Psicología


Tiempos de reacción


DIFERENCIAS TIEMPOS DE REACCIÓN SEGÚN LA MODALIDAD SENSORIAL

Facultad de Psicología, UNAM.

Guerrero Sánchez Cristina Gpe. Martínez Camacho Ma. Luisa. Rodríguez Martínez Adriana. Sánchez Rodríguez Camelia Gpe. Vicente Hernández Esther.

El tiempo de reacción es el lapso de tiempo entre la presentación de un estímulo y la respuesta dada por el sujeto. El objetivo del presente estudio fue comparar los tiempos de reacción en las modalidades sensoriales visual, auditiva y táctil para ver si existen diferencias estadísticamente significativas, Se contó con la colaboración de 10 sujetos de sexo femenino de entre 20 y 25 años a los cuales se les pidió que respondieran ante estímulos producidos y medidos mediante un cronoscopio cronométrico. Utilizando la prueba estadística de Friedman se observa que existen diferencias estadísticamente significativas entre las tres modalidades, siendo la modalidad sensorial la que presenta menor tiempo de reacción y la modalidad táctil la que presenta uno mayor. PALABRAS CLAVE: Tiempos de reacción, modalidad sensorial.

INTRODUCCIÓN

El tiempo de reacción es la demora más breve entre una respuesta simple que presenta los caracteres de una respuesta habitualmente voluntaria y una incitación inicial que, casi siempre, adquiere la forma de un estímulo, estando ambas determinadas y fijadas por el operador y sin que existan entre ellas relaciones naturales algunas. ( Pieron, Chocholle y Leplat, 1972).

El tiempo de reacción esta dado por dos aspectos: El primero es el tiempo de tránsito del estímulo en los órganos sensibles correspondientes. El segundo tiene que ver con el tiempo que pasa entre los impulsos nerviosos y el movimiento muscular. Por ello, se revisará brevemente las características anatómicas del ojo, el oído y el sistema sensorial, así como las características de los estímulos y la forma de transducción a la corteza cerebral.

A continuación se expondrá un breve antecedente histórico e igualmente algunos de los dispositivos empleados para producir y aplicar el estímulo sensorial. Se discutirán algunos aspectos muy importantes en cuanto a la técnica de mediciones y como estas afecta a la variabilidad de los resultados.

Como primer aspecto esta el papel de la intensidad del estímulo. La modalidad sensorial es otro aspecto importante, Pierón dice que los tiempos de reacción auditivos son los más breves, seguido de los visuales y por último los somatosensoriales o táctiles con tiempos de reacción mas prolongados. Un tercer aspecto importante son los factores fisiológicos de los tiempos de reacción a nivel periférico y a nivel central . Un cuarto factor son los factores psíquicos como la atención, vigilancia de los sujetos, la actitud ante el experimento, el efecto de las instrucciones, la motivación, el efecto del aprendizaje, los factores emocionales, la ansiedad, la inteligencia, la memoria y los procesos mentales. Un quinto aspecto son los factores personales. Los factores orgánicos como la fatiga, las variaciones durante la jornada, la acción de las condiciones exteriores, el café y el tabaco, también son variables que influyen considerablemente en los tiempos de reacción de los sujetos que se exponen a dichas variables. Así como también los factores patológicos.

MARCO TEORICO

El tiempo es un factor importante en todos los principios de la naturaleza, interviene necesariamente en todos los procesos fisiológicos presentes en las funciones superiores, así como en todos los procesos psicofisiologicos o más puramente psíquicos; interviene cuanto más complejos sean estos proceso. (En Pieron, Chocholle y Leplat, 1972).

Los efectos del tiempo en las funciones superiores se refieren, si duda alguna, a la puesta en funcionamiento de estas funciones; en todos los niveles se acumulan atrasos importantes, en todas partes se necesitan demoras, todos esos atrasos, son muy importantes tenemos que conocerlos, tanto desde el punto de vista teórico como desde el punto de vista práctico. ( Pieron, Chocholle y Leplat, 1972).

Por supuesto, algunos atrasos y algunas demoras pueden medirse directamente, por ejemplo, mediante procedimientos electrofisiológicos; sin embargo estas mediciones casi siempre sólo puede realizarse en el animal. Aparecen entonces graves dificultades en cuanto a su interpretación, puesto que nuestros conocimientos acerca de las funciones superiores se limita esencialmente al hombre o bien se refiere a nosotros mismos, y puesto que se les obtiene a partir de la propia subjetividad, cada uno solo puede juzgar respecto de sí mismo. Por lo tanto, los resultados de estas mediciones resultan casi siempre fraccionados y limitados. ( Pieron, Chocholle y Leplat, 1972).

En la psicología experimental una variable es la velocidad ya que todo acto necesita tiempo para su ejecución, este puede medirse en cumplir una cantidad de trabajo, o bien podemos poner un tiempo límite y medir la cantidad de trabajo verificada en el tiempo dado. En ambos casos medimos la velocidad del trabajo. La velocidad es útil como índice de reacción o logro y como índice de complejidad del proceso interno implicado en el cumplimiento del resultado. (Castañada Rodríguez, 1981).

Según Pieron, Chocholle y Leplat (1972.). El tiempo de reacción es la demora más breve entre una respuesta simple que presenta los caracteres de una respuesta habitualmente voluntaria y una incitación inicial que, casi siempre, adquiere la forma de un estímulo, estando ambas determinadas y fijadas por el operador y sin que existan entre ellas relaciones naturales algunas. ( Pieron, Chocholle y Leplat, 1972).

Woodworth (1964), define el tiempo de reacción como la mas simple medición de tiempo. Es el tiempo requerido para que se inicie la respuesta externa, corresponde al intervalo E-R. La respuesta no puede salir del organismo hasta que llega a los músculos (por medio de los sentidos) y produce un efecto visible sobre el ambiente. Tiene que despertarse la actividad del órgano sensorial, los nervios deben conducirla al cerebro y este a los músculos y los músculos deben contraerse y mover algún objeto externo o moverse ello mismos. Inclusive en la reacción mas simple posible, los impulsos nerviosos procedentes del órgano sensorial tienen que acumular y concentrar suficiente excitación para despertar las áreas motoras del cerebro y provocar una descarga hacia los músculos. En (Castañeda Rodríguez, 1981).

En los tiempos de reacción a estímulos sensoriales. Puede haber uno o varios estímulos simultáneos o sucesivos y una o varias respuestas posibles; se distinguen entre sí los tiempos de reacción simples donde el acto perceptual es elemental (percepción de la aparición, la variación o la finalización de un estímulo) de los tiempos de reacción complejos (tiempos de reacción a la elección) en los que el acto perceptual esta más diferenciado y casi siempre requiere una decisión entre varias respuestas posibles. ( Pieron, Chocholle y Leplat, 1972).

