cada vez más de occidente. De hecho, Rusia ya había comenzado su extensión desde mediados del siglo XIX, y a comienzos del siglo XX ya estaba dispuesta a enfrentarse con Japón y occidente.
A pesar del progreso anteriormente expuesto, Rusia no se escapa tan fácilmente de las situaciones precarias o límites. Entre los años 1891-1892, el centro y sur sufren un hambre espantosa, la cual provocó la muerte de millones de seres humanos.
Al fallecer el zar Alejandro III, sube al trono su hijo Nicolás II, el cual no gozaba de mucha independencia dado a su falta de carácter. No era él quien tomaba las decisiones de la corte, sino la zarina Alejandra, una mujer supersticiosa que sufría constantemente síntomas de histeria.
En este contexto, los atentados producidos por “los del pueblo” aumentaron considerablemente. Esto provocó, en 1899, la llegada de Lenin, quien había estado en el exilio en Siberia. A su llegada Lenin provocó grandes conflictos en el seno del Partido Socialdemócrata ruso. Pero hay que reconocer que el trabajo más grande producido por Lenin fue su actividad revolucionaria en el extranjero.
La doctrina leninista fue muy clara desde el comienzo. Lenin esperaba que los capitalistas desarrollaran al máximo sus industrias para que hubiera masas trabajadoras suficientemente preparadas para la propaganda socialista; ante una situación general favorable, las legiones revolucionarias se pondrían en marcha hacia la lucha final.
A comienzos del siglo XX, los exiliados socialdemócratas rusos, reunidos en Londres se dividieron en dos grupos: los partidarios de Lenin, llamados “bolcheviques” y los “mencheviques”.
Mientras ambas ramas este movimiento marxista elaboraban sus planes de ataque, la inquietud se apoderaba de los gobernantes, los cuales tomaros medidas en contra de ellos.
Mientras tanto el expansionismo ruso -del cual ya había hablado anteriormente- comenzó a chocar con el expansionismo japonés. Estos últimos pidieron mediante una carta a los rusos, terminar con la ocupación en Manchuria (China), ya que tenían gran disgusto con las intenciones rusas de ocupar oriente. Al no ser respondida esta carta, Japón declaro la guerra a Rusia ese mismo año. El ejército japonés derrotó a Rusia en todos los conflictos, ya que -tanto en tecnología como en preparación- el ejército japonés superaba con creces al ruso. En 1905, gracias a la mediación de presidente norteamericano Roosevelt, se pudo firmar un tratado de paz donde Japón se vio enormemente beneficiado.
Meces antes, ciento cuarenta mil hombres, en su mayoría obreros se dirigieron hacia el palacio imperial en San Petersburgo para entregar una petición al zar, la cual contenía la creación de una asamblea legislativa, la separación de la Iglesia del Estado, impuesto progresivo sobre las rentas, acción legal para la protección de los trabajadores y terminación de la guerra con Japón. Los manifestantes esperaban ser escuchados por el mismo zar, pero en su lugar se encontraron con el ejército ruso, el cual echó fuego sobre ellos. La multitud, que huyó despavorida de la masacre, fue cazada hasta la noche por soldados. Este hecho sangriento fue el que señaló el comienzo de la primera revolución.
Los rusos atribuían a la guerra con Japón la rápida alza de precios; la clase mediase se unió a los movimientos revolucionarios, y su efervescencia se extendió a ciudades y campos. Se recrudecieron lo atentados y aumentaron las deserciones y motines en el ejército de Manchuria. Dado a esto el zar intentó crear una constitución, a su pesar, y poner orden, pero los conflictos continuaron. En 1906 la duma (Cámara impuesta por el zar), celebró su primera asamblea. Los representantes de esta duma exigieron la responsabilidad de los ministros a esta, el derecho de discutir y a probar los presupuestos y realizar una reforma agraria. Al poco tiempo el zar disolvió la duma por considerar que esta no lo respetaba. Esto provocó nuevos disturbios, que a la vez provocaron reacciones en el gobierno, tales como la prohibición de periódicos, persecución de los periodistas y la cobranza de las cuotas adeudadas al Estado por los campesinos.
