Ética y Moral
Visión católica del aborto
INTRODUCCIÓN
Antes que te formases en el vientre te conocí, y antes que nacieses te santifique...” (Jeremías 1:5)
“SOLO EL ACTO SEXUAL CONYUGAL GARANTIZA EL TRATO COMO SUJETO, EN LA CONCEPCION DE UNA PERSONA HUMANA”
¿Es el desarrollo de la ciencia y las tecnologías las que han creado además de muchas ventajas incertidumbres y miedos sobre la persona humana?
En función de esta propuesta decidimos escribir sobre un tema tan polémico para nuestra humanidad como cotidiano. EL ABORTO
Enfocándonos desde el punto de vista cristiano como principio universal que rige nuestras vidas
LA INVESTIGACIÓN CIENTÍFICA NECESITA DE LÍMITES ÉTICOS QUE RESPONDAN A LOS MANDATOS DE LA NATURALEZA, NO PUEDE CONSIDERARSE “AVANCES”A UNA PRÁCTICA QUE ATENTA CONTRA PERSONAS HUMANAS.
JERÔME LEJEUNE: “EL PROCEDIMIENTO CIENTÍFICO PERFECTO PARA DOMINAR LA NATURALEZA ES LA OBEDIENCIA A SUS LEYES”
Durante siglos casarse y tener hijos en plena juventud fue algo corriente pero esté concepto en la sociedad moderna a cambiado totalmente de tal manera de que en el momento actual un embarazo no deseado, por lo general interrumpe proyectos personales o de la pareja, por lo cual una situación que debería ser de total plenitud y gozo se transforma en un verdadero drama
El medio en el que se desenvuelve la mujer puede facilitar o perturbar la articulación a un proyecto personal. Una familia muy desintegrada, por ejemplo protegerá menos a una mujer con un embarazo a edad temprana. A sí mismo una mujer perteneciente a una familia que puede asegurar el financiamiento de sus estudios estará más motivada a evitar cualquier acontecimiento que altere sus proyectos.
¿Qué es el aborto?
En sentido lato, aborto es la muerte del producto de la concepción y su expulsión del organismo materno en cualquier fase de su desarrollo pre-natal.
"Etimológicamente, aborto significa 'privación de nacimiento' y proviene del substantivo latino abortus, derivado del verbo aborior, compuesto, a su vez, por el prefijo ab, que expresa originariamente la idea de alejamiento y luego las de ausencia o privación, y por el verbo orior, que significa tanto como levantarse, alzarse, surgir (de allí oriente), originarse, ser originario (de allí oriundo) y nacer."
Esto puede ocurrir por causas naturales que no dependen de la voluntad humana o de la interferencia externa. Es el llamado aborto espontáneo, como consecuencia de alteraciones del organismo materno o accidentes sufridos por la madre durante el embarazo. Cuando en estas páginas utilicemos el término “aborto”, siempre nos estaremos refiriendo al aborto voluntario, provocado, directo, doloso. O sea, a toda y cualquier intervención, por medios quirúrgicos o farmacológicos, que tenga por finalidad matar o expeler el producto de la concepción, desde el momento en que ésta se inicia hasta el nacimiento, es decir, a lo largo de toda la vida pre-natal.
Si el niño por nacer es matado dentro del útero, estamos frente a un auténtico asesinato. Cuando el bebé nace vivo y se lo mata después, se trata también de un homicidio o asesinato llamado infanticidio
Antes de disertar acerca del momento en el que empiezan los derechos de un ser humano es muy necesario especificar de qué derechos estamos hablando. Si se afirma que la persona es portadora de todos los derechos individuales, y la persona surge cuando lo hace el ser humano, entonces desde el día 1 el nuevo ser poseería todos los derechos individuales. La persona primigenia (el embrión unicelular) posee el principal derechos individual, el que precede a todos los demás: el derecho a la vida que nos permite descubrir en qué consiste el valor absoluto y sagrado de la vida humana
¿CÓMO SE FORMA UN EMBRION?
Un embrión, un nuevo ser humano, viene a la vida cuando un zigoto es producido en la fertilización por la combinación de un espermatozoide y un óvulo”. El zigoto unicelular, en el día 1 de la concepción, es ya un organismo único de la especie homo sapiens, con sus 46 cromosomas definitorios. Gonzalo de Miranda, catedrático de bioética, explica que un ser vivo es aquél que ha iniciado su ciclo vital y aún no lo ha terminado, y cuyas partes forman un todo. Tal es la realidad del embrión. Inmediatamente después de ser concebido empieza a producir enzimas y proteínas humanas y a dirigir su propio crecimiento y desarrollo. Se trata de un ser humano, “una nueva, genéticamente única, recién creada, vida humana individual
El embrión no es meramente una masa de células, simple tejido, o que sólo es un ser humano “potencial” o “posible”. El embrión es desde el primer momento un ser humano definido genéticamente y con capacidad para auto-desarrollarse. No es vida humana en el sentido que puede serlo cualquier célula o masa de células de una persona; se trata de un nuevo individuo por lo cual debemos conocer y valorar la dignidad de la persona humana
CATECISMO
•2270 La vida humana debe ser respetada y protegida de manera absoluta desde el momento de la concepción. Desde el primer momento de su existencia, el ser humano debe ver reconocidos sus derechos de persona, entre los cuales está el derecho inviolable de todo ser inocente a la vida.
