Biología, Botánica, Genética y Zoología


SIDA (Síndrome De Inmunodeficiencia Adquirida) en Chile


Introducción

El SIDA y las demás enfermedades de transmisión sexual han afectado a todo el mundo, teniendo consecuencias elevadas para la población. Muchas veces las personas, sin tomarlo en cuenta, consideran que no es un problema que les pueda afectar. Sin embargo podrían verse involucrados debido a alguna irresponsabilidad que ellos cometan.

El SIDA ha sido considerado como la epidemia del siglo XX, ya que a sido la responsable de millones de muertes a nivel mundial. Sabemos que es una enfermedad incurable, y que durante muchos años, científicos han tratado de buscar una vacuna que sea eficiente y pueda erradicar por completo el desarrollo del virus en el cuerpo del individuo, sin lograrlo.

A continuación presentaré qué es el SIDA, su historia, formas de transmisión, su tratamiento, entre otros.

SIDA

El Síndrome de Inmuno- Deficiencia Adquirida ( SIDA en castellano y AIDS en inglés), descubierto en 1983,es el conjunto de manifestaciones clínicas que aparecen como consecuencia de la depresión del sistema inmunológico debido a la infección por el Virus de la Inmunodeficiencia Humana (VIH). Esta depresión inmunológica consiste en la incapacidad del sistema defensivo para hacer frente a las infecciones y otros procesos patológicos. El virus permanece latente y destruye un cierto tipo de linfocitos, células encargadas del resguardo del sistema inmunitario del organismo.

Es una enfermedad de transmisión mayormente sexual que se debe a una mutación o cambio en un virus propio de una especie de mono africano, que pasó a la sangre humana y allí se ha adaptado y reproducido.

Una persona infectada con el VIH va perdiendo, de forma progresiva, la función de ciertas células del sistema inmune llamadas linfocitos T CD4, lo que la hace susceptible a diversas infecciones como neumonías o micosis, o al desarrollo de ciertos tumores. En algunos casos se producen infecciones oportunistas (infecciones por microorganismos que normalmente no causan enfermedad en personas sanas pero sí lo hacen en aquellas que han perdido, en parte, la función del sistema inmune) que pueden llegar a provocar la muerte del enfermo.

'SIDA'

Virus del SIDA

Diferencias entre ser portador y un enfermo de SIDA

Se llama portador a la persona que, tras adquirir la infección por el VIH, no manifiesta síntomas de ninguna clase. Se llama enfermo de SIDA al que padece alguno de los procesos antedichos (infecciosos, tumorales, etc.), con una precariedad inmunológica importante. Tanto el portador como el enfermo de SIDA se denominan seropositivos, porque tienen anticuerpos contra el virus que pueden reconocerse en la sangre con una prueba de laboratorio.

En líneas generales, desde que una persona se infecta con el VIH hasta que desarrolla SIDA, existe un período asintomático que suele durar unos 10 años. Durante este tiempo el sistema inmune sufre una destrucción progresiva, hasta que llega un momento crítico en que el paciente tiene un alto riesgo de padecer infecciones y tumores.

Se estima que, por término medio, existen alrededor de 8 (de 5 a 12) portadores por cada enfermo de SIDA.

El SIDA, una enfermedad incurable

En términos generales, ésta es una enfermedad incurable. La erradicación del VIH en los pacientes infectados no parece posible con los tratamientos actuales. Una vez que la persona se ha infectado de VIH, no hay quien se lo quite. Lo cierto es que, afortunadamente, sobre todo en los países desarrollados, se dispone de medicamentos que frenan la reproducción del VIH, logrando con ello que en muchas personas no sobrevenga el SIDA. En esas personas, la infección por VIH se convierte en una enfermedad crónica. Si una persona infectada no recibe ningún tipo de tratamiento, lo normal es que en 6 ó 10 años se le desarrolle el SIDA y fallezca. Si recibe tratamiento, no está exenta de la posibilidad de efectos secundarios negativos.
El desarrollo de la enfermedad se produce de forma distinta en los países ricos que en los pobres; en los primeros, los enfermos pueden acceder desde 1996 al tratamiento antirretroviral, permitiéndole alargar considerablemente la supervivencia de los sujetos seropositivos, mientras que los segundos no pueden costearse los fármacos. Es por ello por lo que se demanda un esfuerzo de solidaridad por parte de compañías y gobiernos, hacia los países pobres, para que puedan disponer de fármacos a precios asequibles.

Las personas con SIDA precisan de todo el apoyo de familiares, amigos y organismos asistenciales, para sobrellevar esta enfermedad sin cura, pero ante la que una actitud animosa de lucha puede ser decisiva.

A pesar del amplio desarrollo que ha alcanzado la investigación de esta enfermedad en los últimos años, no parece aún cercana la posibilidad de disponer de una vacuna eficaz.

