Educación y Pedagogía
Violencia Familiar
Ministerio de Educación y Cultura
Escuela Nacional de Comercio N°1
Alfonso B. Campos
Trabajo Práctico de Ética
Tema: Violencia Familiar
Integrantes:
Profesora:
Curso: 1 Sección:
Modalidad:
Fuente de Información
Introducción
En este trabajo con el tema de la Violencia Familiar les presentaremos como la violencia se manifiesta en la familia sobre todo en la mujer y en los niños sobre los indicadores de la violencia física y las causas del porque no se sabe de la violencia en la familia veremos las consecuencia de la violencia que son el homicidio y el suicidio y varios factores más que son ocasionados por la violencia en la familia, existen varias causas que estaremos viendo a continuación del por qué la violencia en la familia bueno espero que este material sea de su agrado y puedan sacar algo productivo para no cometer estos actos y salir adelante.
Violencia Familiar
La violencia no solo se manifiesta de la manera más cruda, y fácil de detectar, como lo son la observación de marcas en el cuerpo por golpes, fracturas o la muerte. Antes de llegar a estas instancias la violencia es más difícil de diagnosticar, sobre todo la violencia familiar, ya que en ella hay un vínculo emocional muy fuerte en juego, la mayor parte de las veces, y transcurre en un ámbito de difícil acceso para ser detectado.
Por eso podríamos definir a la “violencia familiar” como “un patrón de conducta de un adulto/a o un adolescente con el fin de establecer y mantener el poder y control sobre otro adulto/a, adolescente o niño/a dentro del ámbito familiar.
Como decía anteriormente lo más fácil de detectar son los golpes, pero esta no es su única forma de aparición ya que “Incluye traumatismo físico, maltrato psicológico, coerción o agresión sexual y restricción o dominación económica”.
Gracias al vínculo emocional que se da entre la víctima y el victimario “excepcionalmente constituye motivo espontáneo de consulta” y su “identificación suele no producirse o es demorada”. En cuanto a esto, no hay que olvidar que la víctima muchas veces es un hijo, y el victimario, su padre, o una mujer y su marido.
Justamente son este tipo de vínculos emocionales estables, basados en primera instancia en el amor y la confianza, los que complican el diagnóstico y tratamiento de la violencia familiar. Ya que la víctima ama a su victimario, y solía confiar en él, y muchas veces lo
sigue haciendo sin poder ver las reiteradas frustraciones a su confianza que vivencia a lo largo del tiempo, esto no solo se da por el vínculo, sino por la negación como mecanismo de defensa ante una realidad que lastima demasiado como para ser soportada realmente como es, y siempre tiene la esperanza de que las cosas van a cambiar.
Es por eso que todos los profesionales que tengan la mínima posibilidad de recibir un paciente que sea víctima de violencia familiar, deben saber detectar cuáles son los indicadores específicos de su área, y los más significativos de otras áreas. El trabajo interdisciplinario es fundamental en esta patología, como en cualquier otra. Por esto es
necesario acabar con la falta de educación formal de pregrado en estos profesionales, como con la subestimación de la problemática, la falta de tiempo para interiorizarse y capacitarse, la falta de conocimiento sobre los recursos de la comunidad, el temor de ofender a pacientes o familia, sentimientos de indefensión, impotencia y desesperanza que sienten los mismos muchas veces ante casos de pacientes víctimas de violencia y la experiencia personal con la violencia, lo que imposibilita la empatía del profesional con la víctima y por ende la detección y el diagnóstico.
Cuando hablo de todos los profesionales me refiero con esto a todo individuo que esté en contacto con personas a diario, desde maestros, profesores y preceptores de un colegio quienes, según estudios, son uno de los mayores lugares de detección de niñas, niños, adolescentes y madres que viven situaciones de maltrato y/o abuso en su hogar, como así también los médicos clínicos, pediatras, traumatólogos, ginecólogos, neonatología, psicólogos, psiquiatras, psicopedagogos, fonoaudiólogos, agentes sanitarios, administrativos, personal de enfermería, obstetricia, toco ginecólogos, esta física, mental o emocional.