Cuando una persona tiene que realizar una acción de respuesta a un estímulo dado (visual, auditivo y táctil), transcurre un cierto tiempo entre la recepción del estímulo y la ejecución de la acción, este intervalo de tiempo se conoce como tiempo de reacción de una persona. Esto sucede, por ejemplo, cuando una persona que conduce un vehículo tiene que frenarlo luego de visualizar un obstáculo en el camino, o cuando un atleta en la línea de partida debe decidir que empieza la carrera después de que escucha la señal de largada dada por el juez de la competencia. Estas demoras en la reacción están reguladas por dos efectos. El primero es el tiempo de tránsito del estímulo en los órganos sensibles correspondientes. El segundo tiene que ver con el tiempo que pasa entre los impulsos nerviosos y el movimiento muscular.

El tiempo de reacción, llamado también latencia de la repuesta, comprende el tiempo de los órganos de los sentidos, el tiempo cerebral, el tiempo del nervio y el tiempo muscular. (Castañada rodríguez, 1981).

A continuación se hará una breve revisión de la estructura y función de los órganos sensoriales manejados en la presente investigación, así como el proceso de conducción de los estímulos.

El estímulo visual, la luz, es parte del espectro electromagnético; las longitudes de onda de la luz (medida en nanómetros) oscilan entre 400mn. (violeta intenso y 700 nm (rojo intenso). Otros organismos son sensibles a diferentes porciones del espectro electromagnético, pero esta longitudes de onda son o demasiado largas o demasiado cortas para el sistema visual humano. (Marget y Foley, 1996).

La luz también se puede describir en términos de pureza y su longitud. La amplitud es medida de muchas maneras, incluyendo las bujías por metro cuadrado.

La longitud de onda, la pureza y la amplitud describen el estímulo físico, mientras que el matiz, la saturación y la brillantez describen las percepciones.

En cuanto a la estructura y función del ojo, tenemos que, las partes visibles del ojo, desde fuera, son la esclerótica, la córnea, el iris y la pupila. La córnea, una membrana clara que se encuentra frente al iris, retracta los rayos luminosas para enfocarlos sobre la retina; si la forma de la córnea es defectuosa da como resultado el astigmatismo . (Marget y Foley, 1996).

La forma del cristalino cambia para hacer que los objetos cercanos y alejados estén en foco; la forma del cristalino es controlada por los músculos ciliares.

El ojo tiene dos compartimientos, cada uno lleno con un material diferente: el humo acuoso que nutre la córnea, y el humo vítreo que ayuda a mantener la forma del globo ocular. La coroides contiene arterias y venas, y absorbe luz adicional. La retina absorbe rayos luminosos y los camia en información que puede ser transmitida por las neuronas. La retina contiene a la fóvea, que es el punto de mayor agudeza visual, y al disco óptico, donde se encuentra el punto ciego caracterizado por la ausencia de receptoras luminosos.

Para explicar el camino del ojo al cerebro se considera que el sistema visual tiene dos clases de entrecruzamientos:

  • el material visual es invertido por el cristalino sobre la retina

  • en el quiasma óptico la mitad de la fibras e cada nervio óptico la mitad de las fibras de cada nervio óptico se entrecruzan.

  • Como resultado de estos entrecruzamientos, todo lo que proviene del lado izquierdo del ampo visual termina en el lado derecho de la cabeza, y todo lo que vine del lado derecho del campo visual termina en el lado izquierdo de la cabeza. (Matlin, Margaret y Foley, 1996).

    El tracto óptico, como también es llamado el nervio óptico más allá de quiasma óptico, viaja hacia el colículo superior, que es importante en la detección del movimiento, y también hacia el núcleo geniculado lateral El núcleo geniculado lateral esta organizado en seis capas que mantienen separada la información de los dos ojos; las células en NGL funcionan como células ganglionares. (Matlin, Margaret y Foley, 1996),

    La corteza visual, que es responsable de los niveles mas elevados del procesamiento visual, se divide en tres porciones conocidas como áreas 17, 18 y 19. Los mensajes neuronales provenientes del núcleo geniculado lateral llegan a la capa IV c del área 17, que presenta un arreglo retinotópico. La corteza tiene tres clases de neuronas simples (que responden a líneas y bordes), complejas (que responden al movimiento) e hipercomplejas (que responden muy selectivamente). Las neuronas del área 17 están arregladas en columnas; en cada columna las neuronas tiene la as elevada taza de respuestas a una línea con una orientación particular. Las células en la columna ascendente tienen la taza mas elevada de respuestas a una línea cuya orientación ha cambiado aproximadamente 10 grados.

    Las áreas 18 y 19 de la corteza visual reciben información proveniente del área 17; transmiten esta información para un proceso visual mas complejo. Otras áreas de la corteza visual son responsables del procesamiento visual mas complejo, incluyendo el aprendizaje y las asociaciones; las funciones de esta área aún no son del todo conocidas. (Matlin, Margaret y Foley, 1996).

    El propósito del sistema visual es transformar la energía electromagnética del estímulo visual a energía nerviosa. La transducción es el proceso de conversión de una forma de energía a otra y, por lo tanto, los órganos de los sentidos sirven como transductores.

    El estímulo auditivo, las ondas sonoras, pueden describirse en términos de su frecuencia y amplitud. La frecuencia (abreviada Hz) es el número de ciclos que una onda sonora puede completar en un segundo, la frecuencia es un determinante importante del tono. Los humanos escuchan tonos puros con frecuencias entre 20 y 20 000 Hz. (Marget y Foley, 1996).

    Detectamos mejor los tonos en el intervalo de 2 000 a 5 000 Hz. Pero discriminamos mejor tonos puros en el intervalo intermedio de frecuencia, donde la fracción de Weber puede ser tan pequeña como 0.3%.

    Los tonos puros están representados por ondas seno. Aunque los tonos puros son utilizados frecuentemente en la investigación auditiva, los tonos comunes son mas complejos y representan la combinación de varios tonos puros diferentes.

    La amplitud es la máxima precisión creada por las ondas sonoras, frecuentemente medida en decibeles; la amplitud es una determinante importante del volumen.

    El ángulo de fase de una onda sonora se mide en grados; señala le posición de una onda en el ciclo.

    El sistema auditivo esta constituido por el oído externo que consta de pabellón auricular, canal auditivo externo y membrana timpánica.

    El oído medio contiene tres huesos - el martillo, el yunque y el estribo- , que son importantes para reducir los efectos de la desigualdad de impedancia entre la presión del aire y los líquidos del oído interno.

    El oído interno costa de la cóclea, la cual alberga al órgano de Corti también incluye a la membrana basilar y a la membrana tectoria.

