Historia
Teruel y Albarracín
4º A DE ESO
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Teruel (en aragonés Tergüel) es una ciudad de Aragón, en la zona centro-oriental de España, capital de la provincia con el mismo nombre y Capital del Mudéjar. Con 35.037 habitantes en 2008 es la capital de provincia menos poblada de España. Está en la confluencia de los ríos Guadalaviar y Alfambra. Situada a una altitud de 915 m su clima se caracteriza por inviernos fríos y veranos cálidos y secos.
Es especialmente conocida por su jamón con denominación de origen y su arte mudéjar reconocido por la UNESCO como Patrimonio de la Humanidad.
Entre sus atractivos turísticos se encuentran sus edificaciones mudéjares, el mausoleo de los amantes de Teruel, el centro paleontológico Dinópolis y una gran riqueza natural. Su arte mudéjar recuerda su pasado multicultural. Los monumentos más destacados de este estilo son la Iglesia de Santa María, Catedral de la diócesis de Teruel, las torres de El Salvador, San Martín y San Pedro, a cuyos pies se encuentra la iglesia que recibe el mismo nombre, también de arte mudéjar. En el camino de Santa Bárbara, se puede apreciar la mejor vista de la ciudad y su entorno desde el Mirador de Los Mansuelos, con su mesa de interpretación.
TEMPERATURA
El clima de Teruel es continental moderado de montaña. En verano las temperaturas son suaves, aunque con mucha oscilación térmica y en invierno son frías, con mínimas muy bajas que en ocasiones descienden de los -10º. Las precipitaciones presentan el mínimo en invierno y un máximo al final de la primavera.
HISTORIA
Orígenes
Teruel estuvo poblada desde los tiempos de los Íberos; que llamaban al lugar Turboleta. Hay restos en el yacimiento del Alto Chacón. La zona fue ocupada posteriormente por los romanos, quedando restos en poblaciones cercanas, como los de Cella.
Algunos autores aseguran que en el mismo emplazamiento de la actual ciudad de Teruel (concretamente en el barrio de la Judería), se asentaba "Tirwal", enclave musulmán citado en el año 935. Sin embargo, aunque se ha detectado arqueológicamente la presencia de ocupación islámica de este espacio, los restos localizados no pertenecen a un núcleo de población de entidad.
El 1 de octubre de 1171 el rey aragonés Alfonso II de Aragón conquistó Tirwal con la intención de reforzar la frontera meridional de su reino, que consideraba amenazado por la toma de la ciudad de Valencia por los almohades. Según una leyenda, las huestes del rey llegaron al lugar donde hoy se encuentra la ciudad tras seguir a un toro bravo sobre el que se desplazaba una estrella a la misma velocidad.
Los habitantes de Teruel intervinieron en la conquista de Valencia a los musulmanes, y en la Guerra de los Pedros contra Castilla, siéndole otorgada a la población el título de ciudad en 1347 por Pedro IV de Aragón, gracias a su colaboración en las guerras de la Unión.
Existen diversas teorías acerca del origen del nombre de la ciudad. Hay quien ha apuntado el topónimo árabe Tirwal, que a su vez obviamente procede del latín Turiolis, es decir pequeño Turia (el río Guadalaviar).
Durante la Guerra de la Independencia Española (1808-1814) recibe órdenes del Capitán General de Aragón, José Rebolledo de Palafox y Melci, para levantarse en armas contra el Invasor Francés, pocos meses después, y con escasa resistencia será ocupada por fuerzas Imperiales al mando del Mariscal Suchet. Que mantendrán la plaza bajo su poder hasta su evacuación en 1813. Los franceses volarán varias edificaciones civiles y conventos de la capital, como herencia a estas destrucciones quedan los espacios abiertos de la plaza del Seminario y el Óvalo. En 1817 se ejecutan obras de reparación en el Seminario. Sede de la guarnición francesa durante la guerra.
Durante las Guerras Carlistas, la capital se mantiene fiel a los Isabelinos frente al poder Carlista del Maestrazgo, jamás la Capital fue amenazada por el General Ramón Cabrera, aunque sí se prepararon expediciones realistas para sofocar el acoso Carlista sobre la Tierra Baja, y socorro al sitio que sufrió Alcañiz en 1838. Durante la Tercera Guerra Carlista la ciudad fue atacada por Marco de Bello y el infante Alfonso con numerosas tropas pero fracasaron y solo consiguieron penetrar en los arrabales de la ciudad.