Los indicadores de violencia que deben detectar estos profesionales son situaciones y síntomas que hacen sospechar de su existencia, reconociendo tanto los hechos de acción como los de omisión, los cuales son de carácter intencional siempre, nunca accidentales:
–Agresión física –Negligencia –Violencia sexual –Violencia emocional
Indicadores de Violencia Física:
• Lesiones que no se explican adecuadamente por la historia que ofrecen los adultos o explicaciones cambiantes de los mismos.
• Traumatismo craneal o fracturas en niños pequeños.
• Traumatismo de órganos internos.
• Lesiones en la piel como quemaduras o marcas.
• Lesiones con forma del objeto que la produjo o en zonas del cuerpo habitualmente no expuestas.
• ETS o embarazo en púber o adolescente.
• Salud subjetiva deficiente.
• Discapacidad.
• Disfunción permanente
Indicadores Físicos de Abuso Sexual:
• Irritación de partes púdicas.
• Dolor en el ano, con imposibilidad de sentarse.
• Sangre en ropa interior.
• Desgarro vaginal y del ano.
• Dolor pélvico crónico.
• Enfermedades crónicas gastrointestinales.
• Otras enfermedades psicosomáticas.
Indicadores emocionales y conductuales de Abuso Físico:
Edad Pre-escolar:
• Inquietud – Irritabilidad – Llanto injustificado
• Trastornos del sueño
• Trastornos en el Desarrollo
• Conductas regresivas – enuresis – encopresis
• Miedos excesivos
• Juegos sexuales repetitivos e inapropiados para su edad
• Masturbación compulsiva
• Ansiedad de separación – dependencia excesiva
Edad Escolar:
• Trastornos del sueño
• Trastornos de aprendizaje
• Relación inadecuada con sus pares (aislamiento-agresividad)
• Trastornos de la imagen corporal
• Cambios de humor o comportamiento
• Modificación de hábitos alimentarios- inapetencia
• Conocimientos sexuales avanzados - conductas erotizadas, no acordes a su edad, y que no podría saber si no fuera por la experiencia propia
• Pudor exagerado
• Somatizaciones: cefaleas – DAR
Adolescencia
• Falta de confianza
• Aislamiento
• Mala relación con pares - violencia
• Fuga del hogar
• Trastornos del sueño
• Trastornos del rendimiento escolar
• Consumo de drogas y alcohol
• Anorexia y bulimia
• Depresión – autoagresión – baja autoestima
• Intento de suicidio
• Contactos sexuales promiscuos – prostitución
Indicadores de Violencia en Mujeres Embarazadas:
• Síndrome de feto golpeado
• Desprendimiento de placenta
• Ruptura de membranas
• Infección genital
• Parto prematuro
• Bajo peso de los bebes
• Embarazo no deseado.
• ITS/VIH.
• Trastornos ginecológicos.
• Aborto peligroso.
• Complicaciones del embarazo.
• Abortos espontáneos.
• Enfermedad inflamatoria pelviana.
Indicadores Mentales en Adultos y generales:
• Aislamiento social
• Temor exagerado
• Angustia
• Abulia
• Somatización
• Estrés post traumático
• Ataques de pánico
• Bulimia y/o anorexia
• Trastornos de apetito
• Disfunción sexual.
• Poca autoestima.
• Abuso de sustancias
El hecho de que los profesionales, o personas a cargo de recepción de posibles víctimas de violencia familiar tengan conocimiento de los indicadores, facilita cada vez más la detección y luego la derivación a algún centro o red de contención especializado en la temática. Por ende facilita que haya más personas en tratamiento, y con posibilidades de vivir una vida normal, comprendiendo sus derechos y sus deberes.
Los síntomas de violencia no sólo los sufre la víctima de la misma, sino también los observadores, o espectadores de esta violencia familiar o conyugal.
