Historia
Sexenio Democrático
El sexenio democrático
La revolución de 1868 y el gobierno provisional.
La constitución de 1869.
El reinado de Amadeo I.
La primera república.
La revolución de 1868 y el gobierno provisional: La situación era ya límite, los exiliados firman el llamado pacto de Ostende que consiste en acordar un movimiento contra Isabel II a la que consideraban un obstáculo. De entrada, este pacto fue firmado por progresistas y demócratas aunque se sumarán los unionistas que estaban descontentos con el trato recibido de parte de la reina con la idea de dar un golpe de estado.
Un golpe de estado llevado por el Almirante Topete encargado de sublevar a la marina y el general Serrano que subleva al ejército de tierra en las cercanías de córdoba. El gobierno, ante estos levantamientos decide enviar al General Pavia pero este entra en diálogos con Serrano llegando los dos a la conclusión de que el pueblo debería elegir sobre la continuidad de la reina. Esto supone que el ejército va a seguir una actitud pasiva en cuanto al levantamiento.
Con esta situación el general Serrano marcha de manera pacífica sobre Madrid obligando a la reina (que se encontraba veraneando en San Sebastián) a huir hacia Francia haciendo triunfar la revolución.
Comenzarán seis años de los llamados “la gloriosa” en los que presenciaremos monarquía, república, una constitución y una reforma a fondo de ella, una guerra colonial y dos guerras civiles que va a implicar un total desorden público que englobará al estado y a la calle.
Este periodo también incluirá aspectos positivos como el surgimiento de un movimiento obrero bajo modelos extranjeros, aparecerá un nuevo concepto político: la moralidad, ocupar el poder con decencia y este cambio es debido por la introducción de científicos intelectuales en la política (llamados Demócratas de cátedra). El centro político español se trasladará de Madrid a Barcelona, numerosos catalanes ocuparán cargos públicos en Madrid todo ello empañado del desorden público del que habíamos hablado, la confusión y un marcado anticlericalismo.
En 1866 comenzará una grave crisis económica que provocará el apoyo del pueblo llano a los firmantes del pacto de Ostende por el anhelo de cambio. Esta crisis nace en Inglaterra dónde varios bancos acaban en la quiebra y España se ve afectada por esa crisis en cuanto que se depende de los créditos de los países europeos. En el plano interno, la crisis bursátil provocada por la especulación que se venía realizando sobre la nueva red de ferrocarriles que provocó la caída de sus acciones. Esta especulación va a reproducirse en cuanto a inmuebles de refiere en las grandes ciudades y acabará afectando a las subsistencias (la fanega de trigo pasó de 38,40 reales en 1865 a 76,40 reales en 1868).
Desde el punto de vista demográfico aumenta la mortalidad y la natalidad por el contrario, disminuye. El pleno empleo que el país había registrado hasta ahora da un impresionante vuelco a partir de 1865 con el fin de las obras del ferrocarril.
Entre 1866 y 1871 acuden a Madrid más de 40.000 inmigrantes desde casi todas las comunidades españolas (excepto del levante) en busca de un medio de vida, esto nos da una idea de las dimensiones de la crisis económica. Ante esta avalancha las autoridades madrileñas sacan antiguos bandos municipales con el fin de decretar la expulsión de la ciudad de todo aquel que no pueda demostrar que reside allí, el hospital de Madrid ve dispararse las cifras de fallecidos.
La misma situación se vive en otras grandes ciudades de España. Los agricultores Gallegos y, sobre todo los andaluces comienzan a protestar pidiendo el reparto de tierras.
Las masas, descontentas, comienzan a aproximarse hacia los intereses de los generales golpistas mientras las autoridades decretan contrataciones masivas de trabajadores para obras públicas con el fin de paliar la situación.
Históricamente, desde septiembre de 1868 a enero de 1869 (fecha en la que se celebrarán elecciones) cada fuerza va a reclamar su propio peso político en la nueva organización, al principio los demócratas ocupan los cargos de poder en las llamadas juntas revolucionarias. La máxima preocupación de los demócratas van a ser las masas populares, estas juntas van a reconstruir un símbolo de los demócratas: la milicia nacional a las que se unirán proletarios.