La ciudad a finales del siglo XIX gozó de una cierta prosperidad, acuciada por la pequeña Burguesía que la habitaba, fruto de ello son las hermosas obras modernistas que salpican el casco urbano, datadas a principios del siglo XX.
Guerra Civil
Teruel adquirió triste fama durante la Guerra Civil al ser el escenario de la Batalla de Teruel. Triunfando el alzamiento al comienzo de la contienda, fue la única capital de provincia reconquistada por la República en el transcurso de la guerra y posteriormente recuperada por las tropas de Francisco Franco (el 22 de febrero de 1938).
El plan del alto mando republicano era liberar la presión que los nacionales ejercían sobre Madrid y los últimos reductos en el frente Norte. Para ello reunieron 12 divisiones con 110.000 efectivos encuadrados en tres columnas que reducirían el saliente que para el frente de guerra suponía Teruel, y la amenaza que representaba para el Levante, en poder de la República.
La tropas Republicanas, al mando supremo del general Vicente Rojo Lluch, comenzaron su ofensiva el 15 de diciembre de 1937, por la zona de Corbalán, con bombardeos aéreos a nudos de comunicaciones y al casco urbano turolense, hasta la ocupación de posiciones cercanas a la capital; por otro lado, el coronel del ejército sublevado, Domingo Rey d'Harcourt, preparaba la defensa con sus escasos efectivos, que no alcanzaban los 5.000 hombres, concentrándose en puntos fuertes como el edifico de la Comandancia, en la plaza de San Juan, y en el seminario. Numerosos vecinos acudieron a guarecerse en él. Llegaron a más de 1.500 los civiles y 1.759 militares, con otros 1.059 que llegaron de refuerzo, se aprestaron a la defensa.
Al llegar a los aledaños de la capital, las fuerzas de la República iniciaron una preparación artillera sobre el centro de la ciudad, reduciéndola a escombros en las zonas de mayor resistencia. Esto unido a los combates cuerpo a cuerpo dentro del centro urbano, en las que bastantes civiles se vieron implicados. Una de las prácticas habituales del Ejército Popular era abrir brechas en paredes de casas contiguas, lanzando granadas y exterminando a sus ocupantes, ante la imposibilidad de avanzar por las calles, cubiertas por francotiradores enemigos.
Debido a la incapacidad del ejército rebelde para socorrer a los sitiados, las bajas temperaturas que dificultaban las operaciones, y sin que las fuerzas del General Aranda pudieran romper el cerco Republicano, los defensores rinden la ciudad el 8 de enero de 1938. En esta capitulación las fuerzas Republicanas toman como prisioneros a Rey d´Harcourt y al Obispo de la Diócesis de Teruel-Albarracín, [[Anselmo Polanco]. Polanco fue fusilado un año más tarde, casi al final de la contienda, el 7 de febrero de 1939, en la localidad de Pont de Molins (Gerona).
La respuesta de las fuerzas nacionales había comenzado el 31 de diciembre, con bombardeos aéreos por orden del general García Valiño. El 2 de enero los Nacionales tomaron posiciones en los alrededores de la ciudad, aunque hasta el 7 de febrero no consiguen internarse en ella. Con una fuerte ofensiva artillera y apoyo aéreo por parte de la Legión Cóndor, cierran el sitio hacia el día 20. A pesar de los esfuerzos republicanos, el 22 la rendición es total, con la toma de casi 15.000 prisioneros y numeroso material bélico. De esta manera se vuelve a un estado en el frente similar al anterior a la operación, con Teruel recuperada para los rebeldes y unas pérdidas muy acusadas en hombres y material para la República, que no consiguió sus objetivos iniciales, solamente retrasó la expedición final de Franco sobre Madrid.
