Historia
Sociedad de masas en el siglo XX
TEMA 31. LA ECONOMÍA INTERNACIONAL Y LA SOCIEDAD DE MASAS.
El legado de la guerra y las dificultades de la recuperación de la posguerra (1919-1924)
Consecuencias inmediatas del conflicto: pérdidas demográficas, destrucción de bienes de equipo, deudas por el coste de la guerra, sanciones y reparaciones, multiplicidad de fronteras. Alteración del sistema económico internacional y reafirmación del intervencionismo estatal, del proteccionismo, aumento de la concentración empresarial y aplicación de nuevas tecnologías.
Las repercusiones amplias: los problemas estructurales. Cambios en la producción y el comercio (mayor pluralidad de la economía mundial), en el movimiento internacional de capitales (pérdida de la hegemonía europea, Estados Unidos principal acreedor). Se dejan sin resolver las tensiones de la preguerra, en particular la rivalidad imperialista, la pugna comercial y las tensiones sociales.
El difícil retorno a la normalidad: de la crisis a la recuperación. Al término del conflicto, el incremento de la demanda generó un aumento de la producción por encima de la capacidad de absorción del mercado! crisis 1921 (Sobre todo en Alemania)
Tras los fracasos de las políticas deflacionistas y proteccionistas, el cambio llegó por la vía del entendimiento internacional: La Conferencia de Génova (1922) vuelta al sistema de cambios del patrón oro y el Plan Dawes (1924) recomposición del sistema monetario alemán. Estabilización de la economía europea.
La frágil prosperidad de los “felices años 20” (1924-1929)
Los signos externos de prosperidad: boom económico y sociedad de masas. Resurgimiento de la producción y del comercio mundiales al amparo de los logros de la Segunda Revolución industrial, expansión del consumo de masas impulsado por el crecimiento urbano y la racionalización del trabajo (cadenas de montaje), sobre un mercado amplio de consumidores, interclasista y multinacional.
Las modalidades de la prosperidad: cambio de papeles en la economía mundial. Estados Unidos modelo a imitar (éxito del “american way of life”), empresas automatizadas, ideal de democracia económica (“capitalismo de bienestar”).
La recuperación europea atravesó muchas dificultades al combinar viejas estructuras y nuevas realidades económicas, tener una gran heterogeneidad entre regiones dinámicas y estancadas, debate constante entre declive y vitalidad.
Los límites de la prosperidad: las distorsiones del crecimiento económico. Graves desajustes:
La agricultura en crisis: caída paulatina de precios por el exceso de producción! endeudamiento de los agricultores y de los países productores de alimentos.
La industria a ritmo desigual: industrias viejas crecían a ritmo lento (siderurgia, textil), padecen sobreinversión, sobreproducción y paro estructural. Industrias nuevas (eléctrica, petróleo, automóvil y química) crecen a ritmo rápido y con alto grado de concentración.
c) El comercio y las finanzas en constante tensión: contradictorio crecimiento comercial (entre producciones y países), aumento de las tensiones del intercambio desigual y gran movilidad de capitales en fuerte rivalidad financiera.
La “Gran Depresión” de los años 30.
La dimensión de la crisis: una depresión general. La especulación financiera acabó con aquel crecimiento desestructurado. 1929 “crack” del mercado de valores en Wall Street. Caída de la producción, descenso de precios, contracción de la demanda y acumulación de stocks, descenso de intercambios internacionales, restricciones proteccionistas, aparición del paro como fenómeno de masas tras las quiebras empresariales, reajustes de plantillas y drásticas reducciones de la demanda de empleo.
La propagación de la crisis: de América al mundo pasando por Europa. Tras el “crack” bursátil (jueves y martes negro) reacciones en cadena o efecto “dominó” que activó el círculo vicioso de la depresión norteamericana. Repatriación de capitales! quiebra bancaria en Austria y Alemania, efectos inmediatos en Londres. La contracción del comercio internacional y la caída de precios agrícolas hizo el resto, desintegrando la economía mundial.
Las consecuencias inmediatas de la crisis: nacionalismo económico y tensión social. Adopción de políticas deflacionistas y de ajuste económico duro (devaluaciones monetarias, recortes presupuestarios, restricciones de precios, salarios y créditos) ! deterioro de las condiciones de vida y la extensión de la miseria.
El reforzamiento del proteccionismo comercial y financiero (control de cambios y acuerdos) condujo a la compartimentación de la economía mundial en torno a cuatro bloques económicos de países con patrones monetarios diferentes (libra, dólar, oro y cambios múltiples)
Las respuestas a la crisis: ortodoxias, heterodoxias y autarquías económicas.
El denominador común: la irrupción de un nuevo intervencionismo estatal. Fracaso de las políticas deflacionistas. Surgen nuevos modelos económicos basados en el aumento del gasto público con el fin de estimular la demanda, reflotar empresas en crisis y paliar las tensiones sociales, antesala de las políticas keynesianas posteriores.
La salida americana: el New Deal. 1933-1935 innovador programa de “reflación” con el objetivo de estimular la inversión y el consumo, con reestructuración del sistema bancario (Bankig Act), control de la producción agraria e industrial y fomento del empleo público a través de la creación de obras públicas de gran envergadura. 1935-1939 Se centra en las cuestiones sociales (National Labour Relations Act) y en la reactivación comercial.
La salida autoritaria: la política autárquica de los fascismos. Progresiva militarización de la economía alemana a través de los planes cuatrienales:
1933. Para eliminar el paro (control de precios y producción, servicio militar obligatorio, obras públicas y estricto control sobre empresas y trabajadores)
1936. Rearme, desarrollo del corporativismo fascista en Italia, con arbitraje de las relaciones laborales, control de la industria, las finanzas y fortalecimiento del sector público.
Las salidas de la Europa democrática: vías dispares. Recuperación endeble de la economía británica basada en el dinamismo de las nuevas industrias, las ayudas financieras del estado, la política monetaria de estímulo a la inversión y el comercio preferencial con los países de la Commonwealth.
Política deflacionista, mantenimiento del patrón oro en Francia, hasta que el Frente Popular, con medidas sociales y la desvinculación de este patrón, consigue eliminar el paro pese al aumento de los costes de producción y la elevación de precios.
La salida de la periferia: la frustración del subdesarrollo. Intentos de paliar la reducción de la producción agrícola con industrialización, urbanización y nacionalismo que tropiezan con los límites de las relaciones población-subsistencias y ayudas-endeudamiento exterior.
El rearme y la Guerra: punto final.
La agudización de la rivalidad económica: reforzamiento de los bloques económicos y las políticas proteccionistas (aranceles, cuotas y controles de cambio) con la desarticulación del mercado de capitales y del comercio multilateral.
La generalización del rearme: exacerbado nacionalismo, políticas generalizadas de rearme, prioridad para la industria de guerra, planificación del abastecimiento y elevación de los gastos en armamentos a través de créditos e impuestos, recobrándose así el pleno empleo.
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Enviado por: | Daniel Hernández Blanco |
Idioma: | castellano |
País: | España |