Desde la perspectiva internacional, había ocurrido entre Inglaterra y Rusia -en 1907- un tratado en el que ambos países se comprometían a no inmiscuirse en los asuntos interiores del Tibet. Con este acuerdo se asentaban las bases de una “Triple Entente”, en oposición a la triple alianza entre los imperios centrales. La modificación de este acuerdo, mas adelante, sería consecuencia de una agresiva política alemana. Al igual que todos los demás países de la guerra, Rusia esperaba una paz pronta, ya que la guerra retrasaba las urgentes reformas agrícolas y sociales que necesitaba el país. Pero la suerte fue otra y las repetidas derrotas agravaron la situación interna del país. Si bien el zar Nicolás II fue responsabilizado por todo esto, la mayoría de la población rusa respetaba al zar, además se habían disuelto las organizaciones revolucionarias y sus jefes se hallaban exiliados en el extranjero o en Siberia.
En el ambiente monárquico, el porvenir del príncipe heredero, Alexis, angustiaba a sus padres, ya que él era hemofílico. La zarina, muy preocupada, llamó al famoso Rasputín, un monje inculto de origen siberiano, ya que creía que él poseía un milagroso poder para sanar. Rasputín fue un personaje influyente en el palacio, y fue asesinado por representar un foco de corrupción en la corte.
Pocas semanas antes de que Estados Unidos integrara la Entente, doscientos mil obreros rusos abandonaron sus puestos de trabajo (febrero), se habían puesto en huelga, y ni los aumentos de las raciones de pan pudieron disuadirlos de mantenerla. Entonces el gobierno movilizó a los cosacos y a la policía montada contra los manifestantes, también hizo un llamado a las tropas de infantería, pero estas eran poco disciplinadas y se componían en su mayoría por campesinos, simpatizantes con los amotinados. En ese año se dieron fenómenos como el de compañías que se negaron a disparar contra las masas y de compañías que fusilaron a varios jefes. En 1917, las fuerzas militares ya no estaban de lado del zar, de hecho se formaron en el extremo contrario, a poyando al grupo de choque de la revolución que viene en camino.
Los ministros del zar comenzaron a huir dado el movimiento revolucionario que se estaba gestando. Una de las últimas medidas gubernamentales fue disolver la duma, pero la mayoría de los diputados se negaron a abandonar la sede, los soldados invadieron la sede con el fin de pedir a los diputados que se hicieran cargo del poder. Se estableció precipitadamente un comité que se transformó en gobierno provisional bajo la dirección de un liberal, el príncipe Lvov. Se había establecido el Soviet Supremo o consejo de Soviets (comités) de obreros, soldados, marineros y estudiantes, pues cada grupo en rebeldía había constituido su propia directiva. La misión de Soviet Supremo era vigilar la actuación del gobierno provisional. Había un enlace entre la duma y el Soviet.
El zar estaba siendo coaccionado por todos los frentes, y se vio en la obligación de aceptar el nombramiento de ministros que gozaran de la confianza del pueblo. Luego el Soviet mandó al zar a abdicar el trono en su hijo Alexis, bajo la regencia del hermano de Nicolás, Miguel. El zar accedió, pero no del todo, ya que no quería dejar a su hijo predilecto en las manos de los rebeldes. Paralelamente el Soviet exigía con más y más fuerza la creación de una República. El gobierno provisional proponía la creación de una asamblea nacional constituyente que determinara la forma de gobierno, fue así como Miguel no quiso aceptar el trono con estas condiciones, y el gobierno provisional fue el único en que recibió todo el poder.
Desde una mirada internacional, las potencias occidentales, en un principio veían con buenos ojos, la revolución Rusa, ya que la comparaban con la revolución francesa, creyendo que la liberación infundiría en los ruso -como fue en los franceses- un gran ímpetu patriótico y un entusiasmo desconocido hasta entonces en le frente, en tales circunstancias los rusos desplegarían todas sus fuerzas para derrotar a los alemanes. Pero ciertamente la revolución rusa siguió otro curso que la francesa.
En el campo, los campesinos por iniciativa propia comenzaron a repartir las tierras del Estado, y los soldados del frente, al anuncio de la revolución agraria, abandonaron las trincheras en número cada vez mayor, dispuestos a volver a sus casas y defender sus intereses. Fue así como las irregularidades y las medidas arbitrarias se convirtieron en norma común en muchos sectores de Rusia, esta situación también afectaba al sector de las comunicaciones y transportes.