Formas de transmisión del VIH

Las tres vías principales de transmisión son:

  • La sanguínea (transfusiones de sangre, intercambio de jeringuillas entre drogadictos, intercambio de agujas intramusculares).También existe riesgo al compartir agujas contaminadas para perforar las orejas o hacerse tatuajes. Desde 1987, las donaciones de sangre que se hacen en Chile son sometidas a exámenes para detectar el virus del SIDA

  • La sexual (bien sea homosexual masculina o heterosexual). Algunas formas de relación sexual hacen más fácil la transmisión.

De mayor a menor riesgo están:

  • Penetración Anal

  • Penetración Vaginal

  • El contacto de la boca con los genitales

    • La Materno-filial o Perinatal (Transplacentaria, antes del nacimiento, en el momento del parto o por la lactancia después).

    Con menor frecuencia se han descrito casos de transmisión del VIH en el medio sanitario (de pacientes a personal asistencial y viceversa), y en otras circunstancias en donde se puedan poner en contacto, a través de diversos fluidos corporales (sangre, semen u otros), una persona infectada y otra sana; pero la importancia de estos modos de transmisión del virus es escasa desde el punto de vista numérico.

    Riesgo de contagio del VIH por transfusiones de sangre contaminada

    Se infectan más del 90 por ciento de los receptores de sangre procedente de portadores del VIH. Desde 1987 es obligatorio en España excluir a estos donantes, y desde esas fechas puede decirse que el riesgo de infección por transfusiones se ha reducido casi por completo.

    El contagio por esta vía se intenta evitar mediante dos procedimientos:

    • La exclusión de donantes con prácticas de riesgo de infección por VIH,

    • La investigación sistemática de anticuerpos en todas las donaciones de sangre.

    Lo primero se logra con cuestionarios de autoexclusión a todos los donantes; lo segundo es ya norma obligada desde 1987 en la mayoría de los países desarrollados.

    Otras recomendaciones para los bancos de sangre son: restringir al máximo posible el número de transfusiones; transfundir sangre del menor número posible de donantes distintos; reclutar preferentemente donantes de sexo femenino; promover la donación por parte de sujetos previamente conocidos como VIH negativos.

    Así y todo, existe un riesgo residual mínimo de contagio del VIH a partir de donantes en el llamado período de ventana, es decir, en el tiempo en que el donante está recientemente contagiado pero todavía su organismo no ha generado anticuerpos contra el virus; este período suele durar entre tres y seis semanas.

    Riesgo de infección entre drogadictos

    Se contagian más del 90 por ciento de los consumidores de drogas que intercambian jeringuillas con personas infectadas. La mayoría de las personas infectadas y enfermas en España lo han sido por esta vía. Según los datos epidemiológicos más recientes, son casi el 60% del total de diagnósticos de SIDA.

    Para reducir este contagio se han intentado dos tipos de medidas:

    • Las que buscan reducir el uso de drogas por vía venosa

    • Las que pretenden reducir el intercambio de jeringuillas, cuando fracasa lo anterior.

    Entre las acciones del primer grupo está la administración oral de metadona, como sustitutivo de la droga endovenosa; entre las del segundo grupo está todo lo orientado a hacer fácil el acceso a jeringuillas nuevas, como su administración gratuita a los drogadictos.

    Pero estas propuestas mantienen a los drogadictos en su dependencia y no son propiamente preventivas, sino limitativas de la epidemia de SIDA. Con las drogas "sustitutivas" y con el reparto de jeringuillas permanece el problema central de la dependencia y de la aceptación del grave mal de la toxicomanía.

    El modo más digno y adecuado de evitar el contagio entre drogadictos es ayudarles a abandonar la adicción. En este sentido trabajan muchas comunidades terapéuticas de apoyo.

    Riesgo de infección entre Homosexuales

    En los homosexuales que practican el coito anal ese riesgo es muy elevado, sobre todo en el receptivo, y más aún cuando se mantienen contactos sexuales con varias parejas (promiscuidad homosexual). También hay posibilidad de transmisión del VIH mediante "sexo oral" (7% de los casos de homosexuales en San Francisco).

    Los varones homosexuales fueron el grupo más afectado al inicio de la epidemia de SIDA, precisamente porque coincidían en ellos las relaciones sexuales de muy alto riesgo (como el coito anal) y la elevada promiscuidad.

    Riesgo de transmisión por relaciones Heterosexuales

    La probabilidad de infección por el VIH después de una única relación heterosexual varía desde el 1/1000 al 1/10, aunque para los hombres que tienen relaciones con prostitutas infectadas la probabilidad de contagio puede elevarse al 3% - 5%.

    Entre parejas heterosexuales que no tienen contactos sexuales con otras personas, y en las que el varón está infectado y la mujer no, la posibilidad de contagio después de dos años de relaciones sexuales normales, aún utilizando el preservativo, es de aproximadamente un 5%.

