Ética y Moral


Suicidio


¿Quién es el culpable?

Reseña:

A lo largo de la historia ha variado la actitud de la sociedad hacia el acto del suicidio, sus formas y su frecuencia.
En la Europa Antigua, sobre todo en el Imperio Romano, el suicidio estaba consentido y hasta era considerado como un acto honroso; por esta razón los antiguos romanos admitían muchas razones legítimas para su práctica. Después, varios de los primeros concilios de la Iglesia Cristiana decretaron que aquellos que cometieran suicidio, no se les podría aplicar los rituales de la iglesia tras su muerte. En la edad media, la Iglesia Católica Romana consideró expresamente esta práctica y lo tomó como un pecado.
En los los derechos humanos hoy el suicidio, se considera por muchos como un derecho.

La acción suicida de un individuo quiere dar a entender las presiones y tensiones interiores y satisfacer necesidades internas (lo típico es que esto ocurra después de haber sufrido la pérdida de un ser querido, o que se sienta incapaz de hacer trabajo alguno). Su estado anímico de depresión, agotamiento físico y emocional; puede presentarse como necesidad de explicación y penitencia por su sentimiento de culpa.


El ensayo trata del suicidio ya que es un tema que lo escuchamos muchas veces y criticamos la aptitud del que lo toma, pero alguna vez se han puesto a pensar por lo problemas que a pasado este personaje? Cual fue la razón que lo llevo a tomar esta fatal decisión?

Ocasionalmente la respuesta de las interrogantes nombradas anterior mente están en sus propios hogares, la buena educación, los buenos tratos, la comprensión y la libertad son factores clave para que las personas puedan tener buena adaptación a la sociedad y saber como eludir los problemas en la forma mas optima.

¿Quien es realmente el culpable en un acto suicida?

Atención, ¡Solo se vive una vez!

“En el año 1995, Miguel Cárdenas, estudiante de quinto año de medicina, se lanzó del onceavo piso de un edificio ubicado en pleno centro de providencia. Sus familiares atestiguan que durante meses el comportamiento del suicida había cambiado. Aseguran que el estrés y la autoexigencia por sacar adelante su carrera lo llevaron a la muerte.

Su padre, Francisco Cárdenas insiste en su culpabilidad declarando que: Desde que entró a estudiar, lo presionamos mucho. Le exigimos ser el mejor, para que en unos años más nos sacara de la pobreza en la que estamos sumergidos hace algunos años debido a mi cesantía. Yo lo maté (entre sollozos)”

(Diario La Tercera online, reportajes)

En este caso el suicida pretendía escapar de la presión ejercida por sus padres, la responsabilidad de, más adelante, ser el respaldo económico de su familia, lo agobió. ¿Y si no lograba ser un gran médico? ¿Qué sería de él y de su familia?

La angustia de no sentirse capaz de enfrentar esta responsabilidad lo llevó a la muerte, y con ello trajo el sentimiento de culpabilidad y de arrepentimiento de aquellos que se lavaron las manos de sus obligaciones e hicieron que otros cargaran con sus responsabilidades. ¿Le correspondía a él asumir el rol de “cabeza de familia”?

Estos casos no son muy comunes pero se dan, que los padres tengan las esperanzas de su “gran hijo”, muchas veces creen y asumen que sus hijos esforzados por ser alguien en la vida los podrán sustentar, sin pensar en la presión y el peso que los hijos sienten al ver que sus padres tienen las esperanzas en ellos.

La tradición cristiana, la doctrina del Magisterio y la reflexión teológica no han tenido ninguna duda sobre la inadmisiblidad moral del suicidio. Si ha habido alguna evolución ha sido sólo en torno a la valoración de la culpabilidad y responsabilidad subjetiva del que se suicida o intenta hacerlo. “…Trastornos síquicos graves, la angustia, o el temor grave de la prueba, del sufrimiento o de la tortura, pueden disminuir la responsabilidad del suicida.” (Catecismo de la Iglesia Católica, el suicidio, página 526, artículo 2282). Es por esta razón que la culpabilidad y responsabilidad del suicida disminuye, lo que no cambia es el hecho de que matarse es un acto dañino e ilícito ante la ley de Dios.

    

Como ya ha indicado Santo Tomás de Aquino, el suicidio, objetivamente considerado, es un acto gravemente perverso, por tres razones principales:

1.- “Porque contradice la inclinación natural del ser humano a conservar y perpetuar su vida. Es gravemente contrario al justo amor de sí mismo.

2.-Porque hace injuria a la sociedad a la cual el hombre pertenece y a la que su acto mutila: la priva injustamente de uno de sus miembros que debería colaborar al bien común. Ofendiendo al amor del prójimo porque rompe injustamente los lazos de solidaridad con las sociedades: familiar, nacional y humana con las cuales estamos obligados.

3.-Cada cual es responsable de la vida delante de Dios, que se la ha dado. Él sigue siendo su soberano dueño. Nosotros estamos obligados a recibirla con gratitud y a conservarla para su honor y para la salvación de nuestras almas. Somos administradores y no propietarios de la vida que Dios nos ha confiado. No disponemos de ella.

(Catecismo de la Iglesia Católica, artículo 2281, páginas 526 - 527, “El suicidio”)

“La vida es un don dado al hombre por Dios y sujeto a su divina potestad que mata y da la vida. Por tanto el que se priva a sí mismo de la vida peca contra Dios, como el que mata a un siervo ajeno peca contra el señor de quien es siervo... A sólo Dios pertenece el juicio de la muerte y de la vida...” (Santo Tomás).