•2271 Desde el siglo primero, la Iglesia ha afirmado la malicia de todo aborto provocado.
•2272 La cooperación formal a un aborto constituye una falta grave que se sanciona con excomunión
En 1917 la Santísima Virgen anunció en Fátima que, si los hombres no se convertían y hacían penitencia, “Rusia esparcirá sus errores por el mundo”, entre otros castigos. El socialismo soviético asumió el gobierno y desde 1920 Rusia es la primera nación en permitir legalmente el aborto.
El aborto en la legislación española
El aborto quedó despenalizado en España en 1985 a través de la Ley Orgánica 9/1985, que modificó el Código Penal y autorizó las interrupciones voluntarias del embarazo (IVE) en tres supuestos concretos, y siempre con el consentimiento expreso de la mujer embarazada:
1. Para evitar un grave peligro para la vida o la salud física o psíquica de la embarazada. Para ello hará falta un dictamen médico previo elaborado por un médico distinto a aquél que va a practicar el aborto, aunque en caso de extrema urgencia podrá prescindirse de dicho dictamen.
2. Cuando el embarazo sea consecuencia de una violación. En este caso, el delito tendrá que haber sido denunciado previamente y la IVE se tendrá que practicar dentro de las 12 primeras semanas de gestación.
3. Cuando se presuma que el bebé nacerá con graves taras físicas o psíquicas. También necesita de un dictamen médico previo (éste elaborado por dos médicos), y debe realizarse dentro de las 22 primeras semanas de embarazo
LAS ENSEÑANZAS DE LA IGLESIA CATÓLICA
SOBRE EL ABORTO
“En la búsqueda de las raíces más profundas de la lucha entre la ´cultura de la vida´ y la ´cultura de la muerte' es necesario llegar al centro del drama vivido por el hombre contemporáneo: el eclipse del sentido de Dios y del hombre (...) perdiendo el sentido de Dios, se tiende a perder también el sentido del hombre, de su dignidad y de su vida”
Ofuscados por informaciones y opiniones contradictorias, no pocos católicos están asaltados por múltiples dudas acerca de las enseñanzas y aplicaciones concretas del Magisterio tradicional de la Iglesia sobre el aborto.
En esas condiciones, encontrarán dificultades para cumplir, adecuadamente, el ineludible deber de defender con eficacia la vida inocente del no nacido, bajo constante amenaza en la sociedad contemporánea.
De ahí la importancia fundamental de conocer con toda exactitud y en profundidad la doctrina católica sobre el tema, así como la respuesta precisa a las objeciones repetidas por los abortistas.
Al respecto conviene recordar que: "No es lícito, en estos tiempos, tener 'una cierta opinión'; o decantar las propias ideas en determinada dirección 'por intuición'; y mucho menos por conveniencia personal. Es necesario estudiar, leer, profundizar en el tema. La vida no es un juego o una circunstancia fortuita: ni la de cada uno de nosotros, ni la de esos futuros niños que aún no han visto la luz"
¿Cuál es el pensamiento de la Iglesia Católica sobre el aborto?
Unánimente, a lo largo de toda la historia, los Padres de la Iglesia, sus Pastores y sus Doctores, han condenado el aborto al que calificaron de homicidio.
Como explica la Congregación para la Doctrina de la Fe en el ya citado libro "El Aborto Provocado": "La tradición de la Iglesia ha sostenido siempre que la vida humana debe ser protegida y favorecida desde su comienzo, como en las diversas etapas de su desarrollo", oponiéndose de esa forma "a las costumbres del mundo greco-romano".
Los más antiguos documentos de la Iglesia denunciaron al aborto con severísimas palabras por ser contrario a la ley natural y a la ley divina. Pueden consultarse al respecto: la "Didaché Apostolorum", ed. Funk, Patres Apostolici, V, II; Athenágoras, "En defensa de los Cristianos", 35, P.G. 6, 970; Tertuliano, "Apologeticum", IX, 8. P.L. I, 371-372; Santo Tomás de Aquino, "Comentario sobre las Sentencias", Libro IV, dist. 31, exposición del texto.
" Los últimos pontífices romanos -continúa la Congregación vaticana- han proclamado con la máxima claridad la misma doctrina", como lo atestiguan la Encíclica "Casti Connubi" del Papa Pío XI (31-12-1930); la Encíclica "Discurso a la Unión Médica Italiana" del Papa Pío XII (12-11-1944); la Encíclica "Humanae Vitae" del Papa Paulo VI (25-7-1968).
Juan Pablo II ¿también ha condenado el aborto?
