Filosofía
Vida y obra de Kant
MANUEL
EMMANUEL KANT
INMANUEL
VIDA
Emmanuel Kant (1724 - 1804) nació, vivió y murió en Königsberg, en el seno de una familia burguesa. Se educó en el colegio Federico, y después en la universidad, dónde estudió filosofía de Wolf. Entre 1746 y 1755 se desempeñó como preceptor en varias familias nobles; de ésta época datan sus primeras obras. Fue educado en el pietismo. Se dedicó a la enseñanza, primero como profesor privado, y después, en la universidad, como ordinario de lógica y metafísica en 1770, después de haber definido la tesis “De mundi sensibilis atque intelligibilis forma et principiis”. De salud precaria, siempre fue muy puntual y metódico, hasta que en 1796 debió dejar la enseñanza.
OBRAS
En las obras de Kant pueden distinguirse dos periodos, el crítico y el precrítico:
PRE - CRÍTICO: (Hasta 1770)
Kant publicó gran número de tratados sobre temas de física, geografía, astronomía y filosofía, se nota en ellos la influencia del racionalismo de Leibniz y Wolff, del que Kant se alejó poco a poco; sus principales obras son:
Pensamientos sobre la verdadera valuación de las fuerzas vivas (1747); Tentativa de introducir en la filosofía el concepto de cantidad negativa (1753); Observaciones sobre el sentimiento de lo bello y lo sublime (1754); Historia Natural y teoría del cielo (1755); Principiorum primorum cognitionis metaphysicae nova dilucidatio (1755); Metaphysicae cum geometría iunctae usu in philosophia maturali, cuius specimen i continet manadologiam physicam (1756); El único argumento posible para la demostración de la existencia de Dios (1763); Sobre la evidencia de los principios de la teología Natural y Moral (1764); Sueños de un visionario explicados por los sueños de la metafísica (1766); De mundi sensibilis atque intelligibilis forma et principiis (1770).
CRÍTICO: (Luego de 1770)
Kant se encontraba en posesión de lo esencial de la filosofía crítica. Durante casi diez años, meditó y desarrolló su sistema sin publicar nada. A partir de 1781 aparecieron una tras otra sus obras principales: Las tres críticas y las obras que se relacionan con éstas:
Crítica de la Razón pura (1781); Prolonguémonos a toda metafísica futura que quiera presentarse como ciencia (1783); Fundamento de la metafísica de las costumbres (1785); Crítica de la Razón práctica (1788); Crítica del juicio (1790); Dentro de los límites de la simple razón (1793); Antropología (1800); Lecciones de Lógica (1800); Opus postumum (Edición por E. Adickes 1920).
EL RACIONALISMO SE AUTOCRITÍCA Y
ENRIQUECE CON LA EXPERIENCIA,
CONFRONTANDO NUEVAMENTE AL
EMPIRISMO (KANT)
Después del duro debate que el empirismo emprendió contra todo idealismo dogmático y contra toda metafísica, lo cual comprendía una confrontación de las posibilidades de la razón y el entendimiento, privilegiando más la sensibilidad, surgió un gigante del pensamiento que acometió la tarea de asimilar las críticas a la razón en lo que consideraba eran válidas, pero también de continuar de la tarea cartesiana de reivindicar la razón. KANT
EL ÁMBITO CULTURAL DE KANT
Emmanuel Kant ingresó a la historia de la cultura en el momento en que aparece un gran acontecimiento científico en Europa y el más importante dentro del pensamiento humano, la física de newton.
Es sin duda la primera vez en la historia de la filosofía en que un pensador construye su pensamiento sobre lo que es el conocimiento, a partir de la existencia de una ciencia perfectamente desarrollada. Con anterioridad a Kant, todo pensador reflexionó o bien a partir de una idea de lo que debería ser la ciencia, o bien a partir de una concepción no científica del conocimiento.
De allí se dice sin temor alguno, que lo que Newton significó e hizo para la física encuentra su equivalente filosófico en Kant.
“LAS CONDICIONES DE POSIBILIDAD DEL CONOCIMIENTO RESIDEN EN LA RACIONALIDAD Y SU RELACIÓN CON LA EXPERIENCIA, SEGÚN KANT”
LA CONCEPCIÓN DE LA CIENCIA EN KANT
Se puede deducir que la concepción de la ciencia en Kant está profundamente marcada por la ciencia físico - matemática en Newton.