    El contagio heterosexual es hoy, a nivel mundial, la principal vía de contagio del virus del SIDA. En los países en vía de desarrollo del 75% al 85% de los infectados lo son por contactos heterosexuales. En los países desarrollados este porcentaje es menor, aunque la vía heterosexual es la segunda causa de contagio.

    En España, según los datos de 2000, el 22% de los nuevos contagiados lo han sido por contactos heterosexuales, aunque cabe destacar que esta vía adquiere un especial relieve en las mujeres, ya que representa aproximadamente el 40% de las nuevas infecciones.

    Hay unanimidad entre los científicos en que sólo la abstinencia sexual y las relaciones monógamas con persona no infectada aseguran la no-transmisión del SIDA. Para los que quieran asumir el grave riesgo de mantener relaciones sexuales fuera de la monogamia con persona sana, las recomendaciones habituales son: utilizar el preservativo; evitar las relaciones sexuales con personas posiblemente infectadas; evitar las relaciones sexuales traumáticas, etc.

    Contagios en los hijos nacidos de madres seropositivas

    La transmisión ocurre más frecuentemente durante el final de la gestación. La probabilidad de que se produzca la infección en ausencia de profilaxis es de aproximadamente del 25-35% en los países en desarrollo y del 15-25% en los desarrollados. Actualmente, en este aspecto es donde más se ha avanzado en desarrollar adecuadas medidas preventivas y se ha conseguido reducir el riesgo de transmisión de madrea a hijo a menos del 5%.

    Las medidas para reducir esta transmisión son las siguientes:

    a) Administrar zidovudina a la madre desde el principio del segundo trimestre hasta el final del embarazo e intraparto, y al recién nacido durante las 6 primeras semanas.

    b) Realizar cesárea.

    c) Suprimir la lactancia materna.

    d) Acortarle el período entre la ruptura de membranas y el parto.

    Está justificado, por tanto, no sólo tratar con zidovudina a toda madre gestante seropositiva, sino hacer una detección sistemática del VIH a toda embarazada (pidiendo previamente su consentimiento informado). Dado el aumento de la prevalencia del VIH en las madres de recién nacidos, son necesarios el consejo y la oferta sistemática de la prueba del VIH en todas las mujeres embarazadas.

    Etapas del SIDA

    Esta enfermedad posee 4 etapas y son:

    • Infección: El virus se adquiere por tres vías: sexual, sanguínea, Perinatal.

    • Periodo de ventana: Es el tiempo desde que una persona adquiere el virus VIH, hasta que él puede detectarse en un examen de sangre(3 a 4 meses en Chile); en este periodo no se encuentra anticuerpos contra el VIH.

    • Portador sin síntomas: Quien vive con el virus puede no tener síntomas durante muchos años.

    • SIDA: Etapa en que aparecen signos y síntomas de enfermedades producidas por la destrucción del sistema de defensa, por el VIH.

    Diferencia entre VIH y SIDA

    El VIH es el virus que, con su desarrollo en el interior del organismo, da como resultado al SIDA, y el SIDA es la última etapa de la infección del VIH, manifestándose en la persona entre 5 a 10 años después de haberse contagiado. Antes de este tiempo la persona vive con el virus sin saberlo, y puede transmitirlo a otros.

    Historia del SIDA

    La corta historia de esta enfermedad está salpicada por varios acontecimientos importantes. Después de descritos los primeros casos en 1981 entre los homosexuales, en 1983 Luc Montagnier descubre el agente causante: el VIH (virus de inmunodeficiencia humana). En 1985 ya estuvieron disponibles las pruebas para analizar qué sangre contenía o no el VIH. En 1983, se manifestó la epidemia del SIDA también en personas heterosexuales, y en 1985 se habían contabilizado casos en todos los continentes.

    Seis años después de su detección, en 1987, se crearon diversos organismos para tratar de contener la rápida propagación. También en esta fecha, la Administración de Alimentos y Medicamentos estadounidense, la FDA, autorizó el primer fármaco para tratar el SIDA. La terapia triple antirretroviral no estuvo disponible hasta 1996. En la actualidad, se investiga en la obtención de una vacuna que frene al virus.

    El SIDA cumplió 20 años en el 2001, y se le considera como la epidemia del siglo XX. Algunas organizaciones como la ONU anuncian que lo peor está por llegar. En América Latina que estima que se infectaron unas 200.000 personas. Al término de ese año, habían alrededor de 1.8 millones de adultos y niños viviendo con el VIH o SIDA. Según la última estimación de la Organización Mundial de la Salud (OMS), a finales de 2001 existían 40 millones personas infectadas de VIH; 21.8 millones han muerto ya; durante ese año hubo 3 millones de muertos. El 95% del total de portadores vive en países en vía de desarrollo, más de 25 millones en el África subsahariana; donde hay, asimismo, más de 12 millones de niños huérfanos a causa del SIDA.

