Sociología y Trabajo Social


Showmatch


(Análisis del programa Showmatch)

En el siguiente trabajo hemos elegido analizar el programa de televisión Showmatch. Este programa lleva en el aire 20 años, durante estos años fue transmitido por diversos canales, y en sus comienzos llevo el nombre de Videomatch. Su conductor siempre fue Marcelo Tinelli y participaron dentro del programa diferentes humorístas y personalidades del espectáculo, que se fueron renovando a través de los años.

En 1989 comenzó siendo un programa deportivo emitido a medianoche, luego del primer año sin mucho éxito, comenzó a ser un programa que integraba el deporte con notas de humor y bloopers, como accidentes deportivos, pero luego se convirtió en un programa específicamente humorístico con sketches, cámaras ocultas, rondas de chistes, humoristas invitados. Gracias a este cambio en el formato, el programa aumento su éxito considerablemente.
De esta forma, logró también un segundo programa, Ritmo de la Noche, compuesto por los mismos integrantes de Videomatch pero los domingos en horario central.
Videomatch continúo hasta el año 2004 en la pantalla de Telefe con excelente audiencia, siendo el programa más visto en todos sus años y convirtiéndose en un “clásico” de la televisión argentina. El programa pasó a Canal 9 en el 2004, aunque ahora bajo el nombre Showmatch. Luego de un año en Canal 9, pasó a Canal Trece, con este traspaso el programa tuvo que adaptarse al target al que apunte este canal, no en cuanto a edades y sexo, sino en cuanto a clase social. En esta última etapa del programa se incluyeron nuevos formatos traídos de programas extranjeros como ser “Gran Hermano” o “Bailando por un sueño”, “Patinando por un sueño” y “Cantando por un sueño”.

En estos años se mantuvo la estética del programa, pero sufriendo pequeños cambios en respuesta a la demanda del publico. Básicamente siempre se contó con la presencia del conductor en el centro del estudio sentado en un escritorio. Del lado derecho del estudio siempre se ubicaron los humoristas y la locutora (el staff del programa), de lado izquierdo se ubican los productores y aquellos personajes que tienen más jerarquía dentro del equipo que está en el piso. Detrás de las cámaras se ubica una gran cantidad de público, parados y amontados, el cual es enfocado en ciertos momentos del programa.

Elegimos analizar este programa ya que nos asombra su habilidad para mantenerse en el aire durante tanto tiempo sosteniendo un alto nivel de audiencia con tan bajo nivel de contenido intelectual. Por la gran trayectoria que tiene el programa, se nos abre un gran campo de análisis en cuanto a lo popular y masivo. Nos asombra la cantidad de audiencia que tiene, y la necesidad de consumo que ejerce sobre la gente, también nos llama la atención que en la actualidad muchísimos programas se alimentan de Showmatch, y todo gira en torno a lo que ocurre dentro del programa.

Analizaremos este programa desde las siguientes perspectivas: para empezar aplicaremos el concepto de la posmodernidad pasando por cultura de masas, basado en el pensamiento de la escuela de Frankfurt, los massmedia según Vattimo y las teorías del simulacro de Baudrillard. Por otro lado, veremos como interactúa el programa con el imaginario social según Mari y la cultura popular. Por último veremos cómo se relaciona la mujer dentro de los medios audiovisuales, en este caso enfocado dentro del programa Showmatch.

Posmodernidad

Este programa aparece en el contexto de la posmodernidad. Teoría que nace en el siglo XX cuando los grandes relatos de la modernidad comienzan a ponerse en duda. Ya no se creía tan fielmente en la promesa paradisíaca del cristianismo, ni en el iluminismo basado en la razón, ni en la prosperidad de un futuro mejor, ni en la utopía marxista del proletariado al poder. Estos relatos con miras hacia un futuro decaen luego de la Segunda Guerra Mundial, cuando el hombre observa que la ciencia (centro del pensamiento racionalista) que parecía tan prometedora, se volvió en contra del hombre (y por el hombre mismo). En ese momento se desatan una serie de características que engloban lo que se llama la postmodernidad: El pensamiento en el presente en vez del futuro; el fraccionamiento; la ambigüedad; la multiplicidad; la visión apocalíptica del futuro. Todas ellas se oponen a la visión que presentaban los relatos modernos, que formaban una unidad, una estructura narrativa clásica, que eran heredadas de la literatura clásica.