El carácter general e ésta ciencia es el de lograr reducir a fórmulas matemáticas y exactas, las leyes de la naturaleza. A través de éstas fórmulas comprendemos las relaciones e interacciones de los diferentes cuerpos materiales, como determinadas de modo universal. Recordemos que es algo universal cuando se presenta en todos los casos.
CONOCIMIENTO SINTÉTICO Y CONOCIMIENTO ANALÍTICO
Éste conocimiento físico - matemático tiene a demás una característica que lo distingue tajantemente del conocimiento lógico ó metafísico. En el segundo tratamos de conocimientos que han sido deducidos de unos conceptos de origen intuitivo. Por lo tanto, esos conocimientos deducidos no son realmente nuevos conocimientos, si no que tan sólo se trata de la descomposición ó análisis de conceptos ya conocidos. Llamemos a éste un conocimiento analítico.
En el primer caso, es decir, en el conocimiento físico - matemático, estamos tratando con un conocimiento no deducido, si no inducido. Aquí no se parte de la definición de conceptos originales para llegar por análisis a conceptos secundarios ya contenidos en los originales. El punto de partida serán las experiencias y observaciones sobre el comportamiento de los objetos, con las cuales se pueda llegar a determinar nuevas características del objeto y de su comportamiento en relación con otros. Aquí lo que en verdad hemos hecho es unir ó sintetizar a un antiguo conocimiento, uno nuevo. Por tal razón podemos llamar a éste un conocimiento sintético.
Veamos un ejemplo, Si yo digo << todo cuerpo tiene masa>>, tengo una afirmación analítica, puesto que el concepto de cuerpo incluye el de masa. Y al decir que un concepto incluye a otro, se está expresando que es imposible que un cuerpo no tenga masa, pues en tal caso no sería un cuerpo. Pero de otro lado, si yo digo << todo cuerpo pesa>>, expreso una afirmación sintética puesto que el peso es algo que no se incluye en la definición de cuerpo, si no que resulta de la relación de un cuerpo con otro, según lo explica la ley de atracción de masas.
VERDADES A PRIORI Y VERDADES A POSTERIORI
Según Kant una verdad es a priori cuando su carácter verdadero se nos revela sin necesidad de recurrir a la experiencia. De estas verdades, la experiencia no es una demostración, si no una simple aplicación. Así, tenemos que no es necesario recurrir a la experiencia para saber que <<todo cuerpo tiene masa>>, ni para saber que << los triángulos tienen tres ángulos que suman 180°>>.
Por ser independientes de la experiencia, las verdades a priori tienen la característica de ser universalmente válidas y lógicamente necesarias. Por lo primero se entiende que en verdad, todo cuerpo, no importa donde se halle, tiene masa. Lo segundo nos afirma que sería absurdo que fuera de otro modo.
Tenemos también verdades a posteriori, las cuales son aquellas que necesitan de la experiencia para ser establecidas o comprobadas. Tenemos ejemplos en éste caso, cuándo el médico nos dice que el paciente morirá mañana, ó cuando la oficina meteorológica nos afirma que por la tarde va a llover; en éstos casos es indispensable esperar a que la experiencia ó el hecho se presente.
LA CIENCIA ES SINTÉTICA Y A PRIORI
La ciencia no puede ser analítica, pues en tal caso no sería un conocimiento del mundo físico, si no un simple desenvolvimiento de conceptos lógicos. De hecho, lo que pretende la ciencia es llegar al conocimiento y dominio del mundo físico. Entonces, el carácter de la ciencia ha de ser eminentemente sintético.
La dificultad surge al pensar que los conocimientos sintéticos, en cuanto que son adiciones a un concepto inicial, son necesariamente a posteriori; es decir, que su veracidad depende de la experiencia. Sin embargo, la experiencia es siempre particular y relativa, puesto que el hecho de que un fenómeno se presente de cierta manera una vez, no quiere decir que en todas ellas vaya a ser del mismo modo.
Debe entonces aceptarse que la ciencia sea un conocimiento sintético, en cuanto que une los conceptos, formando nuevos conocimientos sobre los objetos y un conocimiento a priori, puesto que sus conocimientos han de ser y de hecho son universales.
JUICIO SINTÉTICO A PRIORI
Cuando enunciamos una característica ó cualidad de un objeto ó concepto, tenemos un juicio. Por ejemplo decimos <<todos los metales son maleables>> ó <<todo Dios es perfecto>>. Cómo nuestros conocimientos son enunciados a través de juicios, Kant planteó la existencia del juicio sintético cómo el principio de las ciencias.