Comenzaron los conflictos entre el gobierno provisional y el Soviet de Petrogrado, los Soviet comenzaron extender su influencia por todo el país. Se puede ver que en el aspecto político se vivía una gran confusión. Mientras el gobierno provisional confiaba en una asamblea constituyente que liquidara el poder de los Soviets, estos preparaban un congreso panruso, también constituyente, que definiera el papel de los mismos en el futuro.
En Suiza, las noticias de la revolución de febrero sorprendieron a Lenin. Su deseo de trasladarse a Rusia fue tan grande que decidió viajar en tren con la ayuda de algunos socialistas suizos. Para él la revolución debía ser realizada por un grupo que encausase las masas. El pueblo el era la materia prima y debía se modelado por la propaganda, así la revolución se establecería bajo el impulso de una organización centralizada. Era una revolución armada de masas en contra del régimen capitalista. Más adelante el programa de Lenin fue perfilándose en forma de tesis, que se traducían en órdenes o consignas. Por una parte rechazaba la idea de formar una sociedad nueva basada en las antiguas comunidades rurales de Rusia; por otra parte, de acuerdo con la tesis marxista, dudaba que el proletariado urbano pudiese alcanzar el éxito en una revolución, en una Rusia tan poco industrializada todavía. O sea, la revolución debía realizarse tanto en la dictadura del proletariado (o más bien de los bolcheviques, que tomaban el papel de tutor sobre un proletariado aun inmaduro), como con el desarrollo controlado de la industria. Según Lenin, esta revolución Rusa era defendible solo si esta estaba en conexión directa con una revolución general de todos los pueblos europeos contra el capitalismo. En todo esto seguía fiel al esquema marxista, que él modificaba en estos otros dos aspectos: Admitía la posibilidad de realizar la revolución en un país atrasado industrialmente y reconocía el apoyo de los campesinos en la revolución, en los cuales Marx no había pensado. Lenin se aferró fuertemente a sus ideas, a pesar de la gran oposición que tenía sobre si.
Lenin fue recibido apoteósicamente a su llegada. Fue convidado a adherirse al gobierno provisional y al Soviet que lo apoyaba. Él hizo caso omiso, y se dirigió al pueblo, lanzando consignas de revolución. Esa misma noche, en la llegada a la sede de su partido, organizó un mitin diciendo que terminar con la guerra era urgente.
La lectura de sus “tesis de abril”, consolidó la ruptura entre bolcheviques y mencheviques, cuya relación anteriormente había avanzado hacia la unión. Al día siguiente muchos se dedicaron a difamar a Lenin.
En junio de 1917 se realizó una huelga de más de treinta mil trabajadores de fábricas, la cual no era apoyada por Lenin ya que estas eran desorganizadas y estaban a merced de dirigentes irresponsables. Más entrado en el mes estas huelgas fueron a poyadas por los campesinos que pedían tierras, por los soldados que pedían la paz, tomando una posición aun más subversiva con los gritos de ¡Abajo los ministros capitalista, el gobierno provisional y la ofensiva en el frente! El gobierno, presidido por Lvov, a pesar de estar en crisis, llevó a cabo la represión de aquel movimiento, utilizando las fuerzas armadas que aun le obedecían.
El mes siguiente Kerenski formó un gobierno de coalición que agrupaba a políticos burgueses y socialistas, encargándose personalmente también del Ministro de Guerra, además cabe destacar que Kerenski logró que los Soviets aprobaran una ofensiva militar. Para lograr la disciplina de los soldados, Kerenski abolió los “consejos de soldados” elegidos en diversas unidades militares y los sustituyó por comisarios políticos, reforma que desempeñaría un papel crucial en la revolución bolchevique de octubre y en la creación del futuro Estado soviético. Además restableció la pena de muerte y se puso al frente del ejército ruso. En la guerra Kerenski fue un fracaso, lo cual hizo que su posición fuese insostenible. La situación se tornó aun más aguda cuando su comandante en jefe, Kornilov, emprendió una acción militar en contra de su gobierno con miras a retornar al zarismo, la cual fue contestada por Kerenski.