Este programa como producto audiovisual reúne ciertas características de este período: el fraccionamiento y a la vez la mezcla de formatos, sketchs, secciones, formatos, que dan cuenta de esta multiplicidad.

Durante el período de la posmodernidad, se diferenciaron el arte moderno y el nacimiento y la explotación de la cultura de masas y de la cultura popular.

En cuanto a la cultura de masas es un término creado por pensadores de la escuela de Frankfurt, como Adorno, Benjamin y Horkheimer, en el siglo XX. Esta cultura era producida por un medio técnico y se utilizaban los medios de comunicación de 1950 para analizarla. Estos pensadores hablaban de una industrialización de la cultura y cambiaron este término a “industria cultural”, el cual creó gran conmoción. Se comenzó con la creación de productos de arte de forma masiva como si fuera una industria y ya no solo se iba a un museo a verlos sino que se los comenzaba a comerciar.

En la actualidad y hace ya varios años, esto sucede con los programas de televisión, y el producto sobre el cual realizamos nuestro análisis.

Consideramos que es un producto masivo, que intenta llegar a todo el mundo y no solo es un arte audiovisual sino que ya pasa a ser un producto con fines de lucro y no solo esto sino que también pretende imitar productos anteriores ya sean del mismo o diferentes programas, para esto utilizando moldes ya probados y con éxito asegurado para crear algo nuevo que finalmente termina siendo una repetición. Esto nos remite a la noción de Pastiche definida por Jameson de la siguiente manera: “El pastiche es, como la parodia, la imitación de una mueca determinada, un discurso que habla una lengua muerta: pero se trata de la repetición neutral de esa mímica, carente de los motivos de fondo de la parodia, desligada del impulso satírico, desprovista de hilaridad y ajena a la convicción de que, junto a la lengua anormal que se toma prestada provisionalmente, subsiste aun una saludable normalidad lingüística. El pastiche es en consecuencia una parodia vacía”.

Básicamente lo que hoy en día transmite Showmatch, o bailando por un sueño, es una copia igual pero un poco disímil de todos los demás reallity shows. Busca el escándalo en vivo y en directo de la vida de cada participante. Esto no solamente lo vemos dentro de este programa sino que todos los demás programas se alimentan de este y terminan haciendo lo mismo.

Adorno, plantea que los medios de comunicación imponen una forma de ver al mundo. Esto se crea desde los mensajes reiterativos, el hecho de que no dan tiempo para pensar y el espectador pierde la capacidad reflexiva y creativa. En este programa al espectador no se lo permite pensar y se lo bombardea con mensajes banales y superficiales constantemente, esto tiene como objetivo controlar la conciencia del hombre, mantenerlo abstraído. En los momento de mayor auge de este programa, lo que se genera es una presencia constante de los acontecimientos ocurridos dentro del show, durante toda la programación y en todos los canales. La gente lo comenta en el trabajo, en su casa, lo vemos en los noticieros, y lo escuchamos en la radio. Esto nos lleva a preguntarnos qué estará pasando entonces en el país mientras estamos todos hablando sobre un programa televisivo. Esto lo podemos relacionar con lo que plantea Jesús González Requena sobre la cotidianización del espectáculo televisivo: “No se trata tan sólo, por tanto, de que la televisión devore todos los otros espectáculos, sino de que el propio espectáculo televisivo emite constantemente, sin interrupción, a través de múltiples canales e introduciéndose -y por tanto, en último extremo, negando- hasta los espacios de intimidad- pues si el televisor se convierte en pieza clave del interior hogareño, el discurso televisivo, en su multiforme labilidad, se descubre compatible con las más variadas actividades del sujeto, desde la comida al sueño, desde la defecación hasta el acto amoroso” .

El hombre al consumir este tipo de mercancía, se lleva a sí mismo a la estandarización y uniformidad. Marcelo Tinelli lleva haciendo esto hace 20 años y la gente no se aburre de mirarlo. Es lo mismo de siempre con algunos pequeños cambios, como generalmente pasa en toda industria cultural y específicamente en el cine. El cine de Hollywood, cine de género, siempre respeta un mismo modelo, una misma estructura fácilmente reconocible y entendible.