Comienzan ciertas tensiones entre los liberales: unionistas y moderados van a discrepar con los demócratas en ciertas pretensiones.
La idea progresista era de realizar un cambio de régimen sin afectar a las estructuras más básicas del estado en cuanto a aspectos económico- sociales . Los demócratas piden el cambio de estructuras para evitar el hambre y la pobreza de las clases a las que defendía.
El 8 de Octubre nace el primer gobierno provisional, presidido por el general Serrano y con el general Prim al cargo del ministerio de la guerra. El gobierno es exclusivo de unionistas y progresistas aislando a los demócratas, se va a exponer un programa mínimo de gobierno en el llamado manifiesto a la nación dónde se va a recoger todas las aspiraciones políticas de las juntas exceptuando la abolición de las quintas (servicio militar).
En el manifiesto a la nación se deja claro que el sistema económico no va a sufrir modificaciones. Esta noticia enfurece al campesinado andaluz que se va a sublevar en contra del gobierno provisional, sublevación que va a ser paliada con dureza y violencia dejando entrever que la revolución política no va a implicar revolución social. Los agricultores ven así mermada su ilusión de un reparto de tierras.
El gobierno va a tener un grave enfrentamiento con la iglesia católica que acabará con una nueva expulsión de los jesuitas tiñendo la situación de anticlericalismo.
Las fuerzas políticas estaban divididas en derecha, centro e Izquierda; el carlismo seguía a la derecha más extrema. Han pasado una época en la sombra y comienzan a renacer impulsados por su apoyo al catolicismo y a las tensiones del gobierno provisional con ella. A la muerte de su líder (Don José) los carlistas moderan su discurso y van a integrase de manera momentánea en el juego democrático.
Los moderados (derecha) poseen ahora dos periódicos y piden el retorno de Isabel II, los borbones y la monarquía. En esta época se encuentran en una minoría evidente, más pequeña incluso que la del carlismo.
El centro alberga a tres formaciones: demócratas, unionistas y progresistas cuyos líderes va a ser personas notables como Serrano, Prim, Sagasta... Encabezan el centro con la idea de crear una nueva monarquía desde todos los puntos (incluyendo la dinastía) que estuviera adaptado a las juntas revolucionarias. Su principal valedor son las clases medias.
La izquierda es una nueva corriente que encabeza el Partido Republicano Federal, una escisión del ala izquierda de los demócratas. Piden la república para poder acabar con la situación de las clases bajas en España y se sienten depositarios de las aspiraciones políticas (incluyendo la reforma económica). Se trata del primer partido político que existe como tal, bien estructurado y con el apoyo de obreros y gentes humildes.
El gobierno provisional va a convocar elecciones de las cuales saldrá la composición de la cámara de unas cortes constituyentes para 1869.
La constitución de 1869: Se crean cortes mediante elecciones por sufragio universal (hombres) de mayoría centrista fruto del apoyo del gobierno provisional.
La constitución va a suponer la primera constitución de carácter demócrata de España, esta constitución contempla conquistas sociales que en otros países de mayor tradición constitucionalista van a tardar en incorporar. Los demócratas entienden que existen una serie de derechos políticos propios e inlegislables que sólo se recogen como mera reseña de ellos.
Se reconoce el sufragio universal masculino, se recogen derechos en el título 1 (que va a ser un tercio de la constitución) que van a ser recogidos con el fin de garantizar su cumplimiento. Por ello se van a imponer sanciones importantes para todo aquel funcionario que infrinja cualquiera de los derechos del ciudadano mediante un sistema de indemnizaciones a personas a los que se le hubiera violado algún derecho constitucional. Se reconoce además que si algún derecho tuviera que ser suspendido temporalmente, esto debería hacerse por medio de ley ante las cortes; el objetivo de esto era poner trabas a una práctica habitual moderada: vetar derechos por cualquier situación.
Aparecen nuevos derechos como la inviolabilidad de correspondencia, permiso de trabajo para extranjeros y el derecho a la reunión. La constitución establece libertad de culto público aunque el estado se compromete a sustentar a la iglesia católica, el sector republicano se cebará en este apartado ya que pretendían que la constitución separara la iglesia del estado.
