Historia
Voto femenino en América
“Historia y Ciencias Sociales”
Fecha entrega: 02-06-03
Curso: 1º medio
Indice
Introducción 03
Historia del comisión internacional de la mujer 05
Liberación femenina en chile 11
La mujer sale a la calle 16
Aires de rebeldía 18
Chile a 53 años del voto femenino 22
¿Quiénes fueron las madres de la patria? 25
Cronología de la mujer en la historia de chile 31
Conclusión 38
Bibliografía 38
INTRODUCCCIÓN
Para saber desde donde comenzó el liberalismo debemos empezar por los estados unidos de América donde sé empezó a pensar en la mujer.
Después muchas propagandas aisladas de mujeres. En Estados unidos se organizó una liga federal por el sufragio de la mujer en 1869, con tan feliz éxito que el territorio de wyoming, dicto una ley especial y cuyo tenor es el siguiente: “Toda mujer de 21 años que resida en el territorio podrá tomar parte en todas las elecciones prescritas por las leyes: sus derechos de sufragio para las funciones publicas son idénticos a los que acuerda la ley del territorio a los demás electores”.
El territorio de wyoming fue elevado de estado de la gran federación el año 1890 y en el año 1893, después de 25 años de ejercicio de derecho de sufragio por las mujeres, la cámara de representantes aprobó por unanimidad una declaración que en su parte permite “la posesión; ejercicio del derecho de sufragio de las mujeres de wyoming” mas adelante dice “ ha contribuido a extinguir en gran parte los crímenes, el pauperismo; los vicios las leyes devidencia y opresión”, luego se extendió mas y más...
Considerando que nuestra constitución política, su articulo primero en su final “el derecho de la persona a partir con igualdad de oportunidad en la vida nacional” que siendo el parlamento un organismo politico colegiado, representativo de la voluntad popular y que este integrado en forma tan minoritario por la mujer, es que, me ha movido a investigar en forma breve la lucha de la mujer chilena por conquistar el derecho a sufragio, una aspiración tan ansiada y unificante.
Chile ha sido desde tiempos de la república un pueblo con derecho a decisión y desde los primeros años de vida independiente construyeron ellos mismos a definir el marco democrático constitucional del país el partido conservador considero siempre que el hecho de concederle derecho a voto a la mujer, fortalecería la democracia y su partido, por cuanto en chile las mujeres católicas y de clases altas se dedicaron, a fundar hospitales, hogares de ancianos, instituciones de caridad y beneficencia, y se las calificaba en un espacio familiar con valores formativos extraídos de principios morales sólidos.
“La lucha primero por lograr la educación se expandiera a la mujer llego cuando en 1877 el ministro de educación don Miguel Luis Amunatequi, decreto al ingreso de la mujer a la universidad. En 1895 se funda el liceo de niñas numero 1 de Santiago en, 1854, se crean escuelas normales de mujer y desde el 1888 las escuelas técnicas.
El primer defensor en 1865 del sufragio femenino fue un líder católico, Abdon Cifuentes y el partido conservador vinculado a la iglesia fue el primer partido en presentar formalmente al congreso nacional en octubre de 1917, un proyecto de ley de sufragio femenino.
En 1875 las mujeres católicas de clase alta fueron las primeras en tomar la iniciativa a través de manifestaciones y uno de los escasos gestos de repudio de la mujer ocurrió cuando grupos de mujeres intentaron inscribirse para votar que ampliaba el voto a todos los “chilenos” en sentido genérico determine, que supieran leer y escribir.
Desde ese entonces la mujer de a poco comenzó a introducirse en el derecho y la igualdad con el hombre.
HISTORIA DEL COMISION INTERNACIONAL DE LA MUJER (CIM)
Lucha por el sufragio femenino en el hemisferio
La primera meta de la CIM era lograr extender a la mujer el derecho al voto. Cuando se creó la Comisión en 1928, los únicos países en las Américas donde la mujer tenía derecho al voto eran los Estados Unidos y Canadá.
Las razones por las cuales finalmente se concedió el derecho al voto a la mujer varían enormemente de un país a otro, lo que hace "resaltar la diversidad política del hemisferio". Quienes apoyaban la causa siempre defendían el derecho al voto de la mujer diciendo que resultaría en una "sociedad más moral", y la mujer de la región también entendía que su acceso al voto era el primer paso hacia la obtención y el ejercicio de sus derechos civiles y la realización de su potencial.
Las primeras feministas de América Latina reconocieron las ventajas de tratar el tema de los derechos de la mujer en un foro internacional y la fuerza que les daba este organismo interamericano, para ampliar sus derechos políticos y civiles en sus propias sociedades. La CIM fue de vital importancia para lograr que se tratara el tema del sufragio femenino en los debates que tuvieron lugar en los foros nacionales e internacionales, y gradualmente durante los 30 años siguientes las mujeres de las Américas consiguieron su derecho al voto y el derecho a postularse para cargos públicos.
La lucha para extender el derecho al sufragio a la mujer en las Américas, que tanto estimuló la presencia de las mujeres en las Conferencias Internacionales de 1923, 1928 y 1933, culminó felizmente cuando en 1961, Paraguay concedió a la mujer el derecho al voto y Guatemala, que había extendido el derecho al voto a un número restringido de mujeres en 1945, lo concedió en su totalidad en 1965. Diferentes fueron las circunstancias bajo las cuales las mujeres de las naciones de habla inglesa del Caribe, así como las de Belice, Guyana, Suriname adquirieron su derecho al voto. El sufragio universal y la participación y el papel activo de la mujer en la vida política surgieron, en la mayoría de los países de habla inglesa del Caribe, antes de su independencia y de su ingreso a la OEA y a la CIM.
