Literatura


Sobredosis; Alberto Fuguet


Deambulando por la orilla oscura.

(basado en una historia real)

Macana estaba vestido con su pinta típica, sus muñequeras negras, el pañuelo vaquero que solo le tapaba la mitad de la melena, la polera negra de los Guns y la chaqueta. Se había guardado el cuchillo ensangrentado entre su pierna y la bota. Las minas estaban seguras de que el Macana estaba loco por las pepas, y el Yoko no se pudo defender.

Macana se dirigió al Apoquindo donde estaba toda la taquilla de parásitos que vegetaban por ahí haciéndose amiguitos y comiendo, ver que te vean. El odiaba ese lugar, quizás por eso iba tanto.

El Macana subió hasta el estacionamiento y comenzó a bajar por las ramplas de los autos, al llegar a la última vuelta se encontró con dos guardias que tenían su mirada fija en él, uno saco su walkie-talkie, Macana comenzó a correr hacia el murallon de cemento que se extendía para arriba y trepó, pensaba que los cuerpos jóvenes igual se pudren, no hay nada mas que hacer; todo le parecía emocionante y entretenido. Se lanzó, volando por unos instantes y luego callo en el suelo trizado, el cuchillo reboto y calló debajo del único farol prendido.

(1987)

Amor sobre ruedas.

Sandra y Márgara eran amigas desde el colegio y ahora estudiaban en un instituto.

Todos los fines de semana salían a buscar minos, como ellas decían, después de un tiempo comenzaron a salir los martes y ya creían que quizás se les estaban pasando la mano. Ellas no llegaban hasta el final y no por que no quisieran, si no por la fama. Pero esta noche era otra cosa, era día martes pero tanto movimiento como si fuera sábado. Sandra anda con una polera muy apretada sin sostén con sus tetillas erguidas detrás del algodón que tiene estampado un “Any time you want” rojo; Márgara se puso, aunque en realidad no se la cree por que de fmme fatale no tiene nada una falda con dos tajos que según ellas mata a cualquier tipo al tiro, arriba un peto negro super brilloso que le queda medio suelto. Además se arreglo el pelo para verse como si recién viniera saliendo de una cacha con tutti, con sombra de ojos, en fin las vestimentas son como para ir a la pelea.

Eran las nueve y se dirigían hacia El Faro donde se juntaba la taquilla, conversaban puras tonterías por lo cual no se habían dado cuenta de que como hace media hora las venia siguiendo un auto super cerca. Era un auto negro brillante y luminoso.

Sandra enciende un cigarro mira a Márgara y parecen decepcionadas, piensan en irse a casa, pero Márgara observa por el espejo retrovisor una luz estalla en su cara y el auto adelanta y se pone al lado de ellas. Ambas están calladas, Sandra con el vidrio abajo trata de ver quien esta dentro del auto, pero n o consigue ver nada, las cuatro ventanas oscuras comienzan a bajar automáticamente y aparecen cuatro tipos, son bellísimos, cada uno es distinto pero tienen la misma mirada, fija dura y atrapante. Márgara sin darse cuenta cambia la emisora a la misma de ellos, se mantienen paralelos y ellos ni las miran. Ellas se ponen celosa al que ellos miran ansiosamente a las prostitutas que están paradas en la esquina.

Márgara trata de llamarla la atención haciendo rugir el motor del auto, mientras que Sandra que ya esta afuera de la ventana toda loca y eufórica se agarra las tetas con las manos y las aprietas hasta que por pocos sus pezones le atraviesan la polera y les grita ¿quieren hueveo loco?, le tiran besos y hacen gestos lascivos, los tipos con sorpresiva comienzan a sonreír le devuelven los besos le gritan frases, garabatos y guiños de ojos. Sandra le dice a Márgara estos si van a la pelea, una buena cacha no le hace mal a nadie. El auto negro trata de chocarlas y sacarla de la pistas, comienza el encierro. Los tipos del auto negro les tira más garabatos, pollos y escupes, ellos se bajan los pantalones y se largan a mear sobre el auto de ellas, a juguetear con sus presas. De un momento a otro desaparecen dejando un estadillo en la brisa. Márgara y Sandra se sentaron en medio de Apoquindo se suben al auto y se van tratando de olvidar lo que pasó, cuando de repente aparecen cuatro autos negros del mismo tipo que el anterior, las encierran sin dejar salida, se detienen y una puerta se abre.

(1986)

Los muertos vivos.

El Drago era el único descartuchado del grupo y por eso le tenían mala.

Después de volver del verano que pasaron en Tongoy a todo dar, se pusieron de acuerdo para celebrar los quince del Bambam, con revistas playboy y penthouse, los videos pornos, papel confort, quien se va cortado primero y quien lanza el chorro más largo.

