Historia
Tiberio
Trabajo de investigación:
VIDA Y GOBIERNO DE TIBERIO
INTRODUCCIÓN
La duración de la Civilización Romana se extiende desde el año 753 a.C., fecha correspondiente a la fundación de Roma, hasta el 476 d.C., con la caída del Imperio Romano de Occidente, a causa, principalmente, de las invasiones bárbaras. Aunque el Imperio Romano de Oriente no sucumbe sino hasta el año 1453, es a partir del 476 que la unidad romana se destruye para dar paso a la Época Medieval.
La historia del Imperio Romano se encuentra llena de hechos y acontecimientos que hacen de éste periodo, una época llena de cambios políticos, sociales y culturales, entre ellos, la desaparición de la moralidad romana, que es una de los primeros signos de la posterior decadencia del Imperio. “De ahora en adelante, el propósito de muchos romanos era el de enriquecerse de cualquier manera, aun el más deshonesto. En síntesis, desaparecía la antigua moral pública y privada.”
Es en esta época, posterior a la expansión romana, en donde surge el nombre de Tiberio, sobre quien los libros de historia, han levantado frases como: “Aún hoy se recuerda con desagrado el nombre de Tiberio”. Posiblemente, porque se le compara con Augusto, el emperador que lo antecedió. La Roma de Augusto, según la mayoría de los historiadores, fue fecunda y esplendorosa en todo aspecto, gracias a las diversas reformas efectuadas por éste, “Augusto, gran organizador, supo encontrar las soluciones más apropiadas para dar una continuidad distinta a la República Romana, pues junto con las reformas realizadas y a la instauración de un poder personal, hubo una adecuada evolución de las estructuras político-administrativas que dieron como resultado el Imperio Romano, esquema que perduró durante muchos siglos”.
De la Roma de Tiberio, hablaremos a continuación.
EL IMPERIO ROMANO ANTES DE TIBERIO
Para entender el período histórico en el que Tiberio gobernó, es necesario conocer cuál era la situación que vivía Roma en ese momento.
Roma se encontraba gobernada por Augusto, quien tenía el título de Príncipe. Durante su gobierno, Roma se dividió en provincias imperiales y senmatoriales. Las primeras, a cargo del Imperator y las segundas, del Senado. El poder, sin embargo, estaba principalmente concentrado en las manos de Augusto. El emperador realizó diversas reformas:
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Financieras: Mejoró la administración de los fondos del estado y agilizó la percepción de los impuestos existentes, regularizando las finanzas públicas.
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Judiciales: Se modificaron todas las instituciones romanas tradicionales. Se establece la jurisdicción del emperador sobre todo asunto civil o criminal, transformándose en juez supremo del imperio.
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Religiosas: Dio lugar a la Idolatría al Príncipe. Vigorizó antiguos cultos y apoyó las fiestas religiosas. Augusto quiso devolverle a Roma la unidad espiritual y moral para reconstruir la religión nacional.
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Sociales: A causa de la disminución de la natalidad, fomenta el matrimonio, aplicando impuestos a los matrimonios sin hijos. Un punto de gran relevancia, es el nacimiento de la burguesía, unja clase administrativa identificada con el Imperio y leal al Príncipe.
El Principado fue vitalicio, pero no hereditario. De todas formas, se recurrió a una ficción jurídica para asegurar la continuidad del sistema. Augusto adopta como hijo a su colaborador Tiberio y luego lo propone al Senado, institución que lo elige sucesor.
BIOGRAFÍA DE TIBERIO
Tiberio nació el 16 de noviembre del año 42 a.C., hijo de Claudio Nerón y de Livia, quien, después de enviudar, contrajo nupcias con el emperador Augusto. Tiberio y su hermano Druso, eran los mejores generales de Augusto. Conquistaron la Dalmacia y Panonia y fijaron los límites del imperio en el río Danubio.
Cuando los dos nietos del emperador murieron, éste adoptó a Tiberio como hijo, convirtiéndose en Tiberio César. Como miembro de la familia imperial, Tiberio recibió una buena educación y fue ubicado en posiciones de responsabilidad. Su primer comando militar le fue dado a la edad de 22, y él se desempeñó muy bien en sus campañas.
Augusto instigó a Tiberio a que a su vez adoptara a Germánico, el hijo de su hermano Druso y Antonia, quien gozaba de gran popularidad. En el año 12 a.C. Augusto forzó a Tiberio a que se divorciara de su mujer Vipsania Agripina, después de 12 años de matrimonio y que se casara con su hija, Julia. En este momento se dio inicio a la dinastía Juliana. Este matrimonio hizo a Tiberio muy infeliz y para escapar de la situación, fue a hacer servicios militares lejos de Roma y finalmente fue exiliado a la isla de Rhoda. Más tarde, al ver que todos los posibles sucesores al trono habían muerto, regresó a Roma y se convirtió nuevamente en una figura respetada y poderosa.