Adorno plantea el consumo en el arte, cuando mas simple es el mensaje más recepción tiene. Vemos como este show expone material que no requiere de un análisis posterior, una reflexión del espectador, es pura información procesada que llega a los televisores y nos atraviesa directamente, sin posibilidad a un análisis en busca de un sentido. Esther Díaz habla sobre esto y lo diferencia de la búsqueda de la modernidad: “Uno de los bastiones modernos fue producir obras que estimularan el pensamiento. En cambio, el lema del espectáculo - arte o del arte como espectáculo parecería ser “tratar de no pensar”. (…) Tratar de presentar todo con tal rapidez y variación que no se puede fijar la atención (por lo tanto el pensamiento) demasiado tiempo en un solo tema. Esta premisa rige en el espectáculo posmoderno” .

Siguiendo el pensamiento de Vattimo se puede exponer que la realidad que se plantea a través de los medios de comunicación no es una sola, ni es transparente, lo cual plantea una diferencia con Adorno. Vattimo dice que todos pueden participar y cualquiera puede tomar la palabra mientras se encuentre dentro del lenguaje que favorezca al mercado. En este sentido, notamos que el programa incluyó a ciertas minorías pero bajos sus propias condiciones. En una oportunidad se presentó a una participante de Bailando por un sueño que era no vidente (Serafín Zubiri). A través de este, podemos notar una representación de esta minoría constituida por los no videntes. Este soñador tuvo que bailar y competir con otros soñadores que no eran ciegos, y a pesar de que su condición no lo dejaba estar al nivel de los otros bailarines, él seguía en competencia. Mientras que el jurado le daba un buen puntaje sin tener con qué compararlo, ya que no lo hacían con los otros participantes. Además de este soñador, también se presentaron dos travestís que representaban a la comunidad transexual. Cada uno de ellos tuvo que adaptarse a la metodología del programa y aceptar que se lucre con todo esto. Pero teniendo en cuenta que también ellos mismos sacaban provecho de esto.

Como Baudrillard plantea en su texto “Cultura y Simulacro”, “La mas bella alegoría de simulación, aquella fabula de Borges en que los cartógrafos del imperio trazan un mapa tan detallado que llega a recubrir con toda exactitud todo el territorio (…) no es raro que las imitaciones lleguen con el tiempo a confundirse con el original (…) la simulación (…) es la generación por los modelos de algo real sin origen ni realidad: lo hiperreal”.

Baudrillard plantea que no existe una realidad. Le interesa como las imágenes son reproducidas y como representan lo real. El límite entre simulación y realidad es tan indefinido que no se puede distinguir.

En este caso, tomando nuevamente bailando por un sueño, todo el medio televisivo se vuelve a la “realidad” que presenta Showmatch y se alimentan de esta. Finalmente la producción maneja esto quedando a un lado todo lo real que se convierte en simulacro. Es decir, ellos crean lo que la gente quiere ver. Esto sucede cuando votan por mensaje de texto, la gente participa, sea verdadero o no, es lo que se hace creer, que el público entra dentro de este producto y tiene la capacidad de participar, pero no son totalmente libres, el poder, en este caso los productores manipulan a la gente como quieren, como les conviene para crear mas rating y así poder lucrar más.

Se confunde lo que es real con lo que es ficción, creemos estar viendo un programa en vivo (ya que ponen el cartel de “vivo”, cuando se sabe que el programa esta grabado), y perdemos la percepción de la realidad vs. lo ficticio. La pregunta que se plantea es ¿Hasta dónde creemos lo que vemos? , además hasta qué punto creemos en las lágrimas y en el sentimentalismo en plena ebullición que vemos en un famoso solidarizándose con un hospital de niños enfermos.