Concesión del sufragio femenino en los Estados miembros de la OEA
País | Año | País | Año |
Canadá* | 1918 | Barbados | 1950 |
Estados Unidos | 1920 | Antigua y Barbuda | 1951 |
Ecuador | 1929 | Dominica | 1951 |
Brasil | 1932 | Grenada | 1951 |
Uruguay | 1932 | Santa Lucia | 1951 |
Cuba | 1934 | San Vicente y las Grenadines | 1951 |
El Salvador (limitado) | 1939 | Bolivia | 1952 |
República Dominicana | 1942 | San Kitts y Nevis | 1952 |
Jamaica | 1944 | México | 1953 |
Guatemala (limitado) | 1945 | Guyana | 1953 |
Panamá | 1945 | Honduras | 1955 |
Trinidad y Tobago | 1946 | Nicaragua | 1955 |
Argentina | 1947 | Perú | 1955 |
Venezuela | 1947 | Colombia | 1957 |
Suriname | 1948 | Paraguay | 1961 |
Chile | 1949 | Bahamas | 1962 |
Costa Rica | 1949 | Belice | 1964 |
Haití | 1950 |
*Excepto en la Provincia de Quebec donde se concedió el derecho al voto a la mujer en el año 1952
Creación de la CIM - La Habana, Cuba, 1928
Mujeres de todas las naciones americanas acudieron a La Habana en 1928 para exigir su participación en la Sexta Conferencia Internacional Americana y la ratificación del Tratado Sobre Igualdad de Derechos. Redactado por Alice Paul, del Partido Nacional de la Mujer en los Estados Unidos, el tratado hubiera llevado a la consideración y al debate político el tema de los derechos de la mujer en todo el hemisferio. A pesar de las expectativas suscitadas en 1923, ni una mujer fue incluida entre las delegaciones participantes. Los representantes de las 21 naciones miembros argumentaron que sólo ellos podían hablar en la sala y que en el temario no había lugar para discutir un Tratado sobre Igualdad de Derechos.
Tras un mes de protestas y activa campaña, las mujeres finalmente lograron hacer oír su voz en la conferencia. Por primera vez las mujeres hablaron oficialmente en una sesión plenaria pública de una conferencia panamericana y para escuchar estos primeros discursos "más de mil mujeres llenaron las galerías, los pasillos y las escaleras de la gran sala de conferencias de la Universidad de La Habana". Aunque el Tratado sobre Igualdad de Derechos no fue ratificado, la Conferencia decidió crear la Comisión Interamericana de Mujeres (CIM) y encomendarle un estudio sobre la condición jurídica de la mujer en las Américas, que se presentaría durante la siguiente Conferencia Internacional Americana.
La creación de la CIM fue obra del movimiento feminista que surgía a través del hemisferio y reflejó una creciente cooperación entre las mujeres de América del Norte y del Sur. Doris Stevens, la primera presidenta de la CIM, y muchas otras líderes feministas evocaron frecuentemente el concepto del panamericanismo. Durante su discurso en la conferencia de 1928, Stevens subrayó "la necesidad de acción a través de la conferencia panamericana, no por cada país, sino para obtener la igualdad de derechos en todas las repúblicas americanas".
1º Tratado del mundo sobre igualdad para la mujer Montevideo, Uruguay, 1933
La Séptima Conferencia Internacional Americana (Montevideo, 1933) marcó un momento decisivo en las relaciones interamericanas y el inicio de una era de mayor respeto mutuo y cooperación entre las naciones de las Américas. También fue ocasión de una gran victoria para la mujer de las Américas en su lucha por la igualdad.
Como se había programado, las primeras dirigentes de la CIM presentaron un estudio sobre la condición de la mujer en las Américas a la Conferencia, que fue la primera en que las delegaciones participantes estuvieron integradas por mujeres, cumpliendo así la promesa hecha en 1923.
La Comisión, por su parte, logró sus objetivos de una manera tal que asombró a los delegados. Se examinaron la constitución y las leyes de las 21 repúblicas americanas, principalmente en cuanto a la desigualdad de derechos. y la Comisión presentó a la Séptima Conferencia monografías con un análisis de la condición jurídica de la mujer en cada uno de los 21 países. En cumplimiento del mandato de la Quinta Conferencia Internacional Americana de 1923, se presentaron, en el idioma oficial de cada país, compendios de la legislación sobre la mujer, evidenciando los limitados derechos civiles y políticos de que gozaban en cada una de las repúblicas americanas. Estos compendios preparados exclusivamente por mujeres fueron el primer estudio en el mundo de tal naturaleza. La Comisión Interamericana de Mujeres también recomendó la adopción de tratados preliminares sobre igualdad de derechos para la mujer y la nacionalidad en lo que se refería a la mujer.
La Conferencia finalmente no aprobó el Tratado sobre Igualdad de Derechos para la Mujer aunque cuatro países lo firmaron (Cuba, Ecuador, Paraguay y Uruguay). La Conferencia sí adoptó la Convención sobre la Nacionalidad de la Mujer que permitía a la mujer mantener su propia nacionalidad en caso de matrimonio con un hombre de otra nacionalidad. Fue el primer instrumento internacional adoptado en el mundo relativo a los derechos de la rmujer. Esta convención fue decisiva y sirvió de catalizador para que la Liga de las Naciones reconociera la existencia y validez de los movimientos sobre derechos de la mujer en la región.