    Se encuentran relativamente pocas células internas en el oído interno, aunque esta monopolizan la mayoría de las fibras nerviosas auditivas aferentes. Por otro lado hay una gran cantidad de células ciliadas externas, y aunque comparten un número pequeño de fibras nerviosas auditivas aferentes, que van a las células ciliadas externas son, probablemente, responsables de ajustar el movimiento de los estereocilios de células ciliadas externas, los cuales sirven para ejemplificar la actividad de las células ciliadas en la cóclea.

    La transducción que se lleva a cabo en el oído interno, se debe al desplazamiento de los estereocilios de las células ciliadas, que afectan las uniones superiores de los estereocilios (que podrían ser el componente crucial de la transducción).

    Los potenciales graduales de las células ciliadas sirven como entradas de información a las fibras afrentes del nervio auditivo.

    El nervio auditivo tiene fibras nerviosas sensibles y frecuencias particulares; este nervio viaja al núcleo coclear. La vía auditiva continúa hacia el núcleo de la oliva superior, después al colículo inferior, al núcleo geniculado medial y finalmente a la corteza auditiva.

    Partes del colículo inferior y de la corteza auditiva están organizadas tonotópicamente; además, algunas células en la corteza auditiva responden a las características complejas del sonido. La corteza auditiva es esencial para la localización del sonido, la percepción del habla y otras tareas auditivas complejas.

    Para hablar del sistema sensorial, empezaremos por decir que la piel es nuestro sistema sensorial más grande. Contiene muchas clases de receptores, los cuales tienen terminaciones libres o encapsuladas. No se ha establecido una clara división entre el tipo de división de la piel y su función.

    La teoría de a especificidad se basa en la doctrina de las energías nerviosas específicas; esta teoría establece que cada una de las diferentes clases de receptores responde a un solo tipo de estímulo físico.

    La teoría del patrón propone que el patrón de impulsos nerviosos determina la sensación.

    La teoría de Melzack y Wall combina las teorías de la especificidad y del patrón; las suposiciones básicas de sus teorías son ampliamente aceptadas.

    Los dos sistemas que llevan información desde los receptores hacia el cerebro son: el sistema espinotalámico y el sistema del lemnisco.

    El sistema espinotalámico tiene fibras mas largas y mayor precisión que el espinotalámico. Tanto el sistema espinotalámico como el lemnisco transmiten información a la corteza somatosensorial.

    Los estudiantes del tacto pasivo demuestran que los umbrales son diferentes en hombres y mujeres y en diversas partes del cuerpo.

    Los umbrales de discriminación de dos puntos también son diferentes en diversas partes corporales. Estos corresponden a la cantidad de espacio ocupado por la parte corporal en la corteza.

    Los humanos presentan adaptación al tacto, o una disminución gradual en la sensación, como resultado de una estimulación prolongada.

    El tacto activo es importante cuando exploramos objetos y tratamos de descubrir sus propiedades; también recibe el nombre de percepción táctil. El tacto activo es mas preciso y útil que el tacto pasivo.

    Debido a que los humanos también son dependientes del sistema visual, la gene generalmente confía en la información del sistema visual si se encuentra ante un conflicto de información visual o táctil. Estos sentidos son dominantes en sus áreas de especialización; la visión funciona mejor que el tacto para la percepción de características estructurales de los estímulos, como la forma o el tamaño; el tacto funciona mejor para la percepción de dureza y aspereza.

    La aplicaciones del tacto incluyen el sistema braille, diseñado para ayudar a los ciegos, y el método de Tadoma, para los sordos. El tacto activo también es importante en el diagnóstico médico. (Marget y Foley, 1996).

    Debido a la importancia de la mediciones de los tiempos de reacción como instrumento en las mediciones psicológicas y psicofisiologicas, se considera importante exponer un breve antecedente histórico.

    Los astrónomos fueron los primeros en percibir que la relación no era inmediata sino que presentaba un cierto atraso respecto del estímulo. Los primeros experimentos acerca del tiempo de reacción fueron hechos por un filósofo y fisiólogo, Helmhotz quién midió la velocidad de conducción en un nervio motor de la rana y extendiendo la investigación a los nervios sensitivos humanos. (Castañada rodríguez, 1981).

    Helmholtz comunicó brevemente en una publicación de 1850, en una conferencia, sus intentos en un estudio publicado en 1867 acerca de la velocidad de conducción en el ser humano. En 1853 apareció una traducción de la primera publicación en una revista inglesa y varios autores se percataron del interés que presentaba este método. Ellos le dieron su forma actual y lo precisaron. ( Pieron, Chocholle y Leplat, 1972).

    En 1861-65, un astrónomo, Hirsch, utilizó el cronoscopio de Hipp para medir lo que llamó el tiempo fisiológico del ojo, del oído y del sentido del tacto, fue él quien obtuvo los valores T.R. que desde entonces se han mantenido estandarizados. (Castañada rodríguez, 1981).

    Donders, 1868, intentó medir la discriminación y la elección, halló que el tiempo de reacción disyuntivo era unos 100 milisegundos mas largo que el tiempo de reacción simple. (Castañada rodríguez, 1981).

    Exner, fisiólogo austriaco en 1873, introduce el término TIEMPO DE REACCIÓN en una publicación de Exner. En 1879, Wundt, en la Universidad de Leipzing, abre su primer laboratorio de psicología experimental y una serie de discípulos se abocan al estudio de tiempos de reacción simple y complejo. (Castañada rodríguez, 1981).

    Cattell, 1886, discípulo de Wundt funda un laboratorio en USA. En la Universidad de Colombia, dirigió durante varios años numerosos estudios de tiempo de reacción.

    Rulpe, otro discípulo de Wundt, inició un enfoque introspectivo sobre las reacciones simples y complejas. (Castañada rodríguez, 1981).

    En la Sorbonne, Pierón, discípulo de Binet, aportó una serie de contribuciones significativas al conocimiento del T.R. En épocas recientes, se han publicados decenas de estudios al respecto . (Castañada Rodríguez, 1981).

    Roab (1962), realizó un estudio en donde la duración y la intensidad del estímulo sonoro constituían las variantes independientes. Henderson (1952) encontró que con la practica se observan cambios en el T.R., el cual se va abreviada cada ves mas.

    Existen otra serie de investigaciones sobre los T.R, en algunos los factores de anteperiodo ( es decir la señal de aviso antes de la aparición del estímulo), han constituido una variable.

    Los efectos inhibitorios en investigaciones de T. R. Fueron ampliamente estudiados por Helsor (1962); Lappin y Ericksen (1964), Foley y Hupehries (1962).

    El T. R. Como función del predomino del ojo fue el estudio realizado por Minucci y Connors (1964). En (Castañada rodríguez, 1981).

    En la medición de los tiempos de reacción se han empleado varios dispositivos. Los dispositivos empleados para producir y aplicar el estímulo no presentan nada de muy particular si se trata de un estímulo sensorial; hasta que sean fácilmente controlables y aplicables.