    No existe una vacuna definitiva contra el VIH, ni un inmunizante ni un medicamento que suprima de manera decisiva el desarrollo del virus en el cuerpo del afectado. Sin embargo, con la aparición en el año 1996 de la nueva y potente terapia combinada anti-retroviral se consigue controlar el deterioro inmunológico producido por el virus y, como consecuencia, prevenir el desarrollo de SIDA. Actualmente no es posible predecir el futuro a largo plazo de estos pacientes que, sin embargo, han visto prolongada su supervivencia con los nuevos tratamientos. Estas terapias, a pesar de su eficacia, no están exentas de serios inconvenientes: toxicidad, difícil cumplimiento, disminución de su eficacia (el virus puede hacerse resistente) y elevado coste económico. Todos estos factores hacen que hoy no sea posible pronosticar si un paciente concreto, actualmente en tratamiento, va a desarrollar SIDA en el futuro.

    El 1º de diciembre se celebra el día mundial del SIDA, circunstancia que da pie para realizar algunas consideraciones sobre esta enfermedad. La primera es que el SIDA es una enfermedad infecto-contagiosa y como tal debiera fundamentalmente considerarse, pero determinados aspectos relacionados con sus vías de contagio le han dado una notoriedad social inusitada.

    Hasta hace poco tiempo el SIDA era una enfermedad mortal; ahora, gracias a las nuevas pautas terapéuticas, especialmente con antirretrovirales, prácticamente se ha transformado en una enfermedad crónica de larga duración, aunque sin descartar su mortalidad a largo plazo.

    Otro logro importantísimo ha sido la drástica disminución de la transmisión de la infección entre la madre embarazada y su hijo recién nacido. Hasta hace poco tiempo aproximadamente el 20% de los niños nacidos de madre seropositiva eran a su vez seropositivos, y un porcentaje importante de estos niños desarrollaban el SIDA en un plazo breve de tiempo, siendo su expectativa de vida de pocos años. Sin embargo, hoy día, con los avances en el diagnóstico precoz del VIH en las mujeres embarazadas y con un tratamiento adecuado de las mismas, la transmisión vertical madre-hijo prácticamente ha desaparecido.

    Sin embargo, todo lo hasta aquí considerado sobre el tratamiento del SIDA, se refiere a los países desarrollados, a los más ricos. En los países pobres, en donde se concentran el 90% de los enfermos, el SIDA sigue siendo una enfermedad mortal; el desarrollo de la enfermedad en las personas infectadas continúa siendo muy elevado y la transmisión vertical madre-hijo apenas se ha reducido, y todo ello, porque los habitantes de esos países, especialmente los subsaharianos, carecen de los recursos económicos necesarios para poder ser adecuadamente tratados. Los recursos dedicados a tratar esta enfermedad en los países pobres, tienen que multiplicarse por cinco para que dichos tratamientos alcancen cotas de eficacia razonables; pero también hay que establecer cauces que garanticen que estos recursos lleguen a los enfermos y no desaparezcan en el camino. Según los últimos datos (datos al 2003) de la OMS cada día en el mundo mueren más de 8.000 personas por causa del SIDA y se contagian más de 14.000, por lo que si no se logra invertir esta tendencia difícilmente se podrá erradicar esta gravísima enfermedad. Por ello, conviene recordar una vez más que, aunque disminuyen las infecciones debidas al uso de drogas y a las conductas homosexuales, están aumentado, especialmente entre las mujeres, las infecciones derivadas de las relaciones heterosexuales. El preservativo disminuye sustancialmente las posibilidades de contagio, pero no las elimina totalmente. No cabe ninguna duda de que las autoridades sanitarias deberían ampliar sus objetivos en las campañas realizadas para prevenir el SIDA, incluyendo en ellas mensajes para favorecer las relaciones sexuales en el contexto de una pareja estable y sana. Este es el único remedio, recomendado además por las más prestigiosas sociedades médicas internacionales, para de una forma definitiva tratar de erradicar el SIDA.

    Diagnóstico

    Aunque el Síndrome de Inmuno-Deficiencia Adquirida se detectó en 1981, la identificación del virus VIH como agente causal de la enfermedad no se produjo hasta 1983. En 1985, la primera prueba de laboratorio para detectar el VIH, desarrollada por el grupo de investigación de Roberto Gallo, empezó a utilizarse en los bancos de sangre. Este test permitía detectar si la sangre contenía anticuerpos frente al VIH. Sin embargo, durante las 4 a 8 semanas siguientes a la exposición al VIH, la prueba es negativa porque el sistema inmunológico aún no ha desarrollado anticuerpos frente al virus. En 1996, se aprobó la utilización en los bancos de sangre de una prueba de laboratorio suplementaria que permitía detectar antígenos del VIH que son proteínas del propio virus. Esta prueba permite, por tanto, identificar el virus antes de que el sistema inmune fabrique sus anticuerpos.