Finalmente con la nueva ofensiva nacional en Aragón hacia el Mediterráneo, en marzo de 1938, aprovechando la acumulación de fuerzas en Teruel, el frente se alejará de la capital de España y poco a poco se irá normalizando la vida en la castigada ciudad, la cual quedó prácticamente destruida después de dos severos sitios. Un dato curioso es que en la batalla de Teruel se utilizó por primera vez, y como preludio de lo que ocurriría en la Segunda Guerra Mundial, el avión alemán Ju-87 Stuka
Recién terminada la contienda, se comenzarán los trabajos de reconstrucción a cargo de la Dirección General de Regiones Devastadas. Su actividad duró hasta mediados de los años 50, en los que se aprovechó para dotar a Teruel de mayores espacios abiertos y racionalización de calles. Sus principales actuaciones se plasman en el Seminario y aledaños, la calle y plaza de San Juan y el conjunto del Óvalo.
ARTE
El sorprendente y hermoso mudéjar de Teruel fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en el año 1986.
Sin embargo los edificios de este estilo se concentran principalmente en la capital, siendo en el resto de la provincia menos numerosa que en la vecina provincia de Zaragoza, donde la mayor parte de su geografía está dominada por el mudéjar, especialmente al sur del Río Ebro
Teruel y su primer mudéjar: la iglesia de San Pedro y la Catedral de Santa María
En la ciudad de Teruel se edificaron algunas de las primeras torres campanario tan típico del mudéjar aragonés. Nos referimos a la de San Pedro y la de la Catedral de Santa María de Mediavilla, ambas construidas en el siglo XIII (posiblemente a mediados) y muy semejantes en cuanto a tamaño y decoración.
Son de estructura cristiana, es decir organizada como una torre única y estancias superpuestas.
Las dos son casi idénticas salvo en el último tramo, quizás como consecuencia de reformas barrocas. Su decoración es elegante y sobria, a base de arcos entrecruzados murales en el primer piso, ventanas inferiores muy abocinadas con arcos de medio punto románicos y ajimeces en la parte superior.
La decoración y animación de lo muros corre a cuenta de curiosos frisos de baquetones paralelos y verticales de cerámica verde, frisos de esquinillas, etc.
Ambos campanarios también comparten la característica de que en la base hay abierto un pasadizo con arco ojival.
Estos campanarios no se han despojado completamente del sabor románico de los conquistadores cristianos del norte, por el equilibrado reparto de volúmenes, los vanos de medio punto y la decoración morisca más contenida.
La iglesia parroquial de San Pedro de Teruel, que es conocida por el campanario descrito, tiene otro elemento mudéjar muy interesante. Se trata de de su cabecera cuyos muros llevan arcos entrecruzados formando una especie de "sebka" de estilo almohade. No faltan tampoco los vistosos frisos con cerámica verde y morada y esbeltas torrecillas superiores.
El mudéjar de la ciudad de Teruel en el siglo XIV
Una fase posterior de la evolución del mudéjar en Teruel y perteneciente ya al siglo XIV representan los grandísimos campanarios de las iglesias de San Salvador y San Martín.
Estas dos torres son también prácticamente gemelas.
En ellos ya el mudéjar turolense se ha liberado de la antigua influencia románica, y aunque presentan algunos rasgos góticos cristianos, muestra el mejor repertorio de imaginación musulmana llegando casi al barroquismo: arquerías ciegas entrelazadas, ajimeces, decoración a base de cerámica de color verde, etc.
Muniesa
El Mudéjar rural de la provincia de Teruel se concentra especialmente en la mitad septentrional de la provincia.
La mayor parte de las iglesias y restos mudéjares son tardíos, de los siglos XVI y XVII donde tienen especial protagonismo las bonitas torres de planta poligonal donde el mudéjar tiene influencia del arte cristiano del Renacimiento y Barroco.
La más gallarda de estas torres-campanario es la de Muniesa, de la que nos ocuparemos más tarde, pero también aparecen en numerosas iglesias de la comarca de Camalocha como, por ejemplo, en San Martín del Río, Báguena, Lechago, Navarrete del Río, Olalla, etc.
En Muniesa hallamos una torre que puede ejemplificar perfectamente la evolución de estas construcciones con el devenir de los años.
Este campanario fue edificado en el siglo XVI. Es de planta poligonal y con un acusado estrechamiento a medida que gana altura.
Si el mudéjar de los siglos XIII, XIV y XV conserva una cierta relación con el románico y gótico imperante en otros lugares de España, estas torres (también encontramos un buen ejemplar en Báguena) se adaptan al mundo renacentista que desembarca en Aragón en el siglo XV.