Un buen ejemplo de estos casos es el de los niños expuestos a la violencia familiar como espectadores, quienes terminan presentando casi todos los síntomas que las víctimas que reciben los golpes padecen. La traumática situación les afecta tanto como si estuvieran padeciendo ellos mismos los golpes, por eso hay que estar muy alerta a estos síntomas que pueden ser detectados fácilmente por cualquier personal del colegio, maestra, preceptor, y muchas veces hasta denunciados por los compañeros:
• Ausencias reiteradas a clase
• Reiteración de enfermedades psicosomáticas
• Bajo rendimiento escolar y dificultades de concentración
• Depresión y/o presencia de conductas auto agresivas o ideas suicidas
• Docilidad excesiva y actitud evasiva y/o defensiva frente a los adultos
• Búsqueda intensa de expresiones afectuosas por parte de los adultos
• Actitudes o juegos sexualizados persistentes e inadecuados para la edad
• Dificultad para vincularse con los pares, conductas agresivas
• Trastorno por estrés postraumático
CONSECUENCIA DE LA VIOLENCIA:
Mortales: Homicidio, Suicidio.
No mortales: lesiones, fracturas, obesidad grave, síndromes de dolor crónico, síndromes de intestinos irritables, trastornos gastrointestinales, enfermedades somáticas, fibromialgia, hábito de fumar, abuso del alcohol y drogas, comportamiento sexual arriesgado, inactividad física, trastornos en la alimentación.
Salud Mental: estrés post-traumático, ataque de pánico, angustia, ansiedad, abulia, aislamiento, somatización, depresión, bulimia, fobias, autoestima baja.
Estas consecuencias podrían ser evitadas si tomáramos conciencia de la importancia de esta problemática, una problemática que afecta no solo a la Argentina, sino también al mundo entero, que deja muchas secuelas indeseables, llegando a la muerte en muchos de los casos. Una problemática, que no tiene raza, ni razón social, no tiene que ver con la educación, o profesión, ni tampoco con la edad y el sexo (aunque las victimas más frecuentes son los niños y las mujeres, y los victimarios más frecuentes los hombres adultos y adolescentes).
Las estadísticas demuestran estos porcentajes:
- Una mujer es golpeada cada 15 segundos
- Hay más de 4 millones de mujeres abusadas cada año
- 25 % de las mujeres serán abusadas por sus parejas durante sus vidas
- Del 22 al 35% acuden a salas de emergencia
- EL 45 – 60% son madres de niños abusados
- 23% de las mujeres embarazadas son abusadas durante el embarazo
- ¼ de las parejas casadas experimenta episodios de violencia
- Entre el 30 y el 40 % de las mujeres asesinadas son muertas por sus parejas
- Una gran proporción de hombres que asesinaron a sus esposas fueron identificados como golpeadores con anterioridad al asesinato
Muchas veces nos preguntamos cuáles son los factores de riesgo para sufrir violencia familiar, y podríamos decir que ser mujer o niño es un factor importante de riesgo.
Otras veces nos preguntamos los fundamentos de esta afirmación, y podríamos remontarnos a épocas anteriores para comprender por qué la mujer es la mayor parte de las veces la sometida. Si pensamos en el año 1853, año en que la mujer no podía manejar sus bienes, donde siempre debía depender de un hombre, sea este su padre, su marido (el cual era elegido por su padre), o su hermano, podemos observar algo peculiar en la manera de tratar, o de menospreciar a la mujer, por su condición de ser mujer.