Luego de este conflicto el partido bolchevique creció rápidamente, pero aun no eran la mayoría. Independientemente de esto Lenin se consagró a su tarea. Si bien el partido estaba desorganizado, Lenin tenía el movimiento de masa de las ciudades, el cual, se extendió fácilmente. En Petrogrado se estableció la batalla decisiva, Lenin aprovechó la derrota de Kornilov y el descontento del gobierno provisional para que se gestara. Esta vez ya no era tan crucial la exaltación de las masas, ya que a deferencia de febrero las masas se encontraban apáticas y cansadas.
Los dos focos principales de la acción bolchevique fueron: los Soviet, el periódico Pravda y el comité militar creado por Lenin y dirigido por Trotski. Además la consigna de Lenin, “la paz y la tierra para los campesinos” había ganado adeptos dentro de los mencheviques y los social-revolucionarios.
Todo esto fue aun más afianzado por la torpeza de Kerenski de asaltar los locales de los bolcheviques sin que tal provocación tuviese el respaldo de una fuerza efectiva, lo cual provocó una irritada reacción en los Soviets. Luego de esto, el comité militar del partido se puso en movimiento, procediendo a tomar puntos clave de la ciudad.
Aquella famosa noche Lenin se trasladó a disfrazado y a pie a donde iba a celebrarse el segundo congreso panruso. Él preveía que sus partidarios iban a quedar nuevamente en minoría, por lo que urgía dar un golpe al estado para presentar al congreso de los Soviet, hechos consumados. Ya estaba todo planeado, sólo faltaba dar la orden. Entonces ordenó al comité militar detener al gobierno provisional, que se hallaba reunido en sesión permanente en el palacio de invierno. El comité penetró en el edificio y entre la confusión, Kerenski huyó a la embajada norteamericana, sus defensores también huyeron y se procedió a la detención de los demás ministros.
Los delegados mencheviques y social-revolucionarios de mentalidad democrática se retiraron de antemano del congreso de los Soviets, quedando asegurada la mayoría bolchevique. Ese mismo día se adoptó un nuevo gobierno llamado Soviets de Comisarios del Pueblo. Lenin se había convertido en jefe de gobierno. El golpe de Estado fue aceptado por el congreso al igual que el programa preparado por Lenin en las tesis de abril, de las que todos antes se habían burlado.
Los social-revolucionarios vieron con sorpresa que Lenin proponía el criterio de ellos, en vez de imponer el criterio bolchevique, al decir que la tierra debía ser de los campesinos y no de los Soviets y que el pode político era de los Soviets y no del partido comunista. Es por esto que los social-revolucionarios formaron parte de este nuevo gobierno.
Los elementos hostiles al bolchevismo esperaban que este triunfo fuese solo provisional, ellos contaban con una Asamblea Constituyente, el cual era un organismo superior, en el que según ellos, ganarían una aplastante mayoría. Sin embargo el Consejo de Comisarios del Pueblo dictó un decreto en el cual fijaba fecha de elecciones a dicha asamblea.
Mientras tanto, urgía poner en marcha la producción, organizar la economía y restablecer las comunicaciones. Además, en lo político era necesario reunir los poderes, dispersos y divididos, del Estado, o sea había que recrear el gobierno desde el desorden total. Fue así como Lenin impuso el avance progresivo de la nueva economía a través del control obrero de las empresas y la creación del Concejo Superior de Economía. Políticamente, Lenin dictó un decreto en el que se le permitía al electorado retirar a los elegidos cuando consideraban que estos que no los representaban, también Lenin hizo una declaración de los derechos del trabajador y explotado, y otros decretos que fijaban las condiciones de paz y el reparto de tierras entre los campesinos.
Los bolcheviques obtuvieron pocos votos para la Asamblea Constituyente, y esta comenzó a ponerle obstáculos a la declaración de derechos del trabajador y explotado, entre otros. Al día siguiente el comité ejecutivo central del Soviet publicaba un decreto que proclamaba la disolución de la Asamblea Constituyente.
Aquí se ven esbozados los hechos transcurridos desde el domino zarista hasta el término de la revolución bolchevique. La consecución y relación de estos hechos, para los ojos ávidos de la humanidad que la estudió y la estudia actualmente, son significantes ejemplos de cambio social. La forma de gobierno que se creo desde aquí, quiso ser tomado como modelo. Incluso -la nueva URSS- se convirtió en una potencia, luego de su victoria en la Segunda Guerra Mundial y durante muchos años, fue bloque ideológico de importancia en el mundo.
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Enviado por: | Javi S |
Idioma: | castellano |
País: | Chile |