El Papa Juan Pablo II reiteró en diversas oportunidades las enseñanzas de la Iglesia en esa materia.
Y en forma definitiva y categórica lo condenó en estos términos:
"Con la autoridad conferida por Cristo a Pedro y a sus Sucesores, en comunión con los Obispos de la Iglesia Católica, confirmo que la eliminación directa y voluntaria de un ser humano inocente es siempre gravemente inmoral. Esta doctrina, fundamentada en aquella ley no escrita que cada hombre, a la luz de la razón, encuentra en el propio corazón (Rom. 2, 14-15), es corroborada por la Sagrada Escritura, transmitida por la tradición de la Iglesia y enseñada por el Magisterio ordinario y universal”
Para hacer comprender la gravedad del "delito abominable del aborto", el primer capítulo de la Encíclica "Evangelium Vitae" recuerda que, conforme a las Sagradas Escrituras, existen "pecados que claman venganza ante la presencia de Dios" y entre ellos "ha incluido, en primer lugar, el homicidio voluntario".
¿La Iglesia no admite el aborto en caso de violación?
Como ya quedó dicho, la Iglesia enseña que la ley natural y la ley divina: "excluyen, pues, todo derecho a matar directamente un hombre inocente"
Sin desconocer las dificultades que eventualmente podría acarrear un embarazo en estas condiciones, la doctrina católica es categórica: no hay razón alguna que pueda darnos el derecho a disponer de la vida de un ser inocente e indefenso en el seno materno.
Esta enseñanza de la Iglesia "no ha cambiado y no es cambiable".
Y si la vida de la madre corriera peligro, ¿no es ésta causa suficiente para permitir el aborto?
Es necesario insistir: jamás un católico puede aprobar el aborto.
Como ya fue explicado, en este caso el médico deberá intentar poner a resguardo tanto la vida del niño como la de su madre.
En el discurso a los participantes del Congreso de la Unión Católica Italiana de Obstetricia, el Papa Pío XII aclaró que: "Ningún hombre, ninguna autoridad humana, ninguna ciencia, ninguna 'indicación médica', eugenésica, social, económica, moral puede exhibir o dar título jurídico válido a una disposición deliberada directa sobre la vida humana inocente, es decir, a una disposición que persiga su destrucción, sea como fin, o como medio para obtener otro fin que tal vez no sea en sí mismo absolutamente ilícito. Así, por ejemplo, salvar la vida de la madre es un fin muy noble; pero la muerte del no nacido directamente provocada, como medio para este fin, no es lícita. La destrucción directa de la llamada 'vida sin valor', nacida o por nacer, practicada en gran número en los últimos años, no se puede justificar de modo alguno".
Del mismo modo Juan Pablo II reiteró la ilicitud del aborto cuando corre riesgos la vida de la madre:"Es cierto que en muchas ocasiones la opción del aborto tiene para la madre un carácter dramático y doloroso, en cuanto que la decisión de deshacerse del fruto de la concepción no se toma por razones puramente egoístas o de conveniencia, sino porque se quisieran preservar algunos bienes importantes, como la propia salud o un nivel de vida digno para los demás miembros de la familia. A veces se temen para el que ha de nacer tales condiciones de existencia que hacen pensar que para él lo mejor sería no nacer. Sin embargo, estas y otras razones semejantes, aun siendo graves y dramáticas, jamás pueden justificar la eliminación deliberada de un ser humano inocente".
SANCIONES DE LA IGLESIA A QUIENES FAVORECEN
O PRACTICAN EL ABORTO
¿Qué sanciones prevé la Iglesia contra quienes practican el aborto?
"Quien procura el aborto, si éste se produce, incurre en excomunión 'latae sententiae', es decir, automática sin que medie sentencia. La excomunión afecta a todos los que cometen este delito conociendo la pena."
Dada la gravedad del pecado cometido al practicar un aborto, la Iglesia reserva su absolución al obispo diocesano y en el caso de los religiosos el canon 695 establece una penalidad especial.
¿Y qué penas reciben quienes aconsejaran, incitaran o directa e indirectamente provocaran un aborto?
Conforme la Encíclica "Evangelium Vitae":"La excomunión afecta a todos los que cometen este delito conociendo la pena, incluidos también aquellos cómplices sin cuya cooperación el delito no se hubiera producido".
Tómese en consideración que el Código de Derecho Canónico no establece ninguna excepción referida a los motivos que llevaron a practicar el aborto.
La excomunión, por lo tanto, alcanza también a quienes realizan el aborto en todos aquellos casos muchas veces presentados como excepcionales: violación o peligro de vida de la mujer, deformidades en el no nacido, etc.
Dicha pena recae sobre todos aquellos que conscientemente participan de un aborto o colaboran en él, tanto de forma material (profesionales médicos y personal sanitario), como moral o psicológica (marido, novio o padres).
