Según Tony Cragg todos los individuos tienen la necesidad de trazar una imagen del mundo propio. Cragg ha establecido una mirada sobre el horizonte en el que habitamos a partir de objetos que no existen en el mundo natural. Objetos que producen extrañeza. El punto de partida de Tony Cragg es la observación.
Las primeras obras de Cragg, se realizaron en 1970, son agrupaciones y ordenaciones de residuos. Estas obras se conservan solo en fotografías.
1, Título:Spectrum, 1979. Realizado en plástico.
Cragg siente una liberación cuando estos objetos que utiliza en sus obras se escapan del servicio que desempeñan en la vida cotidiana. Múltiples objetos de plástico dispuestos regularmente según un orden cromático.
2, Títulos:New figuration, 1985, realizado en plástico.
A mediados de los ochenta Cragg se siente tentado por la pintura y mediante los residuos de plástico dispuestos sobre una pared hace ver figuras humanas que resaltan por los huecos blancos que deja.
Cragg intentar reconstruir el mundo a partir de sus ruinas, el artista conduce al espectador cómplice a una reconsideración de su propia relación con el mundo.
3, Título:Forminifera, realizada en yeso e hierro.
Esta serie de Forminifera es un conjunto de fósiles que nuestra civilización ha generado, Cragg se basa en animales que existieron en el terciario cuyos cuerpos estaban protegidos por una concha sólida, la cual adoptaba formas muy variadas. Cragg pone en contacto al monstruo y al fósil y los mezcla creando así al objeto cotidiano en un residuo de un tiempo anterior.
4, título:Administered Landscape, 1994. Realizado con Parafina. 151x410x570 cm.
Cragg comenta que estas imágenes que nacen en nosotros mismos y que viven en nuestros sueños, son imágenes cargadas de materia onírica rica y densa y que son una aliento inagotable para la imaginación, y es así como lleva a cabo su obra en un proceso de ensoñación mediante el cual busca nuevas formas, nuevas materias con las cuales trabajar. Declaró que existe información sobre las cosas para el artista cuando se atraviesan la ciencia o la metafísica y se accede a algo próximo a una “estructura química”. Cragg busca en la ciencia información con la cual puede imaginar nuevas obras como ésta.
5, Título:Simple Consumers, 1994, Poliuretano.
90x220x370 cm.
Obra en la que también su imaginación inventa nuevas formas. Este título constituye por sí mismo el concepto de la propia escultura.
6, Título:Early Forms, Bronce, edición de dos ejemplares. 200x280x350 cm.
Es una serie reciente de 1993 de Tony Cragg su título se podría traducir por el de “formas primarias” o “formas anteriores” relacionándolas así con el elemento tiempo. El tiempo será el de su contemplación, el lento acomodar de la sabiduría que es la sabiduría de las piedras, de las plantas, de los minerales, del aire, del fuego, del hombre, en fin, del propio mundo. Cada obra parece ser siempre un proyecto de algo para realizar, conservándose en ella de un potencial de inacabado, un esbozo de movimiento. Son figuras construidas con fragmentos de plástico, son diseños previos al lo que se podría llamar forma acabada que se doblan y se desdoblan. Cragg aproxima con sus suposiciones escultóricas sentimientos e informaciones de gran importancia y agita nuestra forma de mirar gracias a su tenaz escarbar “en los más sorprendentes rincones del mundo”.
7, Título:Under the skin. 1994. (More angels, 1994). Madera y metal.
Aquí Tony Cragg vuelve a quitar su funcion originaría a los objetos. La textura que consigue hace que parezca un objeto blando y que se aprecie así es una de las cosas que saltan a primera vista. Cragg señala que el artista inventando un vocabulario más complejo contribuye a entender el mundo, del que él es solo un pequeño fragmento. Dice: que “observar es una actividad que permite reflejar nuestra existencia y en definitiva el arte es una celebración de la vida.
8, Título:Blood Sugar, 1992. Cristal.
75x50x60 cm
60x60x60 cm
60x65x70 cm
La frágil belleza del material empleado apartan radicalmente a esos objetos de su doble función, una su original función utilitaria y por la sacralización museística. Separados tanto del quehacer cotidiano como del ámbito aurático “tradicionalmente subjetivista del arte”.
Podríamos decir que Cragg haya una gozosa aceptación y entrega al encanto que estalla súbitamente cuando objetos arruinados son “liberados” de su servicialidad.
La trayectoria de este artista es una mezcla de diferenciación e insistencia en problemas primordiales, en una visión de la materia como desencadenante de procesos emocionales e intelectuales.