Se reconoce una soberanía nacional en cuyo seno se reconoce la legitimidad de la monarquía, se regula la figura del rey que va a pasar a ser un monarca constitucional cuyas funciones serán estrictamente representativas. La mayor parte de los poderes son ejercidos por los ministros que pueden ser juzgados en caso de necesidad (corrupción).
Las cortes ostentan el centro del poder y estas serán bicamerales: El congreso es elegido por sufragio universal directo siendo 1 diputado por cada 40.000 habitantes. El senado de elige por sufragio universal indirecto, los senadores deberán ser mayores de 40 años y haber desempeñado funciones públicas o bien tener título superior o ser gran propietario.
Se establecen cuatro senadores por provincia y se va a convertir el senado en una cámara territorial.
Las dos cámaras van a tener impuestos plazos de creación y disolución para que nadie pudiera coartar sus mandatos. De esta manera se evitaba que un gobierno tardara mucho en formarse o que otro tardara mucho en dejar su puesto debiéndose reunir dentro de unos plazos marcados.
El gobierno está obligado a presentar a las cortes el presupuesto general del estado español para ser aprobado no teniendo la potestad el gobierno para recaudar impuestos sin previa aprobación en el parlamento. Las cortes tienen iniciativa legislativa, se posibilita presentar mociones de censura al gobierno o a sus ministros o interpelaciones (preguntas al gobierno sobre el rumbo del país).
El poder judicial se define independiente pero por primera vez se van a crear mecanismos para garantizar esa independencia del poder judicial: los jueces entrarán a formar parte de la judicatura por oposición (independientemente de los nombramientos del gobierno), se crea un consejo de estado para regular aspectos propios de los jueces (traslados, disciplina, sueldos...) independiente del gobierno. Se va a introducir por primera vez la figura del jurado.
La constitución regula también las diputaciones, ayuntamientos y las fuerzas armadas, reforma el régimen colonial y se atiende a posibles reformas de la constitución: las cortes que pretendan reformar la constitución serán disueltas de manera automática, se convocarán nuevas elecciones para crear unas cortes nuevas que deben debatir sobre la reforma pudiéndola o no aceptar. Así se garantiza que la constitución no va a ser reformada a gusto del partido que esté en el poder.
El reinado de Amadeo I: Con la constitución en funcionamiento y con la figura de rey vacante se va a nombrar un consejo de regencia provisional encabezado por Serrano como jefe del estado y Prim como presidente del gobierno.
Los candidatos a rey son buscados en un ambiente hostil, los republicanos (contrarios a la monarquía) van a protagonizar levantamientos contra la nueva situación. Se proponen multitud de candidatos a rey: incluso el general Espartero es propuesto para el cargo (este, ya anciano, reniega de la proposición), el candidato Carlista es también propuesto e incluso se baraja que el hijo de la huída Isabel II (Alfonso) ocupara el cargo. Esta última proposición despierta las iras de los revolucionarios y acelera la búsqueda del rey.
Se va a buscar candidatos por todas las dinastías de Europa y realizando selecciones hasta que a la recta final llegarán dos: Leopoldo de Prusia (candidato presentado por el canciller prusiano Otto Von Bismarck) y Amadeo de Saboya. Al final, el candidato prusiano es tan mal visto internacionalmente por la ayuda que tiene de Bismarck que va a ser nombrado Amadeo de Saboya por eliminación. Así se nombra a Amadeo de Saboya como Amadeo I de España.
El reinado de Amadeo I está marcado por una total inestabilidad política, días antes de la llegada del nuevo rey es asesinado su principal valedor, el general Prim lo que deja al nuevo rey sin su máximo aliado político. Entre radicales y moderados políticos existe un “juego” de acusaciones que creará tensión política entre ellos que creará inestabilidad social.
La constitución de 1869 guarda el derecho a la propiedad pero el pueblo, ayudado por la facción radical de la vida política asalta con violencia propiedades privadas, ocupándolas, quemándolas y destrozando propiedad privada. Estas algaradas provocan la intervención gubernamental, una reacción violenta contra estos alborotadores llegando a aplicar la llamada “ley de fugas” (esta ley recogía que si un detenido por la fuerza pública trataba de huir, los agentes estaban autorizados a dispararle por la espalda. Esta ley tenía trasfondo de abuso de autoridad ya que un agente podía disparar a un delincuente con el pretexto de tratar de huir). La nobleza esgrime la necesidad de acabar con esta situación, para ellos era conveniente que la anterior dinastía borbónica retornara al trono, esto supone que los nobles consideraban inoperante e inaceptable a Amadeo I.