Finalmente, en la aplicación de las penas canónicas hay que tener en cuenta las posibles circunstancias eximentes (c. 1323) o atenuantes de la imputabilidad (c. 1324), en cuyo caso no se incurre en la pena "latae sententiae" (c. 1324, & 3).
¿Cuál es la responsabilidad de los legisladores y autoridades públicas que apoyaren o votaren leyes favorables al aborto?
El Romano Pontífice es muy claro al señalar la grave responsabilidad que les cabe a los políticos y a todos cuantos, de una forma u otra, favorecen leyes abortistas:
"La responsabilidad implica también a los legisladores que han promovido y aprobado leyes que amparan el aborto, y en la medida en que haya dependido de ellos, a los administradores de las estructuras sanitarias utilizadas para practicar abortos. Una responsabilidad general, no menos grave afecta tanto a los que han favorecido la difusión de una mentalidad de permisivismo sexual y de menosprecio por la maternidad, como a quienes debieron haber asegurado -y no lo han hecho- políticas familiares y sociales válidas en apoyo de las familias, especialmente de las numerosas o con particulares dificultades económicas y educativas. Finalmente, no se puede minimizar el tramado de complicidades que llega a abarcar incluso a instituciones internacionales, fundaciones y asociaciones que luchan sistemáticamente por la legalización y la difusión del aborto en el mundo."
LAS ENSEÑANZAS DE LA IGLESIA, Y LOS NO-CATÓLICOS
¿Por qué se han de imponer a una mujer que no es católica los principios morales y religiosos enseñados por la Iglesia? ¿Acaso no tiene derecho a elegir lo que es mejor para ella en un tema absolutamente privado?
No se trata de imponer a no católicos principios morales y religiosos enseñados por la Iglesia. Simplemente, es un principio de derecho natural -no matar- que obviamente integra la doctrina católica. ¿O acaso se pretende invocar la libertad de opinión como pretexto para atentar contra los derechos de los demás, muy especialmente contra el derecho a la vida?
Además, el argumento parte de una premisa errónea: una decisión es privada e íntima en la medida en que se refiere tan sólo a los intereses de quien la adopta.
Sin embargo, cuando esa decisión implica intereses de otros y derechos de terceros, ya no puede ser considerada privada, al contrario, pasa a ser representativa o delegada.
Ahora bien, nadie puede delegar a otro el derecho a decidir sobre la propia vida, porque la vida no es un bien delegable, sino vivido.
Los legítimos derechos de una mujer sobre su propio cuerpo terminan donde - en el caso del no nacido- comienza el cuerpo de otro.
Nadie, alegando privacidad, puede traspasar esos límites y lesionar derechos de terceros. Eso sería extender los límites de la privacidad a costa de tales derechos.
Así como sería absurdo aprobar el abuso de los niños por los padres, aduciendo que se trata de materia privada, es absurdo decir que una mujer puede decidir con su médico si su hijo debe vivir o morir.
Destruir un ser humano vivo en nombre del "derecho a la privacidad", es destruir el fundamento de la razón de ser de la privacidad.
Esto no es ejercitar el "derecho a la privacidad", sino ¡un hecho grosero y consumado de absolutismo privado!
Por lo tanto, el gobierno debe intervenir para proteger el derecho a la vida del feto amenazado por la decisión unilateral de una de las partes: su madre.
¿Por qué al legislar en una materia en la cual están concernidos todos los habitantes de una nación será necesario tomar en consideración lo que enseña la Iglesia sobre el aborto?
El derecho a la vida, como todos los derechos fundamentales del hombre, se asienta en el carácter universal y trascendente de la naturaleza humana y por ello es anterior y superior a toda ordenación jurídica positiva.
Es decir: "No es el reconocimiento por parte de otros lo que constituye este derecho; exige ser reconocido y es absolutamente injusto rechazarlo".
En consecuencia, si el Estado legaliza el derecho de algunos a solicitar o practicar el aborto, actuaría de forma arbitraria, faltaría a un deber y se arrogaría un poder que no le pertenece, socavando las bases jurídicas de la Nación
Por otra parte, es necesario comprender la gravedad que conlleva legislar al margen de la ley natural y divina, ignorando la autoridad de la Iglesia Católica en estas materias.
El conocido pensador católico brasileño, Plinio Corrêa de Oliveira, así lo explicó en una entrevista periodística cuando en su país se encendió la polémica del aborto:"La Iglesia Católica fue instituida por Nuestro Señor Jesucristo como maestra de la moral. Excluirla de cualquier asunto de naturaleza moral es excluir al mismo Jesucristo, lo que desgraciadamente no es raro que ocurra en los medios de comunicación de nuestros días.
"El derecho de la Iglesia a ser oída no le viene de la mayoría sino de la autoridad del mismo Jesucristo, el cuál fue igualmente Maestro cuando la multitud lo glorificaba cantando: '¡Hosanna al Hijo de David!', como cuando vociferaban: '¡Crucifícalo!'.