Puede parecernos contradictoria la existencia de un juicio sintético a priori, pues el origen sintético requiere de la experiencia, mientras que por su característica a priori prescinde de ella. Como de hecho tal tipo de juicios es posible, surge la pregunta ¿cómo son posibles los juicios sintéticos a priori? La respuesta que se de a tal pregunta nos indicará cuál es la condición de posibilidad de las ciencias.
LA DIVISIÓN DE LAS CIENCIAS
Cuando kant entra a analizar como son posibles los citados juicios, hace al tiempo el análisis de cuales ciencias son posibles y cuales no. Para tal efecto las divide en tres. La matemática, que se ocupa de los objetos de la razón; la física, que habrá de trabajar como objeto material; y la metafísica, preocupada por los objetos que superan toda experiencia ó pensamiento: el alma humana, la libertad y Dios.
Veremos cómo encuentra Kant la posibilidad de la matemática y la física cómo ciencias. Sin embargo, cómo no es posible la experiencia sobre el alma, la libertad, ni Dios, no encuentra posible la metafísica cómo ciencia.
LA POSIBILIDAD DE LA MATEMÁTICA CÓMO CIENCIA
El conocimiento de la matemática nos pone en contacto con las formas universales posibles de todos los objetos. Observa atentamente que si bien es un conocimiento de formas universales, estas formas son del mundo material.
LA POSIBILIDAD DE LA FÍSICA CÓMO CIENCIA
Las ciencias físicas, de acuerdo con Kant, tienen por objeto el establecimiento de conocimientos en forma de leyes sobre los objetos del mundo material. ¿Hasta que punto son posibles los juicios sintéticos a priori? ¿Qué es lo que da a los resultados de nuestra actividad mental sobre el mundo material y empírico, ese carácter de validez universal?
El espacio y el tiempo son las condiciones necesarias para poder experimentar los objetos, es decir, para poder experimentar las cosas como cosas. Ahora es necesario establecer, qué conceptos son los que nos posibilitan pensar sobre ellas.
Cómo característica fundamental de esos conceptos, tenemos que cumplen la función de sintetizar ordenadamente en nuestro entendimiento la multiplicidad de fenómenos que percibimos. Ésta característica fundamental es una pista importante para encontrar esos conceptos. Kant observó que la función sintetizadora también se presenta en el acto de juzgar. Al ser todo juicio de la forma S es p, observa que unimos ó sintetizamos a un sujeto ó cosa S, un predicado ó cualidad P.
EL ORIGEN DE LAS CATEGORÍAS
El paso que se debía seguir pareció entonces sencillo:
Tan sólo faltaba determinar que tipos de juicio existen y analizar en ellos el concepto al que obedecen. Así encuentra Kant que existen doce (12) tipos diferentes de juicios: Universales, Particulares y Singulares; Afirmativos, Negativos ó Indeterminados; Categóricos, Hipotéticos y Disyuntivos; Problemáticos, Asertóricos y Apodícticos.
De estos juicios y en ese orden, obtenemos lo lista de conceptos bajo los cuales ordenamos la multiplicidad de fenómenos experimentados: unidad, pluralidad y totalidad; realidad, negación y limitación; inherencia, subsistencia, causalidad - dependencia y comunidad; posibilidad - imposibilidad, existencia - no existencia y necesidad - contingencia.
Estos conceptos son llamados por Kant <<categorías del entendimiento>>, debido a que son las relaciones que podemos establecer de las cosas que conocemos.
Antes de Kant, Aristóteles ya había hablado de categorías. Y si se comparan las que primero se presentaron con las de Kant, se observa que difieren notablemente. Para Kant las categorías que el mismo plantea son deducidas de los juicios, es decir, de las formas de operar la mente. En cambio, en Aristóteles las categorías provienen de las características generales que debe tener todo objeto. Ahora, ¿Qué importancia tiene el hecho de que sean deducidas a partir de los juicios?
Para Kant es la demostración de que tales categorías son en verdad las formas puras del entendimiento.
La condición de posibilidad de que conozcamos las relaciones entre las cosas, así cómo el espacio y el tiempo, posibilitan que la experimentemos.