Augusto falleció y las tropas estacionadas en el Rin rechazaron la severa autoridad de Tiberio, ofreciéndole dignidad imperial a Germánico, quien rechazó el ofrecimiento de los amotinados y logró hacerlos entrar en razón y posteriormente se esmeró en incorporar a Germania al imperio romano. Su tío, al ver que a Germánico le faltaba diplomacia, ordenó a retirar las legiones de la orilla del Rin, y así, el Danubio y el Rin, continuaron siendo la frontera entre romanos y germánicos.
El sobrino de Tiberio abandonó con pesar el teatro de sus hazañas, para desempeñar otras misiones pacíficas en las fronteras orientales del imperio. Allí le llegó la muerte y el pueblo romano juzgó su desaparición como una catástrofe. En Roma hubo funerales solemnes y pronto se rumoreó que el joven héroe no había fallecido de muerte natural, y se incriminó en su muerte a Tiberio, acusándolo de tener envidia a su sobrino.
Estas sospechas injustificadas le causaron a Tiberio una gran amargura, al sentirse odiado por un pueblo que, en cambio, adoraba a su hermano y a su sobrino, ambos fallecidos.
GOBIERNO DE TIBERIO
Tiberio subió al trono el año 14 d.C, a la edad de 56 años y se dice que “poseía uno doble personalidad. Era justo, capaz y benévolo en su gobierno provincial. Había trabajado leal y sinceramente con Augusto. Continuó su política bondadosa. Sin embargo, en Roma Tiberio era un tirano.” El emperador poseía una personalidad bastante especial, es conocido por su repudio a los aduladores, más de una vez repitió al Senado que se consideraba un servidor de la sociedad. No le gustaba que el pueblo lo venerara como a un dios. Esto le desagradaba a los romanos, acostumbrados a adorar a los emperadores, levantando templos y ergiendo estatuas.
Entre los aportes positivos de Tiberio, se encuentra el haber fomentado la rosperidad de las provincias. “Un buen pastor esquila a sus ovejas pero no las esquilma.”, solía advertirle a los procónsules, que se caracterizaban por ser codiciosos y explotadores. Si a veces les legaba sus provincias a ese tipo de gobernantes, comentaba con humor que obraba de esa manera porque “Las moscas hartas son menos golosas que las moscas hambrientas"
El pueblo sentía temor hacia Tiberio, quien respondía con el desprecio, volviendose cada día más misántropo. Detestaba a los aduladores que se arrastraban ante él y que luego lo injuriaban a sus espaldas. Augusto aceptaba a los hombres tal cual era su naturaleza, Tiberio fue incapaz de ello. El único que se ganó su ilimitada confianza, fue Sejano, capitán de su guardia.
Sejano era inteligente y logró hacerse indispensable para el emperador.
SEJANO
Sejano ganaba amigos en las más altas clases sociales y al mismo tiempo los proponía al emperador en el nombramiento de precónsules. Mientras se hacía popular en la burguesía, se esforzaba en profundizar el abismo que separaba al pueblo del emperador, cultivando la desconfianza y misantropía del solitario. Se convirtió en el amotinado silencioso en contra de Tiberio, pero criticar las declaraciones y los actos del emperador, finalmente lo llevaron a caer en desgracia.
Cuanto más seguro se sentía Sejano, más temerario era. Surge entonces una pregunta, ¿Por qué, siendo jefe de diez mil legionarios custodios del imperio romano, no pudo convertirse en dueño de todo el imperio?. Su obstáculo era Druso, hijo de Tiberio, quien conocía sus verdaderas intenciones. Se dice que el año 23, Tiberio mandó a matar a Druso. Sin embargo, realmente fue obra de Sejano. Cuatro años más tarde, viendo que Roma le resultaba muy peligrosa, Tiberio establecío su residencia en Capri, isla de la costa de Campania. Sejano quedó en Roma con plenos poderes. El favorito obraba tan a su antojo que Tiberio empezó a desconfiar de él. Un día tuvo pruebas concretas de que Sejano actuaba en su contra y decidió castigarlo. No atreviéndose a hacerlo directamente, por temor a una rebelión de los simpatizantes de Sejano, continuó colmándolo de honores, pero, de vez en cuando le reprochaba su conducta y el traidor perdió seguridad. Ante todo, Tiberio calmó a Sejano, prometiéndole un puesto de tribuno. Un día se anunció que el nombramiento acababa de concretarse en Capri, donde se hallaba Tiberio. Se le presentó un oficial de la guardia con una carta del emperador. Muy satisfecho, Sejano cayó en la trampa y entró en la sala de juntas del Senado. La carta era muy extensa y sólo en las últimas líneas, se comprendía que había sido culpado de alta traición y debía ser detenido en el acto. Ese mismo día, fue condenado a muerte y su cadáver entregado a la venganza del pueblo, quien lo arrojó al Tíber después de haberlo arrastrado durante tres días por las calles de Roma.
FIN DEL GOBIERNO DE TIBERIO
Los parientes y amigos de Sejano también fueron asesinados y la esposa del mismo, le escribió a Tiberio una carta en donde le confesaba que se marido había sido el responsable de la muerte del heredero del trono. Luego la mujer se suicidó.
Tiberio enloqueció ante aquellos esclarecimientos y comenzó descargar su ira contra el pueblo, enviando galeras imperiales desde Capri a Roma, para ordenar nuevas matanzas. Mientras el emperador permanecía en Capri.