LOS GOONIES: Drago, Polo, Pipe, Bambam y el Rocky de trece. En Tongoy habían pocas minas, la pasamos en la casa del Polo. Su vieja tenia un nuevo amante milico, que les daba plata para que no jodieran en la noche.

Los Durán-Durán, el Pipe los bautizo así por sus peinados se reventaban hasta morir podía pasar de todo y de hecho pasaba. Tenían pitos, tragos y edad, estaban en la universidad privada a puntos de ser echados. Eran chicos buenos pero malos a la perfección. El conejo era el líder heavy para las pepas, taquilla pura, todo pasando. Se jalaba sus líneas y le quebraba los vidrios a las minas que no se dejaban comer.

Los Goonies, que tenían plata contrataron a los Durán para que los llevara a chulear por Tongoy, Coquimbo y otros lugares. Los Duran les bolseaban de todo y como pago los dejaban escuchar música en la parte de atrás de la camioneta mientras ellos entraban a bailar o echaban su cacha a oscuras en la arena.

Entraban a primero medio pero todavía quedaba una semana.

A todos les gustaba a Los Muertos vivos todos tenían sus pósters pegados en la puerta de sus closets o en los techos, compraban la Rockstock porque traían las letras. Los Muertos vivos distorsionaban ene por todas partes estaban contra Pinochet y sus matones pero reconocían que eran grossos. Como el viejo del Laucha, otro Durán, que fue jefe de un comando. Los Vivos eran leyenda hasta decían que eran del frente. El estrellato les llego un año antes cuando la alcaldesa culeada le dio la gaviota al Tiví y el huevón, puta el huevón simpático, se la pasó por la raja, le dio un beso con lengua a la vieja y la quinta se vino abajo y el grupo entero tuvo que pasar a la clandestinidad. Por mas que estuvieran prohibidos los Vivos mas se escuchaban algo los unían eran superior a las diferencias. Eran Los Muertos Vivos.

Los Vivos iban a tocar y los Goonies tenían que estar ahí cueste lo que cueste, ni cagando, ya estaba bueno que los hicieran dormir temprano o los matarían que mañana estaremos mejor o el no se metan.

Ya llevaban tres días en Santiago y realmente era la nada. La única salvación era escuchar a los vivos por el walkman o jugar a los games.

El Drago se encontró con el Conejo y le pregunto si iba a ir a ver a los Muertos Vivos, pero Drago le dijo que no tenia entrada ni pase, no sabia ni donde iban a tocar. Iban a estar los locos de la MIR y del Frente, los Humanistas, prometen abastecer con toda la chicolombiana que alcancen a cosechar. El Drago nunca había visto tocar a los Vivos.

El Conejo: ¿Te acordai del Vaca? Termino con la Sofía y ahora anda con una mina media izquierdosa pero buena pal pico trabaja en una radio clandestina que tienen unos curas Irlandeses y escribe con seudónimo para la Rockstock, es una de las pocas que sabe donde van a tocar los Vivos, nos dio pases libres y ene de entradas.

Si los pacos llegan a saber queda la media zorra, todos presos, seguro que fusilan a los Vivos ahí mismo y después dicen que fue un motín. Este pechito invita te preocupi Drago, los Goonies van. Los paso a buscar a la casa del Pipe, quédate piola no mas que tu padre es facho y con ese tipo de gente no se sabe.

Estaban en la casa del Pipe viendo unos videos de la MTV que el Rocky se había conseguido, era tarde y los Durán todavía no los recogían. Por fin aparecen.

Se subieron a la Van: estaba la Nany, la mina de la radio, al lado estaba el Vaca que no pesca una tal Solange el Laucha.

Un par de semáforos, la carretera, desvíos, calles raras y oscuras.

El Jaguar atina con la Sara que para variar andaba taquillando, el Laucha que siempre esta solo, cantaba temas del Tiví.

El Conejo aspira un pito, se lo pasa al Gato que reparte un botella de pisco de 40, nadie se da cuenta y el Pipe toma hasta llenar su boca.

Atrás el Conejo y el Gato comprimen a una mina. Media mina, les presento a la Marushka, una amiga, dice el Conejo. Saluda a los Goonies que la tienen chica, pero son calentones, como a ti te gustan, galla. Si se portan bien capaz que la Marushka les haga una francesa o algo. Le da feroces besos a cada Goonie: en la mejilla al Polo, en la nariz al Rocky, en la oreja al Bambam, casi en los labios al Drago y en la boca, con lengua y saliva, al Pipe.

Hasta aquí no mas, ahora a caminar y callados por que si nos pillan, directo al sótano.

Casas de adobe achatadas, basurales con olor a cadáveres y fogatas, al fondo se ve la sombra un campanario que oscurece aún más la calle de adoquín.

La Marushka le toma la mano al Rocky y le agarra el paquete detrás de un paredón. Después lo mira y lo deja.