La burguesía catalana reniega de la situación económica, más concretamente el llamado Arancel Figueroa que fomentaba el librecambismo lo que les privaba de muchos beneficios comerciales. Estos se unirán a los nobles pidiendo la caída de Amadeo I y la vuelta de Alfonso de Borbón.
Los partidos políticos existentes en el poder, el centrismo, se encontraba rodeando a una personalidad carismática habían perdido a ese líder político con la muerte de Prim. Las elecciones de 1871 marcarán con evidencia la falta de liderazgo puesto que los llamados “caciques” (gente sin personalidad, de precaria decencia política) encabezaran la lista a la presidencia. El pueblo, sabiendo de las ideas precarias de estos caciques y sin alternativa política se decide por abstenerse en esas elecciones (un 52% de abstención de voto) lo cual supondrá un retroceso en las libertades.
Los carlistas van a reaparecer contra el sistema político, en realidad, los carlistas habían aceptado el sistema político por que cabía la posibilidad que su candidato fuera elegido rey. Esto no ocurrió así y por tanto los carlistas deciden levantarse en armas pero este periodo ha marcado huella y una pequeña facción del carlismo encabezada por Nocedal se rebela partidario del sistema. La facción de Nocedal consigue buenos resultados electorales y forma parte de las cámaras mientras que el grupo contrario se lanza (como siempre) en armas. Esto supone la III Guerra Carlista en 1872 que durará hasta 1876.
Aparte, la guerra de Cuba en la colonia americana, el nacimiento del movimiento obrero español y la crisis económica heredada desde 1866 apuntillan la nueva monarquía.
Las cortes de 1871 fracasan de manera estrepitosa y se convocan elecciones para 1872. Esas elecciones arrojan a Sagasta como presidente por mayoría pero poco después se va a descubrir un escándalo político de gran magnitud: Fondos del ministerio de ultramar habían sido destinados a amañar las elecciones. Automáticamente se disuelve el gobierno y ese mismo año se convocan nuevas elecciones. Esta inestabilidad, la guerra carlista y los movimientos revolucionarios provocarán que Amadeo I abdique aprovechando un incidente menor: un conflicto en artillería se salda con la suspensión de varios mandos militares, este papel debería ser firmado por el rey y este se niega desobedeciendo la constitución lo que le obligará a abdicar.
La primera república: Tras esa abdicación, las dos cámaras (senado y congreso) se reúnen para recoger el poder que ostentaba el rey no quedando más remedio que instaurar la república.
Esta proclamación entraña problemas: la idea republicana es una idea minorista, muy poco extendida y España no está preparada para ella, además, los pocos republicanos existentes se encuentran con tiran teces internas.
Estas tiran teces son provocadas por varias cuestiones:
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Estratégicas o ¿qué hacer frente a la monarquía? Dividen a los republicanos: Los dirigentes del partido en Madrid aceptan la monarquía por que así lo decidió el pueblo democráticamente aceptando la constitución y, por ahora, el rey no ha tenido acciones como para armar movimientos revolucionarios. Estos dirigentes ven con claridad como Amadeo I borda el fracaso y que pronto iban a ser llamados a gobernar, como son minoría deberían aprovechar el tiempo para hacer “aliados políticos” y con una revolución no ganaban los favores de nadie. Sin embargo los delegados provinciales del partido piensan en realizar una rápida revolución y acabar con la monarquía temblequeante.
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Sobre el tipo de república: Los dirigentes del partido piensan que se deberían convocar cortes, analizar la situación y decidir que tipo de república implantar. Los dirigentes provinciales piden una república federal sin condiciones.
La república se instaurará un 11 de Febrero de 1873 con la guerra carlista en apogeo y la crisis económica pendientes. El ejército renegado, el país vecino ( la república francesa) apoyando el carlismo, el movimiento obrero escéptico ante las posibilidades de la república le dejan sin pilares básicos.