    Los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades de Atlanta (CDC, siglas en inglés) han establecido la siguiente definición para el diagnóstico del SIDA: en un individuo VIH positivo el recuento de células T CD4 debe ser menor a 200 células por milímetro cúbico de sangre, o el individuo debe presentar alguna manifestación clínica definitoria de SIDA como infecciones oportunistas por Pneumocystis carinii, candidiasis oral, tuberculosis pulmonar o carcinoma invasivo de cérvix en la mujer, entre otros.

    Infecciones oportunistas y tumores

    Los fallecimientos de enfermos con SIDA no suelen deberse a la infección por el propio virus, sino a la aparición de infecciones oportunistas o al desarrollo de ciertos tumores. Las infecciones se desarrollan cuando el sistema inmune no puede proteger al organismo frente a diversos agentes infecciosos que habitualmente se encuentran en el medio ambiente y no provocan enfermedad. El desarrollo de alguna de las diferentes infecciones oportunistas, llamadas enfermedades definitorias del SIDA, junto con el descenso de la cifra de linfocitos T CD4 es lo que determina el diagnóstico clínico de la enfermedad.

    La infección oportunista más frecuente en pacientes con SIDA es la neumonía debida a Pneumocystis carinii, que es un protozoo que se suele encontrar en las vías respiratorias de la mayoría de las personas. Distintas neumonías bacterianas están, junto con la tuberculosis, frecuentemente asociadas con el SIDA. En la última fase sintomática de la enfermedad la infección por Mycobacterium avium puede causar fiebre, pérdida de peso, anemia y diarrea. Ciertas infecciones provocadas por bacterias del tracto gastrointestinal también pueden cursar con diarrea, pérdida de peso, anorexia y fiebre. También son comunes, durante las fases avanzadas, enfermedades causadas por distintos protozoos, especialmente toxoplasmosis del sistema nervioso central.

    Las infecciones por hongos también son frecuentes en pacientes con SIDA. La infección mucocutánea por Candida albicans suele ocurrir en fases tempranas y anuncia el inicio de la inmunodeficiencia clínica. El Cryptococcus es la causa principal de las meningitis que desarrollan los enfermos de SIDA.

    Las infecciones virales oportunistas, especialmente las debidas a herpesvirus, son muy frecuentes en pacientes con síndrome de inmunodeficiencia adquirida. Los citomegalovirus, miembros de esta familia de virus, infectan la retina y puede provocar ceguera. Otro herpesvirus es el virus de Epstein-Barr, que se ha relacionado con la aparición de linfomas (tumor de las células sanguíneas). La infección por el virus herpes simple, tanto tipo 1 como 2, también es frecuente, provocando lesiones perianales y alrededor de la boca muy dolorosas.

    Muchos pacientes con síndrome de inmunodeficiencia adquirida desarrollan, además, tumores, siendo los más frecuentes los linfomas de células B y el sarcoma de Kaposi. El linfoma es una manifestación tardía de la infección por VIH y se desarrolla cuando existe una gran depresión del sistema inmune. Puede afectar a cualquier órgano y principalmente al sistema nervioso central. El sarcoma de Kaposi es una neoplasia multifocal que se manifiesta por el desarrollo de nódulos vasculares en piel, mucosas y vísceras. Es una manifestación precoz de la infección por VIH y puede aparecer con recuentos normales de linfocitos T CD4. Es la neoplasia más frecuente en pacientes infectados por el virus de la inmunodeficiencia humana y se caracteriza por la aparición de lesiones cutáneas de color rojo o púrpura.

    Tratamiento

    En el momento actual hay alrededor de 15 fármacos que se están utilizando en el tratamiento de la infección por el VIH. El tratamiento incluye la combinación de varios fármacos antirretrovirales que evitan el deterioro inmunológico y suprimen la replicación viral. La terapia antirretroviral (TAR) es compleja, pues supone la administración de al menos tres fármacos (triple terapia) con un elevado número de tomas y de comprimidos por día, que producen efectos adversos, interaccionan con otros fármacos y que deben de tomarse en presencia o ausencia de alimentos.

    El nombre genérico -o principio activo- de los medicamentos inhibidores nucleótidos de la transcriptasa inversa son: la zidovudina, didanosina, zalcibatina, estavudina, lamivudina, abacavir zialgen, cuyos nombres comerciales son Retrovir, Videx, HIVID, Zerit, Epivir, Zialgen. De los medicamentos inhibidores no nucleótidos de la transcriptasa inversa son: nevirapina, delavirdina y efavirenz, y sus nombres comerciales son Viramune, Rescriptor y Sustivida. Los inhibidores de la proteasa son: indinavir, ritonavir, saquinavir y nelfinavir, y sus nombres comerciales son: Crixizan, Norvir, Invirasey Viracept.

