Política y Administración Pública
Voto electrónico en Sudamérica
El voto electrónico en Sudamérica: experiencias y perspectivas
Las ultimas dos décadas el mundo ha vivido cambios sorprendentes, esto por la influencia de la electrónica y la automatización en la vida diaria de los ciudadanos; a esto no a sido ajeno la administración electoral, lo cual se ha concretizado en lo que se denomina el voto electrónico, que a nivel de Sudamérica ya a dado sus primeros frutos. Antes de pasar a señalar las experiencias sudamericanas en voto electrónico y sus consecuencias respectivas, habrá que esclarecer de qué se trata este fenómeno. Se denomina: “sistema de votación electrónica” a la combinación de equipos mecánicos y electromecánicos o electrónicos, que incluye el software requerido para programar y controlar al equipo que se usa para definir las papeletas de votación, este sistema también puede incluir la transmisión de resultados sobre redes de telecomunicación. Y se denomina “voto electrónico” a aquel voto que se realiza por medio de algún dispositivo electrónico en forma automática en una computadora, en aquel Terminal se presentan todas las opciones en competencia para permitir la selección inmediata, el escrutinio de votos es inmediato lo que posibilita que se entreguen resultados en corto tiempo.
Aunque otros autores sostienen que el voto electrónico posee dos acepciones: la acepción amplia del concepto de voto electrónico implica la referencia a todos los actos electores factibles de ser llevados a cabo apelando a la tecnología de la información, estos incluyen registro de ciudadanos, confecciones de mapas electorales, gerencia, administración y logística electoral, el ejercicio del voto en si mismo, el proceso de escrutinio, transmisión de resultados y su certificación oficial; en la acepción restringida se refiere exclusivamente al acto de votar.
El sistema de votación electrónica no es única, sino que esta se ha diversificado según la sofisticación electrónica y según los requerimientos de los ciudadanos, a la luz de estas premisas tenemos tres sistemas de votación: el primero de ellos es un sistema de votación basado en el papel (Paper Based Voting System), en esta los votos se registran, se escrutan y generan el resultado de los votos emitidos en tarjetas u hojas de papel; el segundo sistema de votación se denomina “registro electrónico directo”(Direct Record Electronic System- DRE), este es un sistema presencial que tiene la característica de ser proporcionado por maquinas especialmente fabricadas para la votación que no se encuentren conectadas con otras maquinas (plataforma cerrada), estas pueden ser maquinas dedicadas que presentan todas las opciones y elecciones simultaneas o maquinas dedicadas con teclado numérico, terminado el proceso electoral, los datos se procesan por medio de un programa de una computadora que se encarga de grabar los datos de la votación y las imágenes de las papeletas de votación en componentes de memoria; el último de los sistemas es el sistema de votación en red (Network Voting Systems), el cual tiene dos alternativas: el sistema de votación en red asistido(Attedded Network Voting System), es el sistema de voto presencial que interconecta varias computadoras que proporcionan soporte para el voto y para el escrutinio, este sistema puede utilizar una computadora con pantalla sensible al tacto, ratón o teclado, también esta el sistema de votación en red no asistido (Unattended Network Voting System), es un sistema de votación no presencial que se sirve de la plataforma de Internet, es un sistema no asistido pues el elector no tiene que desplazarse hasta un centro de votación sino que puede votar desde cualquier lugar con acceso a Internet.
En Sudamérica el país abanderado e icono en la implantación de este sistema es el Brasil. Este país aprobó en octubre de 1995 la Ley Electoral que marco las directrices del voto electrónico con la intención de eliminar el fraude electoral y reducir el tiempo de escrutinio. Fue en 1996 que se puso en funcionamiento este sistema, para este caso las maquinas fueron proporcionados por la empresa “Unisys do Brasil”. Posteriormente en el 1998, 2000 y 2002, las maquinas fueron proporcionadas por “Procomp” y el software fue desarrollado por la empresa Microbase bajo la supervisión de los expertos del tribunal electoral brasileño. Este país ha desarrollado tanto este sistema que es capaz de exportar su sistema de votación de registro electoral directo (RED) desde México hasta Argentina, e incluso sus autoridades electorales reciben consultas de países como Austria, Japón y Turquía. En la actualidad, su uso alcanza a la totalidad de sus habitantes. El gobierno brasilero, por encargo de Tribunal Superior Electoral, desarrolla su propia tecnología. Las urnas son propiedad del Estado y, por tanto, son cedidas sin cargo a las autoridades electorales de cada país interesado en su uso, debiendo únicamente el país solicitante, pagar su traslado, los seguros y los técnicos necesarios para su funcionamiento.