La CIM celebra la ratificación de la Convención sobre Nacionalidad de la Mujer por el Congreso de los Estados Unidos (1934). De izquierda a derecha Carmita Landestay (República Dominicana); Doris Stevens (Estados Unidos); el Senador Key Pittman (Comité de Relaciones Exteriores del Senado de los Estados Unidos); Adela Seminario de Goodwin (Ecuador); María Z. de Arias (Panamá) y Fanny Bunand Sevastos (Secretaria Ejecutiva de la CIM).
La emancipación de la mujer a través de la educación
A fines de siglo, los principales centros urbanos de América Latina experimentaron un crecimiento explosivo de la población. Este crecimiento, sumado a la creación de escuelas normales, a las nuevas oportunidades educativas para la mujer y a su trabajo como maestras, contribuyó a la aparición de publicaciones que abogaban por los derechos de la mujer y a la crítica feminista contra prácticas discriminatorias basadas en el género. Las maestras constituyeron la primera generación de mujeres con educación formal en América Latina; las maestras de escuela fueron el núcleo de los primeros grupos feministas que articularon una crítica de la sociedad, protestando contra la desigual condición jurídica de la mujer y su limitado acceso a la educación y al poder político y económico.
Las mujeres, que se estaban organizando ya a nivel nacional, habían comprendido que la desigualdad basada en el género no sólo existía en sus países sino en todo el hemisferio. Confiaban que al tratar estos temas en el ámbito internacional lograrían obtener mayor influencia frente a sus propios gobiernos. Por el año 1920, la mujer activista pensaba que su mejor "oportunidad para lograr reformas era a través de la adopción de resoluciones que obligaran a los gobiernos a tratar el tema en el plano nacional".
Las últimas décadas del siglo XIX vieron florecer el interés público y el apoyo gubernamental por la educación de la mujer en las Américas. Si bien la naturaleza y el propósito de esa educación fue tema de mucho debate, en varios países gran número de mujeres logró completar la enseñanza primaria y secundaria.
El logro del reconocimiento: Santiago de Chile, 1928
Un grupo de mujeres prominentes, frustradas por habérseles negado su participación en la Segunda Conferencia Científica Panamericana (Washington, D.C., 1915-1916), convocó paralelamente a una Conferencia Auxiliar Panamericana de la Mujer, la cual, después de reunirse durante varios meses, concluyó que para fomentar la causa de los derechos de la mujer era necesario crear una Unión Panamericana de la Mujer. Este fue un movimiento Panamericanista que generó apoyo para todas las mujeres de las Américas.
El Congreso Internacional Feminista, que se reunió en Buenos Aires en 1910, había presentado un programa que, al tiempo que incluía el tema del sufragio femenino, recalcaba la necesidad del acceso a la educación y de la introducción de legislación social para proteger y apoyar a las mujeres trabajadoras. Cuando la primera Conferencia Panamericana de la Mujer se reunió en Baltimore, en 1922, la condición jurídica de la mujer y su derecho al sufragio se habían convertido en una prioridad. Con ese motivo se creó la Asociación Panamericana para el Avance de la Mujer, cuyo propósito principal era influenciar los resultados de la Quinta Conferencia Internacional Americana reunida en Santiago, Chile, en 1923. Con ese propósito, un gran número de delegadas "no oficiales" se hizo presente en la Conferencia para dedicarse a un activo cabildeo.
Finalmente la Conferencia adoptó por unanimidad una resolución propuesta por Máximo Soto Hall, de Guatemala, que estipulaba que futuras conferencias estudiaran la forma de eliminar la discriminación constitucional y jurídica contra la mujer para que las mujeres de las Américas gozaran de los mismos derechos civiles y políticos que los hombres. La Conferencia también adoptó una resolución que pedía la inclusión de personal femenino en las delegaciones que participaran en futuras conferencias.
De allí en adelante, gradual e irreversiblemente, el pensamiento feminista incidiría en las conferencias interamericanas. Sin embargo, cuando la Sexta Conferencia Internacional Americana se reunió en La Habana en 1928, no había mujeres entre las delegaciones oficiales. Se creó así el escenario para una confrontación histórica en donde mujeres de las Américas, merced a su persistencia y con su presencia, forzaron la inclusión de la mujer y de su problemática en el temario de las reuniones interamericanas, modificando, a la vez, el contexto de las relaciones interamericanas.
LIBERACIÓN FEMENINA EN CHILE
No es extraño pensar que la historia de la presencia pública de la mujer en Chile se remonta a las monjas coloniales, que se esmeraron por ilustrarse y fundar su mundo propio al interior de los conventos. Incluso los relatos cuentan de una religiosa vizcaína que se hizo pasar por soldado para venir nuestras tierras: era Catalina de Erauzo, que se paseó a la par de muchos colonos realizando toda clase de hazañas. Incluso fue premiada por recuperar un estandarte real... hasta que la descubrieron. También está Tegualda, Fresia, Guacolda, por el lado mapuche. Y siguen muchas que quedaron en la retina de la historia como Inés de Suárez, Javiera Carrera... Mujeres que traspasaron los límites de lo doméstico.
Pasaron los años y de la tímida aparición transitaron a una agresiva política para exigir reconocimiento. Los movimientos femeninos se aunaron en torno al voto: eran sufragistas. ¡Quereeemos votar! era lo que pregonaban al interior de los hogares, en la prensa, en los clubes, en las asociaciones.
