Política y Administración Pública


Sociología de las organizaciones


*Genaro Fernando Cedillo Ortiz.

  • Sociología de las organizaciones.

- Para pensar y construir la democracia en México.

  • Mtro. Lic. Salvador Gutiérrez.

Para pensar y construir la democracia en México 

Sociología de las organizaciones
Sociología de las organizaciones
Sociología de las organizaciones
Sociología de las organizaciones
Sociología de las organizaciones
Sociología de las organizaciones
Sociología de las organizaciones
Sociología de las organizaciones
Sociología de las organizaciones
Sociología de las organizaciones
Sociología de las organizaciones

Introducción.

Llegamos al fin de un milenio que coincide con el anuncio de la extinción de una época. Entre estos signos, ninguno tan dramático como la terminación de un sueño largamente esperado: la democracia (1). Luego de dos guerras mundiales bajo el lema de la libertad, después de la degradación de la naturaleza por obra de la tecnología ¿podemos hablar sin un dejo de ironía, de progreso, libertad y democracia?. Y es que éste ha sido el acontecimiento más importante de los últimos mil años. La expansión de la palabra libertad es en sí misma importante, porque ha hecho posible virtualmente posible todos los demás logros de la humanidad, en las ciencias, las artes y en el bienestar material. Arribó México este dos de julio al encuentro con vocaciones extraviadas por instantes: la libertad, la justicia y el cambio político y social, conjuntado en una sola frase: Democracia, tal como fue anunciado y predicado por los contendientes a la máxima magistratura en nuestro país. La sociedad civil partió de la mano con el poder político para arribar al objetivo deseado: promover, mantener y defender la igualdad de derechos ante la ley, creando el contexto adecuado que nos abre la posibilidad de disfrutar de una libertad real. Ya no en sueños.

Desarrollo del tema

 La segunda razón, es aprovechar la aportación realizada por el profesor Ernesto Garzón Valdés en "El Consenso Democrático: Fundamento y Límites del Papel de las Minorías" (6), donde realiza una sugerente evaluación sobre el sufragio universal y su papel legitimador de la democracia representativa. Este razonamiento parece obligatorio ante las inexistentes críticas o estudios respecto de esta cuestión. Prevalece un consenso unánime en que la igualdad ante las urnas es la condición básica de toda democracia, considerándose, por ello, que el sufragio universal es la piedra angular de todo sistema político. Parece haber surgido un nuevo "dogma de fe" donde cualquier argumentación crítica y reflexiva se convierte en una incorrección. Pero esta avenencia, que consideramos tan evidente, es aun muy reciente. Basta con recordar que hace apenas medio siglo, las mujeres accedieron al sufragio; por no decir, que la sociedad española, tan proclive a los golpes de Estado, disfruta de este derecho hace escasamente veinte años. En cuanto a esta universalidad, entendida como ampliable a todos los seres humanos, es una pura ficción.

 El análisis elaborado por Garzón Valdés nos permite cuestionar el principio radical de todo sistema democrático. En su artículo niega que el consenso mayoritario sea el único criterio que permita evaluar la cualidad moral de una voluntad (7). Esta conclusión le conduce a la firme creencia de que es necesario recurrir a lo que denomina "cotos vedados" (8); es decir, la justificación de determinadas restricciones al derecho de sufragio. Con esta finalidad, apoya sus argumentos en la tesis diseñada por Condorcet en su obra Mathématique et Societé, donde establecía un modelo de votación restringido que permitía anular cualquier margen de error en el resultado de la votación, obteniendo de este modo lo que consideraba "verdad" (9). Si bien es cierto que Condorcet en un primer momento, creyó que el sufragio debía ser limitado y no extensivo a toda la población, no es válida. Esta idea fue sufriendo a lo largo de su vida, una mutación positiva hacia la universalidad.