En las elecciones celebradas en octubre de 2000 votaron por este sistema 109 millones de electores. Las principales motivaciones para su implantación del sistema fueron: La eliminación del fraude electoral; Reducción del tiempo de escrutinio; y Facilitar el ejercicio de voto por los analfabetos (cerca del 20% de la población).
En las elecciones municipales realizadas el 3 de octubre de 2004 el padrón electoral estaba compuesto por un total de 120 millones de electores habilitados. En esa oportunidad renovaron sus autoridades 5.562 municipios y los cargos de alcaldes y concejales a cubrir alcanzaron el altísimo número de 377.000. A pesar de la gran cantidad de puestos de votación (406.000) el 80% de los resultados se obtuvieron en 50 minutos, resultado que difícilmente hubiera podido obtenerse de no haber estado todos equipados por urnas electrónicas.
Otro país que ha desarrollado este sistema de voto es Venezuela, que empezó a aplicar en el año 1994, los escáneres (sistema LOV) para contar los votos con rapidez pero el sistema siguió teniendo por base el sistema de papel. Durante las elecciones realizadas entre 1999 y el 2000 estos escáneres de reconocimientos óptico de caracteres cubrieron el total de las mesas de sufragio y su introducción implico adaptar el diseño de las boletas; para el referendo revocatorio del 2004 la cual definía la continuidad de su presidente Hugo Chávez, se cambio el tipo de voto electrónico, a un sistema del tipo RED. Se utilizo 20 mil máquinas instaladas, además de mil de reemplazo. El sistema esta compuesto por la maquina de votación (usada por los electores) mas un dispositivo que activa la maquina para el ingreso de un voto (a cargo de los presidentes de mesa). Cada maquina contiene una memoria removible. Las máquinas sólo pueden abrirse con una llave a través de una cerradura, y sólo el operador de SmartMatic cuenta con la llave necesaria para abrirlas, en caso de ser necesario.
Como comprobante de votación se imprime un voto físico en un papel térmico especial El voto físico es un papel donde aparecen todos los datos sobre el evento: Consejo Nacional Electoral, también sale un código que corresponde al centro de votación, a esa mesa y a ese tomo. Sale un código de seguridad que es muy importante porque evita la falsificación del voto. Este comprobante es introducido por el elector en una urna. Para la realización del sistema del voto electrónico se contrato al consorcio SBC: conformado por las empresas Smartmatic, Cantv y Bizta. Pero también se subcontratado a Olivetti para que desarrollen la maquina modelo “SAES3000”. El costo de la adquisición de las maquinas de voto por parte del estado venezolano fue de 63 millones de dólares. Este sistema de votación también fueron utilizados para el caso específico de las últimas elecciones regionales de Venezuela, se utilizaron un total aproximado de 23.595 máquinas, contando con 1.000 equipos de repuesto. En esta instancia se emplearon las mismas máquinas de votación que se utilizaron en referendo revocatorio presidencial.
Otra experiencia destacable en nuestra región, fue el uso de máquinas electrónicas en las elecciones internas de la Comisión Central de la Mujer del Partido Colorado de la República del Paraguay. Esta medida es resultado de un Convenio realizado con el Tribunal Superior Brasilero. En este caso se contó con urnas electrónicas en tres seccionales coloradas de la Capital y en todas las de Ciudad del Este y Alto Paraná. El balance sobre el uso urnas electrónicas resultó positivo porque se comprobó que hay confianza hacia el moderno sistema de sufragio. Es así que en el 2003 el 46% de los electores voto mediante cuatro mil urnas electrónicas para elegir al presidente; por la confianza y el éxito de este sistema de votos el tribunal superior de justicia electoral planteo para las siguientes elecciones municipales el uso total del voto electrónico. En consecuencia existen proyectos para extender el uso del voto electrónico a todos los demás sufragios y en todos los niveles, incluso en las elecciones internas de los partidos políticos.