Kant afirma que tales categorías son las formas puras del entendimiento. ¿Por qué?, Veamos: cuando pensamos, pensamos objetos y al pensar tenemos conocimiento de ellos. De otro lado, vemos que todo pensamiento es expresado en forma de juicios, lo que significa que todo pensamiento responde a alguno de los doce (12) tipos, lo es igualmente para el conocer, puesto que en el pensar conocemos y no podemos conocer sin pensar.
Por tanto, esos tipos de juicios son las formas de pensar y la condición de posibilidad el conocer, dado que nos dan la manera como hemos de sintetizar el predicado al sujeto, es decir la forma como establecemos nuevos (sintéticos) conocimientos universales válidos (a priori).
EL PROBLEMA CRÍTICO
Kant se había formado en el racionalismo de Descartes y Leibniz. Pero la crítica de Hume le despertó de su sueño dogmático. Kant intenta mediar entre éstas dos corrientes, para profesar finalmente un racionalismo crítico. Su filosofía se propone examinar la capacidad, el valor y los límites de la razón antes de toda construcción sistemática. Si el sistema no viniera después, la filosofía habría de quedar reducida a proemio filosófico. Más, cómo no puede hacerse una crítica sin, al mismo tiempo, dar un pensamiento sobre lo criticado, la filosofía de Kant va implícita ya en el proemio crítico.
En conformidad con la triple manifestación (teórica, práctica y estética) del conocimiento, la filosofía de Kant se dirige a éstos tres objetivos capitales:
Fundamentar la posibilidad del conocimiento científico (matemático y físico) y determinar la no posibilidad de la metafísica como ciencia, bien que sea legitima como disposición natural;
Formar una moral autónoma y formal que satisfaga prácticamente las exigencias metafísicas que habían sido teóricamente imposibilitadas;
Conciliar la necesidad el ámbito la naturaleza con la libertad del reino de la moralidad mediante una representación teológica del universo. A la consecución de esos tres objetivos se contraen, respectivamente, la crítica de la razón pura, la crítica de la razón práctica y la crítica del juicio. Al examen del contenido de esas tres obras reducimos aquí el estudio de Kant.
LA CRÍTICA DE LA RAZÓN PURA
LOS JUICIOS
Kant comienza distinguiendo dos clases de juicios: analíticos y sintéticos. Analítico es aquel juicio cuyo predicado está contenido en el concepto de sujeto. Sintético, aquel cuyo predicado no está contenido en el concepto de sujeto, si no que se le añade. <<El círculo es redondo>>, es un juicio analítico. <<El hierro es pesado>>, es un juicio sintético. Los juicios analíticos son universales y necesarios, pero no agregan nada a mi saber. No pueden, por consiguiente, construir la ciencia. Los juicios sintéticos amplían mi saber, pero son particulares y contingentes, y, por tanto, tampoco sirven para la ciencia. Más como la ciencia existe, tiene que haber una tercera clase de juicios con los cuales se constituya.
Paralelamente a la distinción de los juicios en analíticos y sintéticos, pone Kant los juicios a priori y a posteriori. El juicio a priori es independiente de la experiencia. Por de pronto, todos los juicios analíticos son juicios a priori. Pero no todos los juicios sintéticos son juicios a posteriori. Kant afirma que hay juicios sintéticos que son a priori.
Los juicios sintéticos a priori gozan de todas las ventajas de los juicios sintéticos y de ningún inconveniente de los juicios a analíticos: por ser a priori son universales y necesarios; por ser sintéticos amplían mi saber.
La ciencia tiene que estar compuesta de juicios sintéticos a priori. La ciencia para Kant, es un conjunto sistemático de juicios sintéticos a priori.
TRES PROBLEMAS FUNDAMENTALES
Kant se encuentra con tres ciencias: La matemática, la física y la metafísica. Las dos primeras han encontrado su seguro camino; la metafísica tradicional se le presenta a Kant problemática en sí misma. El problema general que se planteará será el de la posibilidad de los juicios sintéticos a priori en estas tres ciencias. Formulados separadamente, tendremos:
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¿Cómo son posibles los juicios sintéticos a priori en la matemática? (estética trascendental)
-
¿Cómo son posibles los juicios sintéticos a priori en la física? (analítica trascendental)
-
¿Son posibles los juicios sintéticos a priori en la metafísica? (dialéctica trascendental)}
Obsérvese como la existencia problemática de la metafísica determina la distinta formulación del tercer problema.