    Este puede obtenerse, por ejemplo, mediante una pluma sobre un papel que gira a una velocidad constante, o sobre una banda de papel fotográfico que gira movida por un desenrollador; La velocidad de desenrollamiento no es suficientemente constante y, por lo tanto, casi siempre tienen que registrarse simultáneamente las vibraciones de un diapasón, un oscilador o un multivibrador, o tops a intervalos regulares; basta contar el número de vibraciones o intervalos entre el inicio del estímulo y el inicio de la respuesta para conocer la latencia de esta respuesta.

    Para la lectura directa de los intervalos de tiempo puede emplearse un simple cronógrafo de 1/5 de segundos si los tiempos que tienen que medirse son prolongados y si no se busca una precisión muy alta; pero este método solo es útil en la práctica corriente de los tiempos de reacción. ( Pieron, Chocholle y Leplat, 1972).

    Los procesos de la electricidad y la mecánica permitieron el desarrollo de una técnica original para la medición de los tiempos de reacción mediante una lectura directa: Actualmente los únicos aparatos de uso corriente son los cronoscopios. Existen actualmente dos tipos de cronoscopios: Los cronoscopios cronométricos y los cronoscopios electrónicos; proporcionan una precisión del orden del centésimo de segundo y algunos del milésimo de segundo. ( Pieron, Chocholle y Leplat, 1972).

    En cuanto a la técnica de mediciones, existen algunos aspectos muy importantes, los cuales se discutirán en los siguientes párrafos. Una de las características de los tiempos de reacción es la gran variabilidad de los resultados. Pueden variar según las instrucciones, la atención, la repetición de un estímulo que crea un estado de expectación en el sujeto y la respuesta puede volverse automática o bien puede anticiparse, hay que prestar atención también al entrenamiento variable de un sujeto a otro y cuyo resultado se traduce en una disminución de los tiempos de reacción y en una reducción de su variabilidad.

    Por último debe prestarse atención a la fatiga. La variabilidad de los resultados hace necesario que se realizan muchas mediciones, tanto más cuanta mayor precisión desee obtenerse. (Pieron, Chocholle y Leplat, 1972).

    Como primer aspecto -en orden de enunciación, no de importancia- en las técnicas de mediciones que se debe tener en cuenta, es el papel de la intensidad del estímulo. Los tiempos de reacción varían de modo muy apreciable en función de la intensidad del estímulo. La variación de los tiempos de reacción en función de la intensidad tiene un límite inferior en el umbral sensorial y un límite superior en las intensidades perceptibles más elevadas. ( Pieron, Chocholle y Leplat, 1972).

    La modalidad sensorial es otro aspecto fundamental de la medición de los tiempos de reacción; las comparaciones entre modalidades sensoriales se complican por el hecho de que, los tiempos de reacción varían con la intensidad según una relación de 1 a 4, o aún mas según los casos; entonces pueden cometerse graves errores de apreciaciones cuando no se toma en cuenta este fenómeno. ( Pieron, Chocholle y Leplat, 1972).

    Por lo tanto, nos vemos reducidos a comparar los límites de tiempos de reacción, por una parte, con el umbral y, por la otra, con los niveles perceptibles más elevados; ello supone, sin que nunca se lo haya verificado. ( Pieron, Chocholle y Leplat, 1972).

    Los tiempos más breves parecen ser los tiempos de reacción auditivos. Cabe pensar que se les puede comparar con los tiempos de reacción táctiles, aunque estos últimos sean quizás un poco mas prolongados. Se encuentran también tiempos de reacción sensiblemente análogos para los estimulo vibratorios.

    Los tiempos de reacción visuales son algo más prolongados que los tiempos de reacción auditivos o vibratorios. Los tiempos de reacción gustativos son aún más prolongados, tanto en el umbral como en las intensidades más elevadas. Los tiempos de reacción al calor y al frío son aun más prolongados.

    Los tiempos de reacción gustativos, olfativos y calóricos, plantean graves problemas, ya que, en la medida de lo posible, hay que evitar estimular al mismo tiempo otros elementos sensoriales, como por ejemplo, elementos táctiles de más rápida reacción. ( Pieron, Chocholle y Leplat, 1972).

    Un tercer aspecto importante en las técnicas de medición son los factores fisiológicos de los tiempos de reacción. Un tiempo de reacción es la suma de una serie de tiempos perdidos desde el momento en que se presenta el estímulo hasta el momento en que se registra la respuesta. Se suman atrasos en todos los niveles: al nivel periférico, en las vías nerviosas ascendentes, en los centros superiores, en las vías nerviosas descendentes, al nivel del efector, sin contar los atrasos, frecuentemente descuidados, resultantes de los instrumentos empleados y que aparecen en un extremo o en otro de la cadena de reacción. Sin embargo, la mayor parte de las perdidas de tiempo y casi la totalidad de sus variaciones en función de su intensidad tienen su origen en el proceso central. (Pieron, Chocholle y Leplat, 1972).

    A nivel periférico, los tiempos de reacción difieren según la cualidad y modalidad sensorial, estas diferencias tal vez dependan en gran parte de las diferencias de los mecanismos de estimulación. En efecto resulta fácil pensar que los atrasos son menores para un estímulo mecánico (auditivo, vibratorio o táctil) ya que la acción es directa, aunque sean un poco más importantes para el estímulo visual ya que interviene en este caso una reacción fotoquímica, y más prolongados aún para los estímulos olfativos y gustativos ya que sin duda alguna son necesarias las reacciones químicas inmediatas.

    Por otra parte, el punto de partida para empezar a contar los tiempos no coincide con el inicio de la estimulación, ya que se requiere cierta demora para la difusión del estímulo desde la periferia al órgano sensorial: esta demora es prácticamente insignificante en el caso del ojo o del oído respecto de las otras pérdidas de tiempo, pero puede ser importante, por ejemplo en el caso de los elementos gustativos u olfativos. ( Pieron, Chocholle y Leplat, 1972).

    Sería erróneo concluir que todas las diferencias comprobadas en los tiempos de reacción según los receptores sensoriales provienen únicamente del nivel periférico, ya que pueden aparecer también diferencias de demora a lo largo de las vías nerviosas o en los centros. ( Pieron, Chocholle y Leplat, 1972).

    A nivel central, los tiempos de reacción se presentan como un método de elección para estudiar el funcionamiento de los centros superiores. Se plantearon varias hipótesis sobre la naturaleza de las demoras en los centros.