"Negarle al Divino Maestro ese derecho, es obviamente mucho más censurable en un país católico en el cual la inmensa mayoría dispone de medios, inclusive pacíficos y enteramente legales, para conseguir que Su voz nunca sea rechazada u omitida.¡Cada aborto constituye un asesinato!"En la medida en que la impunidad legal permita que en Brasil el aborto se introduzca en nuestras costumbres, el número de asesinatos se multiplicará indefinidamente."Todo esto hace correr un río de pecados que gritan y claman al cielo por venganza. Esta enérgica expresión la encontramos hasta en los Catecismos.
"¿Puede haber algo más terrible para un país?"En el plano social, los efectos del aborto son claros. Por una parte, la ausencia de frutos en las llamadas 'uniones libres' sólo contribuye a multiplicarlas. Por otra parte, el aborto debilita los vínculos del matrimonio. En efecto, cuanto más numerosos son los hijos, tanto más se robustecen los vínculos afectivos y morales entre los padres."Todo esto constituye un factor más que debilita al matrimonio y a la familia, y, por tanto, a toda la sociedad brasileña"
Ya el Beato Pío IX había enseñado en el mismo sentido que:
"Cuando en la sociedad civil es desterrada la religión y aún repudiada la doctrina y autoridad de la misma revelación, también se obscurece y aún se pierde la verdadera idea de la justicia y del derecho, en cuyo lugar triunfan la fuerza y la violencia".
Y deja en claro que:"Una sociedad, substraída a las leyes de la religión y de la verdadera justicia, no puede tener otro ideal que acumular riquezas, ni seguir más ley, en todos sus actos, que un insaciable deseo de satisfacer la indómita concupiscencia del espíritu sirviendo tan sólo a sus propios placeres e intereses".
Si vivimos en un país democrático y pluralista, ¿no es arbitrario imponer el modo de actuar de los católicos a toda la población?
Quien plantea esta pregunta no puede olvidar, en primer lugar, que vivimos en la Argentina, nación cuyo Gobierno federal, por obligación constitucional, "sostiene el culto católico apostólico romano" (Art. 2º).Por lo tanto, debe esperarse que los gobernantes y los legisladores respeten los principios católicos aceptados por la mayoría de la población.
Si no actuaran así, estarían imponiendo precisamente a la mayoría los puntos de vista de la minoría.
Al final de cuentas, nadie puede pretender, so pena de aceptar la dictadura de las minorías, que sean los pequeños pero muy organizados grupos abortistas quienes, autoritariamente, dicten las normas legales para todos.
En la Encíclica "Veritatis Splendor", Juan Pablo II vuelve a recordar que la ley natural es universal y obliga a todos los hombres:
"...La ley natural implica universalidad. En cuanto inscrita en la naturaleza racional de la persona, se impone a todo ser dotado de razón y que vive en la historia. ...Pero, en la medida en que expresa la dignidad de la persona humana y pone la base de sus derechos y deberes fundamentales, la ley natural es universal en sus preceptos, y su autoridad se extiende a todos los hombres. (...)
"Los preceptos negativos de la ley natural son universalmente válidos: obligan a todos y a cada uno, siempre y en cualquier circunstancia. En efecto, se trata de prohibiciones que vetan una determinada acción SEMPER ET PRO SEMPER, sin excepciones, porque la elección del comportamiento nunca es compatible con la bondad de la persona que actúa, con su vocación a la vida con Dios y con su comunión con el prójimo."
¿La Iglesia no debería admitir al menos la despenalización del aborto en algunos casos?
Una vez demostrado el carácter criminal del aborto, cualquier norma sobre el mismo "exige ante todo que la ley lo reconozca como delito; lo que comporta, también por razones educativas, la previsión de penas para quien lo comete o de cualquier modo ayuda a cometerlo."
Eliminar las sanciones fácilmente debilita o termina apagando por completo en la conciencia pública la idea de que el aborto es un crimen contra la vida humana.
Por eso mismo, la despenalización del aborto será tomada por muchos como una autorización para practicarlo, cuando en realidad habría significado una renuncia a castigarlo. Tanto más que en este caso dicha renuncia parece insinuar que el legislador ya no considera al aborto como un crimen, una vez que en todos los países el homicidio sigue siendo gravemente castigado.
En realidad, si el Estado renuncia a su obligación de defender la vida desde su inicio, tampoco la defenderá en su desarrollo y tarde o temprano terminará despenalizando o directamente legalizando el infanticidio y la eutanasia.
"Si cae bajo el poder del Estado no castigar éste 'mal' del aborto, podrá también, 'por razones convenientes' no castigar esos otros crímenes. Siguiendo la misma lógica y con el poder que posee, un día podría 'no castigar' el asesinato de vidas que son consideradas defectuosas o sin valor, se podría matar niños deformes, ancianos, enfermos incurables o seres no productivos ... De este modo se llegaría a poner la vida humana a merced del Estado."
Si se aprobara el aborto, ¿los católicos no deberían aceptarlo una vez que en el Evangelio Jesús nos enseña dar "al César lo que es del César"?