La república del Ecuador también se sumó a este avance tecnológico con motivo de las elecciones seccionales del 17 de octubre de este año. La experiencia adoptó la forma de prueba piloto en cinco parroquias electorales que totalizan un total de 60.507 personas, que representan el 0,7% de los electores. El resultado fue altamente positivo y los veedores internacionales constataron que no se presentaron dificultades técnicas ni de capacitación. En el plan piloto ecuatoriano intervino el Tribunal Superior Electoral del Brasil, el cual prestó a su similar ecuatoriano 700 urnas electrónicas; de estas, 271 se utilizaron en la elección y, el resto, en capacitación para los delegados de las organizaciones políticas y los miembros de las Juntas Receptoras del Voto.
En Argentina, se ha tenido experiencias de voto electrónico, en el nivel de prueba piloto, en los comicios de 2003. Para que esta experiencia pueda hacerse efectiva de manera continua hace falta, aun, que el congreso Nacional apruebe la reforma al código nacional electoral. La legislación bonaerense ha aprobado el uso de este mecanismo para las elecciones municipales para su circunscripción. En Colombia la reforma política colombiana aprobó los artículos para el voto electrónico. El país comenzaría a usar este sistema con programas pilotos en pequeñas ciudades y el numero de urnas representaría el 10% del total de ochenta mil mesa de votación.
La votación electrónica en el Perú se inicio en el año 1996, en dos lugares, el primero en el distrito de Huancavelica, provincia de Huancavelica, departamento de Huancavelica, y el segundo en el distrito de Santiago de Tuna, provincia de Huarochiri, Departamento de Lima. El día 10 de noviembre fue probado con la población de ambos distritos, cuyo electorado no tuvo mayor problema con el uso de las máquinas, sino mas bien el problema que hubo fue el de funcionamiento mismo de las máquinas, las cuales no tuvieron las pruebas necesarias Para este piloto fueron adquiridas 70 máquinas electrónicas de votación de IBM, pero por retraso presupuéstal no se contó con ellas a tiempo. En el distrito de Huancavelica se instalaron 57 máquinas distribuidas en dos locales con 22 y 35 mesas. En el distrito de Santiago de Tuna se utilizaron dos máquinas de votación electrónica similares a las que se usaron el a votación de las elecciones municipales en Brasil de ese año, las cuales eran proveídas por UNISYS.
En el año 2002, para las Elecciones Regionales y Municipales realizadas el 17 de noviembre, se implantó un proyecto de demostración de votación electrónica, utilizando estaciones touch screen que mostraban la cédula de sufragio, acompañados de un servidor administrador que utilizaba el presidente de mesa para comprobar la identidad del elector y asignarle una de las cabinas de votación a los electores. Este proyecto fue implementado en los ambientes del Jockey Plaza Shopping Center durante 15 días y la aceptación del público rebasó las expectativas esperadas, puesto que solo se esperaban 800 visitas diarias y se alcanzó un promedio de 1500 visitas por días. De los resultados, se pudo obtener que el sistema fue de fácil comprensión y que el tiempo utilizado para realizar la votación era bastante corto. Por otro lado el implementar 3 cabinas de votación hacía que la votación sea fluida, debido a que no se formaban colas para el sufragio.
Durante las Elecciones Municipales Complementarias 2003, se realizó un ensayo de votación electrónico en el distrito de Samanco, provincia de Santa, departamento de Ancash.
El 13 de abril del 2005, la Oficina Nacional de Procesos Electorales (ONPE) afirmó que se aplicaría el voto electrónico para las elecciones generales del 2006 para la Elección de Presidente, Vicepresidentes y Congresistas de la República y Representantes Peruano ante el Parlamento Andino, pero solo en la Provincia Constitucional del Callao. La ONPE inicio la plataforma tecnológica para implementar progresivamente el voto electrónico y utilizar un sistema altamente confiable, rápido y seguro para que el ciudadano emita su voto. Sin embargo, el jueves 26 de enero del 2006 la ONPE descartó la utilización del voto electrónico en las elecciones generales del 2006, debido a que ninguna empresa presento un programa con las características técnicas exigidas. "Esta situación afecta los plazos señalados en el cronograma electoral para realizar las actividades de auditoria, capacitación, despliegue y pruebas, entre otras".