    Hubo una época en la que se pensó que las demoras en las sinapsis, así como sus variaciones en la intensidad, podrían aportar una explicación válida. Pero las demoras de las sinapsis son muy breves y sus variaciones con la intensidad son muy reducidas, entonces, debemos suponer, la activación sucesiva de una cantidad importante de neuronas desde la llegada a la corteza hasta el centro de control de la respuesta; por ello diversos autores se preguntaron si las demoras en las sinapsis centrales no serían más importantes y sí o no variarían significativamente más con la intensidad; Sin embargo, las sinapsis con transmisión lenta y que varían mucho con la intensidad fueron descritas por muchos autores pero no fueron nuevamente encontradas por otros.

    A veces, incluso se formuló la hipótesis de que las diversas neuronas sensoriales, las estesioneuronas podían ser más o menos excitables o más o menos rápidas; suponiendo que las menos excitables sean también las más rápidas, se obtendrían más estesioneuronas menos excitables cuando se aumenta la intensidad, y el retraso de la respuesta disminuiría; pero es poco probable que los elementos menos excitables sean los más rápidos.

    Se supuso que las estesioneuronas podrían responder tanto mas rápidamente cuanto más intenso fuera el estado de activación; el aumento de estado de activación podría vincularse con el aumento de la cantidad de potenciales de acción por unidad de tiempo, o el aumento de la cantidad de fibras nerviosas activadas, o también con el aumento de la cantidad de estesioneuronas en actividad.

    Se creyó que podían establecerse circuitos directos más o menos cortos en todos los niveles a través de toda la red que constituye los centros superiores y los centros infracorticales: el aumento del estado de activación podría tender a que el trayecto fuera más directo.

    Se pensó apelar a los circuitos recurrentes: en efecto, las neuronas de los centros forman una especie de red, y se tiene que establecer cadenas que vuelvan a llevar los potenciales de acción a las neuronas iniciales: cuanta más elevada fuera la intensidad mejor se producirían cadenas más largas o más cortas.

    Por último se planteó si la transformación de los mensajes recibidos en la sensación, o si la transformación de la sensación en la percepción consciente, no sería la causa de estas demoras y de sus variaciones.

    Chocholle (1945 y 1948) dijo que el entrenamiento tiene como resultado fortalecer esas vías, acortarlas o acortar las demoras, y la señal daría paso a estas vías. Éstas, preparadas así para funcionar bajo la decisión de los centros superiores, podría encontrarse en un nivel más bajo, quizás incluso infracortical; esta hipótesis permitiría comprender también porque los tiempos de reacción a la elección son más prolongados, y los tiempos de reacción de asociación aún mas prolongados, ya que las vías podrían estar más o menos preparadas y ser más o menos largas, según los factores que intervengan.

    La reacción solicitada a los sujetos en la medición de los tiempos de reacción no sería entonces muy diferente a la de un reflejo condicionado, aún cuando sea voluntaria o, en todo caso, esté controlada por la conciencia. Las analogías entre los tiempos de reacción y los reflejos condicionados son muchas, en los tiempos de reacción puede haber una generalización, como sucede con los reflejos condicionados. ( Pieron, Chocholle y Leplat, 1972).

    Siguiendo con la lista de aspectos importantes en las técnicas de medición, tenemos un cuarto factor, los factores psíquicos. Influye en los tiempos de reacción factores como la atención y vigilancia de los sujetos, la actitud del sujeto ante el experimento, el efecto de las instrucciones y la motivación, el efecto del aprendizaje, los factores emocionales, la ansiedad, la incertidumbre temporal ante los estímulos, la inteligencia, la memoria y los procesos mentales. ( Pieron, Chocholle y Leplat, 1972).

    Se realizaron muchos estudios a cerca del papel de la atención. Guilford (1940) hacia escuchar a los sujetos antes de las mediciones, el sonido al que deberían responder; Malt (1932) presentaba estímulos que distraían, solicitaba a los sujetos que hicieran cálculos o iniciaba una conversación con ellos durante la prueba; Rethlingshafer (1945) solicitaba a los sujetos que aprendieran listas de sílabas o que resolvieran problemas durante la medición de los tiempos de reacción auditivos. Generalmente, la atención facilita la respuesta, pero su disipación así como su relajamiento aumenta los tiempos de reacción, así como su variabilidad; Sin embargo la prolongación del efecto de distracción durante un cierto tiempo tiende a permitir que los tiempos de reacción vuelvan a su valor habitual, ya que los sujetos terminan por dominar la situación (Guilford y Ewart, 1940). En (Pieron, Chocholle y Leplat, 1972).

    La actitud del sujeto ante el estímulo, la experiencia y las instrucciones dadas desempeña un papel en la medición de los tiempos de reacción. Se estudiaron los efectos de esta actitud en particular con experimentos que intentas distinguir entre una actitud llamada “sensorial” y una actitud llamada motora; en este caso se pide a los sujetos que presten mucha atención al estímulo y su iniciación, o bien, por el contrario su propia respuesta y su rapidez. En algunos sujetos, los tiempos de reacción difieren claramente según el tipo de consigna, pero las diferencias encontradas no son sistemáticas ya que los tiempos pueden ser mas breves con la actitud “motora” para unos y más prolongados para otros. (Pieron, Chocholle y Leplat, 1972).

    El efecto de las instrucciones también es importante, como lo entrevió Plouton en 1950. Pudo mostrar que los tiempos de reacción de asociación podían ser mas breves cuando se daban instrucciones a los sujetos a cerca de cómo tenían que responder. (Pieron, Chocholle y Leplat, 1972).

    Algunos experimentos mostraron que los sujetos emotivos presentaban mas variación en sus resultados que los otros sujetos. Los tiempos de reacción aumentan bruscamente bajo el efecto de estímulos inesperados o destinados a producir temor. Por ejemplo, según da Silva y Golub (1937), los tiempos de reacción auditivos son mas breves en presencia de olor agradable y mas prolongados en presencia de un olor desagradable. (Pieron, Chocholle y Leplat, 1972).

    Howell, en 1953, encontró diferencias significativas en función del estado de tensión o relajamiento; y para Castaneda (1956), Kamin y Clark (1957), los tiempos de reacción auditivos son mas prolongados y la intensidad de la respuesta mayor en los sujetos ansiosos y aumenta con la ansiedad; En cambio, Farber y Spencer (1956) no encontraron efecto alguno de la ansiedad sobre los tiempos de reacción. (Pieron, Chocholle y Leplat, 1972).

    La incertidumbre, o la no incertidumbre intervienen ampliamente en los tiempos de reacción, o en los tiempos de reacción de asociación, cuando los estímulos son múltiples. (Pieron, Chocholle y Leplat, 1972).

    Según Scott, los tiempo de reacciones simples, así como las reacciones complejas, son mas prolongados, menos variables y presentan menos errores cuanto mas elevado es el nivel de inteligencia. En cambio, Farnsworth, Seashore y Tinker (1927), y Lanier (1934) no encontraron relación alguna entre los tiempos de reacción y la inteligencia. Por lo tanto, el problema sigue en pie.