Las mujeres comenzaron a agruparse. Las del norte, más aguerridas y "proletarias" comenzaron a congregarse a partir de oficios: eran costureras, sombrereras. El centro y sur, más acomodadas y tradicionales, se juntaban para hablar de literatura. Así comenzó a gestarse la voz pública de la mujer en la prensa: las primeras hablaban de sus necesidades, las segundas de sus viajes y lecturas.
A partir del siglo XX surgieron los centros preocupados por la problemática femenina, los que se dispersaron por el país: en la zona norte destaca la creación del centro comunitario Belén de Zárraga en 1919, gracias al impulso de Luis Emilio Recabarren, postulaban un feminismo progresista y de izquierda, en el que la mujer es inferior al obrero, y por lo tanto debe luchar por la misma igualdad social ya que la represión existente es por "una cuestión de costumbre".
En tanto, en la capital surge el Círculo de lectura de Señoras en 1915 conformado por mujeres de clase media laica. En un ámbito casi paralelo, comienza a funcionar el Club de Señoras, conformado por féminas pertenecientes a la clase alta y de postura religiosa, que se reúnen para denunciar la opresión que sufren y concitar acciones en pos del cultivo intelectual.
Importante se considera también el surgimiento del Consejo Nacional de Mujeres en 1919, que promovió no sólo la integración social, sino también la participación política y una mayor consideración de género en la justicia social; reclamación legal que deriva en la inscripción del Partido Cívico Femenino. Este partido político, que también fue uno de los pocos que han estado conformados íntegramente por mujeres, se peleó aún más por el derecho a voto, además de ahondar en ciertos postulados que implicaran la reconsideración legal ya que se promueven iniciativas para la protección de la madre y los hijos.
El aire de la Primera Guerra Mundial se adueñó de las mujeres alrededor del mundo, y Chile no fue la excepción: el anarquismo, la revolución rusa y la pasión política de los bolcheviques velaban aires de reforma y de cambio tras el primer enfrentamiento bélico del siglo.
La mujer sale a la calle
La primera acción masiva por el feminismo fue la Unión Femenina de Chile en Valparaíso, que realizó amplias tareas de difusión por los derechos de ellas mediante lanzamientos de revistas, repartición de panfletos y conferencias especialmente dirigidas a las mujeres de escasos recursos. Dicha organización tuvo el honor de pelear limpiamente por lograr el voto municipal y el voto político.
En 1922, se crea el PARTIDO CIVICO FEMENINO, bajo el liderazgo de Ester La Rivera de Sanhueza, independiente de tendencias políticas y de credos religiosos, sus bases provienen de clases medias laicas. Fundan la revista "Acción Femenina", abogan por los derechos políticos y civiles para la mujer y la protección del niño y la maternidad. Luchan por la obtención del voto municipal.
En 1924 se realiza en Santiago la Quinta Conferencia Panamericana y en el curso de las sesiones se acuerda recomendar el otorgamiento de los derechos políticos a la mujer. Y, en 1928, en Valparaíso se crea la "Unión Femenina de Chile", así, el movimiento de mujeres ya empezaba a expandirse a provincia.
En 1931, se otorga a la mujer el derecho a sufragio municipal a partir de los 25 años de edad. Se funda en 1933 el "Comité Pro Derechos Civiles de la Mujer", creado por Felisa Vergara, el que también elabora un proyecto de ley sobre los derechos cívicos de la mujer. En 1935, nace el "Movimiento Pro Emancipación de la Mujer Chilena, MEMCH", bajo la dirección de Elena Caffarena, en cuyos estatutos se estipula luchar por la liberación social, económica y jurídica de la mujer. Esta institución edita la revista "La Mujer Nueva", en la que se analizan las discriminaciones que afectan a la mujer.
Este movimiento apoya la creación del "Frente Popular". En 1941, el Presidente Pedro Aguirre Cerda les comunica su deseo de legislar sobre el sufragio femenino y Elena Caffarena y Flor Heredia redactan un anteproyecto, pero el Presidente Aguirre Cerda enferma y muere a los pocos días creando el desconcierto y el desánimo en las organizaciones femeninas.
En 1936 surge el Memch, institución que aún resuena con fuerza en los oídos de la historia del feminismo, ya que luchó abiertamente por una liberación económica, social y jurídica, que reivindicó el papel del "feminismo intrínseco" asociado a la defensa de la democracia y de la paz.
En 1944, se celebra el Día Internacional de la Mujer con una reunión en la Universidad de Chile. Acuden 200 organizaciones femeninas y se acuerda crear la Federación Chilena de Instituciones Femeninas, FECHIF, la que se aboca en forma enérgica por la legitimidad de los derechos cívicos de la mujer, el voto irrestricto. Así mismo, crean el periódico "Orientación" y además un espacio radial denominado "Gaceta Femenina", para difundir sus ideas en Santiago y en provincias. Su primera presidenta fue la señora Amanda Labarca.
En 1945, la FECHIF presenta un proyecto de ley para la obtención del sufragio amplio femenino. El 8 de enero de 1949, el Presidente de la República, don Gabriel González Videla, en un gran acto en el Teatro Municipal, firma la ley que autoriza el voto político para la
En 1944 surge la Federación Chilena de Instituciones Femeninas con una coordinación a nivel nacional para eliminar las discriminaciones político sociales mediante los trabajos con campañas para la responsabilidad colectiva, fue la principal reivindicación femenina, ya que logró el voto político en 1949.
En 1946, nace el Partido Femenino, liderado por María de la Cruz, que también está afiliada a la FECHIF. Este partido recibe la influencia del justicialismo argentino con las figuras de Juan Domingo Perón y Eva Duarte.