Montalbán
Además de los citados campanarios del mudéjar tardío, en Teruel también hay unas cuantas iglesias de época medieval y de un mudéjar más interesante aún, como la iglesia parroquial de Hijar y muy especialmente la de Montalbán.
La iglesia de Santiago en Montalbán es uno de los principales edificios del mudéjar de Teruel y de todo Aragón.
Es un edificio iniciado en el siglo XIII en piedra y continuado en ladrillo durante el XIV en estilo mudéjar. Tiene una ancha nave de tres tramos y cabecera poligonal. Todo el perímetro del templo está jalonado por contrafuertes entre los que se ubican pequeñas capillas. Sobre éstas corre una galería defensiva empleada para vigilancia, lo que constituye un ejemplo más del uso defensivo y castrense que se daba a numerosos templos de la Edad Media.
GEOGRAFIA
De geografía montañosa, su clima es uno de los más duros de Europa por su sequedad, que produce diferencias térmicas de hasta 20 grados en pocas horas durante algunas épocas del año. En la misma capital las temperaturas extremas son 39ºC (3 de julio de 1994) y -19ºC (26 de diciembre de 2001).
Albarracín es un municipio español situado en el suroeste de la provincia de Teruel, en la comunidad de Aragón. Cuenta con 1.075 habitantes (INE 2007).
La localidad es Monumento Nacional desde 1961 y se encuentra propuesta por la UNESCO para ser declarada Patrimonio de la Humanidad por la belleza e importancia de su patrimonio histórico.
GEOGRAFIA
El casco antiguo se encuentra construido sobre las faldas de una montaña, rodeada en casi su totalidad por el río Guadalaviar. Al norte se encuentra la sierra de Albarracín y al sur los Montes Universales. En su término municipal a unos 5 Km. de la localidad se localiza el Paisaje Protegido de los Pinares de Rodeno, zona muy recomendada para la práctica del boulder.
En los alrededores nacen los ríos Guadalaviar, Tajo, Júcar, Gabriel y Jiloca.
Su término municipal es, por razones históricas, uno de los más grandes de la provincia de Teruel (sólo superado por el de Alcañiz).
Disposición
El pueblo está encaramado en un peñón y rodeado por el Guadalaviar. Por este lado y mirando hacia el río se hallan edificadas las casas colgadas. Dentro del pueblo sus calles son empinadas y estrechas, con rincones muy pintorescos. La construcción ofrece la original arquitectura popular con la forja propia de la provincia además de tener el color rojizo característico llamado rodeno.
La ciudad se divide en dos zonas:
-
La parte antigua, la Ciudad, con sus casas colgadas sobre la hoz del río.
-
El Arrabal, situado en la vega del Guadalaviar.
Demografía
Albarracín cuenta con 1.075 habitantes (INE 2007). El impulso económico dado recientemente por el turismo ha permitido frenar la despoblación del municipio, que cuenta con un 12,0% de su población de nacionalidad extranjera (INE 2006).[2
HISTORIA
En la Edad de Hierro estuvo habitada por la tribu celta de los lobetanos. Se han encontrado importantes pinturas rupestres de esa época en el pinar del Rodeno. Durante la época romana se llamó, al parecer, Lovetum, y en tiempos de los visigodos, Santa María de Oriente.
En tiempos de los musulmanes en España, la familia bereber Al-Banu-Razín, hizo de estas tierras un pequeño reino taifa de Albarracín. De esta familia le viene el nombre actual (Al-Banu-Razín: los hijos de Razín).
La taifa pasó posteriormente, por cesión o conquista, a la familia cristiana de linaje navarro de los Azagra, que mantendrán de facto la independencia de Castilla y de Aragón desde 1170, llegando a crear un obispado propio. También el poderoso linaje de Lara ejerció su soberanía sobre Albarracín. Tras el fracaso de conquista por parte de Jaime I en 1220, es Pedro III de Aragón quien la conquista en 1285, pasando definitivamente a la Corona de Aragón en 1300. Esta serie de hechos políticos tuvieron como base la importancia de la fortaleza y del sistema defensivo de Albarracín.