No fue fácil entrar. La Nany los llevo a la iglesia vieja, donde la cúpula había caído con el último terremoto. Todos en fila india siguiendo a la Nany que abrió la puerta del confesionario y descendió.

Una vez abajo un pasillo eterno que los llevaba a una central más iluminada llena de afiches de los años de la revolución.

Poco a poco se escuchaba la música, los ritmos de unos grupos argentinos, llegaron al final de el pasillo un tipo con aspecto de canceroso les corto las entradas y lograron entrar.

Los Muertos Vivos aún no aparecen y hay rumores de que fueron interceptados y que hay sapos en el público. Los Durán se mezclaron con la multitud buscando minas que en estas noches son aún mucho más fáciles y gratis.

La Marushka medio chula, chulaza, pero rica, carnal, le sobra carne, le cuelga. Entera de negro, malla Newton- John apretadisima, que se le mete hasta adentro, blusa de raso que le aprieta las tetas, aros que brillan y provocan.

Los Muertos empiezan a sonar y los Goonies gritando y cantando las letras.

La Marushka se traga una píldora, mastica chile e infla un globo, se agacha para ajustar sus botas blancas que tienen flecos.

Los cinco miran y cuartean. En el baño mojado hay gente que está tirando: minas arrodillas, tipos sentados sobre el water.

La Marushka fuma un pucho, el Bambam la huevea, el Pipe la mira atento, el Polo la puntea, el Drago jura que esta enamorado. Estaba sudada, con sus axilas llenas de rizos masajeados con Etiquet, el gel escurre por sus mejillas arrastrando todo su maquillaje.

El Rocky que jura tener un bajo en sus manos hace piruetas alrededor de la Marushka que suda como una llave abierta, se le moja alrededor de cierre. Da media vuelta y comienza a puntearle al Bambam y a rozarle lo que nunca le han rozado.

El Pipe típico no atina y solo su cuerpo brinca se tira y comienza a besar las piernas duras y sube hasta llegar a la boca donde siente esa lengua que le hace cosquillas en sus amígdalas y que lo deja con sabor a pisco, tabaco y machas recién abiertas.

Los cinco ya no daban más todo ya era una tortura. De forma muy rápida todos se transformaron enemigos por la Marushka

El recital termina y el Tiví ya no entiende nada, todos salen corriendo, arrancando por las escaleras oxidadas y los pasillos. Aparecen los Durán hechos sopas, en otra, hay que largarse rápido los tiras se enteraron y dicen que van a tirar lacrimógenas por las alcantarillas para ahogarnos a todos. La Marushka dice, vámonos que esto se va a poner peludo salen corriendo y la Marushka meneando su culo se aleja, el Conejo la abraza la detiene y se la atraca con firmeza.

Recorren las calles iluminadas hasta encontrar la Van debajo de todos los cartones sana y salva, casi todos los Durán suben a ella tocan la bocina y prenden la radio. Apoyados en un kiosco, el Conejo atina con la Marushka. Es un callejón chico, la bocina sigue sonando. La Marushka tiene sus piernas alrededor del Conejo, la malla abajo. Él casi no entiende pero la puntea y la goza como buen conejo que es. Ella le mete la mano bajo sus jeans y lo aprieta.

Los cinco Goonies la cuartean, encienden cigarros, el Conejo ya habían terminado y ella seguía jadeando por si sola. Se apartan el los mira y les guiña un ojos y les sonríe mostrando sus dientes de conejo.

El Conejo se sube a la van, se acerca la Marushka y les dice, les tocara cuando sean más grandes, cuando crezcan. Se sube y parten.

Los Goonies caminan lentamente hasta la avenida, el Polo pregunta ¿aún somos amigos o no?. Seguro, responden. Dan unos pasos lentos hasta llegar a la esquina. El Pipe hace parar una micro.

(1989)

Pelando a Rocío.

Si yo no me la creo menos te la crees tú. No entiendo, cómo puede haber gente que puede cambiar tanto, ¿cachai?… es verdad que cuando una persona nace loca, nace loca. Pero lo que yo no cacho es cómo alguien que nace decente, como nosotras tu sabes, y mejor aún, se puede volver tan así, tu sabes … como esta amiga mía de la que te estaba contando, pero no te e contado todo, el fin de semana busque en los diarios y leí cagada de miedo, hasta me puse a averiguar si todo era verdad, pero déjame seguir…

…Bueno pide dos más, pero no tan secos, capaz que me cure, ya sabes con andar cortando diario no e ni almorzado. Incluso don Edmundo me pregunto si me pasaba algo, me sentí re mal, ultima, imagínate si llega a averiguar algo, quedo como chaleco de mono…, no es por pelar pero mira a esas comadres que acaban de entrar, ese tipo de minas les baja el nivel. Después las minas se creen la raja por andar metidas acá arriba, caufas de mierda. Me sacan de quicio, calentonas de huevas. Todavía no entiendo como la Rocío se juntaba con gente como ellas, pero por lo menos estas se arreglan y no cachan nada, en cambio los tipos de la Rocío andaban con ponchos y a olor a ovejas, recitando todo el día y leyendo libros rusos, enfermos de densos, me repelen.