    Con estos fármacos se consigue una reducción del progreso de la enfermedad y de la aparición de infecciones oportunistas, con lo que se ha logrado una extraordinaria reducción de la mortalidad y de los ingresos hospitalarios de los pacientes VIH positivos. Se comprende, por la complejidad de la medicación, la importancia de una exacta dosificación y administración. Tres días sin tomar correctamente la medicación pueden ser suficientes para hacer fracasar el tratamiento. Asimismo se ha de cuidar con esmero el estado nutricional del enfermo VIH (+), pues condiciona el curso de la enfermedad. En efecto, una malnutrición aumenta la morbilidad por alterar el normal funcionamiento del organismo ya que empeora la tolerancia al tratamiento.

    Estos fármacos tienen un gran coste motivado por las prolijas y exhaustivas investigaciones que han desarrollado las grandes industrias farmacéuticas. Gracias a ellas, en los países desarrollados, se puede decir que el SIDA se ha convertido en una enfermedad crónica, y aunque en la actualidad incurable ha dejado de ser mortal.

    La tragedia es en los países pobres, especialmente de África, que no tienen medios económicos para sufragar unos gastos tan importante. La Convención sobre el SIDA que tuvo lugar en Sudáfrica, el año 2001, de los países afectados de Africa, auspiciada por la ONU, ha denunciado la situación que padecen: hoy por hoy el SIDA es la primera causa de mortalidad de dicho continente, dada la imposibilidad de obtener fármacos asequibles a su economía, pues el coste de la medicación está valorado en una media de un millón cien mil pesetas a millón y medio (6610 - 9000 euros), por persona y año. En consecuencia, se reclama el abaratamiento de dichos fármacos, así como la posibilidad de fabricación de medicamentos genéricos de dichos principios activos. Por desgracia, la realidad sigue siendo muy desoladora.

    Extinción de la Epidemia

    La OMS asegura que se sigue propagando la epidemia, y estima que actualmente hay un incremento de más de 15.000 nuevos infectados por día, produciéndose 5.3 millones de nuevas infecciones en el año 2001. El ritmo de crecimiento de la epidemia en los países del Tercer Mundo es mucho más rápido que en los países industrializados.

    España es uno de los países de Europa con mayor incremento de casos al año; puede estimarse que aproximadamente unos 20 jóvenes se infectan cada día por el VIH en éste país.

    Para detener el avance de esta infección, hay dos tipos de prevención, que deberían conjugarse armónicamente. Por una parte, está la prevención primaria fundamental, orientada a prevenir el arraigo de la enfermedad, que debe inspirarse en una visión de la sexualidad humana acorde con el bien integral de la persona y que incluye:

  • La educación y formación de las virtudes, sobre todo en la adolescencia, en la integración de la dimensión sexual en el conjunto de la personalidad.

  • La evitación de riesgos para la propia salud y para la propia vida.

  • Esta visión, necesariamente, ha de rechazar cualquier teórica neutralidad frente al valor ético y las implicaciones sociales de las distintas conductas de la persona. Esta es la prevención social básica del problema del SIDA, la más descuidada por los poderes públicos en nuestros días.

    Hay después un procedimiento de reducción del daño: se trata de una posición médico-epidemiológica que, sin recusar la bondad y la lógica de la prevención primaria, sostiene que en situaciones muy concretas de inminente contagio y cuando sean ineficaces los planteamientos de autodominio, se pueden utilizar medios que, aun no modificando los comportamientos desordenados, y persistiendo el riesgo, puedan al menos disminuir sus efectos.

    Otras medidas de prevención son:

    • Vivir una sexualidad en forma responsable, aprendiendo a tomar decisiones y hacerlas respetar.

    • No teniendo relacione sexuales.

    • Postergar al máximo el inicio de las relaciones sexuales.

    • Manteniendo una pareja estable y única

    • Usando el preservativo correctamente

    • No compartiendo jeringas.

    • Evitando el consumo de alcohol y de drogas que disminuyen la lucidez y la capacidad para tomar decisiones.

    Cifras de SIDA en el Mundo

    A Diciembre del 2003

    Adultos

    Menores de 15 años

    Total

    Personas que viven con VIH/ SIDA

    37 millones (31-43 millones)

    2.9 millones (2.1-2.9 millones)

    40 millones (34-46 millones)

    Nuevas infecciones

    4.2 millones (3.6-4.8 millones)

    700,000 (590,000-810,000)

    5 millones (4.2-5.8 millones)

    Defunciones causadas por el SIDA

    2.5 millones (2.1-2.9 millones)

    500,000 (420,000-580,000)

    3 millones (2.5-3.5 millones)