Imaginario Social y Cultura popular

Marí plantea el concepto de dispositivo de poder como un dispositivo de legitimación y sostén del poder, el cual está compuesto por el discurso del orden (relacionado con la normativa), la fuerza (sanción), y el imaginario social. Este último lo define como “La inserción de un discurso del orden en los montajes de ficción, (…) banderas, rituales, cánticos, (…).Todas estas prácticas de solicitación y manipuleo del psiquismo humano pueden identificarse bajo el rótulo de imaginario social; en el que se hacen materialmente posibles las condiciones de reproducción de discurso del orden.” Se basa en tejidos de símbolos, objetos, y en las reacciones frente a estos objetos. Introduce valores y genera conductas, es decir conduce a la acción común (praxis social).

Comprendiendo la construcción del imaginario social como la creación de símbolos que llevan a la identificación con un dispositivo de poder, entendemos que Showmatch utiliza desde su formato y su estética elementos que permiten que el público reconozca fácilmente el programa. La disposición del estudio, los colores, las luces, el logotipo, la forma de actuar del conductor, Marcelo Tinelli como conductor durante 20 años, el staff, la misma locución, la misma música de presentación (Twist & Shout, The Beatles, entre otras), las frases como “Buenas noches América” o la despedida “Chau, chau, chauuu” convergen en una forma de representación ya conocida por el público. Además estas características podemos observarlas en otros programas que las utilizan cual fórmula para el éxito. Este es el caso del programa Este es el Show, que conducido por un integrante de Showmatch repite algunos aspectos como los colores, las luces, el estudio, pero con otros contenidos.

Por otro lado también encontramos elementos que contribuyen al desarrollo de la identidad nacional como por ejemplo el scketch de “los tangeros”, que apela directamente al sentimiento porteño. Este sketch consta de algunos humoristas y un invitado diferente cada semana, caracterizados como tangueros adaptan temas populares de este género musical modificando las letras con contenidos triviales. Además, desde el ambiente deportivo, con frecuencia invitan a figuras destacadas que representan al país en el exterior. En una ocasión se traslado gran parte del programa a Francia y se transmitió desde allí durante el mundial de 1998. Y dentro del programa se hace referencia a los equipos de futbol argentino, como por ejemplo cuando Tinelli pasa 20 minutos de programa molestándose con un integrante de su staff ya que pertenecen a cuadros diferentes. Con esto queremos demostrar que se recurre constantemente a la identificación del espectador con el programa mediante la utilización de estos recursos, que a la vez se identifican con el sentimiento nacionalista. Es decir, el espectador se identifica con el futbol y el tango como referentes propios de la Argentina y esto lo lleva a identificar al programa como argentino y por esto sentir afinidad con el.

Podemos encontrar dentro del programa Showmatch, un uso particular del concepto de dispositivo de poder que planteamos anteriormente.

Tanto este programa en específico, como todos aquellos que se alimentan de este, es decir magazines, programas de chimentos, noticieros, contribuyen a mantener al individuo alienado.

Lo que se vende en este programa es específicamente sexo y escándalo, son dos factores que aseguran el rating, mantienen al espectador sumergido escándalos mediáticos, hasta llegar al punto en que una persona conoce más de las operaciones estéticas y de con quien sale o con quien se peleo una vedette y desconoce los acontecimientos sociales dentro de su región. La exposición del cuerpo, las mujeres semidesnudas y la constante alusión al sexo venden, es una formula segura para la venta de un producto audiovisual. Se llego a emitir un especial de Bailando por un sueño pero con niños, Bailando Kids, concursaban chicos de 7 a 12 años aproximadamente. Los chicos estaban expuestos a lo mismo que los adultos, los mismo ritmos musicales con connotaciones sexuales (como reggeaton o lambada), se los evaluaba con el mismo vocabulario, con términos como “sensual” o “sexy”, y por último, estaban sometidos a la evaluación del jurado, quedando fuera del programa si eran calificados con una nota baja.

Contenidos como los que presenta Showmatch ayudan a mantener al individuo al margen de los acontecimientos sociales relevantes al momento para mantenerlos en estado de alienación y ejercer poder sobre ellos (Por ejemplo esto nos remonta a lo que sucedió con el mundial 78' en la Argentina).