ESTÉTICA TRASCENDENTAL
Lo conocido se compone en dos elementos: lo dado y lo puesto. Lo dado se llama también materia; lo puesto se llama también forma. El conocimiento es entonces el maridaje fecundo de una materia (caos de sensaciones) y una forma (estructura de la facultad de conocer).
El hombre posee tres facultades de conocer: La sensibilidad, el entendimiento y la razón. Cuando recibo el caos de sensaciones lo ordeno, en primer lugar, en el espacio y en el tiempo (formas de la sensibilidad). El caos de sensaciones así ordenado constituye el fenómeno. El problema de la estética trascendental, es decir, la fundamentación de la matemática, será, pues, una doctrina del espacio y del tiempo.
El espacio y el tiempo no son cosas, si no formas a priori de mi facultad de tener sensaciones; algo así como los ámbitos donde coloco las sensaciones; por consiguientes, pertenecientes al sujeto. El espacio y el tiempo no son conceptos, si no intuiciones; no son intuiciones empíricas, si no intuiciones puras mediante las cuales son posibles los juicios sintéticos a priori de la matemática.
El espacio hace posible la geometría pura y explica la validez de objetiva de la geometría aplicada. El tiempo hace posible la aritmética pura y explica su concordancia con la realidad.
Espacio y tiempo son, pues, el fundamento lógico de la matemática y explican la posibilidad de sus juicios sintéticos a priori.
ANALÍTICA TRASCENDENTAL
La analítica trascendental trata del segundo problema de la crítica de la razón pura.
La sensibilidad presenta el fenómeno al entendimiento. Pero el entendimiento tiene también sus formas a priori: son los conceptos puros ó categorías. La fundamentación de la física pura se hará mediante las categorías. Por ellas los fenómenos adquieren el carácter de objetos, es decir, se hacen para nosotros objetivos.
Kant deduce las categorías de la tabla de los juicios. Los juicios son:
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Por la cantidad:
Universales, Particulares y Singulares.
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Por la cualidad:
Afirmativos, Negativos e Infinitivos.
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Por la relación:
Categóricos, Hipotéticos y disyuntivos.
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Por la modalidad:
Problemáticos, Asertóricos y Apodícticos.
De ellos obtiene Kant la siguiente tabla de categorías:
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De la cantidad:
Unidad, Pluralidad y Totalidad.
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De la cualidad:
Realidad, Negación y Limitación.
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De la Relación:
Sustancia, Causalidad y Comunidad.
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De la modalidad:
Posibilidad, Existencia y Necesidad.
Con la aplicación de las categorías al fenómeno elabora el entendimiento de los objetos de la física. La física es, pues, posible merced a las categorías. Y se constituye con juicios sintéticos a priori.
Con la referencia al tiempo se esquematizan las categorías y se hace posible que haya para nosotros una naturaleza. Basándose el pensamiento de la naturaleza en las leyes del conocimiento, pueden formularse los principios a priori del entendimiento puro con validez para los objetos. De estos principios, que constituyen la física pura, podemos señalar los tres últimos:
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Lo que concuerda con las condiciones normales de la experiencia (espacio, tiempo y categoría) es posible.
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Lo que concuerda con las condiciones materiales de la experiencia (sensación) es real.
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Lo que concuerda con lo real, según las condiciones generales de la experiencia, es necesario.
Según esto, la sensación es el signo de lo real. Para que haya conocimiento de lo real es preciso la intuición y el concepto. Por eso Kant dice que las intuiciones sin el concepto son ciegas, y los conceptos sin las intuiciones, vacíos.
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La dialéctica trascendental. ¿Es posible la metafísica? Kant distingue una metafísica trascendental y una metafísica inmanente. La metafísica es conocimiento puro, a priori; pero como el conocimiento real necesita, a demás de los principios formales, la sensación terminará por negar la posibilidad de la metafísica.
La tercera facultad del hombre es la razón. La razón tiene también sus formas: las ideas. El entendimiento no envía a la razón más que conceptos, formas, y con una forma y otra forma no se engendra jamás conocimiento.
La metafísica tradicional trataba, según Kant, de tres objetos: El alma, El mundo y Dios. Pero de estos tres objetos no tenemos sensaciones. Dios, El mundo y El alma no se encuentran en el área de nuestra experiencia real, ni en el área de la experiencia posible. Por tanto, no podemos decir que existan, aunque tampoco lo contrario. La psicología racional se mueve en los paralogismos de la razón pura. La cosmología racional se enreda en las antinomias. La teología racional no logra hacer válida ninguna prueba de la existencia de Dios. Las ideas del alma, mundo y Dios se quedan en meras ideas, sin que podamos saber si tienen ó no correlatos objetivos.