De ninguna manera, pues cuando una ley declara legitimo un acto contrario al derecho natural y divino esa sola oposición basta para que "una ley no sea ya ley".
Por lo tanto, nunca un católico está obligado a obedecer una ley que autorice el aborto pues la misma es "intrínsecamente inmoral".
Tampoco pueden los católicos favorecer la aprobación de esa ley, colaborar en su aplicación, ni ser obligados a ejecutar un aborto.
Si bien es verdad que Nuestro Señor Jesucristo dijo: "Dad al César lo que es del César", también enseñó que debemos "obedecer a Dios antes que a los hombres".
Es lo que recuerda su Santidad Juan Pablo II en la Encíclica "Evangelium Vitae", cuando citando a Santo Tomás de Aquino afirma:
"Toda ley elaborada por los hombres tiene razón de ley en cuanto deriva de la ley natural. Por el contrario, si contradice en cualquier cosa a la ley natural, entonces no será ley, sino corrupción de la ley."
ABORTO, BAUTISMO Y BIENAVENTURANZA ETERNA
La discusión sobre el aborto habitualmente se centra en el derecho a la vida del niño por nacer, olvidando el aspecto trascendente de la cuestión, es decir la vida eterna.
En efecto, al morir en la Cruz y derramar su sangre infinitamente preciosa, Nuestro Señor Jesucristo nos abrió las puertas del Cielo.
Tenemos, entonces, la gravísima obligación moral de aprovechar los frutos de la Redención. Por eso, la Santa Iglesia Católica determina que, en situaciones de riesgo, médicos y parteras administren el sacramento del bautismo a recién nacidos e incluso a fetos dentro del útero. Asimismo prescribe que, en los abortos espontáneos, el feto sea bautizado si está vivo y bajo condición si se duda de ello.
Precisamente, ese bautismo es sistemáticamente negado a los fetos extirpados criminalmente del seno materno, incluso hasta en los frecuentes casos en que el nonato es arrancado aún con vida.
En consecuencia, agrava aún más el monstruoso pecado del aborto esa indiferencia ante el destino que, desde su concepción, tiene el hombre a la bienaventuranza eterna.
¿Qué consejo se le puede dar a una mujer sumergida en angustias y dificultades económicas y que está siendo presionada para deshacerse mediante el aborto del "hijo no deseado"?
Es necesario animarla a reflexionar con espíritu de Fe sobre las tribulaciones que se sufren en este "valle de lágrimas", haciéndole comprender la obligación de todo cristiano de no limitar su mirada a la vida terrena. Y a comprender que nuestro destino es el Cielo, cuyas puertas nos abrió el divino Redentor al morir en la Cruz.
Sólo en esa perspectiva encontrará las fuerzas necesarias para no quebrantar la ley de Dios en circunstancia alguna y a confiar en la Divina Providencia, que, por mediación de la Santísima Virgen María, atenderá generosamente sus necesidades temporales y espirituales.
Así se expresó al respecto, en 1974, el Cardenal Francisco Seper, en ese entonces Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe:
"Bajo este punto de vista, no existe aquí abajo desdicha absoluta, ni siquiera la pena tremenda de criar un niño deficiente. Tal es el cambio radical anunciado por el Señor: 'Bienaventurados los que lloran, porque ellos serán consolados' (Mt. 5,5). Sería volver las espaldas al Evangelio medir la felicidad por la ausencia de penas y miserias en este mundo"
EL STATUS DEL EMBRIÓN HUMANO
Del 14 al 16 de febrero de 1997 tuvo lugar, en la Ciudad del Vaticano, la tercera Asamblea Plenaria de la Pontificia Academia para la Vida. Durante esta Asamblea, se dictaron conferencias acerca de la labor que se ha llevado a cabo durante los últimos dos años sobre el tema de "La identidad y el estatuto de persona del embrión humano". La investigación fue realizada por un grupo de estudio establecido por la propia Academia y compuesto por expertos de varios campos del saber relacionados con este tema.
Biólogos, médicos, filósofos, teólogos y juristas de diferentes países trabajaron juntos sobre el tema de la identidad y el estatuto del embrión humano, tema que es a un tiempo complejo y de gran importancia.
La labor de la Asamblea -- fiel al carácter de la Asamblea misma -- se ha desarrollado en el contexto de un intercambio interdisciplinar que ha reunido las contribuciones de las distintas maneras de abordar el tema, cuyas respectivas naturalezas y métodos eran necesarios debido al tema en cuestión.
Desde el punto de vista biológico, la formación y el desarrollo del embrión humano aparece como un proceso continuo, coordinado y gradual desde el momento de la fertilización, momento en el cual se constituye un nuevo organismo humano, dotado de la capacidad intrínseca de desarrollarse por sí mismo hasta llegar a ser un adulto. Las contribuciones más recientes de las ciencias biomédicas ofrecen adicionales y valiosas evidencias empíricas que demuestran la individualidad del embrión, así como la continuidad de su desarrollo. Por consiguiente, hablar de un pre-embrión es una interpretación incorrecta del dato biológico.