Aires de rebeldía
Pese a que la mayoría de las reivindicaciones femeninas surgieron en el ámbito cultural, sus precursoras fueron preferentemente mujeres de clase media por ejercer vida laboral profesional- y alta.
A comienzos del siglo 20 se forman las primeras agrupaciones netamente femeninas como "El Círculo de Lectoras" fundado por la profesora radical Amanda Labarca para el estudio de la literatura femenina y "El Club de Señoras" por Delia Matte de Izquierdo, quien se preocupó de cultivar el intelecto dada la ignorancia de las mujeres de la clase alta en comparación con sus congéneres del estrato medio. "Nosotras, las mujeres de la clase alta, apenas conocíamos los misterios del rosario", decían.
“La igualdad se toma, no se pide”
Amanda Labarca
¨
El carácter universal del feminismo se expandía poco a poco y se acrecentó aún más con la oposición natural de los hombres.
El alejamiento de las mujeres entre sí se fue haciendo cada vez menos notable, aunque la unanimidad todavía era una meta difícil de alcanzar. La primera opción fue inscribirse en 1875 en los registros electorales de San Felipe para votar por Benjamín Vicuña Mackenna en la elección presidencial. Otras prefirieron callar y dejar que la conciencia masculina las guiara desde la casa.
Después de la Primera Guerra Mundial surgen los deseos de igualdad, ya que las mujeres muchas veces reemplazaron las labores masculinas que desempeñaban los que ahora estaban de soldados en la guerra. La lucha por el voto iba cobrando más fuerza.
En 1922 se creó el primer partido político femenino. El tema se planteó a nivel nacional con el surgimiento de organizaciones en todo el país. Antes, en 1917 un grupo de jóvenes del Partido Conservador propuso una ley que promoviera la real emancipación política de las mujeres, pero por el poder de la oligarquía se amenazó con la excomunión a quienes respaldaran esta iniciativa. Las mujeres ciudadanas eran peligrosas para la estabilidad conservadora.
Es por esta razón que los partidos políticos recibieron con molestia la aprobación del voto político para la mujer, y es más, recibían la idea de una respuesta electoral femenina como una incógnita, como un verdadero riesgo para la democracia, situación que sólo se pudo esclarecer después de 20 años de convencimiento.
En 1931, en pleno gobierno del general Carlos Ibañez del Campo pudieron votar todas las mujeres mayores de 25 años en elecciones únicamente municipales. En 1934 se promulgó la ley que otorgaba derecho a voto a las mujeres en los comicios municipales. En 1935 votaron por primera vez.
Se volvió a dar un paso atrás, se presentaron miles de proyectos a favor de las mujeres, pero pronto se percataron que en el resto de América Latina se avanzaba mucho más que en Chile.
En 1944 se organizó el Primer Congreso Nacional de Mujeres, en el que participaron 200 instituciones femeninas de todo el país, y de ahí nació la Federación Chilena de Instituciones Femeninas, que con una gran diversidad ideológica, social y religiosa presentó al Congreso un proyecto de ley para que el derecho a voto fuera pleno, iniciativa que fue respaldada por varios sectores políticos. El proyecto demoró varios años, y sólo en 1949 González Videla otorgó el pleno derecho a voto.
El voto femenino en Chile se concretó finalmente en 1949
Las demoras causaron la desconfianza del género masculino hacia la tendencia política de las mujeres. Sin embargo, en el día de hoy la participación es decisiva, ya que en la actualidad poco más del 50 por ciento del electorado son mujeres.
30 años antes la fuerza de las mujeres se alzó al viento en Estados Unidos, para posteriormente disolverse en la historia, lo mismo le pasó a nuestro país...porque después de una masiva participación política este fenómeno no se ha vuelto a repetir con la misma fuerza.
CHILE A 53 AÑOS DEL VOTO FEMENINO
Las chilenas jamás quemaron sostenes en la Alameda, pero lucharon por la emancipación con voz, sudor y tinta. La tradición del camino trazado por las luchadoras del norte, las sufragistas de los años '30, las que cambiaban el mundo en los '60 siguen en este nuevo siglo demandando protagonismo.
Sólo en 1949, las chilenas lograron un voto político y en 1952 lograron sufragar por primera vez en una elección presidencial. La historia nos remonta a fines del siglo 19, cuando de a poco, las mujeres comienzan a abrirse paso al mundo laboral como telegrafistas, empleadas de comercio, matronas y sobre todo como profesoras.
En la década de 1840 se creó la Escuela Normal de Preceptoras, de donde egresaron cientos de maestras primarias y fue, en esta misma fecha, cuando se crearon los primeros colegios secundarios y fiscales para mujeres. Dichos establecimientos fueron un factor decisivo para que en 1877 se validaran los exámenes rendidos por mujeres, para que posteriormente se abrieran las puertas de ingreso a la Universidad de Chile, la primera de América en darles una oportunidad.
El derecho a voto incluyó a las mujeres en la participación de la democracia tras la influencia que Amanda Labarca ejerció sobre el presidente Arturo Alessandri Palma. Corrían los años 20. Alessandri justificó su negativa ante el voto electoral femenino por la existencia del clero conservador y de la influencia sobre la oligarquía. Sólo 29 años después se logró el objetivo.
En 1877 las mujeres no podían ingresar a la Universidad y fue Gregorio Amunátegui, en ese entonces ministro de Instrucción Pública, el que expendió el decreto. A pesar de los estatutos prohibitorios, Eloísa Díaz fue la primera mujer titulada en toda América del Sur.