Comenzaron a crearse historias sobre Tiberio y en Roma, todas las clases sociales se arrastraban entre la corrupción y la inmoralidad y el pueblo imaginaba que el emperador aprovechaba su soledad en la bella isla para dar curso libre a todas las depravaciones a que ellos se dedicaban, pero es difícil que un hombre de fama intachable, se transforme a los setenta años en un monstruo de perversidad.
Sólo la muerte podía aliviar al anciano. Esta llegó el 16 de Marzo del año 37 d.C., cuando Tiberio tenía setenta y ocho años.
CONCLUSIONES
La historia ha sido muy dura al juzgar a Tiberio, sin embargo, siempre resulta necesario crear un juicio propio sobre un personaje determinado, puesto que, la opinión que se tenga sobre éste, debe encontrarse fundamentada con la mayor objetividad posible.
Sobre Tiberio se conocen pocos hechos relacionados con su vida y su aporte a la Civilización Romana, si se le compara con figuras como su antecesor, Augusto. Pese a ello, existen ciertos acontecimientos, que creemos, lo convierten en una víctima y no un victimario, como señalan los libros de historia.
A nuestro parecer, el problema con Tiberio era que éste pensaba de diferente manera al resto de los romanos, que en nuestra opinión eran bastante superficiales. “De poco le servían esas buenas cualidades y cumplir sin desaliento sus deberes de jefe, reprimir el bandolerismo y otros delitos, usar los fondos públicos con parsimonia y no desperdiciar dinero ni esfuerzos cuando era menester reparar los quebrantos de malas cosechas, incendios y otros desastres. Cada vez era más evidente que Tiberio no debía esperar gratitud alguna por su abnegación hacia Roma. Sus súbditos sólo veían en él sus brusquedades”
A los romanos les molestaban cosas como que el emperador no organizara luchas de gladiadores y que no asistiese a espectáculos sangrientos, cosas que actualmente serían motivo de simpatía.
Además, es importante destacar lo perjudicial que fue la presencia de Sejano, quien era el principal motivo de la mala popularidad de Tiberio y gracias a quién el emperador sufrió muchos pesares. Sejano fue una inmensa complicación e impedimento para que Tiberio llevara a cabo su gobierno.
Basándonos en lo que conocemos de su administración; el florecimiento de las provincias, la disminución de delitos, los fondos destinados a obras públicas, etc, nos resulta imposible sentir hacia él lo que sentía el pueblo romano. Creemos, en cambio, que Roma le debe mucho y que no supo reconocer la sabiduría de gobierno y abnegación de este personaje, quien, si bien no llevó a Roma a tanto esplendor como lo hizo Augusto, sí logró gobernar bien y cumplir la difícil misión de mantener de pie a un imperio de tan vasta extensión como lo fue el romano.
BIBLIOGRAFÍA
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Bravo Acevedo, Guillermo y otros, “AVANZAR EN EL TIEMPO Y EN EL ESPACIO I”, Editorial Salesiana. Santiago, Chile, 1991, págs. 126 a 128.
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Cecchi Reyes, Orlando y otros, “HISTORIA Y GEOGRAFÍA I”, Editorial Arrayán. Santiago, Chile, 1996, págs. 100 a 112.
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Grimberg, Carl, “HISTORIA UNIVERSAL”, Volumen 6, Editorial Ercilla. Santiago, Chile, 1985, págs. 73 a 79.
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Varios autores, “ENCICLOPEDIA BARSA”, Tomo XIV, Editores, Encyclopaedia Británnica, Inc. Chicago, Estados Unidos, 1964, págs. 186 y 187.
ÍNDICE
Introducción.......................................................................................
El Imperio Romano antes de Tiberio.............................................
Biografía de Tiberio..........................................................................
Gobierno de Tiberio.........................................................................
Sejano.................................................................................................
Fin del Gobierno de Tiberio..........................................................
Conclusiones.....................................................................................
Bibliografía.......................................................................................
Cecchi Reyes, Orlando y otros, “HISTORIA Y GEOGRAFÍA I”, Editorial Arrayán. Santiago, Chile, 1996, pág.95.
Grimberg, Carl, “HISTORIA UNIVERSAL”, Volumen 6, Editorial Ercilla. Santiago, Chile, 1985, pág. 73.
Bravo Acevedo, Guillermo y otros, “AVANZAR EN EL TIEMPO Y EN EL ESPACIO I”, Editorial Salesiana. Santiago, Chile, 1991, pág. 129.
Varios autores, “ENCICLOPEDIA BARSA”, Tomo XIV, Editores, Encyclopaedia Británnica, Inc. Chicago, Estados Unidos, 1964, pág. 187.
Grimberg, Carl, “HISTORIA UNIVERSAL”, Volumen 6, Editorial Ercilla. Santiago, Chile, 1985, pág. 75.
Grimberg, Carl, op cit.
Grimberg, Carl, op cit, pág 75.
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Enviado por: | Francisca Decebal-cuza |
Idioma: | castellano |
País: | España |