La Sagrada Escritura no se ocupa de este término, suicidio, pero es legítimo verlo incluido en el mandamiento que dice: No matar. Ya San Agustín lo había interpretado de tal manera: “No es legítimo matarse, ya que esto se debe entender como incluido en el precepto No matar, sin ningún agregado. No matar, por lo tanto, ni a otro ni a ti mismo. Porque efectivamente, quien se mata a sí mismo, mata a un hombre.

Existen casos, como el de Miguel Cárdenas, en que no goza de suficiente responsabilidad moral. La sociedad tiene mucha responsabilidad en el momento de efectuarse un suicidio, en cuanto ejerce o permite influencias que llevan a tal desenlace. Por ejemplo:

  • La disgregación de los grupos primarios, especialmente la familia, las cuales conducen al aislamiento de los individuos, condenándolos a afrontar solitariamente los problemas personales más profundos.

  • La proposición de anti-valores que se camuflan como valores sociales que no satisfacen las exigencias más profundas del alma (La competencia desmedida, la búsqueda de poder a toda costa, etc.).

  • La desorientación social y espiritual. Debido a las nuevas tendencias aparecidas en las últimas décadas.

En fin, la influencia de una sociedad que se mueve rápido y cambia constantemente permite y facilita la desorientación personal, las bajas de autoestima, el descontento personal, el fracaso, el sentimiento de soledad y aislamiento. Las discriminaciones de niños por raza, estatura, nivel socioeconómico etc. también son determinares de las conductas a futuro. Los estereotipos, la despersonalización, la gran competencia existente en el mundo laboral y estudiantil, que pueden llevar a una gran angustia se podrían evitar si las sociedades se humanizaran, si valoraran a cada persona en su originalidad y dieran cabida a aquellos que tiene una forma diferente de enfrentar y resolver las problemáticas que se presentan en la vida. En el mundo de hoy para no ser pasado a llevar por los más fuertes no queda otra elección que ser astuto y poder equilibrar la inteligencia emocional para poder obtener un nivel de vida optimo.

En el caso presentado, la presión de la familia fue el causante de la muerte de Miguel. La familia en todos los casos cumple el rol fundamental de crianza de los niños, la educación base y la entrega de los valores. Muchos padres alegan a los colegios que están mal educando a sus hijos ya que cada día estos son mas agresivos, faltas de respeto y poco tolerantes, pero no se dan cuenta, de que todos esos puntos que critican los padres son adquiridos innatamente por sus hijos en las casas, el exceso de televisión, el computador y sencillamente las amistades que tienen sus hijos.

Conclusión

El suicidio es una decisión que muchos seres pueden llegar a tomar para poder desligarse de sus problemas familiares, conyugales, económicos y sociales. La decisión del suicidio es tomada por alguna persona que carece de algún problema psicológico causado por cualquier factor (en este caso externo) como lo fue la presión que tubo Miguel de sus padres, sin encontrar alguna solución a su agobio y sin querer defraudar a sus padres en el futuro próximo.

Muchas veces los seres más queridos, los aquellos que “nos” rodean, no se dan cuenta el daño que hacen al exigir metas de gran responsabilidad imposibles de realizar.

Se pueden hallar motivaciones para el suicidio entre personas de todas las sociedades, aunque predominan en personas jóvenes y de mediana edad. Su estado emocional es de dependencia, falta de madurez, impulsividad, y motivos externos etc. Con su conducta suicida expresan rabia o sus sentimientos de repulsión para forzar un cambio en la persona que los exige o le provoca sentimientos de culpa.

Miguel fue un joven como nosotros, sintió una tremenda presión y responsabilidad de parte sus padres, por la cesantía que estaban, el padre de Miguel, Francisco Cárdenas se culpa por la decisión tomada de su hijo…

Luego de leído el ensayo, el fin es comunicarles de que muchas veces los jóvenes de nuestras edades (14-19), al no encontrar un refugio, comprensión, apoyo, cariño y fraternidad de sus progenitores, buscan formas de cómo conseguirlos y es ahí cuando miles de jóvenes caen en malas juntas, alcohol, drogas, pandillas, robos, que les ayudan ha obtener necesidades básicas y mínimas para si mismos y su familia. Los jóvenes se sienten acogidos por personas que sufren la misma situación y a veces peores condiciones familiares y cuando llega el momento que estos “amigos” los dejan, no tienen a nadie mas a su lado que los escuche, con quien hablar, desahogarse sintiéndose solos, desamparados, incomprendidos por la sociedad, con carencia de afecto y como no encuentran una razón de vida muchas veces los lleva a tomar la única decisión que les queda, auto eliminarse o el suicido.

Al concluir esta investigación logre ampliar mis conocimientos respecto a los trastornos mentales que inducen a la depresión y al posterior suicidio.
Al hablar de trastornos mentales me refiero a aquéllas afecciones o síndromes físicos y conductuales que causan angustia y deterioro en importantes áreas del funcionamiento psíquico. También se caracterizan por afectar la inteligencia emocional, el rendimiento intelectual y la adaptación social.




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Enviado por:Gonzalo Gelmi
Idioma: castellano
País: Chile

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