El juicio -- como acto de la mente humana -- sobre la naturaleza personal del embrión humano, surge necesariamente de la evidencia que ofrece el dato biológico, lo cual implica el reconocimiento de la presencia de un ser humano con una capacidad intrínseca para desarrollarse, y no simplemente una posibilidad de vida.
La exigencia ética de respetar y cuidar la vida e integridad del embrión, exigida a su vez por la presencia de un ser humano, encuentra su motivación en un concepto unitario del hombre ("Corpore et anima unus"), cuya dignidad personal debe ser reconocida desde el comienzo de su existencia física. Por lo tanto, el deber de respetar al embrión humano como persona humana se deriva de la realidad de los hechos y de la fuerza de la argumentación racional, y no exclusivamente de una postura de fe.
Desde el punto de vista jurídico, el debate en torno a la protección del embrión humano no consiste en la identificación de indicios tempranos o tardíos de "humanidad", sino en el reconocimiento de los derechos humanos fundamentales, en virtud de la presencia de un ser humano. Por encima de todo, el derecho a la vida y a la integridad física, desde el primer instante de la existencia, debe ser respetado, en virtud del principio de la igualdad
LA VERDAD NO MATA. EL ABORTO SÍ.
"Puesto que la ética antigua no ha sido completamente abolida, ha sido necesario separar la idea del aborto de la idea de matar a un ser humano, pues ésta última continúa siendo socialmente repugnante. El resultado ha sido una curiosa evasión del hecho científico, que todo el mundo conoce, de que la vida humana comienza a la concepción y continúa dentro o fuera del útero hasta la muerte. Los enormes eufemismos y giros semánticos que se requieren para racionalizar el aborto y presentarlo como algo que no se relaciona con acabar con una vida humana [interrupción voluntaria del embarazo, por ejemplo], serian ridículos si no fuera por la aprobación de la sociedad". (Una nueva ética para la medicina y la sociedad, editorial, del " California Medicine", septiembre de 1970.)
La misma Paternidad Planificada lo reconoce: "El aborto mata la vida de un niño después de que ha comenzado" (Planifique sus hijos para sean saludables y felices, folleto del Planned Parenthood Federation of América - Paternidad Planificada de E.E. U.U. 1963).
"Hemos llegado a un punto en esta tecnología particular (del aborto) que no hay posibilidad de negar que el que lo ejecuta comete un acto de destrucción. La realidad se presenta ante los propios ojos. La sensación del desmembramiento que se produce al maniobrar con los forceps es sentida como una corriente eléctrica." (palabras del abortista Dr. Warren Hern, durante una reunión de la Asociación de Médicos de Planned parent hood [Paternidad Planificada] de Miami, el 26 de octubre de 1978) "Paradójicamente, me siento irritado conmigo mismo por estar contento de (...) haber mejorado tecnológicamente un procedimiento que destruye un feto, que mata un bebé." (Abortero de New Mexico, "American Medical News", julio 12, 1993)"Muchas veces las mujeres que acaban de tener un aborto yacen en el cuarto de recuperación y lloran diciendo: 'acabo de matar a mi bebé' (...) Yo no sé qué decirles a estas mujeres. Algo en mí me dice que quizás ellas tienen razón". ("Enfermera de una clínica de abortos", artículo publicado en "American Medical News", 12 de julio de 1993)
"Aunque una esté a favor del aborto, a nadie le gusta ver un feto muerto." (Vilma Valdez, Directora de Educación de Planned Parenthood [Paternidad Planificada] de Miami," The Miami Herald", 24 de octubre 1992)
No sólo los defensores del derecho a la vida llaman una matanza al aborto, también los defensores del aborto.
Fuente: Tomado del anuncio publicado en el New York Times, el 22 de enero de 1995, por el Comité Nacional de Obispos Católicos, Secretariado para Actividades Provida, Washington D.C., EE.UU., con la autorización de los autores
CONCLUSIÓN
SEGUIR LA PROPIA CONCIENCIA OBEDECIENDO A LA LEY DE DIOS, NO ES SIEMPRE UN CAMINO FÁCIL; ESTO PUEDE IMPONER SACRIFICIOS Y CARGAS, CUYO PESO NO SE PUEDE DESESTIMAR; A VECES SE REQUIERE HEROÍSMO PARA PERMANECER FIELES A SUS EXIGENCIAS. |
Es importante valorar la vida humana con carácter de valor absoluto desde el inicio de su concepción porque el tema del aborto se ha hecho acuciante, sobre todo a través de los medios de comunicación, en estos últimos tiempos en nuestra sociedad argentina. Más concretamente, con espanto por los hechos perpetrados, han tomado importante arraigo en las mentes y corazones de mucha gente los recientes casos de embarazo por causas de violación. Uno que nos conmovió a todos es el del abuso de una joven con capacidades diferentes -o portadora de discapacidad- (con lo cual el acto de violencia -siempre malo- se hace especialmente despreciable, dado, claro está, que quien lo haya perpetrado sea psíquica y jurídicamente imputable). Pero toda violación, como sea, es siempre aberrante, execrable, indigna de un varón -e indigna de la mujer que involuntariamente la sufre-. Otra cosa, hay que decirlo, es el eventual fruto (un nuevo y distinto ser humano) de esa execrable acción. Lo ocurrido a estas personas sufrientes que requieren de toda nuestra empatía y compasión, relanzó con fuerza, por decirlo así, en cierta opinión pública la cuestión del aborto, no ya con relación a una violación, sino en general, y en especial con vistas a su posible despenalización.