El pueblo ve en la república la oportunidad de revindicar sus exigencias y lo hacen en masa, el gobierno, desbordado debe de rechazar muchas peticiones. El pueblo decepcionado radicaliza sus posiciones contra el gobierno creando malestar social.
El 1 de Junio sea abren las cortes para realizar una constitución republicana federal pero en esas cortes, los propios republicanos se van a dividir: la facción más derechista (dirigida por Castelar), los centristas (Pi i Margall) y la facción radical- izquierdista e intransigente (dirigida por Orense). Elaboran un proyecto de constitución que no va a llegar a discutirse, en la sesión en la que en el orden del día planteaba esa discursión tiene lugar por sorpresa el estallido del movimiento cantonalista.
El movimiento cantonalista (absurdo e irrisorio) abarca los núcleos republicanos más importantes (Levante y el sur con focos aislados en el centro) que consiste en que pequeñas poblaciones se declaran repúblicas independientes.
El movimiento cantonalista cae como una losa sobre el gobierno, los cantonalistas proclaman repúblicas, instauran fronteras y emblemas propios comenzando a funcionar como estados. Este movimiento tiene sus orígenes en los dirigentes republicanos de provincias exaltados (de carácter federalista) y en pequeña medida en el movimiento obrero, así en la época se va a tener la idea errónea de que la 1ª internacional se esconde este movimiento pero la realidad es que algunos dirigentes, a título personal, se unen al movimiento. El avance cantonalista llevará al gobierno a la guerra contra ellos.
Pi I Margall, actual presidente de la república se enfrentará así a dos guerras: la carlista y la cantonalista. Los acontecimientos se suceden y pronto el presidente va a ser rebasado por la izquierda dejando como presidente a Salmerón, este va a durar poco y será sustituido por Castelar. Tras las tres presidencias se atisba la inoperancia de los gobiernos ante los dos conflictos viéndose así obligados a llamar al ejército.
Esta llamada va a ser atendida, el general Pavía será el encargado de acabar con el cantonalismo andaluz mientras que el general Martínez-Campos será destinado al frente de levante. Tanto Pavía como Martínez- Campos (este último con mayores problemas, sobre todo en Cartagena) triunfan sobre el cantonalismo inexperto en la guerra.
Las guerras y la inestabilidad política llevará a muchas de las más pudientes gentes del país a buscar el exilio para ellos y para su dinero, única forma de asegurarse no perderlo en tanta inestabilidad. En esta coyuntura, el presidente Castelar va a decretar un plan de orden, autoridad y gobierno para inculcar estabilidad, ese plan incluía el recorte de las libertades constitucionales, clausura de las cortes para dar competencia total al gobierno, rearme del recientemente extinto batallón de artillería a la vez de disolver cuerpos armados creados por el gobierno formados por proletarios.
A principios de enero de 1874 el ejército de la mano del general Pavía da un golpe de estado en las cortes derrocando la presidencia (que no así la república) de Castelar. Tras el golpe de estado, el general Serrano recogerá la presidencia imponiendo una dictadura militar hasta diciembre de ese mismo año.
Acabada la guerra cantonalista el carlismo supone el conflicto patente, el ejército español es enviado a la zona norte de España (más en concreto, al País Vasco) para acabar con los carlistas. En esa operación, los más importantes generales del ejército aprovecharán el conflicto para debatir cuestiones políticas. Estos generales llegan a la conclusión de que lo más conveniente para el país era la restauración borbónica, esta idea es compartida por parte de la sociedad que ven en la restauración la única manera de acabar con el desorden social. Esta reunión incitará al general Martínez-Campos a pronunciarse favorable a la monarquía borbónica en la figura de Alfonso XII, el príncipe exiliado en Inglaterra por aquella época enviará un escrito aceptando la invitación al trono que fue escrito por Antonio Canovas del Castillo dónde se declararán a grandes rasgos las intenciones de la monarquía.
APÉNDICE: LA CONSTITUCIÓN FEDERAL DE 1873
Esta constitución reconocía la soberanía popular, respetaba la declaración de derechos de 1869 flexibilizando derechos como el de reunión o prensa pero su importancia radicará en la organización federalista de España.
