Un maremoto de magnitud 9.0 se produjo el 26 de diciembre de 2004 frente a las costas de Sumatra a la 00:58:49 UTC (07:58:49 hora local). Ese domingo, las vidas de muchas personas estaban en juego a cientos y miles de kilómetros cuando el mar comenzó a generar olas gigantescas provocadas por el maremoto que, según los expertos, se desarrolló a 10km de profundidad. El tsunami progresó a la velocidad de 700 km/h y a las pocas horas (al cabo de las cuatro llegó a Sri Lanka e India) arribaba a las costas de muchos países del Indico. Las olas, incluso, llegaron a las costas africanas de Somalia y Kenia, costas del norte y sur de América. Según los datos disponibles en la página de la USGS (U.S. Geological Survey ). Este maremoto es el cuarto terremoto más intenso y amplio desde 1900, y es el más grande desde 1964 en el que se produjo el terremoto de Alaska.
La superficie sólida de la tierra flota en una capa de roca más suave como una colección de pedazos móvibles de un rompecabezas llamadas placas tectónicas. A las 7:58 de la mañana (hora local), del 26 de diciembre de 2004, debajo del Océano Índico, al oeste de Sumatra, Indonesia, la energía almacenada por las fuerzas de compresión de una placa tectónica que se movía debajo de otra, encontró un punto débil en la roca sobrepuesta. La roca fue empujada hacia arriba y la tierra se sacudió mientras que un terremoto de magnitud 9.0 en la escala de Richter se generó, enviando sus vibraciones hacia el océano. El tsunami se expandió hacia fuera en todas las direcciones; las ondas masivas afectaron a las islas circundantes y se estrellaron contra las líneas de la costa en Sri Lanka, la India meridional Tailandia, Indonesia, Birmania e incluso la costa del este de África. Millones de personas murieron y millones de gente se quedaron sin hogar.
El tsunami creado por este terremoto alcanzó la India y Sri Lanka cuatro horas más tarde. No se pudo hacer nada con los medios disponibles actuales. La onda alcanzó África, el Océano Pacífico, Hawai, y la costa del oeste del norte y de Suramérica.
Cuando el fondo del océano es deformado por este tipo de temblor, la fuerza ascendente actúa como un puño que se levanta para arriba desde bajo del agua. La fuerza ascensional generó ondas masivas en el mar que pueden viajar tan rápidamente como un aeroplano. Las ondas pueden moverse a través del océano y sin perturbar apenas la superficie, pero cuando alcanzan la zona costera baja, la energía asociada a ellas las eleva y empuja, hasta alcanza los diez de metros de altura.