Preguntémonos y seamos sinceros al responder: ¿Podemos hablar de democracia en estos tiempos?. ¿Qué implicaciones tiene?. ¿Democracia para quién o quiénes?. No pretendo dar una respuesta a cada una de las preguntas, dada la brevedad de este ensayo, pero sí me permito pensarlas e invitarlos a responderlas. Este es el pensamiento que me anima a escribir estas ideas, que como tales, están sujetas a discusión, las cuales enmarco en lo que se reconoce como la convivencia de sistemas plurales dentro del Estado de Derecho democrático. Vivimos en la era de la globalización económica, donde la idea de vivir en un mundo globalizado como lo apunta Sergio López Ayllón, ha tomado carta de naturalización en la opinión común de finales de siglo (10), sobre todo si observamos que en el mundo de la cultura contemporánea, ciertos momentos resultan institucionalmente relevantes. En una cultura profundamente condicionada por los medios de comunicación masiva, la expresión de la consolidación democrática a partir de las elecciones del cambio socio-político, nos ofrece un punto de partida, mismo que invita a reflexionar la trascendencia del cambio político que esperamos, habrá de ocurrir en México, a partir del día primero de diciembre de este año, en conjunto con la inserción en el plano internacional de la economía mexicana.

 

II. ¿Repensar o inventar el valor actual de la democracia?. En estos tiempos la democracia ha destacado por su universalidad, pero también su sustancia ha sido tan indefinida y equívoca. Nunca su propio sentido ha tan confundido como hoy día. Nunca ha sido tan popular. Al mismo tiempo, quizá nunca fue una expresión tan banalizada, tan sometida en sus expresiones más operativas, en su dimensión más radical, a la fuerza de otros vectores de organización social, como la economía, los procesos de transnacionalización que se tienden a considerar tan deseados como inevitables, la homogeneización cultural o sencillamente, la pérdida efectiva de la ciudadanía -base real de la democracia-, que conllevan la pobreza y la marginación modernas (11). ¿Cuáles son los retos fundamentales de la democracia?. En principio de cuentas, entendamos a la democracia como algo más que una forma de gobierno. Por ejemplo, para los europeos, el ethos democrático queda ejemplificado por afirmaciones como las siguientes: la democracia es siempre democracia política. La democracia es siempre democracia formal. La democracia es siempre democracia representativa. La democracia es siempre democracia pluralista.

Contrariamente a visiones de este tipo, para nosotros, la democracia no es sólo un sistema de gobierno, sino ante todo una forma de vida social, una forma de sociedad. Y es precisamente en esta distinción donde podemos hacer un ajuste de cuentas, necesario para México. Mientras que en Europa la democracia fue un elemento vertebrador de las sociedades fragmentadas, un producto y un instrumento de la modernidad, del proyecto moderno ilustrado en clave absolutista, en América Latina y en México, la modernidad no tiene nada de absoluto: aquí no hay nada más que conflicto. Nuestros países tienen que comenzar por reconocer que el conflicto es la base y el fin de la política. Aquí la integración política sólo ha podido darse a través del conflicto y pocas veces del consenso. En consecuencia, la definición del proyecto moderno que queremos los mexicanos, será a partir de la definición de un nuevo ethos democrático: la democracia es mantener el espacio público abierto, que nos permita pensar en una nueva sociedad, basada en una profunda transformación estructural en las relaciones de producción y en las relaciones de poder. Más adelante explicaré estos puntos.

La separación del poder y la sociedad como condición de la democracia se traduce en dos elementos: a) Que la sociedad ya no dependa de ningún tipo de absoluto y b) El poder queda como un espacio vacío que la sociedad civil ocupa de vez en cuando a partir de la esfera pública, reconociendo que el poder es un lugar estrictamente vacío y que la sociedad es un núcleo de individuos radicalmente diferentes, donde más que consenso, buscan integración. Es pronosticar si una sociedad puede alcanzar la democracia o no, entendida no en su aceptación normativa, sino social. Este mismo intercambio de ideas lo refleja fielmente Luis Villoro cuando afirma: Aun los esfuerzos de cambios paulatinos nos han dejado un mal sabor de boca. Destinadas a moderar los excesos de un capitalismo salvaje, las reformas socialdemócratas y populistas tuvieron que aceptar, a la postre, administrar el sistema que pretendían cambiar. Los logros que sin duda obtuvieron en aumentar el bienestar material de la mayoría, se vieron oscurecidos por el incremento de la miseria de muchos al lado de la afluencia de pocos (12).