Se propondrá la existencia de un cuarto poder residente en el presidente de la república llamado poder relacional. El sistema debía organizarse de manera intermedia entre presidencialismo (poder presidencial) y parlamentarismo ( poder parlamentario) implicando que el presidente formaba un gobierno del que no debe responder ante las cámaras en su nombramiento pero todo el poder residía sobre ese gobierno dejando al presidente como figura representativa garantizando así la unión y el equilibrio entre los estados de la federación.
Los electores de cada federación eligen un consejo de federación que votará al candidato a presidente. Las cortes serán bicamerales dónde el congreso se elegirá un diputado por cada 50.000 habitantes y el senado contará con cuatro representantes de cada federación.
Se respetará la base del poder judicial pero se instaurará el llamado tribunal supremo cuyo cometido será mediar en conflictos entre federaciones.
Se reconocen 17 estados federales más las colonias aún existentes exceptuando Cuba y Puerto Rico.
RESUMEN DEL TEMA: EL SEXENIO DEMOCRÁTICO.
La revolución de 1868 y el gobierno provisional: Los exiliados políticos firmarán el pacto de Ostende con la idea de dar un golpe de estado contra Isabel II. El almirante Topete y el general Serrano sublevarán a la marina y el ejército de tierra, el gobierno enviará al general Pavía a mediar en la situación llegando este a un acuerdo con Serrano para que el ejército se mantenga pasivo. Serrano marchará pacíficamente sobre Madrid y la reina huirá a Francia desde San Sebastián. En 1866 había comenzado una grave crisis económica en el ámbito internacional (varios bancos irán a la quiebra) y nacional (la bolsa cae por culpa de la especulación), la población disminuye y el paro aumentará provocando que las grandes ciudades se vieran desbordadas por inmigrantes interiores. En Madrid será expulsado de manera violenta todo aquel que no logre demostrar que vive allí creando una corriente impopular al gobierno que unirá al pueblo y a los golpistas. Así, el 8 de octubre de 1868 nace el primer gobierno provisional presidido por Serrano y con Prim como ministro de la guerra, este gobierno será exclusivo de unionistas y progresistas excluyendo a los demócratas. En el programa de gobierno de estas juntas se recogen sus aspiraciones políticas pero se deja claro que el sistema económico no variará, ante esto los agricultores andaluces se sublevan y son reprimidos con dureza dejando claro que la revolución política no será una revolución social. Las fuerzas políticas se dividían en derecha (el carlismo que ahora aceptará el sistema democrático por conveniencia y los moderados que apoyan a Isabel II y son una minoría), el centro (unionistas, demócratas y progresistas, organizados entorno a un líder que abogan por crear una nueva monarquía) y la izquierda (el partido republicano federal). El gobierno provisional convocará elecciones en 1869.
La constitución de 1869: Las elecciones arrojarán unas cortes de mayoría centrista que promulgarán la primera constitución de carácter demócrata en España. Se contemplan conquistas sociales y se recogen derechos políticos propios e ilegislables como mera reseña que en caso de ser violados por algún funcionario sería motivo de sanción o indemnización. Si alguno de estos derechos debiera de ser suspendido temporalmente debería ser con el beneplácito de las cortes. Se reconoce el sufragio universal masculino, la inviolabilidad de correspondencia, el permiso de trabajo para extranjeros y el derecho a la reunión. Se establece libertad de culto público aunque la iglesia católica sería sostenida desde el estado (esto incomodará a los republicanos). Se reconoce la soberanía nacional en cuyo seno se legitima la monarquía aunque el rey sólo mantendrá funciones representativas. Las cortes ostentan el poder y son bicamerales: el congreso elegido por sufragio universal directo con 1 diputado por 40.000 hab. Y el senado elegido por sufragio universal indirecto con cuatro senadores por provincia debiendo de ser mayor de 40 años, tener título superior, haber desempeñado funciones públicas o ser gran propietario para ser senador. Las dos cámaras van a tener impuestos plazos de creación y disolución. El gobierno tendrá que presentar los presupuestos ante las cortes y estas aprobarlos no teniendo potestad el gobierno para recaudar impuestos sin autorización de las cortes. El poder judicial se define independiente y se van a crear mecanismos para garantizar esa independencia. Los jueces serán contratados por oposición y se crea un consejo de estado independiente al gobierno para tomar decisiones a cerca de los jueces. Se regularán también las diputaciones, los ayuntamientos, las fuerzas armadas y la reforma del régimen colonial. Se regulará también posibles modificaciones a la constitución, el gobierno que pretenda modificarla deberá convocar elecciones y las nuevas cortes afrontarán esa reforma.