Todo ello porque el uso lógico de nuestra razón es puramente formal y el uso puro ó real está desprovisto de la intuición intelectual, que taladrando la esfera de lo experimental, penetrase en dominios trascendentes abrochándose cognositivamente a cosas en sí.
Repárese cuidadosamente en que Kant no ha demostrado la imposibilidad de la metafísica como tal; lo único que hasta ahora ha concluido es la no posibilidad de la metafísica como ciencia natural al modo de la físico - matemática. Con la razón pura no es posible penetrar en el orbe trascendente de la cosa en sí. Pero los problemas planteados siguen en pie. Kant se ve obligado a transferirlos al campo de la razón práctica ¿tendrán allí mejor suerte los intentos Kantianos de solución?
LA CRÍTICA DE LA RAZÓN PRÁCTICA
LA BUENA VOLUNTAD
Junto al conocimiento especulativo pone Kant el conocimiento práctico. El primero versa sobre el mundo empírico; el segundo, sobre el mundo inteligible. La fuente del conocimiento teórico es la razón pura; la fuente del conocimiento práctico es la razón pura en su uso práctico. La razón pura práctica es llamada por Kant “voluntad”. La primera afirmación Kantiana que contiene registrar es el valor de la voluntad: nada hay en el mundo ni tampoco fuera del mundo que sea bueno sin restricción, a no ser una buena voluntad.
Por eso buena voluntad hay que entender no como el mero deseo, si no la interior disposición que conduce a la acción. Mientras en el mundo de la naturaleza encontramos al yo empírico determinado por leyes psicofísicas, en el mundo inteligible ó noumenal aparece el yo puro, determinado por las leyes de la moralidad. En el mundo inteligible encontramos el hecho de la moralidad. El yo puro tiene conciencia del deber, siente el hecho de la moralidad.
EL PROBLEMA MORAL
En la crítica de la razón pura partía Kant del hecho del hecho de la existencia de la ciencia, del conocimiento teórico. De igual manera, en la investigación del orden moral, de que se ocupa la crítica de la razón práctica, partirá del hecho de la existencia de la moralidad.
Y sobre éste hecho se levantará también la cuestión de derecho, es decir, la justificación crítica del valor objetivo, universal y necesario de la moralidad.
El valor objetivo del conocimiento con sus características de universalidad y necesidad no procedía del contenido suministrado por la experiencia (materia), si no de la forma a priori aportada por las facultades cognoscitivas. De igual manera la universalidad y necesidad de la moral sólo podrán proceder de una forma a priori que toma en Kant la denominación de ley pura. ¿Qué es ésta ley y bajo que condiciones nos es dada? He ahí de nuevo el problema. La apelación al imperativo categórico inicia la solución; la metafísica de la libertad, la inmortalidad y Dios, como postulados de la razón práctica, la concluye.
EL IMPERATIVO CATEGÓRICO
El problema moral no puede, pues, plantearse en el terreno de las acciones en cuanto tales; Kant habrá de trasladarlo a la voluntad que los produce. Los sistemas de ética hasta Kant inferían las normas morales de un fin. Eran morales heterónomas; Kant, en cambio, busca el fundamento de la validez de las normas morales en las mismas normas y proclama de la autonomía en la moral. Más las normas habrán de tener carácter obligatorio, imperativo. Se trata, pues, de buscar un imperativo. Distingue Kant imperativos hipotéticos, que suponen una condición, e imperativos categóricos, que obligan absolutamente, incondicionalmente. El imperativo categórico no indicará lo que ha de obrar, si no el modo con que se ha de obrar.
El imperativo categórico de Kant puede enunciarse en los siguientes términos: Obra de tal modo que la máxima de tu voluntad pueda valer como principio de legislación universal. He ahí la primera forma del imperativo moral. Todas las particulares obligaciones pueden deducirse de ella. Pero como el proceso de deducción puede resultar harto incómodo en determinadas circunstancias, Kant agrega otras dos formas del imperativo categórico. La segunda se expresa así: Obra de tal modo que no tomes la humanidad ni en ti ni en otros como medio, si no siempre como fin. Y la tercera: Obra de tal modo que tu voluntad pueda ser considerada como legisladora universal.