    A Diciembre del 2002

    Adultos

    Menores de 15 años

    Mujeres

    Total

    Personas que viven con VIH/ SIDA

    38,6 millones

    3,2 millones

    19,2 millones

    42 millones

    Nuevas infecciones

    4,2 millones

    800.000

    2 millones

    5 millones

    Defunciones causadas por el SIDA

    2,5 millones

    610.000

    1,2 millones

    3,1 millones

    Porcentaje de infección por VIH en función del modo de transmisión

    AREA

    GEOGRÁFICA

    HETERO-SEXUAL

    HOMO-SEXUAL

    SANGRE

    DROGAS

    OTROS/ DFESCONOCIDOS

    Norteamérica

    10

    56

    2

    27

    5

    Europa occidental

    14

    47

    2

    33

    4

    Europa oriental

    10

    80

    2

    5

    3

    Suroeste del Mediterráneo

    20

    35

    18

    22

    5

    América Latina

    24

    54

    6

    11

    5

    Caribe

    75

    10

    5

    9

    1

    África subsahariana

    93

    <1

    4

    <1

    1

    Noreste de Asia

    50

    20

    10

    20

    0

    Sureste de Asia

    70

    8

    6

    14

    2

    Oceanía

    6

    87

    2

    3

    2

    SIDA en Chile

    El primer caso de SIDA se notificó en 1984, desde esa fecha hasta el 31 de diciembre del 2002, se han notificado 4.085 enfermos y 4.640 personas VIH + asintomáticas en todo el país. Se ha informado del fallecimiento de 2.705 personas.

    En el análisis de los casos de SIDA acumulados desde el principio de la epidemia, la mayor proporción está centrada en los hombres, que constituyen el 89.2% de los casos de SIDA y el 10.8 son mujeres.

    Casos de SIDA por año, diagnóstico y sexo. Chile, 1984-2000

    Sin embargo, el crecimiento relativo del SIDA es mayor en el caso de las mujeres que en el de los hombres. Esto se refleja en la proporción entre hombres y mujeres, cuya brecha se ha cortado a través del tiempo, a 7.2:1 en 1998 (último año considerado con cifras definitivas).

    Distribución por edad al diagnóstico de SIDA

    Los principales grupos de edad afectados tienen entre 20 y 49 años y concentra el 84.9% de los casos. Los menores de 20 años representan el 2.6% y lo mayores de 50 el 12.5%, no existiendo diferencias significativas entre ambos sexos.

    Caracterizaciones Epidemiológica del VIH/ SIDA en Chile

    En Chile, la vigilancia epidemiológica del VIH/ SIDA se realiza a través de dos mecanismos: Pasivo, notificación obligatoria de los casos de SIDA y personas VIH + asintomáticas (portadoras) diagnosticadas en el país y activo: Seroprevalencia de VIH, desarrollados en Chile a partir de 1992.

    En el análisis de la información generada por el sistema de vigilancia pasiva permite caracterizar la epidemia de SIDA en nuestro país, con el fin de planificar y focalizar los programas preventivos y de atención.

    La única forma de saber si la persona esta infectada es sometiéndose a un examen de sangre. El más utilizado es el que se conoce con la sigla ELISA para VIH. En nuestro país, este examen se efectúa en el hospital o consultorio más cercano a su domicilio y en los laboratorios privados.

    Debe ser voluntario, confidencial y acompañado de consejería. Es decir, usted, debe decidir si quiere o no hacérselo, basándose en la información facilitada por quien le hará el examen.

    SIDA en los niños

    El SIDA en los niños es más complicado que en los adultos. El virus en ellos tiende a ser más agresivo, afectando rápidamente al sistema inmunológico y provocando la muerte en un corto periodo de tiempo.

    El mecanismo de infección es siempre a través de sus madres, ya sea durante el parto o la lactancia. En la actualidad y a nivel mundial, más de un millón de niños están contaminados y aproximadamente 1500 se contaminan diariamente.

    La mayor agresividad del virus se hace evidente muy rápidamente. A diferencia de los adultos, ya en el primer año aparecen los síntomas y un alto porcentaje fallece antes de los cuatro años de vida. Ello es debido a la destrucción de su sistema inmunológico y la consecuente aparición de las infecciones oportunistas. Por el contrario, son muy pocos los adultos en que la enfermedad tan rápidamente.

    Aparte de esta rápida evolución, también se observan hechos que no se dan en los adultos. El virus rápidamente puede invadir el cerebro, y actuando en este órgano en una edad en que aún no se ha desarrollado, afecta gravemente las funciones intelectuales y motoras, lo que se traduce especialmente en problemas de coordinación.

    Del mismo modo, se retarda el crecimiento, aún cuando no hayan aparecido los síntomas. Con todo, si se aplica una terapia anti-viral adecuada, este nuevamente se normaliza.

    Las infecciones bacterianas son en el niño mucho más frecuentes, ya que el desarrollo del sistema inmunitario no se ha completado. Por eso, un porcentaje muy alto presenta infecciones como meningitis y neumonías, y muchos repiten enfermedades virales, a las que normalmente el niño crea inmunidad permanente, como es el caso de la varicela.

    Es frecuente también que en su sangre existan altas concentraciones del virus, mucho más de lo que se observa en los adultos. Estos, también a diferencia de los adultos, permanecen elevados durante toda la evolución de la enfermedad.