El reinado de Amadeo I: Un consejo de regencia provisional encabezado por Serrano como jefe del estado y Prim como jefe de gobierno busca candidatos a nueva dinastía monárquica, los republicanos protagonizan levantamientos contra la nueva situación y comenzarán a buscarse candidatos a rey (Espartero, el candidato carlista...Alfonso XII) pero al final se va a buscar por las dinastías de toda Europa quedando al final dos: Leopoldo de Prusia y Amadeo de Saboya dándole el trono a este último ya que Leopoldo era mal visto por el apoyo hacia él de Bismarck. El reinado de Amadeo I va a estar marcado por la inestabilidad, su principal valedor (el general Prim) será asesinado días antes de su llegada y los campesinos se van a rebelar contra las propiedades privadas respetadas por la constitución que va a ser duramente repelida por el gobierno. La nobleza piensa que para reestablecer la normalidad se debe restaurar la monarquía borbónica a los que se unirán los burgueses contrarios al arancel figueroa creando un clima antimonárquico. Con la muerte de Prim el centrismo se quedaba sin líderes y este puesto va a ser ocupado por caciques que encabezarán las listas a las elecciones de 1871, el pueblo en masa decide abstenerse en esas elecciones (52% abstención). Los carlistas reaparecerán contra el sistema porque albergaban la esperanza que su candidato fuera rey, al no serlo una mayoría vuelve a las armas siendo la III guerra carlista (1872-1876), una minoría (la facción Nocedal) acepta el sistema y consigue diputados. Todo esto unido a la guerra de Cuba, el nacimiento del movimiento obrero y la crisis económica de 1866, el fracaso de las cortes de 1871 y el fraude electoral de 1872 por amañar las elecciones por parte de Sagasta provocan que Amadeo I abdique aprovechando un incidente menor negándose a firmar unas actas de suspensión desobedeciendo la constitución.
La primera república: Las dos cámaras se reúnen para recoger el poder real no quedándoles más remedio que instaurar la república pero la idea republicana es minorista y los pocos republicanos que existen están divididos en dos frentes: los dirigentes del partido en Madrid (querían aprovechar la monarquía de Amadeo I para hacer “aliados políticos” porque intuían que el reinado de Amadeo caería pronto y serían llamados para gobernar y en el supuesto de instaurar una república serían las cortes quienes decidirán el tipo de república) y los dirigentes regionales (querían dar un golpe contra Amadeo I e instaurar una república federalista). La república se instaura con problemas pendientes (la crisis económica, la guerra carlista, el ejército y el movimiento obrero escépticos), los republicanos se dividirán en tres facciones: derechista (Castelar), centrista (Pi I Margall), izquierdista (Orense). Elaborarán un proyecto de constitución pero cuando iban a discutirlo salta el movimiento cantonalista (pequeñas poblaciones se declaran repúblicas independientes). Pi I Margall va a ser rebasado como presidente por Salmerón y este por Castelar pero ninguno acaba con la inestabilidad, definitivamente se llamará al ejército. Pavía acabará con el cantonalismo andaluz y Martinez- Campos con el levantino, ante la inestabilidad muchos ciudadanos pudientes y sus capitales abandonan el país. Castelar promulgará un plan de orden suprimiendo las cortes, recortando las libertades y rearmando el batallón de artillería. En 1874 el general Pavía dará un golpe de Estado derrocando a Castelar y nombrando a Serrano como presidente del gobierno. El ejército es enviado a la guerra carlista en el País Vasco, allí los más importantes generales se reunirán para hablar de la situación política llegando a la conclusión de que lo mejor era restaurar la monarquía borbónica, Martínez-Campos se pronunciará favorable a la monarquía y Alfonso XII enviará un escrito redactado por Antonio Canovas del Castillo aceptando el trono.
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Enviado por: | Jairo Pello |
Idioma: | castellano |
País: | España |