Esto lamentablemente fue formando la cultura, asignando derechos en una familia sólo a los hombres, siendo ellos los únicos en poder tomar las decisiones en la casa. En el año 1797 con Manuel Belgrano la mujer es incorporada al trabajo en las colonias, lo que podía llegar a darle cierta independencia. Mucho más adelante, y después de muchas leyes y decretos, con la ley 13.010 la mujer comienza a votar, y cada vez fue teniendo más lugar en nuestra sociedad y cultura. Pero, de fondo, tenemos en nuestros inconscientes que la mujer debe obedecer al hombre, y que es él quien toma las decisiones. Esto nos ayuda a comprender por qué hubo que reformar leyes, aclarando los derechos de las mujeres como si la misma no fuera un ser humano. Quizás suene algo feminista, no es la idea, simplemente es necesario conocer nuestra historia para poder comprender nuestro presente.
El hombre siempre fue el fuerte, el de los derechos, al que se obedece, eso no desaparece en una cultura solamente porque haya nuevas leyes que les prohíba ejercer esto de manera abusiva, lamentablemente es transmitido de generación en generación, de manera inconsciente.
Ahora bien, ¿por qué la mujer soporta ese sometimiento, esa violencia infligida contra ella? Simplemente creo que la mujer desde 1853 lucha por ocupar un lugar importante e independiente en nuestra cultura, y lo ha logrado. Pero, como anteriormente decía, las generaciones transmiten inconscientemente “mandatos” y “deberes” que se siguen plasmando en conductas de este tipo, por ejemplo: hay que casarse, tener hijos, un marido, una familia, para siempre. Son mandatos, son deberes, que están siempre presentes, esto hace que muchas veces se soporten en un principio golpes leves, o maltratos psicológicos, que luego, con el transcurso del tiempo, van aumentando y agravándose, todo esto con tal de cumplir el mandato de tener una familia, un marido e hijos.
A medida que van agravándose las agresiones y los episodios de violencia, la mujer va distorsionando el umbral de violencia, lo que hace que no vea a la violencia como tal. Lo que antes era un golpe hoy ya no es más que un insulto, terminan naturalizando la violencia, ya que es algo con lo que conviven cotidianamente.
Esto es lo que llamamos el Ciclo de Violencia de Walker, el cual comienza con una acumulación de tensión, la que va aumentando día a día. Sigue con un episodio de violencia física, y, por último, la 3er etapa llamada luna de miel, en la cual el hombre se arrepiente de lo que hizo, promete no volver a hacerlo y hace regalos a la mujer en forma de compensación. La mujer no puede creer lo que le está pasando y termina creyéndole a su pareja que va a cambiar, no se divorcian por qué cree que esto va a suceder, (nos habla de un pensamiento mágico). El sujeto hace que la mujer se aísle socialmente cada vez más, haciéndola romper vínculos familiares y de amistades, y termina haciéndole creer que no sirve para nada. Las mujeres terminan creyendo estas cosas y, muchas veces, justificando los golpes que reciben.
Con el tiempo, la tendencia natural es el aumento de los sentimientos de temor, aislamiento y atrapamiento, así como del riesgo de muerte, lo que imposibilita a la mujer a contar cada vez más lo que sufre.
Es por todo lo expuesto anteriormente que debemos cambiar, romper con el acostumbramiento a toda forma de maltrato. Este es uno de los principales objetivos de la toma de conciencia, y por ello es de suma importancia la sensibilización, la capacitación, la prevención, la detección y el tratamiento de la Violencia Familiar, ya que la familia es el seno de la sociedad, y la sociedad es un fiel reflejo de la familia. Si tratamos la familia podemos aportar nuestro grano de arena para salir de la patología social en la que actualmente vivimos, y sobre todo ayudar a las víctimas, ya que “la violencia familiar es semejante a una enfermedad crónica, su diagnóstico suele ser difícil y tardío, requiere tratamiento prolongado y continuo y su pronóstico es malo si no se interviene”.
Las víctimas necesitan de asistencia clínica, psicológica, asesoramiento legal, servicio social, grupos de autoayuda, si no es muy difícil su recuperación, y los victimarios también necesitan un tratamiento prolongado, el cual por lo general tiene un pronóstico reservado.