Bueno galla, la cuestión es que el sábado me llamó una amiga, la Marisol Lagos, tu no la conocí, me hice amiga de ella en un Pre, en el Ceaci, más loca que una loca que una cabra; no entro a la Universidad y se dedico a hacer moda que vende en cantidad. Ahora trabaja en la galería Bellavista, lo pasa la raja, conoce a la cachá de gente, famosa. La cuestión es que esta mina me llamo para invitarme a una cita a ciega en una fiesta de su onda. Así que fui y me vestí lo más loca posible onda punk, taquilla, la cuestión era no salir de foco. El gallo que se suponía era pa mi, era super exótico, cacha que sacó una cucharita y se puso a jalar coca ahí mismo.

Después de un rato empezó el show de unos huevones raja de cocidos o inyectados, no se, llamados Los Pinochet Boys y después vino otro que se llamaba Generación Espontanea y cuando voy cachando el tipo que toca el bajo se me hacía conocido, era o es el esposo de la Rocío Patiño, esta super amiga mía del colegio. Pero déjame empezar d cero, si falta harto para el toque, la Rocío y yo éramos super amigas, poto y calzón, vivía en una casa fabulosa, es poco como para Vivienda y Decoración, una cuadra entera en Los Dominicos. Te hablo del 78 o 79, cuando estabamos en primero. En ese tiempo ya había toque de queda, pero igual nos la arreglábamos para tener vida nocturna, pero igual los viejos super cartuchos. Éramos más fijadas. Así nos criaron. Mi hermano pobre, se casó la chula de la Valeria a los ocho meses, cara de raja, la Rocío ni si quiera la saludaba con lo clasista que era, pero con la media sorpresita con la que nos vino a salir después. La Rocío en esa época viajaba a cada rato, el papá tenía un empresa importadora y siempre le traía cosas, tenía ene de ropa como para ir a bailar a la disco, me prestaba y dejábamos la tendalada… , después que la Rocío se puso a pololear el Juan Luis encontraba de rotos la onda disco. Sabes una vez hablando con ella me dijo que resentía no haber sido más loca, claro que fue muchos meses antes de estar con el Juan Luis. No sé de repente por eso hizo todo, quizás se auto convenció o se agarro muy fuerte, con la mala surte que tuvo. No puedo creer que te cuente todo esto, pero no puedo dejar de hablar, como puedo ser tan re-concha-de-mi-madre, o sea somos o fuimos amigas, pero tu sabes las cosas cambian…

De las mujeres del grupo del curso, nosotras éramos las más fomes, éramos terribles de tranquilas. Atracábamos super poco y eso que no nos faltaban oportunidades, en realidad la que más atracaba era yo, ella solo calló una vez con el Javier Hamilton en un retiro, pero después volvieron al colegio y nada. Aparte de este mino pololeo primero con el Hugo Vaccaro, estuvieron como tres meses nada serio y después de estos dos vino el Juan Luis.

Con esto último yo me cague la siquis, hasta que entendí que el Juan Luis era su hombre, eran tal para cual. Pero aún así me quito a mi mejor amiga.

Una vez salí con un amigo de Juan Luis el Iván Chadwick, te juro era para buitriar. Hablaban de pura política, los dos de derecha mi papá estaba chocho. Lo que más me sorprendió fu que Rocío se metió tirándole chuchadas a Frei como si fuera su profesor y hablando de Pinochet como si fuera el yo máximo. Ahí cache que se había pasado al bando de los intelectuales que ya no era de mi onda. El Juan Luis era como un genio solo tenia un año mas que nosotras pero ya estaba ne tercero de Derecho.

Cuando la Rocío dio la prueba sacó arriba de 700 puntos, pero entro a la Chile por desgracia suya y de sus viejos.

La graduación que no fue tan mala la hicimos en el Sheraton y todo, yo fui con un gallo holandés, hijo del agregado cultural de la embajada, super estupendo.

Después de la fiesta nos fuimos todos en caravana hasta la playa llegamos a Santo Domingo a la casa de una compañera de curso, yo y el Horst nos metimos en ropa interior al agua y todos se escandalizaron. Y eso me calentó mas que la cresta, la Rocío se acerco y me reto caleta, que el Juan Luis estaba furia. Despues de eso pesque al Horst y me lo atraque en la arena, al rato nos fuimos a la casa nos encerramos en una pieza y me culeó

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Enviado por:Crea
Idioma: castellano
País: Chile

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