Cuenta la anécdota que la literata Marta Vergara entró a trabajar a una oficina de Correos con la consiguiente furia de su marido Nicolás Peña Lynch, por lo que fue despedida ya que no contaba con la autorización del marido, su tendencia izquierdista y profundamente preocupada por su aliento de mujer, la llevó a escribir "Memorias de una mujer irreverente". Terminó su vida en soledad al alero de París, donde sufrió "la indignidad de comer sola en un restorán", donde no fue atendida por ser considerada prostituta.
Marta Vergara es conocida por palpar de cerca la cruda realidad de las mujeres a nivel mundial: En 1931 fue nombrada delegada chilena a la Comisión de los Derechos de la Mujer de la Liga de las Naciones (madre de la Organización de las Naciones Unidas). Lo que más le afectó fue la diferencia jurídica existente entre una criatura que nacía varón o "chancleta"... porque las mujeres eran consideradas como un objeto, sin otro interés que el uso doméstico y sexual.
Elena Caffarena y la escritora Elvira Santa Cruz Ossa eran inspectoras del Trabajo en 1925, visitaron 672 fábricas para verificar el cumplimiento de la ley de permisos maternales y guarderías infantiles. Las condiciones de trabajo eran pésimas y como conclusión señaló que "era absolutamente necesario establecer un salario mínimo y equitativo, y que fuera igual tanto para hombres como para mujeres".75 años más tarde la diferencia de sueldo es todavía desigual.
Pese a que es poco conocida, la batalla campal que se desató entre la Federación Chilena de Instituciones Femeninas y el Memch por celebrar el Día Internacional de la Mujer en 1949, se reprimieron las celebraciones con la misma fuerza existente en el régimen militar, se denunció la decisión a la Comisión Interamericana de Mujeres y se desataron innumerables escaramuzas políticas. Los hechos decayeron en 1953, cuando el Memch dejó de existir.
¿QUIÉNES FUERON LAS MADRES DE LA PATRIA?
Mezcla de ícono y leyenda Elena Caffarena, Olga Poblete, fueron mujeres de acción que quedaron en la retina de nuestra historia por su trabajo a favor de la igualdad de la mujer.
ELENA CAFFARENA, LA LÍDER
"El que no sea hombre que se vaya", fue una de sus frases más célebres en sus tiempos en que estudió Derecho y se tomó la Universidad de Chile en pro de una reforma universitaria.
Elena Caffarena nació con el siglo pasado, y ya que está próxima a cumplir 98 años. Esta mujer que lleva la raíz de sus derechos de los pies a la cabeza, fue una de las redactoras del primer proyecto de ley que en 1949 circunscribió el derecho de la mujer al sufragio pleno.
Se le reconoce en el ámbito femenino por ser una de las fundadoras del Movimiento de Emancipación de la Mujer (Memch), uno de los coros que con más fuerza ha gritado "la emancipación integral, económica, jurídica, biológica y política de la mujer". Obra de ella, y que permanece hasta hoy, es el derecho a alimentos de toda mujer casada.
Pese a que en sus tiempos levantó polémica entre las señoras conservadoras por su coraje, que incluso las llevó a denominar su intención como "una pretensión de cerebros enfermizos y desquiciados", que, pese a las numerosas críticas, las llevó en 1937 a consolidar el Primer Congreso Nacional de Mujeres.
Una de las primeras tareas que se propusieron lograr fue la igualdad en el trabajo, en los estudios, las leyes, la protección maternal, derecho a salas cunas, desayuno escolar para los niños pobres y la plena participación femenina en la vida política del país.
Cuesta imaginar el plano de acción de esta mujer enardecida por la llama de la igualdad, porque pese a lo que se diga del feminismo, no se puede renegar que su fuerza llama a la lucha por un idea que no escatima en vencer las dificultades que lo aplacen.
Sin embargo, la realidad cultural que en ese entonces rodeaba al país, no consideraba bien visto que una mujer de 33 años se dedicara a alardear las voces que anunciaban a la mujer a gritar por su libertad en vez de dedicarse a la casa, a cocinar y ver a los hijos.
A ella le tocaron los tiempos difíciles, los tiempos en que las mujeres no tenían derechos ciudadanos: no debían opinar en política, ni eran dueñas de sus bienes ni ejercer el derecho a voto. La batalla fue dura, pero a pesar de, fue capaz de ganarla.
"Yo me convertí en feminista porque soy femenina. Es decir, porque me identifico con mis hermanas: las mujeres. Y sobre todo porque creo en la justicia". Justificó Elena Caffarena la pasión por sus ideales.
Elena Caffarena no actuó sola, ya que en muchas de sus actividades contó con la participación de la escritora Marta Vergara, que difundió sus actividades en una revista denominada "La Mujer Nueva".
"El que no sea hombre que se vaya", fue una de sus frases más célebres en sus tiempos en que estudió derecho y se tomó la Universidad de Chile en pro de una reforma universitaria. Los carabineros ordenaron el desalojo, pero ante sus palabras nadie se movió. No triunfó como abogada, pero el huracán Memch le otorgó la fuerza necesaria para sus ideales.
La no-discriminación de las mujeres por raza, religión o credos políticos fue la principal razón por la que las empleadas domésticas, las trabajadoras a domicilio, las temporeras y las funcionarias públicas dieron un paso adelante para acotumbrar al resto de la sociedad a que estaban dentro de un sistema que necesitaba cambios drásticos.