Otra cuestión que vale mucho la pena mencionar y resaltar es que no solamente hay que cuidar a las víctimas y tratar de recuperar a los victimarios, como bien venimos diciendo a lo largo de este trabajo. Si bien este es el punto fundamental, creo que es de importancia no olvidarnos de los profesionales y no profesionales que se dedican a trabajar con estas personas y sus conflictivas, ya que ellos también sufren mucho. Las personas que trabajan directa o indirectamente con víctimas o personas que cometen actos de violencia intrafamiliar y sexual, se encuentran en contacto con el dolor al escuchar y leer relatos de incesto, violaciones, amenazas, humillaciones y corroborar a través de exámenes biomédicos e intervenciones psicosociales, los efectos de las acciones de violencia en las personas afectadas. Esas vivencias dejan rastros. La violencia es contaminante, vulnerabilidad, afecta emocional y físicamente. Si bien no todas las personas pueden sentir estos efectos, está comprobado que muchas se alejan de este tipo de trabajo, poniendo barreras para protegerse del sufrimiento, la angustia y frustración. Se sienten cargados ante actos que parecieran ser la negación de la vida misma, la solidaridad y la confianza en los seres humanos, incluso de los más cercanos, ya que una de las particularidades de la violencia en la familia es el vínculo de afecto o consanguinidad entre víctima y agresor. Por todo esto creo que es indispensable cuidar a nuestros profesionales y a las personas que se dedican a tratar esta problemática, ya que sin ellos muchísimas cosas no serían posibles.
Además de lo ya descrito como factor de riesgo para la violencia familiar, hay otros factores, que no son condición para la existencia de la violencia familiar, pero que aumentan el riesgo de la aparición de la violencia en los hogares.
Éstos son:
• Pobreza, ingresos bajos, desocupación, hacinamiento
• Factores de estrés domésticos y familiares
• Aislamiento social
• Demandas o expectativas no satisfechas
• Creencia en el uso de castigos corporales para disciplinar
• Abuso de alcohol y drogas
• Parejas adolescentes
• Violencia en la familia de origen
¿Por qué estas situaciones continúan?
En cuanto al punto de los motivos por lo que una relación continúa pueden pensarse dos corrientes básicas.
La postura tradicional, que plantea que al vivir atemorizadas por represalias, los golpes, por la posible quita del sustento económico, las órdenes irracionales y los permanentes castigos, manifiestan un estado general de confusión y desorganización, llegando a sentirse ellas mismas culpables por la situación, y desconociendo así la educación patriarcal y machista que involucra a la mayor parte de las sociedades.
Otra postura se plantea del mismo modo la condena a la educación típica donde las mujeres aparecen con un lugar desventajoso, pero se detiene también en los modos estructurales de relacionarse, los montajes de relaciones. No hay que confundir esta idea con un razonamiento contrario que diría que si una persona sostiene una relación se debería a que esta sería placentera. Es evidente que una mujer golpeada no siente placer alguno, pero si entran en juego componentes subjetivos tales que en la práctica validan relaciones no placenteras.
Conclusión
Al concluir con este trabajo espero que hayan comprendido la gravedad de la violencia familiar y que podemos evitarlas si tomamos conciencia de la importancia de este problema que afecta no solamente al Paraguay, sino que también afecta a todo el mundo que esto se vive a diario y deja muchas secuelas indeseables, llegando a la muerte en muchos de los casos, un problema que no tiene raza ni razón social no tiene que ver con la educación o profesional ni tampoco con la edad ni con el sexo aunque las victimas más frecuentes son los niños y las mujeres y los victimarios más frecuentes son los hombres, adultos o jóvenes. Muchas veces nos preguntamos cuales son los factores de riesgo para sufrir violencia familiar y podríamos decir que ser niño o mujer es un factor importante de riego, espero que les haya gustado el material y puedan infligir más amor y comprensión en la familia para que esto no ocurra.
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Enviado por: | Elias Lopez |
Idioma: | castellano |
País: | Paraguay |