    Los tiempos de reacción y la memoria no perecen haber interesado a los investigadores. En algunas investigaciones de Lambert (1955) acerca de los tiempos de reacción de asociación en sujetos bilingües. Se obtuvieron tiempos mas prolongados cuando las palabras estímulo pertenecían a la lengua mejor conocida. Sin embargo, la memoria debe intervenir, en articular cuando hay discriminación o asociación.

    Las diferencias de las demoras entre los tiempos de reacción simples, los tiempo de reacción a la elección y los tiempos de reacción de asociación condujeron a los primeros investigadores -en particular Wundt (1874) y sus alumnos - a pesar que podían calcularse , mediante simples sustracciones la duración de diversas operaciones mentales y seguir su proceso, pero los resultados desilusionaron y además resultan a menudo incoherentes.

    En realidad los tiempos de reacción son la suma de muchas demoras, cuya importancia difiere de un experimento a otro, y las vías seguidas del estímulo a la respuesta pueden no ser la mismas; Por lo tanto, estos cálculos pueden carecer de todo sentido, ya que se sustraen elementos que no tienen nada en común; Sin embargo, las comparaciones siguen siendo muy interesantes.

    Un quinto aspecto son los factores personales. Implican tanto las diferencias individuales como la variabilidad entre sujetos.

    Se hicieron investigaciones para ver si existían diferencias según el tipo físico, según afirman varios autores, parecería que los deportistas son más rápidos en sus tiempos de reacción que los no deportistas.

    Según encuestas realizadas con grupos amplios de diferentes edades. Los tiempos de reacción disminuyen regularmente, y también su variabilidad, durante la infancia y la juventud; los tiempos más breves se presentan entre los 20 y 30 años. A todas las edades los niños son más rápidos que las niñas.

    La variabilidad es considerable, en particular entre los sujetos no entrenados; puede ser simple, doble o incluso triple. El margen de variación medido por desviación estándar aumenta cuando la intensidad disminuye, pero se mantiene casi constante en su valor relativo.

    La variabilidad de los tiempos de reacción es unimodal y presentaría casi siempre tres cúspides, por ello podría ser puramente accidental. Sin embargo no se descarta el hecho de que los sujetos puedan responder de tres maneras diferentes, teniendo cada una su propia variabilidad. Según Van Essen, el tiempo de reacción dependería de cada instante de la actitud momentánea del sujeto. ( Pieron, Chocholle y Leplat, 1972).

    Otro aspecto de consideración son los factores orgánicos como la fatiga, las variaciones durante la jornada, la acción de las condiciones exteriores, el café y el tabaco.

    La fatiga tiene un efecto innegable sobre el tiempo de reacción: los tiempos de reacción son mas prolongados cuando los sujetos están cansados. La fatiga acumulada a consecuencia de largas vigilias parecería no tener efecto alguno. El insomnio prolongado no afecta los tiempos de reacción. Durante las series demasiado prolongadas de mediciones de tiempo de reacción se produce cansancio que genera la prolongación de las demoras después de cierto tiempo. Los tiempos de reacción dependen en parte del estado de salud. ( Pieron, Chocholle y Leplat, 1972).

    En cuanto a la variaciones durante la jornada, Según los estudios de Kleitman, Titelbaum y Feiveson (1935 y 1938), los tiempos de reacción disminuyen en la mañana y aumentan después de medio día. Siguiendo así las variaciones de la temperatura interna del cuerpo. ( Pieron, Chocholle y Leplat, 1972).

    Acción de las condiciones exteriores afectan los tiempos de reacción. Según diversos autores, la temperatura externa no ejercería prácticamente efecto alguno. En cambio, las bajas presiones atmosféricas aumentarían los tiempos de reacción, así como la taza de óxido de carbono en el aire. ( Pieron, Chocholle y Leplat, 1972).

    Todos los autores están de acuerdo en que el alcohol aumenta todos los tiempos de reacción y su variabilidad; la acción del alcohol aumenta con a cantidad ingerida.

    En cuanto al café el problema es mucho menos claro. Para algunos autores el café haría aumentar los tiempos de reacción, pero para otros, el efecto se invertiría; así mismo, el tabaco aumentaría los tiempos de reacción, o no tendría efecto alguno, pero habría que distinguir entre fumadores y no fumadores. ( Pieron, Chocholle y Leplat, 1972).

    También se estudiaron los efectos de muchas otras sustancias: por ejemplo, la morfina y el pentobarbital pueden acelerar, frenar o no tener efecto alguno sobre los tiempos de reacción según los casos; del mismo modo, una carencia prolongada de vitamina B prolongaría los tiempos de reacción. ( Pieron, Chocholle y Leplat, 1972).

    El efecto de diversas sustancias varía ciertamente con los sujetos y su estado, también con las cantidades ingeridas. ( Pieron, Chocholle y Leplat, 1972).

    Los factores patológicos es un séptimo aspecto a tratar en la técnica de medición. El método de los tiempos de reacción puede tener muchas aplicaciones para el diagnóstico clínico. Los tiempos de reacción se prolongan y su variación aumenta para aquéllos enfermos que sufren lesiones cerebrales, deficiencias mentales, los niños coreicos, los enfermos que tienen parálisis agitante, los neuróticos, los esquizofrénicos, algunos casos de ciáticas, de polineurtis, de tabes, de esclerosis en placas o en el periodo que precede la pérdida de conciencia después de la inhalación de óxido nítrico, etileno o acetileno. ( Pieron, Chocholle y Leplat, 1972).

    Recientemente Kornhauser(1976) en su trabajo sobre “ tiempos de reacción: tareas de ejecución prolongada, vigilancia y expectación ” plantea que la tendencia actual de las experiencias sobre este proceso ha sido la de efectuar medidas sobre otros parámetros distintos de la conducta motora.

    Mowren (1940) encontró que si la presentación de estímulos ocurre a intervalos de tiempo iguales, provocando la respuesta apropiada, la predisposición para emitir tal respuesta baja inmediatamente después de la presentación del mismo, para después subir a un máximo cuando el tiempo coincide con el final del intervalo. Ahora bien, cuando el estímulo no ocurre en el momento esperado, la expectación puede permanecer constante durante cierto tiempo, y aún quizá, presentar un ligero incremento sobre lo usual, tras lo cual sufre un decremento gradual.

    McCormacK (1960) trató de determinar si el sexo de dos sujetos influía en la relación que existe entre el tiempo de la respuesta y la longitud del intervalo. Trabajó con humanos los cuales debían ejecutar una área de vigilancia, respondiendo a estímulos que ocurrían a intervalos de 30, 45, 60, 75 y 90 segundo. Los resultados que obtuvo fueron en el sentido de que no existe variación entre la longitud del intervalo que media la presentación de los estímulos y el tiempo de reacción en función del sexo. Así como que el tiempo de la respuesta sufre un decremento lineal en función del tiempo.