Sin embargo, el éxito del Memch como iniciativa feminista fue el hecho de que se conformó como un movimiento emancipador pluriclasista: lo integraron mujeres burguesas, obreras y de la clase media. Tuvo alcance nacional, con 67 filiales en todo el país, que jamás se relacionó con los partidos políticos en toda su existencia.
A pesar de que fue vinculada al Partido Comunista en 1948 y por ello fue borrada de los registros electorales por el gobierno de Gabriel González Videla, su más grande dolor fue el no haber sido invitada a la promulgación oficial del voto femenino en 1949.
Su chalet de la calle Seminario albergó a las mujeres que se sintieron afectadas por las múltiples represiones del Gobierno Militar. Entonces, convirtió su hábitat en "la casa grande" que cobijó a las féminas con maridos o parientes torturados, asesinados o desaparecidos. Trató de sanar esas heridas con su amiga Olga Poblete y revirtieron las penas en flechazos de acción y rebeldía. En 1983 reaparece el Memch en acción.
Ahora, en la plenitud de su vejez, continúa con la ayuda internacional a la niñez afectada por la violencia de esos años: huérfanos, traumatizados y desadaptados a la realidad social. Con eso ya es suficiente, porque siente que está ahí y que no tiene nada que perder...
Elena Caffarena ya no quiere hablar. Reconoce sus límites, sus olvidos. Replegada en su casa de Providencia siente que su aporte al mundo ya lo realizó.
OLGA POBLETE, REBELDE SILENCIOSA
La paz, la justicia social, la educación y la defensa de los derechos de la mujer fueron los principales estímulos para esta feminista fundadora del Memch que decidió alcanzar lo inalcanzable en los difíciles años 30
"Cierto es que la rebelión es la última instancia, pero ¿hasta dónde puede conducir la acumulación de últimas instancias? No puede haber orden, afirma la máxima jurídica, donde imperen la postergación, la arbitrariedad, la injusticia", decía Olga Poblete.
La paz, la justicia social, la educación y la defensa de los derechos de la mujer han sido los principales estímulos para Olga Poblete que decidió alcanzar lo inalcanzable en los difíciles años 30, para transformarse al igual que Elena Caffarena en el símbolo chileno de la liberación de las mujeres al fundar el Memch, y posteriormente llegar a su presidencia en 1947.
El ser una de las fundadoras del Memch la llevó a disfrutar la primera vez que en Chile se celebró el Día Internacional de la Mujer. Ese primer 8 de marzo se convocó a una reunión en la Casa Central de la Universidad de Chile, junto con la inmolación de 129 obreras en una fábrica de Nueva York. Oficialmente se impuso por gestión del Presidente Salvador Allende, celebración que permaneció ininterrumpida incluso durante el Gobierno Militar.
La influencia de una abuela materna autoritaria y una madre que privilegiaba el trato infantil con su hija, fueron los factores decisivos que estimularon en Olga Poblete a revertir la posición negativa que la mujer tenía frente a la ley; ya sea en asuntos tan conflictivos como el aborto y el divorcio o en asuntos tan simples como la valoración de la mujer en su vida pública y privada.
Con un fuerte espíritu docente, en 1940 viajó a Estados Unidos para perfeccionar sus estudios de docencia en historia y geografía y llegó poco antes del lanzamiento de la bomba atómica en Hiroshima y el fuerte racismo imperante la hicieron integrarse al movimiento pacifista.
Y fueron dichas experiencias las que le permitieron escribir su último ensayo "La Guerra, La Paz, Los Pueblos".
Su accionar post golpe militar pretendió mejorar el enfoque mediocre que en ese entonces se entregaba a los estudiantes de pedagogía, para lo que se transformó tal como ella misma asegura- en una "educadora clandestina", que veía el paso de la historia con una profunda convicción ética.
Señala, además, que faltan caminos para el feminismo en Chile, porque pese a la fuerza con que surgió en los primeros años, ha perdido la tradición de "ser un pueblo literario, un pueblo que tiene un fuerte sentido de revolución".
Aún recuerda la figura de su madre cuando le falta valor para enfrentar las complicaciones de la vida. Sin embargo, todavía conserva en su frágil presencia la fortaleza otorgada por la convicción feminista que, en definitiva, fue el primer paso para las mujeres del Chile de hoy.