    El dilema del tratamiento

    Aunque la enfermedad es más grave y evoluciona más rápido, el tratamiento es más problemático debido a varias razones. Una de ellas es que no siempre se encuentran las drogas (que deben usarse combinadas), preparadas como para el uso pediátrico. Muchos niños no tragan píldoras, y por lo tanto estas deben venir en forma de jarabe o líquidos. Pero algunas de estas drogas no son solubles en agua, o tienen sabores tremendamente desagradables.

    El tratamiento exige que se debe administrar tres o más drogas, dos o tres al día y por los 365 días del año, o de lo contrario se crea una resistencia a los medicamentos. Todo ello en niños, no es fácil. Por otra parte los ensayos de las nuevas drogas se hacen en adultos y por lo tanto los pediatras no tiene normas claras como usarlas en los niños, ni en que dosis.

    Hasta hace algún tiempo, el inicio del tratamiento del niño con SIDA, se hacia después de algunas semanas. Hoy esta claro que debe comenzarse inmediatamente, para así dificultar la multiplicación del virus. Desgraciadamente no siempre se puede confirmar tan rápidamente el diagnóstico, ya que este se hace positivo cuando los virus ya han alcanzado una concentración importante en la sangre.

    Por ello algunos especialistas recomiendan tratar con terapia intensiva a todos los recién nacidos de madres con SIDA, ello a pesar que se sabe que una buena parte de estos niños pueden nacer libres de infección. Otros en cambio, prefieren esperar el resultado de los exámenes.

    Prevención

    Como siempre, la mejor medida en medicina es prevenir. En el año 1994, se realizó un ensayo, en que las madres infectadas con SIDA tomaron la droga Zidovudina (AZT) desde las 14 semanas de embarazo, y, además después del nacimiento recibieron Zidovudina durante 6 semanas. Los resultados mostraron que mientras el 26% de los recién nacidos, provenientes de madres que no se sometieron a ninguna medida, se contagiaron con SIDA, solo el 8% de los tratados presentaron la enfermedad. La diferencia estadística fue muy significativa, por lo que en la actualidad este es el esquema preventivo que se recomienda para proteger al recién nacido de madre con SIDA.

    No se sabe exactamente por qué mecanismo la Zidovudina previene esta transmisión vertical del virus.

    Esta misma droga, administrada como droga única, no logra reducir los niveles de virus en la sangre. Tal vez ella bloquee la transmisión durante el nacimiento, impidiendo que las secreciones infecten las mucosas del niño (ojo, boca e intestinos), y por lo tanto impidiendo que el virus entre a la sangre.

    El problema para aplicar estas medidas preventivas en los países pobres, es el costo de la droga. Por ello se han estado ensayando periodos más breves de administración. Es así como recientemente en Tailandia se ha realizado un ensayo, administrando la droga a la madre sólo durante los últimos 25 días del embarazo. Con ello se puede reducir la transmisión de la enfermedad al niño, en la mitad. Pero aún así, todavía está fuera del alcance de muchas personas. Ojalá que más adelante se desarrollen métodos más factibles y de menor costo.

    El Parto por Cesárea

    En un trabajo publicado recientemente se concluye que el nacimiento por cesárea, más la droga AZT, parece virtualmente eliminar completamente el riesgo que se contamine el recién nacido.

    Investigadores pertenecientes a 25 hospitales franceses estudiaron 3000 casos de recién nacido de madres sidosas, para analizar si el tipo de parto ayudaba a prevenir el SIDA en el recién nacido. En 133 mujeres que tomaron AZT durante el embarazo, se realizó el parto por cesárea, antes que se rompieran las membranas y antes que comenzara el trabajo de parto. En solo un niño de este grupo se transmitió la enfermedad (0.8%), 769 madres que tomaron AZT, se realizó un parto normal. De este grupo, el 6.6% de los niños se infectó.

    Stephane Blanche del hospital Necher de París, cree que la cesárea protege al niño al no exponerlo a las secreciones vaginales, ni a la sangre materna durante el parto. Sin embargo, la cesárea es útil, sólo si al mismo tiempo se trata a la madre con AZT.

    Conclusión

    El SIDA es una enfermedad que ha marcado a la sociedad mundial de los siglos XX y XXI. Hasta el momento es un mal incurable, si bien existen fármacos que ralentizan o contienen el desarrollo del virus en la persona infectada. Durante mucho tiempo madres que tenían SIDA y que estaban embarazadas, contagiaban a sus hijos durante el final de la gestación, sin poder hacer absolutamente nada para impedirlo. Pero luego que encontraron medicamentos que disminuían el contagio, empezaron a desaparecer estos casos en gran porcentaje. Es responsabilidad de la Humanidad tomar las medidas necesarias para que esta enfermedad no se siga propagando, y prevenir el contagio mediante normas como: no compartir agujas y jeringas, tener una pareja sexual única, usando correctamente el preservativo, y para un seguridad total, abstenerse de tener relacione sexuales.




    Descargar
    Enviado por:Darkangel
    Idioma: castellano
    País: Chile

    Te va a interesar