La ética Kantiana pues, es autónoma y formalista. Autónoma porque la norma moral se forma en la norma misma; formal, porque no prescribe ninguna acción concreta, si no únicamente la forma (puro respeto al deber) en que se ha de obrar.
LA LIBERTAD
Con el imperativo categórica, Kant ha avanzado ya allende el campo empírico, fenoménico y penetrado en el orbe inteligible, metafísico. Lo que parecía verdadero para la razón especulativa pura, se ofrece ahora a la razón pura práctica. Se inicia con esto la metafísica Kantiana. ¿Bajo que condición puede considerarse impuesto el imperativo categórico a una voluntad absoluta? La única condición requerida es ésta: que sea libre. Si el hombre no fuera libre, es decir, si no estuviera colocado fuera de la causalidad empírica que lanza unos fenómenos a otros, no podría ser determinado por una máxima inteligible ni obrar en virtud de una norma meramente formal. El hacho de la moralidad es en si mismo evidente, algo que se nos impone. A el debemos someternos. Más si debemos, podemos. Tenemos, pues, que ser libres. La libertad no es demostrable teóricamente, pero ha de ser demostrada prácticamente. La libertad es un postulado de la razón práctica.
LA INMORTALIDAD
La perfección del orden moral exige premio ó castigo; más como esta recompensa ó pena no tienen cumplimiento en la vida presente, es necesario admitir otra existencia en la que tengan realidad. Por lo mismo, el alma es inmortal. Obsérvese, empero, que la inmortalidad del alma solo puede admitirse a título de postulado, exigido por el hecho de la moralidad, y con validez únicamente para la razón práctica.
He aquí otra cadena de razonamientos que conducen al mismo objeto. El hombre está obligado absolutamente a realizar el bien. Ésta realización no puede tener término. Más si el alma cesase de existir, la realización del bien sería imposible. En consecuencia deberá admitirse que el alma existiera siempre, es decir, que es inmortal.
DIOS
Pero todavía hay más. La libertad y la inmortalidad del alma nos llevan a un tercer postulado de la razón práctica: Dios. Es necesario admitir, siempre a título de postulado, un dios justiciero, distribuidor de premios y castigos, con lo que se de cabal cumplimiento a las exigencias del orden moral.
Razonando de otra manera: el bien suma y la suma felicidad deben pensarse unidos, pero el orden de la moralidad y el de la felicidad son heterogéneos; luego la felicidad sólo podrá ser hallada por la moralidad sin ser buscada por su medio; esto, empero, sería posible si n existiese un ser que vincule la felicidad del hombre con la moralidad, y éste ser no es otro que Dios; luego Dios debe existir necesariamente.
Es preciso insistir en que la libertad, la inmortalidad y Dios no son objetos del conocimiento teórico, si no postulados de la razón práctica. No hay, pues, en la crítica de la razón práctica una demostración, ni un conocimiento de la libertad, la inmortalidad y Dios. Postular no es conocer. El dogmatismo moral no puede atentar en lo más mínimo el agnosticismo teórico.
LA CRÍTICA DEL JUICIO
La tercera parte de la filosofía de Kant es la estética. Kant trata de ella en la crítica del juicio. Al lado de los juicios teóricos y de los prácticos existen juicios de finalidad, que se refieren a las obras de arte y a los organismos vivos. Kant examina en la crítica del juicio las condiciones de validez de los juicios de finalidad de ambas dimensiones. En lo referente a los organismos, nuestra mente combina la idea de finalidad con la causa eficiente, prestando así la naturaleza el fundamento de su valor de necesidad y universalidad. Por el contrario, los juicios estéticos tienen fundamentos subjetivos. La impresión de belleza en producto de la armonía de nuestras facultades cognoscitivas. El sujeto se satisface en el placer desinteresado. De aquí la conocida definición Kantiana de lo bello como una finalidad sin fin.
El hombre conoce, obra y estima. Al lado de los ámbitos especulativo y práctico pone Kant el campo estético. Por tanto, en el hombre, junto a la razón pura y la razón práctica, es necesario poner la facultad de juzgar. Kant la llama JUICIO (se escribe en mayúscula para diferenciarla del juicio cómo operación del entendimiento.) Lo mismo que se hizo una crítica de la razón pura y una crítica de la razón práctica, es necesario ahora emprender la crítica del juicio. También en ella debe haber juicios sintéticos a priori, y el problema surge por si sólo: ¿Cómo son posible los juicios sintéticos a priori estéticos? El juicio debe poseer un principio a priori capaz de resolver ese interrogante. Kant lo encuentra en la finalidad formal.