Las experiencias sudamericanas han mostrado que este sistema posee fortalezas y dificultades. Empecemos por las fortalezas: los argumentos a favor de esta nueva modalidad de voto son la reducción del número de miembros de mesa, la mayor facilidad y precisión en el conteo, la agilidad del proceso, el aumento del número de votantes por mesa, la rapidez en la obtención de los resultados, la eliminación de los votos nulos.
Mediante la introducción del escrutinio por medio de una maquina que cuenta los votos o de lectura óptica, se elimina la subjetividad implícita en la evaluación de la validez de voto y pueden asegurar un escrutinio imparcial. Estas maquinas eliminan muchos de los errores humanos así como las oportunidades para manipular el proceso y la consolidación de resultados
En cualquier momento el ciudadano puede verificar su elección. En ningún momento, así exista una impugnación legal, la autoridad electoral puede conocer la elección del ciudadano que ha enviado su voto electrónico. La obtención y publicación de los resultados oficiales a pocas horas de cerrado el proceso electoral. Se ahorra ingentes cantidades de dinero, ya que no es necesario imprimir por parte de la Autoridad Electoral, las papeletas de elección y los certificados respectivos, se despliega menor logística por parte de los miembros de la Fuerza Pública.
El elector ahorra, aunque parezca irrisorio, el costo de movilización, si este se encuentra empadronado fuera de su recinto de residencia. El elector en el exterior, podrá sufragar sin el temor de que las autoridades migratorias de los respectivos países de residencia, estén al acecho de los “ilegales”, y este hecho no se constituya en discriminatorio y atente a lo que estipula las leyes electorales, y en el mejor de los casos, el migrante “legal”, que reside en el exterior, no tendría que asumir el costo de movilización desde el lugar de residencia hasta el consulado del país respectivo.
Como verdadero sistema, que recoge de manera inmediata y a bajo costo, la decisión de un pueblo, los gobiernos podría realizar las consultas populares necesarias, en un modelo de democracia participativa, en cualquier momento y lugar.
El voto electrónico además significa la modernización del Estado, no solo porque adopta nuevas tecnologías, sino porque hace de estos instrumentos de eficiencia y eficacia, al servicio publico. Es por eso necesario que el sistema que se adopte debe asegurar los mayores beneficios para el ciudadano y en general para la sociedad.
Entre las dificultades que podemos encontrar en la adopción de este sistema de voto, es que requiere un nivel de cultura y escolaridad, ya que si en muchos casos es difícil entender votar en el sistema manual, los problemas que surgen al tentar una votación electrónica es desbordante, su uso ha sentado las bases para acostumbrar a nuestra sociedad al empleo de artefactos informáticos para asimilar el empleo de maquinas de votación.
Otra dificultad es el temor a la adopción de una nueva tecnología porque podria significar la perdida de empleos. Por supuesto esto es cierto en algunas ocasiones y es un problema que debe ser reconocido y atendido por la autoridad electoral mediante negociaciones con el personal que resulte afectado. También puede haber oposición política a la innovación al cambio, por su naturaleza, las elecciones son políticamente sensibles, por lo que es posible que la implantación de nuevas tecnologías tenga un impacto político. Por ejemplo, la introducción del voto electrónico puede cambiar el perfil democrático de una población votante al permitir un mayor acceso para votar. Aquellos ambientes políticos maduros con gran estabilidad en sus procesos electorales pueden ser mas renuentes al cambio sobre la base de una satisfacción con el sistema que poseen, o porque no consideran necesario variar ninguna actividad. En este caso, la necesidad de cambiar deberá ser presentada de manera persuasiva, y los involucrados deberán estar convencidos de los beneficios que surgirán de la adopción de una nueva tecnología.