Dentro del programa, se produjo una variación y se despegaron por un tiempo del contenido mencionado anteriormente, se saco provecho de el contexto social que vivía el país y se lanzo un segmento llamado Gran Cuñado, en este caso, se sacó ventaja de las circunstancias sociales del país. Dentro de un contexto social determinado se incluyó el segmento de Gran Cuñado, si no hubiera sido en tiempo de elecciones no hubiera tenido tanto éxito y tanta repercusión, se cambio el sexo por la política, no para incluir al individuo en la vida del país, sino para sacar mayor ventaja económica y para poder manipular al espectador.

Marí afirma que “el imaginario social es (…) el lugar (…) de las ideologías teóricas y prácticas que tienden a motivar, movilizar e impulsar las creencias a favor del poder”. Showmatch creo en época de candidatura una parodia del Gran Hermano, donde los participantes de este supuesto reallity eran algunos de los políticos mas polémicos del momento. Algunos de estos personajes eran ridiculizados mientras que otros se presentaban como divertidos, extrovertidos, agradables. Por ejemplo De Narvaez, Macri y Gabriela Michetti se presentaban en el programa y ellos mismos se reían con sus dobles. De Narvaez era representado siempre con su lema de campaña “soy un hombre común” y en cambio Cristina Kirchner, que nunca pasó por el programa, se la caricaturizaba negativamente desde sus cirugías estéticas, y sus carteras de Louis Vuitton.

Podemos observar que hubo una gran manipulación de la población a partir de notas periodísticas que demostraban que los ciudadanos empezaron a conocer a determinados políticos a partir de su aparición en Showmatch, hasta el punto de generar en la gente simpatía por estas representaciones.

Si bien las elecciones se llevaron a cabo antes del final de Gran Cuñado, se analizaban las tendencias de la popularidad de los políticos según la reacción del público con lo que sucedía en el programa. Y cabe destacar que tanto en las elecciones (en buenos aires) como en el Gran Cuñado quien llevo el mayor porcentaje de votos fue el Pro, y en segundo lugar el oficialismo. Además, en el momento de las elecciones, los imitadores de Michetti, De Narvaez, y Macri se encontraban en el bunker del Pro, festejando con ellos su triunfo. Terminando de completar la posición política de Showmatch, una vez que se dieron los resultados de las elecciones, realizaron una fiesta en honor al Pro dentro del programa.

Consideramos que a esta construcción del imaginario social se le suma un gran factor que utiliza el programa y es la utilización de códigos de la cultura popular.

Entendiendo lo popular como “(lo)que habitualmente se identificaba en aquel tiempo (Medioevo) con aspectos tales como el primitivismo, el supuesto purismo del mundo rural y el sentido comunal de la vida, contrapunto evidente de las clases altas, doctas urbanas e individualistas. (…)Cultura popular sería la de los no privilegiados o si se quiere la que no tiene carácter oficial. También podría hablarse de cultura peculiar de las clases subalternas o dominadas. Incluso se la ha denominado, no sin cierto modo despectivo, cultura de las gentes iletradas” .

La cultura popular reivindica lo bajo: el sexo, el vientre, el estomago, la idea de vivir la vida porque la vida es corta.

La mezcla de disciplinas y la estética relacionada con la exhibición del cuerpo, lo trajes ostentosos, la desnudez del cuerpo, los colores, las luces, el clima festivo que aparecen en el programa se relacionan con el carnaval que analiza Bajtin. El carnaval como festividad de lo popular.

Él se refiere a esto de la siguiente manera: “El mundo infinito de las formas y manifestaciones de la risa se oponía a la cultura oficial, al tono serio, religioso y feudal de la época (…) estas formas y manifestaciones - las fiestas publicas carnavalescas, lo ritos y cultos cómicos, los bufones y “bobos”, gigantes, enanos y monstruos, payasos de diversos estilos y categorías, la literatura paródica, vasta y multiforme, etc - (…) con todos los actos y ritos cómicos que contienen, ocupaban un lugar muy importante en la vida del hombre medieval”.