    Boulter y Adams (1963) realizaron un estudio entres grupos de sujetos con el objeto de determinar los efectos que sobre el tiempo de reacción tienen dos factores: el intervalo entre las señales y las diferencias en el grado de incertidumbre temporal en lo que respecta a los mismos.

    En el transcurso de la prueba cuya duración fue de tres horas, se encontró un decremento significativo en la ejecución. No se presentó variación en decremento en relación con los diferentes grados de incertidumbre temporal.

    Gordon (1967) diseño un experimento con el objeto de determinar la posible relación entre el tiempo de reacción y la probabilidad de aparición del estímulo. Realizó un estudio de varianza, de acuerdo al cual, la relación entre la media del tiempo de reacción se aleja de la linearidad significativamente. Basado en lo cual, establece que el incremento en el tiempo de reacción este en función del decremento de la probabilidad de la aparición del estímulo (Kornhauser, 1976).

    Rodríguez, A. y Eblen-Zajjur, En su estudio titulado: “NOVEDOSO SISTEMA DE CAMPIMETRÍA DINÁMICA COMPUTADA Y SU APLICACIÓN EN LA CARTOGRAFÍA FUNCIONAL DEL CAMPO VISUAL” dice que la densidad de fotorreceptores retinianos, sus conexiones sinápticas las diferentes velocidades de conducción de las fibras del nervio óptico, los tiempos de procesamiento en los centros de integración de la vía visual no son evaluadas adecuadamente por la campimetría convencional y fisiopatológicamente son de relevancia por cuanto su evaluación incrementaría considerablemente la sensibilidad en la detección de anomalías de la vía visual. En su estudio diseñó, desarrolló e implementó un sistema digital de campimetría capaz de evaluar las características fisiológicas antes mencionadas mediante la determinación del tiempo de reacción ante un estímulo visual puntual.

    El sistema consta de un computador 486/66Mhz, un monitor SVGA 0.28 y un botón de respuesta (Joystick). Con el paciente sentado a una distancia de 15 cm del monitor portando un marco de lentes para visión monocular, se inicia un programa BASIC compilado que genera en la pantalla un fondo negro en cuyo centro se presenta un cuadrado blanco brillante de 7x7mm en el cual el paciente fija su vista. Un doble generador pseudoaleatorio de doble reinicialización, presenta un segundo estímulo visual de igual tamaño al ya descrito en forma aleatoria en el campo visual para formar una matriz de 33x20 puntos.

    La duración del segundo estímulo es de 200 ms. Un contador mide el tiempo de reacción del paciente al oprimir el botón de respuesta. Los tiempos de reacción y las coordenadas de estimulación en el campo visual se graban en un archivo exportable en formato ASCII para ser leídos mediante cualquier programa de cálculo estadístico con opciones de cartografía (Surfer®, SigmaPlot®, Statistica®, Microstat®, SPSS®, entre otros). Con ellos, se genera un mapa cuyos ejes de ordenadas y abscisas corresponden a las coordenadas verticales y horizontales del campo visual expresado en mm mientras que el eje Z corresponde al valor del tiempo de reacción expresado en ms en una escala de pseudo colores con extremo rojo y verde. Los mapas se representan adicionalmente en forma de superficie tridimensional con los mismos ejes. Los mapas generados hasta la fecha demuestran heterogeneidad no descrita hasta el presente de los tiempos de reacción en el campo visual que pueden ser explicados por las diferencias en las densidades de fotorreceptores retinianos y a las diferencias en el procesamiento central de la vía visual. (En http://www.uc.edu.ve/fcs/labneu/opt.htm).

    Coronel, M., De Abreu, D. y Eblen-Zajjur realizó otro estudio titulado “TIEMPO DE REACCIÒN A ESTÌMULOS VISUALES Y ESPECIALIZACIÒN HEMISFÈRICA CEREBRAL”, en el que se describen diferencias hemisféricas en el procesamiento de la información visual, de manera que según el tipo de estímulo será procesado predominantemente en uno de los hemisferios cerebrales. De acuerdo con la visión dicótico, es posible el presentar un estímulo visual selectivamente a uno de los hemisferios y medir su tiempo de reacción.

    El objetivo de dicho estudio era la medición del tiempo de reacción ante un estímulo visual presentado a cada hemisferio y correlacionarlo con una medida objetiva de la especialización hemisférica cerebral.

    Se estudiaron a 98 personas con edad promedio de 22,19±0,7 años a los cuales se les aplicó el protocolo de Oldfield para la determinación del índice motor de especialización hemisférica cerebral (IL), registrándose adicionalmente, la edad, sexo. Se consideraron derechos aquellos con IL = +30 a +100; ambidextros IL = -29 a +29 y zurdos IL = -30 a -100.

    El tiempo de reacción visual fue medido por computadora, al presentar en el monitor un fondo negro y un cuadrado central de blanco de 7x7 mm en el cual el sujeto fijaba la vista monocular. Un generador pseudoaleatorio con doble reinicialización, presentaba durante 200 ms de manera aleatoria a 10 cm a la derecha o a la izquierda del centro un segundo cuadrado luminoso de igual tamaño. El tiempo de reacción fue registrado por el computador en 10 ocasiones para cada lado y un total de 20 por cada ojo. El IL promedio fue: 67,13±4,64 con 89,8% de derechos, 7,14% zurdos y 3,06% ambidextrous.

    Los resultados mostraron que eL IL fue significativamente menor en el sexo masculino (p<0,05). Los tiempos de reacción no fueron significativamente diferentes entre el grupo de derechos y los no derechos, observándose una muy reducida correlación entre las escalas de IL y tiempo de reacción, sin embargo la regresión fue 3,5 veces mayor al estimular los campos visuales derechos que los izquierdos. El tiempo de reacción visual ante estímulos del campo visual izquierdo fue significativamente mayor (p<0,05) que en el campo derecho en ambos ojos. Al agrupar los tiempos de reacción obtenidos en lados similares (derechos o izquierdos) en ambos ojos, nuevamente se observa la misma diferencia significativa (p<0,05). Estos resultados sugieren fuertemente la influencia del de la especialización hemisférica en el procesamiento de los estímulos visuales selectivamente presentados en uno u otro hemicampo visual. (http://platea.Pntic.me.es).

    METODO

    PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA

    El objetivo de la presente investigación será comparar los tiempos de reacción según la modalidad sensorial (visual, auditiva y táctil) en 10

    sujetos de sexo femenino de entre 20 y 25 años.

    HIPÓTESIS DE TRABAJO

    Ho = No existen diferencias estadísticamente significativan es los tiempos de reacción debidas a la modalidad sensorial.

    H1 = Existen diferencias estadísticamente significativas en los tiempos de reacción dependiendo de la modalidad sensorial, siendo los más breves los auditivos seguidos de los visuales y por último los somatosensoriales.