Fue una antigua sede episcopal hasta que, tras la reconquista de Segorbe por Jaime I el Conquistador, se trasladó a esta ciudad de la provincia de Castellón.
El 21 de junio de 1257 el rey Jaime I en Teruel concede a la Comunidad de Santa María de Albarracín o Comunidad de Albarracín el privilegio sobre competencia de jurisdicción de sexmeros, asistentes y jurados de dicha Ciudad.
[ARTE
La provincia de Teruel cuento con gran número de estas manifestaciones artísticas, encuadrados en el denominado Arte Rupestre Levantino, como consecuencia de la conexión geográfica con el Levante y Sudeste Peninsular.
Las pinturas rupestres se encuentran en abrigos situados en barrancos poco accesibles y aislados. Es un arte naturista, con dominio de la representación por parte de los artistas, que utilizan sobre todo los colores rojo, negro y blanco. Siendo el blanco lechoso el color exclusivo en la Sierra de Albarracín.
Aparece como técnica fundamental la conjunción de hombres y mujeres. El hombre es el protagonista de las composiciones, ya sea en actitud de caza o de guerra. Mientras la mujer queda reflejada en actividades de recolección o de danza. Los animales se muestran en actitudes naturales, y su tamaño es menor a las figuras del Paleolítico.
Sobre la cronología de las pinturas, resulta difícil definirse, sin embargo hay una coincidencia, por parte de los investigadores, en considerarlos del Mezo-Neolítico-Edad de Bronce (8.000-6.000 hasta 1.000-800 a J.C.).Las pinturas ofrecen el problema de su conservación, que se ve afectada por los agentes atmosféricos: lluvia, viento, climatología. Pero sobre todo es la mano del hombre la que ha provocado pérdidas irreparables.
La zona por la que discurre el GR-10, en su parte correspondiente a la Sierra de Albarracín, cuenta con la posibilidad de admirar los siguientes abrigos:
-Grabados de la Fuente del Cabrerizo. Situados muy cerca del mismo Albarracín, cerca de la Fuente del Cabrerizo, en una pared vertical. Se puede observar el grabado de un caballo de casi medio metro y un ciervo de 14 cm de alto.
-Abrigo de los Torícos del Prado del Navazo. En este lugar puede admirarse un magnífico grupo de cinco toros grandes,
más otros cinco de mayor tamaño y un ciervo, junto a un grupo de cinco arqueros acechando a los animales. Los toros están considerados como las figuras más antiguas del arte rupestre levantino, son de color blanco, grande y muy estático.
- Cocinilla del Obispo. Prado del Navazo. Hay un grupo de seis toros, pintados en blanco y rojo claro, con los cuernos en forma de lira. Muy cerca encontramos en una pared un arquero bastante esquemático que se halla tendido en el suelo. El lugar se denomina los 'Callejones Cerrados'.
- Cueva de doña Clotilde, Masada de La Losílla, Hay hasta cuarenta y una figuras, incluido un pequeño árbol con frutos bien marcados, un hombre llevando a un cuadrúpedo con un ronzal, seis hombres estilizados con un extraño sombrero.
- Los Tajados de Bezos. En el Covacho del Huerto hay tres hileras de puntuaciones rojos, de significado incierto, además de un cuadrúpedo en rojo muy mal conservado. En la Paridera hay dos grupos de figuras, ciervos y venados.
- Barranco del Pajarejo. Situado a 3 Km. del Rento de Ligros, en un barranco profundo, puede verse la figura de un hombre y tres mujeres, estas últimas con faldas hasta media pierna. Muy esquemáticas.
- Prado de Tormón. Cerca de una casa forestal se observa un toro de color rojizo, está incompleto. Muy cerca, a unos centenares de metros, se encuentra un toro de 75 cm de largo, negro y que anteriormente estuvo pintado de blanco. El primero se sitúa en la Cerrada del Tío José, y el segundo en la Ceja de Piezarrodilla.
- Barranco de Los Olívanos. Está a 5 Km. de Tormón, y cuenta con 33 figuras, todas ellas muy esquematizadas: figuras humanas, bóvidos, ciervos.
- Abrigo de Almohojo. Cerca del pueblo de Almohaja, y descubiertas hace escasos años, junto con restos de cerámica y útiles halistátticos pertenecientes al Eneolitico y la Edad de Hierro.
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