Showmatch representaría lo que era el carnaval de la edad media, transformado en la posmodernidad dentro de la pantalla televisiva. Podemos relacionar a los bufones con todo su staff de cómicos, a la literatura paródica con el sketch “Grandes poemas de pequeños autores” que realizaban Pablo Granados y Pachu Peña, los atuendos ostentosos o disfraces que utilizan las famosas para bailar o como por ejemplo el dinosaurio Bernardo. Todas las obras cómicas representadas se corresponden a las parodias de las telenovelas y a los sketchs ficcionales que hay dentro del programa. Por otro lado podemos relacionar las obras cómicas verbales con la ronda de chistes que caracterizó el fin del programa por varios años.

Según Bajtin, la actividad predilecta del humano es el carnaval, carne que vale, sexo, orgias, el cuerpo. Showmatch toma esto al mostrar a las mujeres semidesnudas o con bailes eróticos, como el caño o el adagio, que parecería que hacen el amor bailando. También en algún momento trabajo con cámaras ocultas donde ponía a modelos o vedetes, como el caso de Luciana Salazar que se desnudaba delante de la victima provocándolo. En definitiva se basaba en ver la respuesta del hombre frente a esta situación.

Bajtín agrega que “El lenguaje familiar de la plaza publica se caracteriza por el uso frecuente de groserías (…) aisladas en el contexto del lenguaje. (…) Por lo tanto, puede afirmarse que las groserías son una clase verbal especial del lenguaje familiar”. Esto se asimila a la vulgaridad y grosería que encarna el personaje de Yayo. Este personaje, cuenta chistes en los cuales encadena groserías una más soez que la otra, así como también creo el cuarteto obrero en donde cantaba canciones románticas al principio y las terminaba con expresiones y palabras insultantes.

“El carnaval es la segunda vida del pueblo, basada en el principio de la risa”, con esto volvemos a demostrar que Showmatch representa el carnaval ya que busca al igual que este la risa del pueblo.

Finalizando con este tema, “El núcleo de esta cultura, es decir el carnaval, no es tampoco la forma puramente artística del espectáculo teatral, y, en general, no pertenece al dominio del arte. Está situado en las fronteras entre el arte y la vida. En realidad es la vida misma, presentada con los elementos característicos del juego”. Con esto vemos que Showmatch busca ser un producto de la industria cultural que se apoya en la cultura popular para ser mas masivo, y no solo como espectáculo sino como parte de la vida misma y de su cotidianidad.

Mujer y el medio audiovisual

Podemos notar una búsqueda de la alienación del espectador por parte del programa. Se presenta a través del constante bombardeo de información banal, superficial y con la venta de productos. Casi podríamos anunciar que la acumulación de la información banal, o efímera, produce un alto grado de desinformación en la sociedad, cegando al individuo de los acontecimientos realmente importantes que lo rodean. Sumado a esto, consideramos que un gran factor de alienación es la presentación de la mujer como objeto de consumo tanto desde su vestimenta, las mujeres con pocos pensamientos y mucho colágeno, se presentan como cuerpos bonitos que hipnotizan al espectador, sosteniendo la idea más que nunca de la alienación, al hombre dormido frente al televisor.

En la construcción del imaginario social, el programa fortalece la idea contemporánea del estereotipo de mujer flaca, que en un comienzo era blanca para luego mutar al cuerpo bronceado, bellas, con pechos y colas exuberantes. Este estereotipo se sumerge en la sociedad actual y actúa como filtro de aceptación social. Los cuerpos que salen de estos cánones no son bien vistos ni aceptados. Es por esto que la búsqueda de la aceptación y de los estereotipos de perfección presentada por los medios de comunicación llevan a ciertas mujeres a la perdida de la autonomía del cuerpo, y con esto la llegada de los problemas alimenticios, o de las operaciones estéticas.

“En el siglo XIX se establece la delgadez como modelo corporal con éxito social, lo que origino el aumento de la enfermedad (anorexia), incluso ya desde entonces podemos ver que la mujeres que no eran lo suficientemente delgadas usaban corsé para adaptarse a los vestidos de la época que exigían una cuerpo muy rígido y una pequeña cintura, lo que nos lleva a la conclusión que desde hace siglos se requiere ser delgado para estar dentro de los estándares de la moda” .