Entendamos, en términos generales, la facultad de juzgar es el poder pensar lo particular comprendido en lo universal. Pero pueden suceder dos casos:
Que el universal sea previamente dado y la función judicativa se limite a subsumir bajo él lo particular. Es el caso de la aplicación de las categorías a los fenómenos sensibles. El juicio sintético a priori determina objetivamente los fenómenos subsumiéndolos en las categorías. Por eso a estos juicios los llama Kant <Determinantes>.
Que sólo nos sea dado el particular, y entonces se trata justamente de encontrar el universal que pueda subsumirlo. El universal, sólo podrá ser, en ésta caso, descubierto por reflexión.
El juicio sintético a priori no será ya determinante, si no reflexivo. El juicio es llamado por Kant precisamente <Reflexionante> (reflectirend): es la facultad de encontrar lo universal que responde a los objetos singulares de nuestra experiencia, más para que ese encuentro pueda verificarse es preciso que el juicio posea una forma a priori, que es precisamente la finalidad a que antes nos referimos.
De donde resulta, pues, que la crítica del juicio se ocupa de los juicios reflejos con que los particulares de nuestra experiencia y de la naturaleza entera son referidos a un orden de finalidad. Se comprende ya que la finalidad no es algo real extra - subjetivo, si no simple principio del juicio en su función reflexiva.
Ahora bien: hay dos clases de finalidad. Podemos llamar a una objetiva, porque mira a los objetos de la naturaleza, y subjetiva a otra, por referirse inmediatamente a las facultades representativas. Paralelamente habrá dos clases de juicios reflexivos: el juicio teleológico y el juicio estético.
El juicio teleológico se aplica a los organismos y, por extensión, a la naturaleza entera. Puede entenderse la naturaleza como si obrara en conformidad con determinados fines, ó como si las partes se coordinasen en el todo en obediencia a un fin presente en la mente divina.
El juicio estético pertenece a la esfera del sentimiento. Resulta de referir el particular a la pura forma universal de lo bello. Toda preocupación cognoscitiva ó todo interés de utilidad están ausentes de el. El sentimiento estético es cierta complacencia desinteresada. Kant distingue dos formas de la complacencia estética: El sentimiento de lo bello y el sentimiento de lo sublime. Éste resulta del libre juego de la imaginación y la razón; aquel del concurso de la imaginación y el sentimiento.
Digamos para concluir que todos los juicios reflejos tiene mero valor regulativo: se comportan como si en la naturaleza hubiese, trascendiendo de la determinación mecánica, una finalidad activa insita en su misma entraña. En consecuencia, tanto la representación teleológica como la representación estética carecen de valor cognoscitivo y de práctica utilidad. Ni aumentan nuestro conocimiento teórico, ni postulan nuevas exigencias prácticas.
GLOSARIO
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Agnosticismo: Doctrina filosófica que declara inaccesible al entendimiento humano toda noción de lo absoluto.
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A priori: Antes de la experiencia
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A posteriori: Después de la experiencia
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Causalidad: Vínculo que une la causa el efecto
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Dogma/tico: Preposición ó principio innegable de una ciencia. Verdad revelada por Dios, fundamento del cristianismo.
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Empírico: Relativo al empirismo, método que pretende fundarse únicamente sobre la experiencia
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Imperativo: Necesidad absoluta que impone ciertas acciones como orden; Que impera ó manda
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Maleable: Dícese del metal que puede batirse y/ó extenderse en planchas ó láminas
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Supeditar: Subordinar una cosa u otra ó a alguna condición
BIBLIOGRAFÍA
-
ARVELÁEZ Rosario, Diccionario enciclopédico Quillet, Norma, 1998
-
QUINTERO Martín F, Historia de la filosofía II, Practice Hall, 1984
-
BEAZTLEY Mitchell, Lecciones preliminares de Filosofía, Salvat, 1986
-
ÍMAZ Eugenio, Filosofía de la Historia, Fondo De Cultura Económica, 1978 - II Edc. 1998
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Conocimientos lógicos no naturales
CIENCIA ANALÍTICA
Conocimientos nuevos sobre la naturaleza
Conocimientos naturales supeditados a la experiencia
CIENCIA
CONOCIMIENTO SINTÉCTICO
Sintética
Conocimientos universales
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