Además siempre hay una preocupación frecuente, como se puede garantizar que una vez hecha la elección, nadie pueda conocer, excepto el elector, el sentido del voto; otra preocupación es quien y como se puede garantizar que ninguna persona no autorizada, sean Hackers maliciosos o administradores electorales corruptos, pueda modificar el contenido del voto; una tercera preocupación es que, en pleno proceso electoral, se produzca un corto del fluido eléctrico o que el software de votación se infecte con un virus informático; una cuarta preocupación es como comprobar si los votos se han sumado realmente al total.
Además existe escepticismo de buena parte de la ciudadanía de algunos países acerca del voto secreto y del rigor en su escrutinio crecería notoriamente si se impusiese una tecnología que no pueda asegurar la limpieza de los resultados. En cambio, se recomienda el uso de mecanismos electrónicos siempre que se cumpla con ciertos requisitos para lograr que, en efecto, se garantice la expresión del ciudadano, y la privacidad y seguridad sean adecuadas.
El sistema de voto electrónico también ha tenido dificultades de índole legal en Sudamérica, que en mayoría de los marcos legales electorales hacen solo referencia a la votación manual, por lo tanto se requiere de una reforma electoral que plantee la introducción de nuevas definiciones , la reedificación de los conceptos tradicionales, y la necesidad de educación de los ciudadanos, en el caso de ecuador , la legislación hace referencia al uso expreso de papeletas, pero no es excluyente en cuanto al empleo de otros procedimientos de votación, escrutinio o cualquier mecanismo automatizado. La legislación paraguaya es también muy reglamentarista con respecto a la emisión de votos, pero no prohíbe expresamente el voto electrónico lo cual permitió que este se aplicara. En el caso peruano también la ley es muy reglamentarista, especifica las formas y tamaños del material electoral, reglas que tendrían que desaparecer con una propuesta electrónica desaparecerían.
Uno de los argumentos en contra que tiene mucha fuerza es que la implantación masiva de servicios telemáticos crea lo que denominamos Estratificación Digital. Este fenómeno tiene que ver con los discursos y prácticas asociadas con las desigualdades y diferencias en el acceso a computadores, infraestructura de entrada a la red y adquisición de conocimientos, que se dan entre las distintas clases sociales, dependiendo también de situaciones como etnia, género, nivel educativo, etc.
En inglés, a este fenómeno se le denomina Digital Divide. Ante esto fenómeno se tiene que tener en cuenta que los procesos de votación y de participación en la gestión política de ámbitos y recursos, se deben apoyar en modelos de Democracia Electrónica, que conlleven ha establecer servicios a los que todos tengan pleno acceso y con las mismas oportunidades.
Otro de los argumentos en contra es que al incorporar estas nuevas tecnologías para propósitos electorales pueden incrementar los costos, por eso es necesario realizar una evaluación en términos costos-efectividad y de los potenciales beneficios de la nueva tecnología antes de comprometerse con su introducción. La etapa puede parecer costosa pero esta solo será en su implementación, pero esta ahorrara dinero a mediano plazo, especialmente cuando se encuentra una solución tecnológica de bajo costo. Al hacer la adquisición de equipos y programas no solo debe tener en cuenta los costos iniciales, sino también los costos permanentes de administración y mantenimiento.
También existe la desconfianza hacia el software este deberá ser mostrado y entregado a los partidos para su revisión y aprobación. De igual forma, puede ser auditado por estos, por consultoras independientes y por las entidades fiscalizadoras y supervisoras. Asimismo, su "puesta a cero" puede ser fiscalizada por los personeros técnicos de los partidos políticos.
Como vemos existen argumentos a favor y en contra, depende de cada sociedad aceptar o desechar al sistema de voto electrónico, pero lo cierto es que toda sociedad debe adaptarse a las nuevas tecnologías, claro esta teniendo en cuenta los beneficios que les traerá; esto lo mencionamos porque en otras experiencias de la implantación del voto electrónico lo que se ha beneficiado no es la sociedad sino que se ha beneficiado ha las empresas que desarrollan este tipo de tecnologías, por lo cual es recomendable que todo país que tenga como proyecto este sistema de votación debe desarrollar en lo posible su propia tecnología, como ejemplo podemos mencionar a brasil.
El voto electrónico en Sudamérica: experiencias y perspectivas
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Enviado por: | Leonidas Ramos Morales |
Idioma: | castellano |
País: | Perú |