CRONOLOGÍA DE LA MUJER EN LA HISTORIA DE CHILE
1812 | J.M. carrera obliga abrir conventos para mujeres. |
1816 | La chillaneja Cornelia Olivares es rapada en la plaza pública por incitar a los patriotas a combatir el colonialismo español. |
1824 | Nace la Escuela de Obstetricia del Hospital San Borja. |
1854 | 10% de mujeres saben leer y 8% escribir. |
1855 | Se elabora el Código Civil que todavía las rige y que regula entre otros: El matrimonio, los deberes y los derechos entre los cónyuges, la relación entre padres e hijos, las relaciones con los bienes. |
1864 | Isabel Tarragó funda la primera escuela privada para niñas. |
1870 | Mujeres de clase media se quejan porque la educación media está en manos particulares, quieren validar sus exámenes. |
1875 | En San Felipe un grupo de mujeres se inscribe para votar en las elecciones presidenciales. |
1877 | Las mujeres logran validar exámenes y acceder a la universidad Decreto Amunátegui (Antonia Tarragó e Isabel Lebrún 05.02.1977). |
1883 | Se funda el primer Liceo de Niñas de Santiago (Javiera Carrera). |
1884 | Se niega explícitamente derecho a voto de la mujer. |
1887 | Se titulan las primeras médicos de Chile y Latinoamérica: Dras. Eloisa Diaz y Ernestina Pérez. |
1888 | Sociedad de protección (o emancipación) de la mujer Juana Roldán. |
1892 | Se titula primera abogado de Chile y americalatina (Tesis sobre los derechos civiles de la mujer). |
1894 | Fundación Matilde Troup Sepúlveda de la Asociación de Costureras en Resistencia". |
1895 | Liceos Estatales. |
1902 | Iniaciativa de crear centros de guaguas, para los hijos de las trabajadoras. |
1903 | Federación cosmopolita de obreras en en resistencia. |
1907 | 1° de Mayo, mitin en el "parque Cousiño" 30.000 personas. 2 oradoras: Carmela Jeria (Periódico La Alborada), Inés Macias (Sindicato de Obreras en Resistencia). |
1913 | Liga de señoras Viña del Mar y Sociedad de Señoras del Cerro Cordillera Valparaíso. |
1914 | Sindicato Femenino. |
1915 | Centro de Mujeres Socialistas. Belén de Zarraga opone resistencia al capital, organizando cooperativas e instituciones femeninas. |
1917 | Primera manifestación en Iquique protestando contra el decreto del retrato obligatorio. |
1919 | Partido Conservador presenta proyecto de ley que otorga Derechos Políticos a la mujer, cuestionado por ellas. |
1921 | Se funda Federación Unión Obrera Femenina (anarco socialista) en Iquique, llama a las obreras a luchar contra los abusos del capital. |
1922 | Congreso Panamericano de Mujeres. |
1924 | V Conferencia Panamericana de Mujeres en Santiago, se aprueba por unanimidad moción que recomienda a la autoridad de la "Unión Panamericana" a que busque los medios para otorgarle los derechos políticos a la mujer. |
1925 | Se eliminan algunas incapacidades civiles de la mujer: |
1928 | En Valparaíso se funda Unión Femenina de Chile. |
1930 | Primera Arquitecto: Dora Riedel. |
1931 | Se otorga derecho a voto en elecciones municipales (requisitos:mas de 25 años, leer y escribir y poseer un bien raiz en la comuna) |
1933 | Se forma Comité Pro-Derechos Civiles de la Mujer (por Felisa Vergara). |
1935 | La mujer vota por primera vez en elecciones municipales. |
1936 | Se conmemora por primera vez el 8 de Marzo (Día Internacional de la Mujer) |
1941 | Comité Pro-Derechos de la Mujer, Proyecto de Ley de voto político para la mujer (Gob. Pedro Aguirre Cerda redactado por Elena Caffarena y Flora Heredia). |
1942 | Acción Cívica Femenina. |
1944 | Primer Congreso Nacional de Mujeres, de aquí surge la Federación de Instituciones Femeninas "FECHIF", presidenta Amanda Labarca. Se envia nuevo proyecto de Ley de voto político (se mantiene empantanado 4 años, se aprueba en 1948). |
1946 | Partido Femenino Chileno (María de la Cruz). |
1947 | Comisión de defensa de la mujer para protejer a la trabajadora. |
1948 | Aprueban ambas Cámaras la ley de voto político de la mujer. |
1949 | (Pleno derecho a voto) Enero, se promulga la ley en un acto en el Teatro Municipal, Presidente Gonzalez Videla se atribuye el mérito (Ley 9292). |
1952 | Primera mujer Ministro de Estado en Chile y latinoamerica: Adriana Olguín de Baltra. |
1953 | Termina el MEMCH. |
1953 a 1973 | Mujeres se integran a secciones femeninas de los partidos políticos. |
1956, 60, 66 | Congreso Nacional de Mujeres de Unión de Mujeres de Chile. |
1961 | Primera mujer diputado: Inés Henríquez, autora de la Ley para Pago de la Asignación Familiar directamente a la mujer. |
1970 | Ley de Jardines Infantiles, Fuero Maternal, Salas Cunas en empresas de más de 20 trabajadoras. |
1971 | Proyecto de Ministerio de Defensa de la Familia (rechazado dos veces). |
1972 | Secretaría Nacional de la Mujer con rango de Sub-Secretaría de Estado (4 programas). |
1978 | Departamento de Mujeres de la Coordinadora Nacional, realiza primer acto público masivo efectuado en Chile después del Golpe Militar. |
Conclusión
La finalidad de este trabajo es llegar a saber como lucharon las mujer para obtener sus derechos, de cómo batallaron y sufrieron para lograr tener una igualdad entre mujeres y hombres.
Las mujeres chilenas lucharon dando casi todo para tener el derecho, aunque esto no comenzó en chile sino en los Estados Unidos y Canadá, luego la idea se propago en los demás países, dando así la idea de algo que debía lograrse, llegando hasta realizar actos de rebeldía.
En chile la democracia era algo muy importante desde los primeros años de independencia y con los años era cada ve más valiosa.
Para mí como mujer es de admiración que las mujeres hallan luchado y logrado darnos el derecho a voto, a dar opiniones y puntos de vista, nuestras inquietudes y necesidades como seres humanos.
Hoy en día las mujeres tenemos mucha más libertad que en la antigüedad y eso se lo debemos a cientos de mujeres que se entregaron por lograr la consideración en el mundo laboral.
gracias
Bibliografía
Referencias :
Revista mujer a mujer
Enciclopedia icarito
www.liber humanistis.cl
www.google/voto femenino/en chile
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Enviado por: | Katrina Kogane |
Idioma: | castellano |
País: | Chile |