“Junto a la tesis de la equiparación entre cultura de masas y lo femenino, se ha desarrollado una crítica al sexismo de los medios de comunicación de masas, a los que se acusa de privilegiar de diversas maneras lo masculino y a los varones”. En el caso de Showmatch lo que aparece en la pantalla constantemente (y sobre todo en los últimos años) son mujeres desnudas para privilegiar la visión del hombre y de lo machista. Es una especie de Voyeur, el hombre es el espectador de esta sexualidad representada por la mujer. Casi como si lo único que importase cada vez que una mujer baila sea una parte de su cuerpo. Una parte sensual, atractiva, bella, en lo que los cánones estéticos actuales concierne. Llega un punto donde no solo la mujer deja de ser un sujeto y pasa a ser un objeto sino que también deja de ser un objeto completo, ahora es un objeto despedazable, solo unas porciones de este objeto son mostradas en cámara, de mas esta decir que lo que concierne al interior del objeto no interesa. Los cuerpos objetos están allí, y se presentan a los bailes mas allá de lo que sientan, piensen, etc. No casualmente suelen participar del programa mujeres que entran en el estereotipo de mujer bella, pero que no parecen tener mucho contenido intelectual o sentimental. La única posibilidad de que aparezcan los sentimientos en escena es porque esto da rating, el llanto es aceptado, así como también las peleas y discusiones en cámara.

Estos cuerpos objetos construyen un look sensual que Showmatch utiliza para manipular al espectador y mantenerlo atrapado en el programa el tiempo que este dure. El savoir faire (habilidad en el arte de la manipulación) es encarnado por la figura del conductor, quien invita a toda una audiencia de miles de personas a esperar la vuelta del corte frente a la televisión, porque después de la publicidad va a cortar la pollera de una vedete de turno.

El programa apoya la idea que plantea González Requena de que ser es ser imagen seductora, el hombre o la mujer en este caso es mujer a partir de que es construida a partir del deseo de la mirada de otro (el hombre espectador). Además, Requena analiza las discotecas y encontramos un punto de conexión con los bailes en Showmatch: “El baile se convierte así no en la participación en un cierto ritual erótico, sino en un acto exhibicionista, propiamente narcisista en el que el bailarín espontaneo se esfuerza por construir su imagen en el espejo electrónico. Este es el deseo latente: existir como pura imagen seductora, trascender el espesor de la carne que es vivido como maldito, alcanzar el estatus fascinante de los cuerpos light de la publicidad”. Cuando Requena se refiere al espejo electrónico se refiere a los circuitos de video que hay en los boliches, donde los mismos que bailan se ven en las pantallas gigantes, en el caso de Showmatch el espejo es igual de directo y retro alimentador para el bailarín, la pantalla televisiva, que pueden ver ellos mismos en el estudio, y que días y días después va a tener repercusión en el público.

Estos estereotipos que plantea el programa son: “tan ejemplares que solo pueden existir como imágenes: cuerpos que no huelen y carecen de textura, que desconocen las erosiones del paso del tiempo, que son en el extremo, tan inmaculados como asépticos. (…) Por otra parte, la irrupción del plástico, el más evidente artificial de los materiales conocidos (…) al imponer sus superficies absolutamente homogéneas y carentes de la menor rugosidad, ha invadido nuestro entorno objetual de colores a la vez arbitrarios y artificialmente puros, densos y cada vez más alejados de las constelaciones cromáticas de la naturaleza” .

Los cuerpos siliconados dieron un paso más en la superación del cuerpo objeto cada vez más alejado de la naturaleza de la fisiología femenina. Si en el siglo XIX se empezó con la delgadez, la llegada de la silicona escala a un nivel superior en la idea de la mujer objeto, el cuerpo se fragmenta, se descorporiza, se forma de elementos y materiales ajenos a sí mismo, se crea como si de un molde se creasen una serie de muñecas.

Conclusión: en el contexto de la postmodernidad, el programa se basa en códigos de la cultura popular para generar un producto audiovisual de alcance masivo, donde lo que prima es el lucro, lo que vende (o da rating) aparece en cámara. Las mujeres víctimas y victimarios sostienen este show, hipnotizando a un espectador que acepta pasivo una cantidad de mensajes e información banales y perjudiciales en su desarrollo como ser humano pensante y creativo.

Bibliografía

  • Apuntes de clase

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Sociología - Análisis de Showmatch

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