    VARIABLES

    Variable dependiente: tiempos de reacción.

    Variable independiente: modalidad sensorial

    DEFINICIÓN CONCEPTUAL

    Tiempos de reacción: magnitud física cuya unidad en el S.I. es el segundo y se relaciona con una acción que resiste a otra, obrando en dirección contraria. (19992,diccionario enciclopédico ilustrado).

    Modalidad sensorial: Manera de manifestarse la sensibilidad. (19992,diccionario enciclopédico ilustrado).

    DEFINICIAL OPERACIONAL

    Tiempos de reacción: es la demora más breve entre una respuesta simple que presenta los caracteres de una respuesta habitualmente voluntaria y una incitación inicial que adquiere la forma de un estímulo. (Pieron, Chocholle y Leplat, 1972).

    Modalidad sensorial: se trabajará con las modalidades visual, auditiva y somatosensorial.

    TIPO DE ESTUDIO: correlacional

    DISEÑO

    Es un diseño casi-experimental con post-prueba únicamente y grupos intactos. Se utilizarán muestras relacionadas en tres condiciones. El sujeto realizará 30 ensayos en cada condición.

    G1 X1 O1

    G1 X2 O2

    G1 X3 O3

    Donde:

    G1 : grupo de 10 mujeres entre 20 y 25 años

    X1 : estímulo visual

    O1 : medición del tiempo de reacción

    X2 : estímulo auditivo

    O2 : medición del tiempo de reacción

    X3 : estímulo táctil

    O3 : medición del tiempo de reacción

    SUJETOS

    Participaron 10 sujetos de sexo femenino de entre 20 y 25 años, estudiantes de la Facultad de psicología de la UNAM.

    MUESTREO

    El muestreo fue no probabilístico con sujetos voluntarios.

    MATERIALES:

    • Se utilizó un cronoscopio cronométrico, diseñado en la Facultad de Psicología de la UNAM.

    INSTRUMENTOS

    Hojas de registro que constaran de cuatro columnas en las cuales se anotará el nombre del sujeto y las medidas visual, auditiva y somatosensorial en unidades de milésimas de segundo.

    PROCEDIMIENTO

    • Para la modalidad visual se le indicará al sujeto experimental que ponga atención a la presencia de una luz roja y que presione un botón en el momento en que la perciba, enseguida el experimentador deberá anotar el tiempo de reacción medido por el cronoscopio y mandar el siguiente estímulo sin que el sujeto pueda predecirlo al ver la mano del experimentador presionar el botón que emite el estímulo, esto para que el sujeto no anticipe la respuesta.

    • En la medición de tiempo de reacción para estímulos auditivos, se llevará a cabo la misma metodología, colocando unos audífonos al sujeto y tendrá que responder a la presencia de un tono.

    • El estímulo somatosensorial se presentará por medio de un toque eléctrico en los dedos medio e índice de la mano. Para cada modalidad sensorial se presentarán 30 ensayos.

    RESULTADOS: Se presentan los resultados de cada sujeto en sus 30 ensayos por cada modalidad sensorial en la Tabla 1 (Ver anexo 1) y un promedio de los 30 ensayos de cada sujeto en cada modalidad en la Tabla 2 (Ver anexo 2). Para determinar si las diferencias en los tiempos de reacción entre las modalidades sensoriales son estadísticamente significativas se analizaron los resultados con la prueba de Friedman (F=167.697. sig.=0.000), la cuál indica que existen diferencias estadísticamente significativas entre los grupos, para determinar entre que par de grupos se presenta tal diferencia se obtuvo las diferencias respecto de las medias, en los tres pares existen diferencias significativas, por lo que se recurrió a las medias para concluir cual de las modalidades presentaba tiempos de reacción mas reducidos, siendo ésta la modalidad auditiva (M=1.50), seguida de la modalidad visual (M=1.95) y la modalidad táctil la que muestra tiempos de reacción mas prolongados (M=2.55) (Ver Anexo 3), esta diferencias puede verse desde los promedios de cada sujeto (Ver anexo 2).

    DISCUSIÓN: Muchos factores pudieron haber intervenido en la realización del experimento, se dedicó una parte del marco teórico a describir algunos factores que posiblemente influyen en los tiempos de reacción. Sin embargo, debido a las limitaciones intrínsecas del experimento y a el objetivo de éste, no fue posible controlar todas las variables. Solo se controlaron aquéllas que se consideraron de interés para el experimento y que estaban dentro de las posibilidades del experimentador, como fueron, la modalidad sensorial, que se tomó como variable independiente y la intensidad del estímulo, la cuál fue adaptada para cada sujeto por medio de una prueba previa al experimento en la cual se varía si el estimulo tenía la suficiente intensidad para ser percibido adecuadamente por el sujeto.

    Los factores que no fueron controlados son de índole personal como las diferencias individuales y la variabilidad entre sujetos, así como la atención y vigilancia de estos, la actitud del sujeto ante el experimento, el efecto de las instrucciones y la motivación, el efecto del aprendizaje, los factores emocionales, la ansiedad, la incertidumbre temporal ante los estímulos, la inteligencia, la memoria y los procesos mentales. Tampoco se controlaron factores orgánicos como la fatiga, las variaciones durante la jornada, la acción de las condiciones exteriores, el café y el tabaco.

    Al igual que Pieron y cols, (1972) se demostró que los tiempos más breves son los tiempos de reacción auditivos, seguidos por los tiempos reacción visual y por último los táctiles.

    Como sugerencias para estudios posteriores se propone establecer un mismo patrón de instrucciones y controlar factores como la fatiga, el cigarro y el café. Esto no quiere decir que estas variables influyan de manera considerable en los valores obtenidos, pero el control de dichas variables desembocaría en una mayor confiabilidad de los resultados obtenidos.

    CONCLUSIÓN: Las diferencias en los tiempos de reacción son estadísticamente significativas respecto de la modalidad sensorial. La modalidad auditiva es la que tiene tiempos de reacción mas reducidos, seguida de la modalidad visual y por último la modalidad táctil con los tiempos de reacción mas prolongados.

    REFERENCIAS:

    • Brucey y Green Percepción visual Ed pairos. México 1994.

    • Pieron Henri, Chocholle René y Leplat Jacques. Compiladores Fraisse, Paul y Piaget Jean. Sensación y motricidad. Ed. Paidos. Buenos aires 1972. Cap. 2.

    • Power, Hausfiel. Practicas perceptivas Ed debate. Madrid, 1982.

    • http://platea.Pntic.me.es.

    • http://www.uc.edu.ve/fcs/labneu/opt.htm




    Descargar
    Enviado por:El remitente no desea revelar su nombre
    Idioma: castellano
    País: México

    Te va a interesar