La democracia incluye muchas más dimensiones. Muchas más quizás de las que se dibujan en la imaginación de los ciudadanos. Las más comúnmente citadas son: libertad, igualdad, equidad, participación, justicia, no discriminación, etcétera. Cada dimensión, a su vez, es objeto de interpretación, tanto en lo conceptual como en lo referente a su praxis. Así, lo que se considera democrático en un determinado contexto y momento histórico, puede no serlo en otro contexto y época, tal como lo señala Paolo Bifani (1997, p. 63), "el desarrollo industrial y el comercio han contribuido a la democracia, pero también han creado obstáculos a la misma y originar crecientes desigualdades y una extensa división del trabajo y de clases". En este contexto, los partidarios de la ideología: dejar hacer, dejar pasar, ven a la democracia como una amenaza para la propiedad y la cultura, considerándola como un sistema que favorece la codicia para robar y hundir a los pudientes, presentando la distribución de la renta o la riqueza como un grave problema en los grandes apartados de la economía (13).

En las sociedades democráticas, las principales relaciones de redistribución entre los agentes se producen mediante la política de impuestos, las transferencias sociales y los servicios públicos (14). En algún sentido, buena parte de la legislación de un Estado se puede ver como redistributiva, pues con frecuencia existen perdedores y ganadores. Piénsese, por ejemplo en la legislación comercial, y más claramente, en la de salarios mínimos. ¿Existe una relación entre democracia y políticas redistributivas?. Es una pregunta compleja, y seguramente sin una repuesta única y clara. Todo dependerá de muchos factores, y entre ellos, el de nuestra definición de la democracia (15).

OPINION Y CONCLUSION. .

Vamos a empezar en nuestro estado el siguiente año en elecciones electorales, desde siempre se a dicho que desafortunadamente en México nunca a habido democracia, desde el clásico dedazo que yo creo que todavía existe primero en el Pri y no se diga que en otros partidos , hasta la burocracia sigue presente en nuestros días, desgraciadamente todo es manejado por personas que bajo un titulo llamado “poder” manejan las plazas a su antojo y manejan a la gente de muchas maneras . Un ejemplo puede llegar a ser diputado por dos caminos: ganando una elección, con votos, o por "dedazo".

Si tienes muy buenas palancas o se lleva de "piquete en el ombligo" con el líder de un partido político, entonces lo pueden anotar en una lista y le asignan un número. Los llamados diputados plurinominales. Si en las elecciones a ese partido le tocan 15 huesos, 15 diputados plurinominales, y si usted es el numero diez de la lista, ya la hizo, se ganó el derecho a vivir del presupuesto.

¿A quién le devería usted el favor?, ¿a quién se sentiría obligado de respetar y obedecer?. Exactamente: al líder del partido; por eso estos señores tienen tanto poder en México y se llegan a convertir en auténticos caciques, y por eso le valdrían a usted gorro las demandas de los ciudadanos como diputado, porque no fueron ellos quienes lo eligieron. Ese es el problema con los plurinominales.

Algunos dicen que los diputados plurinominales son necesarios para el equilibrio de poder, para darle acceso a minorías al Congreso. Discúlpeme la expresión, pero mire: cuernos con su equilibrio de poder.

La democracia no existe simplemente también no nos vallamos tan lejos hay gente que esta en el poder así llamándose PRESIDENTE y no quieran tapar el sol con un dedo esta manejado por 2das personas que siguen siendo los mismos caciques que nunca han querido dejar el hueso , viven de puesto políticos y andan en uno y otro partido político , Eso no es amor al partido eso es conveniencia aparte , antes de iniciar una contienda electoral les entra un amor ya sea por el estado , pueblo o país , hasta entre ellos mismo se ponen de acuerdo como se repartirán los huesos , POR FAVOR!! , Hay gente que esta en el poder que según esto democráticamente quedo en un puesto “X” y NO HACE NADA!!! .

Dice que esta trabajando y todo lo contrario dice uno por que anda en ese puesto si no sabe lo que es ese puesto y no lo sabe llevar acabo y que mal que todo sea manipulado , si en verdad tuvieramos una “DEMOCRACIA” EN MEXICO OTRO PAIS SERIAMOS NO EL QUE SOMOS AHORA!!.

P.d- Disculpe mis palabras medias malas Lic. Pero de verdad uno se emociona con el tema y da coraje que no se vea ese México democrático que la gran mayoría queremos pero que mal que por unos cuantos caciques no tengamos DEMOCRACIA!.




Descargar
Enviado por:Fer_9
Idioma: castellano
País: México

Te va a interesar