El drama del aborto tiene horizontes más amplios, algunos de los cuales prácticamente inconsiderados, y que merecen que los tengamos en nuestro conocimiento, para formarnos al respecto una conciencia recta. La cuestión del aborto es un tema humano (un drama humano, lo llamó Juan Pablo II), al cual «también» considera la religión, pues «nada de lo humano le es ajeno». La valoración negativa del aborto procurado puede hacerse desde el cristianismo, desde otras religiones, o desde una conciencia no-creyente pero con bases humanistas y humanitarias. Ciertamente la fe cristiana nos da una luz especial para ver lo esencial de la defensa de la vida.
En el orden de la relación «religión-sociedad», creo que una dicotomía que hemos de identificar consiste en pensar que la defensa del embrión, del feto, de la vida del «nascituro» (es decir, la criatura por nacer), es un problema «religioso» y más específicamente «católico», no válido, por ende, para la generalidad de la sociedad. Se trata así de descalificar a lo que se considera «una opinión religiosa, sin fundamento racional, o al menos sin fundamento para la sociedad en general». Sin dejar de lado que la conciencia religiosa (y no sólo católica, sino también de otras denominaciones o iglesias cristianas, y lo mismo dígase del ámbito del judaísmo, del Islam, sin olvidar al budismo o a otras religiones) es opuesta al aborto, verdad sea dicha que el tema mencionado no queda acantonado «a lo religioso» (sobre todo a un concepto de la religión, como quiere hacerlo cierto sector de la sociedad actual, arrinconada a su vez, a la mera esfera privada de los actos humanos). El tema que nos ocupa es profundamente humano, antropológico, podemos decir.
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www.lifeinstitute.org/spanish.htm
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www.expage.com/page/Aborto
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www.conferenciaepiscopal.es/DOCUMENTOS/aborto.htm
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www.pithpress.com.mx/specialEd/Abortion/ab01sp.htm
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www.encuentra.com/zar/aborto/2mito0.html
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www.clinica-dator.es/
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www.notivida.com.ar
ÍNDICE
Introducción……………………..……………………………………….. 4
¿Qué es el aborto?...............................................................................4
¿Cómo se forma un embrión?......................................................................5
Catecismo…………………………………………………………….……. 5
Aborto en la legislación española…….…………………………….………5
Las enseñanzas de la iglesia católica sobre el aborto…………..………….6
-¿Cuál es el pensamiento de la Iglesia Católica sobre el aborto?.............6
-Juan Pablo II ¿También ha condenado el aborto?...................................6
-¿La Iglesia no admite el aborto en caso de violación?............................6
-¿La Iglesia no admite el aborto en caso de violación?............................7
-Y si la vida de la madre corriera peligro, ¿no es ésta causa suficiente
para permitir el aborto?.................. .......................................................7
Sanciones de la iglesia a quienes favorecen o practican el aborto ……….7
-¿Qué sanciones prevé la Iglesia contra quienes practican el aborto?....7
-¿Y qué penas reciben quienes aconsejaran, incitaran o directa e
indirectamente provocaran un aborto?...............................................8
-¿Cuál es la responsabilidad de los legisladores y autoridades
públicas que apoyaren o votaren leyes favorables al aborto?...........8
Las enseñanzas de la iglesia, y los no-católicos………………………….. 8
-¿Por qué se han de imponer a una mujer que no es católica
los principios morales y religiosos enseñados por la Iglesia?
¿Acaso no tiene derecho a elegir lo que es mejor para ella
en un tema absolutamente privado?.....................................................8
-¿Por qué al legislar en una materia en la cual están concernidos
todos los habitantes de una nación será necesario tomar en
consideración lo que enseña la Iglesia sobre el aborto?.....................9
-Si vivimos en un país democrático y pluralista, ¿no es arbitrario
imponer el modo de actuar de los católicos a toda la población?.....10
Aborto, bautismo y bienaventuranza eterna……..……………………….11
¿Qué consejo se le puede dar a una mujer sumergida en
angustias y dificultades económicas y que está siendo
presionada para deshacerse mediante el aborto del
"hijo no deseado"?..................................................................................11
El status del embrión humano……………………………………………12
La verdad no mata. El aborto sí …………………………………..……..12
Conclusión………………………………………………………..….. 14
Bibliografía………………………………………………………..…..15
12
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